El cielo nocturno eterno se extendía hasta donde los ojos dorados podían ver, el dueño de los ojos estaba sentado en un trono hecho de máscaras blancas de los caídos que había asesinado para llegar a donde estaba ahora; una mano con garras se extendió y agarró una de las máscaras antes de levantarla.

Girándolo en diferentes direcciones para examinarlo minuciosamente, dejó escapar una bocanada de humo blanco y lo aplastó fácilmente entre sus garras antes de ponerse de pie; arrojando su largo cabello blanco sobre su hombro ennegrecido, se alejó del trono.

Él no sabía qué era, diablos, ni siquiera sabía si era un él; lo que sí sabía era que era un Beta y tenía hambre.

La arena blanca, que se extendía infinitamente como el cielo, se sentía fresca bajo sus pies, pero él apenas le prestó atención, simplemente siguió caminando hacia donde sentía que lo atraían; por extraño que fuera, podía sentirlo en el vacío de su alma. Algo lo estaba atrayendo y no tuvo más opción que seguir la atracción; caminó quién sabe cuánto tiempo antes de llegar a una estructura.

Estaba roto y viejo, quién sabe cuántos años tenía en realidad, la edad y el tiempo no son cosas en esta tierra de noche y blanco; caminando entre pilares rotos y escuchando sus garras hacer clic en la piedra rota, se dirigió hacia la figura que se desplomaba contra otro pilar roto.

El olor a sangre y a grasa le golpeó la nariz y resopló con disgusto, mientras otra nube se escapaba entre sus dientes.

—Así que has venido. Dime, Vasto Lorde... ¿te han puesto nombre? —murmuró la figura, ahora que estaba más cerca podía ver que su máscara estaba rota y un gran corte le abría el pecho y el hombro.

No le respondió, se limitó a mirarlo con lástima; era una tontería que un Beta estuviera al aire libre cuando estaba en celo y, sin embargo, este estaba sentado allí. Al mirarlo de nuevo, se dio cuenta de que en realidad le faltaba una pierna y un brazo.

—Ya veo... —resolló—. Todavía no puedes hablar; no temas, pronto lo harás. —Se movió y gimió cuando el olor a sangre se hizo más espeso—. Eres fuerte. El primer Vasto Lorde que... apareció después de que yo... —se sentó y la figura se giró para mirarlo de frente.

Se puso en cuclillas junto a él, se dio cuenta de que estaba triste, pero en realidad no le importaba; honestamente estaba hablando demasiado con esta excusa moribunda para la carne. Si pudiera arquear una ceja, lo haría cuando notara una corona negra en su regazo.

"Cómeme"

Sacudió la cabeza en estado de shock y entrecerró los ojos antes de inclinar la cabeza. ¿Quién en su sano juicio pediría que lo devoraran? Incluso si estuvieran muriendo, era un instinto luchar hasta el último aliento.

—Continúa —dijo mientras sostenía su mano ensangrentada frente a su boca; la sangre goteaba de la mano manchada de rojo y formaba un charco en la piedra que estaba debajo de ella—. Consúmeme y conviértete en rey.

El olor de la sangre hizo que su hambre creciera, apenas asimiló lo que estaba diciendo antes de abrir la boca y morder la mano que le ofrecía. Gruñó cuando la sangre de sabor dulce cubrió su lengua, arrodillándose más cerca, agarró su muñeca; arrancó la mano y se la tragó antes de abrir la boca nuevamente y dirigirse hacia su garganta.

"Creo que te llamaré..."

Después de terminar su comida, se puso de pie y se sacudió la sangre de los dientes; mientras lo hacía, su máscara se desmoronó. Al mirar sus manos mientras su máscara caía en sus manos, pudo ver bien cómo era; duras líneas rojas marcaban su máscara, pero aún podía sentir los cuernos en su cabeza. Mirando por encima de su hombro, notó que otros de su especie se acercaban antes de inclinarse.

"Un nuevo rey ha surgido", dijo uno mientras se movían más lentamente, lo que lo puso tenso, podía decir que era un alfa. "Díganos... ¿cuál es su nombre, Su Majestad?"

Se giró para encarar a las criaturas y de repente se encontró con toda la información que le faltaba: era una criatura conocida como Hollow, había nacido de un alma corrupta como cualquier otra cosa en este infierno conocido como Hueco Mundo. Agarró la corona negra que estaba sobre un charco de sangre y se la colocó en la cabeza, sin importarle la sangre que corría por su pálido rostro y entre sus ojos dorados.

"Blanco"

Así que consumir a ese Hollow moribundo lo convirtió en el Rey de este infierno, aunque eso era interesante, en realidad no le importaba. Su hambre finalmente disminuyó y solo mataba cuando lo necesitaba o si estaba aburrido; podía sentir todo lo que sucedía en la tierra, lo cual tampoco le importaba realmente, se frotó la cara y frunció el ceño. Le gustaba su máscara.

Poniendo los ojos en blanco, se reclinó en su trono y sonrió para sí mismo, era divertido burlarse de los Alfa; logró que los pocos con brazos hicieran presentable el lugar roto, harían cualquier cosa si tuvieran la oportunidad de meterse entre sus piernas.

No era como si nada de eso fuera a pasar. Resopló antes de ponerse de pie de repente; entrecerró los ojos y miró la arena que lo rodeaba, algo estaba mal.

Sintió que algo pesado se acercaba a su rostro y no necesitó volver a comprobarlo para saber que su máscara estaba nuevamente en su lugar. Respiró profundamente, tratando de olerlo y exhaló en una larga exhalación; rápidamente se dirigió hacia el lugar de donde provenía la sensación y encontró a un hombre con cabello castaño y anteojos vestido de negro.

—Oh. ¿Qué eres?

White no respondió y se quedó de pie en la cima de una duna mirándolo, entrecerrando los ojos mientras observaba a la Beta embarazada asesinada que yacía a los pies del hombre, su mente ya le informaba que este asesinato era conocido como un Shinigami.

"¿Hm? Quizá no puedas hablar; qué pena"

El Shinigami dijo mientras levantaba una mano y lo apuntaba con un dedo, White cambió su peso y dejó escapar un rugido mientras cargaba un Cero entre sus cuernos y se lo disparaba al Shinigami; cuando el Shinigami lo esquivó, saltó junto al Beta y lo revisó antes de girarse para rugirle al Shinigami nuevamente. La mirada divertida en su rostro lo molestó.

Entonces todo se volvió negro.

Cuando White recuperó la visión, se encontró de pie en un espacio abierto, entrecerró los ojos y se dio la vuelta para alejarse; gruñó cuando algo se cerró alrededor de su pecho y caderas y le impidió moverse; al mirar hacia abajo, vio cadenas que se tensaban. Giró la cabeza y vio a otro hombre vestido de negro, pero este tenía una capa blanca encima.

"No irás a ninguna parte, Hollow"

"Blanco"

—¿Eh? —El Shinigami parpadeó confundido, todavía tenía las cadenas envueltas alrededor de sus manos—. ¿L-lo siento?

—Mi nombre, perra. Es White —dijo mientras el Shinigami asentía lentamente y miraba hacia un lado todavía confundido antes de volver a mirarlo, sus ojos se abrieron cuando White dejó que su máscara se cayera. White se dio la vuelta y entró en el espacio del Shinigami y usó la diferencia de altura para mirarlo desde arriba—. Ahora dime tu nombre, perra.

"Isshin Shiba, capitán de-"

"No me importa", dijo White mientras giraba la cabeza y golpeaba al Shinigami en la cara con su cabello. "Libérame para que pueda regresar a mi reino".

"No va a pasar" el Shinigami hizo como si apretara más las cadenas "Vas a desaparecer junto con mis poderes; este es tu fin, White"

White inclinó la cabeza hacia atrás y lo miró con el rabillo del ojo. "No. Este es solo mi comienzo". 

------------

White no tenía forma de seguir la pista del tiempo mientras permanecía encadenado, fiel a las palabras de Isshin, el hombre desapareció hace algún tiempo; nunca lo admitiría, pero se sentía solo sin él. Justo antes de que Isshin desapareciera, lo encadenó al suelo y le explicó que su fin sería poco después del suyo... y, sin embargo, allí estaba, arrodillado; encadenado y todavía muy vivo.

Durante el tiempo que estuvo encadenado, su hambre creció y creció, le desgarraba el estómago y le hacía arder la sangre y se le hacía la boca agua. Se había estado alimentando del reiatsu residual que lo rodeaba, fuera lo que fuese, sabía a mierda; junto con él, comprendió lo que le había pasado. Mataría a ese shinigami de pelo castaño y cuatro ojos aunque fuera lo último que hiciera.

White se despertó de golpe cuando algo golpeó su cabeza, la inclinó hacia atrás y se sacudió cuando algo golpeó su rostro nuevamente y le corrió por la mejilla; parpadeó cuando sintió una oleada de poder recorrer su cuerpo. Sonriendo, se puso de pie y rompió la cadena con un fuerte rugido, un rugido que escuchó resonar como si estuviera afuera en algún lugar.

--------

 White se paró en un rascacielos de costado mirando los edificios, inclinó la cabeza hacia atrás y sonrió levemente ante el calor que inundaba el lugar. Sintió un tirón y se dejó caer contra el vidrio, cuando abrió los ojos nuevamente estaba parado al lado de una cama que contenía una imagen reflejada de él mismo con el pelo largo y anaranjado y lágrimas corriendo por su rostro.

"Shiro, te presento a Noche, nuestro hijo"

Una suave sonrisa que solo su imagen reflejada había visto, se dibujó en sus labios antes de decir: "Es perfecto, Rey".

Siempre he existido. No sé cuándo ni cómo llegué a existir, pero siempre he estado aquí... y aquí... me quedaré con mi Rey y su familia.