"Muy bien clase. Hoy vamos a repasar la historia de la Sociedad de Almas y su contraparte; ¿alguien puede decirme cómo se llama la otra mitad de la Sociedad de Almas?" El maestro se paró frente a la sala de estudiantes recién divididos que se graduarían en las filas de Shinigami, sus ojos recorrieron lentamente la sala mientras nadie respondía, de hecho, nadie siquiera miró al maestro con la esperanza de no ser llamado para la respuesta.

Haciendo un leve puchero, continuaron mirando a todos antes de sonreír y cruzar los brazos sobre el pecho antes de gritar: "Kuchiki, ¿por qué no nos dices cuál es la contraparte de la Sociedad de Almas?"

Gimiendo, el estudiante agachó la cabeza cuando todos se giraron hacia él, los susurros comenzaron a resonar por la habitación mientras toda la atención se dirigía a ellos. "Maldita sea", se quejaron para sí mismos mientras los susurros se hacían más fuertes.

¿Kuchiki? ¿Como de alguna de las familias nobles?

De ninguna manera, ¿hay un Kuchiki aquí?

Me pregunto con quién están relacionados.

¿Por qué no responden? ¿No se supone que los Kuchiki son inteligentes?

Se pusieron de pie con un largo suspiro, se echaron el pelo negro azabache por encima del hombro antes de decir: "Se llama Hueco Mundo; el Reino Hueco. El lugar donde los Huecos se crean y prosperan".

"Muy bien", asintió el maestro antes de mirar hacia la clase mientras los Kuchiki se sentaban, con las mejillas ligeramente sonrojadas. "Los huecos son espíritus malignos que..."

Los Kuchiki chasquearon los dientes mientras caminaban por los pasillos, sintiendo que los observaban ahora que todos conocían su linaje. Recordando lo que su padre les había dicho sobre mantener su temperamento bajo control y mantener la cabeza fría, con un rostro ligeramente molesto, mantuvieron la cabeza erguida y la espalda recta mientras caminaban. Ignoraron las miradas hasta que algo más llamó la atención de todos.

"¡Miren!" gritó un alma y todos se sintonizaron. "¡Son los gemelos!"

—¡Oh, Dios mío, lo es! —intervino otro mientras las almas comenzaban a reunirse en las ventanas y llenaban los pasillos, sintiendo que sus ojos se contraían al ver cuántos estaban a su alrededor, el flash Kuchiki se alejó a un área más abierta y miró hacia el patio.

Dos almas mayores caminaban juntas, un niño y una niña por los colores de sus uniformes; la que vestía de rojo tenía el pelo largo y rizado de color castaño que estaba recogido en una coleta alta, algunos rizos enmarcaban su rostro con ojos verdes y una sonrisa gentil. El que vestía de azul tenía el pelo corto blanco plateado sin peinar y ojos de color castaño claro, él también tenía una sonrisa gentil pero la suya parecía ser más traviesa.

"Así que eres el Kuchiki del que todos hablan", dijo una voz detrás de ellos, mirando por encima de su hombro, el Kuchiki no respondió mientras el Alma se acercaba con una sonrisa burlona. "Debería haberlo sabido, diciendo que estás parado como si tuvieras un palo en el trasero". Aunque el Kuchiki no les respondió, el Alma estaba junto a ellos; esta alma estaba en la misma clase, era difícil olvidar lo ruidoso y violento que era este chico, con cabello negro puntiagudo y una sonrisa burlona que se veía reforzada por la gran cicatriz que cortaba su mejilla derecha y se arrastraba bruscamente hacia abajo y luego debajo de su barbilla, los ojos verdes los miraron fijamente antes de mirar hacia afuera.

—Tch los gemelos Kyōraku eh —Chasqueó los dientes antes de rascarse la mejilla y poner los ojos en blanco— Estúpidos de quinto año que creen que son los dueños del maldito lugar; ¿conocen a su padre, verdad? —preguntó mientras volvía a sonreír— El bueno de SouTaichou; me cabrea muchísimo, andando por ahí como lo hacen.

Los Kuchiki decidieron que habían terminado con la convocatoria y se dieron la vuelta para irse, solo querían que los dejaran solos, desafortunadamente, el chico se dio cuenta de su partida y los persiguió. "¡Espera, perra! Estaba hablando, ¿sabes?"

"Estaba consciente, simplemente no me importaba"

—Así que sí hablas —la sonrisa regresó cuando el chico se paró frente a los Kuchiki y cruzó los brazos sobre su pecho—. Mi nombre es Zaraki. Zaraki Tsuyo.

—¿Zaraki?

La sonrisa se desvaneció cuando una mueca de desprecio se apoderó de su rostro, mostrando nuevamente los afilados caninos mientras miraba fijamente: "¿Tienes algún problema con eso, Kuchiki?"

Los ojos marrones miraron hacia otro lado mientras el Kuchiki pensaba en el hombre alto y ruidoso que aparecía constantemente en su casa y exigía cosas, mirando al chico burlón, las conexiones eran muy claras "Todo lo que tengo no es de tu incumbencia" mientras el Kuchiki se daba la vuelta, la campana sonó como una advertencia de cinco minutos para la siguiente clase, sin decir palabra, el Kuchiki se giró y usó el paso rápido para irse.

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  Al entrar en la sala de conferencias, se sorprendieron al ver a los gemelos Kyōraku sentados al frente, ¿qué estaban haciendo los de quinto año en el salón? Era poco común que compartieran clases; debieron haberse quedado mirándose durante demasiado tiempo cuando el chico los miró y les dio la misma sonrisa traviesa antes de hacerles señas para que se acercaran y señalar el asiento junto a él. "Mierda".

Incapaz de negar una petición de un estudiante mayor, la Kuchiki se acercó e hizo una pequeña reverencia antes de sentarse a su lado; solo tomó un segundo antes de que la chica se inclinara y sonriera "Hola, eres una Kuchiki ¿verdad?"

"Soy"

"¿Cómo te llamas?"

"Kuchiki. Kuchiki Shizukesa" Shizukesa no quería dar su nombre, pero cuando un estudiante mayor se lo preguntó, no tuvo otra opción, después de todo, tenía que hacer honor al nombre Kuchiki.

"Es un nombre lindo", sonrió el niño gemelo antes de hacer un gesto para sí mismo. "Soy Mori y esta es mi hermana Umi, somos..."

"Los gemelos de SouTaichou Kyōraku", interrumpió Shizukesa, sabiendo que era grosero pero no pudo evitarlo. "Estoy al tanto, toda la escuela lo está".

Las gemelas la miraron fijamente antes de empezar a reír, sorprendiendo a Shizukesa antes de que su rostro se transformara en una mirada fulminante, ¡cómo se atreven a reírse de ella! "Sí, realmente no puedes tener un perfil bajo en la escuela cuando tu papá es el gran jefe", dijo Umi mientras suspiraba y se secaba el ojo de una lágrima imaginaria "Pero Mori iba a decir que estamos encantados de conocerte".

—No, está bien —Mori sonrió mientras se giraba hacia Shizukesa—. Es bueno tener a alguien a quien no le importe el estatus y pueda decir lo que piensa. La sonrisa solo creció cuando Shizukesa se giró hacia él y le dio una mirada inexpresiva que simplemente gritaba 'me estás tomando el pelo, ¿verdad?' antes de que Shizukesa pudiera responder, un grito rompió el parloteo de la habitación.

"¡Ahí estás! ¡Maldita perra!"

Girándose hacia la puerta, Shizukesa le dio un golpe en la cara a quien estaba de pie en la puerta, por supuesto tenía que ser Tsuyo; la fulminó con la mirada antes de pisotearla y pararse frente a ella. "¿De dónde sacas la idea de que puedes simplemente huir, eh? ¡Te patearé el maldito trasero!"

—¿Amigo tuyo? —Mori bromeó mientras Umi lo callaba, Mori volvió su atención al estudiante furioso y sonrió— ¿Por qué no nos sentamos antes de que comience la clase, eh? Los dos se miraron el uno al otro por lo que pareció una eternidad antes de que Tsuyo chasqueara los dientes y se dejara caer junto a Shizukesa refunfuñando en voz baja mientras el maestro entraba.

"Buenas tardes clase", gritó Kensei Muguruma una vez que estuvo de pie al frente, vestido con el típico uniforme de Shinigami con su haori de Taichou abierto para mostrar su pecho y el '69' en él; mirando alrededor de la habitación, aterrizó en los cuatro del frente antes de continuar "Gracias por venir, sé que esto puede ser confuso ya que hay todos los años aquí, pero nos las arreglaremos" Asintió antes de girarse hacia la puerta "Estamos listos cuando ustedes lo estén" Antes de continuar "Antes de comenzar, hay un invitado especial que ayudará a enseñar esta clase"

Todas las miradas se dirigieron hacia la puerta cuando se abrió y entró un FukuTaichou. Shizukesa sintió que su mundo se derrumbaba cuando se detuvieron al frente y le dieron una cálida sonrisa. "Buenos días. Mi nombre es Renji Kuchiki".

Renji no se sorprendió demasiado cuando entró en la habitación y vio a las cuatro personas que compartían más de lo que sabían sentadas juntas, tuvo que luchar contra una sonrisa cuando una voz resonó en su mente.

"Los Hollows son criaturas en manada, una vez formados, gravitan naturalmente entre sí... Oh, sé que lo harán, soy parte de ellos después de todo".

"Antes de comenzar, ¿alguien tiene alguna pregunta que quiera hacernos llegar?", preguntó Renji mientras sus ojos recorrían la habitación, no tuvo que esperar mucho.

Dijiste que eras una Kuchiki, pero las Kuchiki tienen el pelo negro.

"Correcto, normalmente lo hacen. No nací como Kuchiki, me casé en...

"¿Qué rango tienes?"

"Soy el FukuTaichou de la Sexta División"

"¿Quién es tu Taichou?"

"Byakuya Kuchiki"

—Espera, Kuchiki. ¿Eres pariente?

"No, estoy casada con Kuchiki Taichou; y antes de que alguien pregunte... Sí, tenemos un hijo. No, no te diré el nombre porque no me corresponde".

"¿Cualquiera puede casarse?"

"Hay pasos que se deben seguir para que así sea. No los voy a explicar porque no me corresponde", les dirigió una mirada a todos antes de sonreír. "Comencemos. Esta clase les enseñará sobre los Hollows y su mundo, Hueco Mundo".

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       —Hombre, qué clase más rara —murmuró Mori cuando finalmente los liberaron para irse, cruzó los brazos detrás de la cabeza mientras caminaba, miró a su hermana y sonrió—. ¿Qué te pareció, Umi?

"Fue extraño, de acuerdo. La forma en que Kuchiki FukuTaichou habló fue casi como si adorara el lugar" Umi se frotó la barbilla mientras hablaba, había algo en la clase que no le estaba sentando bien; los gemelos se detuvieron cuando vieron a Shizukesa parada alrededor, sonriendo Umi comenzó a llamarla.

—¡Shizukesa!

Suspirando, Shizukesa se giró para ver quién la llamaba antes de parpadear en estado de shock al ver quién se acercaba. "¿Deberías estar hablándome así abiertamente, papá?" Dijo mientras Renji se acercaba tranquilamente a ella con una cálida sonrisa.

—¿Quién hubiera pensado que Shizukesa era la hija de Kuchiki Taichou? —dijo Mori mientras caminaba con las manos detrás de la cabeza, su nueva forma favorita de caminar mientras Umi tarareaba a su lado, el intercambio que vieron parecía... tenso.

—Shizukesa no parecía feliz, sin embargo. —Umi volvió su atención a su hermano, quien tarareó y se encogió de hombros. Los dos habían conocido a Byakuya Kuchiki antes en una reunión de Taichou y, honestamente, el hombre no parecía un tipo cariñoso. Cuando Mori expresó su pensamiento, Umi suspiró. —Yo también lo pensé, pero Kuchiki FukuTaichou hace que parezca que lo es.

"Justo como parecía apegado a la charla de Hollow", terminó Mori mientras sonreía. "¿Asaltar la oficina de papá?"

Umi asintió: "Asalten la oficina de papá".