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Halloween estaba cerca, cada vez más adornos llenaban las casas, y los padres preguntaban una y otra vez si los niños podrían salir a pedir dulces o tendrían que cancelar la celebración.
El cuerpo policial no respondía nunca porque el jefe había recibido ordenes del alcalde, confirmar o negar algo respecto a Halloween llamaría la atención de los reporteros que se hospedaban en las posadas del pueblo, felices de tener que cubrir el reportaje de un asesino en serie.
Bombardeaban a Jim con preguntas a donde sea que fuese y Luke había comenzado a entrar por la puerta trasera de la comisaría con tal de evitar a los pueblerinos y a los reporteros.
No era muy resistente a mantenerse callado bajo presión, nunca lo había sido, así que temeroso por mencionar algo que no debería de ser público hizo todo lo posible para evitar a cualquier persona que no fuera policía.
Estaba haciendo un pequeño mapa en una hoja oculta entre los folders que fingía acomodar, mientras trazaba un camino, marcando todos los lugares en donde los cuerpos fueron hallados, con la distancia en minutos escrita a un lado.
Y al igual que el resto de información, no le servia de nada, el asesino era tan brillante que ninguna de las fechas o lugares coincidían, lo único que las víctimas tenían en común era la tortura.
Y eso solo lo hacía más difícil de rastrear.
Luke estaba casi seguro de que Ryder Williams era el co-autor de todos esos asesinatos, pero no podía simplemente acusar a un civil y exigir su aprensión sin pruebas.
La grabación era un inicio, pero en realidad no decía mucho, el señor Bolton podía estar mintiendo, Luke no lo creía así pero aún era una posibilidad.
Se encontraba de pie sobre una capa fina de hielo, metafóricamente, porque no podía dar ningún paso sin asegurarse que estaría a salvo.
Un movimiento en la dirección equivocada y se hundiría.
Soltó un suspiro silencioso, alejando finalmente su mirada de su pequeño mapa y dándole una revisión rápida a la estación.
La calma que cubrió el pueblo cuando Grayson 'atrapó' al supuesto asesino se había evaporado desde el hallazgo en el estanque.
Ahora todos se encontraban trabajando, o fingían hacerlo, porque no se escuchaban más que las máquinas de escribir y conversaciones telefónicas.
Aunque estaba casi seguro que Herson y Norton estaban hablando entre sí, pues se reían en voz baja contra el teléfono mientras se miraban y gesticulaban discretamente.
-Luke.-llamó Bea en voz baja, cuando se detuvo a un lado de su escritorio.
-Dime Bea.-pidió en voz baja, con su típica sonrisa tímida/nerviosa.
-El jefe quiere hablar contigo, se encuentra en su oficina ahora mismo.-respondió en voz baja, señalando la puerta de la oficina de Edward.
Luke tragó discretamente, sintiéndose mucho más nervioso de pronto.
¿Habría encontrado la grabación?
Y de ser así...¿estaba en problemas? ¿Iban a despedirlo?
-G...gracias Bea.-susurró, empujando ligeramente su silla hacia atrás mientras aflojaba ligeramente su corbata negra.
La castaña simplemente asintió con una pequeña sonrisa amigable, tocándole el hombro en signo de apoyo.
Si, definitivamente van a echarme...y sin carta de recomendación, maldición. pensó el rubio levantándose finalmente de su asiento.
Caminó nervioso hasta la oficina de su superior, incluso tropezando torpemente con su propio pie ocasionando unas cuantas risitas.
Y mientras golpeaba la puerta con sus nudillos en espera de que se le permitiera la entrada, Jim Grayson tocaba otra puerta a unos cuantos kilómetros de distancia.
Cuando Edward Quinn le dijo a Luke en voz alta 'adelante' la puerta frente a Jim se abrió mostrando una figura a penas conocida.
-Bea dijo que quería verme...-murmuró Luke en voz baja, mientras cerraba la puerta detrás suyo.
-Ryder Williams, tengo unas preguntas que hacerte.-dijo Jim, adentrándose sin invitación en la pequeña casa dentro de la propiedad Ronan.
-Siéntate Hemmings.-dijo el canoso serio, señalando la silla frente a su escritorio.
Luke no perdió el tiempo, miró a su jefe atento desde su asiento.
Un largo e incómodo silencio se formó entre ambos hombres, hasta que Luke no pudo aguantar más.
-¿Va a despedirme?-preguntó en un susurro tan bajo que a penas pudo escucharse a sí mismo.
Edward solo lo miró fijamente durante unos veinte segundos, sin abandonar la expresión seria que siempre acompañaba a su rostro.
Luke notó que su jefe se veía mucho más cansado y viejo que cuando el caso del asesino inició, varios meses atrás.
-No.-respondió finalmente.-No voy a despedirte...por ahora.
Luke simplemente asintió cabizbajo mientras apretaba los labios y removía sus dedos contra los otros.
-Me parece difícil de aceptar que hayas tenido las agallas de colarte en mi oficina, abrir mis cajones llenos de información confidencial y personal solo para dejar una grabación...-comenzó, pareciendo molesto.-Y ahora mismo estás ahí, temblando como un maldito perro mojado.
-Y-Yo...
-¿Fuiste tu quien dejó la grabación si o no?-cuestionó.
Luke suspiró.
Técnicamente no había sido él, pero no iba a empujar a Bea al fuego, ella le había hecho un favor.
-Si señor.-susurró, nervioso por no saber que traería consigo esa declaración.
-Bien...Ahora me vas a decir cómo coño sabes qué hay una relación de compañeros entre Bolton y Williams.-ordenó serio.
-Señor...yo...rompí un par de reglas...
-¿Conseguiste información que ayudará en el caso si o no?-exigió saber, pero curiosamente no se veía enojado.
-Si...-el ojiazul fue interrumpido antes de poder continuar.
-Entonces me importa un carajo lo que hayas hecho Hemmings, dime de una jodida vez, porque un minuto sin acechar a ese asesino es un minuto más en el que puede cometer otro crimen.
Luke asintió, suspiró profundamente y comenzó a relatar su investigación desde el momento en que encontró el encendedor y Jim lo ignoró por completo.
Edward Quinn escuchaba atentamente, mientras Luke le mostraba algunas de sus anotaciones en su libreta, las respuestas a sus interrogatorios y notas importantes.
Cómo que al menos cuatro personas de la larga lista de víctimas pudieron o realmente cometieron asaltos sexuales, aunque sólo uno de ellos fue condenado por ello.
Pero salió con fianza.
Hablaron por tanto tiempo que ni siquiera notaron cuando la estación comenzó a vaciarse y el sol se ocultaba a la distancia.
Cuando golpearon a la puerta, ambos dejaron de lado sus bolígrafos y miraron con atención al policía en el umbral.
-Lamento interrumpir jefe, pero el toque de queda inició hace diez minutos y los compañeros del horario nocturno cerrarán las puertas pronto.
Eso lo hacían por precaución...temían que el asesino, tan desinteresado como parecía, pudiera aparecerse de pronto y asesinarlos a todos.
-Será mejor que nos vayamos de aquí, Hemmings.-murmuró el canoso, tomando su saco del respaldo de la silla y colocándose su sombrero.
Luke asintió, guardando su libreta, su encendedor y la cajita de oro en donde guardaba sus cigarros.
Se acomodó el traje y caminó hasta la puerta.
-Hemmings.-llamó Edward en voz alta y seria. Luke se giró rápidamente a él.-Buen trabajo.
El menor no pudo evitar la enorme sonrisa que comenzó a formarse en sus labios.
-Gracias señor.-dijo en voz baja, intentando ocultar su emoción.
-Ahora vete de aquí.-dijo el hombre, aguantando con todas sus fuerzas la sonrisa que amenazaba en salir.
Luke Hemmings a veces le recordaba a su hijo menor, era como un niño.
Tímido, nervioso, introvertido, sensible...pero a diferencia de su hijo, Luke parecía algo perturbado y asustado.
Por eso jamás lo mandaba a la acción, pero...¿quien podía detenerlo una vez que eligió por si solo investigar y casi resolver un caso tan complicado?
Luke salió primero de la estación de policía, subió a su auto y condujo rápidamente hasta su hogar, rezando mentalmente para que nada malo le pasara esta vez.
Edward salió un par de minutos después, subió a su auto y a diferencia de Luke, solo tuvo que manejar por unos tres minutos.
Tres hombres se dirigían hacia sus respectivos hogares, Edward para cenar con su esposa e hijos y jugar un juego de mesa, Jim para beber un par de copas de vino mientras se relajaba en la tina y Luke para cenar con su pareja y acurrucarse en los brazos del otro mientras miraban televisión.
Todos tenían planes que les parecían increíbles después de un largo y agotador día de trabajo.
Solo que uno de ellos no llegó a casa esa noche.
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K opinan
Quiero pedir perdón por haber tardado tanto en publicar, pero no estuve muy bien en este tiempo y no había escrito absolutamente nada):
Iré subiendo los últimos capítulos conforme kids bu terminando
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