Oh Dios Todopoderoso,
Rey de Reyes,
Te pido con fervor:
Que Miguel esté a mi derecha,
Gabriel a mi izquierda,
Rafael delante de mi y
Detrás de mi Uriel,
Metatrón anotando mis acciones,
Chamuel impregnando mi corazón de amor,
Jofiel dando luz a mi entendimiento
Y Zadquiel transmutando con su rayo violeta
Y por encima de todos tu Divina Presencia Señor, protegiéndome de todo mal.

Los Arcángeles son los mensajeros de Dios en la Tierra. Se ubican en el Cielo de las Formas y por tanto son los que más cerca pueden estar de nosotros, pudiendo en algunos casos a transformar algunas situaciones de manera directa y enviándonos su energía por medio de la canalización.
Ellos tienen el propósito de guiar el trabajo espiritual de la raza humana, haciendo posible que cada uno de nosotros descubra su potencial espiritual y pueda alcanzar la comunicación con la Fuente. Para esto, ellos nos ofrecen revelaciones que pueden proyectarse a través de meditaciones, sueños, susurros sutiles que sentimos, pensamientos que persisten con una fuerza extraordinaria, personas que se acercan a nuestras vidas para decirnos algo, impulsos creativos que sentimos, etc. Son muchas las formas o códigos que ellos escogen para acercarse a nosotros, sólo tenemos que ser más acusiosos para percibirlas.
Los Arcángeles al poder penetrar la sustancia material pueden transformar toda la energía terrenal y llenarla de la luz necesaria para erradicar todos aquellos patrones mentales y conductuales que nos inhiben y bloquean el alma. Ellos conocen nuestro Ser Interno y están dispuestos a ayudarnos en nuestra evolución, sin embargo, respetan nuestro libre albedrío y sólo se manifiestan y actúan cuando sinceramente les damos el espacio necesario en nuestras vidas.
Cada arcángel tiene una función celestial específica y dones espirituales que deben regir en la tierra.
Metatrón: testigo y escriba de nuestras acciones en la tierra, nos ayuda a comprender nuestro potencial espiritual.
Miguel: Comandante de las Huestes Celestiales, nos protege del mal y de las injusticias, haciendo que la verdad triunfe.
Gabriel: es el comunicador celestial, el que representa la verdad de la palabra de Dios; nos ayuda a expresar nuestra voz interior y a aclarar nuestra intuición.
Rafael: es el arcángel de la sanación espiritual y corporal; nos ayuda a buscar nuestra propia sanación por medio de la energía universal.
Uriel: se encarga de ofrecernos la luz del conocimiento de Dios; nos ayuda a confiar, a entender los designios divinos, a descifrar revelaciones y a encontrar nuestra luz interna.
Chamuel: es el encargado de esparcir la fuerza del amor en la humanidad; nos brinda amor incondicional, armonía, paz.
Zadquiel: representa el perdón y la misericordia; nos ayuda a transmutar todos los recuerdos negativos del pasado y a reconfortar nuestro espíritu.

Ellos siempre están esperando tu voz para acudir a ti y asistirte. Son seres amorosos y sólo quieren ofrendarnos su paz y su amor.