Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

007

Min Yoongi había sido un tipo solitario toda su vida, sus padres nunca habían estado presentes durante su niñez gracias al trabajo y aún así lo habían abandonado a su suerte cuando, a los trece años, le encontraron besándose con otro chico de su clase a mitad de la sala. Aunque, para ser sincero, Yoongi nunca sintió que los necesitara. Estuvo en la calle como un indigente por dos años, pero al menos había sobrevivido sólo y sin ayuda de nadie.

Después de todo, siempre había sido así.


Cuando cumplió quince, «Suga» nació gracias a que había terminado involucrado en una de las pandillas más peligrosas de Daegu, quizás demasiado joven para estar envuelto en cosas ilícitas, pero para ese punto de su vida lo único que le importaba era poder dormir sobre una cama cómoda.

Suga para él era más que un apodo, era la nueva persona que había sustituido al pequeño e ingenuo Yoongi en su interior y el cual le había hecho fuerte y resistente.

Siendo Suga nunca le causó miedo estar en aquel ambiente, después de todo había estado viviendo en las calles durante dos largos años y había visto tantas cosas en ese tiempo que ya nada le sorprendía.

Por lo que tampoco le dió miedo cuando a los dieciséis tuvo que hacer su primera misión importante y terminó asesinando a un político famoso de su distrito en aquel entonces. Min Yoongi había perdido la capacidad de sentir algo aparte de cansancio al final de sus días, tan acostumbrado al dolor y a la soledad que lo escudaba todo bajo un seudónimo.

Su vida se había vuelto completamente monótona apenas cumplir los dieciocho años.

Tampoco es que buscara compañía, ser parte de una pandilla le había enseñado a no confiar ni en su sombra, por lo cual se limitaba a aprenderse los nombres de sus colegas cada que le invitaban un trago de vez en cuando.

Fue entonces que, al ser trasladado a Seúl por órdenes del jefe de la pandilla, conoció al pequeño mocoso que le devolvería la capacidad de sentir.

Jeon Jungkook era un niñato de trece años cuando le vió por primera vez, tan torpe y tímido en una medida excedida que le causó gracia compararlo con el pequeño Bambi.

Al principio, Suga podía asegurar que la presencia de ese mocoso de ojos curiosos le irritaba, pues el chiquillo le seguía por todas partes como sanguijuela desde el momento en el que los presentaron y, para rematar su suerte, el jefe le había pedido mantenerlo a salvo ya que parecía ser que aquel niñito de carita adorable era un habilidoso hacker aún a su corta edad.

Pero fue cuestión de meses encariñarse con él, al principio de todo Jungkook solo era un encargo más del jefe pero, con el pasar de las semanas, lo consideró un pequeño hermanito al cual cuidar con devoción y cuidado, disfrutando de la enérgica compañía del adolescente que parecía apenas descubrir el mundo cruel gracias a la pandilla.

Decir que Jungkook se ganó su corazón era una atenuación, aquel chico de ojitos grandes se metió en su piel sin planes de abandonarlo nunca más.

Porque fue desde la primera vez que lo observó que se prometió cuidar de ese chiquillo travieso.

Y su promesa había permanecido intacta, hasta esa lúgubre madrugada...

"¡Jungkook, Jungkook!" los gritos de Suga inundaron el lugar, sus manos desesperadas buscaban zafar el cinturón de seguridad trabado, pero falló vilmente.

Su rostro era la viva imagen de la desesperación, sus ojos miraban con horror la sangre que descendía por la nuca de Jungkook mientras seguía intentando liberar su cuerpo de aquel cinturón, los estruendos de balas impactando contra el metal creaban una tensa sinfonía que le estaba poniendo los vellos de punta.

"¡H-hyung!" una voz gritó detrás de él y no tuvo que girarse para saber que se trataba de Jimin.

Sin embargo, ignoró su llamado y siguió tirando del cinturón que apretaba el torso de Jungkook y el cual le impedía sacarlo del auto, sus ojos luciendo rojos por el llanto que se negaba a dejar fluir libremente.

Min Suga jamás lloraba.

"Suga hyung, tenemos que irnos" sollozó Jimin, tratando de jalarle el brazo, pero Suga le gruñó amenazante, poco importándole si asustaba a Jimin con su actitud. "Tenemos que irnos, hyung, nos están atacando" rogó una vez más, tirando de la camiseta de Suga para llamar su atención.

Pero el pandillero ni se inmutó.

"Cállate, Jimin, dame un segundo" ordenó con voz estrangulada, mientras miraba el cuerpo inconsciente de Jungkook sin saber qué hacer.

Jimin miró dentro de la camioneta, descubriendo la razón por la cual Suga aún no había huído junto a ellos, y su rostro palideció al ver el cuerpo de Jungkook descansar contra la guantera del coche, su cuerpo laxo y sus ojos cerrados indicándole que estaba inconsciente.

"Oh, Dios" jadeó alarmado, mientras jalaba un par de mechones de su cabello con algo de desesperación al no saber qué hacer.

Sin embargo, una idea llegó a su cabeza al mirar el suelo.

Con rapidez, Jimin se acercó a uno de los tantos trozos de vidrio que habían regados por el pavimento, tomó uno con cuidado de no cortarse y empujó gentilmente el cuerpo de Suga a un lado para hacerse espacio entre la puerta de la camioneta y así poder llegar al cuerpo de Jungkook. Ignoró olímpicamente la balacera que se desataba tras sus espaldas y llevó el trozo de vidrio hasta la parte inferior del cinturón, comenzando a cortar el material con habilidad. Pocos segundos después logró cortarlo por completo, dejando libre el cuerpo de Jungkook y con cuidado lo jaló de los brazos para sacarlo fuera del auto.

"Ayudeme, hyung, no lo aguanto" pidió Jimin, con la voz algo entrecortada por el esfuerzo, y pronto sintió las manos de Suga tomar su cintura para apartarlo del auto y sacar él mismo a Jungkook.

Suga tomó entre sus brazos a Jungkook, cargándolo contra su pecho al estilo nupcial y cuidando de no empeorar más sus heridas. Fue allí, con Jungkook en brazos y Jimin oculto tras su espalda, que cayó en cuenta del caos que se había desatado a su alrededor. Habían al menos cinco hombres disparando contra Namjoon y Hoseok, quienes estaban ocultos tras uno de los muros de un edificio cercano, mientras estos dos trataban inútilmente de defenderse disparando en respuesta. Los estruendos de las pistolas resonaban por toda la solitaria calle y le sorprendía de sobremanera que aún nadie hubiese llamado a la policía por los disturbios.

"Carajo, carajo, carajo" susurró Suga ante la vista.

Estaban atrapados, si se les acababan las balas a Hoseok y Namjoon definitivamente los hombres de Cheongyangni los atraparían y probablemente los asesinarían.

"Jimin, saca el arma que tengo en mi cinturón" susurró, ocultándose tras el auto para no ser visto y sintiendo al instante cómo las pequeñas manos de Jimin tanteaban su cintura en busca de la pistola.

"Listo" avisó, sacando la pesada pistola que había estado oculta dentro de la camiseta del pandillero y le miró con curiosidad. "¿Qué hago con esto?" preguntó desorientado, pero Suga negó.

"Tú solo deten el cuerpo de Jungkook, yo haré lo demás" murmuró, antes de pasar los brazos de Jungkook a la nuca de Jimin para que éste lo sostuviera y, una vez se aseguró de que Jimin podía aguantar el peso de Jungkook, le arrebató la pistola.

Se posicionó correctamente y apuntó su arma contra uno de los atacantes, disparó solo dos veces y vió caer el cuerpo sin vida segundos después. Los disparos cesaron por un momento, pues los hombres de Cheongyangni no se habían dado cuenta de su presencia y parecían turbados pero pronto los disparos se reanudaron, esta vez también dirigiéndose hacia su persona.

El olor a pólvora y sangre se aglomeraron en el aire, sofocando los sentidos de Jimin, quien no estaba muy acostumbrado a ese tipo de escenas. Se mantuvo oculto tras la parte trasera de la camioneta mientras sus brazos rodeaban el fino cuerpo de Jeon justo como Suga le había indicado.

Por su lado, Suga se concentró en deshacerse de sus atacantes, disparó varias veces más logrando que balas terminaran impactadas contra los pechos o frentes de sus rivales y en menos de diez minutos había logrado asesinarlos a todos, junto a la ayuda de Hoseok y Namjoon.

Salió de detrás de su escondite, caminando hasta donde Hoseok y Namjoon se encontraban, su caminar siendo tan rápido que incluso pasó por arriba de los cadáveres sin importarle clavar sus zapatos en la carne fría. En un dos por tres terminó parado frente a ambos chicos y, sin siquiera detenerse a pensarlo, tomó el rostro de Hoseok entre sus manos para obligarlo a mirarle fijamente.

"¿Estas bien?" fue lo primero que salió de sus labios, obteniendo un asentimiento tímido por parte de Hoseok. "Bien, tenemos que irnos" anunció, acariciandole la mejilla derecha antes de separarse rápidamente.

Su corazón había estado tan desbocado y angustiado en su pecho ante el pensamiento de que hirieran a Hoseok que había sido casi imposible frenar sus deseos por comprobar de cerca si estaba bien. Y aunque se sentía avergonzado de actuar tan confiado con el espacio personal del otro hombre no se arrepentía de haberse acercado así, después de todo... lo había besado unas horas antes, ¿no?

"Si, yo estoy bien también, gracias por preguntar, hermano" interrumpió Namjoon, rodando los ojos y guardando su arma en la cinturilla de sus pantalones.

Suga resopló, inflando sus mejillas para disimular su vergüenza.

"Tenemos que irnos" repitió, tratando de desviar el tema. Namjoon y Hoseok asistieron. "Vamos, antes de que lleguen más bastardos a atacarnos" ordenó, girandose para alejarse.

Ante su movimiento, encontró la curiosa escena de Jimin sosteniendo con esfuerzo el cuerpo de Jungkook, el cual era más grande y pesado que él, lo cual le dificultaba la tarea de cargarlo. Suga sonrió un poquito enternecido y caminó hasta él para extender sus brazos y así indicarle que podía pasarle a Jungkook.

Pero antes de que pudiesen hacerlo, el cuerpo de Jungkook se removió con pesadez entre los brazos de Jimin y sus párpados revolotearon antes de que sus ojos se abrieran aturdidos y algo asustados.

"Jungkookie, shh, tranquilo" arrulló Suga al ver su expresión aterrada, mientras pasaba los brazos por la cintura de su amigo para incorporarlo en el suelo.

Jungkook parpadeó desorientado mientras se colocaba de pie, sus piernas temblando ligeramente y su vista sintiéndose borrosa al despertar de su desmayo.

"¿Hyung?" susurró, antes de hacer una mueca de dolor y llevar su mano a la parte trasera de su cabeza, sus dedos tanteando la herida que había dejado de sangrar hacia poco. "¿Qué pasó?" cuestionó, mirando a su alrededor y encontrándose con la mirada preocupada de Jimin, Hoseok y Namjoon.

"Chocamos, pero no debemos perder el tiempo, tenemos que salir rápido de aquí, Kook" susurró, viendo cómo poco a poco el chico se espabilaba y parecía recuperar sus sentidos correctamente.

Esperaron unos cuantos segundos, observando cómo Jeon parpadeaba y se estiraba ligeramente para recuperar por completo la consciencia. Todos se mantuvieron en silencio y sin interrumpir la extraña manera en que Jeon Jungkook se recuperaba de un accidente automovilístico.

Casi hasta parecía acostumbrado.

"Bien, ya estoy mejor. Sigamos" suspiró Jungkook, antes de comenzar a caminar junto a Suga, quien lideraba el camino para alejarse de aquella avenida.

Jimin comenzó a caminar a la par de Hoseok, ambos caminando justo detrás de Suga, mientras que Jungkook se encontraba al costado del pandillero y Namjoon varios pasos atrás de Hoseok, apuntando su arma a todos lados en posición de guardia. Se alejaron varios metros de donde el auto se había impactado con el de los hombres de Cheongyangni, los edificios del centro comenzando a ser dejados para comenzar a ser rodeados por pequeñas casas que inundaban un vecindario del distrito.

"No iremos al aeropuerto, de seguro los hombres del tío de Taehyung-ssi están allí esperando para atacar" dijo Yoongi en voz alta para que todos le escucharan. "Podríamos ir a la estación de trenes pero necesitamos avisarle a Taehyung" murmuro frunciendo el ceño.

"¿Donde estará metido ese tarado?" preguntó Jungkook analizando la situación e ignorando como Jimin soltaba un quejido ante el insulto a su amigo.

"No puede estar en aprietos, ¿cierto?" murmuro Hoseok un poco preocupado de que aquel castaño fuese pillado como cómplice de aquel escape.

Jimin sintió toda la sangre drenarse de su cuerpo ante la suposición de Jung, ¿Qué pasaría si el señor Lee se enteraba de que su amado sobrino le traicionó? No quería ni imaginarlo, le aterraba la idea de que Taehyung pudiese correr peligro por su culpa.

"No, él estaba conmigo en el auto cuando fueron a por Jimin pero salió para ir por otro auto de apoyo" recordó Jungkook con algo de tranquilidad. "De seguro nos perdió el paso solamente, debe estar bien" aseguró antes de volver a guardar silencio.

Jimin suspiro un poco más calmado y los cinco continuaron caminado por aquel barrio solitario y silencioso, todos iban algo distraídos en sus propios pensamientos, incluso Namjoon había bajado la guardia pero no pasó desapercibido para Jimin la sensación de estar siendo acechado.

Con disimulo miró de reojo a su alrededor y casi sintió el aire atorarse en su garganta al notar como un hombre les seguía en silencio tratando de camuflarse contra las paredes de las casas cercanas. Su pulso se aceleró al instante y el miedo le impidió abrir la boca para avisarle a los demás, demasiado inexperto en ello como para saber reaccionar ante una escena así. Cuando notó como aquel hombre sacaba un arma y apuntaba hacia la dirección de Suga trató de gritar pero un nudo en su garganta le impedía a su voz salir.

Fue rápido, no lo pensó mucho y ante la falta de habla provocada por el shock decidió tomar el riesgo él. Sin darle tiempo a los demás de procesar tomó la pistola que Suga guardaba en el cinturón de su pantalón y con rapidez se giro sobre sus talones presionando el gatillo justo segundos antes de que el acechador disparara contra el pelimenta.

"¿Pero que mierda?" Yoongi exclamó sorprendido viendo como el hombre, que no había notado hasta ese momento, se retorcía de dolor en el suelo por el disparo en una de sus manos.

Jimin había fallado su tiro para asesinarlo pero había logrado darle en la mano provocando que soltara el arma. Namjoon ante eso no dudó en disparar a la cabeza del hombre asesinándolo al instante y dejando el lugar en un silencio aterrador.

Todos miraban con enormes ojos sorprendidos al pelinaranja que respiraba con fuerza por la nariz, sus manos temblaban alrededor de la pistola que humeaba ligeramente y sus piernas parecían gelatinas que en cualquier momento cederían para caer al suelo.

Yoongi dió tres grandes zancadas para acercarse a Jimin y lo sujetó con firmeza del rostro tratando de que le mirara a los ojos.

"Hey Jimin, mirame" pidió el mayor acariciando las mejillas regordetas del pelinaranja en un intento de que dejara de temblar. "Oh, Jimin-ssi, salvaste mi vida, gracias" susurro en un dulce halago que buscaba tranquilizar al menor.

Era la primera vez que Yoongi se acercaba de esa manera a Jimin y se sentía tan extraño.

Pronto Jimin sintió una mano ajena acariciar su espalda y solo bastó mirar de reojo para descubrir que se trataba de Hoseok, quien se había acercado a ellos sin dudar al ver el estado de shock en el que se había sumido el pelinaranja.

"Estoy bien, estoy bien, solo-" las palabras de Jimin salieron tan rápidas que apenas se habían entendido. "Dios, casi mate a alguien" jadeo incrédulo y sintió como Hoseok dejaba un pequeño beso en uno de sus hombros.

"Hiciste lo que debías, iba a matar a Suga Hyung" consoló el azabache mientras le miraba con tranquilidad. "Eres muy valiente Jimin-ssi" susurro sonriendo ligeramente y el pelinaranja no pudo evitar sonreír tembloroso también.

"Haría lo que fuera por ustedes" confesó el menor de los tres antes de tomar una mano de cada chico y darle un suave apretón.

Si, Hoseok le gustaba quizás un poco a Jimin, pero Yoongi también era su compañero en esa travesía desde la noche en que se conocieron y se sentía con la obligación de protegerlo a él también así como él le había protegido antes.

Suga y Hoseok se miraron después de eso y se separaron del cuerpo de Jimin, los tres dirigieron sus miradas a Namjoon y Jungkook, quienes habían permanecido en silencio observando la escena.

"Bueno, sigamos, necesitamos llegar a la estación para-" pero antes de que Yoongi pudiera terminar su oración el rugido de un motor inundó el ambiente alarmando a los cinco chicos.

Todos miraron con ojos aterrados como una camioneta blindada se colocaba delante de ellos en una maniobra rápida y peligrosa, Namjoon sin dudarlo alzó su arma a la par de Yoongi en un intento de protegerse pero las bajaron en el momento que la ventanilla del asiento de conductor bajó revelando la vista de un rubio de labios voluptuosos.

"¿Qué hacen allí parados? ¡Suban!" la voz de Taehyung emergió del Interior del auto y en ese momento se dieron cuenta de que se encontraba en el asiento de copiloto.

Los cinco chicos parpadearon turbados pero aún así abordaron la camioneta con rapidez y pronto el hermoso rubio arrancó alejándose de aquella calle a toda velocidad.

"Perdón por la demora, mi tío me descubrió" suspiro el castaño mientras giraba su cuerpo para poder mirar a los chicos en los asientos traseros.

"¿Qué? ¿Te hizo algo?" rápidamente Jimin se alarmó pero el castaño le impidió levantarse de su asiento colocando una mano en su hombro.

"Tranquilo Jiminie, escape a tiempo y no me hizo nada, lo juro" aseguró mirando con dulces ojos al pelinaranja antes de mirar a los demás. "Gracias por ayudarme con esto, en serio" susurro dedicándoles miradas de agradecimiento a Namjoon, Hoseok, Yoongi y Jungkook. "He intentado sacar a Jimin de la zona roja antes y no había funcionado pero gracias a ustedes ahora ambos somos libres y me encargaré de darles su paga cuando lleguemos a la estación" aseguró señalando las bolsas deportivas que estaban a sus pies.

Después de aquellas palabras por parte de Taehyung el auto se sumió en completo silencio, el recorrido continuó con una tranquilidad necesaria después de aquella agitada noche y todos se permitieron relajarse sobre los asientos de cuero. Hoseok, que estaba sentado entre Jimin y Yoongi, comenzó a pensar que haría con su parte de la paga. No tenía planeado en que gastarlo pero sin dudas una de las opciones era darle la mitad del monto a Yerim, él ya le había prometido sacarla de su casa y alejarla de las manos del cerdo de su padre.

Sus pensamientos habían comenzado a volar entorno a banalidades sin importancia pero se vio interrumpido cuando sintió un peso sobre uno de sus hombros, giro levemente la mirada para encontrarse con una cabecita teñida de naranja reposar contra él. Sonrió suavemente ante la vista y sin dudarlo dejó reposar su sien sobre la cabeza del menor en una cómoda posición.

Se sentía tan bien estar así, con él.

"Bien, hemos llegado Taehyung-ssi" la voz del rubio llenó el auto después de que estacionara frente a la estación de trenes.

"Muchas gracias Seokjin hyung" murmuro el castaño a su lado dedicándole una sonrisa al mayor.

"No agradezcas Tae-ssi, es un gusto ayudar a mi dongsaeng favorito" susurro el rubio guiñándole un ojo juguetonamente. "Espero que tú y Jiminie estén a salvo, cualquier cosa siempre puedes llamarme ¿ok?" dijo sinceramente y Taehyung asintió agradecido. "Nos veremos pronto, guapo" se despidió antes de dejar un beso sobre la frente del castaño.

Los demás chicos comenzaron a bajar de la camioneta para darles privacidad a ambos amigos, Hoseok caminando para ingresar a la estación de trenes con Yoongi y Jimin a sus espaldas.

"¿Y ahora qué?" preguntó Jungkook llamando la atención de todos mientras miraba con curiosidad a su hyung de cabello menta.

"Ahora voy a recompensarlos" la voz de Taehyung se hizo sonar a las espaldas de Jungkook, y éste sonrió ante aquello.

Todos miraron al castaño, quien cargaba con 5 bolsas deportivas que lucían pesadas a simple vista. Taehyung dejó una de las bolsas sobre el suelo y abrió un poco el cierre dejando ver que lo que contenía eran gruesos fajos de billetes.

Todo en dólares, joder.

"Namjoon-ah, fuiste de gran ayuda, estoy eternamente agradecido" dijo dirigiéndose al pelirrosa y señalando con su barbilla el bolso en el suelo, Namjoon se acercó para echarle un vistazo antes de cerrarlo y tomarlo.

"Fue un placer Taehyung-ssi, cuando quieras" aseguró reverenciando levemente antes de alejarse un poco del castaño. "Viajaré a Ilsan, por si necesitas una mano antes de salir del país" avisó comenzando a caminar dentro de la estación de trenes frente a ellos.

Hoseok miro a su pelirrosa amigo ingresar a la estación y sonrió, él bien sabía lo mucho que Namjoon había querido viajar a su ciudad natal para visitar a sus padres pero su sueldo no le alcanzaba para darse aquel lujo. Estaba feliz de que ahora pudiese cumplir su deseo.

"Suga, Jungkook-ssi y Hoseok-ah, ustedes sin dudas fueron parte esencial de este plan, estoy en deuda con ustedes, más allá del dinero" confesó tendiendo a los chicos un bolso deportivo a cada uno y los chicos lo tomaron. "Si puedo ayudarles en algo más no duden en pedirlo" aseguró viendo como Suga mordía su labio inferior con nerviosismo.

"¿Puedes ayudarnos a salir del país y... desaparecer rastro de nosotros dos?" murmuro señalándose a él y Jungkook, quien fruncio el ceño confundido.

"¿No volveremos con la pandilla?" susurró triste y el pelimenta suspiro un poco alto antes de negar.

"Las cosas no mejorarán Jungkookie, tenemos que huir antes de que los Cobra eliminen a todos los de Dragón" susurro solo para que el menor le escuchara y vio como los ojitos de Jungkook se ponían tristes y apagados.

"¿El jefe mintió?"

"Si, lo hizo"

Después de eso Jungkook no volvió a hablar y Yoongi entendió, después de todo el menor estaba a punto de perder lo único que conocía que se asemejara a una familia, la pandilla había sido para ambos algo importante en sus desdichadas vidas.

"Puedo sacarlos del país y darles documentos falsos, también podría hacer que les den muertes falsas" sugirió Taehyung interrumpiendo los cuchicheos de los pandilleros y Yoongi asintió en acuerdo.

"Bien, gracias Taehyung-ssi"

"En ese caso nosotros cuatro iremos a Busan, allí esperaremos a que el papeleo se complete y consiga el jet para huir fuera del país" explicó ganándose la mirada de Hoseok. "¿Algo que quieras pedirme Hoseok-ah?"

"¿Puedo ir a Busan con ustedes?" murmuro ilusionado y aunque Taehyung no quería hacerle correr riesgos terminó asintiendo al pedido del mayor.

"Claro, podemos ir los cinco juntos hasta Busan" aceptó sin más y Hoseok sonrió feliz.

Desde que era un adolescente había soñado con ir a Busan para estudiar en la academia de danza más importante del país, sus sueños se habían atascado gracias a la falta de dinero y que, por supuesto, sus padres no estaban ni un mínimo de acuerdo con que estudiara danza en vez de leyes.

Pero ahora no estaba bajo el mando de sus padres y por fin tenía el suficiente dinero para estudiar en aquel lugar, por fin podría hacer aquello que tanto amaba y dejar atrás aquella vida dentro de un departamento de mala muerte.

"¿Algo más? El próximo tren saldrá en dos horas" anuncio a todos los presentes pero éstos negaron.

"Te acompaño a comprar los boletos Taehyung-ssi" dijo Yoongi caminando hacia el castaño para colocarse a su lado. "De paso traigo café para todos" ofreció con una sonrisa cansada en los labios y los demás asintieron en agradecimiento.

Yoongi y Taehyung caminaron dentro de la estación dejando a solas a Jungkook, Jimin y Hoseok, quienes decidieron esperar allí afuera en lo que los otros dos regresaban. Jungkook por su lado se limitó a conectar sus auriculares a su teléfono para escuchar un poco de música mientras que Jimin encendía un cigarrillo para comenzar a fumar en silencio, Hoseok estuvo a punto de pedirle que le regalara uno de los que tenía en la cajetilla pero la manera en que Jimin inhalaba el humo y fruncia sus rosados labios alrededor del filtro le mantuvo hipnotizado por varios segundos.

Tenía que aceptarlo, Park Jimin era jodidamente hermoso.

Y Hoseok siempre había sido débil ante la cosas y personas hermosas.

Su estómago cosquilleo ante el rumbo que sus pensamientos habían tomado, la vista clavada atentamente en el bonito rostro del pelinaranja mientras su mente se preguntaba cómo sería besar aquellos esponjosos labios.

Entonces el recuerdo de la boca de Yoongi sobre la suya le asaltó, sus mejillas sonrojándose ante el repentino cambio de pensamientos y sus labios hormigueando como si todavía estuviese besándolo fervientemente.

Tuvo que sacudir su cabeza para salir de su ensoñación, su corazón latiendo rápidamente dentro de su pecho ante la última pregunta que su mente había producido y se maldijo por lo bajo por andar pensando en esas cosas.

Al parecer su gusto por aquellos dos chicos se estaba intensificando.

Suspiro con fuerza y decidió sacar su teléfono para después marcar el número de Yerim con rapidez en un intento por huir de sus deseos prohibidos. Colocó el celular contra su oreja y rezó internamente para que la chica siguiese despierta a esa hora.

"¿Hobi oppa?" el susurro flojo de la muchacha llegó a sus oídos en una dulce melodía y Hoseok se permitió sonreír.

"Yerim-ah, quiero que salgas de tu casa y vengas a la estación de trenes, vas a dejar esa casa" soltó sin rodeos y pudo escuchar como la chica jadeaba sorprendida del otro lado de la línea.

Hoseok sonrió al escuchar la afirmación entusiasmada de la menor y se concentró en la sensación de felicidad que le embargó al saber que salvaría a su amiga de ese lugar hostil al que llamaba hogar, ignoró los pensamientos que había tenido anteriormente y fingió que nunca los tuvo al mirar a la cara a Yoongi y Jimin cuando ingresaron a la estación para sentarse en la recepción.

Después de todo ignorar sus sentimientos era mejor que seguir preguntándose como se sentiría ser besado por aquellos dos lindos chicos que le gustaban más de lo que le agradaba admitir en voz alta.

Al final, eso nunca pasaría porque ¿quien en su sano juicio aceptaría besar a otros dos chicos?

Yoongi y Jimin no, ¿verdad?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro