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006

"¿Hyung?"

Suga giró el rostro para mirar a Jungkook, quién parecía mirar el suelo totalmente absorto. Ambos estaban fuera del departamento de Hoseok, pues tenían cosas pendientes de qué hablar y que no debían ser escuchadas por oídos indiscretos.

"¿Qué sucede, mocoso?" preguntó, apoyando su espalda contra la pared.

"¿Qué pasaría conmigo si te sucede algo malo?" murmuró cabizbajo y aparentemente pensativo.

Suga frunció el ceño, visiblemente confundido por la repentina pregunta que le tomó con la guardia baja. Miró con atención a Jungkook tratando de leer en su cara la intención oculta tras esa clase de pregunta, pero todo lo que vió reflejado en esos enormes ojos oscuros fue una sombra de mortificación.

"¿Por qué preguntas eso? ¿Acaso planeas deshacerte de mí?" trató de bromear, pero la ausencia de risa en Jungkook le indicó a Suga que el asunto era más serio de lo que creía. "Hey, mocoso, ¿por qué preguntas eso? No es como que algo malo pudiese pasarme, soy casi inmortal" dijo, sonriéndole de medio lado mientras inflaba el pecho, pavoneandose.

"Usted y yo sabemos que no es así, hyung" protestó Jungkook, alzando ls mirada para mirarle con ojos extremadamente apagados.

Suga frunció el ceño, poniéndose serio de verdad al notar la extraña actitud de Jungkook.

"Está bien, ¿qué te pasa?" preguntó, cruzando los brazos sobre su pecho y mirando a Jungkook con expectación.

Jungkook apretó los labios, pero al final se paró derecho frente a Suga con expresión férrea.

"No quiero que ayudes a ese tipo raro con el rescate del prostituto" declaró, con la voz tensa.

Suga alzó una de sus cejas y negó reiteradas veces, como si lo que Jungkook le había dicho le resultase un mal chiste.

"¿Y eso por qué?"

"Estás metiendote en algo peligroso, hyung, podrían…" Jungkook trató de explicar, pero la risa irónica de Suga lo interrumpió.

"¿Te recuerdo que somos parte de una pandilla, Jungkook? Las cosas peligrosas son nuestro pan de cada día" bufó.

"Si, pero son peligros que corremos por gente que conocemos, por nuestra familia, ¡a ese ni siquiera lo conoces bien!" exclamó, con el rostro rojo y los ojos aguados.

"No necesito conocerlo de toda la vida para entender que no merece la vida que lleva, Jungkook, tampoco necesito conocerlo para ayudarlo si tengo la oportunidad" dijo, sonando peligrosamente frívolo, mirando a Jungkook con cierta molestia.

"Pero, en el Dragón Dorado siempre decían…"

"Sé lo que decían en el Dragón Dorado, Jungkook, sé que no debemos confiar ni en nuestra sombra" interrumpió, antes de dar un suspiro. "Y entiendo por qué estás tan aferrado a la pandilla, después de todo eras un niño cuando llegaste allí y es todo lo que conoces con respecto a la familia, pero yo no considero a la pandilla como a mi familia" declaró, observando cómo el rostro de Jungkook se pintaba en incredulidad. "Y esto se trata de un chico siendo explotado sexualmente, ¿realmente crees que soy tan hijo de puta como para no sentir algo de empatía?"

"¡No, no, claro que no, hyung!" exclamó Jungkook, horrorizado. "Solo… tengo miedo de perderte, y-yo no sé qué sería de mí si mueres" murmuró, bajando la mirada. "Eres lo único que tengo, ¿de acuerdo? Y la idea de perderte por alguien que no conozco…"

Suga suspiró ruidosamente, antes de acercarse a Jungkook para rodearlo en un fuerte abrazo, sintiendo inmediatamente cómo se le acurrucaba contra el pecho.

"No voy a morir, Jungkook" prometió, con la voz cargada de convicción. "Y si lo hiciera, sé que eres fuerte, inteligente y capaz de valerte por tí mismo, porque creo que hice un buen trabajo enseñandote a cómo salir adelante" murmuró, acariciando los cabellos azabaches de Jungkook con dulzura. "Pero no voy a morir, así que no te preocupes"

"¿Lo prometes, hyung?"

"Lo prometo por mi honor, Jungkook" aseguró, antes de alejarse lo suficiente como para darle un casto beso en la frente.

"No muera, hyung, me aterra vivir en un mundo donde no exista" confesó Jungkook, con las lágrimas resbalando por sus mejillas.

"Ya te dije que no lo haré, confía un poco en mí, mocoso" dijo, sonriendo con suficiencia, antes de tomar las mejillas de Jungkook con ambas manos. "Pero a cambio, no quiero que te involucres en el rescate"

"¡¿Qué?! ¡Pero…!" Jungkook dió un paso atrás, tratando de alejarse del agarre de Suga, pero no pudo.

"No quiero verte ahí, Jungkook" exigió con seriedad. "Te conozco y sé que serías capaz de arruinar el plan con tal de protegerme"

"No me pidas eso, hyung, cualquier cosa menos esa" rogó Jungkook, con los labios temblorosos. "Sabes que si tú saltas, yo salto, si tú arriesgas tu vida, yo también"

"Jungkook…" su voz salió en tono de advertencia.

"Suga hyung"

"No te involucres, Jeon Jungkook"

"No me des ordenes, Min Yoongi"

Ambos se miraron con intensidad, retandose mutuamente con una ferocidad que solo podría ser aprendida en las calles y la pandilla.

"No. Vas. A. Ir" Yoongi recalcó cada palabra, acercándose a Jungkook hasta que sus narices chocaron. Pero no en una cercanía imtima, sino en una intimidante.

Jungkook no le respondió, simplemente le gruñó y lo apartó de un empujón, dando un par de pasos para alejarse de él.

"Nunca pensé que me pedirías algo así" dijo Jungkook, mirándole ofendido. "Siempre que ibas a misiones, yo iba contigo. Juntos. Para protegernos la espalda" murmuró, antes de suspirar temblorosamente.

"Jungkook…"

"Pero está bien, creo que entiendo" se encogió de hombros, desviando la mirada. "Volveré al hotel, nos vemos… ¿luego? Si sobrevives"

"No digas estupideces, Jungkook, no voy a morir" gruñó Suga.

"Eso espero, hyung, eso espero" y sonrió, sorbiendo la nariz. "Te quiero, ¿bien? No me odies por preocuparme"

"No te odio, mocoso idiota"

"Bien, más le vale"

Y Jungkook se fue, dejándole ahí solo, con el corazón apesadumbrado en el pecho. Suga suspiró y frotó su rostro con sus manos en un gesto abrumado.

Pensó en el miedo de Jungkook, en su mirada desesperada y sus ruegos, comprendiendo la razón de sus miedos, pues conocía a Jungkook desde que tenía trece años y él era la única familia que tenía.

Pero el asunto con Jimin…

Negó con la cabeza y se concentró en el plan de Taehyung, esperando que todo saliera bien esa noche.

Hoseok sintió ese día avanzar el triple de rápido de lo normal, tanto que apenas había podido procesar el momento en el que se despertó esa mañana y ahora ya estaba detrás de la barra del bar trabajando a altas horas de la noche.

En aquel momento se sentía como en piloto automático, sus movimientos eran casi mecánicos y su expresión no dejaba de ser seria e imperturbable aún frente a hombres que intentaban coquetear con él como lo harían cualquier noche normal buscando una invitación de au parte para que follaran en su departamento.

Pero realmente ese día no se veía capaz de realizar las cosas que haría en su rutina diaria y, en cambio, permanecía nervioso y ansioso.

Después de todo, cuando su turno terminara Taehyung iría por él junto a Suga y Namjoon (pues había sido el día libre de su amigo) para llevar a cabo el plan que esperaban pudiera liberar a Jimin de las corruptas manos del señor Lee.

¿Estaba nervioso? Si, tanto que le temblaban las piernas.

¿Era capaz de arrepentirse antes de que Taehyung llegara? No, aun cuando estaba aterrado su deseo por hacer un bien y ayudar a ese pobre chico eran más grandes.

Así que en un intento por tranquilizarse y dejar de sobre-pensar la situación, echó una mirada hacia la tarima en busca de aquella cabellera corta y castaña que le pertenecía a Yerim, encontrando enseguida a la esbelta chica trepada sobre uno de los tubos mientras realizaba una pirueta bastante complicada.

Sintió su corazón estrujarse al verla allí sonriente, como si no fuese una chiquilla obligada a estar en un mundo de adultos, como si bajo ese maquillaje no ocultara grandes cardenales que seguramente habían sido proporcionados por el cerdo de su padre.

Sus ojos se cristalizaron al pensar que Yerim era demasiado dulce para tener que soportar aquello, ella era una chica tan buena que no merecía tener que soportar los maltratos de su padre y las majaderías de desconocidos borrachos todas las noches solo para obtener algo de comida y un techo.

Y fue allí que tomó una decisión, necesitaba salvar a Yerim de aquel infierno, pero esta vez no sería cobarde ni iba a callar al verla ser mancillada, iba a sacarla de toda esa mierda esa noche aunque fuese lo último que hiciera.

Claro, eso si lograba salir vivo del plan de Taehyung.

"¿Te invito una copa, guapo?" aquella pregunta fue lo único que pudo sacarle de su trance, parpadeó un par de veces para recuperar la noción del tiempo y negó sin mirar al dueño de la voz.

"No, hoy no quiero follar" fue lo que respondió, su voz sonando grave para intimidar al tipo que se encontraba recargado en la barra a su derecha.

"Vaya, solo era una copa, Hoseok-ah, no sabía que eso significaba algo más" soltó una risita burlona y Hoseok sintió sus mejillas calentarse cuando fue capaz de reconocer aquella voz por encima de la estridente música que reventaban los altoparlantes.

Miró a su derecha encontrándose con los ojos felinos de Min Suga y sintió sus labios temblar cuando trató de hablar, sin embargo, solo logró balbucear torpemente.

"¿Q-qué haces aquí?" susurró echando una mirada a su alrededor con algo de temor, no se suponía que él estuviese allí.

"Tenía curiosidad y le pedí a Namjoon-ssi que me trajera, aprovechando que hoy fue su día de descanso" respondió encogiéndose de hombros y, aunque Hoseok no podía verlo gracias al barbijo, sabía que el maldito estaba sonriendo.

Le miró con los ojos entrecerrados y soltó un bufido cuando el pandillero le guiñó un ojo, iba a reclamarle pero tuvo que ignorarlo y atender al cliente que se había acercado a la barra por un trago. Después de servirle al cliente se giró de nueva cuenta hacia Suga y lo encontró sentado frente a la barra con una mano sosteniendo su barbilla, sus intensos ojos estaban clavados en él y, bueno, le ponía nervioso.

"Eres un idiota, se supone que no debes dejar que te vean y aún así saliste del departamento solo para venir a acosarme con la mirada" refunfuñó Hoseok, acercándose a Suga para mirarle de cerca.

Recargó sus codos en la barra, logrando quedar con la mirada a la misma altura que la del pandillero y no se dejó intimidar por aquellos ojos felinos que le miraban con desafío. Pudo ver como los labios de Suga se movían bajo el barbijo formando una sonrisa y sintió sus propios labios hormiguear cuando Suga acercó sus manos a la mascarilla para bajarla hacia su mentón, dejando al descubierto esa sonrisa mordaz que tanto le ponía nervioso.

"Traje un barbijo, dudo que me reconozcan" murmuró Suga en voz baja, su tono volviéndose incluso más ronco de lo que ya era y Hoseok sintió su estómago cosquillear ante eso.

"T-tus manos, tus manos están cubiertas con los tatuajes de-" pero no logró terminar su oración ya que esas mismas manos subieron hasta su nuca para atraerlo hacia los labios del pandillero.

Soltó un jadeo cuando sintió su boca chocar contra los fríos y suaves labios de Suga, sus ojos cerrándose automáticamente cuando el hombre comenzó a devorarle la boca en un beso demandante que le estaba robando el aliento rápidamente. Sintió los dedos magullados de Suga acariciarle la piel sensible de la nuca y sus rodillas temblaron en el momento en que la cálida lengua ajena delineó su labio inferior con lentitud, pidiéndole permiso para entrar.

Pero, aún cuando quería seguir besándolo hasta quedarse sin labios, se obligó a separarse, escuchando el gruñido de queja del pandillero cuando tomó distancias entre sus cuerpos y pudo tomar una gran bocanada de aire.

"Debes aprender a callarte de vez en cuando, Hoseok-ah, éste método es poco ortodoxo pero comenzaste a desesperarme con tu parloteo" dijo Suga, soltando una risita ante la mirada asesina que Hoseok le dedicó y sin ningún descaro lamió sus labios húmedos antes de colocarse de nuevo el barbijo.

Hoseok se sintió algo aturdido, aquella actitud descarada de Suga era algo nuevo para él, puesto que en los dos días que llevaba conociéndole el pandillero se había comportado serio e incluso algo tímido a su alrededor, pero ahora estaba allí robándole besos y hablándole de forma sugerente.

"Imbécil" siseó Hoseok, dándose media vuelta y dedicándose a continuar con su trabajo lo que restaba de la noche, bajo la atenta mirada de Min Suga.

Se dedicó a ignorar la presencia de Suga durante el resto de su jornada y realizó su trabajo lo más decente que se podía, de vez en cuando le echaba pequeñas miradas a la tarima asegurándose de que ningún ebrio quisiera pasarse de listo con Yerim o cualquiera de las bailarinas. Así avanzaron las horas hasta que llegó la hora de cerrar el bar, los mastodontes que se encargaban de la seguridad obligaron a un par de ebrios a abandonar el local y casi lanzaron a Suga fuera también, pero Hoseok les indicó que era su acompañante.

Aunque por dentro estuvo muy tentado a dejar que los guardias lo echaran del bar a la fuerza en una pequeña venganza por lo del beso.

Hoseok se encargó de dejar todo en orden, limpió por última vez la barra y suspiró pensando en que quizás esa había sido su última noche trabajando en aquel bar de mala muerte. Salió de detrás de aquella enorme barra de madera y sintió como pronto Suga se colocaba a su lado dispuesto a salir de allí.

"Taehyung y Namjoon están por llegar, dijeron que los esperemos en la puerta así que-" habló el pandillero mientras subía la capucha de su sudadera, cubriendo por completo su cabello y ocultando parte de su frente.

"Si, si, espera un momento" susurró Hoseok, dejándolo sólo para caminar hacia donde Yerim se encontraba terminando de arreglar sus ropas.

Suga le miró alejarse con una ceja alzada y soltó un bufido al observar como Hoseok abrazaba con fuerza a una de las bailarinas del bar. Pudo apreciar como los labios de Hoseok se acercaban a la oreja de la chica para susurrar algo que no pudo entender antes de que ambos se separaran y se sonrieran una última vez.

"Bien, ahora si, andando" dijo Hoseok, llegando de nuevo a su lado y Suga asintió sin ánimos de preguntar quién era aquella bella chica de cabellos cortos.

Ambos salieron del bar sintiendo al instante el frío chocar contra sus cuerpos logrando entumecerles los huesos, permanecieron de pie justo unos pasos adelante de la puerta del bar, escuchando a sus espaldas como uno de los compañeros de Hoseok se encargaba de cerrar el local adecuadamente. Los segundos transcurrieron y los nervios sucumbieron el cuerpo de Hoseok al ver la calle totalmente vacía y sin rastros de algún auto conduciendo cerca.

"¿Quieres uno?" la voz de Suga rompió el denso silencio que los envolvía y Hoseok miró a su lado notando como el pandillero extendía una cajetilla de cigarros abierta en su dirección.

Sin dudarlo acercó sus dedos para tomar uno de los delgados cilindros de tabaco y ponerlo entre sus labios, esperó a que Suga encendiera su propio cigarrillo para tomar el encendedor entre sus dedos y encenderlo, para seguidamente darle una profunda calada a través del filtro.

Retuvo el humo dentro de sus pulmones apenas unos segundos antes de soltarlo lentamente, admirando como una nube grisácea se amontonaba delante de su boca al exhalar. Estuvieron así unos minutos más, solamente fumando con movimientos lánguidos y casi robóticos, sin emitir una sola palabra para rellenar el incómodo silencio que les envolvía.

A decir verdad Hoseok no sabía qué decir, después de que Suga le hubiese besado sentía que se había creado una rara tensión entre los dos que no sabía cómo interpretar.

Para su buena suerte, no tuvieron que estar más tiempo así ya que pronto visualizaron como una camioneta negra se acercaba hasta ellos, descubriendo a Taehyung como piloto y Namjoon a su lado en el asiento de copiloto.

"Suban, es hora de ir por Jimin" ordenó con voz casi cavernosa cuando estacionó a su lado y ambos obedecieron sin chistar.

Hoseok subió primero, acomodándose contra la ventana del auto y sintió como Suga subía después de él, apretándose a su costado aún cuando había bastante espacio para mantener distancia entre sus cuerpos, pero no le reclamó, en cambio pasó uno de sus brazos por encima de los estrechos hombros del pandillero y se sintió aliviado de que Suga se acomodara mejor contra su cuerpo.

"Bien, ahora mismo les llevaré hacia-" Taehyung comenzó a hablar, sin embargo, fue interrumpido abruptamente a mitad de su indicación.

"¡Hyung!" una voz parlanchina exclamó justo detrás de Suga, logrando sobresaltarlo, y giró su rostro para observar como Jungkook salía de detrás de la otra hilera de asientos.

"Jungkook, mocoso me has asustado, idiota" gruñó, mirando con ojos estrechos a su amigo pero éste simplemente soltó una risa.

Jungkook cruzó su cuerpo a la fila de asientos donde Suga y Hoseok se encontraban sentados, obligándolos a separarse. Pronto, Suga sintió el peso del esbelto cuerpo de Jeon caer sobre su regazo y rodó los ojos cuando sintió que el maldito mocoso acomodaba su trasero justo encima de su entrepierna.

Jeon Jungkook era un hijo de puta muy celoso.

"¿Me quieres decir que mierda haces aquí, Jungkook? Hablamos de ésto" preguntó Min, apretando su brazo alrededor de la cintura del jovencito para mantenerlo seguro en su regazo.

"Quería ayudar" se encogió de hombros y miró hacia adelante, percatándose de que la mirada oscura de Taehyung estaba clavada sobre él a través del retrovisor.

"Te dije que no, mocoso terco" gruñó de nuevo y Jungkook hizo un puchero ante el regaño.

"Pero, hyung-" gimió a punto de montar un berrinche, pero pronto sintió una palmada en el muslo por parte de su hyung que le advertía guardar silencio.

"Pero nada, Jungkook, el jefe dió indicaciones muy claras de que te quería a salvo en el hotel. Además nuestra conversación de la mañana fue muy clara" le recordó molesto y Jungkook sintió como los otros tres en el auto les miraban con interés.

"También le dijo a usted que se mantuviera seguro pero aquí está, a punto de ir a una misión suicida solo para salvar a un puto que apenas conoce" se quejó con tono receloso y sintió la mirada de Taehyung perforarle el alma después de referirse así de Jimin.

"Por pensar así fue que te prohibí venir" exhaló Suga con cansancio.

Pero a Jungkook no le importaba ni un poco, lo único que le importaba a él era Suga pero el tal Taehyung y Hoseok se lo estaban quitando.

"Cuida tus malditas palabras, niño" gruñó Taehyung, mirando hacia la carretera fijamente pero Jungkook solamente rodó los ojos. "Te volaré los sesos si vuelves a hablar así de Jimin" amenazó con voz grave y ahora si que Jungkook se estremeció, encogiéndose contra el cuerpo de Suga cuando se dió cuenta de que estaba en el auto de un matón sin ningún arma a la mano

"Yo te volare los sesos si vuelves a hablarle así, Kim" amenazó esta vez Suga, enderezándose en su asiento para mirar el perfil del hombre con claridad. "A Jungkook no te atrevas ni a mirarlo" sentenció, antes de apretar más su brazo alrededor de la cintura de su amigo.

"Eh, chicos basta, no es momento para discutir" intervino Hoseok, quien había permanecido en silencio junto a Namjoon todo ese tiempo.

Taehyung resopló, antes de rodar los ojos y pasar a ignorar olímpicamente a los dos pandilleros que le sacaban de sus casillas. Continuó conduciendo por varios minutos, antes de que apareciera el letrero de la Zona Roja en su campo de visión. Estacionó la camioneta unas cuadras antes de llegar a los límites de Cheongyangni, su mirada dirigiéndose a las tres personas que tenía en los asientos traseros para comenzar a hablar.

"Hoseok y Suga tomaran el auto que esta allí..." dijo, apuntando un pequeño auto negro que estaba estacionado a unos metros de la camioneta. "Irán hacia donde esté Jimin y fingirán requerir de sus servicios" continuó, antes de lanzarle las llaves del auto a Hoseok, quién las tomó al instante. "Traten de que Jimin no levante sospechas, los guardias están alrededor y podrían sospechar" indicó seriamente, antes de girarse esta vez para mirar a Namjoon.

"Yo me encargaré de deshacerme de los guardias que hayan cerca del hotel" repitió Namjoon, pues Taehyung ya le había indicado antes su parte en el plan.

Taehyung asintió satisfecho y le tendió un par de armas a Namjoon y Hoseok, éste último sintiéndose raro de sostener una pistola entre sus manos por primera vez. Aunque Namjoon ya le había dado un par de consejos horas antes (su amigo era bueno con las armas, por algo trabajaba como guardaespaldas ocasional del dueño del bar), Hoseok no creía que él estuviese hecho para sostener un arma y no fallar en el intento.

"¿Y yo que haré?" preguntó Jungkook, mirándole con sus brazos cruzados y aún sentado sobre los muslos de Suga.

"Tú te quedaras aquí, calladito y bonito esperando a que los demás vengan para huir" dijo Taehyung, sonriendo con sorna ante la mirada afilada que le dedicó el pandillero más joven.

"Yo ya soy bonito así que no será difícil, no puedo decir lo mismo de ti, grandulon" se mofó Jeon, admirando con gusto como la sonrisa en el rostro de Taehyung se borraba para ser reemplazada con una fina línea de labios tensos.

"Controla la lengua de tu puta, Min" gruñó Taehyung, mirando a Suga y éste se rió en su cara.

"Jungkookie no es mi puta, pero me encargaré de educarlo, no te preocupes" escupió con tono venenoso, antes de darle un apretón a la entrepierna de Jeon.

"¡H-hyung!" se quejó Jungkook a través de un abochornado gimoteo de reproche y Taehyung giró el rostro para que ninguno de los presentes se diera cuenta de cómo sus pupilas se dilataron ante aquel quejido.

Suga sonrió victorioso, sabía que aquel hombre miraba con ojos lujuriosos a su dongsaeng y no desaprovecharía la oportunidad de presumir lo fácil que era para él tocar los lugares prohibidos de Jungkook, aunque no fuesen más que amigos demasiado confianzudos. Si ese tal Kim Taehyung quería meterse entre los pantalones de Jeon, primero tendría que pasar por arriba de él.

Después de aquella escena tan incómoda, Hoseok decidió salir de la camioneta de una vez por todas, él ya sabía que el pandillero mantenía una extraña relación con Jungkook pero aún así era raro para él observar todo eso. Negó con la cabeza alejando aquellos pensamientos y se acercó al auto negro que estaba más adelante. Abrió la puerta con ayuda de las llaves que Taehyung le había entregado y subió al asiento del piloto segundos después.

"Hoseok-ah, ¿estas seguro de que puedes hacer esto?" la voz ronca de Suga llegó a sus oídos y giró su rostro para mirar como éste se encontraba parado a un lado de él mientras sostenía la puerta del conductor e inclinaba su cuerpo para poder mirarlo a los ojos.

"Si, si claro, solo estoy algo ansioso" susurró, parpadeando lentamente y aguantando la respiración cuando Suga posó su mano tatuada sobre una de sus mejillas.

"Tranquilo, Hoseok-ah, todo saldrá bien, es un plan muy fácil" alentó con una pequeña sonrisa estirando sus finos labios y Hoseok asintió dando un suspiro.

Suga se acercó un poco más para dejar un suave beso sobre la frente Hoseok y se separó rápidamente rodeando el auto para subirse al asiento de copiloto. Hoseok parpadeó lentamente sintiendo sus mejillas sonrojarse, pero no le prestó atención y en cambio cerró su propia puerta para después arrancar el auto e ingresar a Cheongyangni por segunda vez en su vida.

Esperaba que fuese la última vez.

Jimin suspiró por décima vez aquella madrugada, tenía frío y su estómago dolía gracias al hambre. Había conseguido que un hombre pagara por sus servicios en aquella noche pero no era lo necesario para cubrir la cuota del señor Lee.

Estaba cansado si tenía que ser honesto.

Su cuerpo dolía ligeramente por el acto que había realizado una hora antes con un político que había visto en la televisión, si su memoria no fallaba se había acostado con uno de los candidatos a alcalde de Seúl. Uno de sus compañeros había bromeado al decir que era una puta fina, pero para él solo había sido otro hombre más a la lista de sus pecados y martirios.

Estaba a punto de rendirse, quizás buscar a Taehyung para que le prestara algo de dinero y así completar lo que faltaba de la cuota, pero justo un auto negro con cristales polarizados se estacionó frente a él. Suspiró derrotado y se acercó al vehículo meneando las caderas, una sonrisa coqueta y falsa perfilando sus gruesos labios para completar la fachada de su actuación.

Sin embargo, la sonrisa decayó en el instante en que la ventana bajó y observó a Hoseok y Suga en los asientos delanteros.

"¿Qué?" murmuro cohibido y tratando de alejarse, pero pronto Suga rodeó con delicadeza su muñeca, impidiéndole retroceder más.

"Sube al auto, Jimin-ssi, vamos a sacarte de aquí" susurró Suga con voz suave y Jimin sintió sus ojos humedecerse ante esas palabras.

Sin tardar más, Jimin asintió y subió al asiento trasero del auto con rapidez, su respiración se había vuelto pesada para cuando estuvo sentado en el vehículo y Hoseok no tardó en regalarle una sonrisa tranquilizadora a través del espejo retrovisor. Quería abrir la boca y preguntar por qué estaban allí, tenía tantas dudas asaltando su mente pero lo único que podía hacer era balbucear una y otra vez.

"Tranquilo, Jimin-ssi, vamos a salir de aquí en unos minutos" prometió Hoseok sin despegar la mirada del frente y Jimin soltó una risita nasal que hizo que un par de lágrimas se escaparan de sus pequeños ojos.

Él observó cómo Hoseok conducía hacia uno de los hoteles que estaban dentro de la zona roja y sintió el miedo inundar su cuerpo cuando visualizó a todos los guardias que custodiaban los alrededores.

Escapar iba a ser un verdadero milagro si lograban pasar desapercibidos bajo el cuidado de todos esos hombres armados.

"Agachate, Jimin, quédate debajo de los asientos" indicó Suga cuando Hoseok estacionó a un lado del hotel.

Jimin fruncio el ceño confundido, pero aún así obedeció. Miró cómo Suga y Hoseok le imitaban ocultándose bajo el tablero del auto y cuando estuvo a punto de preguntar el por qué de aquella posición, unos disparos estallaron en el aire. Su cuerpo dió un respingo ante aquel caótico ruido que se desató fuera del auto, sus lágrimas fluyendo de nuevo a través de sus pestañas y su respiración se tornó temblorosa cuando los gritos de sus compañeros de trabajo se unieron al alboroto.

En medio de aquel caos, un pequeño sonido de notificación inundó el auto llamando la atención de Hoseok y Jimin, ambos miraron a Suga y éste leyó la pantalla de su celular con concentración.

"Taehyung-ssi dice que tenemos cinco minutos antes de que los demás guardias lleguen" murmuró, asomando su cabeza por encima del asiento y echando un vistazo.

"Entonces no perdamos el tiempo" concluyó Hoseok, volviendo a sentarse y arrancando el auto a toda velocidad.

Jimin trató de levantarse para también sentarse sobre apropiadamente pero la mano tatuada de Suga se lo impidió, miró hacia arriba para observarlo interrogante y el pandillero solo le sonrió un poco.

"Mantente allí, si se desata otro tiroteo podrían herirte" dijo y Jimin arrugó el entrecejo.

"Ustedes también podrían salir heridos" replicó, pero Suga simplemente soltó una risa nasal mientras negaba.

"Soy un pandillero, mocoso, puedo cuidarlos y mantenerlos a salvo a ambos" aseguró, desordenando los cabellos teñidos de Jimin antes de girarse para mirar al frente. "Hoseok-ah, deten el auto" pidió y Hoseok obedeció, ambos observando cómo Namjoon salía de detrás de un edificio a toda velocidad y abordaba el asiento trasero al lado de Jimin.

"Tres minutos, nos quedan tres minutos" fue lo primero que dijo el hombre al sentarse sobre el vehículo y miró hacia abajo al notar el cuerpo de Jimin acurrucado en el pequeño espacio entre los asientos. "Hey, con que tú eres el famoso Jimin. Un gusto, soy Namjoon" saludó sonriente, antes de quitarle la mirada de encima y cambiar los cartuchos de su arma por unos nuevos.

Hoseok arrancó de nuevo, mirando cada tanto hacia el espejo retrovisor para asegurarse de que nadie los seguía. Fueron cuestión de segundos lo que le tomó visualizar la entrada de Cheongyangni y casi soltó un suspiro de alivio al pensar en que el plan se había completado con éxito.

"Cuando Hoseok se estacione vas a correr a toda velocidad hacia esa camioneta de allá" indicó Suga, señalando el dichoso vehículo a unos metros de ellos. "Jungkook esta allí para llevarte fuera del área"

Jimin asintió sin decir una sola palabra, segundos después el auto se detuvo y miró cohibido cómo Hoseok, Suga y Namjoon apuntaban sus armas a distintas direcciones para cubrirle cada flanco. Con rapidez abrió la puerta del carro y salió corriendo lo más rápido que sus cortas piernas se lo permitieron, llegando en tiempo récord junto a la puerta de la camioneta.

"Anda, sube, sube" una voz le indicó, mientras la puerta de los asientos traseros se abría y entró con velocidad sin chistar.

Su ritmo cardíaco se aceleró de nuevo cuando el auto no se movió de su lugar y a lo lejos pudo observar cómo las camionetas de los guardias (que también protegían las casas de los proxenetas) se acercaban con velocidad a donde Suga, Hoseok y Namjoon estaban.

"¿Qué haces? ¿Por qué no arrancas?" chilló Jimin asustado, mientras trataba de acercarse al chico detrás del volante.

"No me pienso ir de aquí sin Suga hyung. Me importa una mierda si el plan se arruina y te asesinan, no me pienso ir de aquí sin él" decretó el chico, mirando con ojos asustados a las camionetas que cada vez estaban más cerca del auto de sus tres hyungs.

Jimin no se quejó pues estaba de acuerdo, no pensaba dejar a Hoseok ni Suga en medio de ese caos cuando ellos eran los que le estaban salvando, así que suspiró y miró con terror cuando más disparos reventaron en el aire.

"¡Hyung! ¡Venga al puto auto!" escuchó cómo el tal Jungkook gritaba contra su teléfono y casi soltó más lágrimas cuando lo escuchó sollozar desesperadamente. "¡Está loco! ¡No me iré sin usted!" lloriqueó, antes de colgar la llamada y aventar con rabia el teléfono contra el asiento del copiloto.

Quiso preguntar qué pasaba, pero casi se estrelló contra el tablero cuando Jungkook aceleró el auto de imprevisto, sus ojos se abrieron enormes al ver como el chico más joven conducía directamente al lugar donde estaba el auto con Hoseok, Suga y Namjoon en el interior.

Nunca había sido religioso, pero en ese momento comenzó a rezarle a todos los seres divinos para que lograran salir todos vivos de allí.

Jungkook se estacionó justo al lado del otro auto y bajó la ventana para sacar su rostro unos segundos.

"¡Suban a la camioneta! ¡Rápido!" gritó, quitando los seguros a la puerta y pronto sintió cómo tres cuerpos más se lanzaban a su lado en los asientos traseros.

El alma le volvió al cuerpo cuando miró que sus tres Hyungs estaban sanos y salvos junto a él.

"¡Acelera, anda!" gritó Namjoon, cuando vió como las camionetas enemigas literalmente chocaban contra el otro auto que habían abandonado y Jungkook no dudó en pisar en acelerador hasta el fondo.

Las respiraciones agitadas de todos inundaban el vehículo y sintió que el alma le regresaba al cuerpo cuando los disparos dirigidos en su contra no los dañaron gracias a que la camioneta era totalmente antibalas.

"¡¿En que mierda pensabas, Jungkook?! ¡Pudieron matarnos!" exclamó Suga con enojo, mirando a su amigo con los ojos inyectados en sangre.

"No me iba a ir sin usted" fue lo único que susurró el chico, mientras lágrimas bañaban su bonito rostro en un llanto silencioso.

"¡Deja de pensar solo en mí! ¡El plan es sacar a Jimin!" regañó, sin dejarse ablandar por la expresión decaída de Jungkook.

"¡¿Y a mi de qué mierda me sirve salvar a ese idiota si usted resulta herido?!" sollozó Jungkook, golpeando con su puño el volante sin dejar de conducir a toda velocidad. "¡Deje de pensar en un puto desconocido y piense en usted! ¡Piense en lo que sería de mí si usted muere!" reclamó, poco importándole estar montando una escena frente a los demás.

"Jungkookie..." Suga trató de reprender, pero su voz salió en un hilo débil y angustiado.

"Hey, Suga hyung, no sea tan duro, Jungkook nos salvó el pellejo. Era imposible que nosotros tres pudiéramos solos contra todos esos" intervino Hoseok, apretando el hombro del pandillero para tranquilizarlo.

Suga resopló, dejando caer su cuerpo contra el asiento en total rendición.

Pero la calma no duró mucho cuando un golpe en la parte trasera del auto casi hizo a Jungkook perder el control del volante. Todos miraron hacia sus espaldas observando cómo tres autos aún les perseguían y uno de ellos estaba tan cerca que con solo acelerar podía pasar a empujarles fuera del carril.

"Mierda, Jungkook, dejame el volante" exigió Suga, levantándose a duras penas entre el espacio de los asientos para tratar de cambiar de posiciones.

"Pero, hyung-"

"Pero nada, sabes que soy mejor en las persecuciones" dijo firme y Jungkook asintió, pasando su cuerpo al asiento del copiloto sin soltar el volante.

Pronto Suga estuvo en el asiento de conductor y pisó el acelerador al máximo, ganando algo de ventaja entre los otros autos. Sin aviso, giró abruptamente en una calle logrando que Hoseok se estrellara contra una de las ventanas gracias al inesperado movimiento del auto.

"Namjoon-ssi, ¿eres capaz de dispararles si abro la compuerta del techo?" preguntó Jungkook, observando el tablero del auto con concentración.

"Si, abrela"

Y pronto, medio cuerpo de Namjoon estaba en el exterior disparando contra sus perseguidores en busca de herirlos o, por lo menos, lograr reventarles una llanta.

Hoseok, por su lado, tomó a Jimin entre sus brazos y lo trató de cubrirlo completamente con su cuerpo, no podía descuidarse o podrían herirlo o asesinarlo.

Fueron segundos largos que les tenían el corazón al borde de un ataque cardíaco, los estruendos de las balas impactando contra el metal era la música de fondo de aquel escenario y cuando cesó se permitieron respirar con cansancio.

"Logré deshacerme de todos" anunció Namjoon, colocándose de nuevo en su asiento y todos asistieron satisfechos.

Suga cambió la dirección del auto, comenzando a conducir hacia el aeropuerto donde, según el plan de Taehyung, un jet privado les esperaría para sacarlos de la ciudad. La tensión a su alrededor fue disminuyendo conforme veían las casas y edificios comenzar a desaparecer en la lejanía y un suspiro derrotado se deslizó por los labios de Suga cuando miró por el espejo retrovisor y se percató de que Jimin permanecía vivo y sin heridas a un lado de Hoseok.

Lo habían logrado.

"Lo siento, hyung" escuchó el suave susurro de Jungkook y le miró de reojo.

"Yo lo siento, mocoso, gracias por salvarnos" susurró de igual forma, alargando su brazo para acariciar con cariño los cabellos azabaches de su amigo.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de ambos pandilleros, pero un segundo después recibieron un impacto por delante que casi hizo la camioneta rodar.

Quizás había hablado muy pronto.

Los gritos de Hoseok y Jimin llenaron la escena. Suga parpadeó, sintiendo un punzante dolor en la frente y cuando se enderezó en su lugar, se dió cuenta de que un auto había chocado contra ellos sacándolos del carril.

"¡Salgan del auto, ya!" ordenó, algo desorientado por el golpe mientras trataba de desabrochar el cinturón de seguridad, pero cuando estaba a punto de salir cayó en cuenta de que Jungkook no se movía.

No, no, ¡no!

La desesperación le hizo su esclavo cuando observó el cuerpo inconsciente de Jungkook permanecer desparramado contra el tablero, su pulso aumentando cuando escuchó nuevos disparos y más gritos por parte de Jimin y Hoseok.

Min Suga, en ese momento, se dió cuenta de que no saldrían vivos de allí.

"¡Jungkook, jungkook!" llamó desesperado, tratando de mover el cuerpo delgado fuera del asiento.

Pero Jungkook no reaccionó.

Suga sintió su propio corazón dejar de latir en ese preciso instante, el terror paralizando cada centímetro de su cuerpo.

Oh, carajo.


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