005
Hoseok había hecho muchas cosas cuestionables en su vida, como cuando olvidó titularse de la carrera de Derecho por convertirse en bailarín (y fracasó vilmente) o cuando dejaba que tipos desconocidos lo follaran por una noche. Pero nunca en su vida, jamás, se había involucrado en cosas peligrosas por otra persona y aún así allí estaba sentado frente a Kim Taehyung, el sobrino de un proxeneta, que le estaba pidiendo arriesgar su pellejo por un chico que apenas y conocía de nombre.
¿Lo peor de todo? Es que había aceptado ayudar con lo que fuese sin dudar ni un segundo.
"Miren, no confío en ustedes en lo absoluto pero estoy lo suficientemente desesperado por sacar a Jimin de ese lugar como para darles el beneficio de la duda" dijo Taehyung, mirándoles con una seriedad que tenía intimidados a Hoseok y Namjoon.
"Esperen, ¿quien es Jimin?" preguntó Jungkook, ladeando su cabeza en un tierno gesto de confusión.
"Larga historia, mocoso, te contaré luego, ¿entendido?" Suga le sonrió de manera tranquilizadora y Jungkook asintió regresando la mirada a Taehyung.
"Entonces, este tal Jimin pertenece a la Zona Roja, ¿eh?" cuestionó Namjoon, mirando con curiosidad a Hoseok y éste se encogió de hombros.
"Larga historia" repitió Hoseok y Namjoon suspiró intrigado.
"Como ya dije, necesito sacar a Jimin de allí, lo he intentado solo antes y fallé, pero si obtengo ayuda extra puede que lo logre" Taehyung volvió a hablar, obteniendo la atención de los otros cuatro.
Hoseok torció los labios al recordar que Jimin ya le había contado acerca del escape fallido que Taehyung había organizado.
"Tengo un plan, uno que si sale bien podría beneficiarlos a todos ustedes" tarareó Taehyung, recibiendo las miradas curiosas de los presentes.
"A ver, a ver. ¿Cómo podría beneficiarme a mi rescatar a un supuesto prostituto que nunca en mi vida he visto?" soltó Namjoon con algo de desconfianza y Hoseok le pellizcó en respuesta.
"Cállate, Nam, deja que Taehyung-ssi hable" reprendió Hoseok, frunciendole el ceño en desaprobación de sus palabras.
Taehyung rodó los ojos ante la interrupción y cruzó sus brazos sobre su pecho en una pose altiva.
"Necesito saber si van a aceptar, no puedo permitirme que me traicionen y tenga que volarles los sesos en cambio" escupió con cierta ponzoña en su voz y Jungkook alzó una ceja ante la amenaza.
"Yo estoy dispuesto a hacerlo" contestó Hoseok sin dudar y Suga asintió en acuerdo con sus palabras.
"Si mi hyung se involucra entonces automáticamente yo también ayudaré" Jungkook murmuró, encogiéndose de hombros y mirando con desafío a Taehyung, quién le devolvía la mirada intensamente.
"Bueno, quiero saber de aquel beneficio así que estoy dentro" Namjoon suspiró con verdadero interés.
Taehyung formuló una sonrisa de medio lado y paseó sus manos por su cabello acomodándolo un poco y se relamió los labios bajo la mirada de cierto jovencito azabache de ojos grandes.
"Jimin me contó sobre tu situación, Suga" ronroneó Kim, observando como la expresión de Suga cambiaba de ser preocupada a ser una totalmente dura.
"¿Y eso qué mierda...?" el gruñido de Suga fue interrumpido por la risa de Taehyung.
"Tranquilo, pequeñín, el beneficio de que me ayudes es que puedo sacarte de Seúl sin ningún inconveniente para que te libres de esos que te persiguen, ¿que opinas?" negoció Kim y Hoseok tragó saliva de los puros nervios.
"Primero que nada; pequeñín tu jodido pene, imbécil" farfulló Suga con disgusto y Jungkook soltó una risita ante su molestia. "En segunda, no tienes que meterte en asuntos que no te incumben, Kim Taehyung" el mencionado alzó una ceja ante la actitud tan borde de aquel hombre paliducho pero no dijo nada al respecto. "En tercera, acepto ayudar pero solo porque Jimin lo necesita" murmuró, lanzándole una mirada cómplice a Hoseok.
"Como tú digas, Min Suga" carcajeó, restándole importancia a la amenaza anterior de Suga. "Si todo sale como planeo, todos los que me ayuden estarán lejos de Seúl y con una suma de dinero suficientemente grande como para vivir sin preocupación por todo un año" anunció, mirando como Namjoon parecía atragantarse con su propia saliva ante la información.
"¿Tan peligroso es tu tío como para recurrir a sacar de la ciudad a Jimin-ssi?" preguntó Hoseok por lo bajo, mientras miraba sus manos posadas en su regazo.
"Si" fue lo único que Taehyung respondió y Hoseok tragó en seco asintiendo ante la afirmación.
Hoseok no iba a mentir, tenía un jodido miedo inmenso de involucrarse en algo tan grave como la traición de una red de prostitución. No quería imaginarse qué pasaría con él si ese supuesto plan fallaba, qué le harían a todos los que participaran en ello o qué consecuencias traería a Jimin. Pero las ganas de proteger a ese muchachito de cabello anaranjado eran superiores al miedo, no quería dormir varias noches más sabiendo que ese pobre chico vivía en condiciones deplorables y, aunque lo conociera de menos de un jodido día, tampoco era tan egoísta y desalmado como para dejarlo desamparado cuando tenía la oportunidad de salvarlo.
"Bien, dinos el plan" pidió Hoseok con algo de temor y sintió como una mano se deslizaba por su muslo para darle un pequeño apretón.
Solo bastó ver aquella mano pálida y tatuada para saber que se trataba de Suga queriendo reconfortarlo.
"Escuchen atentamente que no repito dos veces..." comenzó Taehyung y todos pusieron total atención a sus palabras.
Hoseok internamente rogaba para que todo eso funcionara.
Hoseok cerró la puerta de su apartamento cuando todas las visitas se fueron. Soltó un pesado suspiro dejando su espalda pegada a la madera y cerró sus ojos fuertemente por un momento.
¿En qué momento se había metido en ese lío?
No lo malinterpreten, si tuviera oportunidad de volver en el tiempo él sin dudas ayudaría a Jimin de nuevo, pero con cada hora que pasaba todo parecía complicarse más y más alrededor de su vida gracias a un par de chicos bonitos.
"Tranquilo, Hoseok-ah, verás que todo saldrá bien" la voz de Suga llegó a sus oídos totalmente suave y bajita, tanto que ni siquiera se escuchaba ronca como siempre.
Hoseok abrió sus ojos mirando enseguida el cuerpo delgado de Suga frente a él, una sonrisa pequeñita se dibujó en sus labios al observar como el pandillero le dirigía una mirada tranquilizadora y asintió a sus palabras, creyéndole sin chistar.
Hoseok caminó hasta donde Suga se encontraba parado, una sonrisa boba dibujándose en sus labios al prestarle atención a su apariencia. Su cabello teñido le caía sobre la frente casi cubriendo sus ojos, estaba algo húmedo porque recién se había duchado y se notaba que había sido con agua fría ya que sus mejillas y nariz estaban teñidas de carmín. Un suéter azul cobijaba su cuerpo y al ser unas tallas más grande dejaba ver sus delicadas clavículas a la vista y cubrían hasta la mitad de su muslo. Lucía demasiado bonito y Hoseok se preguntó si ese mismo chico era el Suga que había asesinado a dos hombres con un bate de béisbol.
Con cuidado, alzó su mano mientras miraba a Suga expectante en busca de aprobación, el pandillero sonrió ladino y dió un pequeño paso para hacer que los dedos de Hoseok rozaran la piel de su pómulo. Hoseok recorrió con sus yemas la piel amoratada de su mejilla y suspiró bajito y con disgusto al ver que los moratones de Suga seguían presentes y parecían que estarían allí por varios días más.
"Lo siento, Hoseok-ah" susurró Suga, bajando la mirada y frunciendo sus labios ante el pulsante dolor en su rostro.
"¿Qué? ¿Por qué?" preguntó con confusión mientras fruncía el entrecejo.
"Por tener que resguardarme aquí en tu casa por asuntos que no son tuyos, estoy metiéndote en problemas ajenos que no mereces y apenas me conoces" respondió Suga pero Hoseok negó con una sonrisa divertida.
"Realmente comienza a darme igual si te conozco de ayer o de toda la vida Suga hyung, yo decidí ayudarte a ti y a Jimin porque así lo quise, ¿okay?" aseguró, mientras que con su mano hacia que el rostro del pandillero se elevara para que le mirara.
"¿Por qué eres tan bueno? No concibo que hagas tanto por nosotros cuando de mi no conoces ni mi nombre" se quejó Suga, mientras apartaba el rostro del toque de Hoseok.
"Lo de tu nombre no me importa, hyung, además eso hace más misterioso e interesante tu compañía, ¿no crees?" Hoseok sonrió ladino, mientras metía su mano en el bolsillo de su pantalón.
Suga soltó una risita y negó con la cabeza divertido, no entendía como aquel chico era capaz de ayudarlo sin pensarlo dos veces pero estaba tan agradecido con la vida por ponerlo en su camino por accidente.
"Así que deja de pensar en todo eso, por favor, lo que hago no debe cuestionarse porque yo así lo quiero, ¿okay?" pidió Hoseok, mirando a Suga y éste asintió despacito. "Bien, iré a darme una ducha y nos acostaremos a dormir porque mañana será un día muy largo" suspiró, pensando en el plan de Kim Taehyung.
Hoseok se separó de Suga, realmente no dándole importancia al hecho de que sus cuerpos habían estado tan cerca que sus torsos se habían tocado. Sonrió con dulzura al chico pálido que le miraba con pequeños ojos gatunos y, antes de que ingresara al baño, dejó un rápido beso en su frente provocando que Suga se quedara pasmado ante el gesto.
Si tenían que preguntárselo, Suga no negaría que Jung Hoseok despertaba sentimientos contradictorios en su ser.
¿Le gustaba? Probablemente si.
¿Estaba cómodo a su lado? Obviamente.
¿Estaba seguro de sus sentimientos? No, no lo estaba.
Y no lo culpen, habían pasado tantas cosas malas durante el pequeño lapso de tiempo en el que conocía a Hoseok que le llenaba de inquietudes el hecho de que le atraía de una manera enorme.
Suga no entendía lo que ocurría con sus sentimientos y creía que se volvería loco si no llegaba a aclararlos, porque era totalmente loco que le gustase alguien que apenas conocía ¿verdad?
Por otro lado Hoseok ya se había rendido ante la idea de que Suga y Park Jimin le importaban más de lo que era prudente, todo el día aquel cuestionamiento le había atormentado la cabeza y en ese preciso momento decidió simplemente dejar de buscar un por qué y dejarse llevar por el momento.
Con aquello en mente, Hoseok prosiguió a asearse, lavó con esmero su cabello y enjabonó su cuerpo con cuidado de no hacer mucha presión a los hematomas que pintaban de tonos morados la piel de su torso. Terminó de ducharse lo más rápido que pudo, ya que el agua helada le hacia tiritar de frío con cada segundo que pasaba, y una vez fuera de la regadera procedió a colocarse las delgadas telas de ropa que contrabajo podían resguardarle de las altas temperaturas típicas de los otoños en Seúl.
Ya vestido adecuadamente, salió del baño mientras que con una mano secaba su cabello con la ayuda de la toalla, sin embargo, tuvo que detener sus movimientos para observar la adorable imagen delante de él. Una sonrisa se plantó en su rostro sin poder evitarlo, ¿y quién podría? Si tenía enfrente a un hombre demasiado bello totalmente acurrucado en su cama con la mitad del rostro oculto tras una almohada y con sus pálidas piernas descubiertas pegadas contra su pecho como si fuese una bolita.
Hoseok consideró ese un buen momento para morir de ternura.
Caminó hasta la cama y cuando estuvo lo suficientemente cerca apreció la belleza que era Suga totalmente sereno y dormido.
Las pestañas del hombre eran largas y creaban sombras bajos sus pómulos al tener los ojos cerrados, sus labios eran rosaditos y esponjosos y lucían más húmedos de lo normal, su naricita de botón estaba ligeramente arrugada en una mueca graciosa y sus delgados brazos abrazaban con fuerza la almohada entre sueños. Los dedos de Hoseok cosquillearon ante las ganas de pasearlos por el rostro de Suga para delinear aquellas suaves facciones y tuvo que apretar su mano en un puño para reprimirse de hacerlo.
"Diablos, Jung Hoseok, tranquilizate que lo acabas de conocer" susurró para él mismo, mientras dejaba la toalla tendida en una silla cercana para proceder a meterse a la cama.
Soltó un suspiro cuando su cuerpo al fin tocó la suavidad del colchón, cerró los ojos con pereza y e inspiró hondo al sentir como la calidez del cuerpo ajeno a su lado. Comenzó a pensar en todo lo que tenía por hacer el día siguiente, tenía que ir a hacer las compras de la despensa porque se estaba quedando sin víveres, tenía que ir a trabajar al bar y aparte de eso tenía que reunirse con los demás para llevar a cabo el plan para sacar a Jimin de La Zona Roja.
Tenía tantas cosas por hacer y de solo pensarlo le daba migraña y se sentía de mal humor, pero antes de que pudiese levantarse de la cama para ir a fumar un cigarrillo afuera, sintió como el cuerpo de Suga lo envolvía sin previó aviso.
Parpadeó un par de veces algo confundido por el acto y soltó una risita divertida al sentir como una de las piernas del pandillero se envolvía alrededor de su torso y sus brazos rodeaban su cabeza apretándole contra su pecho.
"Suavecito, mhm..." escuchó el murmullo de Suga y no pudo evitar sentirse enternecido.
No intentó quitarse, al contrario se acomodó mejor contra el cuerpo del otro y se dejó abrazar a gusto, deleitándose del calorcito que desprendía la piel de Suga. Cerró sus ojos de nueva cuenta y se relajó por completo sintiéndose cómodo entre los brazos de aquel chico que, aunque lo conocía de dos días, estaba causando un mar de emociones en él.
Y así, en medio de una noche fría de otoño en un departamento viejo de Seúl, Hoseok se sintió casi completo entre los brazos de Suga.
Al parecer todavía le faltaba un par de brazos y una cabellera naranja para sentirse definitivamente completo.
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