Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

003

Todo a su alrededor giraba para cuando se despertó, su boca se encontraba seca y con mal sabor mientras que ciertas zonas de su abdomen dolían como el infierno con tan solo respirar. Soltó un quejido bajo desde lo más profundo de su garganta, se removió en el colchón con pesadez y abrió los ojos lentamente, pues la migraña estaba haciendo palpitar sus sienes. Parpadeó un par de veces, tratando de acostumbrarse a la claridad que se filtraba por alguna de las ventanas y trató de sentarse para despabilarse, pero una mano se aferraba a su camiseta impidiéndole el movimiento, frunció el ceño mirando hacia abajo y enseguida se encontró con una maraña de cabellos naranjas que reposaban sobre su pecho.

¿Que carajos?

Trató de quitar de encima aquel cuerpo desconocido, aun algo dormido y desorientado, sin embargo, un gruñido le hizo paralizarse y otra mano se colocó sobre su cintura obligándole a permanecer quieto sobre el colchón.

Hoseok estuvo a punto de soltar un grito escandalizado, pero pronto los recuerdos de la noche anterior regresaron a su memoria como un balde de agua fría.

Oh, cierto. Jimin y Suga habían pasado la noche en su departamento.

Suspiró rodando los ojos por haber olvidado aquel detalle y con cuidado sacó el cuerpo de Jimin de encima, dejándolo suavemente sobre el colchón y quitando lentamente la mano de Suga, la cual se aferraba a su cintura con fuerza. Ante aquel movimiento el ceño del pandillero se frunció entre sueños y sus delgados dedos buscaron el cuerpo que se había alejado de la cama. Hoseok se quedó un par de segundos parado frente al colchón para asegurarse que esos dos no se despertarían por su ausencia y, cuando se percató que ahora ambos se acurrucaban entre ellos, decidió que era mejor tomar una ducha para empezar con aquel día que quien sabe qué les tendría preparado.

Buscó una nueva muda de ropa y se prometió ir a la lavandería esa misma mañana aprovechando que era su día libre, pues tenía una montaña entera de ropa sucia y, si quería sobrevivir un mes más, necesitaba vestirse con ropa limpia. Se dirigió al baño y se duchó lo más rápido posible, ya que el agua estaba helada y por ahora no quería morir de hipotermia o algo parecido. Una vez estuvo limpiecito y fresco por la ducha, procedió a vestirse notando ante su desnudez los hematomas morados que pintaban la piel de su abdomen y torso. Colocó los pantalones de chándal negros, una camiseta blanca encima y un suéter de lana igualmente blanco pues afuera hacia un frío de mierda y, al no tener calefacción, su departamento parecía tomar la misma temperatura del exterior.

Caminó con pereza hasta la pequeña cocina y colocó un poco de agua a calentar pues, si su memoria no fallaba, debía tener café por algún lado. Buscó entre los estantes algo comestible que ofrecerles a sus invitados y encontró barras de cereal y galletas, por lo que supuso que eso sería un desayuno decente por el momento. Agregó el café al agua caliente y mezcló con un par de cucharadas de azúcar, antes de servir en las tres tazas que había buscado con anterioridad.

"Buenos días" una vocecita ligeramente ronca habló detrás de él, sobresaltándole por un momento ante el repentino saludo.

Giró sobre sus talones observando la figura que se asomaba por la puerta de la cocina y sonrió suavemente al ver a un soñoliento Jimin recargarse contra el marco de la puerta.

"Buenos días, Jimin, ¿te encuentras bien?" saludó de vuelta, observando como el joven pelinaranja asentía apenado. Hoseok colocó la taza de café que recién servía sobre la barra bajo la atenta mirada del contrario. "Mh, no he hecho la despensa así que espero que café y barras de cereal sea un desayuno decente" murmuró, algo apenado, y Jimin soltó una risita.

"Es mucho más de lo que esperaba, gracias" dijo con sinceridad, tomando entre sus pequeñas manos la taza de café ofrecida y deleitándose por el calor que desprendía la bebida.

Hoseok sonrió complacido con las palabras de Jimin y se sentó en una de las sillas de madera que estaban frente a la mesa, con un gesto de cabeza le indicó a Jimin que lo imitara y pronto ambos estuvieron sentados frente a frente.

"Así que, Jimin, ¿realmente estas bien? ¿Dormiste bien? ¿No te incomodó que durmiesemos los tres juntos?" preguntó Hoseok, mientras destapaba una barra de cereal y le daba un mordisco.

Estaba sinceramente preocupado y quería asegurarse de que Jimin no sufriera secuelas por lo vivido en la madrugada.

"Ehm, estoy bien, me duele el cuerpo pero pasará, y no, no me incomodó eso" murmuró Jimin, con la mirada baja y sus manos jugueteando con nerviosismo alrededor de la taza.

"Me alegro, cualquier cosa me dices ¿si? No quiero invadir mucho tu espacio personal si eso te pone incómodo, estas en tu derecho de tener desconfianza después de lo de anoche" suspiró, queriendo no ahondar mucho en el tema pues para él también había sido una escena shockeante.

"Si, tranquilo, muchas gracias" concedió el joven pelinaranja, dedicándole una sonrisa agradecida a Hoseok y éste le restó importancia.

"Ya te dije que no agradezcas, lo volvería a hacer si fuese necesario" aseguró, antes de tomar otro sorbo de su café. "¿Puedo preguntarte algo, Jimin?" murmuró después de varios segundos y el aludido asintió.

"Adelante"

"¿Cuantos años tienes?" preguntó Hoseok, tratando de no incomodar al otro.

"Cumpliré veinte en un par de semanas" contestó Jimin, visiblemente desinteresado, después de todo tenía tiempo sin celebrar un cumpleaños.

"Eres menor que yo" susurró Hoseok para si mismo y mirando con pena a Jimin. "Oye, ¿por qué estas en esa Zona?" preguntó de nuevo, esta vez siendo precavido y tratando de no sonar tan invasivo, el contrario se tensó.

"Problemas económicos" se limitó a contestar y Hoseok asintió, entendiendo que no era un tema que le incumbía.

"Mmm, ¿y tú confías en el otro?" preguntó, tratando de girar la conversación para no incomodar más a Jimin.

Jimin frunció el ceño meditando su respuesta, pues para él seguía siendo surrealista el hecho de que un pandillero les había salvado el pellejo.

"¿En cual otro?"

Una voz bastante profunda y rasposa habló logrando sobresaltarlos y, tanto Jimin como Hoseok, voltearon a ver al soñoliento chico pálido que bostezaba como felino detrás de ellos.

"En los tipos de anoche" Jimin contestó rápido, mientras sorbía su café para disimular el nerviosismo en su cuerpo.

Suga miró a ambos chicos delante de él, una de sus cejas arqueándose ante la respuesta de Jimin, pero no insistiendo con el tema. No confiaba en ellos por más que los hubiese salvado, no los conocía un carajo y no podía evitar sentir desconfianza, de todos modos no podían culparle ya que eran dos desconocidos y en su mundo había aprendido a desconfiar hasta de su sombra.

Suga tomó asiento al lado de ellos y apoyó su barbilla sobre una de sus manos, guardando silencio y limitándose a observar la manera en que Hoseok tragaba saliva e intentaba continuar su desayuno mientras que Jimin se sonrojaba con mayor intensidad con cada segundo transcurrido.

"Así que, ¿nos contaras que te pasó?" murmuro Hoseok apuntando a su torso, obviando el hecho de que se refería a los golpes en su cuerpo.

"Todo lo que necesitabas saber te lo dije ayer" se apresuró a decir Suga con una expresión sería y el hombre más alto tensó los labios algo incómodo.

"Al menos, ¿podría decirme cuantos años tiene? ¿O su verdadero nombre? Porque dudo que Suga sea un nombre de verdad, a menos que sus padres estuviesen drogados mientras estaban en el registro civil" bromeó Hoseok en un intento por aligerar el ambiente tan tenso, mirando como el pandillero rodaba los ojos ante su insistencia.

"Tengo veinticuatro años, solo eso te diré" resopló Suga y Hoseok suspiró rendido.

"Esta bien, ¿puedo decirte «Hyung»?" preguntó y Suga asintió, pues estaba acostumbrado al uso de los honoríficos. "Pero ¿por qué no puede decirnos su nombre?" Hoseok cuestionó curioso y Suga sintió como obtenía la mirada de Jimin también.

"No puedo arriesgarme" contestó con seriedad, encogiéndose cuando Hoseok le miró algo ofendido. "Oye, estoy muy agradecido con tu hospitalidad, lo juro, pero no me puedo dar el lujo de confiarle mi nombre a un desconocido cuando estoy enredado en varios líos" gruñó con desagrado al recordar en el problema en el que estaba metido, y se recordó mentalmente llamar a Jungkook esa misma mañana.

"Le están buscando, ¿verdad?" preguntó Jimin recordando algunas de las palabras que había dicho Suga la noche anterior contra el teléfono.

"Si, niño, no te diré más de lo que escuchaste anoche" refunfuñó irritado y Hoseok le lanzó una mirada llena de preocupación ante su declaración.

"¿Tiene un lugar seguro donde ocultarse?" cuestionó, visiblemente preocupado, a lo que Suga negó.

Hoseok no lo pensó realmente, su cerebro no lo proceso lo suficiente como para analizar que lo que diría era totalmente irracional, pero terminó por pronunciar lo que su instinto decía:

"Bueno, mi departamento no es un hotel cinco estrellas ni mucho menos una casa decente pero si deseas puedes quedarte aquí el tiempo que necesites" ofreció, mientras mordía su labio inferior y miraba en dirección opuesta a donde Suga estaba para evitar mirarle a los ojos.

¿Acaso Jung Hoseok había terminado por enloquecer?

¡Había ofrecido asilo a un extraño que conocía de hace menos diez horas y que además se negaba a contarle algo tan simple como su nombre!

Definitivamente estaba loco.

"¿Qué? ¿Hablas en serio?" murmuró Suga suavemente, ocultando muy bien su sorpresa al ofrecimiento tan precipitado de Hoseok. "Estoy seguro que puedo ocultarme por ahí hasta que el asunto se calme" trató de quitarle importancia, pero Hoseok negó antes de mirarle con decisión.

"Hablo en serio, hyung, puede quedarse aquí el tiempo que sea necesario. Nos salvaste la vida y voy a saldar mi deuda" dijo Hoseok, haciendo una mueca ante el recuerdo.

Era extraño, sin dudas era muy raro que Hoseok sintiese la necesidad de pagarle por la ayuda a ese chico y que a Jimin quisiera protegerlo como si fuese un crío. Si lo pensaba con detenimiento era completamente irracional que estuviese ofreciéndole quedarse bajo su techo a un tipo que conocía de unas horas y que sabía bien era un peligroso pandillero, pero al parecer su racionalidad no funcionaba bien desde anoche.

"No me debes nada, Hoseok, lo hice sin esperar nada a cambio" aseguró Suga, suspirando. "Pero voy a aceptarlo solo porque si me vendría bien estar por estos rumbos desconocidos" cedió, asintiendo hacia Hoseok y pensando que aquellos barrios bajos eran un buen escondite del que sus enemigos jamás sospecharían.

Hoseok suspiró, sintiendo que estaba haciendo lo correcto y cambió su mirada al joven pelinaranja que había observado toda la escena en silencio.

"Me alegra que pueda ocultarse de cual sea que sea ese peligro que corre, Suga hyung" expresó con sinceridad, Jimin, ya que aunque Suga fuera un criminal no le deseaba el mal a aquel que le había salvado el pellejo.

"¿Sabes? Tú también puedes venir aquí, estar en Cheongyangni es difícil y podría evitar que duermas en parques cuando no logres juntar tú cuota" dijo Hoseok, como si fuese normal en su vida ir acogiendo en su departamento a desconocidos.

Pero la sonrisa de Jimin se borró al instante, su expresión facial volviéndose triste.

"Oh, no. Yo no podría" rió el joven, pero aquel sonido solo sonaba forzado.

"¿Por qué no?" masculló Suga con una mueca pequeña en sus labios, y si Hoseok lo conociera sabría que aquello era un imperceptible puchero.

"Suga hyung" llamó Hoseok y el aludido le miró enseguida. "Literalmente nos acabamos de conocer, creo que eso es un por qué suficiente para rechazar una invitación de ésta magnitud" rió, algo apenado y no pudo evitar sentirse como un loco. "Es decir, ¿quien te ofrece vivienda así como así apenas conocerse? Deben pensar que soy un demente depravado o algo" susurró y pronto sintió una mano fría tocar sus dedos con algo de duda.

"Hoseok-ah, jamás podría pensar que eres un demente depravado" murmuró Suga, su mirada seria y honesta. "Sé que solo quieres ayudar, las circunstancias en las que nos conocimos lo ameritan y estoy muy agradecido por todo lo que estas haciendo con los dos" confesó, una sonrisa plantándose en sus labios, era suave y pequeña, no mostraba sus dientes pero Hoseok se sintió agradecido con ese gesto.

"Hoseok hyung" llamó Jimin, mirando la escena anterior con vergüenza. "No crea que lo considero un peligro, no podría pensar eso de quien me salvó y me ofreció techo sin dudarlo" aseguró, sus ojos brillosos como si estuviese retuviendo el llanto. "Estoy muy agradecido con usted, Hoseok hyung, y nada me haría más feliz que poder tomar su ayuda" confesó tímidamente y su mirada rápidamente viajó al pandillero. "Poder venir y asegurarme de que Suga este a salvo, porque quien quiera que ayude a un desconocido a mitad de la noche es una persona buena que, sin duda, tiene mi admiración" afirmó, uniendo su mano a la que los otros dos mantenían entrelazadas y sonrió bonito, mejillas elevándose y ojos haciéndose pequeños.

"No estoy seguro de que matar a dos tipos sea admirable pero acepto el sentimiento" soltó Suga con ironía, sus mejillas algo ruborizadas por las palabras sinceras de Jimin.

Tanto Hoseok como Jimin rodaron los ojos ante el característico tono del pandillero.

"Entonces, ¿por qué no puedo seguir ayudandote Jimin?" murmuró Hoseok con ojos preocupados. "No quiero sonar intenso, pero si te dejo ir sabiendo lo que vives en ese lugar no podré estar tranquilo" su mano libre se levantó para señalar los golpes en el rostro ajeno.

Jimin suspiró, daría todo para poder ser libre o aunque sea darse el lujo de aceptar aquella ayuda, pero no podría dárselo después de lo que pasó la última vez que intentaron entrometerse con su vida en la zona roja.

"Por ahora estaré bien, lo juro, solo necesito regresar a casa" susurró Jimin, separando su mano poco a poco de las otras dos más grandes y cálidas.

"Bien, entonces te llevaré hasta allá" dijo Suga, tratando de levantarse de su asiento, pero siendo frenado por Jimin.

"Nuh uh, usted no saldrá de aquí. No arriesgare su seguridad solo por llevarme de vuelta, usted y yo sabemos que no puede asomar sus narices por las calles" dijo, aun con la conversación por teléfono, que había escuchado accidentalmente, rondando por su cabeza.

"Yo lo llevaré" esta vez fue Hoseok quien habló y Jimin torció los labios.

"No sé si sea buena idea, podrían verle y-" trató de negarse, pero Hoseok le frenó.

"Quiero asegurarme de qué llegues a salvo, al menos permiteme eso si no podrás aceptar mi otra ayuda" pidió, con ojos de cachorro. Estaba preocupado por ese chico, y no podían culparlo, el pobre estaba metido en una de las redes ilegales más peligrosas que existían.

"Esta bien, pero solo a la entrada de la calle" pidió y Hoseok asintió entendiendo.

"Entonces, yo iré a dejar a Jimin, usted puede tomar el desayuno, hyung" dijo Hoseok, regresando su mirada a Suga y éste asintió.

"Bien, pero tengan cuidado" resopló Suga, mientras buscaba su teléfono entre sus bolsillos para llamar a cierto jovencito con ojos de bambi.

"Claro, usted igual. Andando, Jimin" dijo Hoseok, tomando una chaqueta de cuero azul que estaba en su perchero para colocarla sobre los hombros de Jimin, pues el chico seguía con sus delgadas prendas y afuera hacia demasiado frío.

"Adios, Suga Hyung" se despidió, antes de que ambos salieran por la puerta dejando sólo al pandillero.

Suga suspiró pesadamente ante el silencio que le rodeó, miró a todos lados encontrando la taza de café humeante sobre la barra y se levantó de su asiento para tomarla. Se apoyó contra la barra que dividía la cocina y dió un sorbo a la oscura y amarga bebida, antes de sacar su teléfono y marcar enseguida el número de Jungkook.

"¡Hyung! ¡Buenos días!" la voz ligeramente adormilada de Jungkook le saludó enseguida y una sonrisa se dibujó en su boca al instante.

"Buenos días, Kook" murmuró, dando un mordisco a la galleta de avena que tenía entre sus dedos. "¿Como dormiste? ¿Todo en órden?" preguntó y escucho la risita que soltó Jungkook ante sus preguntas.

"Dormí todo lo bien que se puede dormir en un motel, hyung. Aunque le extrañe mucho" Suga no podía verlo pero podía apostar un riñón a que el chico estaba haciendo uno de sus adorables pucheros que tanto le gustaba estirar con sus dedos.

"Yo también te extrañe, Kookie, me tienes tan mal acostumbrado a abrazarte por las noches que me fue difícil conciliar el sueño" bromeó con coquetería en busca de poner tímido a Jungkook.

Si, le gustaba provocarle sonrojos a Jungkook para ser sinceros, pero solo eso.

"¡Hyung! Que cursi está hoy, ¿mh?" la risa avergonzada del chico inundó la línea y Suga no podía sentirse más feliz de escuchar a su dongsaeng tan tranquilo y alegre. "Pero, hyung, ¿donde se quedó anoche? ¿Esta bien?" preguntó Jeon rápidamente, con clara preocupación en su voz.

"Un conocido me ha brindado asilo en su departamento aquí en los barrios bajos, estoy bien, tranquilo, mocoso" se apresuró a decir para calmar los nervios de su amigo. "Aunque necesito dinero y ropa pero mandaré a JeongIn a mi departamento para que me traiga mi maleta" comentó, tomando más de su café que poco a poco empezaba a enfriarse.

"Oh, no creo que JeongIn pueda, hyung, él y HyunJin están ocupados con el caso de los Cobra, el viejo Dragón los puso a cargo de la vigilancia ya que no son conocidos como parte de nosotros y así no los atacaran a la primera" explicó Jungkook y Suga asintió entendiendo.

Tanto Jungkook como JeongIn y HyunJin eran miembros incógnitos del Dragón Dorado, al ser simples hackers ellos nunca habían sido visto por los ojos del enemigo, pues se limitaban a trabajar detrás de una pantalla, al contrario de Suga, quien al ser un asesino y traficante oficial de la pandilla había sido visto varias veces en el campo de batalla e incluso le había tocado deshacerse de algunos miembros de Los Cobra.

"¿No te han puesto a hacer algo, Kook?" preguntó curioso, pues si el jefe había puesto a trabajar a JeongIn y HyunJin probablemente también le encargarían alguna tarea a Jeon.

"Nop. El jefe me dijo que me mantuviera seguro, según él no puede arriesgarme porque soy su hacker principal y si me pierde entonces pierde millones de wons en cuentas bancarias" comentó Jungkook con algo de chulería y Suga rodó los ojos, pues él bien sabía que Jeon era el favorito del viejo Dragón.

"Bien, entonces hazle caso al jefe mantente seguro y salvó ¿mh? Tendré que ir yo mismo a mi departamento por mis cosas" suspiró pesadamente, pero con la idea de quizás poder pedirle ese favor a Hoseok...

No, Hoseok ya había hecho mucho por él.

"Yo puedo hacerlo, hyung, solo deme la dirección de donde está ahora y llegaré enseguida" se ofreció Jungkook rápidamente, pero Suga frunció el ceño.

"No, JungKook, no puedo arriesgarte" dijo firmemente, pero Jungkook resopló y casi podía verlo rodar los ojos.

"No me conocen. Sigo sin entender por qué estoy en un jodido motel o por qué el jefe me quiere oculto si ni siquiera me conocen por mi nombre real, solo soy un fantasma en la pandilla" insistió y Suga suspiró, Jungkook tenía razón, él no estaba bajo el ojo de los Cobra, o al menos no hasta que descubrieran su identidad.

"Bien. Pero ten cuidado, no te quedes mucho tiempo en ese lugar y sal de inmediato cuando consigas la maleta, ¿okay?" ordenó con seriedad.

"¡Si, hyung! Ahora mismo voy para allá" exclamó entusiasmado y Suga rodó los ojos con cariño.

"Te mandaré la ubicación de donde estoy y cuando la mires, borrala inmediatamente, no hay que arriesgarnos ¿entendido?"

"¡Anotado! Nos vemos pronto, Suga hyung" y colgó dejándolo con sus palabras de despedida en la boca.

Suga soltó un suspiro resignado y terminó de beber el café, ahora frío, de un solo trago. Colocó la taza en el fregadero y caminó hacia el sofá para sentarse a esperar a Hoseok o Jungkook, quien llegara primero.

Ahora sólo quedaba rezar para que todo saliese bien, que nada malo les pasara a él o a Jungkook y que sus enemigos no pudieran encontrarlo jamás.

Cheongyangni de día era bastante desértico a decir verdad.

Los escaparates estaban con las cortinas abajo, las luces de neón apagadas y podía incluso asegurar que las calles lucían comunes y corrientes, como si allí no se cometiera uno de los delitos más grandes que existían.

Hoseok sentía su estómago hundirse con cada paso que daba, sus ojos revoloteaban por las distintas casas pequeñas que sabía en realidad eran burdeles y su corazón se apretó al imaginar las cosas que Jimin estaba obligado a hacer con tal de dormir bajo un techo.

"Solo falta unos cuantos metros más para llegar a la entrada de mi calle, de seguro Taehyung-ssi debe estar preocupado como el infierno" comentó Jimin, caminando por la calle como si nada.

"¿Taehyung-ssi?" preguntó curioso y Jimin sonrió grande.

"Taehyung es sobrino del señor Lee, el proxeneta a cargo de mi casa. Él una vez intentó ayudarme a escapar junto a otros compañeros en secreto" susurró discretamente y Hoseok alzó sus cejas sorprendido. "Taehyung es un sol a los ojos del señor Lee, si se entera que él ayudó a sus mercancías a intentar escapar de seguro le da algo" se burló, pero Hoseok frunció el ceño indignado por la forma en la que se refirió a él mismo.

"No eres una mercancía, Jimin, eres un ser humano que pronto será libre" aseguró seriamente y el joven le miró con brillantes y pequeños ojos ilusionados.

"Gracias, Hoseok hyung, usted y Suga hyung son tan amables conmigo que siento que no son reales" suspiró, mirando a las distintas personas que caminaban por allí a esas horas de la mañana.

"No agradezcas, Jimin, puede que apenas te conozca y sepa tu nombre pero si te encontré fue por algo, ¿no?" murmuró Hoseok con una pequeña sonrisa, estaba seguro de que toparse con aquellos dos desconocidos la noche anterior no había sido una simple coincidencia.

El universo se había movido a su favor para que ellos se encontrarán, podía asegurarlo.

Quizás ellos tres estaban... ¿Destinados a ser? Quien sabe, tal vez si, tal vez no y solo eran unos desconocidos que al día siguiente no se acordarían del otro.

Todo era posible.



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro