Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

33.

Teníamos aproximadamente quince minutos fuera del hospital, mis manos sudaban lenta y tortuosamente al mismo tiempo que la fuerza en mis piernas empezaba a desaparecer. No podía dar siquiera un paso adelante y ciertamente no sabía si quería hacerlo, es decir, no importaba la cantidad de veces que le dijera a TaeHyung que estaba listo para hablar con So Hyun, —mi exnovia, a quién por meses idolatre, al grado de ponerme una venda yo mismo sobre los ojos para no darme cuenta de cuán daño me hacía ella —era una total y completa mentira, para nada está listo pero sentía y sabía que si YoonGi, estuviera conmigo en ese preciso momento, sin duda alguna, en verdad estaría listo, para tener una plática con So Hyun, después de años de huirle.

¿Me daba miedo la reacción de YoonGi ante está situación? Por supuesto que sí. Sentía un miedo enorme correr por mi espina dorsal. En definitiva debía decirle, no por un cargo torpe de consciencia, sino porqué sabía y tenía la certeza de qué él entendería y me apoyaría.

—¿Vas a decirle ahora? —Los nervios en mi interior eran cada vez más evidentes, ya que no me di cuenta en que instante comencé a maltratar lentamente mis dedos entre sí.

—Si, entré más pronto sea, mejor —contesté, aspirando el suficiente aire antes de dar un pasó hacía adelante.

—Sabés que él, te quiere, ¿cierto? —lo sabía, claro que sí, pero mis miedos me impedían sentirme tan seguro como TaeHyung, lo demostraba ahora —Y sí no entiende lo que estás por decirle, es un completo im...

—¡Calla! —exclame, un tanto más nervioso —Eso último, no ayuda pero gracias por el intentó —solte, no sin antes darle un vistazo rápido al guardaespaldas de TaeHyung quien tan pronto supo dónde se encontraba, se apresuró hasta estar con él, sin tan siquiera disimular cuando lo miraba.

—¿Qué? ¿Qué tengo? —preguntó, torpemente TaeHyung, examinandose detenidamente de arriba a abajo.

—Tienes a un gran hombre parado detrás de ti que no conoce la palabra discreción, ni disimuló, ya que cada que te mirá sus ojos le brillan intensamente.

—¿Hablas de...? —TaeHyung era sin duda demasiado inteligente cuando le convenía, cuando no, fingía torpeza o demencia.

—Claro que habló de él, de quién más hablaría sino es de él —respondí, sin darle tiempo a terminar la pregunta correctamente —Durante, ¿cuánto tiempo más se harán los tontos? —pregunté extrañado y como excusa para quedarme un poco más fuera de lo que se avecinaba.

—Él, nunca me ha dicho nada y yo ciertamente...

—No me digas, ¿no sabes cómo hacerlo, o te da pena hacerlo? —No era tanto una excusa, de verdad me interesaba la atracción, el amor que se sentía y veía cuando DaeHyun y TaeHyung, estaban juntos.

—¡Basta! Luego hablaremos de esto, ahora ve a dentro, deja de usarme como excusa para la futura plática que te espera con el profesor.

¿Lo ven? Cuando le convenía era en extremo inteligente.

—Deseame suerte —agregue, tomando rápidamente la mano de TaeHyung, entre la mía, dándole un ligero apretón, como signo de fuerza, valor.

—¡Suerte! —gritaron, no una, ni dos, sino tres voces al mismo tiempo desde la entrada del hospital, captando la atención de un par de enfermeras y alguno que otro doctor, que les dedicaron más que una molesta mirada a aquellos escandalosos.

Al llegar al ascensor, presioné nerviosamente el botón con el número cuatro, observando como las puertas, se cerraban de forma completamente lenta.

Los botones de hasta arriba del ascensor marcaron primero uno, luego dos, seguido del tres para finalizar en el piso con el número cuatro.

El tiempo pasaba en definitiva demasiado lento, tanto que la espera en mi pecho, dolía, quemaba, lastimaba a grados inimaginables.

—Todo va a estar bien, SeokJin —mencioné tranquilamente, dándome un par de palmadas con los ojos cerrados, sobre mí hombro derecho, mientras las puertas del ascensor de abrían.

—Claro que todo va a estar bien, bonito —agregó la suave voz de YoonGi, sacándome un susto, haciéndome abrir los ojos inmediatamente.

—YoonGi... —despacio, me encaminé fuera del ascensor, hasta donde se encontraba él, sentado en una silla de ruedas —¿Te sientes mejor? ¿Qué haces fuera de tu cuarto? —sus padres lo acompañaban sonrientemente detrás de él, tomados ligeramente de la mano. Sin lugar a duda, se notaba el amor en los ojos de ambos.

—Si, me siento mejor, bonito. Tenía que tomar un poco de aire. Los hospitales me asfixian —explico alegremente.

—Tan rebelde como siempre —mencionó su padre, regocijante de felicidad.

—¿Qué pasó con tus papás, bonito? —preguntó aprisa, YoonGi, haciendo que sus papás nos dejarán sólos.

Con calma, me coloqué detrás de la silla de YoonGi, para regresar a la habitación, dónde él se estaba quedando.

El caminó a la habitación estaba siendo un tanto silencioso, pero fuera de ser un silenció incómodo, era un silenció reconfortante.

—Te ayudó —YoonGi, colocó su brazo izquierdo sobre mí cadera, apoyándose ligeramente para levantarse de la silla de ruedas.

Apesar de estar en el hospital, su perfecto y agradable olor a café amargó, seguía estando instalado en él.

Cómo pude hice a un lado la silla de ruedas, abriéndonos paso a la cama, cuidadosamente YoonGi, se recostó del lado derecho de la cama, señalandome delicadamente el lado izquierdo de la misma —Ven bonito, acuéstate conmigo —el sudor de mis manos, disminuyó drásticamente, al igual que el temblor en mis piernas.

Cautelosamente me recosté junto a YoonGi, intentando oír los latidos de su corazón —YoonGi... —los latidos de su corazón comenzaron a acelerarse, al momento en que bajé mi cabeza hasta su cálido y fornido pecho —Tengo que contarte algo —los rastros de nervios que había tenido estando aún en el elevador, se esfumaron por completo, al estar así con YoonGi.

—¿Qué pasa, bonito? —los dedos de YoonGi, subieron y bajaron por mi espalda, acariciándola con devoción.

—Te mentí —solté, haciendo que las caricias que YoonGi me daba se detuvieran —No estuve con mis papás, ellos no querían hablar conmigo —lentamente, me separé del cálido pecho de YoonGi, para mirarlo directamente a los ojos.

—Entonces, si no estuviste con tus papás amm... —confundido, tomó aire, sentándose.

—¿Donde estuve? ¿Con quién estuve? —finalice por él.

Notando sólo un asentimiento de su parte, continúe.

—Con Kim So Hyun... mi exnovia, la chica que más daño me ha hecho hasta ahora, en mi corta vida —el temblor en mis manos, empezó a hacerse presente.

Quité mi vista de la de YoonGi, para fijarla por fuera de la habitación, el amanecer estaba a nada de hacerse presenté.

—Ella, le habló a TaeHyung hace una semana, le pidió que organizará algo para que ella y yo nos pudiéramos ver en algún lugar, porque tenía que disculparse conmigo por lo que me había hecho en el pasado pero TaeHyung no lo hizo, tampoco me mencionó nada hasta hace unos días... —sin pensarlo mucho, volví mi vista a la de YoonGi, la cuál era tranquila, no reflejaba molestía alguna —Muy en contra de la voluntad de TaeHyung organizó todo para que ella y yo nos viéramos ésta noche... La ví pero no pude hablar con ella, no sin antes decirte la verdad porque lo último que quiero es que haya secretos entre nosotros, menos ahora que somos novios —un sonrisa de media luna se formó en el rostro un poco pálido de YoonGi.

—Tranquilo, bonito —menciono, tomando mis manos entre las suyas —No me voy a molestar por algo así, que clase de persona o más bien, que clase de novio sería si me molestó por algo así —me aclaró —Al contrario, agradezco la confianza que me tienes para decirme este tipo de cosas, eso me reconforta en verdad —tenía razón, lo mismo pasó conmigo cuando él fue sincero sobre de lo que había pasado entre la profesora JiWoo y él —Ahora que me has dicho la verdad, supongo que la verás el día de hoy, ¿o me equivoco?

—No, no te equivocas —despacio, intenté bajarme de la cama, sin éxito claramente —Pero no sólo la voy a ver yo —la cara de desconcierto de YoonGi, me hizo sonreír levemente —La cité aquí en el hospital, así que... Tú y yo —recalque nerviosamente —La vamos a ver, en un par de horas —finalice de golpe, sonriéndole tiernamente —Entiendo en verdad sí no quieres... —los labios de YoonGi, se estamparon contra los míos, haciéndome sonreír dulcemente durante el besó.

—Listo. —agregó al momento de separar nuestros labios.

—¿Listo? —me encontraba confundido —¿Y ese beso? —pregunté con dudas.

—Me veo pálido, más pálido de lo normal, así que con ese besó mis mejillas tomaron algo de color, color que me hará ver menos demacrado y me hará ver menos feo —en efecto las mejillas de YoonGi, habían tomado un color rojizo pero seguía sin entender.

—¿Quieres verte aún más atractivo de lo que ya eres para ella? —solté molestó, parándome rápidamente de la cama, divisando por fuera de la ventana con los brazos cruzados.

—No, no seas bobo. Quiero que ella vea lo atractivo que es tú novio y por quién nunca volverías con ella —aclaró, posando sus brazos alrededor de mi cintura, haciéndome temblar —Claro que el color rojizo en mis mejillas no durará hasta que ella llegué, así que tendremos que besarnos muchísimas más veces.

—No me desagrada la idea —añadí, volteando hacía él colocando mis brazos sobre su cuello fino.

De nueva cuenta, nuestros labios se volvieron a unir en un beso tierno y tranquilo.

—Te amo Min YoonGi —confesé, al momento de separar un poco nuestros labios.

—Te amo Kim SeokJin —Lentamente su frente y la mía se juntaron, haciendo de esté el mejor momento desde que nos habían secuestrado a ambos.

Se sentía casi como un sueño, algo que agradecía enormemente que no fuera, ya que siempre una persona termina despertando en la mejor parte de los mismos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro