Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

30.

—¿Porqué demonios no despierta? —exclame bastante exasperado, soltando un largo y fuerte sollozó, rondando fuera de la habitación de YoonGi.

Las pequeñas heridas en las palmas de mis manos, comenzaban a tener marcas de sangre más pronunciadas, por mi desesperación a la situación.

Me negaba rotundamente a que aquellas heridas fueran curadas, si tendría que irme lejos de la habitación de donde se encontraba YoonGi.

Suficientes habían sido las pocas pero largas las horas de angustia y preocupación por él, como para alejarme por unas leves heridas en las manos.

En estos precisos instantes, sólo una cosa me importaba y esa cosa era que mi novio estuviera bien, que despertará, que me mirará con ese brillo tan especial en sus ojos como si yo fuera la mejor persona del mundo en esos momentos, que me besará tan dulce y tiernamente como sólo él sabía hacerlo, que acariciara mis mejillas suave y delicadamente, que besará mi frente al despedirse.

Los rulos de mi cabello, se encontraban exageradamente desordenados, no había parado de remover mi cabello con mis manos, durante las últimas horas.

—¿Cariño? —me llamó la madre de YoonGi, posando una de sus manos sobre mi hombro izquierdo, haciéndome voltear —Mi chófer está afuera del hospital. Te va a llevar a casq —comenzo diciendo tranquilamente —No quiero que tengas problemas con tus padres por no llegar a tu casa —continuo —Deja que mi chófer te lleve a tu casa, descansa un poco. Lo peor ya pasó, yo cuidare bien de él —por unos segundos su vista se centro en YoonGi quien se encontraba aún inconsciente —Estamos muy agradecidos con ustedes chicos —las cálidas manos de la madre de YoonGi, se posicionaron por sobre las mías y las manos de In Jae, al igual que las manos de su esposo —De verdad muy agradecidos, por haberle salvado la vida a nuestro hijo, a tu novio —las palabras de la madre de YoonGi, me hacían estremecerme.

—Gracias por haber cuidado de él —agrego con voz rasposa el padre de YoonGi, mirándome fijamente.

—No tienen nada que agradecernos, en verdad que no —mi espina dorsal se congeló en el preciso momento en que una doctora se adentró a la habitación de YoonGi.

Sabía de sobra que se trataba de la doctora en turno, haciendo un chequeó rápido a los pacientes en su piso. Revisiones meramente de rutina, que generaban en mi un sin fin de nervios.

—S-si, si no les molesta me gustaría quedarme —agregue, fijando toda mi atención a aquella doctora que se encontraba revisando la tabla de chequeó, donde yacían escritos los signos vitales de YoonGi, de las últimas horas.

—Con una condición, Jin —menciono, la madre de YoonGi.

—¿Cuál? —pregunte, intentando prestar atención.

—Que irás a la sala de curaciones a qué te curen esas heridas sobre tus palmas, ¿sí? —una sonrisa de media luna, se formó sobre el rostro de la madre de YoonGi.

—De acuerdo —asegure un tanto distraído, concentrándome más en la doctora dentro de la habitación.

—¿Señor Min? ¿Puede oírme? —La doctora que rondaba alrededor de los cuarenta años, empezó a hacerle un par de preguntas a YoonGi, mientras examinaba sus signos vitales.

Sin pensarlo dos veces, me adentre a la habitación en silenció. No le pregunté a los padres de YoonGi, como tampoco a la doctora de si podía o no entrar a la habitación.

Sólo pensé en lo mucho que deseaba estar cerca de él.

—Está semiconsciente pero es por la anestesia —inicio diciendo la doctora, al verme entrar — En un par de minutos despertará bien —menciono, mientras anotaba lo que suponía yo, eran los nuevos signos vitales de YoonGi, en la tabla de chequeó.

—Gracias, ¿Puedo quedarme aquí con él? —pregunte firmemente. 

—Por supuesto, pero sólo un par de minutos. Necesita descansar.

—Gracias —le agradecí, jalando un banco de metal junto a la cama de YoonGi.

Deseaba tanto que despertará ya pero la doctora mencionó que tardaría al menos un par de minutos más.

—Hola Gi —mis ojos se cristalizaron con esas dos simples palabras —Hemos pasado un susto terribe, ¿verdad? —mis manos, buscaron entrelazarse sigilosamente con las de él —Sobre todo yo, con el par de despiadados golpes en la cabeza que te han dado —lentamente la temperatura de sus manos comenzó a elevarse, entre las mías —No quiero que sigas inconsciente —un par de lágrimas comenzaron a recoger mis mejillas frías —Necesito que despiertes, necesito que me mires como sólo tú sabes hacerlo, que me hables aunque sea para decirme lo lindo que me veo celoso, aunque ciertamente no soy celoso —susurre, formando una leve sonrisa —Que me abraces tan especialmente como sólo tú lo haces, que impregnes no sólo mis fosas nasales, sino también mi cuerpo, mi ropa de tu encantador olor a café amargó —mi vista se centro por unos segundos en nuestras manos juntas, se sentía tan bien, se veían tan bien una sobre la otra —Necesito que me beses, que me hagas estremecerme ante una leve caricia tuya, por favor despierta —le supliqué, dejando escapar un par de lágrimas más.

Sin nada más que decir, dejé mis lágrimas correr aún más por mis mejillas, apoyando mi frente en nuestras manos entrelazadas.

—B-bonito...

Tan rápido alcance a oír la forma tan especial en la que él me llamaba en ocasiones, levanté la cabeza fijando mi vista en YoonGi.

Una leve sonrisa aparecio en su rostro haciendo mi corazón palpitar aceleradamente de inmediato.

—¡Gi! —exclame, sin dejar de sostener fuertemente su mano —¿Có-cómo te sientes? —pregunte un tanto nervioso y feliz.

—M-mejor ahora que se que estás aquí, que estás bien —comentó, mirándome primeramente a mí y luego a nuestras manos entrelazadas, que tenían marcas de sangre mucho más notorias a comparacion de hace unas horas.

Las punzadas que comencé a sentir —hace aproximadamente una hora —sobre las palmas de mis manos empezaron a ser más recurrentes y molestas.

—¿Po-porque ti-tienes las manos así? —pregunto, tan pronto se dio cuenta de la condición de mis manos.

—No es nada de importancia —conteste velozmente, intentando que YoonGi se fijará en otra cosa.

—No me hagas levantarme y llevarte a curación, Jin —aún estando en cama, YoonGi era totalmente terco —¿Q-que te pasó?

Antes de siquiera decir algo, solté un largo y pesado suspiro —Cuando desperté donde JiWoo nos llevo, desperté en el suelo, frente a mí habían muchos pedazos de vidrio roto, así que tome uno y empecé a cortar la cinta adhesiva de mis manos pero me lleve algo de piel en el proceso —lo miré sonriente —Y antes de que me regañes por no haberme ido a curar, déjame decirte que estaba más preocupado por ti, que por mí.

—Bueno, pues ahora sabes que estoy bien, así que por favor ve a qué te curen esas heridas en tus manos —su mirada fija sobre mí, me hizo no protestar ni por error.

—Ve, cariño. Yo cuidaré de él mientras te curan —mencionó la Señora Min, detrás de mí.

—Te prometo que no me voy a escapar —me aclaro un sonriente YoonGi.

—Y él tampoco se escapara de la curación —agregó el Señor Min.

—Te lo encargo, papá.

Con sólo un asentimiento por su parte, salimos de la habitación de YoonGi. El silenció entre nosotros, no era para nada incómodo.

—¿Puedo preguntarte algo, Jin? —bueno, ahora sí era un poco incómodo.

—S-si —tartamudee.

¿Cómo es que un “si” podia ser tan complicado de decir?

—Tus padres, aún no saben de la relación que tienes con YoonGi, ¿verdad?

—Emm... En realidad, mi mamá ya lo sabe pero mi papá no y no sé cómo es que lo vaya a tomar. Sí le soy sincero, me da miedo como reaccioné —era más que verdad que me aterraba su reacción, nunca habíamos tenido el tiempo suficiente para conocernos, como padre e hijo.

—Te propongo algo —las palabras seguras del padre me YoonGi, me daban algo de nervios, no sabía que cosa me propondría.

—¿Qué cosa? —mi tono de voz, era en demasia interesado pero con un manojo de nervios por detrás.

—Cuando YoonGi, se reponga de la operación y salga del hospital, organicemos una comida en nuestra casa con tus padres para hacer formal su relación —pauso, para checar cuál de las tres puertas a continuación era la sala de curaciones —Si tú padre se llega a poner difícil, yo prometo hacerlo entrar en razón, para que ustedes puedan dejar de esconderse por lo menos con nosotros, ¿que te parece la idea? —agradecia en verdad, que los padres de YoonGi, no se opusieran a nuestra relación.

—¿Enserio, haría eso? —pregunte, rebosante de alegría.

—¿Sala de curaciones? —pregunto el padre de YoonGi, a la primera enfermera que diviso al abrir la tercera puerta frente a nosotros, ya que ninguna tenía algún letrero.

—Si, aquí es. Adelante —contesto, la enfermera, divisando las heridas en mis manos.

—Por supuesto. Haría eso y más por ustedes, por su felicidad —en ese preciso instante me fue inevitable no darle un abrazo de agradecimiento al padre de YoonGi.

—Me pondré celoso, si vuelves a abrazarlo —YoonGi, apareció sentado en una silla de ruedas, a un par de metros detrás de nosotros, con su madre detrás.

Tanto al padre de YoonGi, como a mí nos fue imposible no soltar una risa nerviosa —Le estaba proponiendo algo para hacer formal su relación ante los padres de Jin, por lo menos ante su padre, que es él único que no sabe nada aún —explico el Señor Min.

—Seria excelente en verdad —alego YoonGi, al mismo tiempo que su madre asentía detras de él.

—Bien, pues ya está. Ahora ambos a recuperarse —los padres de YoonGi, eran en verdad magníficos.

—No, no quiero arruinar estos momentos pero ¿que pasó con ella? —pregunte un tanto asustado, ya que no me habían dado noticias de ella, desde que le había dicho a la policia donde se encontraba ella y sus dos cómplices.

Los Señores Min, se dieron un vistazo rápido que me herizo por completo la piel.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro