26.
El abrazo que YoonGi, me estaba ofreciendo estaba siendo por mucho tranquilizador y ni que decir del casto beso que depósito sobre mis labios con suavidad. En definitiva me estaba dando la seguridad que me hacía falta tan solo hace unos instantes atrás.
Un poco más lento de lo usual YoonGi y yo comenzamos a apartarnos el uno del otro; Mi mano se unió a la de YoonGi, mientras esté encendía el auto para aparcar frente a mí casa; el recorrido hacía la misma había sido más corto de lo que había imaginado pues en cuanto me di cuenta el hermoso pelinegro a un lado mío, se encontraba saliendo del auto, emprendiendo el caminó hacía la puerta del copiloto, donde me encontraba yo, más que nervioso pero seguro de lo que estaría dispuesto a dar por YoonGi.
Esto no era para nada lo que alguien podría esperar que pasará la primera vez que tú novio te llevase a tu casa, generalmente cuando ocurría eso, era para conocer a los padres del otro pero siendo nosotros una pareja diferente a lo que tanto se consideraba como normal, ya sabríamos que sería diferente, diferente aterrador sí tus padres no saben que su único hijo, es homosexual.
Una parte de mí sentía que el que YoonGi me hubiera traído hasta mi casa traeria este tipo de problemas consigo tarde o temprano —pues cerca de mi casa era por mucho el lugar más peligroso de todos, no sólo por mi madre y padre, sino también por los vecinos que uno que otro solían ser bastantes observadores o peor aún algunos era muy comunicadores más de lo que pudiera gustarle a cualquiera que viviera cerca y quisiera privacidad es su vida— y otra parte de mí sabía que tarde o temprano ellos iban a enterarse de mi relación con YoonGi, por lo que no debía hacer sentir culpable a mi hermoso pelinegro.
La puerta a mi lado comenzó a abrirse despacio, haciéndome recibir a YoonGi con una sonrisa, sonrisa que él de inmediato correspondió.
En el poco tiempo que llevábamos de novios, YoonGi y yo, tanto él me había enseñado cosas, como yo a él; una de las cosas que me había enseñado era demostrar que siempre ante las adversidades y problemas, se debía de sonreír y vaya que eso iba a hacer.
Como la vez que sus padres y los míos terminamos reunidos inesperadamente en un café y con ello nuestros nervios por las circunstancias en la que nos encontrábamos ya siendo novios pero ni mis ganas, ni sus ganas de besarnos intensamente, desaparecieron, junto con las tiernas y largas sonrisas que nos dedicabamos algunas con discreción y otras tantas sin ella.
La mano extendida de YoonGi yacia frente a mí en la espera por la mía —Bonito —susurro poniéndose en cumclillas, haciéndome volver en mí, con el toqué suave de su mano sobre mi pierna —Vamos, tu mamá nos espera.
Asentí, con una lágrima recorriendo mis mejillas.
Los dedos de YoonGi, acariciaron mi rostro algo pálido, y tibio —Tranquilo, aquí estoy yo. No te voy a dejar —no importaba la circunstancia en la que nos encontraramos en estos momentos, YoonGi me hacía sentir seguro pero sobre todo fuerte, fuerte para lo que llegará a venir.
Mis piernas temblaban con cada pasó que estaba dando hacía la casa, mí casa. Mis manos grandes jugueteaban entre sí por los nervios, lastimandome constantemente un par de veces, los dedos.
La silueta de mí madre al frente de YoonGi y mío, me hizo estremecerme en mi lugar, pues aún en estás circunstancias ella mantenía un porté feroz, se veía tan elegante, su mirada profunda estaba fija en mí, quebrandome inconscientemente, parecía molesta, no sabía distinguir bien las emociones de mi madre.
Las manos de YoonGi se posaron sobre las mías, las cuáles se encontraban algo frías y lastimadas, por mis consistentes nervios.
Separándo mis manos entre sí, nos detuvimos unos pasos antes de entrar a la casa dónde mi madre ya nos esperaba, su mirada reflejaba claramente que sabía de lo nuestro. Tenía demasiado miedo, no quería perder a YoonGi, no quería que mis padres nos separarán —Deja de lastimarte los dedos, bonito. Relájate, vamos a estar bien. Es tu madre, no puede, ni creó que quiera lastimarte —sus ojos gatunos de un café oscuro me miraban serenamente, en ellos podía contemplar claramente mi reflejo.
—¿Creés que ya...? —sin siquiera poder terminar la pregunta, la voz de mí madre me interrumpió.
—Sí, se que son novios Jin —respondió firmemente y sin titubear —Por eso tenemos que hablar —de inmediato un nudo enorme se formó en mi garganta, haciéndome pasar saliva pesadamente.
Sin aceptarlo, ni negarlo en palabras, YoonGi y yo nos limitamos a mirar a mí madre, el pelinegro tomando mi mano entre la suya con seguridad, demostrandole a mi madre que no estaba sólo, ya no.
—Pasen. Tenemos poco tiempo para hablar, antes de que tu padre llegué —exclamó mi madre, de manera un tanto seria.
No entendía de qué manera, mí madre siquiera se sentía con derecho a intentar meterse en la relación que yo mantenía con YoonGi en estos momentos de mi vida. Sí ni ella, ni mi padre se habían preocupado antes por mí, es cierto que pasaron años formando un imperio para mí pero lo que a mí menos me interesaba era el dinero, yo quería un poco de su cariño, atención.
Con miedo pero tomando entre mi mano, la mano de YoonGi, entramos a la casa, a mi casa, la cuál siempre había sido un tanto ajena a mí. Todos los años en ella, los había pasado solo, pues mis padres simplemente solían llegar a dormír pues se la vivían en su trabajó, ambos.
Una vez a dentro divisé a lo lejos a mi nana, quién se veía sumamente tranquila y quién por lo general ya hubiera corrido a ayudarme pues ella sabía que había momentos en los que mi madre quería hacer acto de presencia en mi vida y cuando yo no le contaba nada ella comenzaba a gritarme y ordenarme, siendo que se la vivía ausente en ella, la única comunicación que teníamos ella y yo eran mensajes de texto.
Mamá
Jin, tienes una sesión de fotos mañana temprano, en la empresa, no lo olvides.
Visto 20:00 ✔️✔️
Mamá
Esta noche cena con los Baek.
Llega temprano de la casa de TaeHyung.
Visto 14:02 ✔️✔️
Mamá...
¿Estás con TaeHyung?
Necesito que vayan a la casa y me envíen unos documentos con In Jae.
Visto 10:30 ✔️✔️
Mi nana se veía tan apartada, tan tranquila que mi miedo aumento y con ello la fuerza que ejercía mi mano sobre la mano de YoonGi.
—Siéntense —comentó mí madre tan pronto llegamos a la sala.
—Por favor, usted primero —añadió el pelinegro a mi lado, esperando que mi madre tomará asiendo, cosa que hizo con calma.
—Gracias —agregó mi madre, guardando silencio unos segundos antes de volver a hablar —Hijo, se qué muy pocas veces he estado presenté en tu vida que siempre he puesto primero mi trabajó, incluso antes que tú pero quiero que me tengas la suficiente confianza para decirme que tienes una relación y mejor aún con quién tienes esa relación —un silenció se instaló de pronto en medio de la sala, un silencio algo incomodó —Y se que no tengo derecho a pedirte algo así pero por favor, cuéntamelo todo amor —no contemplé en qué momento mi madre se encontraba sentada frente a nosotros con ojos llorosos que me hicieron rápidamente acariciar su rostro, limpiando las pocas lágrimas que corrían por sus mejillas rosadas —Perdóname por estar tan ausente —sollozo casi silenciosamente.
—No llores mamá —mencioné, intentando calmar su llanto —No te dije nada por miedo, porque temia que papá y tú no me aceptarán por el hecho de que me guste un hombre —con tranquilidad, tomé la mano de YoonGi —YoonGi y yo... Somos novios, desde hace poco más de un mes —confesé, mirando a mi madre, quién miraba la mano de YoonGi entrelazada con la mía, sonrientemente —¿Co-como fué que lo supiste? —pregunté, intentando hayar nuestro error.
—Nosotros te vamos a amar siempre, sin importar tus preferencias —aclaró, devolviendome un poco la calma —Tú eres hijo de los Min, ¿cierto?
Un asentimiento por parte de YoonGi se hizo presente —Asi es —contestó tranquilamente —También soy profesor de Jinnie —agregó —Un gusto verla de nuevo —clamó.
Estaba más que seguro que YoonGi, no quería ningún secreto para con mis padres.
—Mis padres saben de mi relación con mi Jinnie, saben también que soy su profesor y no se oponen en lo absoluto, por el contrario aceptan muy bien nuestra relación.
Una sonrisa por parte de mi madre recibió a YoonGi —No me sorprende, tus padres son las mejores personas que hayamos conocido jamás —¿Cómo se hicieron novios?
—Es una historia graciosa —canté, mirando rápidamente a YoonGi —Luego te la contaremos —mencioné divertido y nervioso —Mamá, ¿cómo te enteraste? —pregunté, sintiendo un aire frío recorrer mi espalda.
—Bien pero enserio tienen que contarme —pidió mi madre, recibiendo un asentimiento nervioso de YoonGi —Y pues una chica, de alrededor de unos treinta años vino por la mañana a decírmelo y no sólo eso... —con duda y nervios, mi madre tomó nuestras manos entre las suyas —Ella, tiene una foto de ustedes... Besándose.
¿Una foto? ¿Cuándo nos habían tomado una foto?
—¿Podría describirla? —preguntó rápidamente YoonGi.
—Sí, era alta, como de un metro setenta y algo, pelo castaño claro, de ojos oscuros, una mirada profunda —confundido, miré a YoonGi, quién tan pronto como pudo sacó su celular de la sudadera negra que traía —Ah, digo que se llamaba JiWoo y que era tu profesora —finalizó mi madre.
—¿Es ella? —le preguntó a mi madre, mostrándole el celular.
—Sí, es ella —confirmó, haciendo que la vista de YoonGi y la mía se encontrarán.
La profesora JiWoo, la ex novia de YoonGi sabía de nosotros, no sabíamos cómo pero ahora ella no solo sabía de nosotros, sino que también tenía una foto, con la cuál podría destruir la carrera de YoonGi.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro