17.
—Te juró que me voy a morir de los nervios, TaeHyung —solté muerto de los nervios. No podía dejar de dar vuelta tras vuelta por toda mi habitación. Parecía un león que había sido recién enjaulado. Me sentía de cierta manera vulnerable.
—¡Me vas a marear SeokJin!—exclamó un tanto molesto —¿Estás seguro de que quieres hacerlo? —preguntó seriamente el pelinegro sentado en el banco de madera bajó mi gran ventanal, aquel no estaba totalmente de acuerdo en que fuera a comer con los padres de YoonGi, ya que apenas y teníamos unos tres días de novios.
—Lo siento, pero mis nervios dominan por mucho la situación —mandaban en todo mi cuerpo, en estos precisos momentos —Y sí, estoy seguro que quiero hacerlo —Aunque bien era cierto que moría de nervios pero eso no me iba a hacer echarme para atrás.
Podía y quiera hacerlo.
YoonGi, se habla convertido en una persona a la cuál había esperado tanto y por la cual estaba dispuesto a enfrentar cualquier cosa, incluso ir a cenar con sus papás, para así hacer ante ellos formal nuestra relación, después de todo no era como que fuera la peor cosa que pudiera pasar.
—¿Y tus papás, ya saben que...? —La pregunta por parte de Tae, quedó incompleta debido al lugar donde nos encontrábamos.
—No. —contesté rápidamente.
Me daba un miedo impresionante el tan solo hecho de imaginar la reacción de mis padres, ante la noticia de que era novio del hijo del mejor amigo de mi padre. Quizá me matarían al enterarse.
Simple y sencillamente contarles no era una opción.
—¿Y...? ¿Cuándo vas a cenar con tus suegros? —TaeHyung preguntó risueñamente.
—Mañana y ya siento que no puedo con los nervios —sentía como mis manos comenzaban a sudar, pero no había señal alguna de ello, es decir creó que lo estaba imaginando. Era increíble a que grado me había hecho caer YoonGi, con la noticia de presentarme ante sus padres.
—¿Suegros?
—¡Mamá...! —solté asustado.
Estaba tan emocionado de hacer formal mi relación con Jin ante mis padres y los cuáles luego de un pequeño interrogatorio de cosquillas me sacaron la verdad de que tanto sentía por Kim SeokJin.
Papá al enterarse que Jin, el hijo de su mejor amigo y socio era mi novio, tomó de la mejor manera la noticia diciéndome que si llegábamos a tener problemas con los padres de Jin, él hablaría personalmente con ellos para que no se opusieran a nuestra relación.
De verdad, él era el mejor.
—¿Por qué estás tan feliz? —JiWoo quien últimamente parecía no dormir nada, interrumpio mis pensamientos totalmente felices.
—Por nada. —mencioné velozmente, ya que lo que menos quería era ocasionarle más daño del que ya le había causado con nuestra ruptura.
—Sé que terminamos pero ahora, ¿ni amigos podemos ser? —su tono de voz intentaba no sonar roto, pero le era completamente imposible.
—No me mal interpretes pero no. Sé que te lastime con nuestra ruptura y lo que menos quiero hacer ahora es lastimarte más. —rápidamente comencé a tomar mis cosas del escritorio con mi nombre para emprender camino a mi primera clase.
—¿Ya no te cuesta trabajo pararte temprano? —preguntó con la voz aún más entrecortada que antes.
Él era el motivo por el cuál no me molestaba pararme temprano.
Kim SeokJin.
Estar enamorado, es una sensación bastante agradable, todo se torna de un color y sensación maravillosos. Tanto que los trayectos al salón ahora suelen ser mucho mejores, más agradables, y es que a pesar de que no pudiera besar a Jin, podía verlo, además de tener en cuenta la enorme satisfacción de saber que ya no solo era mi alumno sino también mi novio, al cuál podía besar cuando quisiera menos durante clases.
—Buenos días, chicos —saludé, captando la inmediata atención de todos menos la de Jin, la cuál desde el mismo momento en que había entradi al salón ya era toda mía.
Se podría decir para algunos que el darle clases ahora era un tanto difícil, excepto para mí. Antes si me era imposible concentrarme, y dejar de contemplar sus hermosos labios, sin embargo, ahora sabia que al final de las clases, tenía un beso por parte de estos.
Y era lo mejor de mí día a día.
Pasando treinta minutos, Jin se levantó de su asiento y empezó a encaminarse hasta a mí.
—Profesor.
Me encantaba como se veía, cada vez un tanto más atractivo.
—¿Que pasó Kim?
Era tan raro llamarlo por su apeido ahora que éramos novios pero era lo correcto, ya que después de todo nos encontrábamos en la universidad como alumno y profesor.
—Podría explicarme esto. —mencionó, dejando a su vez su libro frente a mi, el cuál tenía una nota pegada en medio de color rosa pastel.
Profesor, ¿que hace para estar tan guapo?
Inevitablemente una sonrisa se formó sobre mi rostro, aquello sonaba tan cursi pero me encantaba viniendo de Jin —Claro, mira es así. —rápidamente tomé un bolígrafo y comencé a escribir sobre aquella nota.
Tener un novio aún más guapo.
Jin sacaba mi lado cursi, uno que con otras parejas hubiera odiado sacar, pero no con él.
—Gracias —exclamó, ocultando tras su libro una gran sonrisa.
Al finalizar el día, lo menos que esperaba era poder irme a casa lo más pronto posible, claro que eso era antes de que Jin y yo nos volvieramos novios y que la escuela fuera uno de los mejores momentos para vernos y así poder pasar un pequeño instante juntos.
—Hola, ¿puedo? —Era él, era nuestro pequeño instante juntos.
—Sí, adelante. —Nunca podría cansarme de este momento.
Antes de siquiera decir algo, mis labios se unieron con los de Jin dándome una satisfacción inmensa.
—El día de hoy, tus labios me saben a frambuesa. —Con calma, recorrí mis labios con la punta de mi lengua saboreando el sabor de los labios de Jin.
—Hoy estoy comiendo casi la misma cantidad de dulces que te comiste aquel día que nos encontramos con nuestras familias. —Ese día seguia muy presente en mi mente, no solo porque estuve a punto de un coma diabético por tanto dulce que ingeri esa vez sino que también me sentía a morir de los nervios.
—¿Y eso? ¿A que se debe bonito? —Sabía el motivo desde luego que sí pero quería oirlo de los bonitos y hermosos labios de Jin.
—Estoy nervioso. Hoy comeré con mis suegros. —soltó, junto con una gran sonrisa.
—¿Enserio? —sorprendido lo sujete por la cintura haciéndolo caer sobre mis piernas.
—Sí, enserio. Además mi novio no me ayuda. —efusivamente volteé a verlo.
—¿Porqué lo dices? —El pelinegro empezaba a ganarse un castigo.
—Es que si con su sola presencia me pongo nervioso, ahora con sus padres ahí, me pondré aún más nervioso. —lentamente deposite un beso sobre sus labios esponjosos y volví a hablar.
—Entonces, ¿quieres que te dejé sólo con sus padres? —Las pupilas de Jin inmediatamente se agrandaron.
—No, no, no, para nada, ni loco. —Suavemente su cabeza terminó posada sobre mi pecho, haciendo latir de manera acelerada mi corazón.
—¿Te gusta que estemos así? —Sus hermosos ojitos se centraron con los míos, dándome una enorme alegría.
—Me encanta. —lo corregí. —Todo lo que tiene que ver contigo, me encanta. —Finalmente uniendo nuestros labios en un beso perfecto.
—¡¿Profesor, Min YoonGi?! —soltó una voz gruesa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro