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—Así que resulta que Ashley ha estado toda la clase que comparte con Travis tratando de que él volviera a liarse con ella. Menos mal que él ha conseguido tener un momento lúcido y le ha dicho que no. Hasta un cabeza hueca como Travis se da cuenta de que ella ya está obsesionada.
Cher se está pintando las uñas de los pies en una de las hamacas de la piscina mientras nos relata algunos de los cotilleos de los que se ha enterado el primer día. Hemos decidido reunirnos todas aquí y relajarnos con unas copas, compartiendo cosas sin importancia sobre los compañeros de clase. Qué bendición es poder dedicarse a pensar en banalidades sin tener verdaderas preocupaciones en mente.
—Pero según tengo entendido, Travis ya ha encontrado la próxima presa a la que va a acechar. Hay una chica nueva, británica, y ha aprovechado que no le conoce para acercarse a ella —nos informa Brooke, poniendo los ojos en blanco mientras le da un sorbo a su copa.
—Menos mal que se pone gomita conmigo. Lo último que quiero es que me pegue cualquier enfermedad venérea —suspiro.
—Espero que Ashley se dé cuenta de una vez de que Travis solo quiere follar sin ataduras porque va a continuar sufriendo y me da bastante pena. Tal vez él debería haber tenido en cuenta cómo se podía sentir ella antes de hacer nada.
—Faye, si a estas alturas alguien no sabe cómo trata Travis a las mujeres es porque está ciego o ciega. Lo que hace que me sienta obligada moralmente a hacer una cosa —comento antes de sacar mi móvil y mirar a Brooke—. ¿Cómo se llama la chica británica?
—Creo que Charlotte Hastings, ¿por? No irás a amenazarle o algo, ¿no?
—Amenazarle, ¿por qué? ¿Quién te crees que soy, Rambo? —bufo con irritación antes de encontrar a la chica en Instagram y escribirle un mensaje privado de la manera más amable posible—. Quiero avisarle de las intenciones de Travis por si ella no las ha captado todavía. Una cosa es que ella quiera acostarse con él sabiendo que solo va a ser eso, y otra es que vaya engañada. Conociendo el historial de Travis, podría estar mintiéndole a propósito y no me gustaría que eso pasase.
—Vaya, Lex, salvando almas de un posible tormento. Qué bonito por tu parte —me chincha Cher antes de dejar su copa a un lado y tirarse a la piscina de un salto—. Parece ser que Ace Hale va a montar una fiesta en su casa este viernes. Va a ir todo el mundo porque la gente está deseando conocerle y la mayoría de mujeres quieren saber dónde vive y si tienen oportunidades con él. Vamos a ir, ¿no?
Al principio asiento, sin prestar demasiada atención. Es verdad que Ace no me cae bien pero cuando se trata de fiestas, da igual quién sea el anfitrión. Al final ni siquiera tienes por qué tratar con él o ella, y en Hayden todos vamos a las fiestas de todos. Son solo una excusa más para pasarlo bien.
—Dios, ¡sí! Estoy deseando ver dónde vive, ¿vosotras cómo creéis que será su casa? ¿Mansión gigantesca con vistas o más estilo ático de soltero de oro? —pregunta Gigi visiblemente emocionada por la idea.
Sus palabras hacen que una imagen asalte mi cabeza repentinamente. Veo a Ace peleándose con la cerradura del ático frente al mío, sus brazos cubiertos de tinta forcejeando hasta que, por fin, desapareció tras la puerta ubicada frente a la mía.
Había olvidado por completo que Ace vive a mi lado y no tengo ningún deseo de que mis amigas se enteren. Gigi ya parece estar enamorada de él y el resto de las chicas están cada vez más obsesionadas por unas razones u otras. Para hacer honor a la verdad, puedo llegar a comprenderlo: Ace es como una moneda nueva y reluciente en medio de un puñado de calderilla vieja. Tan solo espero que ese interés se vaya con tanta rapidez como ha venido y Hale pase a ser solo una cara bonita más en la universidad.
—¿Una fiesta en su casa? Vamos, ¿no preferís cambiar esta semana? Ya estuvimos de fiesta en casa de Cher, esta vez podríamos irnos a un club. —Trato de convencer a mis amigas, pero sé perfectamente que va a ser inútil.
—Deja de ser un grano en el culo y dale una oportunidad al chaval, Alexa —me gruñe Cher después de hundir la cabeza bajo el agua para mojarse el pelo—. Siempre haces lo mismo: decides si alguien te cae bien o mal sin tan siquiera hablar con la persona por más de cinco minutos.
—He hablado lo suficiente con él como para saber que no me cae bien ni me va a caer bien jamás. Es justo el tipo de tío que no quiero tener cerca nunca.
—Pues fíjate, yo también he tenido oportunidad de hablar con él hoy y no me parece un imbécil. Sí que es verdad que puede resultar egocéntrico, pero es muy atractivo y carismático. No me extraña para nada que muchas chicas y chicos ya le hayan echado el ojo.
Escuchando las palabras de Cher y viendo las expresiones de mis amigas, sé que estoy librando una batalla perdida, así que decido dejar de insistir. Yo voy a continuar pensando lo que pienso de Ace Hale, así que las ranas tendrían que criar pelo antes de que yo cambiase de opinión con respecto a él. No quiero seguir pareciendo una cascarrabias tozuda delante de mis amigas entonces voy a dejar el tema y tratar de evitarlo de ahora en adelante.
—Bueno, vamos a dejar de hablar de tíos que estoy harta, parece que son lo único de nuestra vida. ¿Habéis pensado ya en dónde vais a hacer las prácticas el año que viene? Porque tenemos que decidirlo este año y mandar nuestras aplicaciones cuanto antes.
Las chicas pronto se distraen con el nuevo tema de conversación que he introducido, en parte para divertir la atención de Ace, pero también porque me interesa saber esa información. Alguna vez hemos hablado sobre nuestro futuro y dónde hacer las prácticas, pero ahora llega el momento de tomar una decisión definitiva y mandar nuestras solicitudes.
—Yo lo tengo bastante fácil. Quiero seguir los pasos de mi madre, así que le pediré que me haga un hueco en su firma para las prácticas. No tengo ninguna duda de que me quiero dedicar al diseño de moda y continuar con su legado —declara Cher con una sonrisa decidida.
—Yo voy a probar en las mejores empresas de tecnología —alega Brooke tras tirarse a la piscina con Cher—. Quiero ser la mejor ingeniera que hayan visto, aunque tire de los contactos de mi padre para hacerme un hueco en ese mundo.
—Casi seguro le pediré a mi padre que me dé algún puesto en su empresa. Ni siquiera tengo claro a lo que me quiero dedicar —responde Faye claramente desinteresada en este tema.
—La madre de Cher me ha preguntado si me gustaría empezar de modelo para ella. Voy a hacer mis prácticas en su firma, a ver qué tal me va —declara Gigi con bastante entusiasmo, dándole un último sorbo a su copa.
Mis ojos pasan por cada una de sus caras lentamente, digiriendo la información que me han dado mis amigas. Tengo unos principios muy férreos y siempre he estado en contra de acceder a puestos o trabajos por enchufes, así que saber que todas ellas pretenden utilizar sus contactos para lograr esos puestos me revuelve el estómago. Me parece sumamente injusto para otras personas que tal vez estén más cualificadas que ellas para esos puestos y no podrán conseguirlos por no tener esos contactos. No digo que ellas sean ineptas, pero las empresas deberían guiarse por los méritos y aptitudes de los trabajadores, no por el parentesco o amistad.
Pero claro, no quiero ser la ogra quejica siempre y arruinar sus perspectivas, especialmente porque sé que al menos la mayoría de ellas tienen mucha ilusión por esos trabajos futuros. No voy a dar mi opinión, aunque ellas ya la saben, porque no es el momento ni el lugar.
—Suena bastante bien, la verdad. Estoy segura de que todas conseguiréis lo que os propongáis —aseguro con una sonrisa sincera, aunque para mis adentros pienso que es evidente que lo conseguirán.
—¿Y tú, Lex? ¿Sigues sin querer que le diga a mi padre que te recomiende para ese bufete que tanto quieres? Te asegurarías un puesto.
—Gracias, Gigi, pero no. Quiero que mis logros hablen por sí solos, aunque aprecio enormemente toda la ayuda que me habéis ofrecido.
Ellas niegan con la cabeza y sonríen, asegurando que lo hacen de corazón porque se preocupan por mí. Tengo unas amigas increíbles y, después de experiencias pasadas, valoro todas sus acciones aún más.
•
La fiesta de Ace continúa en mi cabeza mientras ceno sentada en el sofá, con la tele puesta pero sin apenas ser consciente de lo que sucede en la pantalla. He llegado a la conclusión de que no hay nada que pueda hacer para evitar que vayan. Todo el mundo va a ir, al menos de nuestro curso y superiores, ya que apenas hay invitados de primer y segundo año. Es como una regla no escrita: las personas de cursos inferiores tienen que ganarse de alguna forma su invitación a las fiestas de los cursos superiores. Personalmente me parece una gilipollez, ya que ser buena persona o divertido no depende de la edad, lógicamente. De hecho, cuando yo he organizado alguna fiesta he invitado a todo el mundo, incluso a gente que no necesariamente me caía bien. Todo el mundo tiene derecho a disfrutar de una fiesta con sus amigos y yo no tengo por qué tratar con todo el mundo.
El problema con la fiesta de Ace es que es mi vecino y no quiero que mis amigas sepan que se ha mudado al ático de enfrente porque aprovecharían para venir a cada rato y darme la tabarra con él. No me cae bien y aunque me haya resignado a tenerle en alguna de mis clases o a que aparezca en conversaciones a cada rato, me niego a tenerle en cada minuto de mi vida. Suficiente tengo con que sea mi vecino y compañero de clase.
Después de darle tantas vueltas y terminar de cenar, acabo por rendirme a que mis amigas se enteren de que Ace vive junto a mí. Me levanto con un gruñido y meto mi plato y cubiertos en el lavavajillas, cogiendo la cajeta de cigarros y saliendo a la terraza que conecta con mi salón para fumar. Siempre me relaja y me da paz ver las luces de Nueva York a mis pies por la noche mientras me fumo un cigarro y leo. Extrañamente, el ruido de la ciudad que nunca duerme me ayuda a poner en orden mis pensamientos y sacar ciertas cosas en claro.
Tan solo con la luz que sale del salón me vale para ver las páginas del libro con claridad. Enciendo un cigarro y me dispongo a perderme en la historia que narran las páginas cuando veo luz en la terraza de al lado. El piso lleva tanto tiempo vacío que este detalle no me pasa desapercibido y miro inmediatamente.
Ace Hale sale medio desnudo mientras fuma un cigarro, un pantalón negro de chándal colgando de sus caderas que deja a la vista ese torso tan perfecto que todavía no consigo olvidar. Sus rizos castaños están despeinados, cosa que solo le hace más atractivo. Camina hacia la barandilla de cristal, observando la ciudad y ofreciéndome una imagen perfecta de su perfil.
Antes de que pueda ni tan siquiera pensar en lo que estoy haciendo, me pierdo en su figura, cerrando el libro lentamente. Mis ojos recorren su mandíbula perfecta y la forma en que sus labios carnosos expulsan el humo me cautiva. Los músculos de su brazo se tensan bajo la tinta negra cada vez que le da una calada revela que hace mucho ejercicio, así como los abdominales y la uve de sus caderas que se pierde bajo los pantalones. Todo en él es hermoso, incluso desde esta distancia. Hasta su actitud y su forma de moverse, elegante como un gato, podrían cautivar a cualquiera.
Estoy completamente perdida en él cuando se mueve, girando su cabeza hasta que esos ojos azules se posan directamente en mí. Su expresión anteriormente pensativa pasa de la sorpresa a la diversión en apenas unos segundos, y yo despierto de mi ensimismamiento con la velocidad de un parpadeo.
Mierda.
Ace se acerca a la parte de su terraza más próxima a la mía, soltando el humo por la boca, que se curva en una sonrisa burlona, antes de abrirla para hablar. No. No, no puede ser. No puedo dejar que se ría de mí por haberme quedado mirándole como una verdadera idiota.
Antes de que pueda decir algo, me levanto con la rapidez de un rayo, dejando que mi libro caiga al suelo. Lo recojo atropelladamente y corro a abrir la puerta para entrar en mi casa. Justo antes de poder cerrarla por completo, oigo esa voz grave llena de sarcasmo y deleite por mi propia vergüenza resonando a mi espalda.
—¡Buenas noches, vecina!
¡Holita!
¿Os ha pasado alguna vez lo de quedaros mirando a alguien y que os pille? ¿Cómo reaccionaríais si ese alguien fuera vuestro enemigo? Porque Alexa se cae muerta 🤭
Os leo! ❤️
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