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Final

Tres meses después.

Es navidad, la ciudad está completamente decorada y Jisung fue dado de alta, también él bebé.

El bebé que todavía no tenía nombre, obtuvo secuelas en su pequeño corazón y es que aunque ya podía respirar por sí solo, no quitaba el hecho que su pequeñito corazón nunca funcionaría al cien por ciento. El castaño recibía visitas todos los días, y su madre se había mudado temporalmente.

— Jisung, cielo. ¿No piensas darle de comer al bebé? — preguntó su madre molesta, y cargo al bebé que lloraba en su cuna. — La fórmula no le hace bien, tiene mucho reflujo y es tu leche la que necesita.

Jisung gruñó y se escondió en las cobijas intentando dormir pero le era imposible cuando un recién nacido lloraba como sí no existiera el mañana. — No quiero darle pecho, es asqueroso y ya vete de aquí mamá.

Jennie respiró profundo e intentó calmarse, Jisung era imposible, nunca quería estar con él bebé, con su hijo. — Lamento nunca haber hablado contigo sobre tú condición pero no te molestes con tú bebé. — Arrulló al bebé, que había dejado de llorar.

— Me jodiste la vida, ¿lo entiendes? — Jisung descubre su rostro y mira a su madre con desagrado. — Tenía una vida perfectamente planeada, no me agradan lo niños y, Min estaba bien con eso, no queríamos tener hijos y de repente di a luz a uno, ni siquiera puedo deshacerme de él porque mí novio lo ama.

Sin poder evitarlo, Jennie solloza. — Eres un monstruo, entiendo que me odies pero pensar de esa forma de una criatura inocente es aterrador, deja de actuar como un niño, las cosas sucedieron como debió pasar y tú bebé esta aquí, actúa como una madre.

— No quiero ser una madre. — grita y se levanta de la cama para ir al baño, donde se recuesta en la bañera y deja salir todo el llanto que tenía contenido. Jisung desea morirse.

Horas después por fin decide salir y su departamento se escucha silencioso, por fin.

Una risita se escucha en la sala y ahí está su madre aun lado de ella, Jeongin. El rubio cargaba al bebé de tres meses y lo alimentaba.

— ¿Que mierda haces?

— Oh, Sung tú madre me llamó, al parecer este pequeñito se moría de hambre y tú estabas muy cansado y te entiendo cariño. — Jeongin le dio una sonrisa. — Esto debe ser tan extraño y debes estar exhausto.

— No lo alimentes. — susurró él castaño, su mirada perdida. Y cuando Jeongun ni siquiera lo miró, caminó a la carriola donde dormía la pequeña Haerin. La bebé de nueve meses, hija de Jeongin.

La sostuvo en sus brazos inmediatamente, Jennie se levantó. — Jisung deja a Haerin, cielo. —
Intentó hablarle con voz dulce pero Jisung al parecer no escuchaba.

La bebé al ser despertada comienza a llorar en busca de su madre. — Tú estás alimentando a mí hijo como si fuera tuyo, ¿te parece si hago lo mismo? — pregunta y comienza a levantar su playera y uno de sus pechos queda al aire, de su pezón pequeñas gotas de leche caen. La pequeña Haerin comienza a buscar la fuente de alimento.

— No, Jisung. — dice Jeongin, separando al bebé de su pecho y poniéndolo en los brazos de Jennie. — Haerin, es una bebé grande y te puede lastimar.

Todo pasa muy rápido, Haerin muerde a Jisung y Jisung por auto reflejo empuja la cara de la niña sin medir su fuerza. Jeongin le quita la bebé que llora. — Imbécil, te he dicho que tengas cuidado con ella.

— Lo siento. — lágrimas escurren por sus mejillas e intenta acercarse a Haerin, pero Jeongin lo detiene.

Jeongin le da una mirada de molestia, Jeongin nunca se enoja. — Eres increíble, vengo aquí intentando ayudarte porque se que es difícil pero estás mal, y no quiero volver a verte cerca de mí ni de mis hijos,— y después mira a Jennie. — Esto deberías hablarlo con Minho, decirle que lo mejor es entregar a este bebé en adopción y que Jisung esta completamente loco.

Jeongin toma sus cosas y sale del departamento, y todo vuelve a quedar en silencio. — Tenemos que hablarlo con Minho. — dice Jennie y recuesta al bebé en su cuna.

— No, mamá. — llora Jisung y se tira al piso, colocándose sobre sus rodillas. — No, no le digas mamá, por favor el me va a dejar y se irá con él bebé.

— Jisung levántate por favor, mí amor de pie. — pide Jennie que al igual que Jisung esta llorando. — Le estas haciendo daño al bebé.

— Minho me va odiar, él lo quiere y y-yo se que lo ama más que a mí.

El me va dejar...

— No, amor, Minho te ama demasiado y lo van a poder superar debes decirle que no lo quieres.

Son las siete de la noche y él rizado entra al departamento. Minho comenzó a dar clases en una escuela secundaria, necesitaba juntar dinero. Tenía una familia.

— Jennie. — dice Minho entrando a la cocina y en la carriola estaba su bebé. — Oh miren mí pequeño príncipe. — lo carga y abraza. — ¿Como se porto mí niño.

Jennie toma un segundo para responder. — Todo estuvo tranquilo, Jisung esta dormido es muy cansado ser madre primeriza.

— Sí, lo se y me siento una basura por irme y dejarlo sólo todo el día pero estaba pensando en mudarnos algo más grande y es que este departamento no es un hogar para un niño.

— ¿Hablas enserio?

Asiente. — Sí Jennie, se que todo es muy extraño y te aseguró que estoy totalmente asustado, jamás pensé tener hijo y te apuesto que Jisung tampoco pero este bebé está aquí y fue muy fuerte, él se aferro a la vida y yo debo hacerlo para él. Soy su padre.

— Eres un gran padre Minho. — Jisung le dice y le sirve la cena.

Después de cenar, Minho entra a la habitación y encuentra a Jisung dormido, el castaño le da la espalda. — Hola pastelito, estoy muerto te lo aseguró, pero no importa porque lo vamos a lograr.

En silencio Jisung solo pudo contener su respiración y cerrar sus ojos fuertemente.

El día siguiente fue completamente lo mismo, y el día que le sigue, fue cuatro días antes de navidad y su cumpleaños que sucedio.

Por la mañana, Minho se levantó tarde y molesto. — Jisung él bebé esta llorando.

Era las siete de la mañana y Jisung sabía que él bebé estaba llorando, lo hacía desde la cinco de la mañana.

— Han. — volvió a decir Minho, su voz molesta y fuerte. — Levántate y atiende al bebé.

Al ser ignorado de nuevo se acercó a la cama y le arrebato las sábanas. — Levántate joder.

— ¿Porqué no lo atiendes tú? — responde en su lugar él castaño y tomando de nuevo la sábana para cobijarse con ella. — Déjame dormir.

— Es lo único que haces, tú madre se encarga del bebé porque solo quieres dormir, ¿Crees que no me lo contó mi madre?

Dos días atrás Mina la madre del rizado por fin había podido visitar al bebé y se sorprendió cuando Jisung siquiera hizo el intento de ser cortés con ella. El solo se encerró en su habitación y durmió durante todo el día.

— Vete a la mierda, tú y tu madre.

— Vete tú a la mierda Jisung, no ayudas en nada solo te la pasas durmiendo y siendo grosero con tú madre, y cuando llego ni siquiera quieres hablar.

Jisung alzó una ceja y lo miró. — ¿Que quería que hablara con tú madre? Sobre él bebé, estoy harto y tú solamente hablas sobre él bebé. Todo el puto tiempo es sobre el bebé, nunca nadie ni siquiera mí jodida madre pregunta sobre mí, o ¿dime quien lo hace?

— Oh, no seas egoísta. — susurró Minho y comenzó a ponerse su traje. — Esto siempre tiene que ser sobre ti, ¿es lo que te molesta?

— Lo que me molesta, lo que tanto me molesta es que tuve un accidente y di a luz a un bebé, y nadie me preguntó sobre como me sentía, ni siquiera tú lo hiciste. — sin resistirse se le escapó un sollozo y rápidamente se limpió los ojos, estaba tan cansado de llorar e incluso sus ojos le ardían de lo irritado que estaban pero no podía controlarse, todo el tiempo quería llorar. — Estoy harto de esto, no lo quiero, no le daré un nombre porqué no me lo quedaré.

— Jisung, — dice y se aleja. — No puedes decir eso, sí debo elegir ten por seguro que no serás
tu.

Y se fue, se escucho la puerta siendo cerrada y él castaño camino a la cuna y miro los pequeños ojos verdes. — ¿Feliz? — murmuró. — Me lo quitaste, te odio tanto niño.

— Jisung. — escucho la voz de su madre. — ¿Como puedes decir eso?

— Vete de mí casa, te quiero fuera de aquí. — y cuando Jennie no se movió, el castaño camino a la habitación de invitados y comenzó a guardar la ropa de Jennie. — Vete ahora mismo, no quiero llamar a los de seguridad.

— Me voy, pero me lo llevaré. — Jennie intento caminar hacía él bebé pero Jisung bloqueó el paso.

— No lo toques, no es tuyo.

Jennie tomó su maleta y salió del departamento.

Horas después cuando él rizado entró al departamento escucho el llanto del bebé, y rápidamente lo vio en su cuna, rojo del llanto y con saliva sobre todo su rostro.

Subió a los cuartos, y no encontró nada, cuando entró al baño ahí estaba Jisung acurrucado en la regadera con sus manos cubriendo sus oídos.

Ya basta, por favor cállate, ya basta. Repetía para sí mismo, y cuando le habló, él castaño no le hacía caso.

Parecía ido en su propio mundo. Sacó su celular y marcó él número de Jeongin.

— Hola, Innie. — sollozo en la línea. — Puedes ayudarme con la leche para él bebé.

Y después de que Jeongin aceptará y prometiera estar lo más posible ahí, colgó. Recostó al bebé en la cama y le cambió el pañal, estaba completamente sucio.

Inmediatamente él bebé comenzó a tranquilizarse y del llanto comenzó solamente a soltar pequeñas respiraciones. — Listo, mí pequeño bollito, todo estará bien. Mami no se siente muy bien pero él te ama demasiado. — lágrimas cayeron. — Solo no se ha dado cuenta, estaremos bien.

Varios minutos después con él bebé casi dormido, sonó el timbre y afuera estaba Jeongin.

— Hey, Min todo estará bien le susurró el rubio cuando miró al rizado. — Correcto, ¿Donde está Sung?

— Arriba dentro de la ducha, no se que le sucede intente hablarle pero es como si no me escuchara.

— Dame al bebé. — entro al departamento y cargo al bebé. — Hablé con mí doctora sobre
Jisung, la última vez que estuve aquí, él se molestó demasiado y Jennie me habló sobre los sentimientos de Jisung con él bebé y ella me explicó que puede ser depresión postparto, es algo que nos suele pasar y es normal sentirlo los primeros días pero no debe durar tanto. — sacó de su bolso una tarjeta. — Yo puedo llevarme al bebé y tú te debes encargar de Jisung.

Minho aceptó la tarjeta y subió para buscar las cosas. — Solo por hoy Innie. — Dijo cuando le
entrego la pañalera.

Después de que Jeongin se fuera con él bebé, Minho respiró y subió al cuarto.

Jisung seguía dentro de la regadera, lucia pequeñito dentro de su enorme pijama mojada. El todavía susurraba cosas para si mismo.

Por favor, ya no más.

Cerro la regadera y se agachó. — Pastelito, ven vamos a la cama.

Pasó sus manos detrás de las piernas de Jisung y lo cargó, cuando estuvo frente a la cama lo acostó. — ¿Minho?

— Sí, soy yo mírame. Soy yo. — sollozo y le quito la pijama mojada. — Manos arriba.

Cuando quedo totalmente desnudo, le puso una camiseta algunas tallas más grandes y unos simples bóxer. — ¿Tienes hambre amor?

Jisung negó y cerró sus ojos. — Él bebé. — susurró asustado. — Él estaba llorando.

— Shh, él bebé está bien, no te preocupes por eso. — respondió Minho, ayudándole a entrar a la cama. — Sung, perdoname tanto amor, yo te he dejado solo.

Cerrando sus ojos azules se abrazó al mayor. — Perdón por no poder ser una mamá, por no quererlo.

Durmieron algunas horas y cuando el sol entró por su ventana, él rizado se levantó y le preparo unos hot cakes de avena para el castaño. — Pastelito.

— Mhm. — se estiró Jisung en la cama. — Se ve delicioso amor. — Se sentó y él rizado llegó a su lado, desayunaron en silencio.

— Corrí a mamá. — se sinceró él castaño. — Fui grosero con ella.

— No te preocupes por eso. — después de unos segundos respondió Minho, y comenzó a recoger los platos. — Debemos ir al médico, ahí te pueden ayudar pastelito, para que no te sientas triste. Ya no más.

Jisung aceptó, y se puso un jogger de algodón, bajo a la sala, ahí estaba Minho esperándolo.

Salieron del departamento y se subieron en el auto del rizado, quince minutos después estaban entrando a la clínica.

Jisung fuertemente el brazo del rizado. — Buenos días. — dice él rizado cuando la recepcionista le pide sus datos. — Tengo una cita con la especialista Jeon.

La recepcionista busca en la pantalla. — ¿Señor Lee? — y cuando Minho asiente, ella se levanta y los dirige a una sala blanca con varias sillas y una mesa en medio. — En un momento vendrá la especialista.

Dos minutos después de una puerta blanca aparece una mujer, es alta, delgada y con unos ojos azules. — Señor Lee. — dice la mujer, portaba un vestido lila y una bata blanca. — Me llamo Jeon Somi. — miró al castaño. — Tú debes ser Jisung por favor pasen.

Se sentaron y Jisung susurró. — S-si soy Jisung, me llamó Han Jisung.

— Perfecto, Jisung, hablé un poco con tú novio está mañana y me ha dicho que no te sientes muy bien.

— Um. — suspiró Jisung y miró de reojo con nervios al rizado. — Si, me he sentido un poco triste.

Somi le obsequio una sonrisa maternal y miró a Minho. — Señor Lee, ¿puede esperar afuera? — pidió. — Quisiera hablar con Jisung en privado.

Después de mirar a Jisung por un segundo, Minho aceptó y salió del consultorio.

— Jisung, se que puede ser duro esto y por lo que leí pasaste un embarazo criptico, te puedo entender y no te juzgo.

—  ¿Me entiendes? — pregunta Jisung y mira su regazo. — ¿También odias a tu hijo?

— Bueno, ahora la amo pero lo hice. Cuando nació yo ni siquiera la podía mirar, y es que aunque no fue un embarazo criptico, fue un embarazo adolescente y tuve nueve meses para enamorarme de ella pero tú no lo hiciste por la mañana eras un chico común y en la noche tenías una vida en tus brazos.

Varias lágrimas se escapan de sus ojitos azules y mira a Somi. — ¿Cómo ellos lo aman?

— Un bebé es fácil de enamorarse pero, para ti es completamente diferente, tú lo llevaste ocho meses y ni siquiera lo sabías, es mucho para dirigir en tan solo unas pocas horas. — Explicó Somi.

Y la mujer tenía toda la razón. Jisung no quería bebés y nunca los deseó, ahora era el culpable de tener un pequeño ser enfermo de por vida, porque fue tan terriblemente idiota que nunca se dio cuenta que estaba en cinta. Más que a su propia vida, le destruyó la vida a un ser inocente. Un bebé que merecía el amor de una mamá.

Pero Jisung no lo sentía así, no lo amaba y lo intentaba pero no podía.

— Depresión postparto. — dice Somi y le muestra tres folletos. — A una de cada nueve madres le sucede y esto no los convierte en un monstruo, no estás solo ni te sientas así.

Jisung lo toma y lo leé, varios testimonios de madres y los diferentes tratamientos.

— Empezaremos con antidepresivos y veremos como te sientes, sí las cosas no se solucionan podemos pensar en otra opción. — Explica Somi y escribe en su laptop. — Puedes tomar la decisión que desees, sí lo quieres dar en adopción estás completamente en tu derecho.

Los próximos días él rizado pide asistencia en su trabajo y ayuda a Jisung con él bebé.

Ellos pasan navidad en el departamento, cocinaron hamburguesa y papas fritas. Aún él castaño no atiende al bebé pero ya no llora incluso ayudó a preparar la cena.

— Entonces, feliz cumpleaños al amor de mí vida. — dice él rizado. El bebé duerme tranquilamente en su cuna y Jisung esta recostado sobre el pecho de su novio. Minho le entrega una cajita pequeña y dentro de ella está un anillo. — oficialmente, ¿aceptas ser mí esposo?

Jisung lo mira y su rostro refleja tristeza. — No puedo hacerlo, no cuando vas a elegir al bebé sobre mí.

— Jisung, te amo con mí vida. — empieza a decir Minho, — Sí no lo quieres, esta bien, lo daremos en adopción.

La sonrisa de Jisung se extiende y besa a su novio. — ¿Seguro? — Minho asiente y le regresa el beso sin meter lengua, un beso suave y delicado.

— Te amo Minho.

Finalmente era fin de año y Jisung quería sorprender a él rizado con una cena.

Iría al supermercado y compraría lo ingredientes, estaba apuntó de salir cuando un lloriqueo lo detuvo y miró al bebé que le sonreía.

Era pequeñito y bonito, fue el primer pensamiento de Jisung. — Diablos.

Cargo al bebé y lo envolvió en una sabanita azul cielo, iría caminando.

Una cuadra antes de llegar al supermercado, vio, un orfanato.

Era fácil y rápido, dejaría al bebé y probablemente alguien saldría a tomarlo. Su vida
regresaría hacer como antes.

Casa de las mariposas. Se leía en el portón del edificio.

En donde se encontraba varias plantitas coloco al bebé. — Perdón bebé, te buscarán una verdadera mamá. — Beso su frente y se alejó.

Toco la puerta y corrió a esconderse, escondido espero que alguien lo tomara y así fue, unos minutos después la puerta se abrió y una mujer salió.

Observó el alrededor y vio al bebé, lo sacó del pequeño jardín y lo arullo en sus brazos.

Su bebé.

La mujer le susurraba palabras de ternura y él castaño comenzó a sentir que el aire le faltaba, sus manos temblaban y sin darse cuenta corrió hacía la mujer que estaba apuntó de entrar al orfanato.

— Hey, espera. — dice Jisung demasiado fuerte, provocando que la mujer se detuviera. — Es mí bebé, es mío.

Mí bebé, mi bebé.

La mujer lo miró con confusión. — ¿Tu lo abandonaste?

Jisung asintió y miró al bebé. — Lo siento tanto mi bollito. — Sin detenerse le arrebató él
bebé a la mujer.

Y cuando lo tuvo en sus brazos, lo abrazo inmediatamente y sin esperar alguna respuesta comenzó a correr en dirección a su departamento.

Cuando entró, rápidamente subió a su cuarto y se acostó en la cama con él bebé todavía en brazos. — Eres tan pequeñito, te amo tanto mi amor.

Él bebé al sentir el calor de su mami comienza a buscar su pecho y abre la boca varias veces como un pescadito. Jisung al ver lo que quiere su bebé inmediatamente sube su playera dejando su pecho al aire, él bebé se pega y comienza alimentarse.

Los ojos verdes del bebé se pierden en los azules de Jisung, su mamá. No sabe cuanto tiempo están en esa posición, el rostro del castaño tiene lágrimas secas y él bebé esta completamente dormido.

Se escuchan unos pasos y después aparece él rizado. Minho los mira boca abierto, Jisung y su bebé están en el centro de la cama, los dos abrazados.

— Jisung. — jadea, parpadea. — ¿Que esta pasando?

Con un nudo en la garganta él castaño mira a Minho y después al bebé. — Sunoo, ese es su nombre. — dice Jisung y después estira su mano para que él rizado se acerqué.

— Me gusta Sunoo, es un bonito nombre. — responde Minho, aun costado de Jisung con su mirada en la delicada carita de Sunoo.

Su bebé Sunoo.

Ellos se dan un beso de año nuevo, recostados en su cama con Sunoo en medio de los dos.

Tres años después.

— Mami, mami, mami, mami. — una voz chillona se escucha desde el otro lado de la puerta. — mami.

— Bollito. — le responde Jisung terminando de bañarse, a lo largo de los últimos tres años, él castaño aprendió que no existe la privacidad no cuando tienes un pequeño ser humano que exige tú atención las veinte y cuatro horas.

Abre la puerta y ahí en el suelo está Sunoo, sus rizos caen sobre sus ojos y en sus manitas sostiene un carrito rojo.

— Mí amorcito, ¿Papá donde esta? — pregunta Jisung, y camina al closet en busca de su ropa, comienza a vestirse frente a Sunoo él cual está más interesado jugando con las botas de papá.

Sunoo encoge sus hombros y mira a su mami. — Te extraño. — Y estira sus manitas para que lo cargue.

— Amor. — dice Jisung, y después de ponerse sus tenis le extiende la mano a Sunoo. — No puedo cargarte, lo sabes.

Sunoo toma la mano de su mami y caminan al jardín de su nueva casa desde hace dos años. Hoy era el cumpleaños de Minho, sus familiares y amigos estaban apuntó de llegar.

— Que sexy se mira señor esposo. — susurra Jisung, cuando encuentra a Minho prendiendo el azador. El cabello del rizado había crecido dándole una imagen de un hombre maduro.

— Pastelito, luces tan precioso. — rodea la cintura de Jisung y deja un beso sobre sus labios. — ¿Como estas amor? — pregunta y colocá su mano sobre la barriga de Jisung, redonda y enorme.

— Perfecto. — responde y cierra sus ojos cuando siente un movimiento dentro de su vientre. — Mí pequeño bollito no me deja ni un segundo solo. — Menciona a Sunoo, él niño rizado que ahora se abrazaba a su cadera.

Se habían casado en una ceremonia pequeña cuando Sunoo cumplió un año. Después llegó su no tan pequeño gran nido de amor, era una casa a las afueras de la ciudad.

Jisung era completamente feliz, tenía un maravilloso esposo, un niño de tres años que se había vuelto su mundo entero y por último su bebé que crecía dentro de él, con tan solo seis meses de embarazo Jisung estaba completamente enamorado de su futuro bebé.

Estaba asustado, nunca podría olvidar aquellos oscuros momentos después del nacimiento de Sunoo pero estaba consciente de que ahora era totalmente diferente, estaba preparado.

Fin

Probablemente algunos quedaron con un mal sabor de boca por todos los sucesos del capítulo final, pero espero que hayan disfrutado de la adaptación.
Gracias por el apoyo que le dieron <3

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