Me levante y observe a mi hijo que se encontraba con la mirada perdida, deje un beso en su cabello y me dio una leve sonrisa. Aclaré mi garganta y subí al podio, podía ver a mis amigos que se encontraban al lado de Gus, Norman que se encontraba a su lado paso una mano por sus pequeños hombros dándole apoyo. Desvié mi mirada al féretro y mis ojos se cristalizaron, reprimí mis lágrimas y comencé.

—Primero que todo debería decir gracias por estar aquí acompañándonos a Gus y a mí —Carraspeé—. No soy muy bueno haciendo discursos y menos para estas situaciones. Todos los que se encuentran aquí conocían a Alex, sabían cómo era ella y creo que todos deberíamos quedarnos con esos momentos —Tome un respiro profundo—. Conocí a Alex cuando fui a tatuarme con ella. Me gusto desde el primer momento que la vi,  era encantadora. Dios, como odio hablar de ella en pasado —Desvié mi mirada—. Cuando comenzamos una relación la solo idea de perderla me aterraba, y creo que mi mayor miedo se cumplió —Mi voz se quebró.

>>Con Alex aprendí muchas cosas por primera vez, y creo que la primera y más importante fue enamorarme. Alex es, era y será mi todo. El todo que te hace soñar, que convierte tus martes por la mañana en sábados por la tarde —Proseguí con un nudo en la garganta—. Esa persona con la que no tienes secretos, por lo que andarías kilómetros, pero a su lado —Observe a Gus con lágrimas en los ojos, él era muy pequeño para sufrir está perdida, eso era injusto. Tome un respiro y seguí—. Que aunque se vayan —Solté un sollozo—, y pasen mil personas en tu vida, nadie puede reemplazarla. Nadie te hace temblar igual y pase el tiempo que pase, lo recuerdas, tu cabeza lo recuerda y tu corazón no piensa en otra cosa —Volví a mirar el féretro—. Conocí a Alex por casualidad, ella fue una serendipia en mi vida. Y no puedo estar más agradecido.

Me bajé del podio y nuestro hijo se acercó corriendo a abrazarme, me agaché y lo abrace con fuerza mientras ambos llorábamos.

(*  *  *)

OCHO AÑOS DESPÚES

—Mamá y papá no tuvieron un final feliz, pero sonrieron todas las horas que pasaron juntos. Y solo por eso, valió la pena. Ellos son mi inspiración y mi ejemplo a seguir, si bien me quitaron a mamá antes de lo esperado, pude disfrutar los siete años que estuve junto a ella —Gus termino su discurso bajo los aplausos de toda su clase.

Me acerque y abrace a mi hijo con fuerza.

—Alex estaría orgullosa de ti —Pase una mano por sus hombros.

—Me hubiera encantado que estuviera acá —Murmuró y bajo la mirada posándola en su brazo donde tenía tatuado los ojos de Alex. Ambos nos habíamos hecho el mismo tatuaje hace un tiempo —. Pero sé que nos está cuidando, donde sea que su alma libre este —Sonrió y me observo.

—Lo está haciendo, estoy seguro de eso.

Y sonreí recordando, como lo hacía siempre que la extrañaba.