Aquella tarde como las otras en el hospital una enfermera se encargaba de guiar a un visitante hacia el cuarto donde Alessia descansaba.

—¿Alguien más ha venido de visita?—Preguntó.

—Si joven, vino una señorita creo que su nombre es Sadie... Todavía debe estar con ella.

—Gracias.—Habló estando finalmente frente al cuarto de ella.

La joven mujer le brindó una cálida sonrisa pues durante esos meses había sido testigo del amor incondicional de Finn hacía Alessia, el azabache observó a Sadie y a su novia en cama dormida.
Sadie lo escuchó y lo miró, Finn observó la manera en que su alborotado cabello rojizo enmarcaba su rostro, vacío de expresión. El trató de sonreírle, y de parecer amigable, pero una fuerza invisible lo obligaba a mantenerse estático.

—Finn está aquí, Alessia.—Acarició su mejilla con cuidado.

El azabache no aguanto más las lagrimas y caminó en dirección a su preciada novia quien no movía un solo músculo.

—Ya llegue cariño.—Intento sonreír pero a penas consiguió formar una mueca.—Lo siento, jure que te cuidaría y ahora estás aquí yo...

Un sollozo se escapó, Sadie colocó su mano en el hombro de Finn para así hablar.

—Va a reaccionar puede que demore pero ella va a despertar.

No podía ser fuerte, porque por primera vez en su vida, sentía una impotencia que lo obligó a llorar como un niño perdido, y así se sentía, se sentía desorientado al no poder besarla ni pedirle perdón por haberle fallado. Sollozando, bajó la cabeza, dejando fluir su dolor. ¿Qué iba a hacer? Era su culpa.

—Es muy duro verla así de ese modo y no poder hacer nada... Ella luchó hasta el final ella quería hacerlo todo para poder estar en paz y vivir la vida que siempre soñó, conmigo... y nuestro bebé.

Gracias a la puñalada de Nicholas, Alessia había sufrido un aborto perdiendo a su primogénito pero eso no era lo peor, había perdido sangre dejándola inconsciente para no volver a despertar luego de aquel día, 3 meses habían pasado ya.

—Es simplemente perfecta, yo creo que desde el comienzo me fui enamorando de sus defectos y actitud confusa.—Rió limpiándose las lagrimas.—A veces era inmadura y eso me hacía amarla más.

—Ella también te quería, como no te imaginas.—La mirada de Sadie se perdió mientras intentaba ser fuerte.

Finn pasó su brazo por los hombros de Sadie uniéndose en un medio abrazo, ambos dándose el apoyo que en ese momento necesitaban. Así pasaron unos segundos antes de que la pelirroja se despidiera y se marchara, después de todo aun tenía que trabajar pero se quedaba tranquila sabiendo que el Wolfhard estaría junto a su amiga cuidándola.

La noche finalmente llegó pero Finn se quedaría con ella, no podía permitirse irse y que ella despertara sola, jamás la volvería abandonar.

—Lessie... Amor mío, abre tus ojos.—Murmuró.—Te juro que nos iremos de aquí, de este pueblo... Por favor no me dejes solo.

Sollozó acariciandole el rostro, su bonita ahora era una bella durmiente, si tan solo no hubiera confiando en la persona incorrecta quizás ella estaría bien. Entonces sucedió, Alessia levantó su mirada poco a poco a penas recuperando la orientación.

—¿F-Finn?—Susurró mientras sus ojos se debatían por abrirse.

—Lessie.—Sonrió de oreja a oreja mientras sus lágrimas empezaban a caer.

—¿Qué pasó?—Cerró sus ojos pero aún así se mantenía despierta.

—Te he estado esperando, amor.—Finn rio y al mismo tiempo comenzó a llorar, por primera vez en su vida había sentido tantas emociones mezcladas las cuales no sabía cómo expresarlas.—Cada día sin importar que he esperado por ti.

Se volteó y corrió en dirección a la puerta donde empezó a gritar llamando a un doctor o enfermera, no quería que por cualquier motivo su Alessia.

—Lo lamento tanto, Finn.—Ella murmuró colocando sus manos en su estómago recordando aquella puñalada.

—No, no... No llores.—El se devolvió a ella abrazándola ninguno quería alejarse del otro, no luego de tanto tiempo de espera para sentir la calidez que solo ellos podían darse.—Durante todo ese tiempo, lo único en lo que podía pensar era en lo que sería de nosotros cuando despertarás, y ahora que te tengo de vuelta... Siento que estoy soñando.

—No lo estás...—Aseguró ella tratando de sonreír pero no podía, estaba incrédula de todo lo ocurrido.

—Me reconforta el que lo menciones... Ya no te dejaré ir a nunca más.

Regañó haciendola sonreir y eso para el era algo maravilloso, aquel viejo hormigueo en su estomago volvió pues era la única que alguna vez le había causado aquellas mariposas, cuanto habia extrañado la risa de su Alessia.

—No quiero volver perderte, no se que haría sin ti.

—Creeme que con lo unico que aparecía en mis sueños mientras dormia eras tú, y en como seria nuestra vida si tan solo esto no hubiera pasado...

—Aún estamos a tiempo para saberlo.—Acomodó el cabello de la castaña detras de sus orejas.—La casa es muy grande y fría sin tu compañía.

—¿Me sigues amando?—Cuestionó en voz baja.

—¿Por qué lo preguntas?—Frunció el ceño.

—Después de lo qué pasó y de haber perdido a nuestro bebé... ¿Todavía me amas?—Ahi estaba la insegura Alessia que temía perderlo.

—Claro que te amo.—Besó su frente, sus mejillas y cada parte de su rostro.—Te amaré siempre.

Había valido la pena todo lo que habían vivido juntos y lo que aún les faltaba por vivir, estaba seguro de que su vida junto a Alessia la viviría una y mil veces pues había tomado una decisión, siempre la elegiría a ella, incluso si cien veces regresara al momento en que la conoció, siempre elegiría aquella castaña de preciosa sonrisa y mejillas pecosas que lo había enamorado con todo su corazón.

—Quiero tenerte a mi lado, quiero estar contigo todos los días, verte crecer y envejecer conmigo, quiero recordar cada dia que la mujer mas hermosa y amorosa duerme conmigo todas las noches. Te seguiré amando hasta que mi corazón deje de latir, Alessia Pelletier.

Ella no pudo retener su sonrisa, una sonrisa cálida y sincera, sus corazones estaba alegres de tenerse el uno al otro de nuevo. Aunque se tendrían que separar unas horas ya que los doctores llegaron a la habitación pidiéndole un momento para revisar que todo este bien con ella, esa sería la última vez que Finn se alejaría de ella, lo prometía.