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3| Huyendo de casa.


Alessia sin saber cómo reaccionar sus ojos se encontraron a Finn parado frente ambas su mandíbula estaba apretada al igual tratando contenerse de no interferir más allá de lo necesario. Algunos rizos le cubrian la cara y el labio que anteriormente le habían privado de la sangre ya se veía hinchado, su postura se veía torcida al moverse tanto con la herida aún molestándole en su costado y para su mala suerte se veía débil gracias a su delgado y pálido cuerpo.

-¿Quien eres? ¡Vete de aquí!-Chilló la mayor quien sin duda había desviado su ira al otro chico, su ceño se frunció y la fuerza con la que sostenía a la menor disminuyó.

-Suéltela.-Habló mirando como la muñeca de Alessia había comenzado a dar indicios de que la sangre estaría por salir en cualquier momento.

-Finn...-Habló a lo bajo Alessia pidiéndole con la mirada que se marchara, no quería que un completo desconocido sea espectador de como su madre la golpeaba sin piedad alguna.

-Suéltela.-Repitió Finn tratando de verse fuerte a pesar de que el cuerpo le dolía como si estuviera quemándose en el mismo infierno.

Alessia aprovechó el momento para liberarse de su agarre, vio momentáneamente su muñeca notando las marcas que tardarían un tiempo en irse, Finn caminó por el alargado pasillo bajo la juzgadora mirada de la mayor, la castaña dio un par de pasos atrás en caso de que algo pase pero al contrario de lo que pensaba, el Wolfhard la tomó de la mano arrastrándola hasta atrás de el con la idea de defenderla.

-Alessia aléjate de el.-Reclamó la mujer, pero ella no se movía, tenía mucho miedo a lo que su progenitora podría hacerle después.

Finn sin pensarlo mucho corrió siendo seguido de la Pelletier quien en un impulso tomó la mano del chico con fuerza evitando los gritos de su madre la cual incluso había inventados algunos insultos para referirse a su hija como una ramera, todo termino cuando exclamó "¡Si te atreves a irte del edificio, no regreses!" algunos vecinos salieron sorprendidos preguntándose entre ellos que es lo que sucedía o porque tanto ruido a tal hora que aunque no resultaba tan tarde para algunos era la hora de comer y relajarse mientras los jóvenes salían del edificio corriendo como si el mismo diablo los estuviera siguiendo.

-¿Qué fue eso? ¿Por qué corriste? ¡Me va a matar! ¿La escuchaste? Esta muy molesta conmigo-Habló ella recuperando la respiración.-Voy a regresar, mi madre se volverá loca con esto, te lo agradezco pero creo que aquí nos despedimos.

Por su parte el azabache ignoraba la no tan emotiva despedida buscando entre los contenedores de basura algo mientras tiraba insultos al azar.

-Aquí está.-Del suelo levantó una moto que había estado cubierta con algo de basura.

-¿Me haz escuchado?

-Como quieras, bonita, pero yo me largo de aquí. Te la debía, y ahora estamos a mano.-Se subió a su moto.-Puedes venir conmigo y con mis amigos o quédate con la loca de tu mamá.

-Prefiero la segunda opción, no pienso ir con un desconocido.-Se cruzó de brazos dispuesta entrar de nuevo.

-¡Un desconocido que te salvo! Piénsalo bien, podría pedirte un beso ahora que no te debo nada.-Gritó con una sonrisa haciendo que ella le muestre el dedo del medio.-Como gustes entonces...

Finn aceleró doblando en la esquina, había sido una despedida muy rara por lo que Alessia dio unos pasos mientras miraba las marcas que las llantas había dejado en el pavimento, el olor a llanta quemada la hizo cubrirse la nariz con una mueca de disgusto.

-¿Un beso? Ni que estuviera demente.

Pronto Alessia pasó por uno de los oscuros callejones que la llevarían nuevamente a su hogar, tenía miedo ya había oscurecido mientras un muchacho le seguía el paso, la castaña temerosa agachó la cabeza por lo que nunca notó cuando fue que el pelirrojo estaba frente a ella con una sonrisa ladeada que la hizo temblar.

-Con permiso.-Habló a lo bajo mientras pasaba a su lado pero al hacerlo la tomo de la muñeca evitándole seguir.

-¡Hey! Suéltame.-Gimió del dolor cuando le apretó la muñeca con fuerza, exactamente donde su madre le había clavado las uñas.

-Vamos a beber algo-La zarandeó.

-No, ahora suéltame.-Le dió un empujón con poca fuerza.

El se limitó a reírse de la Pelletier para luego agarrar su rostro con una mano haciéndole presión en las mejillas obligándola a verlo a su rostro el cual ahora se veía enojado, muy enojado.

-No era una pregunta.-Le dio un tiro a lo cual Alessia se defendió o más bien lo intentó porque el chico se quedó firme.

Una luz se puso sobre ambos, la misma moto del mismo chico;-Y tu no decides por ella.-Finn lo miró amenazante y un tanto cabreado.

El muchacho al instante la soltó a lo que ella reaccionó tomando su muñeca para sobarla con cuidado de no lastimarla más. El pelirrojo se le acercó con intenciones de golpearon pero Finn con la poca fuerza que tenía le dio un puñetazo en el estomago haciéndolo doblarse para recuperar el aire.

-Vete de aquí.-La brusca mirada del azabache lo atemorizó obligándolo a marcharse mientras tosía.-¿Estás bien?-Preguntó mirándola mientras colocaba su mano en su propio costado tratando de calmar el dolor.

-Si, lo estoy... Gracias.-Reprimió sus lágrimas apretando sus ojos con fuerza para que no la vea en ese estado.

-¿Me agradeces por salvarte de un idiota?-Se burló.-No deberías porque, ese idiota no tiene ni un poco de educación sobre sus límites con las mujeres.

-Yo...-No sabía que decirle, aún estaba adolorida y asustada.

-Tú, solo trata de no meterte en más problema.-Levantó ambas cejas.-Creí que irías a casa.

Alessia bajo la mirada, ¿Debería confiar en ese chico? O ¿Regresar a casa? Su madre la abandonaba todas las tardes, la golpeaba y el novio de esa mujer era un depravado, no había otra palabra para describirlo. ¿Quería seguir pasando los abusos de ambos adultos? No.

-No iré, no por ahora.-Tragó saliva mirando ambos lados de la carretera.-Buscaré un lugar donde dormir por hoy, pero tengo que pensar las cosas bien.

-Sería más simple decir, "Finn llévame contigo"-La miró con el rostro serio.-Ven súbete, estarás más segura con mi grupo. ¿O prefieres dormir a bajo del puente más cercano?

Alessia se silenció un momento, ¿Qué tan malo podría ser una noche debajo de un puente? En algunas películas incluso lo tomaban romántico, Finn soltó una risa nasal al verla tan pensativa con respecto a la idea que había dado, pero rápidamente contraatacó su argumento.

-No lo recomiendo hay muchas chinches.-Recordó con disgusto.

-¿La voz de la experiencia?-Alessia levantó ambas cejas con diversión.

-Hai ragione. ¹*

-Al menos eres bilingüe, chien galeux.-Intentó imitar la buena pronunciación del Wolfhard quien soltó una ligera risa.

-Ok, dos cosas.-Aclaró su garganta.-Primero, Chien galeux significa perro sarnoso y segundo... Eso es francés, no Italiano. ¡Pero mira el lado positivo! Al menos dominas bien el español, creo.

Las risas se terminaron cuando Finn miró a la sucia carretera con ansias de pasar las llantas de la moto sobre el pavimento seguramente para ir a casa o donde sea que sienta su hogar.

-Entonces... ¿Vienes conmigo?-La miró con angustia, aunque a penas la conocía ella había salvado probablemente su vida y no le gustaba la idea de abandonarla en un lugar donde seguramente le desfigurarían el rostro a golpes.

Alessia desconfió un momento, no lo conocia del todo, pero no tenia a donde más ir, es la única persona que la había ayudado y la casa de Lucas era muy lejos como para pedir socorro. Un "Maldición" soltaron sus labios en un susurro antes de subirse a la parte trasera de la moto provocando la discreta sonrisa de Finn quien momentáneamente sintió paz.

-Sería muy romántico que pusieras tus manos alrededor de mi, pero siento que si lo haces me desangrare hasta morir.

-¿Bromista?

-Desearía que sea una broma.-Hizo una mueca.-Sostente de las asas traseras de la motocicleta.

-¿L-Las que?-La parda cabellera buscó a lo que se refería, nunca se había subido a una moto.

Un bufido salió del castaño como si se estuviera pensando bien en si llevarla o dejarla ahí para que se las resolviera sola.

-¿Ves esas agarraderas?-Ni siquiera volteó la cabeza por lo obvio que era a lo que se refería.-Agárrate de ahí a menos que te quieras caer.

El sonido de sus dedos pegándose contra ellas lo hizo sonreír de forma fingida y aceleró la moto, aunque para Finn ya era un martirio ayudarla, Alessia disfrutaba del aire en su cara y como su cabello se sacudia, mirando el lugar noto como se alejaban cada vez más y más de su hogar, cerró los ojos por temor a caerse flexionando las rodillas para no raspar sus pies con el suelo.

El aire pasando suavemente por sus mejillas, le daba serenidad mientras las luces de la ciudad disminuían llegando finalmente a la carretera algunos autos pitaban por la velocidad en la que la moto los atravesaba y por alguna razón Alessia se sintió libre, como si toda su vida hubiera pasado siendo un pájaro una jaula de la cual un molestoso gato la había sacado.

Sin duda cambiaría todos los años que le quedan en su vida por solo un par de minutos ahí sentada en esa moto que le daba autonomía de alguna forma, pero finalmente llegaron a una ciudadela la cual reconoció porque alguna vez leyó en el periódico que desde su abandono se habían instalado grupos de motociclistas los cuales siempre se metían en problemas por quedarse ahí. ¿Este era el lugar seguro del que Finn le había hablado?

-Hogar dulce hogar.-Aunque intentaba verse alegre, su voz demostraba lo contrario estacionándose entre las sucias casas abandonadas o bueno no del todo.

-¡Finn!-Un grupo de personas le llamó captando la atención de Alessia al instante.

¹* Tienes razón.

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