20| Reencuentro.
Alessia al ver lo que estaba pasando colocó su mano en el hombro de Finn haciendo que lo baje antes de que golpee a Lucas, Finn se calmó mirando a la chica por el rabillo del ojo, no necesitaba ninguna palabra ni acción con solo su mirada podía saber que ella estaba bien y que no necesitaba un intermediario que la defendiera.
—Gracias.–Alessia calmó al chico con una suave voz que hizo estremecer a Finn, la había extrañado durante su tiempo en el hospital, en la cárcel y durante sus últimos días libres.
Finn agachó la mirada mientras bajaba su brazo al instante la chica lo soltó tranquila, y como no estarlo, sabía que nadie podría hacerle daño si Wolfhard estaba ahí para cubrir su espalda.
—Sabes que no puedes estar aquí.–Lucas habló entre dientes.
—No soy una niña Lucas, se cuidarme sola.–Ella interrumpió.
El no dio importancia a sus palabras, Lucas tomó delicadamente la mano de Alessia mirándola a los ojos con pena.
—Lo siento.–Agachó la cabeza.–Vámonos de aquí por favor.
—Ya es algo tarde... –Sadie habló nerviosa.
Alessia asintió volteando a ver a Finn con tristeza, el le dio una sonrisa fingida mientras sacudía su mano despidiéndose de ella. Hizo lo mismo que el siendo llevada por Lucas a su auto, entraron sin decir nada mientras el comenzaba a conducir mirándola por el retrovisor de vez en cuando.
—¿Como supiste que estaba ahí?—Miró el reflejo de los ojos de Lucas.
—Te conozco lo suficiente, no estabas enferma y me mentiste.—Una mueca se formó en su rostro.
—Perdón.–Miró a otro lado apenada de la situación.
—Sabes que no puedes ir a ese lugar, es por tu propio bien.
Sadie escuchaba todo sin entender por lo que miro Alessia con curiosidad, un "Luego te cuento" salió en susurro a lo cual su nueva amiga le ofreció su mano para que de alguna forma sintiera apoyo, el que probablemente necesitaría si Lucas le contaba lo que había sucedido a su madre.
Al llegar a casa Lucas le dio un abrigo para cubrir sus brazos, Alessia agradeció por traerlas a casa, luego de varios pisos llegaron al que les correspondía.
—Bonito lugar, cuando me independice vendré aquí.—Aseguró Sadie intentando romper el hielo.
—No lo recomiendo, a veces las chicas huyen de casa para irse con chicos.—Recordó bromeando.
Al abrir la puerta Alessia vio a su madre dormida frente al televisor, con la cabeza le señaló a su amiga a que cuarto ir mientras ella buscaba el control remoto sobre la mesa, frunció su ceño al ver algo tirado en la madera.
—Estas son.—Miró con atención.—Anfetaminas.
Con decepción regreso a ver a su madre y finalmente apago el televisor dirigiéndose a su cuarto donde Sadie ya había hecho una profunda revisión a sus pijamas. Alessia se quedó recostada en el marco de la puerta pensando en lo que había visto.
—Lessie, ¿Está todo bien?—Sadie la miró terminando de doblar las prendas de dormir.
—Sadie, ¿Te puedo pedir un favor?
—Claro.—Se acostó en la cama dándole el espacio a su amiga.
Alessia hizo lo mismo dando un suspiro mientras ambas miraban el techo.
—¿Podrías acompañarme mañana?–Ella solo sonrió.—Necesito ir de nuevo.
—Sabía que no eras tan aburrida.–Se sentó en la cama prendiendo su celular.—Llamaré a mi madre a decirle que me quedo hasta el domingo.
Sonrió escuchando hablar a Sadie con su mamá, luego de una pequeña discusión la dejaron quedarse. Después de todo eso era normal entre madre e hijas, ¿No? Amarse, discutir a veces y que todo siga como siempre, ¿Acaso todas las madres eran como la de ella?
—Ahora cuéntame, ¿De donde lo conoces?—La sacó de sus pensamientos.
—¿A Finn?
—¿A quien más?
—Perdí la memoria.—Dramatizó.
—Debe ser horrible no saber que te sucedió.–Sadie al parecer se lo había tomado muy en serio.–Si yo perdiera los recuerdos... No lo recordaría.
No quiso reír por lo que había dicho así que se cubrió la boca.
—No hablaba en serio.—Negó varias veces.—El me salvó, me sacó de un horrible lugar, me dio un hogar, me enseñó partes de la ciudad que nunca creí ver, tuve una verdadera familia... Me enamore profundamente de él y-
Ella sostuvo su mano y le mostró una cálida sonrisa para que pudiera seguir hablando.
—Pasamos muchas cosas juntos, ¿Si?—Aclaró la garganta.—El hizo tanto por mi y cuando más me necesito yo lo abandoné, murió su mejor amigo, desaparecí de esta ciudad como si nada. Fui con mi padre, estuve en terapias, comencé a estudiar y ahora estoy aquí, contigo luego de no estarlo 3 años.
—Aquí estoy para ayudarte, iremos mañana y tendrás tiempo para hablarlo con el.
—Gracias...
—No tienes nada que agradecerme.
Luego de esa pequeña charla se relajaron para poder dormir, Sadie mejor que Alessia quien al parecer a penas pudo cerrar los ojos.
El cuerpo del mayor de los Wolfhard tembló cuando tuvo que regresar aquella prisión, el dinero y conocidos que tenía lo habían ayudado a sacar aquellas personas con las que tuvo que convivir años entre cuatro paredes.
Wyatt Oleff, puesto tras las rejas por portar armas ahora le reducieron la condena y Gaten Matarazzo por asalto agravado, ahora le habían concedido la libertad condicional a cambio de 200 horas de trabajo comunitario, Finn cumplió su promesa de darles su libertad.
—Es bueno verte de nuevo.—Wyatt abrazó a su amigo mientras Gaten los miraba sonriente.
—¿Piensan quedarse aquí para siempre? Vámonos, no he visto esta maldita ciudad en años.
Los tres rieron, la nostalgia de su pasado encerrados no se las quitaría nadie, ni siquiera sus malos recuerdos.
—Oh jirafaaaa... No caves en la camaaa...–Cantó Wyatt refiriéndose a Finn mientras subían a su auto.
—Oh Wyatt.–Le siguió Gaten.—No eres castaño naturaaaaaal y como Finn no te hace casoooo, te vas a mas...—La canción del de rulos se detuvo ante el golpe que le dio el antes nombrado.
—Dejen sus payasadas.—Finn aceleró un poco más cuando estaban en la carretera.
—¿Algo nuevo que contarme? ¿Hmm?—Wyatt sonrío jugando con el espejo retrovisor.—Hola guapo.—Le guiñó el ojo a su reflejo.
—Alessia.
—¡¿Alessia?!—Wyatt dejó su egolatría un momento para voltear a ver al azabache.
Finn asintió sin quitarle la mirada a la carretera mientas comenzaba a contarle todo a sus amigos.
Un poco más tarde en la misma ciudad ya estaba Sadie arreglándose con la ropa y maquillaje de su ahora amiga, parecía más emocionada que Alessia por ir a La Ciudadela, cantaban a todo pulmón la canción que habían reproducido desde su celular. Cuando finalmente las amigas estuvieron listas, Alessia se acercó a su madre para avisarle que se irían aunque la mujer poco interés parecía tener en lo que su hija hiciera.
—Volveré luego mamá, Sadie me invitó a cenar.—Se acercó a la mujer que como siempre reposaba en el sofá frente al televisor.
—Alessia...
—¿Hmm?—Ladeo la cabeza expectante a lo que diría.
—Espero que no me estes mintiendo.—Regresó la mirada a su hija, pero al notarla mareada y un poco ida, Alessia supuso que su madre había estado consumiendo.
—¿Mentir?—Besó la mejilla de su madre.—Finalmente nos parecemos en algo... Ambas somos unas perfectas mentirosas, ¿No lo crees?
La mujer ya un poco fuera de lugar se limitó a reír y regresar su mirada al televisor el cual solo emanaba una señal perdida con un ruido irritante. Sadie dandole menor importancia a lo que pasaba abrió la puerta principal para marcharse junto a su amiga.
—No regresen tan tarde...–Balbuceó la mujer a su hija.
Sadie ni Alessia volvieron a decir palabra alguna respecto a lo sucedido, hasta que llegaron a aquel lugar lleno de motos y chicos divirtiéndose que tanto las emocionaba, sin mucha tardanza se acercaron aquel grupo que ya conocían.
—Que bueno que viniste.—Sophia habló sonriente.
—¡Alessia!–Un chico se acercó con una sonrisa.—Tantos años sin verte.
Lo miró con una ceja levantada, no lo reconoció al instante y a decir verdad a penas comenzaba hacerse amigo de los chicos de La Ciudadela.
—Jaeden Martell.—Alessia le dió un abrazo al ver al mismo chico divertido que alguna vez la visito en casa de Finn.—Me da gusto verte.
—A mi igual, Lessie.—Le devolvió una sonrisa antes—¿Vienen a ver o participar de la carrera?
—Solo ver, ayer participe con Jack... Mucha adrenalina para mi, paso.—La pecosa suspiró mientras se acercaban un poco más al montón de motos que habían.
Al parecer iba a haber una carrera con apuestas como el día anterior, ahí estaba Finn riendo con un Wyatt a penas salido de la cárcel, Alessia no pudo evitar formar una sonrisa al verlo tan alegre su corazón latía como la primera vez que lo vió.
—Lessie...—Sadie susurró a su amiga la cual volteó a verla.—Quiero conocer un poco más a Jaeden, estaré cerca ¿Si?
—De acuerdo, no te alejes mucho.—Le dio mínima importancia ante lo que estaba viendo, Finn competiría y ella estaba segura de que ganaría.
—¡Alessia!–Jack le hizo señas para que se acercara, por lo que se acercó a el.—¿Quieres competir conmigo?
—De hecho... Hoy no voy a competir.—Le mostró una sonrisa amable.
Tomó aire en sus pulmones mientras daba pasos hasta dónde Finn estaba, el ya se había dado cuenta de su presencia pues rápidamente volteó a verla nervioso.
—Hola.—Ella fue la primera en hablar.
Finn tragó saliva, aún no estaba listo para hablar con ella acerca de lo que había pasado en su ausencia, temía que ella le dijera que estaba con alguien más y que solo iba ahí para restregárselo en la cara, rápidamente negó pues Alessia nunca haría algo así.
—Creo que... Tenemos que hablar.—Murmuró la castaña tratando de verse seria a pesar de que en ese momento estaba muriendo de amor al ver a su contrario.—Sobre lo que sucedió.
—De acuerdo.—Aclaró su garganta.—Ven conmigo.
Alessia y Finn sintieron que nada había pasado desde que se despidieron el uno del otro, pero sabían que tendrían que aclarar las cosas tarde o temprano y finalmente había llegado el momento de hacerlo.
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