9.
Es día miércoles, y al estupido de Mateo se le ocurre ir a ver a su amor cantar.
¿No podría ser un viernes o sábado?
Mia: ¿tus padres ya se durmieron?
Julieta: mi madre si, mi padre creo que sigue en su laboratorio.
Mia: yo al menos ya estoy lista, solo tengo que esperar que apaguen las luces y salgo.
Julieta: yo creo que saldré ahora. Mi papá pasa directo a su habitación. ¿Donde dijo Mateo que nos juntáramos?
Mia: donde siempre. Ok, nos juntamos ahí en 5. Escapareeeeee 😱
Donde siempre, significaba en nuestra pequeña plaza dentro del condominio. Mateo vivía unas cuadras más lejos que nosotras.
Me quito mis convers, para que no suene tanto mientras camino. Salgo por la puerta de la cocina, ya que es más silenciosa. Los perros de los vecinos empiezan a ladrar, pero yo toco su lomo y se tranquilizan. Salgo de mi ante jardín y me voy corriendo. Mia llega unos minutos después que yo, con una mano en su pecho.
- Odio a Mateo. Estaban dando una maratón de las películas de Nicholas Spark.
- Mia, ¿y quién crees que después te tiene que escuchar sobre el amor perfecto?
- Tú, jeje.
- ¿Dónde está Mateo?
- ¡Ahí viene!
Mateo llega caminando, ya que mi amigo no corre para no arruinar su peinado.
- Bien, vamos.
- ¿Dónde está Adam? -Pregunto y los chicos me miran con expresión coqueta.- Dah, lo digo porque él sabe donde queda el lugar.
- Está unas cuadras más abajo, ¿acaso crees que andaría en la noche sola?
No se preocupen por el hecho de que Mateo haya dicho "sola", siempre toma el género femenino para sus asuntos.
Caminamos y Mateo nos aprieta la mano.
- Estoy nervioso, me da que me tiraré encima de Liam cuando cante.
- Por favor que sea cuando yo no esté mirando. -Dice Mia, mirándolo raro.-
Cuando llegamos junto a Adam, él nos guía rápidamente.
- Algunas recomendaciones. Hay apuestas, y juegos de azar, así que no se espanten cuando vean el tipo de personas que hay adentro.
- ¡Ay! Que miedo... Debí decirle a Diego que me acompañara. -Dice Mia, estirando su trompa.-
- Diego se muere y te saca de ahí, como si el lugar tuviera sarna. -Mateo se ríe.-
- ¿Por qué Liam toca en lugares así? -Pregunto.-
- Porque las personas que van ahí tienen dinero y contactos. -Responde Adam.-
- ¿Ah si?
- Espero que le salga lo mejor posible a mi osito. -Dice Mateo.-
Adam, Mia y yo miramos a Mateo.
- ¿Que me miran? ¿Acaso nunca le pusieron un apodo a su novio?
- No. -Decimos los tres.-
- Aburridos.
- ¿Desde cuando Liam es tu novio? -Le digo.-
- Bueno, ya lo será formalmente.
Mateo me guiña un ojo y nos damos cuenta que ya llegamos al lugar. Hay solo una puerta, pero un hombre gordo y musculoso la cuida.
- Que tal Mike. -Adam le da la mano.-
- ¿Vienen contigo?
- Si.
- Adelante.
Entramos y lo primero que encontramos es una escalera que parece ir al subterráneo. Bajamos, y ahí es como si fuera otro lugar.
Es un espacio gigante, compuesto por dos habitaciones. Una donde había muchas mesas y un bar, más el escenario. Al otro lado, se veían las mesas de póker y se escuchan los ruidos de gente celebrando.
Mia y yo nos tomamos de la mano y Mateo casi iba corriendo por buscar a Liam.
- ¿A qué hora saldrá? -Pregunta, mientras nos sentamos.-
- Ya pronto.
Mia se sienta a mi lado, y al otro está Adam. Una chica se acerca a nosotros y mira a Adam como si fuera un Dios.
- ¿Desean algo?
Mateo se da vuelta y es graciosa la expresión que pone. Para Mateo existen otros pecados.
1- Tener el cabello teñido, con puntas partidas, seco o descuidado.
2- Tener cero estilo al vestirse, o tener pinta de puta.
3- No saber utilizar accesorios y/o maquillaje.
Y la chica, tenía los tres.
- ¿Qué tienen? -Pregunta Mia amablemente.-
- Cerveza, tequila, vodka y whisky.
- ¿No tienen jugo?
La chica la mira extraño y se ríe.
- No, no tenemos.
- ¿Cuál es la gracia? -Le digo a la chica.- De aquí veo los jugos.
- Es para los tragos. -Me dice, como si fuera algo obvio.-
- Pero ella pagará los jugos de igual manera.
- Amiga no te preocupes. -Mia acaricia mi brazo.-
- No, déjame. Si quieres te pago lo que quieras por tu juguito, dáselo.
Veo como la chica estaba dispuesta a responderme, y no de muy buena manera, pero Adam le toma su brazo.
- Yesi, solo trae el jugo, ¿ok?
- Bien. ¿Algo más? -La chica pregunta, y creo que su mirada da chispas.-
- Una cerveza. -Dice Adam.-
- Dos vodkas con piña.- Digo yo, y pido por Mateo, ya que él no le hablará.-
- Ok.
La chica se va y Mateo se tira aire con su mano.
- ¡Que horrible cabello!
- No creo que la veamos otra vez. No seremos muy bienvenidos. -Digo yo, mirándola de reojo.-
Adam se ríe y luego vemos como preparan el escenario.
-¡Al fin!
Mateo mira atentamente el escenario y yo observo desde lejos como las personas juegan al póker. Siempre me intereso ver un juego, pero siento miedo si voy sola.
La chica llega con los tragos y se va sin decir palabra. Mia revisa su jugo y me río.
- Nada se sabe con estas chicas, quizás lo enveneno.
Mia revisa bien y luego se toma el jugo. Finalmente los chicos se suben al escenario y Mateo grita como mujer.
- Buenas noches.
Liam habla con su voz profunda y algunas chicas gritan. Mateo les da una mirada y luego el grupo empieza a tocar.
Las canciones eran escritas por ellos, y la verdad es que eran buenos.
Me bebo todo el vodka, y escucho los gritos de la otra habitación.
Adam se acerca a mi, ya que hay mucho ruido y me habla al oído.
- ¿Quieres ir a ver el póker?
- Estoy bien aquí.
- Has estado pendiente todo el rato sobre el póker. ¡Vamos! Incluso puedo jugar una ronda.
Lo observo y él me sonríe.
Caminamos a través de la gente y trato de evitar chocar con alguien.
Todos están muy emocionados cantando y tienen sus tragos en una mano. Yo solo estoy con jeans y una camiseta, temiendo ser mojada por algún trago.
Siento como Adam pone su mano en mi espalda y me ayuda a avanzar. Llegamos a la otra habitación y me siento incomoda al ver como algunos hombres me miran de arriba a abajo.
- ¡Adam! Empezaremos nuevamente. ¿Te unes?
- Claro.
Nos acercamos a esa mesa y todos los de alrededor me miran.
- ¿Son novios? -Pregunta, él que parece mayor.-
- No, es una amiga. Quería ver el póker.
Me siento cerca de él, y pienso que estoy segura al lado de Adam, al menos a él lo conozco.
El juego es algo emocionante, y creo que Adam es muy bueno. La chica que nos atendió, se pasea por aquí, y su mirada parece asesina cuando me mira.
- Creo que le gustas. -Le hablo al oído.- Me odia.
- Es envidia, tranquila.
- ¿Y por qué?
- Por que todos te están mirando.
Miro a mi alrededor y siento las miradas de esos viejos pedofilos. Iugh.
Cuando termina el juego, camino cerca de Adam. Siento que en cualquier minuto alguien me viola.
- Tranquila Ojitos, si estás conmigo, no te pasará algo malo.
- Tengo miedo, idiota.
Adam toma mi mano y me siento estupida al sentir tranquilidad. Nos acercamos a la otra habitacion y Mateo junto a Liam están abrazados y Mia sonríe.
- ¿Dónde estaban? -Pregunta Mia.- Y ¿Por qué...?
Mateo y Mia miran mi mano enlazada con la de Adam, y me suelto.
- Ojitos quería ver el póker, y tenía miedo, así que la traje de la mano.
- ¡Ósea que no viste como Liam frente a todos me pidió ser su novio! -Dice Mateo, más que escandalizado.-
- Oh, Mateo lo siento.
Durante el camino de vuelta a casa, Mateo estuvo recriminándome hasta el cansancio. Luego se sintió feliz porque estaba de novio y me abrazo.
Adam nos acompañó a mi y a Mia a la casa.
- Cualquier día te enseño a jugar póker, eh, ojitos.
- No gracias, ya me bastó con ver el público. Mejor cuida de tus fans, creo que me odian.
- Tú te haces odiar sola con tu amabilidad...
- Soy amable con quien quiero, y no me gusta que se rían de mis amigos. -Me cruzo de brazos y lo miro molesta.-
- Ojitos, tienes que saber que las chicas están llenas de envidia. Y tú, eres algo digno de envidiar.
- ¿Ah si?
- Eres tan guapa, que aún siendo molesta, sigues siendo atractiva. A algunas no les funciona.
- Para de elogiarme Adam.
Miro hacia el lado y evito su mirada, algo molesta. Estábamos fuera de mi casa, pero por alguna razón, quería seguir discutiendo ahí con el. Era entretenido.
- ¿Por qué no entras a tu casa? -Dice Adam.- Ya es tarde.
- Entro cuando quiero.
- Mañana tienes clases.
- ¿Y a ti que te importa?
Él se ríe y desordena su cabello.
- En realidad eres insoportable.
- Entonces ¿por qué sigues aquí?
- Es entretenido.
Ambos nos miramos, pero quito mi mirada rápidamente.
- Me voy, espero que no robes mi casa.
- No lo necesito. Aunque te robaría a ti, puedo cobrar bien.
- Vete.
Entro a la casa y luego sonrío. Esto es extraño.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro