De lo único que se hablaba aquellos días en el colegio, era de la fiesta de bienvenida. Claro que ni de tan bienvenida, ya que llevamos cerca de un mes, pero bienvenida al fin.

- ¿Es con parejas? -Pregunta Mia, golpeando su cabeza en el casillero.-
- No formalmente, pero siempre bailas con alguien. -Dice Mateo, quien estaba mejor.-
- Bailaremos juntas, ¿qué problema hay? -Le digo.-
- ¡Vamos! Es obvio que Peter te invitara.
- Prefiero bailar con ustedes.
- Ups. Ahí viene.

Mateo me indica con su boca y veo como Peter camina hacia mi.

- Hola Julieta.
- Hola.
- ¿Puedo hablar contigo?
- ¿Eso no estamos haciendo?
- Dios Julieta, sé mas agradable cariño. -Mateo me golpea y Peter se ríe.-
- No te preocupes Mateo, ya la estoy conociendo.
- ¿Vienes a invitarme a la fiesta? -Le pregunto.-
- ¿Por qué eres tan directa?
- No me gustan los rodeos.
- Bueno... Si. ¿Que me dices?
- Mmmm, con una condición.
- ¿Cual?
- Consigue pareja a Mateo y a Mia también.
- ¡Qué!

Mis amigos abren su boca de sorpresa y yo les golpeo cariñosamente su espalda.

- Verás Peter. Yo salgo con mis amigos, o simplemente no salgo.
- Lo entiendo.
- A Mia le gustan lo chicos tiernos, caballeros, de esos bien románticos. Y a Mateo...bueno, que sea hombre.
- Eso quiere decir, que si les consigo pareja, ¿irás conmigo?
- Sip, no tengo problema en eso.

Escuchamos el timbre y nos vamos a clases. Mia y Mateo no paraban de hablarme sobre mi plan y la ropa que tendrían que utilizar.
Después que termina la jornada, acompañamos a Mateo a la rehabilitación. Será algo difícil ya que tendrá que decirle a Raúl que perdió su avance.

Cada vez que iba, sentía que más gente iba. Al parecer es algo muy común, y no muchas personas piensan que estos grupos son inútiles, a menos que los obliguen.

- Bien, ¿Mateo tienes algo que decirnos?

Con Mia le apretamos la mano, mostrándole nuestro apoyo y él comienza a contar su experiencia. Mientras lo escuchaba, siento un rico olor.
Escucho como alguien mueve una silla y Adam se sienta a mi lado.
Lo miro y él me guiña un ojo. Lo ignoro y sigo escuchando a mi amigo.

Las palabras de Raúl fueron realmente motivadoras, y al salir de la sesión, Mateo se sentía mucho mejor.

- ¡Julieta!

Levanto la mirada y casi se me cae la mandíbula al ver que Peter traía un ramo de rosas y dos chicos a sus lados.
¿Cuán rápido puede ser este chico?

Él se acerca a mi y me entrega el ramo.

- Cumplí mi parte y ahora te pregunto oficialmente si quieres ser mi pareja de baile.

Los chicos que salían de la sesión pasan por el lado y sonríen, otros silvan.

- Si claro.

Le sonrío y él besa mi mejilla de sorpresa. ¡Vaya! Es rápido e inesperado.

- Pensé que podríamos ir a comer para conocernos mejor. Así tus amigos llevarán mas confianza a la fiesta. ¿Que les parece?

Miro a mis amigos, para ver su reacción y aceptan.

- Conozco un lugar para comer por aquí cerca. -Dice el chico, que obviamente era para Mateo.-
- ¿Enserio? -Dice mi amigo.- ¡Nos encanta comer!
- ¡Genial!

- ¿De que baile hablan?

Adam y su amigo se acercan.

- Hay un baile en nuestro colegio el viernes. -Dice Mia, encantada con el chico.-
- ¿Ah si? -Adam sonríe.- Nos vemos ahí entonces.
- ¿Y a ti quien te ha invitado? -Le digo molesta.-
- Ojitos... ¿Tú crees que me costará mucho conseguir a una chica que me invite?

Adam se va y me dan ganar de patearle su ego. Y lo que es peor, es que si hay mas de una que lo invitará. Niñas tontas...

La comida resultó ser muy agradable. Liam, el chico pareja de Mateo, era muy agradable y trabajaba de asistente en una revista de moda. Estuve muy entretenida hablando con él.
Diego, el chico para Mia, era como un príncipe. Justo lo que ella siempre soñó.
¿Que hizo Peter para conseguir parejas tan perfectas?
Es tan... Perfecto.

Intercambiamos números y luego nos fuimos a casa.
Durante la cena, la cual fue comida china comprada ya que mi mamá estaba con molestias y mi padre tenía que cocinar, mi madre me recordó lo de la fiesta.

- ¿Con quien irás?
- Con Mateo y Mia, mamá.
- Me refiero a pareja... No me digas que alguien no te ha invitado.
- Bueno... Peter me invitó.
- ¿El presidente del club de química? -Pregunta mi padre alzando una ceja.-
- Sip, ese mismo.
- Bueno, parece decente al menos.

Mi madre pone sus ojos en blanco. A mi padre jamás le gusto alguna pareja o chico que me ha invitado salir. El único hombre que acepta felizmente en casa, es a Mateo.

- Habrá que comprarte algún vestido lindo, ¿No? -Dice mi madre guiñándome un ojo.-
- Mamá...
- ¡Quiero ir de compras! Ya se ha dicho.

Mi madre sonríe y mi padre ahora es que el pone sus ojos en blanco.

•

Me compré un vestido sencillo color plateado. Mia me envió una foto de su vestido color rosa, obviamente. Nos juntaríamos en la tarde para arreglarnos.
Peter insistió en que quería venirme a buscar, pero lo convencí en que nos juntáramos allá y que mi padre no lo soportaría en mi casa.

- Linda, hay que sacarle provecho a esos ojazos que tienes.

Mateo insistía en pintarme, al final me dejé, pero solo un poco.

- No quiero parecer falsa.
- Julieta, ¡Soy yo el que te pinta! Quedarás divina.

Finalmente me veo al espejo y no me veo mal. Mateo pinta ligeramente a Mia y luego nos preparamos para irnos.

- ¿Están listos? -Pregunta mi padre.-
- Sip.
- Al auto. ¡hop hop!

Nos despedimos de mi madre y luego vamos al colegio. Siempre las fiestas eran en el gimnasio y la verdad es que parecía irreconocible con las decoraciones.

En la entrada habían muchos chicos esperando. De pronto alguien mueve la mano y veo que es Liam. Mateo grita a mi lado y va corriendo.

- Te ves hermosa, Mia.

Diego besa la frente de Mia y ella se sonroja. Se toman de la mano y nos esperan para entrar.

- Te ves muy linda. -Peter me saluda.- Bueno... Ya eres linda.
- Gracias.

Estaba nervioso, lo entendía bien. Entramos y vemos como ya hay muchas parejas bailando. Siempre contrataban a muy buenos Dj's.
Saludo a mis compañeros y algunos conocidos.
Empezamos a bailar rápidamente y veíamos como el lugar se llenaba más y más.

Peter siempre se preocupaba por mi, si tenía sed, hambre, lo que fuese, era muy, demasiado atento conmigo. Durante una canción, un poco lenta, pero tampoco tanto, Peter se acercaba a mi, peligrosamente. Miraba de reojo y observo que Mateo y Mia, ambos ya habían besado a sus parejas. Pero yo... Aún no podía.

- Ehh... No tan rápido, vamos lento. ¿Está bien?
- Claro, a tu tiempo.

Él sonríe y me siento un poco incomoda. Había algo que me hacia poner un alto. Puede ser el hecho que esta pareciendo ser muy perfecto y temo por eso.
Lo único que sé en estos momentos, es en que no quiero besarlo.

Estoy a punto de decirle a Mia que vayamos al baño y conversar, cuando escucho gritos.

- ¡Pelea Pelea!

Todos nos miramos y nos acercamos al circulo. ¿Acaso puede haber una fiesta sin alguna pelea?

Eran dos chicas, tiradas en el suelo y tirandose el pelo. Veía la cara de los demás y ningún hombre quería meterse, creo que estaban muy entretenidos viendo la escena. Pero yo me digo, ¿y las amigas de estas chicas?

- ¿No tendrán amigas? -Pregunto a los chicos.-
- Si, pero pelean tan rabiosas que da miedo.

Miro alrededor y las chicas aún no para de pelear. Dios... Esto solo puede tener una causa. Un hombre.

- ¿Por quién se pelearán? -Pregunto y una chica que estaba al lado responde.-
- Por él.

Sigo la dirección de su dedo y claro... Adam.
Las niñas de hoy en día...

Unos profesores que son encargados de cuidar la fiesta, llegan y finalmente las separan. Las chicas se acercan a Adam y él mueve la cabeza aburrido. Los profesores echan a las chicas afuera y todo vuelve a la normalidad.
Miro a Mia y tomo su mano rápidamente.

- Tengo que hablar contigo.

Vamos a un lugar con menos ruido y le cuento todo lo sucedido con Peter.

- No se que me pasa Mia.
- Yo lo veo claro.
- ¿Que es?
- No te gusta el chico, Julieta. Así de simple. Tal vez necesitas un tiempo a solas.
- Si... Lo he pensado seriamente. Al menos a ti te fue bien eh.
- ¡Sii! Es todo lo que un día soñé, espero que no me decepcione.
- Espero lo mismo, volvamos a la fiesta.

Vuelvo y un poco mas clara con mis ideas, pero cumplo mi palabra y soy la pareja de Peter durante la noche.
Al terminar la fiesta, Mateo se acerca sonriente a mi lado.

- ¡Vamos!
- Sí, mi padre me dio un número de taxi.
- No, no. Vamos a ver algo entretenido.

Mateo me guiña el ojo y yo no entiendo.

- ¿Dónde vamos? -Le pregunto.-
- Liam me dijo que hay carreras clandestinas, empiezan hoy.
- No me interesa ver autos chocándose.
- No de autos... Motos. -Dice Mateo aplaudiendo.-
- En verdad son entretenidas, luego los dejaré en sus casas en mi auto.

Liam me habla y yo miro a Mia. Ella acepta y su príncipe la sigue.

- Ok, vamos.
- ¿No invitarás a Peter? -Me dice Mateo al oído.-
- Nah, luego te cuento.

Es así, como la noche sigue.