Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

29.


Los días que nos quedaban antes de los exámenes, los estudiamos por completo.
Eso también me servía para no recordar que Adam se había ido y mi corazón lo extrañaba, levemente, pero lo extrañaba.

El primer día de examen estuvo relativamente bien, y el de química ni hablar, soy muy buena en eso, pero biología... Biología señores.

Le pedí a Nate que me enseñara en el poco tiempo libre que tiene. El solo aceptó si le llevaba una hamburguesa gigante.

Cuando llego a la casa, su madre me hace pasar.

— Está durmiendo en el sofá, llegó agotado tras su última práctica en el hospital. Despiértalo.

Me acerco a él y veo que está dormido profundamente. Le saco una foto y sonrío. Luego lo muevo suavemente, pero aun así no despierta.

Me siento en la mesa de centro y lo observo. Sus mechones castaños cubrían su frente y sus labios estaban estirados como boca de pato. Sonrío y lo muevo una vez más. Él parece querer despertarse, pero no lo hace.

— Nate, ahí viene una chica, espero que se te pare esta vez.

Se ve una leve sonrisa y abre sus ojos.

— Es la peor forma de despertar a alguien Julieta.
— Sé que estás cansado, pero vengo por la biología.
— ¿Trajiste la hamburguesa gigante?
— Si, y créeme que no fue fácil traerla.

Nate se levanta y sus ojos brillan al ver la hamburguesa. Nos sentamos y me entrega muchos apuntes y libros. Me realiza un pequeño cuestionario.

Nate explica muy bien, y creo que la biología no es tan complicada como lo pensé.

— ¿Tus amigos entienden biología? Pensé que vendrías con ellos.
— Mía le pide ayuda a Diego, y Mateo no tiene problemas con biología, pero explica pésimo.
— ¿Cómo está tu corazón pequeña?
— Aquí está. Me siento un poco más relajada al saber que Adam está lejos, pero aun así tengo sentimientos encontrados.
— Una chica me invitó a salir.

Lo dice de forma rápida y yo paro de escribir. No quiero decir esto, pero de alguna forma, me molesta.

— ¿Qué chica? —Pregunto rápidamente.—
— Una compañera, pero digamos que no es mi tipo.
— No pensé que eras de los chicos superficiales, Nate.
— No, no hablo de su físico, es el hecho que es una bruja, y es muy insistente, siempre termina teniendo lo que quiere. Y es una hijita de papi.
— ¿Cuál es el problema entonces? —Hago como que vuelvo a escribir pero sigo molesta.—
— Que no acepta un no como respuesta.
— Dile que tienes novia.
— Imposible, ella se sabe la vida de todos.
— Dios, que chica.

Termino mi cuestionario y Nate me explica la materia nuevamente y me da tips para los exámenes.

Sonrío al ver que tiene salsa alrededor de su boca. Le quito la salsa con mi dedo y él lo lame antes que yo me lo limpie.

Oh no. Mi corazón salta, si, da un salto al ver su sonrisa de un niño travieso.

— Tu papá me contó que tu cumpleaños es pronto. ¿Algún regalo en especial?
— Mmm que seas normal con tu próxima novia.
— Ja ja, hablo enserio pequeña. Aprovecha que estoy de buenas.
— No hay algo especial que quiera, solo regala algo lindo. Me gustara de todas formas.
— Todas mis ex novias decían eso, yo llegaba con el regalo y no les gustaba. Por eso ahora pregunto.
— Bueno, yo no soy igual a esas chicas, soy mejor. —Le guiño el ojo.—
— Julieeeeeeeta. —Nate entrecierra sus ojos.— No me trates de conquistar, recuerda que soy mayor que tú. Y tú aún una pequeña menor de edad virgen y Santa...
— Idiota.

Lo golpeo y ambos nos reímos. Me asusta aveces el nivel de confianza que tenemos. Nos contamos todo.

Es cierto, mi cumpleaños es pronto y será totalmente diferente a lo que tenía pensado. Antes creía que pasaría el día junto a Adam, y luego una cena con mis padres. Pero todo cambió. Espero que al menos lo recuerde.
En verdad, no. Adam idiota.

Después de los exámenes, mi madre planeó una fiesta en mi casa. Ese día a las 12 cumpliría 18 años.

Matt miraba hacia todos lados en la casa, al parecer no entendía nada, pero jugaba felizmente con los globos. Minnie también jugaba con los globos y ya había reventado unos cuantos.

Mateo y Mia ayudaban a decorar toda la casa.

Cuando estaba todo listo, nos duchamos y arreglamos.
Mi madre me había comprado un vestido para el cumpleaños. Mateo me maquillaba y Mía tomaba fotos.

Mis compañeros de colegio, trabajo y amigos empezaban a llegar. Mi padre me avisó que Nate no podía venir ya que le salió algo en el hospital. Me sentí triste, pero tenía que seguir bailando y disfrutando. Era mi cumpleaños.

A media noche, mis padres trajeron una torta gigante, me cantaron cumpleaños feliz y todos me lanzaron globos.

La fiesta seguía, yo bailaba con Mía, cuando alguien se me acerca.

— Te buscan en la entrada.

La miro extrañada pero aún así me dirijo a la puerta. La abro y casi me voy de espaldas.

— ¿Qué haces aquí?
— Feliz cumpleaños ojitos.

Cierro la puerta antes que alguien más lo vea, y le indico que camine hacia fuera.

— No se supone que estabas fuera del país.
— Lo estaba, pero pedí permiso para venir a visitarte. Tenía que saludarte.
— Oh, gracias.

Él me observa y en realidad no tengo idea qué hacer. Se ve mucho mejor, al parecer le ha funcionado.

— Te ves mejor.
— Si, aunque aún faltan meses.
— Que bien.
— ¿No me invitaras a entrar?
— ¿Bromeas? Están todos mis amigos, y más de la mitad te quiere matar. Incluyendo mis padres y mi gata.
— Ah... Supongo que también está Nate...
— No, tiene trabajo que hacer.
— ¡Vaya! Estás muy informada. ¿Ya son pareja?
— No seas idiota.
— Ah... ¿no te lo tiraste aún?

Mi palma pega su mejilla con fuerza. Es un imbecil.

— Que pena que tu rehabilitación no incluya tu mierda de cerebro.

Estoy dispuesta a irme, pero Adam toma mi brazo con fuerza y me besa.

Sus besos como siempre son intensos, pero ya no es lo mismo que antes. Lo empujo y me limpio la boca.

— ¿Qué te pasa? ¿Crees que un simple beso me hará olvidar todo? Siempre tienes ese don de cagarla y luego hacer como si nada.  Mira, agradezco que hayas venido, pero vuelve antes de que te pase algo, o te arrepientas. 
— ¿Es que acaso me olvidaste tan rápido?
— No es eso Adam, solo que ya no sé que siento por ti. Hazte un favor y vete. Recupérate y sé feliz.

Entro a casa nuevamente y al parecer nadie notó que Adam volvió. Me voy a buscar un vaso con soda y vuelvo a bailar.

De lejos, veo por la ventana como su auto se retira. Como siempre, el produce esa sensación de ansiedad y preocupación. Ese sentimiento no me gusta para nada, y eso es lo que siempre me hizo sentir él.
Su amor no me hacía sentir para nada segura, me hacía sentir viva, pero muerta a la misma vez.

No creo que el amor deba sentirse así.

Mis amigos me sonríen y yo trato de olvidar lo que pasó. Tengo que disfrutar estos momentos, y es mi cumpleaños, nadie lo debe arruinar. Ni siquiera él.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro