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23.


Mi jefe había aceptado a Nate en el trabajo. Ya llevaba dos días junto a él, y sentía que lo conocía de toda la vida.

Me contó sobre su ex novia, la cual era una fanática de las dietas, mientras él amaba comer. Yo le conté toda mi historia con Adam y él me entendió, ya que él se enamoro de una chica mala. Como casi todas las historias, eso no salió bien.

Sentí algo en mi estomago, al parecer esas historias de amor, solo sirven de experiencia. Quiero a Adam, pero no sé si quiera amarlo. Creo que me haría mucho daño.

Nate estudiaba medicina, iba en su cuarto año. Me dijo que lo inspiró su padre, el cual también era médico. Así fue, como supe que mi padre junto al suyo trabajaban en la misma clínica y eran amigos.

Hoy, llegué temprano al trabajo, ya que había reunión de profesores. Mateo estaba enfermo en casa y Mía fue donde su novio.
A esta hora no venían muchos chicos, ya que la mayoría aún no salía de clases.

Limpiaba unos vasos mientras siento que Nate entra rápidamente al local.

— ¿Llegué muy tarde? —Pregunta, mientras me besa la cabeza saludándome.—
— Tranquilo, aún no estamos en la hora peak.
— Genial.

Sin pudor, él se saca su camisa frente a mi y busca la del trabajo. Mi vista se va sin querer a su cuerpo. Trato de no mirarlo, pero está en muy buen estado. Veo de reojo como alisa la camiseta del trabajo y trata de aplastar su cabello castaño sin mucho éxito.

— Ok, estoy listo. —Me sonríe, y eso me hace sonreír a mí también.—

Media hora más tarde, el público adolescente empieza a llenar el local. Mientras yo me preocupaba de la caja y una nueva mesa, llega Nate a mi lado.

— Esto es de locos, yo solo venía a beber aquí con mis amigos.
— Para que veas. —Le digo.—

Una chica se acerca al mostrador y baja su escote mientras mira a Nate.

— La cuenta por favor.
— Claro. —Dice Nate.—

La chica lo observa como si fuera un trozo de carne a la parrilla y luego anota algo en un papel.

— Gracias, que tengas un buen día. —Dice Nate, entregándole la boleta.—
— Gracias a ti guapo, y... —Le entrega el papel.— Cuando quieras, estoy para ti.

Le guiña un ojo y se va, moviendo sus caderas de forma exagerada. Nate suspira y me mira.

— Creo que tienes éxito con las chicas. —Le digo, mientras pongo unos tragos en la bandeja.—
— Son solo chicas que apuestan acostarse con los estudiantes de medicina. —Arruga el papel.— Espera, yo te llevo la bandeja.

Sonrío y luego que estamos libres le digo que me juntaré con Adam.

— ¿Quieres que te acompañe? No es bueno dejarte sola con él.
— Sobrio no me hará daño. Creo.
— Ok, pero te acompaño en el trayecto, y cuando conversen, me alejo. ¿Te parece?
— Eres muy preocupado. —Sonrío.—
— Soy así con mis amigas mujeres, otra razón por la que mi ex no las soportaba.

Nos reímos y él me observa, yo lo miro y me doy cuenta en ese momento, que es muy guapo, demasiado. No entiendo porque no lo dejo de mirar.

— Tienes lindos ojos Julieta.
— ¿Recién vienes a ver mis ojos?
— Si, lo siento. Estaba muy preocupado mirando ese trasero que tienes. —Me guiña el ojo y el tono en que lo dice me hace reír.—
— Tú tienes buen cuerpo.

Le digo, sin antes filtrar lo que quiero decir. Él abre los ojos de impresión y yo me doy vuelta a atender otra mesa antes de que él diga algo. Aún así, le escucho que decir que le doy una muy buena vista al caminar.

Sonrío y niego con la cabeza. Es como si fuéramos amigos desde siempre.

Cuando salimos del trabajo, Nate me acompaña hacia el parque más cercano, que es donde Adam me esperaría. En el camino me explicaba sobre la universidad. A lo lejos veo como Adam está sentado en una banca, jugando con un encendedor.

— Ok, aquí estaré bien. No creo que sea necesario que te quedes.
— ¿Estás segura?
— Sip.
— Ok, pero cualquier cosa tienes mi número.
— Lo sé.

Suena como papá preocupado, él me abraza y yo cierro los ojos. Nate me da seguridad.
Camino hacia Adam y él sonríe al verme.

— Te ves guapa ojitos.
— Hablemos.

Me siento a su lado y él se acomoda para verme de frente. Sus ojos azules me desarman. A su lado, siento ansiedad, algo intenso que me hace estar alerta, y viva.

— He vuelto a rehabilitación Julieta, esto no volverá a pasar.
— ¿Estás seguro?
— Lo estoy. Lo último que quiero en el mundo, es causarte daño.
— Yo tampoco quiero que lo hagas.
— Con tu ayuda sé que podré superar esto, Julieta. Necesito que estés conmigo.
— Lo haré Adam.

Él me sonríe levemente y se acerca a mi rostro. Acaricio su rostro y mis labios buscan su boca. Extrañaba sus labios. Extrañaba su cercanía. Lo extrañaba a él.

Él toma mi cintura con fuerza, como si no me quisiera dejar ir jamás. Me besa con intensidad y pasión, esa habitual en él. Desordeno su cabello y luego me pierdo en su cuello, donde me ahogo en su perfume. Él acaricia mi espalda y luego mira mis ojos.

— Esto es lo único que necesito Julieta.

Asiento y él me envuelve en sus brazos.

Voy con mucho mejor ánimo a clases y mis amigos están felices de verme nuevamente bien junto a Adam. Durante las clases él no para de mensajearme, cosa que me hace sonreír.

Después de clases, somos citas triples. Vamos a tomar un helado y luego Adam me acompaña a casa, la cual estaba sola. Veo una nota de mi madre, la cual decía que estaría donde mi tía junto al pequeño Matt.

— Con que tenemos la casa para nosotros solos, eh. —Adam me guiña el ojo.—
— Sip, y será para comer. ¿Quieres comer algo?
— Solo a ti.

Ruedo mis ojos y me dirijo a la cocina. Empiezo a cocinar pollo y Adam me ayuda. Cuando puede roza su cuerpo con el mío y yo trato de mantener mi control.

Comemos y luego nos sentamos en el sofá para ver televisión.

— ¿Qué tal fue el día de colegio?
— Aburrido. Al menos es mi último año.
— ¿Y luego tienes pensado que hacer? —Toma mis piernas y las pone encima de las suyas.—
— Estudiar química, por supuesto.
— ¡Vaya! Tengo una novia muy inteligente.
— No pienso mantenerte. —Le digo bromeando.—
— Y yo no te daré sexo.
— Ok, me conseguiré a uno que si quiera.
— Eso ni de broma.

Toma mi rostro y lo besa. Yo sonrío y me acomodo encima de él. Sus caricias bajo mi uniforme, no ayudaban mucho en mi temperatura corporal. Siento que quiero quitarle la ropa por la intensidad de sus besos. Con Andrés jamás sentí algo así.

Sus labios van a mi cuello, mientras desabrocha mi blusa. Yo lo observo y el sonríe al verme solo en ropa interior. Su mirada es tan sexy, que creo que necesito ropa interior nueva, y seca...

Inesperadamente, me toma por mis muslos, y yo enredo mis piernas alrededor de él. Me besa sin parar y camina junto a mí hacia mi habitación. Presiento lo que viene y eso me hace sentir alterada.

Me lanza a la cama y yo pienso en lo rápido que llegamos al segundo piso. El me observa y saca su camiseta negra, dejando a la vista su torso desnudo. Mi boca se seca y él se sitúa encima mío. Termina de sacar mi blusa y acaricia mis piernas, amenazando con sacar mi falda, pero yo tomo su rostro y lo beso.

Sus caricias me hacen volar, y sus besos en partes del cuerpo que no sabía que podían ser tan sensibles, me hacen gemir suavemente. Adam sabe mucho, y evito pensar en cómo aprendió todo eso.

Le saco su pantalón y él sonríe.

— Vaya ojitos, tenemos la misma hambre.
— Cállate.

El solo queda en bóxers, y muerdo mi labio.

— ¿Te gusta lo que ves? —Pregunta.—
— Solo un poco.

Él se ríe, con una risa ronca y yo lo atraigo a mi nuevamente. Sus manos acarician mis pechos y luego sacan mi sostén. Cuando siento que sus manos van en dirección a mi entre pierna, siento el sonido de la puerta.

Ambos nos separamos y yo me visto rápidamente.

— Mierda, es mi mamá.
— Una lastima.

Adam pone cara triste y yo lo beso levemente.

— Ya habrá tiempo.
— Lo sé amor, ¿pero yo que hago con esto? —Indica él bulto de su bóxer.—
— ¿Qué dijiste?
— Que necesitaré una ducha fría, me prendes de una maldita manera Julieta.
— No, no. ¿Me dijiste amor?
— Ah, creí habértelo dicho antes.
— Bueno, no lo recuerdo.
— Así se dicen los novios. Amor. —El sonríe y algo en mi corazón se enciende.—
— Date una ducha, mientras yo bajo. Te avisaré cuando te puedes ir. Mamá no puede verte.
— Esta bien, ojitos.
— Ok.

Le doy un último beso, y el aprovecha de apretar mi trasero.

— Nos vemos.

Yo niego con la cabeza y bajo al primero piso. Mi madre vigila a Matt que está jugando.

— Hola mamá.
— Estas aquí. Pensé que no había nadie.
— Llegue temprano del colegio.
— ¿Qué tal? ¿Por qué tienes el pelo tan desordenado?
— Eh.

Me miro al espejo de la sala, y me lo arreglo. También aliso un poco mi uniforme.

— Es que me quedé dormida.

Antes de que diga algo, me acerco a mi hermano y juego con el. Le envío un mensaje a Adam para que salga por la ventana, ya que mi madre no tiene intenciones de moverse del sofá.

Adam: ya salte, me voy a casa, buen rato juntos 😏
Julieta: cuídate, te quiero 😘
Adam: y yo más. Amor 😊

Awwwww les digo que estoy oficialmente de vacaciones así que podré subir más seguido! Eh eh eh, tal ves y si me posee mi espíritu de buena persona, suba otro capítulo mas tarde :D espero sus votos y comentarios, besitooooos :) 😘😘❤️❤️

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