22.
Después de una semana, Adam tiene su departamento propio y mucho más dinero del que esperaba. No pude verlo en días, ya que estaba en semana de exámenes y eran importantes. Pero siempre nos manteníamos en contacto.
Esta noche tenía planeado dormir unas cuatro horas, no creo que necesite más.
Estaba sumergida en mis problemas de cálculo, cuando veo el número de Liam alumbrando la pantalla de mi celular.
— Diga.
— Julieta, te necesito. —Sonaba preocupado.—
— ¿Qué pasa? ¿es algo con Mateo? ¿está bien?
— No, no, Mateo está bien. Es Adam.
Mi corazón da un salto y dejo mis cuadernos y libros a un lado.
— ¿Qué pasa?
— Él... Julieta, lo siento.
— ¡Dímelo!
— Julieta, él está borracho y muy drogado...
— ¡Drogado! ¿Y tú lo dejaste? —Digo bastante molesta.—
— No fue por mi. Yo llegué a tocar con el grupo y lo encontré con unos viejos amigos, está muy mal. Rompió unos cuantos vasos y grita tu nombre, y el de su papá. Tienes que venir.
— ¿Dónde es?
Liam me da la dirección por mensaje de texto y me visto rápidamente. Trato de no hacer mucho ruido y salgo de la casa, tras la atenta mirada de mi gata.
Tomo un taxi y me dirijo al bar clandestino y horroroso en el que se encontraba Adam.
A lo lejos veo el rostro de Liam, que suspira de alivio al verme.
— Llegaste, ahí está.
Me indica un sofá rojo, y él esta mirando la pared.
— Adam.
Tomo su rostro y él sonríe.
— Julieta, amor, estás aquí.
— ¿Qué es lo que acabas de hacer?
Le pregunto con tristeza. Sus ojos están rojos y sus pupilas dilatadas.
No reconozco su mirada azul.
— No me des sermones Julieta, tú no sabes lo que me pasa.
— No te doy sermones. Te llevaré a casa.
— ¡No quiero!
— ¡No te estoy preguntando!
— ¡Pues vete sola! A mí no me jodas Julieta.
— Crees que es muy bonito el show que estás haciendo, ¿eh?
— ¿Y a ti qué te importa?
— Liam, ayúdame, no puedo llevarlo solo.
— No le pidas ayuda, ¡No me iré!
Adam se levanta y me mira.
— Te crees tan perfecta...
— ¿De qué hablas? ¿Quién eres?
— Da igual. Estoy solo en el mundo, mi padre me acaba de dejar... Y yo... Yo soy una mierda.
Adam queda mirando un punto fijo y luego de la nada rompe una botella, que estaba muy cerca mío.
Yo me asusto, ya que no puedo creer que es capaz de hacerme daño. Liam se pone delante de mí, con aspecto enojado.
— ¡Ten cuidado, Adam! Es Julieta.
— A la mierda todo. Necesito algo... Algo con que olvidarme.
Él empieza a buscar por todos lados y yo no lo reconozco.
¿Es así como las personas drogadictas buscan desesperadamente algo con que olvidarse del mundo?
Adam toma otra botella y se la bebe.
— Adam. —Susurro.—
— ¿Qué quieres Julieta? Déjame en paz.
— ¿Por qué lo hiciste?
— ¿Por qué ? —Se ríe.— Porque es la única puta cosa que me sirve para olvidarme de la mierda de vida que me queda, por eso lo hago. Y no creo que lo deje... Ahora que ya no está mi papa, no tengo a quien cumplirle nada...
— ¡No es cierto! —Siento un nudo en la garganta.— Me dijiste a mí que no volverías, ¡lo prometiste!
— ¿Y qué? Ahora me dejaras solo...
— No lo iba a hacer...
— Ósea que lo harás. —Me mira y distingo tristeza en su voz.— Me prometiste que no me dejarías solo, Julieta.
— Tú también prometiste cosas, Adam. La vida no se acaba con esto, y drogarte no acabará nada. ¡Eres un maldito cobarde! Tienes que hacerle frente a tus problemas.
— ¡Eso lo dices porque tú maldita vida es perfecta!
— ¡Vete a la mierda, Adam! Tú resentimiento no hará feliz a nadie. Cumple tu maldita promesa si quieres que yo cumpla la mia. Esta es la primera y ultima vez que diré esto. O dejas estas conductas, ¡o es la última vez que me verás en tu vida!
Le grito, con toda la desesperación y decepción que puedo tener. Mis lágrimas caen y yo salgo corriendo del pub. Liam sale tras de mí y ofrece llevarme.
— Lo siento Julieta, no pensé que terminaría peor de lo que estaba.
— Da igual Liam. Me hizo ver que las personas como él no pueden cambiar.
— Pero, es por el momento difícil que está llevando...
— Eso no es excusa.
— Julieta, es solo porque está en ese estado. Él te quiere.
— Pues si sigue así, su manera de querer no es lo que yo quiero para mí.
— Estoy segura que será la última vez.
— Y yo.
— Él cambiará.
— Espero que lo haga, antes de enamorarme de un imbecil drogadicto.
Veo mi casa y me despido de Liam. Cierro la puerta del auto con fuerza y pongo todo mi autocontrol para no hacer ruido al llegar a casa.
Cuando veo mi cama, hundo mi cabeza en la almohada y me largo a llorar.
Creo que mi mama tenía razón, ya tengo una idea como terminará esta historia.
•
Doy mi último examen y salgo del salón. Ya estaba Mateo y Mía afuera, esperándome.
— Vamos a celebrar que estamos libres. —Dice Mateo.— Al menos por ahora.
— Lo siento, no puedo. Le dije a mi jefe que a penas saldría de los exámenes iría a trabajar.
— Entonces te acompañamos ahí. —Dice Mia tomando mi brazo.—
Desde que les conté lo sucedido con Adam, no me dejan sola. Ya han pasado dos días desde ese episodio, y no he sabido nada de él.
Durante el camino comentamos los resultados que nos dieron dentro del examen. Siempre me hacen reír, ya que todos terminamos con resultados diferentes.
Cuando llego, la cara de mi jefe se ilumina.
— ¡Julieta!
— Sip, aquí estoy.
— No sabes la alegría que me hace verte.
— ¿Mucha gente? —Le pregunto mientras me dirijo a cambiar mi uniforme.—
— Si, tú sabes cómo es después de los exámenes. Todos vienen a beber.
— Todo estará bien.
Le sonrió y él se retira. Creo que esa frase también me la digo a mí misma.
Mateo y Mía están bebiendo un jugo cuando salgo. Ahí también llega Liam y Diego.
Los saludo y me pongo a trabajar.
Mi primera mesa, es una pareja, que al parecer está peleando. ¡Vaya! No debo ser la única.
— ¿Ya tiene listo lo que desean pedir?
La chica morena me ve con fastidio y él chico que estaba de espalda me mira y sonríe.
Su sonrisa me hace sonreír, es como si ya lo conociera y de alguna manera me tranquiliza. Algo que necesito bastante estos días.
— Eh, si. Queremos dos mojitos, ambos de frambuesa.
— Ok. —Anoto.—
— Y... ¿Quieres comer algo cariño? —Escucho que él le pregunta y ella gruñe.—
— No quiero comer nada Nate. Ya te dije mil veces que estaba a dieta.
— Ok. —Dice él, algo temeroso.— Entonces será solo una hamburguesa. Que sea grande por favor.
— ¿Con papas fritas? —Le pregunto con una sonrisa, haciendo que la novia me mirara mal.—
— ¡Claro!
— Ok, vuelvo enseguida.
Entrego la orden, y mientras pongo las cosas en la bandeja, escucho como I knew you were a trouble, suena. Suspiro y miro hacia todos lados si hay alguna cámara de bromas.
Esa maldita canción es la que he escuchado desde que pelie con Adam, es tan él, que solo tengo esa canción en una lista de reproducción.
Atiendo unas mesas más, y sin querer mi vista va hacia la mesa de aquel chico. Él come feliz y eso me hace reír. Su novia, lo mira con asco, o tal vez, es envidia. No entiendo como chicas así de insoportables tienen a los mejores novios. Creo que es uno de los chicos más guapos que he conocido.
Mía y Mateo se despiden de mi junto a sus novios. Diego me entrega un chocolate para animar mi trabajo y yo sonrío. Es un chico adorable y me hace muy feliz que esté junto a Mia. La puerta suena una vez más, y siento un aroma ya conocido para mí.
Sin aún levantar la vista sé quién es, y mi corazón late como loco.
— Julieta.
— Vete Adam, estoy trabajando. —Le digo, sin aún levantar mi rostro.—
— Necesito conversar.
— Pues yo no. Aléjate.
— Por favor Julieta. —Él toca mi mano y yo me alejo.— ¿Qué pasa? ¿Me tienes miedo?
— ¿No tendría que tenerlo?
— No, yo jamás te haría daño.
— ¡Ja! Dile eso a la botella que casi me llega a la cabeza, Adam.
El chico de antes llega a la caja y observa la escena. Me callo y lo atiendo.
— ¿Todo bien? —Pregunto.—
— Si, excelente. Vengo a pagar.
— Claro.
Miro a Adam para que se haga un lado, y él se mueve sin dejar de mirar al chico.
— Ok Nate, tarjeta o efectivo.
— Efectivo.
— ¿Por qué sabes su nombre? —Pregunta Adam y yo ruedo los ojos.—
— Porque lo escuché mientras peleaba con su novia. —Lo digo, sin querer.—
— Ex novia querrás decir. —Él lo dice con tranquilidad y con una expresión que me hace reír levemente.—
— Ok Nate, vuelve cuando quieras.
Veo como Adam me mira alzando una ceja y Nate sonríe. Siento como mira algo detrás de mí.
— ¿Necesitan meseros?
— ¡Oh si! Una chica se fue y acá siempre necesitamos gente.
— A mí me interesa el trabajo. ¿Qué tengo que hacer?
— Oh, genial. Lo consultaré con mi jefe, esta tarde y luego te aviso. Me dejas tu numero por favor.
— Claro.
Él anota el número en una servilleta y luego se retira. Observo su forma de caminar y sonrío. Adam se pone en mi campo visual nuevamente y yo suspiro.
— Necesitamos conversar.
— Estoy trabajando.
— Ok, entonces después del trabajo.
— Ya no quiero estar sola contigo. —Él me observa dolido.— Me produces temor Adam...
— Lo siento mucho. —El toma mi mano.— Es así...cuando
— Cuando te drogas. —Termino por él.—
— Julieta lo siento.
— Lo prometiste Adam.
— Tú también prometiste algo.
—¿Y quien rompió la promesa primero ah? Aparte, no te he dejado solo.
— Pero lo harás...
— Si sigues con esa actitud lo haré. ¿O crees que es muy agradable verte así?
— No lo volveré a hacer.
— Espero que esta vez cumplas lo que dices.
Me suelto de su agarre y vuelvo a trabajar.
Veo de reojo como Adam se va y un sentimiento de tristeza viene a mi. No quiero imaginarme lo que es sentirse solo en el mundo. Pero no puedo dejar que él me pase a llevar, no quiero que un amor como el suyo, arruine mi vida. No puedo.
Ohhhh algo intenso este capítulo, ¿qué pasará con #Tadam ?
Pd: amo a taylor swift, tenía que ponerla en alguna de mis novelas. ❤️swiftie❤️
Abrazos de oso, ¡no olviden votar!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro