20.
Aún no le cuento a mi madre sobre que tengo novio, estoy esperando a que la relación esté más firme. Eso si, les conté a Mia y Mateo de inmediato, ambos me gritaron por teléfono.
Durante el almuerzo estábamos terminando una tarea, y Mateo no paraba de darle miradas a un chico.
— Tienes novio, se un poco mas disimulado. —Dice Mia.—
— No es eso, yo soy feliz con Liam, solo que ese chico se hace el bien hombrecito y la otra vez lo vi en una disco gay. Idiotas.
— Bueno, no todos tienen la valentía para decirlo libremente, Mateo.
— Bueno, cambio de tema. —Dice Mia y luego me mira sonriendo.— ¿Que dices? ¿Crees que a Adam les gusten las citas dobles?
— Mmm no lo sé Mia, la verdad no lo veo en eso, pero me ha sorprendido bastante. Puede llegar a ser bastante romantico.
— ¿Cómo está su padre?
— Sigue ahí, al menos Adam está tranquilo.
— Tú le das tranquilidad. —Dice Mia.— Es tan romántico.
— Yo les dije que iban a terminar juntos.
Golpeo a Mateo y luego terminamos nuestro almuerzo.
Al salir de clases, mi sonrisa es obvia al ver a Adam esperándome, está apoyado en su moto con una pose de chico malo. Todas las chicas lo miran y me siento orgullosa de ir hacia él y demostrar que es mío.
Me despido de Mia y Mateo, y estos le mueven la mano a Adam. Me acerco a Adam y el sonríe.
— Hola.
— Hola guapa.
Posa sus manos en mi rostro y me da un pequeño beso.
— ¿Donde iremos? —Pregunto.—
— Me toca entrenamiento, tienes que acompañarme.
— ¿De que?
— Boxeo, y unas cuantas pesas.
— ¿Me llevaras a un lugar lleno de hombres?.
— Si, pero estarás conmigo.
Me guiña el ojo y yo me siento tras de él en la moto, teniendo cuidado con mi uniforme. Lo abrazo y siento su perfume, es delicioso.
Cuando llegamos, Adam toma mi mano y entramos al gimnasio.
Siento la mirada de todos y algunos chicos saludan a Adam. Yo trato de mantener mi vista firme en el camino, pero es un poco difícil debido a tantos torsos desnudos y sudados. Uff, dame fuerzas.
Adam se saca la camiseta y solo está con pantalones deportivos. Evito que mi baba se caiga y él se sube al ring. Yo me siento y me dedico a mirarlo entrenar.
Pensé que sería más aburrido, pero es algo cautivante mirar a mi novio golpear ese saco y verlo sudar. Es muy sexy.
Cuando termina, ya no queda mucha gente en el gimnasio. Me avisa que se irá a las duchas y yo lo espero. Luego escucho que le lleve su bolso y voy hacia él.
Mi mente viaja muy lejos al verlo solo con una toalla en su cintura.
— Gracias. —Adam toma el bolso.— ¿Te gustó ver a la gente entrenar?
— Solo te vi a ti, idiota, temía que mataras a alguien si yo miraba a otro lado.
— Es cierto. ¿Quieres ir a comer?
— Sip, muero de hambre. Mínimo después de ser una buena novia y acompañarte aquí.
— Eres la mejor.
Él está sentado y me indica que me acerque a él.
— ¿Te han dicho lo guapa que eres? —Muevo mi cabeza negativamente y él me toma de la cintura, logrando que me siente sobre él.— Eres hermosa, Julieta. Sobre todo esos ojitos...
Sonrío y el besa mi boca ligeramente.
Yo lo observo y beso sus labios. Él me sigue el beso rápidamente y acaricia mi espalda.
Mientras me deleito con sus labios, acaricio su pecho desnudo, aún húmedo por la ducha. Escucho un sonido extraño salir de su boca y sus manos acarician mis muslos desnudos. Sus manos son suaves y yo me acerco mas a él.
Su boca muerde mi labio inferior y luego besa mi cuello. Yo tomo sus mejillas y ambos nos miramos.
Todo con él es tan intenso.
— Tienes una piel suave. —Él sonríe y yo miro hacia abajo.—
— Es normal si te duchas. —Lo molesto.—
— Yo no la tengo tan suave.
— Eso no es cierto, me gusta.
Él sonríe y luego me da otro beso.
— Somos algo intensos, ¿no crees?
— Contigo es difícil contenerse ojitos, cosa de mirarte.
— Idiota. —Me río.—
— Me haces bien. —Acaricia mi mejilla y yo cierro los ojos.—
— Es extraño, pero tu a mi también.
— ¿En qué momento nos volvimos tan cursis?
— En el momento que alguien me dijo, te necesito. —Imito su voz y él se ríe.—
— Pobre, ¿quién tiene esa valentía de decirte eso a ti?
— Ni idea.
•
Durante este mes, empezaban los campeonatos y partidos de hockey sobre césped, y adivinen qué, este año me indicaron como capitana. Gran desafío.
Después de clases eran los entrenamientos y como Adam me invitaba a los suyos, pensé que era justo invitarlo a los míos, después de todos, éramos, ejem, pareja.
Mientras me vestía con mi uniforme, él cual era una pequeña falda de color blanco con líneas verdes y un top blanco con el escudo del colegio. Calcetas largas y zapatillas.
Me junto con mi equipo y nos reunimos con la entrenadora.
Desde lejos veo que en la galería esta Mateo junto a Mia. Adam no está, pero luego un grito me hace ver de nuevo a la galería.
— ¡Él es tan guapo!
— Siempre está fuera del colegio, creo que es novio de alguien.
— Pues quien sea tiene una gran suerte.
— Debe ser un león en la cama.
Eso y muchos comentarios más escuchaba.
Adam había llegado y se sitúa al lado de mis amigos. Vestía pantalones oscuros, camiseta blanca y chaqueta de cuero negra.
Ok, es guapo, pero esa obsesión que tienen algunas chicas por él...
Él me observa y me sonríe, me lanza un beso a la distancia y me sorprendo.
Adam puede ser bastante adorable.
— Ok chicas, ¡a entrenar!
La voz de la profesora se hace presente y empezamos. Como siempre hay un calentamiento y luego empezamos a jugar. La entrenadora me da el pase para elegir los puestos y dar las instrucciones.
Cuando termino, siento mi cuerpo algo sudado y veo que la galería esta llena de chicos. Típico. Siempre venían a ver los entrenamientos. Faldas cortas y piernas a la vista, es obvio que no se lo perderán.
Me acerco a la galería y Adam se levanta antes que todos. Se acerca a mi y me levanta del suelo cuando me abraza.
— Adam, estoy sudada.
— ¿Y qué? Es sexy. —Me da un pequeño beso.— Hola.
— Hola. —Sonrío.—
— Eres genial.
— Me alegra saber eso. Iré a cambiarme.
— Te veo a la salida, estaré con Mateo y Mia.
— Bien. —Adam me baja y yo arreglo mi uniforme.—
— ¡Oye!
— ¿Si?
— Te ves insoportablemente guapa con ese uniforme.
Sonrío y pongo mis ojos en blanco.
Cuando termino de ducharme y cambiarme, salgo a la galería y me encuentro con mis amigos.
— ¿Dónde está Adam? —Pregunto, a lo cual Mía y Mateo se miran.— ¿Qué pasó?
— Julieta... Lo llamaron, creo que es su papá.
Apenas Mía dice eso, yo siento mi cuerpo frío, como si me lanzaran hielos.
— ¿Y ustedes por qué no lo acompañaron? —Pregunto algo molesta.—
— No pudimos Julieta, se fue muy rápido, no entendimos nada.
Me pongo mi chaqueta rápidamente y camino hacia la casa de Adam.
En el camino miro mi celular y lo llamo, pero me lanza al buzón.
Cuando llegó, en cosa de minutos, encuentro la puerta abierta, me asusto y entro.
Luego creo que preferí, no haber entrado.
La escena que tenía frente a mis ojos, era desgarradora.
Adam estaba arrodillado frente a la cama, abrazando a su padre, el cual era un cuerpo pálido y sin vida...
— Adam.
Sus ojos azules, ahora rojos, me miran. Su rostro está lleno de lagrimas.
— Se fué... Julieta, se fué.
Lo único que se me ocurre, es abrazarlo. Adam llora a mi lado, como si tuviera lágrimas infinitas. Le pide perdón por todas las cosas a su padre, y no suelta su mano.
Luego que logro tranquilizarlo y llamo a la funeraria, Adam me mira a los ojos de forma suplicante.
— No me dejes, por favor. Sin ti, no podría.
— No te dejaré.
— No me refiero solo a ahora, no me dejes jamás.
— No te dejaré. —Lo abrazo.— Ni aunque quisiera, no podría.
Esto último lo digo para mí misma, ya que personas como él, son imposibles de dejar ir, él es del tipo de chicos, que siempre se quedan con algo de ti. Adam me arrebató algo, y no creo que alguien lo pueda sustituir.
Jamás.
Holaaaaaaa :) después de tanto tiempo volví, claro que no de forma diaria, ya que aún me quedan mis últimos exámenes. Muy triste lo que pasó con Adam, ¿qué pasará después? :O gracias por esperar y espero que vuelvan a leer :) saludos a todas ❤️
Pd: soy feliz porque tengo mi entrada para ver a Coldplay :D!
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