Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

2.


No llegué tarde a mi primer día de clases gracias a las cinco alarmas que puse la noche anterior.

Siempre es lo mismo, saludar a todos los conocidos y luego ir al auditorio para escuchar el discurso del director, sobre que los de último año no le demos muchos dolores de cabeza.

Lo que me alegraba, es que no tenía que ver al idiota de mi ex ni sus amigos. Eso si que era algo bueno.

- Este año quiero tener novio. -Dice Mia decidida.-
- Es una perdida de tiempo, mejor dedícate a disfrutar el último año.
- Con un novio sería mejor.
- Lo hombres apestan, Mia. -Dice Mateo mirando a los chicos del Fútbol.- Aunque tan guapos...
- ¡Debemos hacer algo después de clases! Aprovechando que no habrá deberes.
- Podríamos ir a 90's, así Julieta nos hace descuento.
- Si, aprovecho de trabajar un poco antes que empiece lo difícil.

Al terminar la clase, creo que todos tenían el mismo panorama. El pub estaba lleno y se alegran mucho cuando me ven llegar.

- ¿Vienes a trabajar? Por favor dime que sí. -Dice mi jefe desesperado.-
- Si, llegó tu salvación.
- Genial, cámbiate de ropa y empieza.

Dejo a los chicos bien ubicados y me cambio de ropa. No era un gran uniforme, solo una falda y blusa negra, con zapatillas a elección. Me hago una trenza rápida con mi largo cabello y empiezo a trabajar.

- ¿Que van a querer? -Me acerco a mis amigos.- Díganme rápido, antes que me pillen.
- Yo quiero un jugo y Mateo un tequila margarita.
- Bien, lo traigo enseguida.

Mia no tomaba alcohol, bueno solo una vez y mi mamá siempre se lo recuerda. Nuestra alfombra jamás fue la misma.

Estaba tan lleno, que con mis colegas a veces chocábamos. Todos los que trabajamos aquí son  jóvenes que disponían de horarios distintos para trabajar.

- ¡Ey guapa! ¡Aquí! -Me doy vuelta y voy a una mesa de la esquina.-
- ¿Si? ¿Necesitan algo mas?
- ¿Puede ser tu número de teléfono?
- No.

Siempre era lo mismo. Números de teléfono, mi nombre, mi Facebook, mi grupo de sangre o cualquier otra cosa.
El alcohol a veces los volvía insistentes. Era una de las pocas cosas malas que tenía que soportar trabajando aquí.

Mientras estaba limpiando unas mesas, olí a tabaco. ¡Paciencia Julieta!
¿Es que acaso no podían leer los mil y un avisos que decían "No fumar"?

Me acerco a una mesa con muy poca paciencia donde habían chicas tontas que se reían por todo y dos chicos.

- ¿Acaso no saben leer? Dice no fumar. La sección para fumadores está afuera.
- Vaya... ¿Así los tratas a todos? -Dice una chica, bastante...eh, da igual.-
- Solo a quienes no respetan las reglas o no saben leer.  O apagan ese cigarro o las saco de aquí.
- ¡Ja! ¿Tú y cuantos mas? -La chica se levanta y se acerca a mi.-
- No necesito a alguien más conmigo.

Un chico que estaba con otra amiguita putita aleja a la chica y me mira.

- Mira Adam, ¡es la chica de ayer!

El chico que parecía silla bajo tantas chicas, se levanta y me mira.

- Vaya... Es ojitos. -Me da una mirada por todo mi cuerpo y siento que quiero dejarlo sin ojos.- Te ves bien.
- ¿Podrías decirle a tus amigas que dejen de fumar? Y tú también.
- Está bien.
- Gracias.

Limpio un poco su mesa y las chicas me dan una mala mirada.

- ¡Ah! Y Ojitos...
- ¿Si?
- Trae mas cervezas por favor. -El chico me guiña un ojo y yo ruedo los ojos.-
- Claro y mi nombre por cierto es Julieta, no ojitos.
- Lo sé... Ojitos.
- Idiota.
- Ah, mi nombre es Adam, no idiota.
- Ok simio.

Le sonrío y me voy de ahí antes que me ponga a pelear con alguien.
No tenía mucha paciencia, con él y con nadie. Muchas veces mi padre me decía que tenía que guardarme algunos pensamientos, pero simplemente no podía.
Siempre tengo que decir lo que pienso o siento en esos momentos, o si no siento que me quema.

Mis amigos se me acercan para avisarme que se irán, pero yo aún tengo que quedarme ya que hay mucha gente. Creo que tendré un día largo.
Le envío un mensaje a mamá para avisar que llegaré a la hora de la cena.

Cuando al fin todos se han ido. Cambio mi ropa y me voy a casa.
Estaba algo oscuro, pero no era un barrio peligroso. Siempre caminaba con mis audífonos y algo rápido.

- ¿No crees que es muy tarde para irte sola?

Me doy vuelta y ahí estaba el simio. Guapo, pero simio al fin.
Una pena que fuera drogadicto, seria un muy buen chico.

- No es tarde y no tengo problemas en irme sola.
- Si quieres te acompaño.
- ¡Ja! Tú eres mas peligroso que las personas que me podría encontrar por ahí.
- Recuerda que estoy en rehabilitación, ojitos.
- Eso da igual. Sigues drogándote.
- ¿Me espías?
- Uy si. -Sonríe, ya que se lo cree.-  Idiota, es obvio. Tus pupilas están dilatadas, tus manos te delatan y tu falta de neuronas también. Ah, y no llevas la pulsera de limpieza.
- Observadora... Dime más.
- Nada más, adiós.

Me doy vuelta pero él me sigue hablando.

- ¿Tú no eres la ex de Andrés?
- ¿Y tú como lo sabes? -Lo miro, invadida por la curiosidad.-
- Era mi compañero. Un cerebrito de primera, ¿supongo que así te gustan ah? Los perfectos.
- Eso a ti no te importa.
- Fue muy egoísta dejarte eh, no creo que alguien mas lo soporte y déjame decirte... Que no era tan guapo como yo.
- Te equivocas... Ya tiene otra novia.
- ¡Ouch!, eso dolió.
- ¿Estás aburrido o no tienes más a quien molestar?
- Digamos que estuve esperándote. Me intriga saber como es la hija del famoso Dr. Morgan, con un amigo drogadicto.
- Mateo ya está bien y fue un accidente. ¡Déjalo ya! Aburres.
- ¿Enserio te irás sola? Tengo moto.
- ¿Robada?
- Simpática eh.
- Puedo irme sola, vete ya.
- Ya veo porque estabas con Andrés, los dos son igual de insoportables.

Julieta, cuenta hasta cien, cuenta hasta cien, tranquila.

- ¿Dolió eso. Ah?
- ¿Por qué no vuelves a drogarte un poco ah? Así tengo la seguridad de que vas a morir pronto, todo el mundo seria más feliz, excepto tus zorritas obvio, pero se conseguirán otro drogadicto al que ocupar.

El chico se queda en blanco y yo vuelvo a mi casa. Oh si, yo era así, digamos que un poquito corta de genio y no muy delicada que digamos.
Creo que Mia tiene toda mi delicadeza.

Cuando llego a casa, mi padre recién se estaba sentando para la cena.

- Llegaste justo Julieta. -Dice, mi madre sonriente.- siéntate.
- ¿Que tal el primer día hija? -Pregunta mi padre.-
- Normal, solo que tuve mucho trabajo hoy. ¿Que tal tu pa?
- Excelente. Aunque corre un chisme de que mi secretaria enamoró a un paciente. Le lleva rosas todos los días.
- ¡Vaya! Se las trae ah.

Nos sentamos y comemos. Conversamos y reímos un poco. Me gustaba estar con mi familia al final del día, me daba una sensación de felicidad y paz.

Cuando voy a la cama, me encuentro con un mensaje de Mateo.

Mateo 💅: Adam me pidió tu número, pero no se lo di. Me contó que le debes una por como te portaste hoy, o sino lo lamentaras D: amiga en que cosas te metes!!!

Julieta: no podía quedarme callada y que él haga lo que quiera, no me da miedo.

Mateo 💅: Julieta, son chicos peligrosos, tómalos en serio, me dijo que te esperaría al salir de clases.

Julieta: saldré antes entonces ;)

Mateo 💅: a personas como el, no las puedes engañar... Solo ten mas cuidado, amiga te amo, duerme bien 😘

Julieta: da igual, el no es tema para mi, adiosito, besos 💋

Dejo el teléfono en mi mesita de noche y suspiro. Casi siempre me pasa la cuenta no poder controlar mis palabras. Pero él se lo buscó primero.


Al otro día al salir de clases, Mia y Mateo no se separaban de mi.

Ni que fuera el fin del mundo, hay una razón por la que no le temo al famoso Adam.

Como es cotidiano, Adam estaba rodeado de chicas que pedían que le dieran vuelta en la moto o que otra cosa. El tema de que él sea mayor, más el estilo de chico malo, atrae a tantas chicas idiotas.  Agotador...

- Bien, aquí estoy. ¿Que quieres?

Adam me da una mirada y sonríe, mientras aleja a las chicas con un guiño.

- Te ves guapa con uniforme, Ojitos. Eres tan guapa e insoportable a la vez.
- Solo dilo. Supongo que si ni lo hago mandaras a tu pandilla de drogadictos matones o algo así.
- Julieta... -Escucho la voz de Mia y Mateo como advertencia.-
- Déjenla. -Dice Adam sonriendo.- Julieta no tiene miedo de mi, porque no me conoce...
- Ni tú a mi.
- Puedo ser peligroso, Ojitos. -Él se acerca, pero me alejo rápidamente.-
- Peligroso, pero yo soy inteligente y rápida.
- Mira... No te haré algo malo, solo porque me caes bien eh, ojitos. Me gusta que seas valiente.
- ¿Y para que me llamas entonces?
- Quería verte.
- Mentiroso, solo dilo. Sé que quieres algo.

Él me mira, creo que un poco sorprendido. Luego sonríe y niega con su cabeza.

- ¿Como supiste?
- ¿Que cosa?
- ¿Que de verdad te quería pedir algo?
- No lo sé... Tal vez me lo transmites sin querer, o no sé, solo lo sé.
- Interesante... Bien, pero tus amigos no pueden escuchar.
- Se los contaré de todas formas, son mis mejores amigos.
- ¡Dios! -Adam se tapa su rostro.- Vaya paciencia que hay que tener contigo.
- ¿Que quieres? ¡Dilo ya!
- Necesito... Eh...
- ¡Habla!
- Necesito una hora con tu padre.
- ¿Qué? -Decimos al mismo tiempo los tres, bastante extrañados.-
- Eso, necesito una consulta con tu padre.
- ¿Y por que no la pides tu mismo?
- Porque es uno de los doctores mas famoso de la ciudad y mucha gente espera que lo atienda. Yo necesito una hora urgente.
- ¿Para ti?
- Eso no importa.
- Claro que si, mi padre no atiende a niños.
- Es para un adulto, ¿puedes o no?
- ¿Y que gano yo con esto? ¿Que no me mates?
- Lo que sea... Cualquier día, cualquier hora, haré algo por ti.

Lo miro seria y creo que es algo grave. En verdad se ve preocupado.

- Hablaré con mi padre, veré que puedo hacer.
- Gracias. ¿Tu número?
- ¿Para que lo quieres?
- Para avisarnos.
- Ni muerta, te avisare a través de Mateo.
- ¿Acaso crees que lo ocuparé para algo más? -Él se ríe.- ¿Una cita tal vez?
- Temo por mi teléfono, no por mi. Bien, si eso es todo, nos vemos.

Nos volvemos a la casa, con el único pensamiento de que soy una muy buena persona.
O muy idiota.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro