¿Quieres saber si te recuerdo?

Te recuerdo, claro que sí,

pero no creas que siempre.

Sólo pocas veces.

No es que aún te extrañe,

no lo pienses.

Te recuerdo sólo a veces,

cuando huelo a café

por la mañana

y te imagino en la cocina,

quemando las tostadas,

mientras me sonríes pícara y despeinada.

Y te recuerdo en las calles,

en mi caminata matutina,

cuando paso por nuestras esquinas,

nuestro parque,

nuestro río y nuestros árboles.

Y por las tardes solitarias,

cuando vuelvo a casa

y te imagino recibiéndome,

con tus abrazos y tus mates

y tu resumen peculiar de la novela.

Y por las noches,

cuando estiro el brazo

a un costado de la cama vacío,

sabiendo que no estás,

esperando que no tengas frío.

Como dije, no te recuerdo siempre,

no lo pienses.

Sólo en esos momentos

y también cuando llueve

o cae la nieve,

hace calor o amanece.

Cuando te recuerdo...

y hasta cuando te olvido...