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Superando el dolor y volviendo a amar


La llegada a Italia fue rápida, sólo llevaban su ropa y efectos personales, dinero suficiente para salir, divertirse y olvidar la realidad que se cernía sobre ellos.

Camus había perdido todo en el asalto y no le quedó de otra que aceptar que Shura le comprara ropa nueva.

El español no era de sonreír mucho, más bien tenía pegada como tatuaje, la tristeza y la mirada nostálgica.

Camus no se animaba a preguntarle nada aún, pero antes de regresar lo haría. Deseaba retribuir todo lo que hacía por él y creía que ayudarlo a superar el dolor era una buena idea.

Caminaban por las calles de Sicilia, Ángelo les había detallado la ciudad para que no parecieran turistas y se orientaran perfectamente.

Ambos veían curiosos todo a su alrededor pero Shura se perdió en el aroma del largo cabello del francés cuando una suave brisa lo desparramó.

Sin poder evitarlo, se acercó a Camus y tomando con cuidado el cabello lacio escarlata, lo separó ágilmente entre sus dedos y lo trenzó.

Camus se sonrojó pero agradeció enternecido por la acción, aún le dolía la herida y no había podido trenzarlo como deseaba para llevarlo más cómodo.

Caminaban en cómodo silencio, la ciudad era tranquila y demasiado hermosa para la vista, ambos embelesados en el paisaje que se les ofrecía.

-¿Vamos a tomar un refresco y de paso descansas? No es bueno que te esfuerces tanto aún...

-Sí... gracias por cuidarme tanto... no tenías por qué tomarte esa responsabilidad e igual lo hiciste...

-Gracias a tí he vuelto a vivir, hacía mucho que mi casa estaba llena de recuerdos pero vacía... ahora tu voz alegra los muros, le has devuelto la vida...

-Shura... yo no sé si podré pagarte todo lo que has hecho por mí realmente... no tengo nada de valor-

-No me ofendas, no te ayudo esperando recompensa... no me gustan las injusticias y por eso te ayudé con esos malhechores y me ofrecí a cuidarte... por eso ahora estamos aquí, escapando de ese hombre...

Se habían sentado en un puesto callejero y tras hacer su pedido, retomaron su conversación.

-Lo siento, no quise ser grosero... pero es que nadie ha hecho nada siquiera parecido por mí hasta ahora...

Shura le devolvió una pequeña sonrisa y puso su mano sobre la contraria que descansaba en la mesa.

-No me ofendí, pero no quiero que pienses que me debes algo. Cuando te encontré esa noche, yo... pensaba acabar con mi vida, Camus...

El corazón del francés se detuvo ante tal revelación, una fuerte punzada se instaló en su pecho y sólo podía mirarlo, mientras sus ojos se empañaban.

-Era el aniversario del accidente que me arrebató a la persona que más amaba y ya no quería sufrir más.

Jamás esperó esa confesión y no supo cómo reaccionar. Shura continuó

-Y entonces oí tus gritos y, aunque confieso que pensé en seguir con mis planes, no pude ser ajeno a tu pedido y me involucré.

Más que salvarte la vida, creo que tú salvaste la mía.

Camus ya lloraba abiertamente y, sin que Shura lo esperara, se levantó de su sitio para acercarse y rodearlo en un abrazo desesperado, lleno de sentimientos de agradecimiento, culpa, alivio...

No imaginó la profundidad del dolor del español y jamás pensó que fuera capaz de cometer suicidio, pero se alegraba de haber entrado en su vida en el momento justo.

-Lo siento tanto, Shura, no lo supe hasta el día que vinieron tus amigos y Aioria me contó... no creí que pudieras sufrir tanto, soy muy sensible pero no vi a través de tu dolor, lo lamento...

Shura se dejaba abrazar, era reconfortante ese gesto de contención y cariño desinteresado, lo necesitaba demasiado.

-Gracias pequeño, me has dado por qué vivir, en este poco tiempo te convertiste en alguien importante, tu compañía es indispensable y ya no ansío la soledad o la muerte.

Camus se sintió pequeño al verse envuelto en los brazos ajenos, los que le devolvían el cariño que había estado entregando.

Los días pasaban rápido, las salidas a la playa eran de diversión, ya superado los momentos de nostalgia y miedo, dieron paso al disfrute.

Shura se descubría sonriendo abiertamente ante la visión de Camus jugando en el mar, riendo como un niño cuando las olas lo golpeaban y se hundía dando vueltas, su cabello disperso en las onduladas agua.

Tenía un sentimiento extraño, no podía negar que Camus era hermoso a los ojos de cualquiera, también a los suyos, pero era algo más.

Era ese orgullo de saber que el francés volvía a confiar en alguien tras haber sido traicionado por la persona que tanto amaba, eso era muy importante para él.

Camus, al igual que él mismo, aún guardaban en sus corazones los mejores momentos con aquellos a quienes habían amado y, si bien las circunstancias de la separación no eran iguales, tenían mucho en común.

Siguió observando el mar y su inmensidad sin notar que dos hermosos rubíes lo miraban con anhelo.

Camus no pudo evitar enamorarse de la bella persona que era su salvador y también amigo. Su transparencia de sentimientos, la tristeza que no lo terminaba de abandonar, llegaba a su corazón a pesar de que se había impuesto no caer en las garras del amor.

Ahora lo veía perdido en sus pensamientos y sintió la necesidad de cuidarlo.

Pero si quería hacer eso abiertamente tenía que dejar de sentir miedo y sólo había una manera.


-¿Camus? ¡Volviste mi vida! Te he buscado durante meses sin tener éxito y ahora simplemente regresaste...

Cuando lo quiso abrazar, el menor evitó el contacto y eso puso a Kanon en alerta.

-¿Qué sucede?¿Por qué me evitas? Acaso no volviste para que estemos juntos?

-No... yo vine por mis cosas...

-¿Por qué? Si es por lo ocurrido, lo lamento, no sé cómo pude golpearte, perdóname y vuelve conmigo...

-No puedo Kanon, luego de dejarte tuve un accidente y he tenido tiempo de pensar, reflexionar y, ya no deseo estar a tu lado.

-Pero yo te amo, he enloquecido buscándote...

-¿Y acaso pensaste que no quería ser encontrado?

Kanon retrocedió hasta una silla y se desplomó en ella.

-Lo arruiné todo, ¿verdad?

-Jamás te fui infiel ni miré a alguien más... te amé con locura pero mataste lo que teníamos...

-¿Estás con alguien más?

-No todavía... planeo hacerlo y espero que no tomes represalias en contra mío o de esa persona...

-No... yo... cuídate y sé feliz, mi vida... eso seguirás siendo para mí, no importa qué o quién me depare el destino...

-Podrás ser feliz, Kan... eres una excelente persona y mereces tener a alguien especial...

Kanon suspiró y lo acompañó hasta la habitación, la que compartieron desde el primer día juntos y los recuerdos se arremolinaron en sus mentes.

El gemelo había vuelto a ser la hermosa persona que lo había enamorado y, cuando sintió su aroma cerca suyo, no pudo evitar querer sentirlo una vez más.

Shura paseaba nervioso por la sala, extrañaba a Camus, ya hacía dos semanas que se había marchado y ni siquiera un mensaje le había enviado.

¿Qué probabilidades había de que al verlo, quisiera volver con el hombre que lo enamoró por primera vez, con quién aprendió todo? Camus le había dicho que quería cerrar el ciclo para empezar otro sin temores ni dudas.

Pero eran sus dudas las que lo estaban enloqueciendo. Sabía que nunca sentiría el amor de la manera que lo vivió con Aioros, pero tenía una oportunidad de enamorarse de nuevo, de volver a sentir, de vivir...

Y Camus no volvía, ni llamaba o contestaba sus mensajes.

Era obvio que el encuentro con su ex había acabado con un reencuentro.

Se sentó en el sofá del living, cansado de tejer diferentes escenarios donde Camus se entregaba a su pareja nuevamente, perdiéndose en el placer que extrañaba.

Su cabeza dolía, tomó un sedante y no tardó mucho en quedarse dormido, vestido y todo.

Su último pensamiento fue para Camus, un deseo sentido para que fuera feliz nuevamente.

El ruido retumbaba en su fogueada mente, adormilada por la droga ingerida y tratando de discernir de dónde provenía.

Abrió los ojos pero automáticamente los tapó con su brazo; volvió a escuchar el ruido y reaccionó lo suficiente para entender que alguien golpeaba a su puerta.

Se levantó despacio, desganado, no quería ver a nadie.

Abrió de mala gana, encontrándose a Camus, con una hermosa sonrisa en su rostro y una botella de champagne con dos copas en sus manos.

No supo cómo reaccionar y, aunque se corrió para que pudiera entrar, no hizo movimiento alguno de querer saludarlo o abrazarlo.

El francés quedó perplejo ante tan seco recibimiento, pero entendía las dudas de Shura...

-Déjame explicarte... yo...

-Volviste con Kanon, no es así? ¿Te convenció de volver?

-No... no es así...

-¿Y por qué nunca respondiste llamadas o mensajes?¿Por qué te tardaste tanto cuando dijiste que sería como máximo una semana?

-Es lo que quiero explicarte... fui directo a París, dejé mi maleta en la recepción del hotel y salí para ver a Kanon. En el viaje debo haber perdido el celular, no tenía cómo rastrear el número de la compañía de taxis y no recordaba tu número de memoria.

Compré un celular nuevo pero no te podía llamar para contarte ni avisarte que las tormentas que afectaron todo Europa hicieron que cerraran los aeropuertos.

He estado en casa de mis padres todo este tiempo, Shura...

En cuanto a lo que preguntas si volví con Kanon, la respuesta es NO, lo vi, hablamos, entendió mi sentir y se mostró arrepentido.

Shura, volvió a ser el hombre amoroso del que me enamoré...

El español sintió que el piso tenía vida y volvió a sentarse, sus manos tapando su rostro en abatimiento.

-Entonces no volvieron pero quizás lo hagas...

-Por un momento, volví a ese día en que nos amamos por primera vez y quise besarlo, volver a sentirlo...

-Ya no me digas más.

-Eso sería no escuchar la historia completa.

Yo me acerqué para besarlo pero él corrió su rostro, dijo que no era correcto y que sólo me daría un último abrazo de despedida.

Nuestros labios apenas se rozaron y sucedió, no sentí absolutamente nada.
No había amor ni deseo, no había nada de lo que una vez hubo.

Yo deseaba, añoraba, anhelaba otro toque, otros labios y otros brazos... los tuyos, Shura... esos que me dieron protección y confianza, los que me abrazaron en mis horas de dolor y sólo esperaba por volver a estar aquí, perderme en tu mirada serena...

Si había una mínima duda en mi corazón de lo que sentía por tí, se hizo a la luz cuando tuve cerca a Kanon y no lo vi con amor sino con cariño.

Shura lo escuchaba atento, su mirada perdida en los rubíes que lo miraban fijamente, que no dudaban en lo que mostraban, mientras se desnudaba su alma.

Y respiró, dándose cuenta que había estado conteniendo el aliento.

Su rostro serio se suavizó y una sonrisa apareció por fin para dar la bienvenida a su adorable francés.

Camus se acercó seductor entonces, le entregó la botella y lo animó a abrirla.

-Apúrate Shura o ya no tendremos qué festejar!

-Tenemos toda la noche y el resto de nuestras vidas para hacerlo...

-No, aún quedan unos minutos del 7 de febrero y es mi cumpleaños, quiero empezar esta nueva vuelta al sol de tu mano, celebrando nuestras vidas, el habernos encontrado, haber coincidido y ahora estar enamorados.

Shura sonrió ampliamente, abriendo la botella y sirviendo las copas, entrelazando sus brazos para tenerlo más cerca y beber de la copa contraria.

-¡Feliz cumpleaños, mi vida! Feliz nueva vida para ambos y gracias por estar aquí.

Bebieron apenas y Camus le quitó la copa, dejándolas en la pequeña mesita. Se acercó con una sonrisa retadora y lo acorraló contra la pared.

-Esta noche es para nosotros, pero antes de la medianoche, quiero que seas mío, yo seré tuyo el resto de mi vida.

-Mi vida te pertenece, Camus, hoy y siempre... llegaste cuando estaba a punto de terminar con ella, eres el artífice de lo que soy hoy.

Camus lo tomó de la mano y lo llevó a su habitación, donde probó por primera vez el tomar a un hombre, el llevarlo a los elíseos con sus besos y caricias, pudo sentirlo tan suyo, sentirse tan en casa, como jamás lo había sentido en su vida.

El mejor cumpleaños de su vida, la culminación de una serie de eventos que se dieron por azar, sin buscarlos, pero los llevaron a conocer el amor verdadero.

Hasta aquí esta pequeña historia con uno de mis shipps amados y favoritos, por el cumpleaños del hermoso mago del hielo y el agua.

Feliz cumpleaños Camus de Acuario!

Espero les agrade!!❤❤❤

Sailor Fighter 💙

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