Recuerda fugazmente la breve conversación de la noche anterior, Todoroki le pedía tantas veces que le explicara y su mente aturdida decidió bombardearlo con recuerdos del chico que le gusta con la persona que se había adueñado de su corazón.

Y le abrazó, empapó su pijama a rayas y Todoroki le tranquilizó.

Patético.

Voltea a verlo desde su asiento y le descubre observándole cosa que hace que se avergüence y regrese su vista al pizarrón. Una mano en su hombro le hace pegar un vuelco en su corazón.

Un suave "¿Pasa algo, Kacchan?" es todo lo que necesitan sus oídos para mandarle un mensaje a su corazón para ser golpeado por un amor que nadie pidió.

Le ignora, poco importa porque el pecoso no vuelve a hablarle.

Aunque él esperaba que lo hiciera.

Nuevamente se siente abatido.

Decide concentrarse en la clase, pero por más que lo intenta no puede hacerlo. Mira de reojo como el pecoso pasa una nota a su compañero de al lado y este al otro y así consecutivamente hasta llegar a Uraraka quien desdobla el papel con la sonrisa plasmada en el rostro. Lo mira, sus mejillas ligeramente sonrojadas mientras la mira destrozan su corazón.

¿Qué hace amando a un hombre que no debe de amar? Con ello en mente, vuelve a concentrarse en las clases. Pronto siente de nuevo la mano del pecoso en su hombro, pero no voltea, luego ve que le deja un papel en su mesa con mucha dificultad. Sin comprender, lo abre.

"¿Estás bien? T."

Serendipia.