Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7: Romper.

In the name of love - Martin Garrix & Bebe Rexha

SAORI

—Te va a quedar hermoso, cielo —dice la tía Lou mientras me enseña la prenda.

Niego con la cabeza repetidas veces y doy un paso hacia atrás, huyendo del vestido. Es lindo, es de color verde agua con algunas flores blancas, el escote es recto y posee dos mangas cortas abombadas, junto a una abertura de pierna en la faltada, pero no, no pienso colocarme un vestido.

—No lo creo, tía —musito.

Sus ojos recorren el vestido, luego ven en mi dirección y sé que lo entiende, y aun así, no deja de extender el vestido en mi dirección. Me siento incomoda, inquieta, porque no me va a gustar lo que voy a ver en el espejo cuando me lo coloque, solo voy a querer llorar y sacarlo lo más rápido posible.

—Vamos, solo pruébatelo, y cuando estés lista, lo usarás.

—No creo estar lista nunca.

Me observa con tristeza y se acerca, acunando mi mejilla con cuidado, teniendo cautela de no presionar con fuerza. Tengo la mejilla inflamada por culpa de la vieja bruja, aunque la crema que aplico Eidan ha ayudado a disminuir la inflamación.

—Solo pruébalo, cielo.

Miro dudosa la prenda y trago saliva con fuerza antes de tomarla e ir al baño. Me saco la pijama que tengo y me coloco el vestido, la tela es suave, huele a nuevo, el vestido se adhiere a mi cintura y muslos, no es tan corto y no me siento incómoda con la parte baja, sino con la superior, detesto lo que estoy viendo en el espejo, y mi primer instinto es pasar los dedos por aquella parte que odio y me recuerda todo.

Son pequeñas, casi inexistentes y aún así, demasiado notorias para mí.

Dejo salir un suspiro tembloroso y cierro los ojos con fuerza por un breve momento antes de salir del cuarto de baño, los ojos de mi tía recorren con cuidado mi cuerpo, extiende su mano hacia mí y cuando la tomo me lleva hacia el espejo de cuerpo completo que hay en el lugar.

Su mentón se apoya sobre mi hombro y sus manos rodean mi cintura, mientras que sus ojos brillan por las lágrimas que hay en ellos.

—¿Sabes que veo? —inquiere con cuidado—. Veo a alguien fuerte, valiente, capaz de sobrevivir a cualquier tempestad y volver con mucha más fuerza.

—No es cierto —susurro.

—Lo es, cariño —dice y me abraza—. Estoy orgullosa de quién eres, de cómo has crecido, de como sigues surgiendo de las cenizas una y otra vez.

La veo a través del espejo y siento como sus lágrimas caen sobre mi hombro. Cierro los ojos con fuerza para espantar las lágrimas, pero no lo logro, el primer sollozo sale de mis labios y luego va seguido de otro, cubro mi rostro con mis manos e intento controlar de manera desesperada el llanto que me cubre.

Los brazos de mi tía me abrazan con fuerza y dejan un pequeño beso en mi hombro.

—Está bien, cariño, todo va a estar bien.

—Ellas tienen razón —digo entre el llanto—. ¿Por qué me recibiste después de que te trate mal?

—Porque eres mi hija —susurra y mi pecho se contrae del dolor. Siento como se mueve en el lugar y queda enfrente de mí, sus manos van hacia las mías y las retira. La veo borrosa, pero está sonriendo de lado—. Eres la hija que nunca pude tener, la pequeña niña que quedó a mi cargo luego de que tu madre muriera. Siempre le dije que te cuidaría y vería como mi hija si ella llegaba a faltar, y lo hice, cielo.

Dejo salir un sollozo y me lanzo hacia sus brazos, dejando que su calor me envuelve.

—Lo siento, lo siento tanto, no debí haberte herido, no debí haberlo hecho, no cuando solo querías ayudarme, lamento haber sido egoísta —hablo atropelladamente debido al llanto incontrolable que azota mi cuerpo.

—No fuiste egoísta, cielo. Era el dolor y el miedo hablando —me aleja de su cuerpo para observarme—. Es normal reaccionar de esa manera luego de sufrir un trauma, luego de perder a alguien que amas, luego de que te culpen por ello.

—Todos los que amo mueren, Lou —murmuro dolida y con dolor en la voz—. Y no puedo evitarlo, no quiero perder otra vez, estoy cansada de perder a los que amo. Y creí...creí que tu ibas a morir igual que ellos.

El dolor en sus ojos me rompe el alma y niega con la cabeza.

—No hiciste que tu padre muriera, él ya estaba enfermo, cielo, no fue tu culpa, tampoco lo fue que tu madre muriera en el asalto que le hicieron, no fue tu culpa, eras solo una niña, y ahora, no fue y nunca será tu culpa que ella haya muerto, solo querías pasar tus días con ella, querías ser feliz con ella y no sabías lo que la vida te preparaba.

—La engañé —musito—. Yo era la que iba a morir...

—Saori, cielo —dice con cuidado, evitando que siga con la frase—. No dejes que el pasado te arrastre, estás aquí, estás viva y es lo que importa, no puedes cambiar lo que paso, solo puedes intentar modificar el futuro. Comienza a vivir, cariño, usa está oportunidad y vive por ella, aunque duela.

—¿Cómo hago eso?

—No lo sé, lo iremos descubriendo mientras avancemos —limpia mis lagrimas—. Poco a poco, un paso a la vez. ¿Bien? —asiento en respuesta—. Y yo no voy a morir, nadie va a morir, cielo. Lo prometo.

Asiento en medio del llanto y me abraza con fuerza, me consuela en silencio, acaricia mi espalda con cuidado, igual que lo hizo cuando murió mi padre, cuando murió mi madre y no pudo hacerlo luego de que Ayla muriera, no cuando lo primero que hice luego de verla entrar en la habitación fue gritarle que se alejara, que no quería tenerla cerca.

Y aún así, ella siempre ha estado ahí.

Lo estuvo luego de la murte de mi madre, me consoló cada noche que tenía pesadillas, fue a mis reuniones en la escuela, recibía mis regalos del dia de la madre y del padre, me escuchaba, ayudaba con mis clases, me abrazaba, me aconsejaba cuando rompían mi corazón.

Ella fue mi hogar, mi calma.

Siempre estuvo ahí para mí. Vi cómo su matrimonio se vino abajo debido a su infertilidad, como su esposo la culpaba, mientras que ella siempre decía que me tenía a mí a su lado. Sí, ella siempre ha estado ahí, lo ha hecho de mil maneras distintas que quiero devolverle cada sonrisa, cada consuelo, cada pedazo de amor que me otorgó sin haberlo pedido.

—¿Por qué lloran? —inquiere la voz de Calvin, entrando en la habitación.

—Es porque se ve hermosa con el vestido —dice mi tía, alejándose de mí para ver en dirección de su pareja.

Calvin sonríe amplio.

—Bueno, conozco a alguien que también lloraría al verte tan hermosa, So.

Frunzo el ceño y ladeo la cabeza hacia un lado.

—¿Quién?

Sonríe amplio y niega con la cabeza.

—Una persona. Ahora, ¿quieren ver las estrellas junto a una copa de vino?

—¿No irías a comer con Jeremy? —inquiere mi tía con calma.

Calvin hace una mueca.

—Creo que necesita más tiempo, no voy a presionarlo. Ya me dejará entrar. ¿Cierto?

Tía Lou asiente.

—Lo hará, amor —voltea a verme—. ¿Quieres venir con nosotros?

Asiento con la cabeza.

—Me cambiaré primero.

Cuando ambos salen de la habitación me quedo de pie frente al espejo, observando la ropa que tengo. Antes usar un vestido no parecía ser un infierno, me sentía cómoda, pero ahora no me siento así, siento que pueden ver a través del vestido, aunque se vea solo un poco de lo que quiero ocultar. Me cambio rápidamente de ropa y dejo salir un suspiro tembloroso antes de calzarme para ir hacia abajo.

Cuando estoy llegando a la cocina los escucho riendo a carcajadas y los veo abrazados. No sé su historia, ni cómo se conocieron, pero verlos tan feliz hace que mi corazón dé un vuelco. Se nota que se aman. Y sobre el hijo de Calvin, no sé mucho, no está la mayor parte del tiempo, y se nota que evita a Calvin, aunque con tía Lou no lo hace.

—Hubieras visto la cara de Marina, estaba roja de la ira —dice Calvin—. Si no conociera lo bruja que puede ser esa mujer hubiera creído su mentira.

—Es una vieja chismosa —susurra entre dientes mi tía.

Muerdo mi labio inferior para no reírme junto a Calvin, quien menciona que a mi tía nunca le ha caído bien la bruja chismosa. Mientras estuvimos en la cafetería, le pedí disculpas a Calvin por el alboroto ocasionado, él solo se echó a reír al recordar cómo había quedado la vieja chismosa llena de jugo, y no me regañó por haberme defendido, solo me pidió respirar profundo y buscarlo, así él me protegería.

Y no creo necesitar que alguien me proteja, se me da muy bien hacerlo, pero ver cómo sus ojos brillaban por lo que decía solo hizo que asintiera con la cabeza y dijera que lo haría. Es un hombre muy noble y dulce con todos, cada tarde le trae un postre diferente a tía Lou, la trata como un diamante.

Amo que sea tratada así, se lo merece mejor que nadie.

Salgo de mi escondite cuando ellos van hacia el porche, camino hasta ellos, sentándome al lado derecho de mi tía, sintiendo como me abraza con uno de sus brazos y me acurruco en su cuerpo, agarro el vino con una mano y con la otra como las uvas, los tres estamos metidos en una manta beige, mientras que el cielo lleno de estrellas es nuestra mejor película.

Estando así, me recuerda a cuando era niña, mis padres me colocaban en el medio y mientras ellos tomaban vino, yo tomaba jugo de fresa, y luego me teletransportaba a mi cama, es un buen recuerdo, uno de los pocos que tengo de niña.

—Esto me recuerda a mí baile de graduación —dice tía Lou y voltea hacia Calvin—. ¿Recuerdas?

Calvin sonríe y deja salir un suspiro para luego negar con la cabeza.

—¿Cómo olvidarlo? Sí ese día rompiste mi corazón.

Me acomodo en el lugar y volteo en dirección de mi tía con los ojos entrecerrados, ella me sonríe de lado y se encoge de hombros.

—Estaba enamorada de alguien más, con quién años después me casé. Así que fui sincera.

—¿O sea que se conocen desde la escuela? —inquiero.

Ambos asienten con la cabeza.

—Lou es dos años mayor que yo, y mi yo joven e iluso creía que podría conquistarla —bufa—. Pero el imbécil de Justin ya la había conquistado antes de que yo apareciera en su vida.

Sonrío de lado.

—Pero ahora están juntos —murmuro y lamo mi labio inferior—. La vida los volvió a unir.

Mi tía sonríe.

—Lo hizo. Todo tiene un propósito en esta vida, cada decisión que tomamos en la actualidad genera una respuesta en el futuro, ya sea pequeña o grande.

Me levanto del lugar y me siento en el suelo junto a mi copa de vino, el cual lleno. Los ojos de ambos me observan y cuando pido que me cuenten la historia bien, lo hacen, primero empieza Calvin relatando que cuando la vió cayó rendido a sus pies, y no literalmente, porque se tropezó y cayó a los pies de mi tía Lou.

Relatan que lo ocurrido en el baile, fue que Calvin se declaró, luego de que tía lo hubiera invitado, pero apareció su ex novio y todo se fue al caño, ambos perdieron contacto luego de la graduación y se volvieron a ver cuándo tía volvió al pueblo, Calvin la cuidó y animó durante todo este tiempo que no estuve y lo intentaron.

Nos quedamos varias horas hablando y bebiendo vino, me cuentan de su adolescencia, de cómo se hicieron amigos, Calvin relata cómo se siente junto a tía y solo escucho durante todo ese tiempo, cuando se adentra la noche subo a mi habitación y buscó un lápiz y un papel, escribiendo una carta.

Ash.

Hay personas destinadas a estar juntos, ¿lo sabías? Son esas personas que se aman aun cuando no lo saben, que se sienten aun cuando no están juntos. Quisiera decir que somos esas personas, pero no creo que sea así, la costumbre es más fuerte que el amor muchas veces, y no dejamos ir por miedo a la soledad.

Lo lamento, lamento haberme ido y no haberlo dicho, pero una persona me dijo que si me quedaba en un lugar en el cual no podía respirar, no podría ser feliz, y la realidad, es que estando allí no era feliz.

Te quise, lo hice con toda mi alma, pero no somos tal para cual, y si lo somos, supongo que la vida nos atraerá hacia el otro, así como un imán es atraído a un metal. No me esperes, no me busques, no guardes una esperanza de amor, no lo hagas, si te enamoras de nuevo, ama, realiza tu vida y sé feliz, lo mereces.

Gracias por cuidarme cuando no podía hacerlo yo misma, por estar ahí, lo agradezco de todo corazón, devolviste lo que un día yo hice por ti, lo hiciste sin quejarte, pero creo que es hora de que ambos sigamos nuestros propios caminos.

Espero que estés bien y no guardes rencor.

Con cariño, Saori.

Doblo el papel cuando he terminado y lo guardo en un sobre, anoto la dirección del lugar y luego lo dejo en la mesita de noche, mañana le enviaré. Me acuesto en la cama y me quedo observando el techo blanco, conocí a Ash en el instituto, nos enamoramos y estuvimos juntos por muchos años.

Lo amé, lo atesore y llegué a imaginar una vida junto a él, pero ahora, en la actualidad, no logro imaginarlo en mi futuro, quizás porque me acostumbre a su presencia, a su amor, quizás porque ambos estuvimos ahí siempre para el otro. Lo apoyé con sus vicios, lo cuidé, lo esperé mientras iba a rehabilitación, lo sostuve, hice tantas cosas por él y cada una la hice con amor.

Sé que no puedo darle todo lo que él quiere, sé que alguien más puede dárselo y puede hacerlo realmente feliz, y quiero que lo sea. Realmente me gustaría verlo un día y observarlo feliz y con alguien a su lado.

Realmente lo espero.



—Con esa cara de culo espantas a todos —digo entre dientes.

—¿Yo? —inquiere con una sonrisa socarrona—. Si la única que parece bruja con el cabello desordenado eres tú.

Jeremy se echa a reír entre dientes.

—Vamos, no discutan por el primer lugar, ambos son horribles con personalidades asquerosas —musita el adolescente.

Le lanzo una mirada mordaz a Jeremy y a Min, de esas que pueden matar a alguien de ser posible. Min sonríe más amplio, mostrando sus pequeños dientes y sus ojos se enchiquitan. Hago una mueca de desagrado y me apresuro en alejarme en busca de mi tía Louise, cuando dijo que iría a hacer la compra pensé que iríamos solas, pero al parecer Min y Jeremy siempre la acompañan.

—Vinimos con el diablo y su secuaz —digo cuando estoy cerca de mi tía.

Ella voltea a verme y se echa a reír, negando con la cabeza y dejando salir un pequeño suspiro.

—Son buenos chicos, So —dice mi tía con cuidado y hago una mueca logrando que se ría.

Miro de reojo a los nombrados y están hablando de algo en voz baja. Mientras que Jeremy habla de manera animada Min lo escucha con atención, aunque también parece que hubiera chupado un limón, hace un rato hizo llorar a un niño cuando le hizo una mueca.

No creo que el niño pase de los 4 años.

Sus ojos se encuentran con los míos y no tarda en rodar los ojos y voltear hacia otro lado. Sí, definitivamente no me agrada el sujeto. El lugar en el que estamos parece una feria de verduras o algo así, según la tía Louise, todos los fines de semanas hacen una para que las personas vengan a comprar hortalizas frescas.

La gente del pueblo es amable y todos parecen conocer a tía Lou, que tenga una floristería la hace reconocida por los ramos bonitos que crea. Miro hacia todos lados, admirando los colores tan vibrantes que hay, como todos hablan entre sí animadamente, pero los rayos del sol están fuertes, el sombrero beige que tengo puesto me protege el rostro, sin embargo, los rayos del sol están cobrando venganza contra mis piernas.

Debí hacer caso y echarme el protector solar.

Sin mencionar que el calor que está haciendo me está cocinando lentamente.

—Cielo —llama tía Louise—. Iré a buscar zanahorias y tu ve a buscar algunas legumbres. ¿Bien? —Ve hacia atrás—. ¿La acompañas, Jeremy?

El nombrado sonríe.

—Lou-Lou, creo que sería mejor si ella va con Min.

—Puedo ir sola —digo antes de escuchar la respuesta.

—Y después te pierdes, niña —dice Min, colocándose a mi lado y viendo hacia mí tía y Jeremy—. Haré que esté sana y salva.

La sonrisa en los labios de la tía Louise se agranda y Jeremy observa confundido a Min.

—Perfecto. Aquí tienen el dinero.

No puedo reprochar, tampoco hacer un berrinche. Min sonríe de oreja a oreja y comienza a alejarse de mí cuando mi tía lo hace. Me quedo quieta para observar con mala cara a Jeremy.

—Preferiría que vinieras tú —susurro con desgano.

Sonríe de lado.

—Ay, hermanita —murmura con burla—. Te toca ir con el gato. Intenta no matarlo.

Dejo salir un suspiro tembloroso antes de echarme a andar detrás de Min. Hago silencio mientras camino con cautela, el anciano hace las comprar y solo me pide el dinero, parece que sabe lo que quiere tía Lou, supongo que lo sabe ya que la acompaña siempre. Lo que me sorprende es lo amable que es con las personas. ¿Por qué es amable con todos, pero conmigo no? Cuando lo observas con cuidado, puede llegar a lucir como alguien adorable y tierno con todos, excepto conmigo, siempre me observa con su cara de culo, justo como lo hace ahora.

—No creo que estés viéndome porque te gusto —dice de golpe. Vaya que directo—. Pero tampoco sé por qué lo haces. ¿Por qué me estás observando tanto?

Alzo los hombros para quitarle importancia a lo que dice.

—Nada en especial.

Entrecierra sus ojos.

—Eres rara.

—Tú igual.

—Tu cabello parece como el de un león.

—Y tus dientes son como los de un gato —digo con calma.

—No creo que podamos ser amigos.

Sonrío.

—No podríamos estar más de acuerdo.

Deja salir un suspiro y pasa una de sus manos por las hebras de su cabello, desordenándolo. Clava sus ojos en mí y chasquea la lengua, niega con la cabeza y se acomoda en el lugar, sosteniendo las compras.

—Pero, aun así, lo haré por él, no por ti.

Frunzo el ceño sin entender lo que dice.

—¿De qué hablas ahora?

Sonríe.

—Eidan, dice que debo darme la oportunidad de conocerte, aunque eso no cambiará mi perspectiva.

—Entonces no pierdas tu tiempo si no crees que cambiará algo —digo rápidamente.

Hace una mueca.

—Eidan siempre tiene razón —anuncia con calma—. Mierda, si él tiene razón, seguro deberé pagarle.

—¿Por qué le pagarías?

Hace una mueca.

—No lo entenderías.

Arqueo una ceja y me cruzó de brazos.

—Si al menos intentarás explicarlo.

Niega con la cabeza.

—No vale la pena hacer nada de eso.

Gruño y me acerco, quedando a solo unos pasos de distancia. Levantó la barbilla para poder observarlo y él sonríe, sí, es alto, no tanto como Eidan, pero si más que yo.

—Eres irritable con tu misterio.

Sonríe más amplio.

—También eres un misterio y podría decir que me gustan los misterios y sobre todo resolverlos, pero no sé me da eso, no como a Eidan que quiere siempre ser bueno, como si tuviera que ayudar a todos.

Frunzo el ceño.

—¿Por qué pareces enojarte porque ayude a las personas?

Sonríe tenso. Sus ojos oscuros parecen ser un abismo y en el momento en el cual da un paso en mi dirección, quiero echarme a correr. Cada facción de su rostro se ha endurecido y no luce contento, ni sereno, todo lo contrario, luce aterrador.

—Porque la última vez que creyó que podía ayudar a alguien, terminó hecho pedazos —musita con la voz ronca—. No sé cuáles son tus demonios, Saori, que te atormenta y roba el sueño por las noches, solo sé que es mejor que aprendas a controlar tus miedos y no dañes a Eidan, o te haré pedazos.

Sonrío de lado.

—No puedes hacer pedazos algo que ya está hecho polvo —mascullo con el mismo tono de voz amenazante que el que él está utilizando—. Y no me amenaces, Min.

—¡So, Min! —escucho que llama Jeremy, pero ninguno de los dos nos movemos de nuestros lugares

La tensión que ambos irradiamos es palpable, como si se pudiera tocar con las puntas de los dedos. Sé que habla en serio, hay un gran desafío en sus ojos y mi corazón da un vuelco al recordar los ojos de alguien más.

Ella también le dijo a Ash que lo haría pedazos si me llegaba a herir.

—¿Todo bien? —cuestiona Lou cuando llega a nuestro lado junto a Jeremy.

Volteo hacia mí tía, quien nos observa con los ojos entrecerrados y dejo que mis labios se ensanchen en una enorme sonrisa para musitar con calma.

—Todo bien —anuncio sin voltear a ver a Min—. Pensaba en comprar calabazas para hacer un pastel. ¿Qué te parece?

—Eso estaría muy bien.

Le sonrío y engancho mi brazo en el suyo cuando comienza a relatar cómo ha encontrado buenas verduras, y Jeremy murmura que esta vez las encontró fue él. Mi mente no los escucha completamente, debido a que mis pensamientos están sobre el hombre que camina junto a Jeremy y escucha todo con calma, pero luego comienza a conversar con ellos y les sonríe, como si fueran amigos de toda la vida.

Entiendo que quiera cuidar a su amigo, también he cuidado y protegido a los míos, pero no entiendo el por qué, cuando ves a Eidan, no luce como alguien que necesita ser cuidado, todo lo contrario, luce como alguien que cuida y hace feliz a los demás. Lamo mi labio inferior y asiento con la cabeza hacia algo que dice Lou, pero no sé qué es lo que pregunto, ni porqué Min me observa tenso.

Aparto la mirada hacia la distancia y dejo que el aire revolotee mi cabello hacia todas las direcciones. Si algo he aprendido en mis veintitrés años de vida, es que no importa si eres una buena persona, alguien amable o humilde, la vida es una perra, las personas también lo son y siempre te terminan rompiendo.

Todos somos hipócritas y mentirosos, todos nos ocultamos de alguna manera. Nunca enseñamos nuestras heridas con orgullo, nunca gritamos nuestros miedos, sólo ocultamos lo que creemos que es horrible y dejamos que solo lo bonito y feliz sea conocido.

Y aparentemente, Eidan no es la excepción.

N/A

Buenas, buenas, pequeñas personitas de internet. Espero que tengan un bonito fin de semana y puedan descansar, acabe señalar, que esta vez tengo adelantos 7uu7 Ya que he estado escribiendo el próximo cap y estará genialoso.

ADELANTO

Dime tus secretos y te diré los míos

Ajá, solo esa pequeña frase, ahora hagan sus suposiciones c:

Por cierto, saben lo mucho que adoro a la tía Lou, es una persona maravillosa y apoya mucho a Saori, y miren, tenemos más pistas de que ocurrió con la amiga de Saori, ahora, ¿por qué Saori era la que iba a morir? *Procesanding*

¡NOS VEMOS LUEGO!

¡VOTA Y COMENTA!

¡LEE Y DISFRUTA!

¡CAMBIO Y FUERA!


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro