Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 13: Salvar.

Life Goes On -BTS

EIDAN

—Nada de lo que dice es cierto —dice Alessia mientras le paso el pañuelo para que se limpie la cara de mimo mientras la acompaño hacia su auto—. No tendría por qué hacerlo, ni siquiera la conozco.

—Ella no es violenta sin razón.

Me observa indignada, como si no fuera capaz de creer lo que estoy diciendo. Introduzco mis manos en los bolsillos delanteros de mi pantalón y entrecierro los ojos un poco, el sol está bastante caliente el día de hoy y hace un calor tremendo en el lugar, sobre todo en las calles.

—¿Ya la conoces bien para asegurarlo?

—No lo hago, y aún así, sé que ella no es así.

—¡Yo tampoco soy así! —dice enojada.

No digo nada y me quedo en silencio.

—Vamos, Eidan, me conociste en Italia, sabes mucho de mí —insiste con delicadeza y se acerca para colocar sus manos sobre mis hombros—. Éramos muy cercanos.

Aparto sus manos de mis hombros.

—Deberías ir a casa, Alessia.

Me observa con enojo en la mirada.

—¿Es por ella? La defendiste delante de mi madre y justo ahora también la defiendes —masculla—. ¿Por qué la defiendes a ella y no a mí? Hace tiempo que me conoces.

—Y también hace tiempo que he dejado de verte —añado.

—Porque tú me sacaste de tu vida.

—Tenía razones para hacerlo y te las dije, no me fuí en silencio —añado con calma y niego con la cabeza—. En el pasado te quería cerca, me importabas, pero ahora, ya no lo haces. No te quiero en mi presente y tampoco en mi futuro.

—¡Eidan! —exclama en un quejido.

—Solo vete, Alessia.

Hay dolor en su mirada, la cual se mezcla con la ira.

—Me arrepentí de lo que hice y te pedí perdón, ¿por qué sigues queriendo recordar lo que ya pasó? No fue para tanto, Min evitó que todo se revelara.

Doy un paso en su dirección, comenzando a enojarme, la veo dar un paso hacia atrás, como hay miedo en su mirada. ¿Cómo es posible que minimice sus acciones cuando estas hieren a las personas? No tiene sentido.

—¿No fue para tanto? —inquiero con la voz llena de cólera—. Para ti, no lo fue, para mí lo fue todo. Solo te disculpaste porque te descubrimos antes de que lo llevaras más lejos.

—¡Me equivoque! —musita desesperada—. ¡Fue una equivocación!

—¡No lo fue, Alessia! —vocifero, la voz me tiembla—. No solo te equivocaste, abusaste de mi confianza, escarbaste en dónde no debías y lo usaste en mi contra. ¿Y todo por qué? Porque no eres capaz de aceptar que las personas cambien de opinión sobre tenerte en su vida, solo porque crees que las personas son objetos en vez de humanos con sentimientos.

—Yo...

—Tu nada —la corto antes de que siga hablando—. No quiero escuchar lo que quieres decir, he sido amable contigo, pero no te quiero cerca. Aprende a aceptar un no como respuesta —trago saliva y niego con la cabeza, intentando calmar mi voz—. Es mejor que te vayas.

Hay lágrimas en sus ojos, está temblando y la conozco lo suficiente para saber que no es porque la estoy hiriendo, todo lo contrario, es porque está enojada. Y no puede importarme menos su enojo.

—¿Te gusta? —escupe con asco—. ¿Por eso la defiendes? Porque solo estás colocando de excusa lo que hice para cuidar a tu amada.

—No tengo porque darte explicaciones, Alessia.

Niega con la cabeza, mirándome indignada.

—¿Sabes lo que ha pasado con ella y la razón por la que está aquí? Su mejor amiga está muerta por su culpa...

—Cállate —digo con el enojo filtrándose en mi voz—. No hables de cosas que no viviste, no repitas historias que no son tuyas y no tienes derecho de difundir —doy un paso en su dirección, logrando que se encoja en su lugar—. Alejate de Saori, no escarbes en su vida como lo hiciste con la mía, porque no tienes derecho de hacerlo.

—Quise ayudarte...

—No he pedido tu ayuda. Ahora vete y no te acerques a ella de nuevo.

Me alejo en dirección del local antes de poder escucharla decir algo más. La conocí en Italia, pasé mis vacaciones con ella y la conocí, lo hice tanto que llegó un punto en el cual ya no quería estar cerca de ella, al principio era amable, dulce, luego era demasiado celosa, manipuladora para obtener lo que quiere. Todo lo bueno que había conocido se fue deshaciendo hasta convertirse en pura mierda.

El amor y la obsesión tienen una fina línea que cualquiera puede atravesar, y Alessia la atravesó, intentó justificar sus errores en nombre del amor, intento que alejara a Min, quién no la toleraba y siempre la llamaba bruja manipuladora. Quería siempre ser el centro de atención, el personaje principal, y si iba en contra de lo que decía, sacaba a relucir su lado cruel.

Me acerco con cuidado al lugar por el cual se fue Saori, escucho una risa baja y luego la de Saori.

—Es una gran bruja —escucho que dice Min—. Así que te creo, ladrona de perros.

—No aguantas ni dos minutos sin cagarla. ¿Cierto, Min?

Escucho al nombrado reírse.

—Así es.

Hay un breve silencio.

—¿Crees que Eidan se enoje? No me mires así, lo digo porque parece que tienen algo.

—¿Y eso te inquieta, Saori?

—¿Por qué lo haría?

—¿Por qué no lo haría?

—No le des la vuelta a mis palabras —refunfuña, Saori.

Escucho la risa de Min.

—No estés nerviosa. Eidan es un sol.

—¿Soy un sol? —inquiero al entrar en lo que parece ser una alacena.

La mirada de ambos se dirige hacia mí y noto que Saori está limpiándose la harina de la ropa y el rostro.

—Que chismoso eres, Eidan —dice Min.

Le sonrío.

—Solo venía y escuche. —Volteo hacia Saori—. No tengo porque enojarme, ni reclamar o pedir explicaciones, ella y yo no somos nada.

Sonríe con burla.

—No creo que ella lo sepa o quiera entenderlo.

Alzo mis hombros para quitarle importancia al asunto.

—Ya se rendirá.

—O quizás se aferre más.

Arqueo una ceja.

—Eso es una diminuta posibilidad que quizás no llegue a pasar.

—Pero existe.

—Es muy pequeña.

—Y aun así se puede agrandar.

Escucho la risa por lo bajo de Min y volteo a verlo con curiosidad. Alza sus hombros como para quitarle importancia y sonríe con burla antes de señalar a Saori.

—Creo que quiere pelear —dice Min.

—No es cierto —refuta Saori.

—Parece lo contrario —murmuró en su dirección—. ¿Por qué estás interesada en el tema?

Se queda quieta por un momento y luego sonríe burlona, niega con la cabeza y se acerca para salir del lugar, pero estoy entre la puerta y la salida estorbando. Sus ojos suben hasta los míos y ladea la cabeza hacia el lado izquierdo, mientras que sus manos se adentran en los bolsillos delanteros del delantal.

—No estoy interesada, tengo cosas más importantes que hacer que pensar en personas que son insignificantes para mí. Me da igual si estás con ella o no.

Siento la punzada de dolor que atraviesa mi pecho.

—Entiendo —digo con calma—. No deberías tratar temas sobre personas que somos insignificantes para ti.

Cuando las palabras terminan de salir de mi boca sus ojos se suavizan por un momento, da un paso hacia atrás y luego susurra:

—No te lo tomes personal, Eidan. Pero que hayamos pasado tiempo juntos no nos hace mejores amigos.

Eso ha sido una cachetada y una patada en las bolas a la vez, me rodea rápidamente y sale del lugar, alejándose lo más que puede mientras que Min se queda estático en su lugar, me doy la vuelta y voy detrás de ella, encontrándola apoyada en una mesa.

—Estás alzando tus muros, Saori.

—Solo digo la verdad.

—No, no lo haces.

Voltea a verme por encima del hombro.

—¿Ya acabaste?

—Saori...

—Porque de ser así ya te puedes ir.

—No estás maldita —digo sin pensarlo y la veo tensarse —. Lo que dijo Alessia, no es cierto, deberías recordarlo, Saori, porque de nada sirve que los demás lo sepamos cuando tú no lo sabes.

—Deberías irte y dejar de molestar, Eidan.

—¿Eso es lo que quieres? —inquiero con calma.

—Creo que ya me escuchaste.

Hay firmeza en su voz y su cuerpo está tenso, me quedo callado por un largo instante antes de chasquear la lengua y negar con la cabeza.

—Solo escuché un debería y un dejar, no un quiero, así que no creo que eso se pueda.

Voltea a verme con el ceño fruncido.

—¿Por qué no?

—Porque soy muy terco —murmuro—. Y, sobre todo, aun no me has dicho todos tus secretos.

—Eidan...

Alzo la mano para detenerla.

—Estás enojada y pensando con la cabeza caliente, cuando estés calmada hablaremos. Mientras no —le sonrío—. Hasta luego, Saori.

Quiere reprochar, lo sé, pero antes de que diga algo me doy la vuelta y salgo del lugar, porque no quiero discutir, tampoco presionarla demasiado, porque cada vez que parece presionada huye.

Y no quiero que huya.



Tic, tac, tic, tac.

El sonido que genera el reloj que hay en la pared frente de mí me está inquietando, cierro los ojos con fuerza por un momento y un suspiro tembloroso y agotador sale de mis labios, miro el lienzo delante de mí y son un montón de líneas que conforman a una mujer y a un bebé entre sus brazos, con la acuarelas pinto los ojos de la mujer de negro y su piel es clara, la bebé tiene los ojos azules y la piel clara como la de su madre, sonrío de lado.

Cuando acabo de dar los últimos retoques del dibujo, dejo salir un suspiro. Y me alejo un poco con el taburete para contemplarlo. Son igual que en mis memorias.

¡No quiero que me salves! Quiero morir, solo quiero morir y escapar de esta prisión. ¿Por qué no lo entiendes? ¿Por qué no me dejas ir?

Lamo mi labio inferior al recordar esas palabras. ¿Qué es la libertad? ¿Morir? ¿Huir? ¿Ir por el lado que todos creemos que es el más fácil? También estaba sufriendo, también estaba hecho mierda, ella no fue la única que perdió.

Dejo las acuarelas a un lado y froto mi rostro con ambas manos.

Salvarla, quería salvarla, quería curarla de todo y, aun así, no pude hacerlo y ella terminó destruyéndome en su búsqueda de libertad. Veo hacia la izquierda y observo el cuadro de Saori sonriente, no soy un superhéroe, no soy un salvador o un ángel, soy un pobre diablo que intenta...no sé qué estoy intentando.

¿A quién estoy intentando salvar?

¿A ella o a mí?

No eres un héroe.

No lo soy, cuando lo intenté acabé mal.

Escucho el aullido de Yeon, volteo a verlo y está jugando con la gata de siempre.

Sonrío al verlo rodar en el piso en busca de juego mientras que la minina no le presta nada de atención, solo lo ve desde el sillón en el que está echada y ve hacia abajo sin ningún interés en la mirada, pero está empezando a mover su cola.

Me echo a reír cuando se le tira a Yeon encima y ambos comienzan a perseguirse, nunca voy a entender la amistad de esos dos.

—Siempre me sorprendo de la capacidad que tienes para recordar rostros —dice Min entrando en el lugar y viendo el cuadro delante de mí.

—Y yo de la tuya de olvidarlos —murmuro con burla.

Sonríe.

—Hace años que no las dibujabas.

—No tenía la necesidad de hacerlo.

Escucho el resoplo que suelta y apoya su mano en mi hombro izquierdo, dando un apretón.

—Era una bebé preciosa —murmura con cuidado.

—Lo era.

Hay un pequeño silencio en el lugar y mi corazón se llena de nostalgia mientras sigo mirando el retrato frente a mi, aparto la mirada, negandome a torturarme, no puedo volver al pasado y protegerlas, porque al final, no pude proteger a nadie, ni siquiera a mi mismo.

—Te mandaron algo, lo dejé en la cocina.

—¿Que me mandaron?

—Lo sabrás cuando lo abras. Por cierto, dentro de un rato haré algo de comer, hoy tengo ganas de cocinar.

Entrecierro los ojos.

—¿Ocurrió algo bueno?

Asiente.

—Un manager que conozco vendrá al aniversario.

Frunzo el ceño.

—¿Por qué?

Se encoge de hombros.

—Quizás le dije que cantaría un chico talentoso y él quiere verlo en vivo.

—¿Jem lo sabe?

Niega con la cabeza.

—Eso haría que se pusiera nervioso. Ya es hora de que la pequeña estrella comience a brillar.

Sonrío amplio.

—¿Volverás a ser productor principal? —inquiero con cuidado, sabiendo que me introduzco en terreno desconocido. Últimamente solo produce en anonimato y vende sus obras.

Se queda callado, observandome en silencio, luego asiente con la cabeza.

—Cuando dije que lo convertiría en un gran cantante, me incluía como su productor, claro, si él acepta.

—Ambos sabemos que aceptará, eres el mejor.

Frota su barbilla y asiente con la cabeza.

—Es cierto, lo soy —dice y me echo a reír—. No te rías imbécil, que también pude haber hecho que fueras un gran cantante.

—No gracias, prefiero pintar antes que cantar enfrente de todos.

Asiente con la cabeza.

—Es cierto, sabes, si yo estoy volviendo de las sombras, también deberías hacerlo. —Lo observo con el ceño fruncido—. Ya sabes, deberías hacer una exhibición de tus obras.

—No he hecho nada nuevo, solo bocetos.

—Por algo se empieza. —Da una palmada en mi hombro—. Seamos grandes hermanitos, que el mundo vuelva a conocer nuestros nombres.

Me quedo en silencio cuando lo veo salir del lugar. Vuelvo la mirada hacia el cuadro frente de mí, quizás podría hacer una exhibición, hace aproximadamente un año que no he hecho una, y no por falta de obras, sino porque entré en una clase de bloqueo donde creía que todo era una mierda.

Suspiro con brusquedad y me levanto del taburete para ir en dirección de la cocina en busca de lo que me enviaron, encuentro una caja con el logo de la cafetería de Calvin, encima hay un sobre con una nota.

Me he equivocado, dije cosas que no debí decir. Lo lamento. Espero que te guste, es mi ofrenda de paz.

-Saori.

Abro la caja y encuentro uno de sus postres, es una tarta de frambuesa, corto un pedazo y sonrío al comerlo, sabe realmente bien, es un manjar para mi boca. Veo de nuevo la nota y ladeo la cabeza hacia un lado.

—Tenía razón, es una gran repostera.


N/A

Buenas, buenaaaaaas. ¿Cómo han estado? .

Gracias por seguir aquí a pesar de que a veces desaparezco c:

¿Qué fue lo que hizo Alessia?

¿Qué opinan de Saori?

Ya veremos 7uu7

¡Nos leemos, lueguin! 

¡VOTA Y COMENTA!

¡LEE Y DISFRUTA!

¡CAMBIO Y FUERA!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro