Capítulo 10: "Luchar"
Sam Smith- Diamonds
EIDAN
—Puedes hacerlo pasar por un pez —digo en modo de burla al observar el montón de algas que se ha atascado en la caña de pescar de Min.
La mirada de odio que me lanza me hace soltar una carcajada estruendosa y gruñe en mi dirección, enseñándome los dientes. Tomo una gran cantidad de aire y lo retengo en mis pulmones antes de soltarlo todo de golpe, hemos estado varias horas en el lago y no he insistido en irnos, no cuando llevo toda la tarde dibujando cosas simples y me gusta las cosas tan pequeñas que he hecho.
Cuando vivíamos en la ciudad, Min venía con un compañero de trabajo a pescar, y aunque al principio iba obligado, poco a poco le fue agarrando el gusto, y cuando nos mudamos y comenzó a querer ir a pescar, fui arrastrado hacia el lago en busca de peces.
Aunque nunca pican la carnada, siempre son más hábiles.
—¡Arrg, maldita sea! —masculla Min.
Me echo a reír entre dientes y lo veo por encima del cuaderno, otra vez a pescado algas. Saco mi teléfono con cuidado y le tomo una fotografía, su rostro gira hacia mí y se echa a reír.ese amigo que puede sonar enojado y de un momento a otro convertirse en una masita; es él.
—Todo es culpa de Jin por decir que pescar es relajante —refunfuña cuando llegamos al muelle luego de que se diera por vencido—. Es mentira, esto no me relaja, solo hace que quiera golpear la caña.
—¿La caña tiene la culpa de que no sepas pescar? —inquiero burlón.
Me observa de mala gana.
—La tiene por no ser tan jugosa para un pez.
—¿No sería jugosa la carnada?
—Callate, Eidan si no quieres que te dé una patada en el culo.
—Vamos, dame una.
Dejo salir una enorme carcajada cuando me da la patada sin dudarlo y solo logra que me eche a reír más a carcajadas, siempre le ha costado admitir que es malo en algo, y aunque nunca pierde la oportunidad de golpearme, también me cuida.
Cuando niño sufrí bullying en la escuela debido mi nacionalidad, lo cual fue una mierda con la cual tuve que lidiar, era muy pequeño, demasiado jóven para tener que lidiar con la crueldad de la vida, y no eran solo los compañeros, eran los mismos profesores que alentaban al acoso, y Min, siempre estuvo ahí, a pesar de ser el mayor e ir a otra escuela, siempre me cuidaba, siempre peleaba por mí, iba a la escuela y los amenazaba a todos.
Y la mayoría de las veces lo hacía para que la abuela no tuviera que ir a la escuela debido a su enfermedad que empezaba a impedirle caminar, y cuando ella murió, terminó siendo mi tutor y ahora iba como mi representante, no como mi hermano.
—¿Irás a la ciudad? —inquiero con cautela mientras nos alejamos del lago.
Es un tema del cual ha estado evitando hablar, tiene que ir por motivos de trabajo, pero siempre lo va a evitar si puede hacerlo, porque para Min es mejor huir que quedarse. Unos son luchadores, otros son cobardes y yo pertenezco al segundo grupo. Es algo que siempre dice y para él está bien, no quiere luchar, y lo entiendo, algunas personas se cansan de luchar continuamente. Voltea a verme serio y niega con la cabeza.
—No lo haré.
—Min...
—¿Para qué quieres que vaya? —masculla—. ¿Para ver cómo es feliz con alguien más?
—Tú lo dejaste, Min —reprocho y me detengo para colocarme frente a él—. Huiste cuando dijo que te amaba, no dijiste nada y solo te fuiste lo más lejos que pudiste.
—No iba a hacerlo feliz.
—Ya lo estabas haciendo feliz y no te dabas cuenta —murmuro—. Te amaba y no sé si lo sigue haciendo, pero yo que tú iría allí, lo averiguaría y lucharía por la persona que amo, porque seamos honestos, es el amor de tu vida y tienes miedo de no ser suficiente para él.
Aprieta sus labios en una línea fina, sabe que tengo razón, él abandonó a Hook, lo hizo a un lado por sus miedos y huyó, aprovechó que yo me mudaría al pueblo para decir que también lo haría, dejó su estudio de música, sus amigos, dejó a la persona que amaba por miedo.
¿Porque él me amaría cuando mi madre no me amó? ¿por qué sería suficiente para él cuando no lo fui para ella?
Fue lo único que me dijo Min cuando le dije que estaba huyendo de lo que sentía, que estaba huyendo de Hook, su madre le dejó la herida más grande que puede tener, lo llenó de miedo e inseguridades cuando apenas era un niño pequeño.
Miedo.
Tener miedo nos priva de disfrutar de muchas cosas, nos hace pedazos y nos impide avanzar. Tenemos miedo de ser insuficientes, miedo a ser heridos, miedo a ser abandonados y por ende nunca intentamos nada, no dejamos a otros entrar por el terror de la pérdida, pero no sabemos si algo así ocurriría, no sabemos si seremos felices o infelices, y aun así, sin saber nada con seguridad, no nos atrevemos a intentarlo.
—¿Lo harías? —inquiere por lo bajo y voltea a verme con los ojos llenos de tristeza—. ¿Lucharías por la persona que amas?
—Min...
—Aun cuando está te abandonó. ¿Lucharías por alguien que dijo quererte y luego te hizo pedazos con su adiós? ¿Lo harías? —Niega con la cabeza—. Quizás tú lo intentes, Eidan, pero él no me aceptará de vuelta, no cuando finge que nunca me conoció. Ya lo perdí, sé que fue mi culpa, ahora solo queda lamentarse y ver cómo es feliz con alguien más.
—Min...
Hace caso omiso a mi llamado y comienza a alejarse cada vez más, dejo salir un suspiro brusco y gruño entre dientes, no puedo obligarlo, no puedo decirle que Hook sigue enamorado de él, porque no importa lo que yo diga, su mente siempre va a distorsionar las cosas, y más si él no lo acepta.
"El amor es un arma de doble filo, es capaz de darte la máxima felicidad y a la vez puede darte la peor de las tristezas. El amor es caos y es calma, es todo lo bueno que puede existir y a su vez todo lo malo, el amor es peligroso" Fue lo que leí una vez, cierro los ojos por un breve momento y relamo mis labios. No lo creo, el amor no es peligroso, las personas lo somos al no saber cómo enfrentar el sentimiento, al dejarnos dominar por el miedo lo convertimos en algo oscuro y no sabemos manejarlo.
Y Min está asustado de ser amado y luego abandonado, y aunque quiera, no puedo luchar contra ello. No es mi batalla, solo puedo estar cerca y darle pequeños empujones para que lo haga.
Chasqueo la lengua al ver como Min se monta en su bicicleta y se comienza a alejar sin ver hacia atrás, no hago intento de llamarlo, ni detenerlo, sé que irá a casa de la señora Louise y se esconderá en la casa del árbol; luego volverá a casa. Busco mi bicicleta y me monto en ella para recorrer el lugar, y buscar a Yeon, lo dejé en el veterinario para su chequeo y para que lo bañen y corten el cabello.
Cuando Saori lo dejó en el invernadero junto a mí, la nariz de Yeon se enterró en la tierra y se revolcó como un niño pequeño, dejándolo todo sucio. Iba a invitar a Saori a venir con nosotros, pero hoy iba a una reunión con Calvin para saber qué postres son típicos del lugar.
Estaba inquieta cuando hablaban de la celebración, la cual va a durar todo el fin de semana. En el lugar ya hay varios puestos de comida, están decorando todo para que luzca bonito, diría que conozco a muchas personas en el lugar, pero con mis dos manos puedo contar a todas las personas y me sobran dedos, ser sociable no es mi mayor cualidad, aunque parece que me conocen en el lugar.
Como la señora Hemsworth que siempre me sonríe amable y habla de su hija, la cual según ella debería conocer porque es una maravilla de mujer, y quizás lo sea, pero no estoy interesado en conocer a nadie de la manera romántica en la cual ella quiere que lo haga.
—¡Eidan! —dicen y volteo hacia atrás, observando a la señora Marina, parece que hubiera sido invocada.
Giro la bicicleta y me acerco para saludar de manera cortés.
—Señora Hemsworth.
Sonríe como si fuera una adolescente y menea la cabeza hacia los lados para que su cabello rojo se mueva, sus ojos son dos zafiros y siempre está elegante y sofisticada, ser la nueva esposa del alcalde la ha hecho lucirse más de lo que ya hacía con anterioridad.
—Oh, cariño, llámame Marina, no por mi apellido —toca brevemente mi hombro, dando una palmada—. No soy tan mayor.
—Lo siento, prefiero llamarla por su apellido.
Me sonríe algo tensa y muerdo el interior de mi mejilla para no reírme, en mi cultura, siempre se debe tener respeto a los mayores, es algo que me enseñaron desde pequeño, a pesar de no haber vivido en Corea desde pequeño, ya que viví con los abuelos en Estados Unidos.
Y son muy pocas veces las que he ido a Corea del Sur.
Sin embargo, si la abuela me escuchara tutear a esta mujer, ya estaría jalando mis orejas con fuerza. Y, sobre todo, no siento mucha confianza con ella cerca, no como la siento con la señora Lou.
—¿Vendrás a la celebración, cariño?
—Lo haré.
—¡Perfecto! —chilla emocionada y volteo hacia ella de nuevo—. ¿Qué tal la decoración? ¿Te gusta?
Miro hacia los lados y hay colores como rojo, blanco y celeste, aunque las letras son plateadas y lo único dorado es el número cincuenta que hay en la gran tarima a unos metros de distancia. Es bonito y simple. Me encojo de hombros.
—Es bonita —digo con muchas ganas de halagar.
—¿Verdad que sí? Mi hija está haciendo un trabajo maravilloso —dice con emoción y ya veo por dónde va la conversación. Sonríe amplio y clava sus ojos en mí—. Cierto que no la conoces.
—Señora...
—¡Alessia, cariño! —vocifera antes de que pueda detenerla—. ¡Ven!
Dios, hasta que no consigue lo que quiere no deja de intentarlo.
Me quedo quieto y el olor dulce de una colonia llena mis fosas nasales cuando pasan junto a mí, mis ojos dan con una chica rubia y de ojos marrón, sonríe amplio y posee un vestido rojo que resalta el color pálido de su piel.
Mierda.
Es esa Alessia.
—Eidan —dice con un tono de voz coqueto y sin lucir para nada sorprendida de verme.
Le devuelvo la sonrisa.
—Alessia.
Ella se acerca y me abraza, dejando un beso en mi mejilla, el cual dura más que cualquier beso normal, sus manos se quedan en mis hombros y no se aparta. La señora Hemsworth se queda perpleja al vernos tratar con tanta familiaridad, pero no puedo decirle que tuve una aventura con su hija hace unos cuantos meses cuando estuve en Italia.
—Es bueno verte de nuevo.
Le sonrío amable.
—Lo mismo digo, Ale.
Una chispa de felicidad se desliza por sus ojos y sonríe amplio al escucharme mencionar su diminutivo, sus manos se deslizan por mis brazos hasta llegar a mis dedos, su piel es fría, no es caliente como las manos de Saori, sí, Saori tiene algo que la hace llamativa sin intentarlo, quizás son sus ojos o la forma aniñada en la que sonríe, o cómo puede lucir igual a una niña pequeña cuando hace alguna travesura.
—¡Arg! —dice en voz alta la madre de Alessia—. Allí está esa malcriada.
Frunzo el ceño al no entender y aparto la mirada hacia la dirección en la cual observa. Calvin y Saori están caminando uno junto al otro mientras comen helado, los ojos de Saori voltean en mi dirección cuando se detiene para esperar que cambie el semáforo, mira a las personas junto a mí y mis manos se apartan de las de Alessia.
—Es peligrosa —escucho que dice la madre de Alessia.
—¿Por qué lo dices, madre?
Volteo en dirección de la señora Hemsworth y deja salir un suspiro brusco mientras niega con su cabeza repetidas veces.
—Ella es como un ángel de la muerte, todo lo que toca o todo lo que la rodea termina muerto o destruido. Hace poco mato a alguien, esa niña es una maldición.
Frunzo el ceño. Ella no es un ángel de la muerte, he visto a Calvin reírse más desde que ella llegó a su vida, Jeremy nos cuenta como Lou sonríe con más frecuencia con ella cerca, además de que se nota el amor que le tiene su tía Louise.
—¿Ha tratado con ella como para decir esas cosas? —inquiero por lo bajo.
—Lo he hecho, es una fiera cuando le dicen la verdad.
—O cuando se defiende —replico. Sé la discusión que tuvieron, también sé que ella fue quién la golpeó.
Me mira ofendida.
—Jamás dije las cosas que ella seguro dijo que dije, no soy esa clase de mujer. Además, todos en el pueblo saben que ella no trae nada bueno, es como una maldición que destruye todo lo que toca.
Tenso la mandíbula.
—No creo que deba hablar así de ella, ni de nadie, señora Hemsworth —se queda paralizada—. Es un ser humano no una maldición, a veces la vida nos enfrenta ante circunstancias inesperadas que se malinterpretan, decir que ella o cualquier persona es una maldición, es una manera de generar miedo, confusión y, sobre todo, hacer que la propia persona lo crea.
Se ríe por lo bajo y niega con la cabeza.
—Lo siento, cariño, pero ella es peligrosa y todos deben saberlo —Aprieto mis manos con fuerza—. Pero no hablemos de esa cosa —dice con repulsión.
—Esa cosa tiene nombre —mascullo con la ira deslizándose por mi cuerpo—. Y su nombre es Saori.
—Como se llame —dice Alessia—. Ella no es importante. —Ve a su madre—. Así que no le des importancia, ahora... —Voltea hacia mí con una mirada coqueta—. ¿Quieres que te enseñe cómo está quedando todo? Así también nos colocamos al día.
Sonrío tenso y por compromiso.
—Lo siento, tengo planes, aunque no dudo que quede bien, eres una buena diseñadora —veo hacia la señora Hemsworth—. Que tengan una buena tarde.
Me doy la vuelta y me monto en mi bicicleta para alejarme de ellas. Ya hay rumores en el pueblo, rumores maliciosos que juzgan y tachan a Saori como un mal, algo perverso, cuando lo único que percibo al verla, es a alguien con mucha mierda en su pasado. Dejo salir un suspiro brusco y me freno cuando el semáforo se coloca en rojo, veo en la dirección por la cual iban caminando y no están.
Froto mi rostro con ambas manos y destenso mi mandíbula, la cual comienza a doler, nadie debe ser tratado como si fuera un fenómeno, nadie merece ser juzgado si no conocen su historia, nadie lo merece, pero, sobre todo, me enfureció que hablaran de ella como si la conocieran cuando estoy seguro que su tía es la única persona que la conoce bien.
Así son las personas, se dejan guiar por lo que dicen otros, hacen una gran maraña de mentiras y enredos y muchas veces no les importa lo que piense la otra persona, como se pueda sentir y como lo que dicen puede generar algo negativo.
Porque muchos son egoístas y siempre pisan al que esté en el suelo.
Porque estoy enamorado.
Amo como sonríe pequeño antes de soltar una enorme carcajada, amo el color de su cabello, como saca la lengua cuando pierdo ante ella.
Amo escucharla hablar de su música favorita, amo cuando podemos hablar de tonterías y a la vez de la galaxia y sus astros, porque con ella puedo ser yo, puedo sonreír sin fingir, puedo cantar y verla mecer la cabeza hacia los lados siguiendo el ritmo de la música, porque ella es quién me hace feliz, y quiero ser quien la hace feliz.
Porque estoy enamorado, porque estoy a sus pies, porque mi corazón le pertenece solo a ella...
La melodía del piano se detiene y su voz igual, observo a Jeremy arrancar la hoja que tenía y tirarla hacia un lado, luego se queda estático, con la mirada fija en algún punto, quizás pensando en cómo componer, no lo sé. Tiene el uniforme de la escuela y su cabello está desordenado, le quedan pocos meses antes de graduarse y sé que quiere seguir música.
Cuando Min me mencionó que quería hacerlo un gran cantante me quedé en silencio, porque no importa lo que yo dijera, Min siempre cumple lo que dice.
La primera vez que vimos a Jeremy fue cuando estaba cantando en el metro, luego lo vimos en el mismo bus que nosotros, en el mismo pueblo y Min se le acercó para preguntarle que tan alto podía llegar su voz. No sé cómo lo hicieron, pero conectaron, dos polos opuestos se atrajeron y unieron.
Mentira, sé que fue por la música. Jeremy sabe cantar muy bien y toca la guitarra, Min es productor y trabaja en una reconocida disquera, aunque Jem no ha querido aceptar la propuesta para estar bajo el sello músical, las razones son desconocidas.
—Se está esforzando bastante —dice una voz femenina a mi lado.
Volteo hacia la voz y observo a Cassidy, hija del alguacil y la única que he visto cerca de Jeremy, aparte de Min y yo. Su cabello negro se encuentra atado en una trenza desordenada y tiene un vestido de flores.
—Y también luce aterrado.
Mueve la mirada hacia mí, clavando sus ojos cafés en los míos.
—Bueno, quiere que su padre lo apoye en la música.
—Calvin parece ser la clase de padre que quiere apoyarlo en todo, pero Jem no lo deja acercarse.
No dice nada por un momento y luego responde por lo bajo.
—También quisiera saber la razón de porque no lo deja acercarse demasiado, pero a la vez quiere que este orgulloso de él —la veo fruncir el ceño—. Ahora que lo pienso, nunca me habla de él, su madre o cualquier cosa del Jeremy que no conocía hasta hace unos meses.
No digo nada, porque estoy en la misma situación, solo sé que vino a vivir con su padre, no sé nada más.
—Quizás en algún momento empiece a hablar de él.
—Quizás —murmura—. ¿Sabes que sé con certeza? Él —lo señala—. Será alguien realmente conocido, las personas sabrán su nombre y lo gritarán cuando este en conciertos. Jeremy brilla, está destinado a brillar.
Volteo a verla y sonríe amplio. Sus ojos están brillando.
—¿Te gusta?
La sonrisa se le borra.
—Eso sería una estupidez, yo tengo novio y él merece a alguien que pueda corresponderle —mira la hora en su teléfono—. Debo irme, nos vemos luego, Eidan.
La observo darle un vistazo a Jem y antes de poder decir algo, se da la vuelta y se marcha del lugar. Voltea a ver en dirección de Jem, quién parece absorto en sus pensamientos antes de volver a comenzar a cantar.
Y mientras lo hace, las letras que canta tienen dueña, y es la chica que se acaba de ir sin decirle adiós.
N/A
Buenas, buenas ¿Cómo están? Espero que genialoso 7uu7
Weno gente hermosa de mi cora pequeño, para aquello que tenían de ship a Min y Eidan, o Min y Eidan, pos no existe JAJAJAJAJAJAJJAJA Lo siento xD
¿Opiniones?
ADELANTO ADELANTOSO QUE ADELANTA MUCHAS COSAS:
—Tú igual, Min, luces horrible.
Me observa con el ceño fruncido.
—¿De qué hablas? Soy hermoso —ve hacia Eidan—. ¿Cierto que soy hermoso?
Eidan lo observa con burla.
—Luces como la mierda, Min.
°°°
—¿Por qué las personas lloran, Min? —inquiero por lo bajo.
—Porque algo les duele.
—O porque solo quieren dejar salir aquello que no saben cómo expresar con palabras —añade Eidan.
°°°
Sí pipol, el siguiente cap está interesante 7uu7
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¡CAMBIO Y FUERA!
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