Inevitablemente el tiempo pasaba, desde su ingreso a la UA sentía que los días transcurrían más rápido y la mayor prueba de ello era el clima. La calidez de la primavera era ya solo un recuerdo y el ardiente verano se estaba desvaneciendo en medio de frescas ventiscas que arrastraban las cada vez más ocres hojas de los árboles.

Estaba bastante más frio ese día, el viento golpeaba sin piedad las copas de los árboles y Uraraka decidió que el clima realmente estaba en sintonía con sus emociones. Se sentía deprimida esa mañana.

Su buen humor había muerto muy temprano y hasta el momento no había mejorado ni siquiera dulces panqueques del desayuno.

Sus ojos marrones permanecían fijos en su compañero Deku mientras con desgana arrastraba un trocito de panqueque por el plato empapándolo con sirope de Arce, suspiró notando su aspecto esa mañana, su indomable cabello verdoso estaba tan alborotado que era imposible negar que había estado pasando sus manos por el con desesperación, sus ojos estaba rojos y profundas ojeras eran visibles bajo sus ojos verdes. Se llevó el bocado chorreante a los labios e hizo una mueca ante el sabor, estaba terriblemente dulce.

Deku comía con desgana, su mente lejos de allí, demasiado perdido en sus pensamientos para que los ruidos de sus compañeros gritando, riendo o huyendo de un enfurecido Bakugou llegaran a él y la castaña estaba realmente preocupada.

Había intentado hablar con él apenas unos minutos antes, lo había intentado más de una vez pero la primera vez que lo llamo continuo caminando sin notarla y cuando toco suavemente su hombro la sexta vez que lo intentó se había girado con expresión de pánico.

Le había preguntado que le pasaba, realmente le preocupaba, pero Deku le había dado una falsa sonrisa y le aseguro que estaba bien antes de marcharse.

Pero Uraraka tenía la certeza de que no lo estaba. No estaba nada bien. Algo le pasaba y no confiaba en ella para hablarlo aún cuando eran amigos, pensó con tristeza.

Suspiro suavemente mientras tomaba otro chorreante bocado de su desayuno y escuchó el ruido de la silla junto a la suya apartarse.

"Buenos días Uraraka"

Le sonrió a su compañero y lo saludo con una sonrisa pequeña, el chico se veía mucho mejor esa mañana, su piel ya no estaba tan pálida y sus ojeras habían desaparecido, su cabello bicolor estaba bien peinado y su expresión tranquila ya no reflejaba el cansancio de la noche anterior.

"Buen día Todoroki-kun"

De reojo Todoroki había visto a Uraraka fingir comer por unos minutos con su atención centrada en Midoriya y su lamentable aspecto esa mañana. Sabía sin necesidad de preguntar qué algo le ocurría al chico pero que como era habitual él recurriría a All Migth para buscar consejo.

No era algo nuevo que el chico se estresara al punto de murmurar locamente hasta que llegara a una conclusión sobre sus problemas. Estaba seguro de que así era su forma de lidiar con el estrés y las dificultades.

"Uraraka… no te preocupes tanto, Midoriya seguramente saldrá corriendo en cualquier momento a buscar a All Migth y cuando vuelva estará mejor"

La castaña se sorprendió un poco al escuchar su voz tan cerca de ella, le había murmurado bajito muy cerca de su oído para evitar que alguien más lo escuchará, en su sorpresa había hecho flotar su taza de té y Todoroki la atrapó cuando la libero inconscientemente colocándola cuidadosamente de nuevo en la mesa.

"Es solo que me siento inútil, no puedo ayudarle"

La respuesta fue un murmullo débil y afligido que por alguna razón lleno de incomodidad a Todoroki. Era tan extraño verla así de desanimada. Ella era siempre enérgica y alegre, al mirarla no pudo evitar pensar que esa apariencia preocupada y deprimida no era para ella.

"No siempre podemos salvar a todos, algunas personas necesitan ganar sus propias batallas y quizá para Midoriya este es uno de esos momentos"

Sin saber que mas decir a la silenciosa chica apartó su desayuno incompleto y se encaminó hasta su habitación para prepararse, ese día tenían entrenamiento y el clima comenzaba a ser ligeramente más frío.

El invierno estaba llegando y agradecía eso, pero Todoroki no lograba disfrutarlo del todo, sus emociones aún estaban revueltas después de ver a su padre casi morir y remover los viejos recuerdos y rencores al hablar con sus hermanos.

Se vistió con calma y alejo de su mente a su padre, a sus hermanos, a su madre de expresión triste y a la desconcertante imagen de Uraraka decaída. Quizá era simplemente como su hermana que de vez en cuando entraba en misteriosas rachas de cambios de ánimo y fases depresivas seguidas de otras de animo brillante.

Quizá era solo la naturaleza femenina y nunca la había observado lo suficiente como para poder notarlo.

Estaba agotada, demasiado cansada después de ese largo, muy largo día de entrenamiento y aún cuando sentía unas inmensas ganas de tirarse en su cama y dormir una semana el sofá la tenía prisionera.

Era la última en la sala, todos sus compañeros se habían marchado ya a dormir unos minutos antes y estaba pensando en realmente permanecer allí hasta la mañana siguiente cuando la voz de Todoroki la despertó un poco.

"Uraraka si te quedas allí podrías despertar con las manos de Mineta en algún lugar inapropiado"

Despertó por completo cuando la imagen mental de ser tocada por el enano pervertido llegó a su mente.

"Iré a mi habitación en un minuto, en cuanto esté maligno sofá me deje ir"

Una pequeña sonrisa se dejó entrever en los labios del chico al ver la mueca horrorizada de Uraraka de solo pensar en ser asaltada por el pervertido residente de los dormitorios. Pero aún así permanecía tirada sin gracia alguna en el sofá.

"Estas cansada"

Uraraka asintió débilmente con la cabeza, si estaba agotada. Había estado intentando mejorar a toda marcha y sus duros entrenamientos le estaban pasando factura. Pero con esfuerzo miro el rostro serio de su compañero antes de responder.

"Completamente agotada, me encantaría dormir una semana completa"

Se había asustado hasta la muerte al darse cuenta de que Deku estaba fuera de control pero gracias al cielo que el lavado de cerebro había funcionado y pudieron continuar con su combate.

"Fue un día bastante duro"

Habían pasado cosas bastante raras en esos combates y ganar les había costado muchísimo esfuerzo.

"Si, pero aprendí bastante al observar a otros equipos"

Shinso y Monoma habían resultado ser excelentes y esa victoria les había costado demasiado esfuerzo tanto físico como mental.

"Estaba segura que habíamos mejorado mucho más pero realmente la clase B fue extraordinaria. Creo que nos confiamos un poco al enfrentarnos a villanos constantemente y pensamos que estábamos preparados para cualquier cosa. Subestimamos a nuestros rivales"

Todoroki miró su mano izquierda con una sensación de pensar. Había estado odiando tanto su quirk de fuego por tanto tiempo que incluso en esos momentos en los que lo aceptaba como algo propio y no una extensión de su padre no lograba dominar el fuego por completo. Su voz fue un susurro monótono pero Uraraka notó en el fondo un deje de tristeza en sus ojos.

"Tienes razón, estas batallas de práctica me demostraron que mi control sobre las llamas es… inadecuado"

Uraraka sin detenerse a pensarlo demasiado y sentándose lentamente tomo la mano del chico que aún permanecía de pie frente a ella.

"Nos esforzaremos, estoy segura de que podemos mejorar mucho mas"

Sonrió con tanta confianza como le fue posible mientras intentaba animarlo. El había hecho lo mismo por ella y deseaba pensar que podían ser amigos y no simplemente conocidos con amigos en común como lo eran hasta el momento.

"Tienes razón, incluso mi dominio sobre el hielo tomó mucho esfuerzo"

Desde niño siempre había sentido mayor afinidad por su lado derecho, la herencia de su madre y a pesar de ese horrible momento en el que su madre perdió el control de sus emociones y lo lastimó jamás dejó de amarla.

"Siempre pensé que eras un genio, de los que obtienen fácilmente un poder abrumador… pero estaba equivocada. Trabajas duro cada día Todoroki-kun"

Había juzgado de una forma bastante simplista a su compañero y le avergonzaba descubrir que había estado equivocada todo el tiempo, el chico frente a ella había pasado por pruebas tan difíciles desde niño y aún así deseaba ser un héroe y ayudar a otros.

"Tu también Uraraka, te esfuerzas por mejorar, tanto que terminas prisionera de ese diabólico sofá esperando ser atacada por Mineta"

Uraraka río ante lo dicho, su voz había sido seria, casi como siempre pero había una pequeña y casi imperceptible chispa de diversión en sus ojos.

"Esa fue una broma cruel Todoroki-kun… si no me doliera tanto todo mi cuerpo te mandaría a flotar en el techo toda la noche"

Una sonrisa pequeña se le escapo a Todoroki al ver a su castaña compañera intentar levantarse sin lograrlo y sin meditarlo decidió hacer lo que hacen los héroes. Ayudar a la dama en apuros.

"Me disculpo Uraraka por la broma, vamos sube te llevaré a tu habitación"

Uraraka lo vio colocarse agachado frente a ella invitándola a subir a su espalda y se sonrojo violentamente al imaginar lo cerca que estarían si ella se atreviera a subir y negando energéticamente con su cabeza antes de tartamudear una respuesta.

"No es necesario. De verdad, eventualmente iré a mi habitación"

Quizá Uraraka tenía razón en que eventualmente iría a su habitación pero algo le decía que era mejor llevarla allí antes de que el agotamiento del día terminara por caer sobre la chica y se quedara dormida.

Se levantó tranquilamente y con un movimiento fluido la cargo entre sus brazos colocando un brazo en su espalda y el otro bajo sus rodillas.

"Esta bien supongo que esto es más apropiado para una dama en apuros"

Uraraka completamente ruborizada se sujetó al cuello del chico al sentir como su cuerpo se separaba del sofá para ser acercado con firmeza al tibio cuerpo de Todoroki.

"Todoroki-kun… bajarme puedo caminar"

Estaba segura de que si se sonrojaba un poco más su rostro podría arder por combustión espontánea. Nunca había sido cargada así antes y aún menos con su peso sin alterar con su Quirk.

"No es necesario, te llevare"

Oculto su rostro contra el cuello de Todoroki quien sonrió un poco al notar como dejaba de luchar por bajar y como la punta de sus orejas se tornaba ligeramente roja. Era bastante divertido ver las diferentes reacciones de la chica, ella era completamente honesta siempre sin ocultar ni un poco sus emociones.

Camino con total tranquilidad hasta llegar a la habitación de la chica y la dejo suavemente en la puerta y sonrió muy ligeramente al verla cubrir su rostro con ambas manos.

"Buenas noches Uraraka"

Se alejó de ella sonriendo y pensando que podría ser entretenido estar cerca de Uraraka y ser amigos.

"Todoroki-kun… gracias"

Avergonzada y sonrojaba tomó la manija de la puerta y antes de que se alejara demasiado le agradeció a su compañero antes de entrar a su cuarto y dejarse caer en su cama dispuesta a gritar un poco en su almohada.

Ella sentía algo por Deku pero había decidido no distraerse con pensamientos románticos si quería ser una heroína y sin embargo era inevitable sentir como su corazón golpeaba violentamente en su pecho y sus mejillas ardían al recordar la sensación del firme cuerpo de Todoroki Shouto sostenerla como a las princesas en los cuentos que solía leerle su madre para dormir.

Agotada cerro los ojos y decidió que ser amiga del atractivo Todoroki sería definitivamente toda una experiencia.