Capítulo 7: Amar y querer.
- ¿A dónde vas?- pregunto Hiro viéndole listo para salir.
- Bueno me voy a casa tu sabes ya termino mi turno y eso – dijo confuso mirando para todos lados como si estuviera haciendo algo diferente.
- ¿Vas a casar fantasmas?- preguntó en su lugar.
- No soy un Winchester- rodó los ojos terminándose de poner su sudadera porque hacia frio - no cazo fantasmas - ajusto la correa de su guitarra- ayudo a cruzar a los muertos - rectifico.
- ¿Quién?- dijo confuso pero Miguel suspiro ante otra referencia desperdiciada - ¿Me llevas contigo?- pregunto ansioso.
- ¿Estas loco? - negó con la cabeza - ¿Quieres que tu tía me castre?
- Ella no va hacer eso – dijo Hiro cruzándose de brazos y bufando a veces Miguel era muy ridículo.
- Tiene una habitación llena de cuchillos – señalo - ¡¡¡Cuchillos!!! - repitió agitando las manos por que parecía que Hiro no comprendía lo peligroso que podía ser su amada Tía.
- Si es una larga historia - le restó importancia no queriendo recordar aquel incidente, de hecho no sabía mucho solo presencio una batalla y bueno ni siquiera la vio realmente - no seas melodramático.
- Me hizo ayudarle a limpiarlos mientras me explicaba el tipo de corte para cada cuchillo y su hipotético uso en el cuerpo humano - se estremeció de solo recordarlo - tu tía es aterradora, además esto no es como en Constantine.
- ¿Constantine?- ladeó la cabeza confundido, frunciendo la nariz como siempre lo hacía ante todas las referencias raras de Miguel, en serio a veces hablaba como un viejo pasado de moda.
- Hay tomatito suerte que eres re-chulo - murmuro al darse cuenta que nunca entendería ninguna de sus referencias.
- Deja de llamarme así- se quejó con las mejillas rojas a todo poder.
- Deja de parecer un tomate y veremos- pellico su mejilla - igual no puedes venir, no quiero que tan bella carita salga lastimada.
- Se cuidarme solo- frunció la nariz dándole un manotazo para que dejara de pellizcarlo, si solo supiera lo que hacía en las noches, él era el líder del mejor equipo de superhéroes de todo san fransokyo, Miguel no sabía de lo que era capaz.
- Sé que puedes - asintió con una sonrisa guiñándole un ojo - pero la respuesta sigue siendo no - y diciendo eso salió de ahí bajo la mirada molesta de Hiro, su curiosidad nunca seria satisfecha a ese ritmo, tal vez tendría que pensar en otra cosa para convencerlo.
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"Casi todos sabemos querer
Pero pocos sabemos amar"
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- Tengo algo para ti – Hiro le jalo entonces a su habitación, Miguel apenas si pudo despedirse de su jefa quien iba a pedirle un último favor pero su sobrino roba-empleados bajo las escaleras corriendo justo en el minuto necesario y jalo a Miguel escaleras arriba – toma – extendió entonces un teléfono en su dirección.
- ¿Me tienes un teléfono nuevo? – pregunto confuso, él ya tenía uno muchas gracias, además este lucia tan extraño y delgado estaba seguro que lo rompería en cualquier momento – esta madre se va a romper – se burló tomándole con los dedos con sumo cuidado.
- No es tan nuevo – rodo los ojos Hiro ante la actitud de Miguel - bueno si es el último modelo de celular – confeso finalmente, él no era rico pero si algo sabía hacer era conseguir dinero, peleas de robots ilegales, no pregunten más, Miguel levanto una ceja en su dirección, el no comprendía desde hace años nadie le había dado un solo regalo por lo que no lo culpen por parecer no saber qué hacer o que decir – mira tiene un montón de funciones – arrebató el teléfono y empezó a mostrarle las aplicaciones pero el latino realmente no parecía muy animado por esto - no te gusta – suspiro Hiro al notar su falta de interés.
- No es eso me encanta - asintió de inmediato pues ver a su amigo decaído no le gustó nada - es solo que bueno no soy bueno con la tecnología ya sabes y - se mordió el labio tras arrebatar el teléfono y mirarlo por un rato aun asimilando todo – hace mucho tiempo que no recibo un regalo – murmuro con tristeza, Hiro se sorprendió por esto – ni siquiera celebro los cumpleaños más – continuo con tanta melancolía en los ojos que Hiro se sintió triste, es verdad Miguel era una parca y al parecer la vida de estas era muy solitaria – en fin me encanta pero tengo todas mis fotos en el viejo – dijo entonces tratando de cambiar el tema y sacando el otro teléfono de su bolsillo uno mucho más viejo y algo golpeado pro que si ser aventado por espíritus malignos a veces dañaba su teléfono.
- Eso es fácil solo descárgalas desde la nube – Hiro acepto su cambio de tema por lo que simplemente plateo una solución.
- ¿Nube? – Miguel realmente lucio confundido para el horror de Hiro.
- ¡Increíble! – dijo exasperado por lo que le arrebato el teléfono entonces para guardarlas en la nube y así poder descargarlas, mientras lo hacía no pudo evitar revisar las fotos, no quiso ser entrometido pero quería saber de quienes eran las fotos que mantenía en su teléfono, paso cada una notando el parecido entre los varones, a las mujeres con hermosos vestidos coloridos – ¿ellos son? – pregunto finalmente.
- Sí, mi familia – asintió Miguel mirando las fotografías con tanta nostalgia.
- Parecen buena gente.
- Lo son – sonrió con tristeza, pasando otra foto donde Miguel era abrazado por dos mujeres ya canosas muy pálidas a comparación de él.
- Se ven un poco pálidos a comparación de ti – señalo sin pensarlo, sintiéndose avergonzado tras decirlo.
- Es por que están muertos – respondió encogiéndose de hombros pero Hiro no pareció comprender - si vas al mundo de los muertos y tomas una fotografía es así como lucen, obviamente no muchos pueden ir y venir mucho menos con un teléfono – bromeo, porque si era verdad, Miguel descubrió que era posible fotografiar a los muertos, de hecho a diferencia de su aspecto calacas coloridas y vistosas en las fotografías estos lucían justo como el último momento en vida, por eso las mujeres que lo abrazaban eran su madre y hermana quienes murieron de viejez – esta es mi madre y mi hermana – señalo a cada mujer luego empezó a pasar más fotografías para presentarlo a todos - mi padre, esa es mi Bisabuela Imelda, aquí está otra vez enojada con mi bisabuelo Héctor, siempre se están peleando – empezó a reír hasta que paso otra foto, esta no lucia pálida, de hecho la resolución era mucho más baja a comparación de las otras fotografías, pero fácilmente podría verse a una niña, de normes ojos chocolates, cabellos negros recogidos en una laboriosa trenza sobre su cabeza adornada en flores blancas, su vestido de charro azul profundo lucia hermoso, estaba abrazando a Dante o un perro parecido, sonriendo con una enrome sonrisa, lo peor de todo Miguel se quedó en silenció mirándole con gran afecto, con anhelo pero igualmente una profunda tristeza.
- ¿Es tu hermana? – pegunto curioso aun sabiendo que la respuesta era no.
- No – negó con suavidad sonriendo – ella es María – dijo acariciando la pantalla con un pulgar con cariño haciendo que Hiro se sintiera estúpidamente celoso de una niñita seguramente ya muerta – la primera persona a quien mate – soltó con frialdad y Hiro se congelo entonces sorprendido por aquélla declaración, porque Miguel seguía repitiendo constantemente que él no mataba que solo recolectaba las almas para evitar que se transformaran en espíritus vengativos y aquí estaba ahora, tan serio, tan firme sin una pisca de duda aceptando que había matado a un niña pequeña, eso solo lo lleno con más preguntas, el ya no volvió a insistir sobre el tema.
No pregunto Miguel no parecía a querer hablar al respecto, por lo que Hiro arrebato el teléfono y termino de cargar las fotos, luego las descargo en el nuevo y se lo tendió a Miguel, este sonrió en agradecimiento listo para irse, pero Hiro no quería que se fuera por lo que le invito a jugar videojuegos no importa que Miguel fuera pésimo en ello, este acepto supuso que no haría daño relajarse un rato por lo que asintió y tomo el control para ser apaleado por Hiro.
Comieron gomitas y sodas durante al menos una hora entre risas y bromas que hicieron llorar a Hiro de risa, entonces Miguel levanto la bolsa de gomitas y la agito solo había una, Hiro lo noto la última gomita era una roja, él amaba las panditas rojas por lo que educadamente exigió la última, Miguel negó levándose del suelo para que esta no callera en manos de Hiro, el chico se lanzó entonces sobre él y ambos cayeron en su cama, forcejaron un poco todos buscando ser el ganador, hasta que Miguel rodo con Hiro y lo dejo debajo de él atrapando sus manos con una y la otra levantando el premio victorioso.
- ¿La quieres mejillas dulces? – pregunto Miguel presumido cuando Hiro asintió este paso su lengua por la gomita saboreándola - ¿aun la quieres? – volvió a preguntar a lo que Hiro hizo una mueca de desagrado – tu perdida – y sin decir más se la comió, Hiro empezó a forcejear nuevamente golpeándolo de alguna forma con su pie justo en la nariz, por lo que Miguel lo soltó notando como su nariz ya sangraba, él se dio cuenta de dos cosas la primera Hiro era al parecer muy flexible para poder haberle roto la nariz solo con su pierna y la segunda pero más importante este chico sí que golpeaba duro, Hiro lo miro socarronamente desde su lugar con las mejillas rojas por el esfuerzo y pelo revuelto y así una nueva guerra empezó, pues el latino no lo iba a dejar escapar tan fácilmente, no ahora le hacía cosquillas y Hiro se retorcía como un niño, de hecho ambos lo hacían como niños pequeños intentando ganar.
Las risas pronto inundaron la habitación, atenuando las voces de los videojuegos en la televisión, entonces de la nada el vaso en el escritorio de Hiro cayó al suelo rompiéndose en mil pedazos sobresaltándoles, ambos se congelaron y miraron en dirección al accidente, pero antes de que Miguel se levantara y dejara libre a Hiro este empezó a reír nuevamente.
- ¿Ahora por qué ríes? – pregunto Miguel sin moverse de su lugar – al fin te eh roto – dijo a lo que Hiro negó con la cabeza.
- Eres una parca y te asustaste de un vaso roto – le señalo.
- No me asuste – frunció la nariz Miguel acercándose cada vez más Hiro.
- Lo hiciste – murmuro este lamiendo sus labios por reflejo notando entonces lo cercano que estaba Miguel, casi podían sentir sus respiración, unos centímetros más y podrían besarse.
Miguel movió su mano entonces, aquella que no habían notado estaba en la cintura de Hiro tocando su piel expuesta por la guerra de cosquilla, sin embargo esta vez el movimiento fue más suave, sin hostilidad, sus dedos rosando su piel con suavidad algo que definitivamente no envió la misma sensación a su cuerpo, Hiro se estremeció jadeando suavemente ante esto y como una bombilla algo se ilumino en el cerebro de Miguel al ver la expresión sonrojada de Hiro por lo que entro en pánico y se levantó de inmediato, pero calculo mal y solo se golpeó con la mesita de noche lo que hizo que la gaveta sobre esta se sacudiera y callera dejando que las figuras coleccionables de Hiro le cayeran en la cabeza una por una, algo raro dado que Hiro la había asegurado, el Ouch fue inevitable.
- ¡Ouch! – murmuro Miguel sobándose la cabeza - ¿Que mierda Hiro qué onda con tus figuras kamikazes? – gruño porque realmente le dolía.
- Mis sensores indicaron necesidad de atención médica cuando dijo "Ouch" – la caja roja en la habitación de Hiro se abrió entonces revelando al enorme robot que salió de la nada, finalmente Miguel compendio donde estaba esa cosa cuando no la veía cerca - En una escala del uno al diez, ¿cómo calificarías tu dolor? – pregunto entonces una escala con caritas de diferentes grados de dolor apareció entonces en su pecho.
- ¿Qué le pasa al malvavisco gigante? – pregunto Miguel aun sobándose la cabeza.
- Es un asistente medico Miguel – rodo los ojos – y está muy preocupado por ti, así que responde – el chico solo levanto una ceja ante esto - ¿Qué creías que era?
- No sé – se encogió de hombros – que te habías fabricado un amigo cuando eras niño o algo así.
- Eres un verdadero idiota Miguel – le gruño lanzándole uno de los muñecos, Miguel retrocedió entonces cubriéndose del "ataque" con sus brazos.
- ¡Ouch! – volvió a decir sin querer.
- En una escala del uno al diez, ¿cómo calificarías tu dolor?– Repitió Baxmay mirando a Miguel, este sonrió entonces y se dejó caer dramáticamente contra Hiro sobre la cama.
- Oh dios estoy muriendo – jadeo con drama – virgencita que dolor, creo que muero.
- Basta Miguel estas aplastándome – jadeo Hiro debajo de él manoteando porque el chico era algo pesado – Baymax ayuda – dijo pero el robot parecía más atento a lo que Miguel decía.
- Adiós mundo cruel – termino dramáticamente.
- Mis manos están equipadas con desfibriladores. ¡Despejen! – dijo levantando los brazos listo para dar sus descargas eléctricas, por suerte Miguel lo noto y se levantó de golpe golpeando con la silla de Hiro que hizo caer su mochila lo noto ahí a sus pies donde cayó la mochila de Hiro abierta había un pedazo de tela roja, curioso alargo la mano para tomarla.
- ¿Esta es mi sudadera?- preguntó curioso, Hiro se levantó de la cama confundido al notar la prenda en su mano enrojeció.
- No- respondió el intentando arrebatarla pero Miguel conociendo eso la levantó en alto y sonrió socarrón.
- Has estado guardando mi ropa- dijo burlista - ¿acaso duermes con ella?- si acababa casi de besar a Hiro pero bueno bien podía burlarse un poco, y ver que sacaba, las mejillas aún más sonrojadas de Hiro le suficiente pago.
- No seas ridículo - rodó los ojos - ni siquiera es tuya, es de Karmi - mintió pero Miguel vio a través de ella.
- Claro tomatito - dijo desdoblando la prenda mientras Hiro hacia una mueca por este apodo- Karmi usa ropa de chico tres tallas más grandes - siguió examinándola - y estuvo en un tiroteo- dijo notando los arreglos, las costuras bien disimuladas - wow hiciste un buen trabajo mejillas dulces- alabo- ni se notan los agujeros serás una buena esposa- esa declaración hizo enojar aún más a Hiro que atrapado en su mentira se había quedado congelado, pero luego Miguel tuvo que alabar el buen trabajo de reconstrucción en la ropa y no le gusto, porque había sido karmi y Miguel acaba de insinuar que Karmi era un buena esposa.
- No lo hice yo- escupió las palabras - deberías casarte con Karmi ya que ella lo hizo- frunció la nariz arrebatándole la prenda en un descuido.
- Aja- dijo sonriente - sabía que era la mía- eso solo congelo a Hiro quien volvió a enrojecer como un tomate, Miguel se acercó entonces levanto la barbilla de Hiro que avergonzado desvío la mirada y sonrió -no creí que las conservaras- susurro suavemente - te comprare una, sin agujeros completamente nueva, ya que tanto te gusta - ofreció pero Hiro solo se aferró más a la sudadera en sus manos, no quería una nueva, no quería una sin agujeros, él quería está, el recuerdo de que Miguel estaba dispuesto a dar la vida por él, incluso su regresaba.
Hiro iba a decir algo, su boca se abrió con suavidad y su corazón comenzó a palpitar con mucha fuerza, al darse cuenta de la situación, pues Miguel estaba a centímetros de su cara, mirándole intensamente, ofreciéndose a comprar ropa, luciendo tan galante y apuesto.
- Hiro - dijo baymax entonces interrumpiendo el momento - tu ritmo cardiaco se ha elevado, necesitas asistencia médica, usare mis desfibriladores – insistió el robot alzando las manos mientras sus palmas brillaban, Miguel sintió el chasquido inconfundible de la electricidad cargándose y en su experiencia eso no era algo bueno.
- ¿Qué mierda le pasa a tu robot psicópata? – pregunto Miguel corriendo hasta el otro lado de la habitación pues el robot lo seguía con las manos levantadas.
- Está bien Baymax – suspiro Hiro con cabello revuelto, enrojecido con la sudadera aun en sus manos – solo bromea, estamos bien, incluso el – sonrió cuando Baymax finalmente se alejó con los brazos abajo – lástima que no puedas tratar la estupidez – y Miguel pareció ofendido por eso.
- ¿así que idiota eh? – pregunto metiendo una mano en el bolsillo de su sudadera de donde saco una bolsa – pues el idiota tiene el resto de las gomitas.
- ¡Mentiroso! – grito Hiro – vuelve acá – y diciendo eso lanzó la sudadera en sus manos a su mochila y salió corriendo tras Miguel por las escaleras.
Baymax empezó a caminar detrás de ellos puesto que aún no podía desactivarse entonces otro de los muñecos de Hiro cayeron desde el estante superior donde definitivamente no había forma de hacerlo, Baymax miro el muñeco tirado camino lentamente hasta él y se agacho para levantarlo como había visto a Hiro hacer muchas veces cuando lo dejo en su lugar y volteo para irse una figura apareció frente a él impidiéndole el paso, los sensores de baymax trataron de escanearla pero estos no mostraron signos, lo único que le hacía al robot saber de la presencia es que sus receptores visuales lo miraban reconociéndolo.
- Tadashi – dijo el robot levantando una mano en saludo, noto entonces las quemaduras en su piel y preocupado dijo - En una escala del uno al diez, ¿cómo calificarías tu dolor? – mostro la escala en su pecho, Tadashi levanto su mano deformada por el fuego con un dedo indicando el pequeño emoji rojo, el número diez de dolor – es necesario asistencia médica urgente especializada – hablo baymax pero la mano de Tadashi no se quitó de hecho esta empezó a traspasar la piel gomosa de su cuerpo intentando fusionarse con el – recomendaría hospitalización... error... la base de datos está siendo corrompida – la voz del robot parecía realmente en pánico mientras miraba a Tadashi que simplemente sonreía – error... intruso en el sistema.... Error – la voz de baymax murió junto a la luz de sus ojos apagándose.
Más tarde en la noche tras Hiro ponerse su traje para salir en busca de respuestas descubrió a Tadashi.
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"Es que amar y querer no es igual
Amar es sufrir querer es gozar
El que ama pretende servir
El que ama su vida la da"
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- Señor Hamada – dijo él desde el frente de su clase - Señor Hamada – volvió a llamar al que consideraba su alumno favorito - ¡HIRO! – llamo finalmente el profesor con desesperación al chico que se levantó de donde estaba recostado.
- No estoy durmiendo – murmuro el levantando su lápiz.
- Independientemente de lo que esté haciendo – suspiro el profesor – sé que esto para usted puede ser un repaso señor Hamada – el profesor lucia molesto – pero el resto de la clase si quiere aprender algo – señalo y Hiro miro a sus compañeros alguno de ellos lucían realmente molestos, genial nada como llamar la atención de esa forma.
- Perdón – dijo sentándose derecho y mirando fijamente al pizarrón delante de el Karmi le mando una mirada interrogante pero este solo negó suspirando.
- Señor Hamada – volvió a decir el profesor al verlo distraerse – ¿va a hacer lo que le pedí? – pregunto irritado.
- Lo siento profesor – murmuro con vergüenza por que no tenía idea de lo que le habían dicho.
- Señor Hamada es uno de mis mejores estudiantes y como tal le doy ciertas consideraciones – respondió el hombre mientras los demás estudiantes lo miraban acusadoramente - dormir en mi clase es una de ellas – dijo y Hiro sonrió agradecido por esto – pero el trato era que usted hiciera sus propios ejercicios al final de la clase.
- En eso estoy profesor – murmuro el confundido.
- ¿enserio? – dijo cruzándose de brazos y mirando a un lado de Hiro quien volteo para encontrar a Baymax escribiendo en su hoja de ejercicios.
- Lo siento mucho él no sabe lo que hace – murmuro una disculpa tomando el lápiz de la mano de Baymax pero este no parecía querer dárselo – le juro que no está programado para resolver algo tan completo – y siguió luchando haciendo que sus compañeros empezaran a susurrar – solo dame el lápiz Tadashi – murmuró bajito.
- Intento ayudar – respondió el robot también en un susurro.
- Lo estás haciendo mal – insistió hasta que finalmente le quito el lápiz – lo siento mucho profesor – volvió a sentarse derecho mientras su robot hacia pucheros, el profesor suspiro y continuo con la clase, Hiro no pudo volver a dormirse.
Hiro no tenía la intención de llevar a Tadashi a clase de hecho eran muy pocas las veces que Baymax lo acompañaba, de hacerlo era para mostrar algo o simplemente porque estaba enfermo e insista en entrar a clases y como buen asistente medico el robot no lo dejaba solo, sin embargo esa mañana tras pasar toda la noche abrazado al robot que ahora tenía el espíritu de su hermano y llorando porque estaba vivo, bueno de una forma estaba vivo, pero eso ya era mucha ganancia.
Así que Tadashi había hecho un puchero y se cruzó de brazos, bueno Baymax no tenía expresiones faciales pero Hiro sabía que su hermano estaba haciendo pucheros y tras una muy pero muy larga discusión dejo que su hermano lo acompañara todo el día, si incluso a clases solo y solo si Tadashi prometía actuar como Baymax y no delatarse, lo cual fue fácil, pronto Tadashi se despidió de la tía Cass con la voz de baymax y aunque tal vez tardo más en soltarla luego de un abrazo Hiro no pudo culparlo.
Tadashi estaba de vuelta y esta vez no iba a perderlo no importa si tuviera que mantenerlo en secreto, un secreto muy difícil dado que Tadashi al parecer estaba ansioso de continuar su vida donde la había dejado por lo que quería aprender en la escuela aun cuando este grado fuera adelantado, habían pasado dos largos años, había muchas cosas que su hermano no sabía y bueno Hiro al parecer iba a tener que enseñárselas.
- Tadashi - regaño anda más cerrando la puerta del laboratorio - que rayos pudieron descubrirte – dijo exasperado - ¿me quieres meter en problemas? – pregunto acusadoramente – te estas vengando cierto – pregunto juguetón al final, porque si él solía hacer lo mismo cuando era un niño y de casualidad quedaron en la misma clase en secundaria.
- Solo quería ayudar – se disculpó el, realmente ya ni recordaba esos tiempos.
- Dios enserio no tienes que hablar así conmigo – dijo porque aun sonaba como Baymax y si era realmente raro.
- Sueno adorable – dijo el en broma levantado los brazos y caminando hasta él.
- Si – rio el dejándose envolver en el abrazo – suenas adorable – empezó a reír con Tadashi revolviendo su cabello cómicamente.
- Ejem – la puerta del laboratorio se abrió entonces - lamento interrumpir Hiro – bromeo Karmi entrando por la puerta – pero ¿que fue eso? – señalo el anterior incidente – debes tener cuidado si la profesora Granville se enterara y sabes que no estará muy feliz – suspiro ella - no lo ha estado desde bueno el accidente – se encogió de hombros recordando la vez en que la profesora fue internada, Hiro se puso serio lanzando una mirada a Tadashi dado que sospechaba él fue el causante de eso pero era tonto, su hermano nunca le haría daño a nadie mucho menos a un profesor.
- Lo se karmi – suspiro el chico - Pero Tada... – tropezó con las palabras - Baymax quería ayudar – dijo abrazando a su robot – no puedes decirle que no a esa cara – continuo con una cara inocente.
- Hiro él no tiene expresiones – señalo ella seriamente – es un robot - acercándose a él - y definitivamente no tiene sentimientos – suspiro – no bromeaba cuando dije que mis amigos estaban vivos enserio necesitas salir con alguien más – dijo ella con una mueca.
- Bueno salgo contigo ¿no? Somos amigos y estás viva – dijo con una sonrisa contraatacando dando un paso lejos de su hermano.
- Si – sonrió ella con suavidad aun no acostumbrada a este nuevo estatus de amistad – somos amigos, ¿entonces quieres salir a pasar el rato más tarde? – pregunto casualmente, ella iba a estudiar esto de la amistad más a fondo.
- Me encantaría pero – suspiro dejándose caer en la silla – tengo este nuevo proyecto y yo bueno - murmuró – ocupado.
- Siempre estas ocupado - dijo ella acercándose a la mesita de trabajo y tomando el diseño – ¿una nueva armadura para baymax? – pregunto curiosa dado lo que estaba dibujado ahí.
- Un nuevo cuerpo de hecho – sonrió - olvida la fibra de carbono si es ligera y liviana pero nada parecido al cuerpo humano – sus ojos tomaron ese hermoso brillo especial que adquiría cada que hablaba de algo que le apasionaba - además Baymax no tiene rodillas - señalo al robot – estoy pensando en algo mas – se mordió el labio.
- ¿Humano? – termino por el notando el boceto.
- Exacto un esqueleto ligero y resistente capaz de levantar toneladas y no romperse – dijo con emoción girándose a la computadora para mostrarle su ultimo diseño que asemejaba mucho los huesos humanos conectados - y lo mejor de todo de apariencia humana – sonrió.
- ¿Estas intentando crear un Androide? - dijo ella dado que el diseño era muy humano tal vez demasiado - Hiro eso es muy ambicioso pero supongo que la piel podría ser silicona – respondió cruzándose de brazos pensativa -daría la apariencia adecuada y definitivamente seria flexible.
- Olvida la silicona – dijo Hiro levantándose emocionado – esto es más allá de un simple robot humano o androide, esto será el primer humano artificial – sonrió tomándole de los hombros con gran emoción – voy a crear vida totalmente autosuficiente, aprenderá y decidirá por sí solo – su sonrisa era enorme grandes planes todo para hacer algo digno para su hermano Tadashi, Karmi se llenó de su entusiasmo tanto así que también sonreía por esto, ambos absortos en su emoción ignoraron al robot de apariencia adorable en la habitación, Tadashi quien había empezado a ayudar a Hiro con este proyecto miro como su hermanito lucia tan amigable con esta chica, la chica que le causo mucho dolor, que le gruñía y molestaba antes, y eso definitivamente no le gusto, sus ojos tintinearon de rojo por un segundo.
- Perfecto un humano sintético – dijo ella animada - con tejido de piel humano real – murmuro ya pensando cómo podría ayudarle tal vez haciendo crecer laminas en su laboratorio que podrían usar de prueba.
- Muy real - asintió el - pero hay que modificarlo para hacerlo resistente – dijo entonces pensativo.
- ¿Por qué resistente? - pregunto confusa, si lo que quería era parecer a un humano entonces no debería hacerlo superior.
- Para mayor durabilidad – dijo un poco oscuro, esta vez se aseguraría que nada le arrebatara a Tadashi, ni el fuego, ninguna herida, esta vez la muerte no se lo llevaría.
- Suena bien – dijo ella ignorando la sombra en el rostro de Hiro - pero dudo que puedas adaptar a Baymax - miro al adorable robot - digo si es una buena idea pero lo que piensas hacer es demasiado complicado, muy ambicioso no tienes idea de dónde empezar – comento tras pensarlo un rato, ellos apenas eran estudiantes y si alguien de afuera, los verdaderos genios no habían logrado aún crear vida lo que se llama vida realmente artificial debía ser por algo ¿cierto?
- Si la tengo - sonrió el abrazando a Baymax – empezare aquí.
- Sin ofender Hiro pero el robot de tu hermano es bueno pero – dijo con una mueca acercándose entonces al robot solo para que este le diera una descarga eléctrica – ouch – murmuro al sentir dolor alejándose de inmediato.
- ¿Estás bien Karmi? – pregunto Hiro preocupado dejando a Tadashi y tomando el brazo de la chica que sostenía con dolor.
- Si pero Bayax acaba de darme una descarga – dijo frunciendo la nariz mirando con los ojos entrecerrados al robot dado que esto nunca había pasado – debe tener una falla – murmuro bajito - mejor me voy – dijo encaminándose a la puerta - te veo más tarde Hiro – se despidió.
- Lo siento enserio voy a revisarlo – siguió disculpándose dejándola marchar, después soltó un suspiro y se giró a su hermano – eso no fue muy amable Tadashi – lo reprendió con las manos en la cintura.
- Ella no me agrada – dijo el robot.
- Bueno karmi es un poco negativa pero es agradable – respondió Hiro volviendo a sentarse en la silla para seguir con su proyecto – somos amigos ahora.
- Te acuso de sabotaje – insistió Tadashi de mal humor sentándose en el suelo dado que no había donde más sentarse.
- Si pero ya está todo olvidado - rodo los ojos – ella puede ayudarnos con lo de la piel – recordó – ella es buena con la biología a diferencia de mi – sonrió pero Tadashi solo hizo un ruidito descontento por tener que meter a la chica - ahora vamos a pensar que sería bueno agregar – dijo cambiando el tema.
- Rodillas – agito sus pequeñas piernas en el suelo.
- Lo sé – soltó una pequeña risita – no soy tu el que las olvido – dijo sarcástico a lo que Tadashi le soltó un suave golpe con el puño moviendo su silla – también sensores de dolor para que pueda véngame – bromeo pero este solo bufo si es que un robot podía hacer eso.
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"Y él quiere pretende vivir
Y nunca sufrir y nunca sufrir
El que ama no puede pensar
Todo lo da, todo lo da"
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- ¿Así que también bailas? – dijo el al ver a las demás personas reunidas en el escenario.
¿Cómo llegó aquí?
Cierto otra vez había desfallecido en su cochera mientras continuaba con su proyecto y encontrado por su tía Cass preocupadamente lo regaño, durante media hora escucho sobre cómo no cuidaba sobre sí mismo, de que no pensaba en lo doloroso que sería para ella y mil cosas más con Miguel a un lado asintiendo a su tía y diciendo mucho "que vergüenza" en su dirección, hasta que su tía metió a Miguel y le pidió sacarlo de la casa por unos minutos y sacrificar su día libre, Miguel hizo una mueca entonces al parecer ya tenía algo planeado aquel día pero no pudo hacer nada para evitar que Hiro se convirtiera en su acompañante.
"Genial" pensaron ambos "soy niñera" "una niñera" eso los trajo aquí en el centro comunitario donde al parecer Miguel pasaba su tiempo libre, era muy noble pero a la vez triste un perdedor completo si no tenía algo más interesante que hacer, Hiro no va a mentir estaba decepcionado esperaba una aventura corriendo entre las calles buscando almas, exorcizando espíritus, matando demonios, "Ya te dije que no soy Constantine" le grito Miguel cuando se quejó durante el camino con Tadashi a un lado, obviamente no iba dejarlo, casi le da miedo cuándo el robot empezó a seguirlos y Miguel lo miro muy fijamente pero después de un minuto se encogió de hombros y siguió como si nada.
- Me dueles chinito de mi alma – dijo Miguel dramáticamente agarrándose el pecho – rompes mi pobre y frágil corazón, claro que se zapatear – bromeo meneando las cejas – tome clases de danza en la secundaria – Hiro enarco una ceja ante esto – y puede que Adrián dijo que solo debo seguir los pasos.
- Bien ¿y por qué estoy yo aquí? – pegunto enarcando una ceja otra vez.
- Por qué me amas – hizo una carita lamentable que en lugar de ternura le dio risa a Hiro – y por qué solo es hoy para que las chicas puedan ensayar no es como si realmente fuera a salir en el bailable, además – murmuro mirando a las jóvenes – realmente no quiero decir que no, me da miedo lo que nos haga la tía si nos negamos – dijo acercándose a su rostro como si fuera un secreto estremeciendo tal vez solo un poquito a Hiro.
- No puedo creer que me trajeras aquí – gruño empujándole para que este no siguiera tan cerca de su espacio personal, no por que estuviera nervioso claro que no.
- Necesitabas una distracción lejos de la cochera mientras inventas a terminator – respondió sarcásticamente con una sonrisa - mira solo quédate ahí va – señalo una esquina del escenario.
- Nunca entiendo nada de lo que dices – murmuro confundido ante la referencia de Miguel, a veces pensaba que él hablaba el mismo idioma que Fred.
- Es una película - murmuro - tu olvídalo, ahora Adrián nos ponemos en tus capaces y hermosas manos – dijo con dramatismo al ver como el hombre se acercaba a ellos, un gallardo y alto moreno un poco delgado pero no tanto como Hiro de hecho no lo sabían pero tenía músculos firmes gracias a esto del baile del cual era un profesional.
- Miguel cállate – dijo el hombre empujándolo a un lado para ver a Hiro – mmm así que este es tu amigo – dijo mirando fijamente a chico quien se sintió un poco estudiado justo como un bicho raro, Adran solo tenía curiosidad por que escucho de él la última vez - es demasiado pequeño – frunció la nariz.
- ¡Oye! – Hiro se sintió súper ofendido por esto, si era algo bajito pero aún tenía 16 él iba a crecer, lo que pasaba es que este hombre parecía una jirafa si eso era, él no era bajito, ok si Miguel era más alto e incluso Tadashi lo seria con su cuerpo humano pero iba a crecer de eso estaba seguro.
- Déjalo en paz Adrián él no va a bailar – Miguel como el caballero que era salió a defender a su pequeño amigo.
- No con esas piernas – señalo burlista solo ofendiendo más a Hiro.
- Sus piernas están bien – rodo los ojos Miguel – solo deja de sabroseartelo con la mirada – le gruño al notar como lo miraba tan insistentemente, el hombre negó con la cabeza murmurando un "con un carajo que no soy gay" dado que este era el rumor que corría por las calles dado su amor al baile.
- Da igual tomaras a Emilia – dijo agitando la mano.
- Creí que yo bailaría con Elena – respondió con un puchero.
- Eso era antes de que ella te viera – dijo cansado – sabes que está enamorada de ti – le dijo burlón a lo que Miguel solo jadeo cansado y Hiro lucia muy interesado en esta nueva Emilia.
- Puta madre – murmuro con una mueca.
- ¿Quién es Emilia? – pregunto Hiro curioso no tuvo que responder pues en un instante una mujer alta y rubia pero de tez un poco morena se acercó a ellos, de hecho le pareció un poco a Honey pero todo parecido murió cuando ella hablo.
- No pienso bailar con ese enano – murmuro molesta lanzando una mirada de desdén a Hiro.
- Está bien Emilia lo aras conmigo – dijo de mala gana Miguel y todo el rostro de la chica cambio entonces.
- Oh Miguel – dijo ella abrazándole y besando sus mejillas dejando esa marca de lápiz rojo en su piel – finalmente alguien a mi altura con buenas habilidades y no este despojos de barbaridad.
- Traducción alguien que aguante a la jirafona – murmuro uno de los chicos que llegaban al escenario, Hiro no pudo evitar reír ante eso por lo que la mujer le lanzo una mirad de odio.
- Bien suficiente de charla a sus puestos – aplaudió el hombre que daba las órdenes ahí – Hiro tu para ahí – lo llevo como un niño pequeño – solo siéntate y no distraigas a nadie.
Hiro vio el espectáculo más extraño de su vida fue fabuloso, maravilloso las chicas con sus grandes faldas ondearlas de aquella forma y Miguel bailando como un profesional, sonriendo de oreja a oreja y diablos lanzando esas miraditas a su pareja de baile, ok eso tal vez no fue tan bueno.
- Lo siento – murmuro cuando de las chicas casi lo pisa por lo que se levantó y se hizo a un lado pero bueno el ensayo ya había acabado.
- Está bien cariño – sonrió ella con calidez justo como si fuera un niño pequeño, si bien tenía 16 pero no era un niño.
- ¿quieres intentarlo? – pregunto otra de las mujeres que había estado bailando cerca de el
- No negó levantado las manos – el baile no es lo mío.
- Bueno debes tener otras habilidades – sonrió ella suavemente.
- De hecho es un genio – dijo Miguel apareciendo junto a ellos con lamentablemente Emilia de su cuello literalmente colgando de su cuello como una sanguijuela chupasangre – tiene 16 y está por terminar de acabar la universidad.
- Aun me falta un año – suspiro – perdí un semestre por estar perdiendo el tiempo pero si un año más y termino en la universidad – dijo con orgullo sorprendiendo a las chicas.
- Está en esa universidad de Cerebritos – dijo jalándolo en un abrazo para disgusto la mujer colgada de él.
- Es todo un genio pero que lindo – empezó a apretar sus mejillas con dulzura una de las mujeres.
- Que dulce – dijo otra uniéndose a los pellizcos.
- Muy bien ya basta no me lo magullen – murmuro Miguel sacando a las mujeres que solo rieron por esto – lo siento por ellas mira cómo te dejaron tomatito – dijo Miguel cuando estas se habían marchado e incluso llevado a su acosadora, Hiro solo sobo sus mejillas pobres mejillas magulladas – son muy entusiastas.
- No siento mis mejillas- murmuro haciendo una mueca – y no me llames así – frunció la nariz al apodo pero sabía que Miguel lo seguiría haciendo de todos modos lo hiciste bástate bien – murmuro después no muy seguro de cómo darle un cumplido.
- Lo que tú digas mejillas dulces – le guiño un ojo – te dije que tome clases de secundaria – bromeo con una sonrisa notando las dulces mejillas enrojecidas por las atenciones de las chicas, la música empezó a sonar otra vez entonces adrián parecía estar discutiendo con los del sonido, Miguel miro entonces a Hiro el chico que lucía parado ahí un poco torpe y decidió hacer una tontería – aquí es facilísimo – dijo Miguel acercándose, Hiro noto las gotitas de sudor cayendo por su piel canela entonces, lo peor de todo o mejor era el aroma, su sudor incluso ese tenia impregnado el dulzón de su sudadera, aquel que amaba tanto- solo debes relajar sus hombros – lo tomo entonces de estos y sacudió con suavidad para soltarlo – espalda firme y pecho levantado – dijo bajando por sus costados jalándole para que sacara el pecho – y aquí – lo tomo entonces de las caderas para mantenerlo firme – no debes mover de la cintura para arriba - sonrió Hiro jadeo ante eso dejándose hacer con suavidad - relájate Hiro – murmuro el acercándose a su rostro para susurrar bajito empezando a mecerlo sin notar que la música se había detenido.
- ¡Bueno uno más pero hora con vestuario! – dijo aplaudiendo el coreógrafo rompiendo el ambiente, ambos chicos se separaron en un brinco luciendo realmente avergonzados – espera Hiro– le informo al verlo alearse del escenario – necesito un favor – le miro suplicante y Hiro miro a Miguel como no entendiendo y este tampoco tenía idea de lo que quería por lo que finalmente asintió.
El jamás debió decir que si pues diez minutos después estaba en un estúpido vestido si un estudio vestido, el pretexto fue que al parecer tenia cuerpo de chica, "no Hiro" había refutado la costurera "no es que tengas cuerpo de chica si no que Rebeca tiene tu cuerpo que es diferente", claro como si eso salvara su masculinidad, no lo hacía y como la mujer necesitaba verlo puesto para terminar los últimos detalles y los demás estaban ensayando Hiro se quedó ahí con el vestido puesto modelándolo mientras los demás bailan afuera, bueno al menos no tenía que fingir que no estaba mirando fijamente a Miguel y nadie iba a verlo ahí cierto.
Claro que no porque al parecer el ensayo termino y la mujer lo había dejado ahí porque su comadre le llamo y el chisme estaba bueno y el parado como idiota sobre el banquito no podía bajarse solo por miedo a pisar el vestido, la estúpidamente larga falta y romperse la boca lo peor de todo Tadashi no estaba por ningún lado, seguramente Tadashi de traidor estaba viendo a las bailarinas.
Entonces sufriendo en silencio las chicas lo encontraron y cuándo se dio cuenta estaba rodeado de ellas diciendo lo adorable que lucía y sus mejillas otra vez fueron atacadas, el dolor, mucho dolor, esto debió ser el infierno.
**************
"El que quiere pretender olvidar
Y nunca llorar y nunca llorar
El querer pronto puede acabar
El amor no conoce el final"
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- Miguel canta algo hermoso – pidió Emilia suspirando junto a él, el chico se había puesto el vestuario enserio y lucia divino el traje de mariachi, era negro con detalles dorados - por favor – suplico ella.
- No lo sé Emilia – murmuro el cansado, el bailar sí que lo agotaba – no estoy de humor – dijo levantado la vista a donde las risas venían solo para quedar petrificado pues ahí estaba Hiro rodeado de las mujeres luciendo un vestido a juego, el estúpido vestido rojo en detalles dorados y blancos que además le sentaba de maravilla – pa' su madre – murmuro el viendo cómo se acercaban.
- ¿Luce divino no crees? – pregunto Emily con una sonrisa malévola – como una pequeña muñeca de esas chinas para vestir.
- Mátame por favor – murmuro Hiro lanzándole una miradita suplicante de ayuda.
- Tú de rojo y yo de antojo – murmuro en español sintiéndose estúpido porque aquí todos hablaban español, menos Hiro según el por lo que todas las mujeres empezaron a reír todas menos la tal Emilia.
- ¿Qué? – Hiro le miro confundido porque no logro captar toda su oración.
- ¿Qué rayos llevas puesto? - dijo intentando esconder la vergüenza de su desliz anterior - doña Rosita sabe que andas jugando con el vestuario porque te advirtió que te jalara de las orejas – dijo totalmente serio un poco preocupado por las orejitas de su chinito.
- Ella me obligo a usarlo luego ellas me trajeron aquí – se quejó sin notar la reacción de Miguel – ayúdame a quitarme esto – murmuro tratando de alcanzar el cierre aún su espalda doblándose y sacando el pecho – ¡Miguel! – llamo pero este solo lo miraba empezando a reír – deja de reírte – hizo un puchero.
- Hay dios - siguió riendo – estas usando un vestido – se burló más – joder descuida Hiro – lo abrazo entonces – eres la chica más linda de aquí – siguió burlándose para consternación del niño con las chicas riendo igualmente.
- ¡Oye! – murmuraron algunas chicas indignadas.
- Bien – rodo los ojos – eres el chico travestido más lindo de aquí - rectifico sus palabras y todas las demás mujeres asintieron llamándole lindo, cuando Hiro estaba a punto de explotar alguien llegó corriendo.
- ¡Lo hice! – grito la mujer con dramatismo – llegue al ensayo – dijo aliviada cuando vio a Hiro en lo que obviamente era su vestido - ¿porque esa chica tiene mi vestido? – pregunto confundida – hay dios me sacaron de la presentación - dijo indignada empezando a sollozar para salir corriendo.
- Rebeca espera – dijo una de las mujeres – Adrián, Rebeca está llorando – llamo al hombre distraído que de inmediato salió a buscar a la mujer – mejor te quitamos eso o el pancho será más grande - diciendo esto le bajo el cierre haciendo que el vestido callera, Miguel se giró entonces avergonzado creyendo que estaría en ropa interior pero no era así solo estaba en camiseta y con sus pantalones aun en su lugar.
- Estoy vestido idiota – murmuro Hiro al notar su reacción.
- Uno nunca sabe - dijo Miguel, empezando a reír – hay que cuidar tu virtud – dijo en broma.
Emilia interrumpió entonces murmuro algo sobre que Hiro debía regresar el vestido y prácticamente empujo al chico con tal prenda el joven corrió a hacerlo porque la costurera empezó a gritarle y mejor no se arriesgaba a que le jalaran las orejas, recordaba que tía Cass lo hacía cada que se portaba mal y no era bonito, por lo que se fue, cuando regreso Miguel estaba ahí con esa mujer encima quien parecía una sanguijuela colgada de su cuello mientras este canta una canción suave y tranquila.
Se quedó ahí escuchado la melodía hasta que finalmente entendió la letra.
"Y es que todos sabemos querer
Pero pocos sabemos amar
El amar es el cielo y la luz
Ser amado es total plenitud"
Miguel levanto la vista entonces sonriente mirándole directamente a los ojos mientras cantaba esas líneas que mandaron una extraña satisfacción a su cuerpo como electricidad recorriéndole, Hiro regresó la sonrisa sonrojado como un tomate y la mujer en los brazos de Miguel intento llamar su atención pero era imposible ambos estaban en una pequeña burbuja donde solo estaban ellos dos.
"Es el mar que no tiene final
Es la gloria y la paz
Es la gloria y la paz"
Un clic se escuchó entonces, apenas si audible, fue un milagro que Miguel reaccionara levantando la vista para notar como una de las luces del escenario se tambaleaba, no lo pensó solo empujo a la mujer en sus brazos con fuerza sacándola del camino, Hiro vio entonces la lámpara caer justo donde antes estaba ella, apenas si reacciono tan metido en su ensoñación no presto atención a sus instintos, a aquellos que había desarrollado siendo un superhéroe, cristales rotos y chispas volaron por todos lados, gritos de las chicas que miraron horrorizadas el accidente.
Alguien gritaba, Miguel escucho su nombre ser llamado con insistencia, pero el dolor en su pecho era más grande, abrió los ojos y vio a Hiro quien lucía realmente preocupado, él sonrió, no pudo evitarlo ver a ese chiquillo que siempre le gruñía tan preocupado por el incluso cuando sabía que no iba a morir le causó cierta satisfacción, intento respirar pero la pesada lámpara aplastaba sus pulmones, seguramente se había perforado uno lo que sería una perra al curarse.
Intento decir algo tranquilizarle con una sonrisa al menos pero por la reacción de Hiro debió salir más como una mueca de dolor, algo finalmente saco la pesada lámpara de su pecho y pudo inhalar una bocanada de aire, lo que fue una pésima idea dado que el dolor aumento, sin poder evitarlo escupió sangre al intentar hablar lo que comprobaba su teoría tenía un pulmón perforado, Hiro solo jadeo más asustado ante esto, la sangre ya estaba filtrándose en la madera del escenario.
A los lejos alguien llamaba ya a una ambulancia, podía escuchar murmullos y a Hiro gruñirle a Adrián e incluso mirar a Baymax suplicante para que hiciera algo, trato de reír, demasiado drama para alguien que en dos horas cuando mucho estaría completamente curado.
- Tengo desfibriladores en mis manos, despejen- murmuro el robot listo para darle una descarga, Miguel trato de detenerlo pues eso no iba ayudar se estaba desangrando internamente y puede que no fuera doctor pero definitivamente sabia de heridas por lo que una descarga eléctrica solo lo mataría, la primera descarga se sintió como el infierno todos sus órganos quemándose, la cantidad de electricidad fue demasiada incluso para una simple resucitación – despejen – volvió a repetir el robot y ahora Miguel miro con horror a su "salvador" baymax no tenía expresiones y sin embargo había un rostro, un carcomido y quemado rostro mirándole con odio desde el rostro de Baymax, toda un aura maligna emanaba de dicho robot y Miguel se sintió estúpido de no notarlo antes – despejen – dijo, intento gritar pero solo broto sangre de sus labios, su pecho se agito violentamente, Hiro grito empujando a Baymax quizás reclamando algo, entonces murió.
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"El querer es la carne y la flor
Es buscar el obscuro rincón
Es morder, arañar y besar
Es deseo fugaz, es deseo fugaz"
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- Por dios don Chava tiene que enviarme ahora – dijo dramáticamente Miguel al pequeño hombre sentado en su computadora que apenas si tecleaba con dos dedos – soy una parca no debería estar tanto tiempo aquí – gruño molesto.
- Todos sabemos que lo eres Miguel – rodo los ojos el pequeño hombre – pero el sistema colapso, una planta petrolera exploto en el golfo de México y con el terremoto de la ciudad de México que además afecto a Oaxaca hay demasiado muerto – gruño señalando por la ventana, Miguel suspiro mirando cómo había filas y filas de personas intentando entrar llenado todas las terminales del puente, y cada momento aparecían más y más muertos a las afueras que confundidos eran conducidos a formarse.
- Bueno si me envían de regreso tal vez pueda ayudar – dijo tratando de sonar calmado.
- Buen intento – sonrió el viejo mirándolo de sus lentes – pero tendrás que esperar como todo el mundo no eres el único – murmuro señalando la otra pared – tengo dos parcas más que quedaron estancadas aquí también y ni siquiera están vivas como tú – suspiro el hombre - créeme la muerte está muy ocupada para venir a escuchar tus lloriqueos –agrego adivinando la próxima queja de Miguel.
- Usted no lo entiende – dijo entonces desesperado – él está en peligro – lo miro suplicante – hay un espíritu muy peligroso cerca de el – insistió explicarle – intento matarme debo detenerlo.
- Entonces no debiste morir en primero lugar – lo miro burlón – mira mijo intentare ayudarte pero te lo digo el sistema colapsara – y diciendo eso apretó botones haciendo que todo el sistema se apagara – y te lo dije.
Miguel soltó un jadeo de frustración y miro por la ventana como las almas seguían y seguían llegando pero eso no le importo necesitaba regresar, su pequeño Hiro estaba en peligro.
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"El que ama no puede pensar
Todo lo da, todo lo da
El que quiere pretender olvidar
Y nunca llorar y nunca llorar"
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Hiro miro con horror como Miguel yacía muerto en un charco de sangre, entro en pánico porque no importa si el volvería definitivamente ver a tu mejor amigo morir no era fácil, por lo que en su pánico zarandeo y grito a Tadashi quien se limitó a decirle que no había nada que hacer, entonces llegó la ambulancia y tras revisarlo lo llevaron al hospital, aun algo agitado llamo a su tía en sollozo y sin pensarlo dos veces subió a la camioneta del "tío" de Miguel con rumbo al hospital, cuando llego no lo dejaron verlo, aun luchaban por revivirlo hasta que finalmente dijeron que pudieron estabilizarlo.
Tadashi escucho con resentimiento como habían logrado mantenerlo con vida pero este chico no reaccionaba, estaba en coma y realmente no pensaban que iba a sobrevivir, había recibido tres intervenciones quirúrgicas, una para cauterizar las perforaciones en sus pulmones, otra para reacomodar sus costillas y la última extraer la mitad de su hígado dado que estaba completamente calcinado, encontraron fragmentos de metal y vidrio en su cuerpo, e incluso una bala en su abdomen que según los doctores no debió estar ahí sin causarle alguna molestia.
Cuando finalmente lo dejaron verlo Miguel estaba conectados a tubos casi como en esas viejas películas, los doctores le informaron que el tejido estaba tan dañado que no pudieron utilizar el hidrogel ya que sus células parecían muertas y aun que el latido de su corazón era débil ninguna función biológica se registraba, Miguel debía estar completamente muerto para estas alturas y sin embargo su corazón se negó a detenerse, Hiro no era doctor no comprendía nada de lo que decían pero si entendió una cosa, Miguel estaba muerto, su corazón latiendo era lo único que quedo activo para que no lo mandaran a una morgue y aun que no entendía por qué sabía que era para que el despertara en cualquier momento solo que Miguel no lo hacía.
El no despertó esa noche ni a la mañana siguiente.
Hiro salió del hospital obligado por su tía, había pasado toda la noche al lado de la cama de Miguel, esperando no pudiendo soportar tener a alguien cercano en esa situación, sus amigos lo esperaban afuera del café, su tía abrió dejándoles pasar y Baymax apareció por las escaleras saludando a todos con un inusual felicidad en su tono de voz, pero nadie lo noto, todos estaban más preocupados por la reacción de Hiro que por el robot parlante, Honey sonrió a él y Hiro salto en sus brazos, la noche anterior esta fue la última en llegar, no la culpen estaba en medio de una cita, su primera cita en desde lo de Tadashi, resulto que si ella y Tadashi salían en secreto, cuando este murió ella decidió mantenerlo en secreto aún más hasta que comento casualmente la semana pasada sobre este chico botánico que la invito y tras que Fred comenzara a animarla, quien al parecer era el único que sabía que ella y Tadashi salían, ella acepto muy animada.
Así que anoche ella llego al último en un bonito vestido de noche acompañada de un pelirrojo muy confundido pero amable, el chico les dio su espacio y aun que se ofreció quedarse con Honey esta negó y le dijo que se marchara, acepto solamente porque Baymax accidentalmente derramo el café que traía para tía Cass en su espalda al chocar con él, pero el joven no se lo tomo a mal solo sonrió y se marchó de ahí prometiendo volver a llamar, era un buen chico pero ahora Hiro no tenía humor para pensar en eso.
- Él va a estar bien – dijo Gogo revolviendo sus cabellos – Miguel es fuerte.
- Como un mala hierba que se niega a desaparecer – completo Fred a lo que Gogo le dio un manotazo por su comentario - ¿Qué? Tú lo dijiste la otra vez – murmuro sobándose el brazo donde le había golpeado.
- Lo sé- gruño de mal humor apenas si notando como Baymax dejaba un café junto a él, Hiro lo miro pensativo era solo café, sin leche sin el estúpido corazón que Miguel siempre le ponía – es solo que no sé por qué tarda tanto – murmuro tras un largo rato.
- ¿tardar? – pregunto Honey confundida escuchándole, Hiro se tensó recordando que nadie sabía que Miguel era una parca y por lo tanto debería revivir pronto por lo que decidió cambiar el tema a algo más alegre.
- Así ¿qué Noah eh? – pregunto curioso intentado cambiar el ambiente tan tenso.
- O si eso si me interesa – dijo Fred con una sonrisa acomodándose mejor en la silla.
- No creo que sea el momento – respondió Honey.
- Nada de eso – dijo Hiro bebiendo el café y haciendo una mueca ante lo amargo que estaba – es el momento perfecto si Miguel estaría aquí quería escuchar todos los detalles.
- Eso mismo digo – Fred apoyo - ¿Cómo estuvo su cita? bueno antes de ser interrumpida.
- Yo – dijo titubeante.
- Si no hablas ahora juro que revisare sus antecedentes – amenazo Gogo con una sonrisa.
- Bien – suspiro ella – fue maravilloso – dijo soñadora – es tan lindo cuando – y pronto el tema cambio totalmente a Honey y su cita casi perfecta, Hiro sonrió cortésmente, asintiendo ante cada comentario y aunque realmente no quería escucharlo esto era mejor que estar lamentándose por Miguel, era tonto muy tonto.
Miguel era una jodida parca él no podía morir y seguramente despertaría en cualquier momento sin ningún rasguño, tal vez solo estaba siendo melodramático tirado ahí, fingiendo para hacerle una estúpida broma o simplemente porque era un idiota, si se dijo para tranquilizarse, Miguel estaría bien entraría por esa puerta y cantaría alguna de sus estúpidamente hermosas canciones con su estúpidamente perfecta voz y su sonrisa encantadora, joder como lo detestaba.
- Auch – dijo Honey rompiendo sus pensamientos, la chica estaba agarrándose el codo mirando al robot con desconfianza – Baymax ¿acabas de darme toques? – pregunto no muy segura.
- Mi programación no me permite dañar a un ser humano – dijo mecánicamente pero todos notaron una pisca de sarcasmo por parte del robot, quien se había acercado para poner un jugo cerca de Honey y ahora se alejaba de la mesa.
- Eso fue raro – murmuro Wasabi – creo que acaba de utilizar el sarcasmo – dijo no muy seguro mirando al robot que parecía limpiar insistentemente una mesa.
- Es baymax amigo – dijo Fred tranquilo – tal vez tiene un circuito desprendido o algo – se encogió de hombros – no pasa nada.
- Hiro – Gogo murmuro entonces sin dejar de mirar al robot que parecía escuchar su conversación desde lo lejos – ¿no dijiste que baymax intento revivir a Miguel ayer? – pregunto curiosa.
- Si – suspiro el – uso sus desfibriladores ¿Por qué preguntas?
- Es un asistente médico y uso desfibriladores para un paciente con posibles hemorragias internas – dijo dudosa lanzando una mirada a todos.
- ¿Qué estas tratando de decir? – Hiro ya no le gustaba como sonaba esto.
- El no reacciono al Auch de Honey – murmuro sospechoso también Wasabi girándose también mirar al robot que ahora parecía entretenido con otras cosas.
Hiro miro a bymax, no a Tadashi, a su hermano en el robot quien había estado actuando muy raro últimamente, pero esto era estúpido cierto, Tadashi jamás dañaría a nadie, no a alguien como Miguel y mucho menos a Honey sin duda el toque fue la electricidad estática o algo así, no había nada que preocuparse, Hiro solo bufo ante eso y descarto la idea sobre algo malo en su bot, pero mientras bebía su café, amargo café no pudo dejar de pensar en el día anterior, en Miguel sonriendo mientras bailaba con la mujer mirándole, en como Baymax estaba detrás de bambalinas, la sospecha había sido sembrada en su corazón.
Sus amigos se despidieron pocos minutos después, la tía Cass le ordeno ir a dormir un poco y bueno realmente estaba cansado por lo que así lo hizo, no pudo dormir mucho, no con la inquietante pregunta en su mente por lo que dos horas después Hiro salió por su ventana dado que Tadashi estaba abajo con su tía en el café, no estaba preocupado porque su hermano jamás dañaría a su tía, por lo que salió de ahí y tomo el tren rumbo al viejo centro comunitario.
Fue recibido por abrazos y mirada de confort por los "tíos" de Miguel él tuvo que sonreír y manejar tanta atención de mala gana hasta que finalmente dejarlo entrar al escenario, casi siente ganas de vomitar al ver la sangre aun impregnada en el suelo, Adrián apareció entonces murmuro algunas cosas en español que no logro captar y finalmente lo ayudo a revisar la iluminación, las vigas de acero que habían sostenían las luces estaban completamente cortadas no fue un desprendimiento, no fu un accidente, algo muy filoso y fuerte había cortado la lámpara para que cayera sobre Miguel.
Alguien intento matarlo, Hiro no pudo evitar el estremecimiento en su interior, porque reconocería este corte en cualquier lado, hace exactamente dos meses adapto un pequeño láser a baymax, ayudaría en su misión como asistente medico e incluso como súper héroe, levantar cosas pesadas no era solo algo eficiente, cortar y cauterizar heridas en un santiamén también lo era, Baymax tenía un láser para eso, uno muy parecido al de Wasabi y esta lámpara había sido cortada con esta, descubrir la trayectoria tampoco fue difícil debajo, tras bambalinas alguien a la altura de su robot había disparado su laser para tirar la lámpara, no quiso aceptarlo, realmente no podía creerlo pero no había duda alguna, Tadashi intento matar a Miguel.
Regreso a casa con más dudas que respuestas solo para encontrar a una breve discusión entre su tía y Tadashi, algo que lo confundió aún más.
- Err tía cas- llamo suavemente – ¿está todo bien? – preguntó tentativo.
- Hiro – dijo ella mirándole confundido – creí que estabas arriba durmiendo, como sea pensé en cerrar temprano para ir a ver a Miguel pero Baymax no me deja, ¿quieres hacer algo? – señalo al terco robot que parecía tan inocente como siempre.
- Visitar a Miguel es innecesario – hablo el robot y Hiro podía escuchar el desdén en su voz – el hospital lo atiende bien.
- Vez de lo que hablo – dijo su tía con cansancio.
- Tía cass –dijo Hiro entonces sin quitarse de la puerta – porque no vienes aquí conmigo – sonrió tranquilamente – y salimos.
- No – dijo entonces Baymax
- No salir como al hospital – negó la cabeza Hiro con inocencia- salir a cambiar el letrero con las especialidades – fingió una sonrisa – Baymax tiene razón no es necesario visitar a Miguel.
- Estás loco Hiro – dijo su tía confundida- esta mañana no querías despegarte y ahora impelente estas con baymax.
- Solo ven conmigo tía Cass – dijo apretando los dientes más cuándo la mujer dio un paso Baymax la tomo del brazo.
- No – dijo el robot asustándole – nadie va a salir de aquí – y ahora ya no había esa pequeña voz melodiosa, la mujer lo miro confundido trato de zafarse pero su agarre se hizo cada vez más apretado dañándole.
- ¿Baymax que pasa? – jadeo ella – suéltame ahora – ordeno más el robot no la miro su vista estaba a fija en el chico en la puerta – Hiro – llamo su sobrino.
- Hiro – llamo igualmente el baymax solo que ya no era la voz de Baymax, Cass jadeo con miedo reconociéndole, el terror empezando a filtrarse en sus huesos sin saber por qué – ven aquí – y la voz era de Tadashi, en una fría y muerta orden.
Recontra mierda, pensó Hiro esto se había salido de control, no quiso admitirlo pero Miguel tenía razón, quizás, solo quizás no fue una buena idea dejar a Tadashi aquí tanto tiempo.
Hiro se acercó entonces muy lentamente para no hacer enojar a Tadashi con una sonrisa tranquila en su rostro más cuando este quiso darle la mano Hiro lo empujo pero no pudo tomar a su tía a tiempo por lo que esta la llevó consigo, ella grito asustada, Hiro empujo una mesa en direcciona baymax con una patada pero la mesa reboto en el estómago suave del robot y en un intento de detener a la mujer que intentaba zafarse la aventó con fuerza hasta el otro lado de la habitación, Hiro vio a su tía caer contra una mesa rompiéndola totalmente inconsciente.
- ¡Tía Cass! – grito distrayéndose yendo a por ella entonces una sombra se cernió sobre él y con miedo vio que Tadashi está ahí mirándole pasiblemente, los ojos brillando a rojo.
Esto estaba se veía muy mal, pero este era Tadashi, su querido hermano mayor y el jamás le haría daño, cierto.
¿Cierto?
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El que ama no puede pensar
Todo lo da, todo lo da
El que quiere pretender olvidar
Y nunca llorar y nunca llorar
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La mujer suspiro mirando a Miguel acostado lleno de tubos, lucia extraño y nada agradable verlo así pero de nuevo esto parecía ser lo que lo mantenía vivo según los estúpidos doctores, estuvo tentada, detener su corazón y así acabar con este juego que ya empezaba aburrirle, tanto bailar alrededor uno del otro empezaba aburrirle, pero Miguel era tan insistente seguía luchando en el otro lado para ser enviado de vuelta y tarde o temprano se daría cuenta que lo estaba deteniendo por capricho.
Ella trono sus dedos, entonces su Miguel regreso.
Despertó con un jadeo ahogándose con los tubos en su boca, de inmediato se los quito casi vomitando al bilis en su estómago, de inmediato apretó los dientes al intenso dolor en su cuerpo, sus cotillas, sus pulmones, todas las quemaduras internas todo se estaba curando en ese momento, fue tan doloroso, había esperado que todo estuviera curado cuando despertara, al parecer no fue así, parpadeo un par de veces quitándose las lágrimas de dolor que tenían en sus ojos cuándo finalmente la vio, la muerte estaba pálida y tranquila con una pequeña sonrisa lo saludo.
- Ahora si te tomaste tu tiempo flaca – murmuro con un mal sabor de boca aun dolido por los tubos en su garganta, la mujer miro entonces afuera por la puerta y Miguel asintió entonces – si debo irme algo definitivamente no está bien – y sin decir nada más salió de ahí robando algunas ropas de enfermero sin mirar atrás, tenía que proteger a Hiro.
El no vio la sonrisa sarcástica de la muerte.
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El querer pronto puede acabar
El amor no conoce el final
Y es que todos sabemos querer
Pero pocos sabemos amar
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Hiro estaba empezando a dudar, en los segundos que Tadashi lo miro fríamente con esos ojos rojos tuvo un muy mal presentimiento, su hermano se inclinó entonces, la regordeta mano listo para sujetarle una silla se estrelló entonces contra un lado del robot desequilibrándolo y distrayéndolo un tiempo, pero no fue mucho Tadashi se levantó entonces totalmente furioso, todo el enorme Robot giro para mirar a su atacante al igual que Hiro.
Miguel estaba ahí se veía jadeante, con sudor en su cuerpo seguramente correr hasta aquí del hospital, la ropa azul le hacía parecer un enfermero, definitivamente venia del hospital, no tuvo tiempo de alegrarse por verlo despierto dado que Tadashi levanto una mano intentado electrificarlo con su desfibrilador, pero Miguel esta vez lo esquivo y aun que pateo su rosto con ceros resultados al menos lo intento, la enorme mano lo agarro entonces se un tobillo y lo lanzo hasta el otro lado de la habitación para sacarlo del camino.
- ¡Tadashi no! – grito Hiro al ver tal cosa - ¡Basta! – suplico el Robot giro entonces en su dirección listo para hacer lo que fuera que planeara cuando Miguel salto detrás con un par de cuchillos que uso para rasgar el traje de baymax en la espalda, el enorme globo se desinflo entonces.
- ¡corre! – le grito este dándole tiempo, tomando a su tía se levantó para correr a la cocina dado que Baymax bloqueaba la puerta y eso era mejor que nada – mierda – gruño al ver como toda la blanca cubierta caía dejando el armazón que realmente daba más miedo que Baymax modo malvado, en que estaba pensado al hacer eso era obvio que no iba a hacerle daño alguno, era un jodido robot poseído, carajo Miguel ubícate - ¿hey amigo? – dijo con una falsa sonrisa – no sé si lo has notado pero realmente creo que no deberías estar aquí – en respuesta el robot dio un manotazo en su rostro casi rompiéndole al mandíbula por suerte lo mando a volar justo a la puerta de la cocina donde vio a Hiro poniendo a su tía a un lado a salvo.
Levantándose de golpe corrió a cerrar la puerta sosteniéndola con su cuerpo con Hiro ayudándole.
- No entres en pánico – murmuro Miguel y Hiro iba a decirle que no estaba en pánico pero parecía que se lo decía más a el que a Hiro – voy a sacarles de aquí – murmuro – en una pieza – gruño – solo necesito... diablos – gruño sintiendo el empuje del robot detrás de la puerta - ¿regresa al más allá idiota? – le grito molesto – Karmi ya está en paz no deberías estar aquí – repitió porque era el único poltergeist que se le ocurría.
- No es karmi – murmuro Hiro jadeante confundido porque Miguel pensara eso.
- ¿Quién es el experto aquí? – dijo con sarcasmo – ¿si no es Karmi quien es entonces genio? – más antes de que abriera la boca el robot hablo.
- Hiro – llamo con una voz extraña para Miguel pero conocida para Hiro – abre soy yo – dijo lamentable – Tadashi, solo quiero que seamos una familia otra vez – Miguel abrió los ojos con sorpresa recordando las extrañas conversaciones con Hiro hace unos días, este era su hermano y al notar como el chico no lucia sorprendido lo sabía, lo que le faltaba un jodido espira vengativo justo en sus narices y él ni lo noto.
- Es Tadashi y no pensabas decírmelo – le miro acusador totalmente enojado y traicionado – ¿estás loco? – la puerta volvió agitarse entonces y Miguel empujo más su espalda - ¿no me escuchaste antes?
- No quería dejarlo ir – acepto en un susurro - lo extrañaban y yo...
- Tu no pensante idiota – gruño con frustración, lo que le faltaba un espíritu vengativo que había estado aquí desde hace dos años no es de extrañar que pudiera apoderarse de un robot esto sería muy difícil - te dije que esto no era natural, está mal – y mientras decía esto intentaba pensar cómo salir de este lio.
- No puedes no se ¿tranquilizarlo? – dijo tentativo pero otro golpe en la puerta le hizo darse contra esta en la cabeza por los que Miguel le miro como si fuera estúpido.
- No soy psiquiatra de fantasmas chinito – respondió con un rodar de ojos - voy exorcizarlo y no será bonito – murmuro esto último.
Miguel había visto esto muchas veces, lamentablemente solo había un camino para el en este momento, debía exorcizarlo y por lo regular significaba desenterrar el cadáver y quemar sus huesos, al menos eso haría si fuera humano, gracias a dios no tenía que hacerlo ya que en primera era un trabajo muy cansado y estaba aquí atrapado y segunda Tadashi fue malditamente incinerado por lo que el espíritu se estaba aferrado a alguna pertenecía en la casa, esperaba no fuera el café, o de lo contrario todo el lugar terminaría en llamas, recordó entonces una cosa, la gorra de Tadashi, aquella que Hiro atesoraba como nunca, si eso debía ser, ahora solo debía alcanzarla y quemarla, yep súper fácil dado lo que estaban pasando.
Sin embargo quemar la gorra, obligar a Tadashi al otro lado no resultaría bueno para el espíritu no ahora que estaba lleno de ira, solo había un lugar al que sería enviado con esa cantidad de odio y dolor.
- Él es mi hermano – dijo molesto – no nos lastimaría insistió aun cuando afuera Tadashi intentaba derribar la puerta.
- Claro por qué está intentando entrar aquí para darnos un lindo abrazo – respondió con sarcasmo Miguel empujando con fuerza la puerta – tienes que entenderlo Hiro – grito – esa cosa no es tu hermano y tengo que deshacerme de él.
- ¿Qué vas a hacer?- pregunto dudoso de saber la respuesta.
- Tendré que mandarle al infierno – murmuró – no hay otro camino.
- ¡No! – grito empujándolo la puerta se rompió entonces, un fuerte golpe de karate por parte de Tadashi la arranco de las bisagras, Miguel fue empujado con tanta fuerza con Hiro, pero la parca había levantado los brazos y para absorber el impacto a la pared contraria, Hiro abrió los ojos aquellos que había cerrado al escuchar el golpe, vio el brazo extendido de Miguel y como el otro le rodeaba de la cintura, deteniéndole cerca de su pecho, manteniéndole a salvo de estrellarse contra la pared, el jadeo entonces, la mano que se apoyaba en la pared para detener su impacto debía tener una fisura si no es que fracturada, además la espalda de este aun había recibido la fuerza del golpe.
El miro a Miguel con sorpresa el chico solamente apretó los dientes y soltó un jadeo silencioso.
- ¿Estas bien? – pregunto en un suspiro ahogado, Hiro no tuvo tiempo de responder pues en un instante Miguel fue arrancado de su lado para ser arrojado contra la entrada de la cocina como un trapo viejo.
- Él es mío – rugió Tadashi con voz tétrica que helo los hueso, sus ojos rojos llenos de ira – es mi familia - gruño intentando tomar a Hiro, el chico se alejó asustado aventando charolas y bandejas, no quería hacerlo no atacar a baymax.
- Tadashi- llamo susurrante – por favor Tadashi soy yo, somos tu familia, mira a tía Cass – jadeo acercándose a la mujer que inconsciente en el piso seguía sin reaccionar – por favor para.
- Mi familia – dijo el robot
- Si tu familia.
- Abandone a mi familia – murmuro sombrío entonces- no volverá a pasar – Hiro jura que vio a Tadashi sonriera algo increíble dado que no tenía boca pero aun así había alegría en su voz como si hubiese descifrado un gran misterio – vamos a mantenernos juntos ahora – hablo levantando la mano, la jodida mano donde él había implementado el láser, estúpidas actualizaciones – pronto estarán conmigo – Hiro jadeo incrédulo aquí estaba Tadashi, su hermano, su preciado hermano mayor dispuesto a matarles para mantenerlos juntos, fue aterrador.
- Hey malvavisco gigante – Miguel apareció entonces abrazando su abdomen en la puerta llamando su atención, Hiro estaba casi seguro que estaba inconsciente en la otra habitación pero no ahí estaba con una sonrisa estúpida en su rostro - lamento informarte que tu visa expiro – dijo casualmente levantando la gorra que mantuvo escondida en su espalda – te veré en el infierno bastardo – escupió las palabras.
- ¡Nooooo! – grito Hiro desde donde abrazaba a su tía inconsciente en el suelo pero ya era muy tarde Miguel levanto la gorra de Tadashi prendida en llamas.
El robot pareció confundido al principio, poniendo nuevo énfasis en aquel idiota, trato de dar un paso en su dirección cuando sintió quemarse, un fuerte alarido se escuchó entonces y humo traslucido salió del baymax, finalmente Tadashi dejo de caer al robot inanimado al suelo y Hiro pudo verlo, el fantasma pálido de su hermano gritaba quemándose en llamas otra vez fue una total pesadilla en un parpadeo su hermano se extinguió sin dejar rastro solo las cenizas de la gorra a los pies de Miguel.
Tadashi había sido enviado al infierno.
"Y es que todos sabemos querer
Pero pocos sabemos amar"
Notas:
Tía Cass si tiene un cuarto lleno de cuchillos en la serie...
Amar y querer mi canción favorita de José José, quien se sepa la versión matemática de esta se gana un premio.
Travestir a Hiro, no sé por qué pero me gusta hacer eso con todos, digo si vestía Carlos con un vestido y con ropa interior femenina en otro fic porque no a Hiro, además Miguel ya lo hizo y es canon, vestido como Frida así que Hiro éntrale.
Baymax siendo poseído en fase malvado muajajajajajaaj que divertido fue lol.
No sé si sea malo darle reanimación por desfibriladores a alguien con desangramiento interno pero definitivamente darle voltios extras definitivamente mata a alguien, además de darle quemaduras internas todo fallaría, sus órganos etc, no soy paramédica pero sé que primero deben atender las hemorragias y aquí Baymax corrió a darle desfibrilación cuando obviamente no la necesitaba.
Al parecer el corazón puede latir por sí solo no necesita necesariamente los impulso del cerebro por eso durante los trasplantes a veces late afuera, pero no soy doctor no me crean.
Preguntas?
Ideas??
Gomitas??
Canciones???
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