Capítulo 5: Viejos amigos
Capítulo 5: Viejos amigos
Notas: las frases eran "¿Y a poco crees que porque ando repartiendo besos, se me van a acabar? ¡Ni que fueran canicas!" Pedro Infante y "A mí me gustan, tiernitas, como las Calabacitas" Tin Tan obviamente las adapté, lo siento pero no soy buena con los coqueteos y piropos, otros me los invento.
Las llamas lo habían consumido todo, fue como un deja vu, las llamas, la escuela ni siquiera se había dado cuenta que había empezado a hiperventilar, él no tenía problemas con las explosiones, ni los incendios era un jodido superhéroe pero estar en el mismo lugar rodeado de estudiantes, todo simplemente detono un amargo recuerdo en su mente, no reacciono hasta que Miguel a su lado lo sacudió preocupado Hiro jamás estuvo tan agradecido de verlo pues pudo aferrarse a sus brazos para no caer entonces un rayo veloz amarillo paso a su lado rompiendo definitivamente su ataque de pánico, no hubo muertes algunas y aun que llamaron a los bomberos, Hiro tuvo que fingir que no conocía a la súper heroína de color amarilla muy veloz, por suerte Honey apareció y apago el fuego con alguno de sus bombas químicas, más el daño ya había sido hecho.
A la mañana siguiente los bomberos seguían manteniendo el lugar cerrado buscando el dichoso origen del incendio, Hiro vio con tristeza así como otros estudiantes que todo por lo que habían trabajado ese año se fue a la mierda, la feria era mañana y no había ningún trabajo rescatable, esta tuvo que ser cancelada, al principio todos culparon a Hiro dado que él ya había causado un incendio antes, mas al ver lo destrozado que estuvo su proyecto, pero luego se confirmó que de hecho no estaba en el lugar antes y aceptaron que fue un muy trágico accidente, aun había uno que otro que insistía que el invento de Hiro era un fraude y por eso ocasiono el incendio para cancelar todo, más que nada eran chicos que habían escuchado a Karmi hablar sobre el fraude que era Hiro.
A Hiro pudo importarle menos todo su trabajo y el de sus amigos destrozado, lo peor no tenía un respaldo así que todo se perdió, su tía intento animarlo con sus amadas alitas picantes, incluso Miguel, pero por primera vez se sintió como un fracasado, esa feria era su oportunidad, si Alistair Krei le había asegurado miles de veces que tenía un lugar en su compañía que solo dijera el momento y zaz laboratorio con lo último para sus inventos, pero Hiro quería ganarlo, terminar la escuela hacer su pasantía y todo como un chico normal por lo que se sintió como un fracaso al ver que no podía hacer eso, ni siquiera cuando Miguel lo invito al centro comunitario quiso salir.
Por su parte Miguel fue muy curioso Hiro había mencionado que no había forma de que una falla eléctrica causara el daño y otra cosa más Honey estaba segura de haber instalado retardantes en todo el laboratorio como una medida extra de precaución estos solo no se activaron por el humo, ni siquiera las precauciones tomadas por la escuela funcionaron, como si simplemente fueran desactivadas, era extraño las circunstancias por lo que Miguel no pudo dejar de pensar que algo raro pasaba así que nuevamente regreso a la escuela a investigar.
Cuál fue su sorpresa al ver a Dante esperándolo en donde los laboratorios personales estaban, desde ayer exactamente habían terminado la cuarentena y estaban abiertos nuevamente por lo que Miguel entro a hurtadillas fue extraño entrar nuevamente a ese lugar que brillaba como un hospital impecable y eso le dio más mala espina, el ambiente estaba muy tenso, había una electricidad extraña en la atmosfera, escucho un ruido pequeño y después Dante salió corriendo por el pasillo deteniéndose en una puerta, el casi esperaba estar equivocado.
Hiro Hamada, decía la puerta dándole ganas de gritar, tenía razón el poltergeist estaba detrás de Hiro, tal vez por eso ataco a Karmi para que lo culparan, de alguna forma este ente se había molestado con él y ahora estaba destruyendo su laboratorio como si destruir media escuela no fuera suficiente, con cuidado abrió la puerta solo para notar como una niña pequeña tiraba todo objeto en la habitación.
- Hey tu – llamo pues no esperaba ver a una niña, la chica se detuvo entonces giro lentamente la cabeza y Miguel confundido inclino la cabeza – ¿karmi? – preguntó por qué aquella chica era una versión más joven de Karmi y definitivamente todo hizo clic entonces – maldición no – la niña grito entonces todo su rostro deformándose a una mueca de terror, piel pálida y grisácea se convirtió enormes pozos negros donde deberían estar sus ojos, la oscuridad remplazó su boca – ¡puta madre! – grito cuando el impacto del ataque lo golpea contra la pared, miles de papeles salieron volando entonces, libros arrancados de sus páginas y miles de bocetos volando contra él, las piezas robóticas y demás no se hicieron esperar todos atacándoles.
Miguel solo cerro los brazos sobre su rostro cubriéndose, esto estaba mal no era un poltergeist normal como los que atrapaba siempre, no era un fantasma de alguien muerto que podía enviar al descansar en paz, no, esto era un ente creado a partir de un ser vivo, energía negativa acumulada por una persona viva y expulsada dictada por sus emociones, era muy peligroso y casi siempre lastimaba a su propio anfitrión, lo que explicaba por qué el saboteo contra Karmi y el ataque en su propia casa, esa niña había formado durante años esa energía y ahora gracias al coma había tomado más fuerza.
Miguel salto justo a tiempo antes de que un escritorio golpeara contra él, rodando en el suelo se puso a salvo contra una pared al lado de la puerta y cubrió sus oídos ante otro chillido de terror de la niña, Dante ladraba a su lado incesantemente enfrentando al espectro amenazante, un enorme guante que parecía ser del tamaño de Baymax salió volando entonces golpeando al perro que chillo dolido, Miguel de inmediato se acercó a su compañero y tras revisarlo que no estaba herido palmeo su cabeza con cariño.
- ¡Suficiente! - grito levantándose y parándose en la puerta – ¡es suficiente karmi! – y su voz se volvió grave, el ente se congelo entonces, sus facciones volvieron a convertirse en las de una niña y con terror retrocedió, y no era para menos, Miguel ya no lucia humano, bajo su capucha para que esta viera un cráneo completamente blanco brillante, ojos completamente negros y dientes sin carne alguna – solo para – dijo la voz aun grave al momento de levantar su huesuda mano, el ente retrocedió otro paso dándose cuenta de quien tenía al frente, Miguel no era la muerte misma pero era lo más cercano en ese lugar, por lo regular sus palabras lograban tranquilizar a los espíritus, a aquellos que querían escuchar, en otros la mayoría estaban tan dolidos y eran tan violentos que Miguel debía llevarlo a la fuerza al otro lado.
Pero Karmi no estaba muerta y si la obligaba a cruzar recolectaría su alma, no, negó con la cabeza, Karmi no estaba lista para morir aun no, él lo sabía, no pregunten por que era una sensación que fue agudizando durante los años de hacer ese trabajo, tenía que detenerla si pero no de esa forma.
- Tienes que ir a casa niña – llamo otra vez sobresaltándola tratando de no lucir muy amenazante, pero un esqueleto en sudadera no era exactamente tranquilizador – te llevare a casa – insistió, el ente con cuidado y con miedo debatió antes de tomar su mano con suavidad en cuanto la sostuvo, todo el dolor de este desapareció y Miguel sonrió cálidamente, se giró entonces para mirar a Dante y tocar el marco de la puerta con su otra mano, este se ilumino de inmediato, al cruzar por este se encontraron en el hospital – ve – ordeno con suavidad empujándole al cuerpo de la chica que dormida entre tubos conectados a su cuerpo – es hora de despertar Karmi – dijo, la niña pareció dudosa miro a la chica en su cama y a Miguel y negó con la cabeza – no tengas miedo – tato de tranquilizarle, nadie te culpa – sonrió animándola – vamos.
El ente asintió entonces, se acercó a la cama y miro a la joven acostada sonrió para después ver a Miguel y pegar su frente contra esta, en instantes la niña se desvaneció en una luz blanca, Miguel esperaba que karmi despertara más siguió igual, suspiro al ver que tardaría un poco más en despertar pero sonrió tras un buen trabajo hecho, se giró entonces para regresar cuando noto que el portal se había cerrado y que de hecho era humano otra vez.
Un humano invasor en el cuarto de una niña en coma, fantástico, Miguel se dispuso a escapar poniéndose su capucha cuando un papel cayo de esta, ni siquiera la miro solo la hizo bolita y guardo en su bolsillo, había algo más importante ahora.
Llego a casa molido finalmente había logrado encargarse del poltergeist que amenazaba a Hiro y a una chica inocente así que estaba feliz, Miguel se dejó caer finalmente en su cama, Dante ladro a su lado el perro había regresado a casa en cuanto lo vio desaparecer con Karmi, traidor y este se levantó para darle algo de comer, tenía hambre también pero estaba mucho más cansado por lo que solo quito sus zapatos y lanzo a la cama otra vez, Dante volvió a ladrar regañándole por dormir con la ropa puesta, el suspiro pero tenía razón se quitó la sudadera roja y la lanzo por algún lado.
A la mañana siguiente uso agua fría para despertar mejor esa mañana durante su ducha y comió los restos de china sospechosos en el refrigerador, pero otra vez no le importo, salió por la ventana cuando al empezar a caminar por el callejón sintió frio, metió las manos en sus bolsillos notando un papel, era el mismo que se pegó a su ropa tras el encuentro con el poltergeist, anoche no había tendió tiempo de verlo pero si esto pertenecía a Hiro debía devolverlo, lo desdobló por curiosidad notando como era lo que parecía era el diseño de un traje muy parecido a los superhéroes de los comics, sabía que era familiar, lo había visto antes pero no pudo ubicarlo, se encogió de hombros dando se cuenta que ya era muy tarde y salió corriendo en dirección al trabajo guardando el papel ya se lo entregaría más tarde pensó.
Él no lo hizo ese día, ni al siguiente tampoco.
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Tras llegar al trabajo noto como su jefa intentaba sin éxito alguno sacar a su sobrino de la habitación y como buen chico quiso ayudar.
- No te esfuerces Miguel – suspiro su tía – Hiro no quiere bajar – negó – dios otra vez no – murmuro cubriendo su rostro, no quería que su niño volviera a cerrarse nuevamente, esa vez no era tan grave pero en definitiva sabía que de alguna forma Hiro se culpaba, todo había sido muy extraño y ahora esto.
- Creo que puedo pensar en algo – dijo decidido - ¿puedo? – pregunto y la mujer solo asintió cualquier cosa para que Hiro no entrara nuevamente a su trance de ermitaño– ¿Hiro? ¿Estás ahí? Soy yo Miguel.
- Vete – gruño este desde la puerta negándose a abrirla, Miguel solo tomo eso como un reto y Hiro suspiro al escuchar paso alejarse pero estos nuevamente volvieron a escucharse de regreso.
"Déjame verte llorando
Déjame estar a tu lado
Cerquita de tu alma
Juntito al dolor"
Hiro se sobresaltó entonces levantándose de la cama al escuchar aquellas notas y la voz de Miguel cantándole detrás de la puerta incluso se pegó más a la puerta para poder escucharle cantar atraído por su voz, no quería ser feliz, no lo merecía y sin embargo ahí estaba ese chico idiota insistiendo para que abriera la puerta.
"Déjame verte llorando
Quiero secar este llanto
Que estas derramando
Por un mal amor"
Ok eso fue sucinte el no lloraba por un amor, Hiro abrió la puerta de golpe y Miguel cayo de espalda al suelo, parece ser que estaba recargado en la puerta mientras tocaba.
- No estoy llorando por un mal amor – gruño.
- Lo sé – sonrió bobalicón con aquella bella sonrisa que Hiro odiaba-amaba tanto – pero te hice abrir la puerta – dijo triunfador al ver la vergüenza en el rostro de Hiro.
- ¿No tienes platos que limpiar? – pregunto molesto.
- ¿Y tú, inventos ridículos por hacer? – pregunto igualmente – ¿o vas a seguir llorando por los rincones?
- No estoy llorando –suspiro sabiendo que no ganaría eso - ¿Qué quieres Miguel?
- Saber cómo estas – dijo finalmente levantándose y bajando la guitarra a un costado suyo – tía Cass está preocupada – Hiro bufo ante eso y salió a sentarse a la cama cruzado de brazos, Miguel tomo eso como una invitación a entrar y de igual forma se sentó a su lado – también estoy preocupado – dijo y Hiro le miro confundido por aquellas palabras – sé que no has contestado las llamas de Honey y bueno – y ahí estaba otra vez Honey dios Miguel tenia siempre que mencionarla, amaba a su amiga pero últimamente odiaba escucharle decir su nombre por lo que frunció su nariz molesto – aquí – dijo el tocado ente sus cejas – aunque luces adorable haciendo eso – Hiro se retiró al instante al sentir su dedo tocarle – me gusta más cuando sonríes – termino en una sonrisa y Hiro no pudo evitar sentirse otra vez así de extraño, como mariposas en su estómago y sonrojarse por sus palabras – aun que tu imitación de un tomate es genial también – dijo burlón.
- Eres un idiota – Hiro lo empujo de la cama rodando los ojos, mas no pudo evitar sonreír.
- Y ese es el Hiro que más me gusta – dijo Miguel entre risas - ¿quieres que toque otra canción para ti? – dijo sentándose en el suelo y meneando las cejas – para entrar en ambiente.
- No sé qué ambientes quieras – negó Hiro – pero ya es suficiente de canciones – Miguel lo miro indignado por esto – ¿qué tal un videojuego en su lugar? – y dijo eso levantándose para tomar uno de los controles.
- Oh chinito prepárate para tener tu lindo trasero pateado – dijo Miguel aceptando el control.
- Ya lo veremos Mariachi – término con un tono mucho más burlón sentándose también en el suelo.
Abajo en el café, Cass suspiro tras escuchar las risas de sus chicos, miro a Baymax que la saludo y se encogió de hombros.
- Bueno baymax creo que perdí a mi ayudante por el resto de la tarde – le sonrió ella – ¿listo para ayudarme? – pregunto con una sonrisa.
- Ayudar me hace un mejor asistente médico – fue su respuesta, lo que complació a la mujer quien le puso un mandil de inmediato y comenzaron a atender las mesas hasta que Baymax tiro algunas mesas al no poder pasar entre ellas.
- Lo siento – se disculpó de inmediato con el hombre cuyo café se había derramado en sus pantalones por el bamboleo de la mesa – le traeré otro enseguida – y sacando una taza de prácticamente de la nada sirvió otra taza de café en ese instante.
- Gracias Cass – dijo amablemente el señor – lo siento – se disculpó al notar que lo había dicho en voz alta totalmente avergonzado – yo escuche a su hijo llamarle así.
- ¿hijo? – pregunto confundida – Hiro – se respondió a si misma – él es mi sobrino – negó con la cabeza – está bien los clientes no acostumbran llamarme por mi nombre olvídelo – sonrió ella.
- ¿No hijo entonces? – pregunto con un brillo peculiar en el rostro.
- No solo un sobrino ladrón de trabajadores de medio tiempo – murmuro lo último molesta.
- Hiro no es un ladrón – Baymax pareció escucharla porque salió en defensa de su paciente/amigo/compañero de lucha contra el crimen – tiene un amplio respeto por las leyes y espera que se cumplan – la mujer suspiro en su dirección rodo los ojos.
- Es una expresión – dijo ella – no importa – volvió su expresión al cliente – le traeré un bagel de cortesía – y diciendo esto salió corriendo para traerle dicho pan.
- Es Dave – murmuro el hombre en cuanto el bagel estuvo frente a él llamando la atención de la mujer – mi nombre es Dave – dijo con una tímida sonrisa.
- Mucho gusto Dave – sonrió ella – soy Cassidy pero eso ya lo sabias obviamente me acabas de llamar hace un momento – empezó a balbucear – lo que sea por complacer a un cliente regular a quien por cierto agradecemos su preferencia – un golpe de algo rompiéndose se escuchó entonces y ella dejo de hablar - ¡yo voy! – grito como costumbre alejándose del cliente para nuevamente entrar en el caos de servir ella sola en su café, más vale que Hiro aprecie el sacrifico de prestarle a su Miguel.
Mientras ellos jugaron videojuegos toda la tarde Miguel perdió el tiempo y cuando la tía Cass fue a ver que sucedía escuchar a su sobrino reír fue suficiente para no querer interrumpir, fue ya muy tarde y solo porque la mujer apareció en la puerta con bocadillos y que afuera ya había oscurecido que Miguel se levantó de golpe para salir corriendo ante el ladrido incesante de Dante en la ventana, Hiro no quiso decirlo pero no quería verlo irse.
La sonrisa en su rostro no pudo desaparecer aquella noche.
A la mañana siguiente Karmi despertó del coma.
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Hiro estaba de un extraño buen humor había bajado de su cuarto con felicidad y ni siquiera los coqueteos "molestos" de Miguel lo pusieron de mal humor de hecho cuándo el chico lo llamo la perfección andante Hiro empujo suavemente a Miguel para tomar su bagel y salir de ahí a sus clases, ese día fue de los buenos los laboratorios personales fueron entregados y aun que la feria se canceló Hiro decidió volver a empezar de cero concentrarse en sus clases y tal vez empezar un nuevo proyecto, ni siquiera el desorden en su laboratorio vandalizado le quito el buen humor.
Si fue extraño pero pensó que habían sido algunos alumnos culpándole sobre el incendio ya que todavía había susurros a su alrededor y el ambiente era deprimente por Karmi mas no podía evitar sentirse feliz, entonces durante el almuerzo con sus amigos todo se arruino.
- Te juro que escuche música Honey no fue mi imaginación – repitió Fred levantando los brazos – vamos Gogo apóyame
- Lo siento Fred – dijo la joven reventando una burbuja de chicle- yo no escuche nada – negó ella.
- ¿pero lo escuche? – insistió.
- ¿de qué hablan? – pregunto Hiro acercándose curioso.
- Sobre la patrulla de anoche – suspiro Honey – no pudimos evitarlo – empezó ella y lucia realmente triste.
- ¿evitar que? – pregunto más confundido.
- No viste las noticias – dijo Wasabi buscando en su teléfono para mostrarle – aquí mira.
Hiro tomo el teléfono aquella noticia que hizo que su buen humor desapareciera empezó a reproducirse, al parecer anoche durante la madrugada un viejo almacén en los muelles se había incendiado y derrumbado dando como resultado la muerte de dos personas, en el video se podía ver una grabación de cómo sus amigos Gogo, Fred y Honey quienes tenían patrulla esa noche trataban de sofocar el fuego y rescatar a los civiles.
- ¿Qué fue lo que paso? – pregunto totalmente serio su buen humor esfumado.
- Parecía un problema normal – empezó Honey – iba extinguir el fuego empecé con un retardante pero entonces – suspiro.
- Hubo una explosión no sabíamos que aún había gente atrapada y simplemente no pude llegar a tiempo con ellos, era sacar a Fred de ahí quien mantenía la estructura en pie con su fuerza – señalo dado que el chico vestido de dinosaurio sostuvo un pilar clave en el almacén para sacar a los trabajadores nocturnos – creí que todos habían salido realmente no escuche nada más y entonces tuve que salir con Fred.
- Te digo que había música – insistió Fred – era suave y tranquila y ese aroma extraño, dulce – insisto el joven súper héroe – justo antes de que Gogo me sacara de ahí el aroma se intensifico y luego.
- Llevabas una máscara –señalo Wasabi – no podías oler nada además era un almacén de partes robóticas no había nada que pudiera causar el aroma dulce que mencionas – le aclaro – y la música menos.
- Estoy seguro de lo que escuche – se cruzó de brazos el rubio de mal humor, Gogo solo negó a su lado y Hiro volvió a ver el teléfono donde la noticia se repetía.
Dos muertos, había dos personas que no podría salvar y aun que Fred siguió dando insistiendo en aquella música y aroma no fue hasta que entraron a la cafetería de su tía y Miguel puso una taza de té frente a Hiro con una sonrisa muy coqueta que Fred señalo su taza como la fuente del extraño aroma muy parecido a lo de anoche.
Hiro miro su taza y observo el mismo color naranja además del pétalo flotando sobre esta, un té especial que Miguel solo preparaba para él según su tía ya que lo ayudaría a tranquilizarse, intento negarlo y simplemente no prestar mucha atención a las palabras de Fred pero entonces su tía hizo sonar un video mostrándoselo a una de las clientas que era su amiga, el video de la fiesta de cumpleaños tomado por Baymax y ahí Fred volvió a gritar "eureka".
- Una guitarra – dijo Fred aplaudiendo – eso fue lo que escuche una guitarra pero no eléctrica – Hiro no pudo dejar pasar más eso, una era una accidente dos eran coincidencia, tres un patrón el miro detenidamente a Miguel que pareció absorto a la conversación y definitivamente ya no estaba de buen humor.
La sospecha regreso en ese instante.
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Si había algo que Hiro amaba tanto como la ciencia eran sus patrullas nocturnas, era mucho más fáciles que ayudar en el día, a la luz del día siempre había gente curiosa vigilando sus pasos, no es que no cediera ayudar a quien pudiera en un segundo gracias a lo portátil de su traje guardado en su brazalete Hiro podía transformarse en un superhéroe en 0.5 segundos que Baymax llegara con él era otra cosa pero por lo regular siempre estaba con él, lo malo durante el día siempre había gente grabándole con sus dispositivos o policías intentando interrogarle y todo el mundo esperaba conocer quién era en realidad incluso se había llevado invasiones a su espacio personal de chicas rescatadas que terminaban en besos sobre su casco, Karmi había sido una de ellas, gracias a el por este casco, así que Hiro intentaba hacer lo suyo lo más rápido que podía e irse de ahí antes de ser abrumado con fotografías, preguntas o besos de sus "fans", Fred amaba esa atención, Wasabi también aun que él era bueno ocultándolo al menos Gogo estaba de su parte y también le resultaba molesto, Honey ella era un traidora que pensaba que era dulce.
Por eso la noche era su momento favorito del día para patrullar, sobrevolar su zona con Baymax, cuidar y proteger y lo mejor de todo es que no tenía que huir de la escena podía simplemente quedarse y revisar el lugar por más pistas, como amaba la patrulla nocturna, había empezado esa patrulla Wasabi en el comunicador bromeaba con él o simplemente estaban discutiendo esos arreglos nuevos para su traje o el del Fred, enserio otra vez el chico tenia cada idea disparatada.
Wasabi murmuro algo sobre unos chicos sospechosos en un callejón pero se negó a tener su ayuda, Hiro sabía que estaría bien no era como si Wasabi no supiera cuidarse por lo que le deseo buena suerte siguió su vigilancia rodeando la ciudad, Bymax hablo entonces señalo en dirección al enorme puente colgante de la ciudad donde un automóvil pareció perder el control recuperándolo de inmediato, Hiro vio entonces dos figuras borrosas parecían al borde de este.
"van a causar un accidente" pensó Hiro por lo que apuro a Baymax a ponerse al día y llegar a tiempo antes de que alguno callera por el puente o un auto realmente chocara atropellándoles lo cual era seguro dado que parecían acercarse nuevamente al carril, un enorme tráiler se impactó entonces justo en el lugar donde había estados las dos figuras volcándose, Hiro ladro ordenes separándose de Baymax para sacar al conductor mientras el robot detenía a los demás automóviles para no causar un efecto domino.
Vio al conductor desmayado en la cabina por lo que usando su fuerza forzó la puerta doblándola lo suficiente para sacar al hombre y ponerle a salvo, entonces recordando a los dos hombres llamo a Baymax para darle al herido y salir en busca de las otras dos personas, no creía que pudieran sobrevivir a tal choque pero de nuevo su trabajo era asegurarse, el enorme robot lo detuvo diciéndole que era muy peligroso pero el insistió en las dos personas entonces Baymax dijo algo que lo confundió.
"El conductor del camión es el único herido en este accidente Hiro, no había más personas involucradas"
Las palabras se sintieron como un bandejaso de agua helada pues él estaba seguro que vio algo, asintiendo al robot dado que sus sensores nunca se equivocan se dio la vuelta para llevar al hombre a la ambulancia que ya estaba ahí, entonces un aroma dulzón lleno el ambiente, giro bruscamente reconociéndole apenas, su casco por lo regular tenía un filtro, el humo o gases tóxicos podían dañarle por lo que añadieron uno de estos, lo malo era que muchos no podían entenderle cuando hablaba con él por lo que su casco subía hasta su nariz cada que necesitara comunicarse con un oficial de policía así que mientras entregaba el herido a un paramédico su casco subió y el aroma lo golpeo.
Ni siquiera termino de hablar con el hombre solo regreso dos pasos al accidente al dar un tercer paso Baymax lo jalo del hombro y una gran explosión envolvió el camión, el humo y fuego lo cubrió todo, los policías ladraban órdenes y Baymax que había sido integrado con un extinguidor lanzo la espuma ayudado un poco.
Entre las llamas restantes, entre el humo negro y chispas avivadas por el viento nocturno Hiro puede jurar que vio alguien, ahí en medio del caos había un hombre, su capucha ceniza cubría su rostro a sus pies había otro hombre parecía inconsciente pues la mano, una huesuda mano lo sostenía de su camisa, la capucha se levantó lentamente y por una fracción de segundo Hiro observo lo que era un cráneo de cuencas vacías que parecían helarle el alma un dedo se elevó entonces, huesudo y blanco brillante poniéndose en sus dientes en un signo mundial de silencio, tan pronto como le observo toda la visión se esfumo en una lluvia de pétalos naranja, él puede jurar que incluso escucho el ladrar de un perro.
No hubo nada, cuando el fuego se extinguió, cuando los bomberos llegaron a revisar el asunto Hiro ya estaba parado donde la figura desapareció, solo encontró un pétalo, uno naranja chamuscado, tras llegar a casa y revisar el video en los recuerdos de Baymax pudo verlo, él no lo imagino ahí había dos figuras justo antes del choque, el no pudo descubrí quienes eran y los sensores de Baymax no encontraron señales de vida aparte del conductor, era como si no existieran.
Miguel por su parte gruño lanzando su sudadera negra a la basura apenas la había comprado y ya estaba inútil tras el impacto de un camión, como odiaba los días así, se suponía que sería fácil tratar con el espíritu de un suicida del puente que se aparecía cada siete años causando graves choques uno detrás de otro por lo que era su única oportunidad, cuando finalmente logro acorralarlo el maldito hizo que un tráiler le pasara por encima por suerte lo atrapo a tiempo, entonces busco el alma de aquel desdichado que conducía encontrando para su sorpresa que había sido salvado, sintió curiosidad además de que iba a reclamar su alma más la muerte apareció sobre la cabeza del hombre negándole, así que Miguel suspirando sabiendo que este era uno de ellos, de las pocas muertes que podían ser evitadas por lo que podía vivir, él se encogió de hombros regresando a buscar a su encargo y decidido a llevarlo al mundo de los muertos directamente.
Tomo al hombre que ya estaba tirado a sus pies y suspirado se levantó ajusto su capucha ya destruida y levanto su mano para tronar sus dedos y entrar al otro mundo cuando se sintió observado levanto la cabeza para ver a un tipo en un traje extraño, como esos superhéroes de comic, como un astronauta purpura esterilizado, el hombre tenía la mitad de su rostro descubierto y realmente parecía que lo miraba, Miguel pensó que era estúpido creer que lo conocía, levanto su mirada una vez más esta vez asegurándose que lo viera para asustarlo, más al no verlo huir levanto su dedo a sus labios para callarle y trono los dedos de su otra mano desapareciendo en una lluvia de pétalos junto a su acompañante, Dante ladro a su lado al escucharle llegar al otro mundo y Miguel sonrió llevo al hombre jalándole de su camisa hasta donde esperaría hasta que la muerte decidiera si dejarlo ahí o en el infierno dado su tendencia a causar accidéntenles cada siete años.
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Yo soy el mismo de siempre
Sigue sangrando la herida
Que un día de la vida
Me dio tu querer
Sigo buscando consuelo
Sigo pidiéndole al cielo
Que seas en mi vida
Lo que ya no fue
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Hiro despertó en su habitación, la noche anterior había sido extraña, con este ser extraño y el aroma, el mismo aroma que Fred insistía haber olido, el mismo que encontró en la casa abandonada, mas confundido que nunca bajo al café, suspiro al notar que su tía estaba atendiendo mesas y entro a la cocina buscando una café, Miguel lo vio entonces saludo mientras sacaba algo del horno y el solo respondió con una suave sonrisa tentativa, ellos eran amigos, o algo así, aún era extraño, Hiro no sabía cómo sentirse al respecto pero era agradable, entonces Miguel choco con él, tan perdido en sus pensamientos no noto que estaba parado en la puerta, hubo una breve disculpa muy diferente a la vez que se conocieron, Hiro iba a abrir la boca cuando lo noto.
El dulzón aroma naciendo de Miguel, pero el joven ya estaba del otro lado de la puerta colocando los bagels en el mostrador dejándole confundido, no hubo té especial, ahora, volvió a la cocina y no encontró otra fuente de ese aroma, solo Miguel, el extraño aroma que provenía de él.
Hiro salió de ahí muy confundido pero restándole importancia, no fue hasta que más tarde Fred apareció en su laboratorio quejándose sobre que nunca nadie le prestaba atención y como siempre terminaban dándosela ya que algo malo pasaba que Hiro recordó entonces lo de Miguel.
- Baymax – dijo el joven – investiga lo siguiente, número de seguro social, cuantas bancarias, dirección lo que sea que encuentres de Miguel Rivera – pidió mirando al robot que pareció confundido un segundo pero luego asintió.
- Buscando a Miguel Rivera – dijo mecánicamente.
- Wow – dijo Fred dejando de dar vueltas en su silla y acercándose – ¿porque la revisión de antecedentes? – pregunto curioso – esto definitivamente es un grado muy diferente de acoso – sonrió – siempre es más fácil preguntarle ¿sabes? – dijo bromista – en lugar de investigarlo como un acosador – Hiro solo rodo los ojos ante esto porque Fred no entendía – sé que te gusta pero lo normal es...
- Él no me gusta – lo interrumpió Hiro alarmado sintiendo enrojecer – solo estoy – tartamudeo por suerte Baymax hablo entonces.
- Eh terminado la búsqueda de Miguel Rivera – dijo levantando una mano y su pantalla iluminada – no hay datos existente para Miguel Rivera, pero hay 158 coincidencias para Miguel Rivera Jr, 170 Miguel Rivera Méndez, 84 Miguel Antonio Rivera – y el robot empezó a nombrar a otros tipos que definitivamente no eran el Miguel que buscaba.
- Está bien baymax – suspiro el chico – gracias.
- Esto sí que es interesante – dijo Fred esta vez serio – Miguel no está en la base de datos, como si no existiera, el villano con una identidad falsa se hace amigo de los superhéroes y enamora al más joven de ellos – murmuro sospechoso – justo como en capitán fancy # 169 – dijo alarmado – solo queda algo por hacer.
- Fred basta – lo silencio Hiro – estoy seguro que Miguel no es un súper villano.
- Eso es lo que dijo capitán fancy antes de ser atrapado y casi derretido en acido – dijo alterado, pero Hiro solo suspiro cansado – bien ¿cómo explicas que no exista?
- Tía Cass tiene razón – suspiro cansado – Miguel es ilegal y bueno por eso la identificación falsa – dijo cansado.
- Aun así es muy extraño – dijo Fred sospechoso.
- Y por eso Heathcliff lo investigara – dijo Hiro mirando a Fred desde que el padre de Fred fue convencido para actualizar su base de datos y conectarla con la red era una verdadera mina de información – vamos Fred tienes acceso a más información que Baymax investiga y separa lo innecesario, confió en ti – dijo mirándolo fijamente como si fuera una misión súper secreta de mucha importancia.
- Lo hare de inmediato pequeño Hiro – sonrió este – no permitiré que nadie te rompa el corazón al intentar destruirnos – Hiro rodo los ojos pero asintió para no quitarle el ánimo – iré ahora mismo – y con eso salió de la habitación, Hiro noto también que debía ir a clases volteo a ver a Baymax pero este seguía sacando más y más resultados de la búsqueda por lo que negó con la cabeza y lo dejo ahí, cinco minutos después de salir la pantalla en el estómago de Baymax se detuvo al finalizar la búsqueda.
- 19 resultados para Miguel Rivera año 2020 – dijo el robot a la nada y empezó a reproducir un video, en el un chico apareció, Miguel en un traje de charro rojo en un escenario, los aplausos no se hicieron esperar mientras el entonaba una canción – hola – dijo entonces el robot al notar la figura en la habitación, una hermosa mujer rubia – soy baymax debo pedirle que salga - dijo con cortesía el video aun reproduciéndose pero en silencio - no está autorizada para entrar ... – las palabras de baymax se cortaron la mujer entonces puso su mano en el estómago, junto donde el rostro de Miguel sonreía este se congelo entonces para luego apagarse, el robot pareció jadear entonces se apagó por completo.
Cuando Hiro regreso baymax estaba apagado, en el lugar donde lo había dejado parecía estar reiniciándose lentamente, el confundido miro a su amigo preocupado, entonces al girarse lo noto un pequeño pétalo, naranja intenso, justo como los demás, y aun que no había aroma eso no puedo evitar pensar en Miguel, en el aire la dulce fragancia no existía en su lugar había incienso, un fuerte aroma a soledad que le recordaba la muerte, la misma sensación durante el funeral de Tadashi.
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Esa noche Miguel salió tarde del trabajo, Hiro fue muy inusualmente curioso sobre la música y le pidió mostrarle su instrumento y no, no fue albur el chico realmente parecía interesado en su guitarra y su tía feliz de escuchar a Miguel tocar lo animo, hasta que se hizo tarde y tuvo que despegarse del chico, a la salida la amable mujer agradeció por estar tan pendiente a su sobrino de todo corazón y lo despidió con calidez, Miguel solo abrazo más la correa de su guitarra y sonrió le encantaba esa mujer realmente.
No fue hasta tres calles más adelante que Miguel se dio cuenta que era seguido, al principio pensó que sería un ladrón idiota y ya empezaba a creer que lo apuñalarían esa noche o dispararían, o el que sabe sorprendentemente aun cuando se detuvo para ser alcanzado, si iba a ser asaltado bien podía ser ya su perseguidor no lo alcanzo, bien entonces no era un ladrón tal vez, por lo que empezó a correr y escuchando los ruidos detrás de él se ocultó en un callejón para atrapar al idiota que lo seguía.
El supuesto no tardo en pasar por el callejón por lo que Miguel lo tomo del brazo y empujo contra la pared sacándole el aire y con un brazo en su cuello amenazo con asfixiarlo.
- ¿Por qué carajos me estas siguiendo? – pregunto con voz ronca nada de la amable que siempre usaba.
- Me estas lastimando – jadeo su perseguidor y entonces noto que su perseguidor era un chico muy familiar.
- ¿Hiro? – dijo confundido soltándole, el aludido empezó a toser para aclararse la garganta y tomar aire - ¿me estas siguiendo? – volvió a preguntar ahora más tranquilo.
- No – mintió el joven tras recuperarse – solo salí a caminar – se encogió de hombros tras sacudirse su playera, por las prisas de seguirlo olvido tomar su chaqueta.
- Claro – dijo dudoso cruzándose de brazos – sales a caminar a las diez de la noche en este vecindario – levanto una ceja pues realmente no era un buen lugar.
- No es mi primera vez aquí – dijo como si nada y era verdad, estar en ese distrito no lo era ahí es donde después de todo se llevaban a cabo las peleas de robot a la que ya no iba, tan seguido.
- Escucha definitivamente no debes andar por aquí de noche es peligroso para un niño– le recrimino el moreno - ¿buscas que te apuñalen o algo? – negó con la cabeza.
- ¿Y a ti que te importa? – dijo molesto por ser tratado como un niño.
- Bueno claro que en importa Hiro – rodo los ojos – no puedo dejar que nada malo le pase a esa linda carita – le guiño un ojo y Hiro sintió enrojecer su rostro, dios estaba tan avergonzado por esto, tan confundido con este chico que aun con sus malos tratos seguía siendo agradable y tal vez Gogo tenía razón, después de todo Miguel siempre lo apoyaba en todo le había llevado a ese centro comunitario y comer los tacos más picosos que jamás había probado, dios era un imbécil Miguel era un buen chico y tal vez si le interesaba y aquí estaba el siguiéndolo como si fuera un criminal, tal vez eran coincidencias imposibles, debía definitivamente borrar esas tonterías de su cabeza y ser igual de amable, Hiro sonrió suavemente dejándose guiar por Miguel quien le había tomado de la mano y jalaba para llevarle tal vez de vuelta a casa – tu tía Cass va a matarme- empezó a parlotear más Hiro solo se quedó mirando el fuerte mentón del chico como sus ojos brillaban bajo las luces de colores de la ciudad y aquel mismo e extraño sentimiento le invadió otra vez, nunca jamás alguien se había esforzado tanto para llamar su atención como lo hacía Miguel – no debí aceptar cuando me pidió mantener un ojo en ti – murmuro para sí pero Hiro lo escucho totalmente.
- ¿Qué? – pregunto deteniéndose.
- Nada camina – ordeno pero este se soltó de su agarre y cruzo de brazos no dispuesto a irse hasta que tuviera una explicación - Bien – suspiro - cuando nos conocimos creí que eras un idiota – Hiro lucio ofendido por esto – pero tu tía Cass me explico algunas cosas y pidió que cuidara de ti – se encogió de hombros – acepte porque ella dijo y cito "Hiro jamás ha podido hacer amigos de su edad por sí mismo, ha dependido de Tadashi todo el tiempo y desde que se fue su pequeño mundo no ha cambiado" – cito, Hiro se quedó callado entendiendo esto – estaba preocupada porque no tenías más amistades con las que ser un chico normal – suspiro – supongo que pensó que te ayudaría no hablar de ciencia todo el tiempo.
Miguel siguió hablando hasta que se dio cuenta de la mirada de Hiro, dios había sido tan estúpido, obviamente Miguel no estaba interesado en él, de hecho su tía Cass le había pedido que lo cuidara, ella le había conseguido un amigo porque era tan inútil para conseguir uno, debió saberlo, siempre necesito de otros para relacionarse, primero fue Tadashi, después de todo su equipo no era más que los amigos de su hermano que sintieron lastima del niño solitario, y ahora Miguel, quien fue prácticamente obligado por su jefa para ser su amigo de juegos, por eso se esforzaba tanto en caerle bien, por eso tanto interés.
Debió verlo venir, Hiro era un genio para la ciencia pero un fracaso total con la interacción humana, dos años en la universidad y sus únicos amigos eran los mismos cuatro sujetos, ni siquiera había logrado hacer amistad con karmi y eso que la chica tenía el mismo estreñimiento emocional que él, ante esta nueva revelación Hiro retrocedió un par de pasos impactado y dolido por esto, porque Miguel no quería ser su amigo, solo obedecía a su tía.
- Mierda – gruño Miguel al darse cuenta de cómo había sonado todo eso – Hiro no es lo que estás pensando.
- Lamento ser una imposición - dijo en respuesta – pero tranquilo le diré a mi tía que eres mi mejor amigo aunque no sea verdad – dijo apretando los dientes – no necesitas esforzarte y soportarme todo el tiempo – y Miguel intento acercarlo pero este retrocedió más y salió corriendo.
- ¡Hiro! – grito Miguel pero el chico ya estaba corriendo rápidamente - Puta madre – gruño al darse cuenta que lo había jodido todo, realmente le agradaba Hiro, el chico era listo y un poco arrogante pero bueno era muy gracioso y amaba tanto su pasión por la ciencia, puede que no lo entendiera pero era divertido pasar un rato con él.
Si tal vez inicio como una imposición, Miguel había aceptado salir con Hiro porque su jefa se lo pidió, fue a esa escuela y fingió interés cuando no lo había, se esforzó todo el tiempo para simplemente caerle mejor, pero ahora no tenía que fingir más, Hiro era muy agradable, un buen amigo y tremendamente adorable, ahora lo había jodido, bien hecho Miguel.
Maldiciéndose por dentro este salió corriendo detrás de donde el joven había salido, esperaba encontrarlo antes de que algo malo sucediera, este no era un buen vecindario, lo sabía, él vivía ahí carajo.
- Pero si es nuestro pequeño Zero – Hiro había golpeado contra otra pared, que resultó no serlo dado que reconoció esa voz - ¿huyendo nuevamente? – dijo el hombre enorme tomándole del hombro.
- Hey Yama – sonrió Hiro intentando zafarse, cualquier cosa para poder correr y activar el brazalete de su traje pero el hombre no parecía querer dejarlo ir.
- No te había visto desde nuestra último encuentro – sonrió el – tus robots fueron muy útiles pero ahora mi jefe gustaría hablar sobre esos extraño robot de pelea– dijo el - ¿lo recuerdas?
- La verdad no – negó con la cabeza – lo siento deje eso hace tiempo si me disculpas – intento zafarse.
- Darás un paseo con nosotros – y Hiro empezó forcejear mientras intentaban arrastrarlo a un auto negro.
- Creo que es obvio que no quiere ir ustedes – Miguel apareció entonces por el callejón con sus manos en los bolsillos de su sudadera – sea lo que sea que les hizo lo siente mucho – dijo acercándose cada vez más – ahora lo llevare a casa.
- Miguel no – negó Hiro con la cabeza, pues sabia lo peligroso que era ese tipo, Yama solo empezó a reír al escucharle.
- ¿quién es este? – le pregunto a Hiro que solo abrió la boca sin saber que decir.
- Alguien que no quieres hacer enojar – dijo serio Miguel – creo haberte dicho que lo soltaras – el enorme hombre solo negó con la cabeza, empujo a Hiro a otro de sus dos hombres y levanto un arma a la cabeza de Miguel.
- Vete esto no te incumbe – le dijo y Hiro se ha pánico entonces, demonios pensó rápido debía hacer algo activar su traje y salvarlos antes de que algo malo ocurriera, a la mierda su identidad secreta.
- No – dijo Miguel y antes de que Hiro pudiera alcanzar su muñeca el disparo de un arma le hizo levantar la mirada.
- ¡No! – grito viendo como el cuerpo del joven caía al suelo con fuerza – no... no – repitió forcejeando.
- Que idiota – dijo yama – vámonos – y diciendo eso Hiro fue empujado a la camioneta negra al mismo tiempo la puertas se cerraron y este podía ver por las ventanas el cuerpo tirado en el sucio callejón, Yama abrió la puerta delantera para subirse cuando el cuerpo en el suelo se levantó.
- Puta madre – gruño el joven – ¿sabes lo doloroso que es eso? – pregunto enojado parándose recto, el pequeño hilo de sangre caía por su frente justo donde el agujero del impacto se cerraba – solo por eso ya valiste verga.
Hiro jadeo al verlo ahí, Yama y sus hombres parecían confundidos y tal vez algo asustados por lo que este empezó a disparar a Miguel, mas este solo recibió los impacto de bala gruñendo un poco ante el dolor, todo paso rápido y lento a la vez, Miguel salto entonces sobre el cofre del auto giño un ojo a Hiro que aún estaba confundido por todo y dio un golpe al cristal y luego otro hasta que este se rompió saco al conductor lanzándolo a la pared para luego subir al techo dado que ya le estaban disparando, Yama bajo del auto y una patada de Miguel lo empujo al suelo, el hombre que aun sostenía a Hiro disparo al techo del auto pero en lugar de ser atacado por fuera Hiro le dio un cabezazo y salió del vehículo.
Miguel bajo del auto entonces, había sangre en su cuerpo el agujero en su frente ya era solo una mancha roja y parecía que los otros impactos estaban curándose, mas este lanzándole una pequeña mirada evaluadora se adentró al auto para sacar al tipo y noquearlo definitivamente con otro golpe y sacarlo de ahí, en el suelo Yama empezaba a levantarse buscando un arma, aquella que apunto a Miguel, Hiro al notarlo uso una de sus impresionantes movimientos de artes marciales ocultos y lo desarmo con sus manos, Miguel silbo impresionado paso de largo hasta el enorme tipo para derribarlo al suelo.
- Yama Kobayashi – llamo Miguel agachándose para estar a la par con el tipo en el suelo quien le miro furioso por su derrota – ex peleador clandestino de robots y ahora un yakuza de poca mota – negó con la cabeza sonriendo – te dije que lo soltaras – dijo con una voz profunda casi fantasmal al momento que lo tomaba del cuello con fuerza – estoy seguro que te darían un cálido recibimiento – murmuro ente dientes como una amenaza – deseo tanto hacerlo – apretó su agarre a lo que el hombre jadeo por la falta de aire – pero aun no es tu momento – y diciendo esto le dio un cabezazo para noquearlo – ¿estás bien? – pregunto levantándose a ver a Hiro.
- ¿bien? – pregunto incrédulo – te dispararon y me preguntas si estoy bien – dijo aun conmocionado por lo sucedido – creí que estabas muerto.
- Si lo estuve – lo interrumpió acercándose a él pero Hiro retrocedió, Miguel decidió no acercarse para no asustarlo y en su lugar fue a revisar a los otros dos sujetos – pero siempre regreso – dijo como explicación.
- ¿Qué? – dijo a punto de tener una apoplejía – ¿qué rayos está pasando? – pregunto.
- Soy una parca – Dijo Miguel levantándose de donde había estado tomando el pulso de un sujeto, Hiro miro al joven los cuerpos en el suelo y de nuevo a Miguel por lo que instintivamente retrocedió un poco.
- ¿Ellos están? – preguntó indeciso.
- ¿muertos? – completo su pregunta a lo que Hiro asintió – no aun – negó el – mira voy a explicarte todo pero primero debemos hacer algo con ellos – dijo señalando el auto destrozado.
- No los mates – dijo de inmediato sorprendiéndole.
- Oh no, tengo una idea mucho mejor – sonrió frotándose las manos y tal vez eso hizo que Hiro se relajara frente a un sujeto cuya función era matar personas, una jodida parca.
Sucedió que no los mataron de hecho Miguel quito la ropa de los involucrados luego los subió a la camioneta y llevo a la estación policiaca para tirarlos en el camino y salir de ahí para deshacerse el auto, Hiro quien fue obligado a ayudarle solo gruño mientras empujaban el auto a la bahía para que se hundiera por lo que tuvieron que regresar caminando desde los muelles con frio, todo el camino fueron en silencio Hiro se mantuvo alejado de Miguel dado lo sucedido y este solo lanzaba miraditas a su alrededor puesto que había jodido todo al revelarse con Hiro, dios tendría que huir ahora, sin contar con todos los problemas que tendría con su verdadera jefa, dios esto le daría cien años más a su condena.
Hiro se estremeció ante el frio de la noche a medio camino, estornudando un poco, Miguel al notarlo se quitó su sudadera roja acomodando la guitarra que milagrosamente no sufrió daño alguno y la puso en sus hombros para cubrirlo pero el chico al sentir el contacto salto como un gato arisco.
- ¿Qué estás haciendo? – dijo mirándole con miedo algo que le dolió pues parecía como si este ya no confiara en él, como si fuera arrebatarle la vida con un simple toque.
- Estas temblando – dijo Miguel levantado las manos en el aire – solo quería ayudar – dijo en un susurro.
- ¿Qué hay de ti? – dijo Hiro notando que el chico estaba en camiseta ese día pero este solo se encogió de hombros.
- No me voy a enfermar, tu si – señalo y era una mentira, Miguel podía enfermar pero no moriría, o lo haría pero volvería, mientras Hiro parecía tan frágil que temió que le diera pulmonía.
- Gracias – murmuro Hiro metiendo las manos en la sudadera solo entonces noto al sangre y agujeros en esta por lo que recordó que Miguel, era una jodida Parca que acababa de recibir como diez disparos y no murió, mierda.
- Siento lo de la sangre – se disculpó notando como Hiro hacia una mueca ante eso – yo, mira Hiro – suspiro parándose frente a el para taparle el paso – sé que esto es mucho para procesar y todo pero te juro que no te lastimaría...
- Eres una maldita parca – le interrumpió – matas gente – señalo - ¿vas a matarme ahora? – pregunto asustado nuevamente, algo tonto porque acababa de salvarle la vida.
- Recolecto almas si – señalo – ayudo a que estas lleguen a su destino pero no – negó con la cabeza – no mato gente – suspiro – es más complicado que eso, yo – intento tomarlo del brazo pero el chico solo retrocedió más mirándole con miedo, Miguel se sitio dolido otra vez, sabiendo que había jodido cualquier avance con el chico, si la conversación de antes no lo hizo ahora si - lo siento - suspiro negando con la cabeza, pues ahí iba su único amigo en años nuevamente perdido por lo que era – sé que es difícil de creer pero jamás te haría daño – dijo con firmeza – ni a ti, ni a tu tía Cass – y diciendo eso le dio la espalda para cruzar la calle y alejarse.
Hiro le vio desaparecer el la oscuridad levanto la vista solo para ver que habían llegado a su destino, entro a casa muy callado trepando por la ventana como ya sabía, era más fácil con Baymax pero solo también podía hacerlo, entro a su habitación y reviso a su amigo que estaba cargándose, se quitó la sudadera y solo entonces noto bien el desastre en ella, la levanto para que la luz de la luna pasara por los agujeros y suspiro, estas heridas habían sido por su causa, para protegerlo, se sintió estúpido por temer a Miguel.
Si era extraño, peligroso y definitivamente difícil de creer pero si Miguel les hubiera querido hacer daño ya estarían muertos, en su lugar intento hacerse su amigo, era muy amable y agradable con todos y bueno él no podía morir, por lo que no pudo imaginar cuanto tiempo había estado solo en el mundo, levanto la vista para mirar la gorra de su hermano en su escritorio y suspiro, tal vez debía mirar esto por otro ángulo también.
Hiro no lo noto, pero mientras sus pensamientos se desviaban a su hermano, mientras esos sentimientos de soledad y perdida le inundaban, se había aferrado a la sudadera y su nariz se hundió en el material de algodón, no fue hasta que el aroma metálico de sangre inundo su nariz que se avergonzó por tal cosa, hasta que recordó que aquel peculiar aroma ya lo conocía, miro la prenda con más detenimiento y se enfadó porque se dio cuenta que provenía de Miguel, que era aquel latino el que le hizo recordar a su hermano perdido, aventó la prenda lejos de el para recostarse en la cama negándose a aceptar que el aroma extraño aparte de la sangre era embriagante.
Aquel aroma era único imposible de comparar extrañamente le recordó a la muerte si, pero no de un modo malo o asqueroso no un ambiente tétrico o nauseabundo, sino todo lo contrario, era nostálgico, calmante y relajante, aquel extraño aroma dulzón le hizo sentir aquella nostalgia por Tadashi que combinándolo con el incienso y los granos de café se complementaban, como algo extrañamente perfecto, algo que se había impregnado en la piel de Miguel a través de los años, fue ese mismo aroma que trajo tanta nostalgia a Hiro, aquel que permaneció en la sudadera incluso después de lavarla.
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Déjame hablarte en secreto
Quiero decirte al oído
Que mi último nido
También fracasó
Pero tú no hagas recuerdos
Dale al pasado tu olvido
Y empieza otra vida
Sin ver tu dolor
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Hiro ignoro a Miguel al día siguiente, al principio pensó en no dejarlo solo con su tía Cass pero de nuevo el prometió que estaría a salvo y de algún modo confiaba en Miguel o al menos confiaba en que cuidaría de su tía dado los accidentes anteriores, eso no impidió que saliera corriendo para no verlo, entonces llego a su escuela y Karmi finalmente estaba ahí, escucho que ella había despertado pero hasta ahora la dejaban volver a la escuela, fue extraño, la chica lucia mucho más relajada nada parecido a aquella demacrada joven postrada en su cama, sus mejillas estaban rosadas y sus ojos brillantes además cuando lo vio le saludo e incluso se acercó a ofrecerle una disculpa, era como si Karmi estuviera finalmente en paz.
Dos horas después ella ya estaba hablando sobre cómo le ganaría el siguiente año en su última feria de ciencias y ni todos los accidentes del mundo podrían arrebatarle su triunfo, fue un alivio volverla a ver tan competitiva pero en definitiva sin la hostilidad a él, ese día seguía buscando un diagrama que seguramente perdió por lo que frustrado volvió abrir su mochila buscando más papel para rehacerlo, esperaba que recordara todo.
Entonces la encontró la sudadera de Miguel, aquélla con los agujeros de bala y la sangre seca, ni siquiera noto aventarla a su mochila, negando con la cabeza iba a tirarla cuando el mismo aroma le llego, soltó un suspiro de resignación y con cuidado la acerco a su nariz, olía delicioso, era extrañamente tranquilizante que supo que no se desharía de él, pero también había sangre y pólvora revolviéndole el estómago, asco de recordar el momento en que creyó que Miguel estaba muerto, si ya lo había visto morir una vez pero el creyó que fue una ilusión, esa vez viéndole caer contra el asfalto fue extrañamente terrorífico, así que ver la sangre y oler la pólvora era definitivamente no bueno.
No sabe cuánto tiempo estuvo ahí con sus dedos delineando cada agujero de bala tocando insistentemente la sangre y recordando aquel horrible momento, solo salió de sus recuerdos cuando alguien toco su puerta y una voz le grito que ya iban tarde a su clase, con un nuevo suspiro dejo la sudadera sobre la silla y salió de ahí a tomar clases, solo esperaba poder concentrarse.
El resto de la mañana paso como si nada, todo tranquilo, algunas cosas aburridas, la verdad no presto mucha atención, su mente aun vagaba en los hechos de anoche, en la revelación sobre Miguel y su estado de parca que no comprendió bien, estuvo distraído todo el día por lo que regreso a casa olvidando que ahí estaría Miguel, en cuanto lo vio en el café este huyo a su habitación, escucho a tía llamarlo pero Hiro solo tiro su mochila y trato de hacer algo de trabajo, el no bajo en todo el día, Miguel al verlo pasar de aquella forma solo suspiro y siguió trabajando incluso declino suavemente cuando su jefa le pidió sacar a su sobrino.
En la noche, Miguel salió de ahí no sin antes mirar insistentemente por la ventana de Hiro antes de que el ladrido de Dante fuera más insistente en llevárselo, cuando los ladridos de Dante se detuvieron Hiro supo que Miguel se había ido por lo que se asomó por la ventana para verle partir la amplia espalda de Miguel ya perdiéndose entre las calles le hizo suspirar, recordó entonces la sudadera y corrió a su mochila a buscarla, mas no estaba creyéndolo demasiado usar su traje para recuperar la sudadera que seguramente dejo en la escuela el espero hasta mañana, esa noche ni siquiera puso atención en el patrullaje.
Al día siguiente salió a toda prisa para buscar la sudadera tal fue su sorpresa al no encontrarla, llegándose de pánico empezó a rebuscar haciendo un desorden completo en su laboratorio murmurando insensatamente que ahí la había dejado.
- ¿no es un poco tarde para la limpieza de primavera? - pregunto Karmi tocando el marco de la puerta para llamar su atención, Hiro suspiro mirándole porque no tenía tiempo para lo que fuera que ella quería – a menos que sea limpieza de otoño entonces está muy bien.
- Lo siento Karmi – suspiro cansado – en este momento estoy un poco ocupado.
- Eso veo – sonrió ella – limpiando creo yo – soltó una risita y Hiro trato enormemente de ser amable, la chica acababa de salir del hospital pero era difícil serlo si se burlaba.
- ¿Puedes decirme qué quieres Karmi? – pregunto cruzándose de brazos – para así poder negarme y seguir con lo mío – y ya no le importaba si estaba siendo muy grosero.
- Lo siento - dijo la chica parándose derecha – yo solo venía a darte esto – y levanto entonces la mano detrás de su espalda revelando la sudadera roja que lucía limpia.
- ¿Qué rayos hiciste? – dijo Hiro con demasiado enfado corriendo a tomar la prenda dándose cuenta que ya no estaba manchada de sangre y mucho menos olía como antes.
- Solo le lave – dijo ella asustada por su reacción.
- ¿la lavaste? – dijo iracundo – ¡la has arruinado! – grito.
- Quería hacerte un favor – respondió ya no muy segura de haber hecho bien.
- ¿un favor? – pregunto incrédulo – Karmi estaba mucho mejor cuando me odiabas, eres peor como amiga – soltó sin darse cuenta de sus palabras, la chica pareció herida y Hiro noto entonces lo que había dicho, sintiéndose estúpido por su arrebato de ira – lo siento – suspiro tranquilizándose – es solo que esta sudadera, es importante.
- Realmente quería ayudar – dijo ella aceptando las disculpas – vine ayer a hablar contigo cuando la vi, estaba sucia y bueno rota y pensé que podía arreglarla – ella señalo entonces donde los agujeros habían sido cocidos con una precisión casi quirúrgica, Hiro paso los dedos por las costuras suspirando, su mirada tan concentrada y anhelante que definitivamente la chica noto – es de Miguel cierto – eso no era un pregunta Hiro levanto la mirada luciendo culpable ante eso – no quiero ser entrometida pero creo que lo vi usándola antes de mi accidente – se mordió el labio como insegura de continuar – no voy a preguntar por qué tenía agujeros o manchas de sangre pero sé que es de él.
- Podría ser mía – declaro sabiendo que era imposible que la joven creyera tal cosa.
- Es una talla más grande – ella enarco una ceja ante esto.
- De mi hermano entonces – murmuro.
- El olor – eso sorprendió a Hiro que la miro extrañado – huele diferente, mira – suspiro ella – no sé cómo explicarlo solo siento que ese aroma pertenece a Miguel – Hiro asintió levemente sin saber que el aroma había quedado gravado en el inconsciente de la joven mientras estaba en coma, ella no recordaba nada de aquel entonces pero si el tranquilizante aroma – realmente lo siento no quise molestarte.
- No – negó Hiro – yo no debí – se mordió suavemente el labio inseguro de como continuar la conversación – mira gracias, hiciese lo que yo no pude de lo contrario tendría que tirarla – dijo con una sonrisa.
- Bien entonces te veo en el almuerzo – dijo ella saliendo por la puerta – por cierto – se regresó sorprendiéndole con la sudadera en su nariz pero ella solo negó con la cabeza- voy a ignorar eso pero llegas tarde a clase si no te apuras.
Hiro abrió cómicamente los ojos levanto su mochila y con la sudadera en la mano corrió detrás de Karmi a su clase justo a tiempo para no ser castigados.
Extrañamente ese fue el primer día de su amistad.
******************
No podía evitarlo para siempre, Hiro sabía que tarde o temprano tenía que enfrentar a Miguel, era realmente incomodo llegar al café y pasarlo de largo o ir a buscar alimentos y tomar su plato para correr a ocultarse, incluso su tía le miraba dolida cuando se alejaba por no querer quedarse a comer con ellos, pero Hiro aún no estaba lo suficientemente listo para enfrentar a Miguel, no es que el chico lo empujara de hecho estaba haciendo un gran trabajo dándole su espacio y la verdad ya empezaba a extrañar sus tontas bromas.
Esa tarde como de costumbre casi tres días después de descubrir que Miguel era una parca y por lo tanto no podía morir Hiro escucho la suave música viniendo del café, desde que su tía descubrió el talento musical de Miguel cada vez que podía le invitaba a tocar, por lo regular era ya hasta el final de su turno cuando Miguel estaba por irse la tía Cass lo convencía de quedarse un rato más para tomar un café o una galleta sobrante, esa tarde no fue diferente, Hiro bajo uno a uno los escalones deteniéndose a una distancia segura en la escalera desde su lugar podía ver a Miguel casi de perfil tocando y rasgando suavemente la guitarra, algunos de los clientes incluso estaban prestándole atención, su canción era suave y agradable.
"Alza tu cara de rosa
No porque estás derrotada
Te humilles el alma
Pensando en su amor"
La mirada de Miguel se levantó entonces notándole, Hiro no se dio cuenta que estaba disfrutando eso hasta que aquellos ojos chocolates le miraron con intensidad poniéndole incomodo, ni siquiera había prestado atención a la letra solo quería escuchar su voz, sintiéndose descubierto y avergonzado Hiro bajo el resto de las escaleras y salió de ahí con Baymax pisándole los talones.
Miguel suspiro solamente viendo a Hiro marcharse pero como un profesional termino la canción, negando cortésmente cantar más a las clientas, su jefa lo dejo ir sobre todo porque había notado el intercambio de miradas con Hiro, ella no era estúpida sabía que algo había pasado pero no quería empujar Hiro no era muy abierto con sus emociones y solía encerrarse en la negativa y por mucho que Miguel fuera un chico feliz había cierta tristeza en su mirada que ella simplemente no se quería entrometer, al menos por ahora.
Camino por la calle listo para llegar al centro comunitario donde nuevamente seria interrogado por su "tía" sobre su cara larga y bueno él no quería pasar por eso pero los niños estaban tan emocionados por sus clases que simplemente no pudo decir que no, llegar a la estación fue fácil de ahí solo esperar al tren correcto y ya estaba, las puertas se abrieron para dejar entrar a la gente, Miguel dio un par de pasos para hacerse dentro cuando la gente vacío la plataforma y el enorme robot blanco en forma de malvavisco era muy, obvio junto a él estaba una figura familiar, Hiro estaba ahí con su mochila al hombro mirando sus pies, Miguel sabía que no podía empujarlo le había dado su espacio pero realmente se estaba desesperando, nunca fue muy paciente no iba a empezar ahora por lo que tomando valor y rezando a la virgencita no ser empujado a las vías, no moriría pero sabía que dolería como una perra se acercó a Hiro que parecía esperar otro tren.
- ¡hey! – saludo perdiendo su tren, Hiro se tensó de inmediato al escuchar su voz por lo que lentamente levanto la mirada - ¿Qué hay Hiro? – pregunto en su lugar pues el chico lo miraba como si fuera la muerte y bueno no estaba tan errado – así que Baymax y tu salen a algún lado – dijo balanceándose en sus pies negándose a que la conversación muriera.
- Hiro necesita consultar a sus amigos en casa de Fred – dijo el robot con cortesía – necesita de sus amigos en este momento para nivelar sus niveles de ansiedad.
- Baymax basta – suplico el chico antes de que este soltara algo más.
- ¿Fred eh? – dijo casual – es el friki ¿no? – termino en una sonrisa.
- Él no es un friki – respondió enojado de que se estuviera burlando de su amigo.
- Aguanta no lo digo en mal plan – se defendió levantando las manos para tranquilizarlo – solo que ustedes son Nerds y el un friki – empezó a explicar por lo que Hiro lo veía cada vez más molesto – perate no quise que sonara tan mal – un nuevo tren se detuvo entonces y tras vocear su ubicación Hiro camino adentro sin dejar de lanzar miraditas de advertencia a Miguel, Baymax lo siguió también y pronto se sentaron de espaldas a las ventanas, Hiro vio que el tren iba muy vacío y que no era el suyo pero armándose valor se metió justo antes de que las puertas cerraran sentándose junto a Hiro – escucha lo lamento vale – suspiro cansado – lamento ser una parca y todo eso – rodo los ojos – no tenía intención de que lo averiguaras.
- ¿Entonces pensabas engañarme toda la vida? – y finalmente Hiro le hablaba esto era un milagro.
- Wow, wow para el carro chinito – Miguel no perdió detalle de como Hiro pareció reprimir una sonrisa al usar ese sobrenombre – no pensé quedarme mucho tiempo aquí - admitió – en segunda no pensé que importara tanto no es como si te agradara – termino encogiéndose de hombros acomodándose tan bien como podía con una guitarra en la espalda.
- Claro que me agradas – acepto Hiro sintiéndose avergonzado al darse cuenta de lo que dijo, Miguel ya lo estaba viendo sonriendo como un idiota.
- Ja lo sabía – dijo victorioso – nadie se resiste al encanto Rivera – continuo guiñándole un ojo.
- Eres imposible – gruño Hiro cubriéndose el rostro con fastidio, cayeron entonces en un silencio aun un poco incómodo por lo que Miguel listo para romperlo otra vez iba a decir algo más fue interrumpido por una Baymax.
- Hiro tienes una llamada de Fred – dijo apuntando a su estómago – y dos, tres, cuatro mensajes – conto dado que al parecer Fred envió bastantes uno seguido del otro.
- Dile que vamos en camino – murmuro Hiro rompiendo el ambiente tenso pero remplazándolo por otro – creí que habías muerto – murmuro finalmente jugando con sus pulgares – esa noche en el callejón creí que Yama te había matado – dijo lentamente conteniendo el aliento.
- Sí no te lo dije es porque por lo regular me tachan de loco – dijo fastidiado cansado de que Hiro siguiera con eso, él estaba vivo que más importaba - luego estoy siendo empujado a una habitación acolchada o atado para no hacerme daño por dos años en el pabellón suicida – apretó los dientes recordando aquellos horribles momentos, eso pareció distraer a Hiro pues miraba a Miguel bajo una nueva luz, dado que había sido muy específico.
- ¿Cómo? – murmuro confundido.
- ¿escape? – pregunto por el a lo que el chico asintió – suicido – respondió encogiéndose de hombros.
- ¿estas bromeando cierto? – le miro incrédulo.
- No- negó con la cabeza - junte todas las pastillas que me daban y al final me las trague todas para morir de sobredosis – suspiro – no es una muerte muy agradable – dijo con frustración.
- No te creo nada – te miro entrecerrando los ojos.
- Desperté en una caja de madera tres metros bajo tierra – respondió molesto - cuando logre salir casi muero enterrado vivo y lleno de suciedad, así que perdona si no quiero volver a pasar por eso – dijo con desdén.
- Bueno pues disculpa por preocuparme al verte morir – dijo levantando un poco a voz, una señora sentada frente a ellos empezó a prestarles atención entonces.
- Eso ya no importa estoy bien ahora – susurro al notar la atención no deseada un poco molesto por la actitud de Hiro de vivir en el pasado.
- Yo no lo sabía – apretó los puños con fuerza sobre sus piernas.
- Ahora lo sabes – respondió aburrido.
- YO – NO – LO – SABIA – dijo con los dientes apretados y Miguel se dio cuenta que había más detrás de esas palabras – creí que estabas muerto – murmuro entonces – que no volvería a verte – y pequeñas lagrimas empezaron a caer sobre sus pantalones azules sorprendiendo a Miguel que confundido no entendía nada, llanto de impotencia, por qué tanta preocupación –muerto – susurro y entonces solo entonces hizo clic en su cabeza, Hiro había tenido miedo de perder a alguien por que ya sabía lo que significaba esto, porque alguien importante en su vida había muerto, Miguel no sabía los detalles pero sí que Hiro estaba ahí cuando su hermano murió, dios era por esto que estaba tan enfadado por él, que no quería hablarle porque por su culpa revivió el momento, quizás no era importante como su hermano para el pero eran amigos y ver morir a alguien tan de cerca definitivamente tenía un impacto en ti, más si acababa de perder a alguien y sin importar que ya hubiera pasando más de dos años no era algo que se superara tan fácil, Miguel tenia viviendo mucho tiempo y aun dolía la muerte de sus padres.
- Lo siento – se disculpó entonces posando su mano sobre una de las de Hiro y apretándola con fuerza – lamento hacerte pasar por eso otra vez – y Hiro finalmente levanto a mirada para observarle – mírate no más – sonrió empezando a limpiar las lágrimas del chico con suavidad – estas hecho un desastre chinito – bromeo, Hiro por su parte extendió su mano para atrapar la mano que trataba de consolarlo y apartarla con fuerza, Miguel se sorprendió pero se limitó a seguir limpiando las lágrimas y no mencionar lo mucho que parecía quebrarle los huesos el agarre de Hiro como si temiera que desapareciera y se desvaneciera en el aire – nada mas no me vayas a armar un pancho porque nos están viendo – señalo sobre su hombro donde una par de colegialas los miraban entre risitas, Hiro dejo de llorar finalmente para empezar a reír con suavidad descansando su frente en el hombro de Miguel, las niñas detrás de ellos chillaron emocionadas confundiendo a Miguel pero este tenía cosas más importante que atender como parar la locura de Hiro que aparentemente le había dado ya que no dejaba de reír como loco.
El viaje finalmente llegó a su fin y Hiro no soltó su mano hasta llegar a la estación ellos caminaron más allá a la casa de Fred charlando como antes, como si los últimos agonizantes días de ignorarse no hubieran sucedido hasta que finalmente tuvieron que separarse Miguel prometió verlo en la cafetería con su preciado té listo y Hiro no ignorarlo, ni siquiera importo que Miguel estaba muy lejos de donde iba a ir antes y tuviera que tomar dos trenes para llegar al centro comunitario.
Fue solo hasta que Heathcliff cerró la puerta detrás de él que recordó a Miguel hablando sobre no quedarse tanto tiempo, pero entonces Fred apareció gritando sobre llegar tarde y notando sus ojos rojos y llenarlo de preguntas sobre si lloraba o algo, Hiro paso el resto de la tarde intentado esquivar preguntas y callando a Baymax que parecía muy feliz de compartir su conversación anterior.
Esa noche durmió tranquilo como si un peso se le quitara de encima mirando la sudadera ahora limpia y sin aroma gracias a Karmi de Miguel, no podía esperar a que fuera de mañana.
Al día siguiente Miguel Rivera no fue a trabajar.
"Vamos a darnos la mano
Somos dos viejos amigos
Que están vencidos
Creemos en Dios"
Notas:
Hay una película que me gusta según es de terror pero no tiene terror, mas sin embargo muestra de una buena forma esto del poltergeist, está basada en una historia "real" del folclore americano "la bruja de Bell" así lo apodaban, la película es "American Haunting" dirigida por Courtney Solomon y trata sobre una chica que es acosada por este ente en las noches, la arrasa cachetea y empuja a la cama sin ninguna razón en particular, les dejo el link a ver si aparece
Sé que Hiro vio a Miguel morir antes, pero en ese momento no lo conocía y se podía decir le caía mal además volvió a verlo minutos después y todos decían que fue su imaginación que simplemente no le afectó tanto, ahora después se hizo amigo de él, formaron una extraña conexión y simplemente le vio morir intentando salvarle de Yama pues ahí sí que se conmociono.
Una referencia al cuento el ahijado de la muerte, se decía que si la muerte estaba en la cabeza de un enfermo este podía salvarse si por el contrario estaba en sus pies su muerte era inevitable.
Preguntas?
Ideas??
Gomitas??
Canciones???
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