Capítulo 4: Cuando vivas conmigo.
Capítulo 4: Cuando vivas conmigo.
Hiro caminaba aferrándose a su mochila los susurros a su alrededor lo están fastidiando, culpándole, no era la primera vez pero jamás le había molestado, nunca le había tomado importancia y sin embargo con lo de Karmi la culpa le carcomía, Karmi era otra cosa que le molestaba eso y Miguel el estúpido chico que se metía a su habitación de hospital y a su casa quemada, era muy sospechoso y más aún luego del incidente de la última vez.
No tenía pruebas, no entendía que pasaba pero sabía que Miguel tenía algo que ver, estaba seguro que había algo extraño con Miguel, que no era coincidencia que lo raro empezara a pasar justo con su llegada, bueno si hubo accidentes antes pero nada como karmi y su intento de asesinato pero de nuevo Wasabi corto sus ideas paranoicas y aun que Fred dijo que siempre tenía su apoyo Hiro tuvo que admitir que necesitaba más pruebas, algo que hiciera que le creyeran por lo que para su gran pesar tendría que, dios no quería decirlo.
Llevarse bien con Miguel, el estúpido coqueto y cantarín trabajador de su tía Cass, diablos.
Miguel sabía que un poltergeist era peligroso pero tras no encontrar nada en la escuela no creyó que este lo fuera tanto, entonces la chica perseguida resulto atacada y en coma así que no pudo seguir ignorándolo, el saco la información necesaria y tras escabullirse al hospital hablo con la fuente en directo.
Karmi era una hermosa chica, muy bella si y lucia tan frágil ahí dormida, sabía que no estaba muerta dado que su alma aun dormía en su cuerpo pero ante la necesidad tomo el espíritu de la chica y lo cuestiono, tras una larga conversación en que le convenció que esto era un sueño, algo que ella no creyó y finalmente confeso la verdad ella hablo, a Miguel no le importaba decirle quien era y demás dado que ella no iba a recordar nada pero enserio era desesperante que la chica preguntara cuando él era el que quería las respuesta.
Cuando tuvo todos los hechos y no importa cuánto ella insistiera en que Hiro tenía algo que ver Miguel volvió a dejarla dormir para que despertara por su cuenta y salió a investigar a su casa, no hayo nada, nuevamente como en la escuela no había rastro alguno de dicho espectro, era como si la chica no fuera la causa, era alguien más y de alguna forma la atacaron al considerarla una amenaza, enojado y frustrado tuvo que salir por la ventana de aquella casa quemada dado que escucho unos murmullos y gracias pero no quería pasar la noche en la cárcel por allanamiento.
No otra vez al menos.
Regreso a su casa sin pista alguna a lo que Dante solo ladro en su dirección, el muy traidor parecía saber lo que pasaba pero no hacía nada por ayudarle.
A la mañana siguiente no dejo de notar como Hiro lo miraba insistentemente desde la barra donde el limpiaba la máquina de expresos para la llegada de clientes todo el tiempo casi parecía que quería hacerle un agujero en su cabeza.
- La respuesta es si – dijo Miguel dándose vuelta y acercándose al joven – soy real chinito – dijo guiñándole un ojo, Hiro solo entre cerro los ojos haciendo un bufido – yo sé que estas dolido pero no es para tener esa cara todo el tiempo.
- ¿dolido? – pregunto Hiro confundido enserio a veces no sabía de lo que hablaba este tipo.
- Pues de caer del cielo que no eres un angelito – coqueteo con el inclinándose en su espacio a lo que el joven empezó a sentirse incomodó – juro que la primera vez que te vi empecé a rezar – Hiro solo lo vio con más confusión por lo que este arreglo – es que creí que eras un milagro pequeño Hiro – aquello fue suficiente Hiro empujo el pecho de Miguel, un fuerte y trabajado pecho para alejarlo y volver a comer su desayuno con rapidez en grandes bocados para finalmente terminar.
- Me voy tía Cass – dijo huyendo de la tienda tomando su mochila, lanzo entonces una última mirada a Miguel que parecía inclinado al verle partir lo que le valió que chocara con un hombre – lo siento tanto – se disculpó pero negó a punto de disculparse también cuándo Hiro salió corriendo debido a la risa burlona de Miguel, solo después se preguntó ¿Qué carajos estaba viéndole tanto? cuando ya estaba llegando a su escuela se dio cuenta que podría estar revisando su trasero, si Hiro era algo lento en algunos aspectos y cuando llego a la escuela y Fred le hizo notar el rubor en su rostro el solo lo ignoró por el resto del día.
En la tienda Miguel solo sonrió al notar que había molestado con éxito a Hiro, era tan divertido que seguiría haciéndolo de ahora en adelante.
La tarde paso tranquila los clientes se abarrotaron como siempre en las horas pico, Miguel sintió grandes ganas de recolectar las almas de los clientes molestos y tal vez emano muchas vibras asesinas a dos chicos verdaderos idiotas pero por lo demás estaba tranquilo como siempre, ese día se quedó hasta más tarde a ayudar su jefa le había pedido amablemente que por favor tomara todo el turno completo dado que acompañaría a Hiro a ver a esa chica en el hospital, Miguel se encogió de hombros y dijo que no tenía nada mejor que hacer por lo que él se quedó a cargo, extrañamente el café estuvo muy vacío sin la dueña en el lugar.
Resulto que la visita al hospital no fue tan tranquila, ni siquiera un poco lo padres de Karmi echaron a Hiro culpándole por el accidente, el dictamen fue una falla eléctrica pero la chica tenia impresa en su pecho a la altura de su clavícula dos manos por lo que sabían que alguien le había empujado desde las escaleras, no podían ubicar a Hiro en el lugar ni explicarlo dado que nadie vio huir a alguien entre las llamas algo que sería imposible y sin embargo ahí estaba la prueba de que alguien había atacado a Karmi.
Dado que Hiro no consiguió convencer a los padres de la chica de su inocencia no pudo verla y el y su tía regresaron temprano al café, Miguel los recibió con su alegre sonrisa algo que Hiro detesto, simplemente odiaba al chico era tan feliz, tan alegre que lo ponía enfermo, ni siquiera entendía por qué tanta aversión a él.
- Vamos chinito tu novia estará bien – dijo Miguel pasando un brazo por sus hombros – quita esa cara de amargado.
- En primera – empezó Hiro quitándoselo de encima – ya te dije que soy japonés no chino – gruño- en segunda Karmi no es mi novia – empujo un dedo en su pecho – en tercera ella podría morir y tu estas sonriendo como idiota ¿cuál es tu maldito problema? – grito sorprendiendo incluso a su tía.
- Solo intento hacerte sentir mejor - levanto las manos en su defensa – yo no pensé.
- Ese es el problema no piensas – siguió acusando totalmente irritado – eres tan estúpido que no entiendes que no todos estamos de humor para tus estúpidos coqueteos, es molesto, irritante y lo odio.
- Yo – trato de defenderse ya que el chico realmente lucia realmente serio en ese momento.
- ¡No! – grito - solo piérdete acosador – gruño amenazante.
- ¿acosador? – y eso si le confundió Miguel no recuerda ser algo así.
- Te vi – mascullo entre dientes para que nadie lo oyera o se delataría a sí mismo – en el hospital y en casa de Karmi – Miguel se tensó de inmediato al escucharle – y estoy seguro que el incidente del camión sucedió – Hiro por primera vez entraba en su espacio personal y no era nada bonito pues le miraba asesinamente – sé que hay algo raro contigo y lo descubriré Miguel – soltó su nombre como si fuera una broma y diciendo eso empezó a subir las escaleras.
Miguel se quedó viendo la tensión en su espalda y supo que tenía un problema, Hiro sospechaba de él y aunque técnicamente no tenía prohibido ocultar quien era, la gente lo creía loco y terminaba en un psiquiátrico, ya paso por eso gracias y fueron dos años no muy gratos hasta que la muerte se apiado de él y lo saco de ahí, algo así.
Entro de inmediato a la cocina negando con la cabeza sumido en sus pensamientos que no noto que la tía Cass fue tras de el para intentar calmar las cosas, mas no hubo tiempo de nada en el momento en que ella cruzo el umbral de la cocina, la puerta de esta se azoto con fuerza cerrándola casi herméticamente, ella se sobresaltó intento abrirla para salir más esta no cedía, entonces escucharon aquel zumbido de energía característico que Miguel tanto conocía, "Mierda" gruño este tras forcejear con la puerta y descubriendo que efectivamente estaba cerrada ya sabía que sucedería.
Las tazas empezaron a explotar y Miguel de inmediato abrazo a la mujer que gritaba asustada un plato salió violentamente volando en su dirección estrellándose en su brazo izquierdo, los demás aparatos cubiertos empezaron a sacudirse como si se tratara de un terremoto preparándose para lo peor, Miguel solo se aferró a la mujer en su deber de protegerla, arriba Hiro escucho platos quebrarse y confundido bajo corriendo, no confiaba en Miguel y por un instante pensó en que tal vez este estaba armando un escándalo, el recuerdo de que alguien ataco a Karmi en su casa para después incendiarla le hizo temer lo peor por lo que asustado por su tía bajo lo más rápido a la cocina dentro de esta el zumbido se incrementó y los focos empezaron a explotar uno por uno sacando chispas y asustando a la mujer entonces la perilla de la puerta le movió y todo paro, Hiro entro corriendo a la cocina.
- ¿Qué está pasando? – pregunto más Miguel solo miraba todos lados en busca del causante.
- Miguel tu brazo – la mujer de inmediato salió del entre los brazos del joven y corrió a buscar algo con que contener la hemorragia en su brazo, mas Miguel apenas si ponía atención, estaba más preocupado por que no podía encontrar al causante, entonces Hiro volvió hablar.
- ¿Qué le paso a tu brazo? – dijo, Miguel sonrió ante la preocupación en su voz y giro para burlarse más las palabras quedaron atoradas en su garganta, una sombra, la causante de aquello seguramente estaba sobre los hombros de Hiro sus largos y afilados dedos parecían abrazar al joven quien no lo notaba, estando apunto de gritarle para alejarlo la tía Cass empujo un paño a su herida con alcohol o algo lastimándole por lo que Miguel desvió la mirada, cuando volvió a centrarse en Hiro la sombra había desaparecido.
- Baymax ven aquí – llamo Hiro desde la puerta entrando para empezar a buscar una escoba y levantar el vidrio tirado mientras su tía ayudaba a Miguel a lavarse en el lavabo toda la sangre.
Miguel intento seguir la figura de Hiro, buscando aquella sombra que parecía perseguirle mas no había nada, estaba muy seguro que era el mismo espíritu que había visto sobre karmi el otro día, aquel que le ataco en la escuela y que había causado su accidente, lo verdaderamente malo es que parecía haber cambiado su objetivo y ahora perseguía a Hiro, esto definitivamente no era bueno.
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Hiro miro los paños llenos de sangre en la basura esa noche, tras el agitado asunto con el ataque extraño en la cocina Hiro cambio un poco su mente, si aún no podía explicar lo sucedido, pero dado que el solía tener cierto historial mientras trabajaba en la chochera con la electricidad de la casa, fue una vez y fue culpa parcialmente de Tadashi también por lo que su tía pensó que Hiro estaba experimentado y sobre cargo la red eléctrica o algo, Hiro no quiso contradecirla porque eso parecía tranquilizarle por otro lado Miguel aunque no parecía aceptarlo asintió a su tía.
Termino de enjuagar el trapeador solo para notar que también había limpiado sangre, el café derramado se había mezclado con las gotas de la sangre de Miguel, el chico al que había insultado y creía capaz de intentar matar a Karmi había salido herido protegiendo a su tía, ella maravillada había hablado de como heroicamente Miguel la había protegido durante el incidente y por eso su brazo estaba herido y sangrante, Baymax ayudo mucho contuvo la herida, desinfecto y vendo con sumo cuido en un principio había dicho que el joven necesitaba puntadas pero tras tranquilizar a la tía Casss y que Miguel repitiera que no negándose a dejar su brazo herido cerca del robot este confundido indico que las puntadas ya no eran necesarias.
Había un feo corte en el brazo de Miguel si pero parecía mucho menos severo que hace unos instantes, de hecho no entendía como tanta sangre broto de aquella pequeña herida, los recuerdos de un Miguel bañando en un cargo de sangre en el pavimento le hicieron estremecerse por lo que simplemente negó con la cabeza y siguió limpiando, el punto era que había sido muy injusto culpando a Miguel, tal vez estaba confundiendo las cosas, o era alguien parecido después de todo todos los latinos se parecían, ok no, Hiro no tenía una explicación pero definitivamente culpar a Miguel sin pruebas era estúpido.
- ¿Terminaste? – pregunto Miguel acercándose a el – necesito eso – señalo al bote cercano a sus pies, pues Hiro le tapaba el paso para eso, haciéndose a un lado no pudo evitar ver como Miguel tomaba dicho recipiente y mirar el feo vendaje en su mano la camiseta de manga corta que siempre usaba no ocultaba para nada el vendaje y algo se estremeció nuevamente, remordimiento tal vez.
- Lo siento – murmuro Hiro deteniendo los pasos de Miguel –yo lamento lo de hace unos momentos - Miguel volvió a sonreír tan enormemente como sabía hacer mostrando aquel estúpido pero adorable hoyuelo en su mejilla.
- Está bien Hiro – negó con la cabeza – no puedo estar enojado con esa bella carita – le guiño un ojo – además sé que a veces soy un poco...
- Exasperante – completó por él.
- Iba a decir intenso pero eso también – termino encogiéndose de hombros para seguir con lo suyo más Hiro volvió a tomarlo del brazo sin darse cuenta que era el herido.
- Lo siento – volvió a disculparse temiendo lastimarlo pues Miguel volvió a mirarle confundido.
- Está bien no me duele – negó con la cabeza - ¿necesitas algo más? – pregunto en un tono tranquilo.
- No – negó alejándose un paso de él, Miguel asintió y empezó a caminar pero entonces la voz de Hiro lo detuvo – no es realmente molesto – murmuro apenas si le miro pero Hiro no lo noto dado que estaba mirando sus pies como si fuesen algo importantísimo – tus bromas – dijo tímidamente – algunas son divertidas – y Miguel sonrió notando que había dicho bromas en lugar de coqueteo como hace unos instantes por lo que aguantándose las ganas de burlarse más de él, dado su nerviosismo asintió.
- Lo que digas bizcochito – termino notando como se sobresaltaba por ese inusual sobrenombre, Miguel salió de ahí antes de ser nuevamente herido por alguna taza voladora y esta vez vendría de Hiro, quien avergonzado salió de ahí subiendo a su habitación.
Ya en la noche Hiro quien últimamente paso demasiado tiempo en el espacio que solía ser de Tadashi miro por la ventana viendo a Miguel pasar, sabía que era el por qué reconocería aquella sudadera rojo en cualquier parte, además la guitarra enfundada en su espalda era algo que notar, a su lado Dante salió de las sombras y ladro en su dirección, con curiosidad vio como Miguel acariciaba al animal otro ladrido más le dio la impresión que se comunicaban pues Miguel alzo la mirada para obsérvale y sonreírle, Hiro casi quiere ocultarse pero no lo hizo ya que sería muy tonto en su lugar saludo suavemente al mismo tiempo que Miguel lo hacia abajo.
Fue extraño la brillante sonrisa de Miguel solo competía con sus ojos que iluminados por la farola de la calle le hicieron sentir algo extraño en su interior, el chico se alejó entonces la noche era fría y posiblemente esa pequeña sudadera apenas si lo protegería pero no aprecia preocuparle, el ladrido del perro se perdió a la lejanía y Hiro se quedó más tiempo del necesario mirando la calle donde Miguel desapareció, el no pudo evitar soltar un suspiro sin saber por qué.
Él quiso negarlo pero esa noche soñó con guitarras tocando una suave música.
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Al día siguiente tras un largo paseo tenso por la escuela y sin sus amigos por ningún lado Hiro empezó a deprimirse, todos aún murmuraban a sus espaldas por el asunto de Karmi y muchos se estaban poniendo en su lugar, escucho algunas personas exigir justicia y que fuera investigado o algo, pues la chica seguía sin despertar, negando con la cabeza trato de concentrarse en sus clases y al terminar ni siquiera pensó en quedarse a trabajar en su proyecto, sin sus amigos ahí se sentía un poco solitario y vulnerable, no podía esperar a tomar una pasantía también para largarse de la escuela lo más posible.
- Hey chinito sonríe pa' la foto – la inconfundible voz de Miguel le hizo levantar el rostro para ver al sujeto sonriendo mientras le tomaba dicha fotografía con lo que parecía un teléfono ya muy antiguo – listo saliste perfecto.
- Deja de tomarme fotografías – gruño dándole un empujón.
- Disculpa – dijo con una sonrisa – solo quería una prueba de que los ángeles existen – le dijo guiñándole un ojo.
- Idiota – murmuro Hiro sintiendo como el buen humor le regresaba con esas simples palabras, noto que Miguel no llevaba ninguna bolsa, por lo que se preguntaba que hacia ahí, mas este solo empezó a caminar en dirección a la cafetería y Hiro pensó que tal vez, Miguel había ido ahí para recogerlo, nah, se dijo a si mismo eso era muy ridículo.
La verdad fue que sí, Miguel había ido a recogerle, había escuchado de su tía que los padres de la chica en coma lo culpaban y de Honey que los alumnos empezaron a culparle también por lo que quiso pasar a ver asegurarse dado que la tía Cass lucia tan preocupada que Hiro no fuera molestado o algo y justo entonces lo vio caminar tan melancólico que solo quiso hacerle reír.
Llegaron al café en tiempo record o así lo sintieron ellos, de hecho fue el viaje más corto de todos si tal vez fue a causa de que Miguel se la pasó bromeando todo el camino y tomando fotos de más chicas hermosas algo que le hizo sentir un poquitín irritado, pero al fin lo hicieron sin algún percance.
La próxima vez Miguel estaba en la escuela un poco más temprano, simplemente porque aún estaba en el caso del poltergeist no importa que ya llevara un rato en el caso y no pareciera querer terminarlo, en secreto Miguel pensó que esto era por lo que estaba aquí que si terminaba este trabajo la muerte tal vez pensara en llevarlo a otro lado, sabía que era una tontería había estado en Japón durante los últimos cuarenta años y cinco de ellos fueron en el mismo lugar pero aun así la mujer siempre lo llamaba cuando más cómodo se sentía, así que ahí estaba explorando las instalaciones de la escuela por supuesto y puede que llegara al laboratorio de robótica, si el debería estar investigando el otro edificio ya saben el de los laboratorios personales pero también había visto al ente en ese gran laboratorio cierto, no es por que quisiera ver a Hiro claro que no.
- Hey Hiro – saludo acercándose el chico se sobresaltó sorprendido pero al notar quien era asintió suavemente con la cabeza - ¿así que has terminado tu malévolo robot para dominar el mundo? – pregunto con una sonrisa mirando una especie de rayo que Hiro trataba de ajustar – al parecer es un rayo de la muerte.
- Cada vez que hablas de ciencia es como si fueras una burla copia de Fred – respondió en su lugar ignorándole y siguiendo en lo suyo – al menos Fred tiene buenas ideas.
- En serio porque me hablo del rayo para convertirlo en monstruo que no quieren hacerle – respondo en broma sentándose en una de las sillas del lugar, dado que los otros laboratorio estaban siendo descontaminados aun, los estudiantes tuvieron que adaptarse a ese espacio y algunos tenían sillas para sentarse así que Miguel se sentó en la que supuso era de Hiro – tengo que admitir que estoy muy intrigado por eso – dijo girando en la silla como un niño pequeño.
- ¿Qué estas haciendo aquí Miguel? – suspiro Hiro de mala gana.
- ¿Qué no puedo venir a ver cómo van los estudios y esas cosas? – pregunto ofendido – pensé que éramos amigos – dijo burlista girando otra vez solo que estaba vez se hizo hacia atrás y golpeo a otro sujeto en la espalda – upss lo siento – dijo al otro hombre que le lanzo una mirada enojada luego miro a Hiro y negó con la cabeza alejándose de ahí ya que era un caso perdido pelear con Hiro.
- Deja de molestar a los demás – le gruño el genio – si seguridad viene a sacarte fingiré que no te conozco – respondió volviendo a lo suyo.
- Mi corazón duele al escuchar eso mi bello ángel – dijo dramático levantándose de la silla y mejor acomodándola en su lugar empezando a revisar las cosas en la mesa de aun lado – creí que teníamos algo especial – siguió hablando notando entonces la gorra negra que estaba sobre un montón de papeles, extraño nunca había visto a Hiro con gorra pero bueno sonriendo se la puso en la cabeza pensando que era una de esas cosas que da la universidad, las universidades dan gorras a los estudiantes ¿cierto?, en fin se la puso y regreso a mirarle con una sonrisa – ahora soy un gran universitario –bromeo Hiro suspiro en su lugar listo para decirle que se fuera cuando alzo la vista y vio lo que estaba usando.
- No – gruño acercados a él intentando arrebatársela, Miguel sonrió levantándola en su mano sobre su cabeza para que no pudiera alcanzarla – no juegues con eso.
- Vamos Hiro no tengo piojos – bromeo pero igual no se la entrego – bueno no muchos.
- Solo dame la maldita gorra – Hiro gruño pero Miguel no hizo casi, así que le pateo la espinilla lo que hizo que Miguel se la entregara lloriqueando por su dolor.
- Auch - murmuro – si así te pones por una gorra no imagino con otra cosa – murmuro sobándose donde lo golpeo, Hiro lo miro molesto pero después de un momento suspiro más tranquilo y negó con la cabeza.
- No es mi gorra – murmuro más antes de que el otro preguntara continuo – es de Tadashi – susurro mirando con nostalgia el objeto – su gorra favorita – sigo perdido en sus pensamientos – me gusta traerla y bueno – negó – es tonto.
- Tengo una hermana – murmuro entonces Miguel avergonzado por haber jugueteado con algo tan importante, el mejor que nadie lo sabía, un recuerdo si tan solo pudiera el tener uno así - es menor pero en algún momento empezó a actuar como si tuviera que cuidarme o algo – negó con la cabeza – creo que sentía que debía ser el reemplazo de abuelita y darme mis estate quieto – termino en una sonrisa.
- Tadashi siempre actuó como si debía protegerme – hablo Hiro mirando la gorra nuevamente con nostalgia – desde lo de nuestros padres el siempre – hizo una pausa – tu sabes estuvo ahí, cuidándome – sonrió.
- La familia hace eso – Miguel respondió, Hiro levanto la vista entonces y sonrió con suavidad al chico frente a él.
- Si lo hacen – asintió dejando la gorra sobre la mesita para luego pasarse una mano por el cabello - estoy algo hambriento quieres que te muestre la cafetería.
- Al fin algo que si conozco – dijo dramáticamente Miguel – comida – sonrió animadamente - ¿crees que tengan chilaquiles? – Hiro levanto una ceja ante esto y negó con la cabeza – cierto, vamos a ver que tienen de bueno – diciendo esto paso un brazo por los hombros de Hiro mientras caminaban, Miguel iba levantado las manos señalando los inventos que el ya conocía pero fue divertido escucharle decir sus teorías sobre cómo funcionaban, todas incorrectas pero divertido, Hiro ni siquiera se molestó en apartarlo o decirle que se callara una vez en la mesa, incluso cuándo Fred aprecio y ambos chicos empezaron un debate sobre superhéroes.
Y aun que fue realmente lindo la parte en la que Miguel trato de mantener su buen humor toda la tarde lo verdaderamente relevante fue que después de eso Miguel apareció cada tarde a la hora de su salida, para el tercer día Hiro ansiaba encontrarse con Miguel y aquella tarde no fue la excepción.
Ellos no lo notaron pero la gorra de Tadashi sobre la mesa cayó al suelo justo después de que se marcharon.
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- Traes tu guitarra – dijo Hiro al notarlo cargar tal cosa.
- Bueno termine mi turno en el café – dijo encogiéndose de hombros, Hiro pareció algo desanimado por esto por lo que de inmediato hablo – y pensé que tal vez te mostraría lo que hago con ella en las tardes
- ¿Cantas en la estación del tren? – pregunto burlón.
- Muy gracioso – dijo rodando los ojos – tienes suerte de ser lindo o no te soportaría – bromeo y Hiro se puso algo nervioso por eso.
- No soy lindo – se defendió frunciendo la nariz, él era un jodido superhéroe no una cosa linda, Miguel solo sonrió ante eso y jalándole de la mano, no se tomaron nope, Hiro va a negar que ellos fueron tomados de la mano por lo que fue un jalón.
Así que finalmente llegaron tras trasportar dos trenes diferentes a una parte en la que nunca había estado Hiro solo para patrullar y la había visto desde arriba, era un barrio que lucía sencillo pero a la vez colorido, los edificios de ahí parecían muy pintorescos y los niños jugaban a media calle con un balón de futbol, uno de estos balones cayeron sus pies y alguien grito "bolita por favor" Hiro no comprendió bien que era una bolita hasta que Miguel tomo el balón y lo pateo de regreso, siguió guiándole por todo ese particular barrio saludando a gente al azar hasta que finalmente llegaron a un viejo almacén, no lucia muy reciente pero por dentro, donde el caos parecía reinar una mujer los recibió con calidez.
- Miguel mijo ¿qué haces tan temprano aquí? – saludo al joven palmeando su espalda – ¿y este chinito de dónde salió? – pregunto curiosa
- Su nombre es Hiro – dijo Miguel – tía Eugenia.
- Bueno Ling ling bienvenido al centro comunitario de nuestra señora de Guadalupe – termino la mujer con una gran sonrisa levantando los brazos.
- Es Hiro no ling ling – corrigió a la mujer que solo sonrió, a lo que Miguel jalo su hombro para llamar su atención.
- Síguele la corriente o no te dejara en paz – murmuro para que la mujer no escuchara nada - bueno tía Eugenia quería ver si había la posibilidad de que mi amigo aquí pudiese ver a el mariachi tocar – pidió con cautela – el jamás lo ha escuchado – dijo como si eso fuera una gran tragedia y la mujer pareció horrorizada por esto.
- Pero claro mijo deja le hablo a este hombre – dijo jalando su mejilla con fuerza – Raúl, ¿dónde carajo te metiste Raúl? – grito la mujer – Miguel está aquí y quiere mostrarle a su raro amigo linlig lo que es música – continuo en español, Hiro solo logro captar los nombres e hizo una mueca ante el apodo por lo que solo se cruzó de brazos molesto.
- Miguel ¿qué haces aquí tan temprano chamaco? – dijo un hombre regordete, de tez morena igual a la de Miguel y un frondoso bigote saliendo de la nada golpeando al aludido en el hombro con fuerza – dame un abrazo cabrón – y lo jalo en un abrazo muy fuerte que hasta a Hiro le dolió - ¿y este flaco quién es?
- Hiro – dijo el levantando la mano para saludar al regordete hombre – mucho gusto.
- Míralo tú – sonrió el hombre a su mujer – tiene modales el estirado este – continuo en español – así no se saluda mijo con ganas – y diciendo esto tomo la mano de Hiro para jalarlo en un abrazo fuerte – con infundía canijo – dijo soltándole Hiro casi lloro por el aire perdido y Miguel se apresuró a llamar la atención a él.
- Tío Raúl están tus compadres libres, aquí Hiro no conoce de buena música – dijo con una gran sonrisa.
- No pues si es por una buena causa – sonrió – vamos llamare a mi compadre Juan – y diciendo eso salió detrás de una puerta.
- Voy a hacer espacio para estos hombres – dijo un poco gruñona la mujer y empezó a gritar – ¡a ver Camila muévete las sillas y tu Javier aplácame a los chamacos! - luego girándose a ver a Miguel y Hiro frunció su nariz – ¿y ustedes qué? ¿Están de adorno o se van a mover?
- Lo siento – dijo tentativamente Hiro, pero Miguel solo lo jalo para ayudar a despejar el área del lugar.
Aprendió un par de cosas mientras limpiaban el área, ese viejo almacén era un centro comunitario, que estaba a flote casi prácticamente por donaciones, los niños del vecindario pasaban su rato ahí e incluso aprendían cosas como arte y música, resulto que Miguel llego ahí buscando una cuerda de guitarra nueva y dio por causalidad por con el centro donde fue recibido con gusto gracias a su habilidad para tocar guitarra y su lugar ahí era de mostrarle a los más pequeños a tocarla cada tercer día estaba ahí pero ahora tocarían los profesionales en una presentación solo en honor a Hiro.
Eso fue un poco incómodo las sillas se sentaron como un espectáculo y unos hombres llegaron con los viejos instrumentos. No estaban vestidos elegantemente pero al menos un par de ellos tenía un enorme sombrero que él no reconoció muy bien, casi ríe al ver a Miguel con uno igual de grande y negro, se veía curioso con sudadera y sombrero.
- ¿Preparado para un espectáculo que no olvidaras? – pregunto Miguel, Hiro solo rio ante eso sacando su teléfono y tomando una foto del joven.
- Créeme con esta foto valió el viaje completo – empezó a burlarse, Miguel rodo los ojos y asintió a los hombres, uno de ellos abrió la boca cuando otro lo interrumpió.
- Perate Juan, ya que es para el amigo de Miguel que este cante – dijo el tío agitando su trompeta para llamar la atención.
- Es John compadre no juan – hizo un mohín.
- Pfff perdona usted señor gringo – se burló rodando los ojos, Hiro no pudo evitar reír ante eso y parecía que iban a replicar cuando Miguel hablo.
- Solo empecemos tiene que estar en casa a las 7 – señalo a Hiro y todos asintieron, el tío de Miguel llamo a estos en un susurro y pronto eligieron la canción.
Las trompetas empezaron asonar entonces al igual que el violín junto a la guitarra junto a un grito que lo sobresalto una voz grave y profunda estremeciendo a Hiro dado que Miguel empezó a cantar mirándole directo a los ojos.
"De mis ojos está brotando llanto
A mis años estoy enamorado,
Tengo el pelo completamente blanco
Pero voy a sacar juventud de mi pasado.
Y te voy a enseñar a querer
Porque tú no has querido
Ya verás lo que vas a aprender
Cuando vivas conmigo. "
Alguien aplaudió detrás de Hiro tal vez las demás personas en su lugar mas no presto atención, la de él estaba solo en Miguel que no dejaba de cantar.
"De mis labios está brotando sangre
Mi derrota la tengo sepultada
Y hoy me entrego en tus brazos como en nadie
Porque sé que mi amor sin tu amor no vale nada."
Y Miguel se acercó entonces, con guitarra en mano tocando las cuerdas de su instrumento dedicado solo a él, se quitó el sombrero entonces y lo puso sobre la cabeza de Hiro que solo le hizo reír, Miguel se alejó entonces y volvió a cantar entonces.
"Y te voy a enseñar a querer
Porque tú no has querido
Ya verás lo que vas a aprender
Cuando vivas conmigo."
La música finalmente termino y los aplausos no fueron pocos, pronto el público pidió otra más y nuevamente tocaron más música, un par de canciones más y Miguel cayo rendido a lado de Hiro que aun sostenía el sombrero que Miguel le había puesto, hasta que un pequeño niño salido de la nada y exigió dicho sombrero, Miguel peleo como un campeón pero fue derrotado y el sombrero fue entregado al niño victorioso que siguió corriendo por el lugar.
Fue extraño Hiro nunca había sido bueno con los lugares ruidosos y la atención pero estar ahí rodeado de gente extraña sobre todo de niños y mujeres que podían aterrarle con una sola mirada le hacía sonríe, era tan cálido que no se sintió excluido, de hecho cuando todo se calmó y los niños exigieron su lección de guitarra Miguel lo incluyo dándole una clase también.
Hiro se encontró sosteniendo la guitarra de Miguel mientras este le explicaba detalladamente como rasgar las cuerdas y donde apretar, era muy difícil tenía que darle eso, finalmente se rindió para quedarse embobado viendo como Miguel ayudaba a una niña a poner sus dedos sobre las cuerdas.
Las sonrisa y calidez con la que Miguel interactuaba con cada niño le hizo recordar a Tadashi pero solo fue un instante, un segundo en que el pensamiento fue borrado por culpa de un niño que le arrebato la guitarra con triunfo, él tuvo que perseguirlo por todo el centro hasta que finalmente alguien amenazo con traer una chancla y el niño entrego dicho instrumento, no sabía que era una "chancla" pero la cara de terror del pequeño le dijo que no era bueno, Miguel toco su hombro entonces asustándole, tomo el instrumento de sus manos y después anuncio su retirada, una horda de niños corrió en su dirección abrazar a Miguel rogándole quedarse cuando este le echo la culpa de irse todos los niños saltaron sobre el suplicantes por más tiempo.
- Tus tíos son muy peculiares – sonrió Hiro caminando tranquilamente al lado de Miguel luego de escapar de los agarres de los pequeños, quien diría que un niño podía agarrarse así de fuerte, uno incluso se aferró a su pierna mientras daba pasos.
- La mayoría de ellos nació en México y acaban de mudarse hace unos años – se encogió de hombros – y aun que no son mi familia me recuerda tanto a ellos.
- ¿Por qué los llamas tíos entonces? – pregunto confundido, Miguel solo se encogió de hombros y siguieron caminando en silencio, pero no fue un mal silencio, de hecho fue cómodo y tranquilo.
Hiro no sintió que arruino el ambiente y definitivamente fue extrañamente reconfortante caminar al lado de un sujeto que hace un par de días odiaba.
Esa noche Hiro se dejó caer sobre su cama de inmediato abrazando una almohada emocionado y excitado por los acontecimientos para contarle todo a su robot, pensó que no podría tomar su patrulla en serio, aun podía escuchar la música en su cabeza y las demás canciones que siguieron a esta, su ridículo intento de tocar también le hizo reír, la adrenalina la adrenalina finalmente paso luego de atrapar a dos ladrones en su patrulla junto a Wasabi, este incluso noto su peculiar momento de alegría a lo que Hiro solo se encogió de hombros, al llegar a casa apenas si se quitó su traje para caer rendido a su cama y soñar con aquel mariachi.
El ni siquiera durmió en la cama de Tadashi como lo hizo últimamente ni miro la vieja gorra negra.
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Después de aquello la vida volvió a hacerse más soportable, incluso cuando sus amigos no estaban, Hiro trabajaba con una sonrisa en su proyecto ni siquiera las miradas o susurros maliciosos le hicieron perder su buen humor, había ido otra vez mas al centro comunitario y aunque no hubo nuevo show uno de ellos dijo algo sobre empezar a cobrarle por eso y aun que fue callado con un golpe por la tía Eugenia Hiro solo negó y se conformó con ver a Miguel enseñar música otra vez, incuso escucho una canción completa.
Esa tarde termino su proyecto finalmente, no fallas, todo estaba bien por lo que decidió celebrar que nada explotara comprando algo para llevar, con una sonrisa en su rostro se desvió de su camino sin importarle caminar de más.
Entro a la cafetería vacía con la bolsa en mano y llamo a su tía para mostrarle el contenido, ella aplaudió y sin más le grito a Miguel para comer juntos.
Miguel había sido invitado a comer con los Hamada muchas veces, así que no fue sorpresa cuando le gritaron para aprovechar que no hubiera casi clientes siempre era divertido una vez incluso comió sushi con tortillas dado que estos chinitos querían matarlo de hambre, no le pregunten de donde las saco pues cuando Hiro le cuestiono el por qué comer sushi con tortilla Miguel simplemente con toda la seriedad del mundo respondió "porque soy mexicano" de hecho parecía ser su respuesta a todas las incógnitas que Hiro tenía, en serio incluso cuando le pregunto por qué carajo tomaba café hirviendo.
Así que Miguel ya estaba acostumbrado a comer con los Hamada lo que no esperaba era eso, frente a él en la mesa había un plato si de comida, lo peor de todo no es que fuera pescado crudo, Miguel odio esa cosa sino que esto eran tacos, pero no tacos reales, eran esa versión burlona americana de tacos.
- ¿Qué es eso? – pregunto con desagrado, levantando la tortilla amarilla tiesa.
- Son tacos señor mexicano – dijo burlista Hiro.
- No – negó con la cabeza- no, no nope – más negación – esto – señaló agitando un taco – no es un taco, es una mala imitación –casi llora al verlo – no puedo permitir que coman esto – y diciendo eso arrebato el taco de la mano de la tía Cass – lo siento- se disculpó tomando todo en una bolsa y cerrarla – pero esto es una blasfemia, les daré tacos, lo que se dice tacos.
Y diciendo esto, tras convencer a la tía Cass habían cerrado el lugar quien no quería echar al último cliente, "era uno recurrente Hiro y muy amable" y estaban en dirección al centro comunitario, solo que no iban ahí, Miguel los guio unas casas más, donde un restaurante oculto parecía invadir lo que debió ser una casa, había piñatas coloridas y más de esos sombreros que Hiro reconoció, un restaurante mexicano sonrió.
Fue muy extraño dado que incluso Baymax iba con ellos, ¿Por qué? Bueno el robot empezaba a seguirlos y Hiro ya lo había dejado muchas veces así que lo llevo, Miguel pareció entrar como pedro por su casa, grito a una de las mujeres se abrazaron y en instantes una chica morena de piel chocolate salto a sus brazos llenándolo de besos.
- Encontramos a la novia – dijo su tía dándole un codazo.
- Ella no es su novia – gruño Hiro y realmente lo hizo sin saber por qué solo que ver a esa chica tan cariñosa contra él le revolvió la bilis.
- Hey chicos esta es Lorena – presento Miguel a al joven – lore estos son Hiro y a tía Cass.
- Hay dios tu eres Hiro – dijo emocionada la chica – Miguel tiene razón eres una cosita adorable – ella apretó sus mejillas como si fuera un bebé y Hiro resistió el impulso de morderla, la tía Cass solo rio ante eso.
- Mucho gusto Lorena – saludo ella.
- Lore tu mejor mesa por favor – dijo Miguel luego mirando a Baymax dijo – o donde el malvavisco gigante quepa me va también – la chica miro asombrada Baymax y de inmediato los llevo a una mesa con suficiente espacio para ellos cuatro.
- ¿Entonces que van a querer? – pregunto ella.
- Tráeme dos órdenes de tus mejores tacos de cecina para mis amigos y a mí me traes dos de cabeza y tres de tripa por favor – ordeno la chica anoto en su libreta diligente – y tres aguas frescas – luego la chica miro al robot e hizo una mueca – él no come tranquila.
- Enseguida – sintió la joven y salió corriendo a traer su orden.
- Este lugar es pintoresco – sonrió su tía.
- ¿Otra tía? – dijo sarcásticamente Hiro.
- ¿Quién lore? – pregunto inocente – nah ella es la sobrina de Eugenia y la razón por la que me llaman sobrino – sonrió, Hiro entrecerró los ojos entendiendo a lo que se refería y eso no le gustó nada – creo que querían juntarnos pero Lore está enamorada de sus libros como tu Hiro – dijo bromista eso relajo un poco al chico – además es lesbiana – y toda la tensión se liberó al fin.
- Aquí tienes Miguel – dijo la chica llevando sus órdenes y aguas – algo mas – dijo con una sonrisa.
- No por ahora cariño – le guiño un ojo, la chica solo sonrió coqueta y se alejó mientras Miguel vaciaba la salsa roja en uno de ellos y lo mordía con deleite –joder – gruño incuso con la boca abierta - ¡te amo Lore esta delicioso! – grito lanzándole besos.
- Si es lesbiana ¿porque andas mandándole tantos besos? – pregunto Hiro de mal humor mirando con reticencia el plato frente a él, pues ahí había cinco tacos de tortillas pequeñas extendidas con carne y algo verde y banco lo peor de todo lucia extremadamente grasoso, al menos el agua lucia bien aún que las hubieran servido en unas enormes copas de cristal.
- Son solo besos – dijo riendo pero Hiro solo negó con la cabeza - ¿a poco crees que se me van a acabar? – dijo con una ceja levantada – ni que fueran canicas – soltó en una risa, mas Hiro solo se enojó más y tomo su enorme copa para beber del agua lechosa que para su sorpresa estaba deliciosa, no sabía que era pero en definitiva le gustó mucho – se llama horchata chinito – dijo Miguel al ver su reacción – come también te gustara.
- Bueno estoy a favor de comer cosas nuevas – la mujer sonrió y diciendo eso vacío la misma cantidad de salsa roja en su taco como había visto a Miguel dándole una mordida, Miguel reacciono muy tarde.
- No espere – dijo pero esta ya lo había mordido y masticado empezando a llorar por lo picante que estaba.
- Tía Cass bebe – Hiro empujo la pajilla a su boca más Miguel negó, Baymax por su parte daba golpecitos a la mujer en su espalda con suavidad.
- Eso no sirve, tome chupe este limón – y empujo dicha fruta, un monto de lágrimas después, tos y maldiciones bajas la mujer estaba tranquila mirando la comida con desconfianza – lo siento mucho debí advertirle la salsa está un poco picosa.
- ¿un poco? – dijo la mujer llorosa – ¿cómo puedes comer eso?
- Por qué es mexicano – dijo Hiro rodando los ojos antes de que Miguel pudiera hablar.
- Así es – sonrió el – aquí – dijo empujando la salsa verde – esta no pica mucho.
- Paso – dijo Hiro mas su tía se encogió de hombros y esta vez le puso muy poca a su taco.
Resulta que la salsa que no pica, picaba mucho pero no tanto como la que picaba, que ardía un chingo, al final Hiro solo comió dos tacos dado que lucían muy grasosos para su gusto, su tía comió toda su comida y Miguel hasta repitió, eso si Hiro necesito otra dulce agua porque era divina.
Al final la tía Cass había encontrado una vieja rocola o algo parecido cuya música era un repertorio muy extenso de distintos tipos de música, si había mariachi pero también salsa, cumbia y baladas, con canciones que hablaban de cosas tristes algunas no las entendían por que estaban en español pero definitivamente ella se había enamorado de la maquina incluso fue tan lejos como para levantar a Baymax y a Miguel a bailar con ella dado que Hiro no quiso, este no entendía como su tía podía bailar eso, no le vio el chiste.
- ¿Con que alimentas a esa mujer que no se cansa? – dijo Miguel sentándose en su lugar junto a Hiro tras escapársele a la mujer que aun bailaba alrededor de un bamboleante Baymax.
- Dímelo tu – respondió Hiro con indiferencia como si no se hubiera estado riendo hace unos minutos al verlos bailar – pasa más tiempo contigo que conmigo – y no Hiro no estaba siendo celoso.
- ¿estas celoso de que robe a tu tía? – pregunto con una sonrisa adivinando sus pensamientos.
- Más bien preocupado – el desdén en su voz era obvio – podrías ser su hijo.
- Favor que me haces chinito- le guiño el ojo – pero un que no lo creas tengo 20 – Hiro le miro levantando una ceja, si Miguel había dicho algo sobre la legalidad pero no pensó que tuviera tantos años apenas si lucia mayor que él.
- ¿Hablabas enserio sobre la legalidad cierto? – pregunto enarcando una ceja- e intentabas coquetear con Karmi – negó con la cabeza – desvergonzado.
- Que puedo decir – se encogió de hombros - me gustan tiernitas, tiernitas así como calabacitas – dijo apoyando su codo en la mesa y descansando su barbilla en esta para mirarle con una sonrisa, Hiro quiso sentirse indignado por sus palabras pero en lugar de eso su semblante serio solo duro un segundo pues de inmediato estallo en una suave risa que intento ocultar, sin mucho éxito desviando la mirada a su bebida - He escuchado cosas bellas, música exquisita pero esa risa tuya hasta ahora es mi favorita – soltó Miguel sin pensar mordiendo la pajilla de su copa.
Hiro dejo de reír entonces levanto su mirada suavemente para mirar al chico que no dejaba de llenarlo de elogios, era extraño, el calor en su pecho debió contagiar su rostro porque sus mejillas se tiñeron de un bello carmín el cual se intensifico al verle sonreír aún más, Miguel por su parte no había querido decir eso, bueno si y no, se suponía que solo debía ser amigo de Hiro, ser amable, quizás realmente tenerlo de amigo y esa era su intención, palabra de hombre pero entonces el maldito chinito empezaba a sonreír así y batía sus pestañas luciendo completamente adorable, además Hiro era un niño, un bebé a comparación de él, pero bueno todo el mundo era un crio junto a él, Hiro volvió a desviar la mirada sorbiendo con fuerza su bebida haciendo ruiditos en un intento de atrapar las ultimas gotas del agua, "a la mierda" se dijo mentalmente, el chico era adorable y no le veía nada malo coquetear un poco además Hiro podía ser un niño pero definitivamente nunca pensaría otra cosa de él, de todas formas lo había visto ser igual de coqueto con todo el mundo en general, así que lo dejo pasar.
Se dijo que sería algo inofensivo, que no tendría importancia, un juego entre dos amigos y seguramente Hiro empezaría aburrirse y volver a ignorarlo como al principio, por eso continúo bromeando, pidiendo otra agua de manera coqueta a Lorena y enojándole apropósito, lo hizo reír y definitivamente se dejó disfrutar el momento, un recuerdo preciado imaginando que tenía una vida completamente normal.
- Entonces ¿quieres ver realmente en lo que trabajo? – pregunto Hiro sonriendo a Miguel su boca se cerró suavemente en la pajilla de su bebida y sorbió para ocultar la vergüenza que el rubor en sus mejillas delato.
- Claro – asintió Miguel mirando fijamente y concentrado la boca de Hiro no había bebido ni una gota de alcohol y sin embargo se sintió embriagado por el simple hecho de que este había regresado y reído de cada una de sus bromas - si tienes la paciencia para mostrarle a un idiota entonces sí.
- Soy un genio sr. Rivera – dijo tomando la pajilla entre sus dedos y sacando su lengua para tomar suavemente la gotita blanca que quedo en esta y tomarla con gusto – puedo totalmente explicarle sobre algo tan simple como las leyes de la robótica - dijo sonriendo a lo que Miguel no podía apartar su vista de esa jodida sonrisa – la cuestión es ¿si lo comprenderías o solo me harías perder mi tiempo? – tomo otro sorbo de su bebida.
- Hare que valga la pena – respondió con voz grave, en serio no debió poner tanta salsa empezaba a acalorarse.
- Estoy seguro que si – sonrió Hiro levantándose – vamos.
- ¿Ahora? – pregunto confundió dado que ya eran más de las diez de la noche.
- Aunque no lo creas hay gente trabajando – se encogió de hombros – las grandes ideas no tienen horario – sonrió animado – tía Cass – llamo a su tía que estaba en la pista bailando alrededor del enorme robot – vamos al Instituto ¿vienes? – pregunto deseoso que no fuera así.
- No chicos – negó ella acercándose con Baymax tras de ella – ya es tarde y creo que debería ir a casa – sonrió – pero vayan a divertirse – dijo animada palmeando el hombro de Hiro – cuídense.
- La acompañaremos a casa – dijo Miguel sonriendo.
- Baymax – hablo Hiro con voz autoritaria – lleva a tía Cass a casa y protégela.
- Entendido Hiro – dijo el robot mecánicamente.
- En ese caso – sonrió Miguel - lo cuidare con mi vida – hizo un saludo militar para hacer reír a la mujer – después de usted señor Hamada – cedió el paso, Hiro tomo lo último de su bebida y empezó a caminar.
Miguel sonriente dejo caer unos billetes en la mesa y salió detrás de Hiro quien seguía bromeando sobre todo ese día feliz de la vida, no tardaron en llegar a la escuela cuando el aroma de humo les inundo cuando salieron corriendo a ver que sucedía una horrible escena los recibió, el laboratorio donde todos los proyectos se encontraban, estaba en llamas.
Notas:
Como siempre digo si leeo sus comentarios a sí que "alitas de tinta" pasa la jodida imagen no te la quedes para ti sola!!!!!
Este capítulo estuvo lleno de muchos coqueteos, demasiados.
Nope no se coquetear.
Aun no se daban cuanta que me gusta incendiar cosas?? Pues ahora lo saben, solo en fic y cosas así no soy pirómana...
Salsa de la que no pica y la que pica solo en México.
Miguel intentando mejorar su relación con Hiro, no Miguel no lo hagas... bueno ya te chingaste.
Ese instituto necesita una limpia urgente... en serio muchos desastres en él.
Pueden encontrar las frases escondidas? les daré una pista Pedro infante y Tin Tan.
Hiro dice que no quiere galletas por favor dejen gomitas en su lugar.
Un chocolate??
Una idea???
Canciones???
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