Capítulo 25: Culpable o no.
Notas:
Hola a todos a los que les importa, a los que no, me vale, regrese para terminar este fic, que será el último, tengo un oneshot Higuel omegaverse que nunca publique porque iba a hacer un dibujo, en fin tal vez la publique solo para que deje de estar ahí acumulando polvo virtual, sobre los otros fics pienso en terminarlos, espero hacerlo a tiempo, tengo una fecha limite luego se las diré, si pasa esa fecha olvídense de mí ya que no sabrán nada más.
Capítulo 25: Culpable o no.
"Precisamente ahora que tú ya te has ido
Me han dicho que has estado engañándome
¿Por qué de pronto tienes tantos enemigos?
¿Por qué tengo que andar disculpándote?"
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- ¿Por qué no le preguntamos a alguien? – dijo por quinta vez ese día Hiro.
- Porque ya te dije que no estamos perdidos – rodo los ojos Miguel mirando a su alrededor tratando de reconocer donde estaban – cuando vivía aquí venía a este lugar todo el tiempo.
- Eso fue como hace 100 años – rezongó Hiro ya estaba cansado debieron llegar a la cabaña hace horas pero Miguel insistía en enseñarle primero aquel templo antiguo para la buena suerte, como si Hiro creyera en esas madres – las calles cambian, los lugares también.
- Me estas llamando un anciano – jadeo indignado el mexicano – para que lo sepas no fueron tantos años – hizo una pausa pensativo – tal vez una década a lo mucho, así que estoy seguro que se dónde estamos.
- Miguel, estoy cansado, fue un muy largo viaje quiero llegar tomar una ducha caliente y luego dormir – se quejó más – no me importa si el templo es para parejas recién casadas no hay forma de que le rece a un dios inventado para tener prosperidad y amor por ti.
Miguel iba a refutar aquella lógica ya que Hiro aun conociendo el amplio mundo espiritual seguía renegando de algunos dioses cuando el sonido de unas campañillas le llamo la atención entonces frente a ellos dos chicas doblaron la calle, de inmediato palideció, intento hacer girar a su pareja y huir de ahí discretamente cuando una de las chicas lo vio.
- ¡¡¡¡¡Migueeeeeeeeeeeeeeeeeeel!!!! – grito la pelinegra agitando sus brazos – ¡¡¡oye!!! ¡Miguel soy Rubí!- chillo escandalosamente, Miguel ignoro aquello.
- Creo que esa chica te conoce – dijo Hiro al escuchar a la joven.
- ¿Puedes verlas? – pregunto solo un poco aliviado y horrorizado – digo no, yo no las conozco debe ser otro Miguel – diciendo esto se paró frente a Hiro y lo empujo para sacarlo de ahí cuando una chica se estrelló en su espalda.
- ¡Miguel no me ignores! – chillo la chica en japonés obligándole a soltar las maletas que cargaba – te extrañamos mucho- Hiro levanto una ceja ante esto y Miguel solo sudo frio.
- Are, are Miguel no pensé que fuéramos a verte tan pronto – dijo la segunda chica igualmente en japonés sonriéndole de una forma que no le agrado mucho a Hiro.
- Rubí, Yang – Murmuro Miguel tratando de zafarse de la chica encimosa – me estás aplastando Rubí, detente – Miguel empezó a hablar japonés también y Hiro solo se quedó ahí al parecer ignorado.
- No te dejare ir hasta que prometas no abandonarnos así tanto tiempo – chillaba la chica – Yang amárralo hay que secuestrarlo – decía con un tono infantil.
- Extraño tanto tenerte amarrado Miguel que creo que le tomare la palabra – sonrió lascivamente la rubia.
- Yang por dios eres la más cuerda aquí quítame a tu hermana tiro mis maletas y ...
- Ejem – Hiro finalmente se había cansado de ser ignorado por el trio e hizo notar su presencia aclarándose la garganta – ya que este ocupado con tus amigas, te veré en la cabaña – levanto su maleta que había tirado Miguel y se dio la vuelta listo para tomar un taxi y salir de ahí.
- Hiro no espera – con todo y chica sobre su espalda dio unos pasos para detenerle – chicas basta.
- ¿Y este chico tan lindo de dónde salió? – pregunto la rubia - ¿una nueva pareja?
- ¿Que? – la chica sobre Miguel salto de inmediato y se acercó a Hiro – es un Shinagami – le miro demasiado cerca – no luce muy muerto.
- Rubí él no es.
- Eres demasiado ingenua Rubí, este chico es obviamente humano- dijo esto último como si fuera un insulto – Miguel tiene un fetiche con ellos o algo así.
- Él no es un fetiche – respondió indignado.
- Disculpen – Hiro los interrumpió – me gustaría seguir en una conversación en un idioma que desconozco pero mejor me voy.
- Es verdad, el no habla japonés es americano – entonces Miguel dejo de hablar aquel idioma y las chicas fruncieron la nariz – antes de nada él es mi esposo Hiro estamos de luna de miel.
- ¿Esposo? – pregunto confusa Rubí imitando el idioma de Hiro.
- Hiro ellas son Rubí – señalo a la chica que minutos antes lo aplastaba esta lucía una larga capa roja y vestido negro – y su hermana Yang – señalo a la rubia vestida en unos shorts muy pequeños y botas altas – ellas son... errr, bueno tu sabes.
- Compañeras de trabajo – respondió la rubia – abrazando a Miguel, entonces lo noto, la mortalidad en el joven – o al menos lo éramos.
- Podemos volver a serlo – Rubí salto otra vez sobre Miguel pero esta vez su hermana la jalo de la capa – oye me lastimaste.
- Creo que deberíamos irnos – dijo la rubia – tenemos trabajo que hacer, es un gusto volver a verte Miguel – dijo su nombre en un tono muy seductor, dio una última mirada a Hiro y se llevó a su hermana de ahí.
- Ya veo por qué querías venir por aquí – murmuro entre dientes Hiro nada más verlas desaparecer por la otra esquina.
- Ay Hiro no es lo que crees, éramos amigos, compañeros de trabajo y eso.
Hiro solo gruño en respuesta, Miguel decidió entonces olvidarse del templo e ir a buscar un taxi para irse a la cabaña pero al ser este un lugar rural no había muchos disponibles. Para su luna de miel Miguel había planeado algo modesto pero definitivamente espectacular, una estancia en un Onsen, y aunque a Hiro le atraía mucho la idea de las aguas termales definitivamente se negaba a pasar por otro fiasco como su estadía en santa Cecilia, él no iba a quedarse en una casa sin comunicaciones y mucho menos dormir en el suelo, por muy tradicional que fueran, Hiro era un empresario ahora, un magnate de "negocios" según Krei y merecía lo mejor, luego de una larga discusión accedieron rentar una casita en un pueblo montañoso cerca de un Onsen, obviamente se aseguró de tener una cama y baño decente además de conexión wifi antes de aceptarlo, una vez instalados Hiro obtuvo su ducha relajante, debía admitir que no estaba mal para ser una casita en las montañas y Miguel, bueno agradeció no ser enviado al sofá pero definitivamente Hiro le ignoro toda la noche.
A la mañana siguiente Hiro despertó hambriento se molestó un poco al darse cuenta que no podría pedir servicio a la habitación de mala gana salió de la cabaña, había visto una cafetería justo en la calle de abajo, algo pequeña pero ayer desprendía un rico aroma a café por lo que vistiéndose bajo en busca de un delicioso desayuno, así que Miguel despertó solo en la cama, luego de una ducha refrescante el moreno salió para encontrar a su amado esposo acostado en la cama.
- ¿Qué te llevo tanto tiempo Miguel? – pregunto Hiro desde la cama, estaba usando solamente una bata de baño por lo que sus piernas lucían desnudas.
- Buenos días amor de mi vida – saludo cantarín – ¿ya se te bajo el coraje?
- Lo que ahora tengo es mucha, mucha calor – dramatizo destapándose la bata donde un lindo negligé de encaje negro adornaba su piel pálida.
- Ay chinito yo te refresco – sonrió Miguel quitándose la toalla de la cintura y lanzándose a besar y tocar ese cuerpo con muchos ánimos.
Un delicioso desayuno después Hiro estaba de buen humor, adoraba como los japoneses hacían comida deliciosa y a la vez adorable, casi le dio pena comerse esos hotcakes en forma de osito pero al menos les tomo una fotografía, con el estómago lleno y de mucho mejor humor decidió que una tontería como la de ayer no arruinaría su luna de miel así que tras ordenar otro desayuno para su marido, ay dios le encantaba como sonaba esa palabra, Hiro se dirigió a su casita, en su mente ya estaba planeando todo su día con Miguel recostados uno junto al otro en las termas del lugar.
- Miguel te traje el desayuno – Hiro entro felizmente a la cabaña cuando escucho unos ruidos raros en la habitación - ¿Miguel? – al no escuchar respuesta se tensó, aún más al oír como un objeto se caía, entrando en modo defensor de la justicia, dejo el desayuno en una mesita y camino muy lentamente, maldiciendo no estar usando su pulsera del traje estaba listo para tomar cualquier cosa como arma cuando el sonido de jadeos seguido de besos lo congelaron, alguien estaba besuqueándose en su habitación, alguien se besuqueaba en la habitación de Miguel y de él, trato de no alarmarse y reuniendo valor abrió la puerta con fuerza, la espalda canela de su novio rodeado de unas manos muy femeninas lo recibieron- ¡¿ Que carajos está pasando aquí?!
Al escuchar un grito, Miguel dejo de deleitarse con la piel de su amor listo para asesinar al tipo que lo interrumpió, cuando se giró quedo totalmente congelado pues su adorable chinito estaba ahí, parado con una mueca de dolor en su rostro.
- ¿Hiro? – confuso regreso a ver a la cama, al amante en sus brazos solo para descubrir que la figura de su esposo se desvanecía y ahora estaba Yang en aquel negligé, su cabello rubio estaba por la cama completamente desordenado y su labial corrido, labial que ahora estaba todo sobre Miguel, de inmediato se levantó alejándose de ella lo que ocasionó que la sabana se corriera y Miguel quedara desnudo – ¿Yang que carajos esta pasando? – la chica solo se rio suavemente y Miguel de inmediato se volteo a enfrentar a Hiro – amor esto no es lo que parece – pero bueno así desnudo con su amiguito Miguel Jr,. todo animado definitivamente seria difícil de convérselo de lo contrario.
- Eres un imbécil – respondió Hiro cerrando sus emociones como la primera vez que lo conoció, se dio la vuelta y salió de ahí de inmediato.
- Hiro espera – llamo Miguel pero este ya estaba muy lejos – ¿Yang que carajos hiciste?
- Solo quería darte la bienvenida Miguel – sonrió ella – tu mascota se puede unir – miguel la miro con odio y de inmediato busco ropa para vestirse mientras la chica en la cama hacia pucheros – vamos Miguel no te vayas – cuando Miguel la volvió a mirar para echarla Hiro estaba ahí nuevamente – si te gusta más así me quedare con esta forma – llamo la chica con la voz de Hiro.
- Quiero que te vayas Yang y dejes de molestarme.
- Pero Miguel –hizo un puchero.
- Ya deberías saber que no soy una parca – la chica que nuevamente tenía su forma desvió la mirada – soy mortal ahora y tengo una familia, por favor – dijo suplicante – si alguna vez sentiste algo por mí, si lo nuestro significo algo debes dejarme en paz.
- Oh Miguel soy un shinagami no podemos sentir – se burló la chica – solo extrañe a mi compañero de cama – Miguel negó con la cabeza y tras ponerse la camisa salió de ahí a toda velocidad buscando a Hiro –extraño que me hagas sentir otra vez – murmuro ya sola en la cama.
Yang se quedo ahí tratando de recordar todas las emociones que desbordaban cuando compartía cama con Miguel, la pasión, el dolor, la angustia, el deseo, todas emanando como mares del mexicano, esta vez no hubo ninguna, la shinagami se había sentido totalmente vacía mientras besaba a Miguel, sintió frio ante el tacto cálido de este y definitivamente termino por comprobar que Miguel era completamente humano, aburrida de esto decidió dejarlo en paz por los viejos tiempos, solo una ultima cosa le quedaba por hacer.
Miguel busco a Hiro como loco por las calles de aquel pueblo pero nadie parecía recordar verlo, maldijo de inmediato el querer estar conectado con la naturaleza, si estuviera en la ciudad en uno de esos hoteles modernizados probablemente podría pedir ayuda, buscar en las cámaras o que se yo, pero no Miguel era de viejas costumbres, le gustaba la vida sencilla por eso busco un lugar que al igual que su amada santa Cecilia permaneciera lo más intacta a sus raíces, este pueblo era una de los pocos en Japón así que ahora se chingaba y debía buscar a Hiro.
Hiro había salido corriendo y no sabía japonés, no es que no hubiera tiempo de aprenderlo solo que no le intereso realmente, cuando Miguel se lo cuestión a ya que es parte de sus raíces Hiro simplemente dijo que realmente nunca le importaron esas raíces japonesas por parte de su padre, el realmente no sentía ningún vínculo con ninguno de sus padres, tras perderlos tuvo suficiente con su tía y su hermano por lo tanto le eran indiferentes.
Miguel lloro tras oírle después de todo las raíces eran muy importante para él, punto es que Hiro salió corriendo de la habitación tras esa escena y conociéndole había desplegado su traje para alejarse volando a un lugar lejano evitando así no atacarlo con una de sus esferas electromagnéticas por su enojo.
Mientras tanto Hiro que su bien estaba furioso con su ahora esposo no era estúpido, sabía que no dominaba el idioma local, así como a falta de su súper traje no iba internarse en las montañas por mas enojado que estuviera y deseara estar solo, en su lugar se encontró bebiendo en el primer bar que encontró, para ser un pueblo rural tenía una vena cantidad de estos y el alcohol no era malo, genial ahora era experto en licores si esto seguía así se convertiría en un alcohólico pronto, estúpido Miguel, Hiro se reprendía que si hubieran pasado su luna de miel en Hawái como él quería en lugar de ahí quizás no hubiera ninguna ex novia importunando, luego de maldecir por varios minutos a cierto mexicano llego a la conclusión que tal vez si fue un error, después de todo Miguel no era tan estúpido como para meterse con una mujer en la cama sabiendo que iba a volver, quizás fue un error o la chica de alguna forma lo embrujo, Miguel nunca había vuelto a hablarle sobre el mundo espiritual y las parcas y la verdad el jamás pregunto por temor o simplemente porque no quería recordar esa faceta, aquella donde Miguel le mira sin alma alguna con un gran vacío en su corazón, sacudiendo esos pensamientos de su mente y ya más relajado volvió a la cabaña en busca de Miguel para escuchar su explicación tras un largo pero muy largo rato bebiendo antes de hacer un daño irreversible para su hígado.
- Finalmente regresaste – la voz de Miguel en la cama realmente le hizo sentirse mejor – empezaba a creer que pasaría esta luna de miel solo – su ahora esposo parecía totalmente tranquilo.
Se veía hermoso Miguel estaba completamente tendido en la cama desnudo o al menos así parecía ya que solo una fina sabana cubría su entrepierna, todo rastro de aquella mujer había desaparecido, parecía que Miguel quería compensar ese error o lo que fuera con su cosa favorita en el mundo, sexo, incluso había flores y una botella de vino en una hielera, genial más alcohol.
Hiro sonrió, se sacó la chaqueta que estaba usando tomado la botella de vino revisando la etiqueta, alcoholismo aquí vamos, la abrió disfrutando del aroma para acercarse a Miguel y dejarla chorrear por el pecho de este, su enojo parecía haberse evaporado, Miguel sonrió ante esta acción, Hiro dejo la botella sobre la mesita de noche tomando su reloj, subió a la cama una pierna a cada lado de las caderas de Miguel y acercando su rostro con ambas manos murmuro.
- ¿Dónde diablos esta Miguel? – el moreno le miro confundido en silencio por lo que Hiro soltó un puñetazo en su rostro haciendo que su cabeza rebotara contra el colchón – no voy a repetirlo- levanto su mano frente a su cara donde el reloj ya se había convertido en uno de sus guanteletes listo para disparar.
- Jajajajaja – el miguel falso empezó a reír entonces levanto el rostro sin temor a dicha amenaza y le sonrió de forma sarcástica – no se de lo que estás hablando chinito.
- Realmente es una buena imitación – Hiro sintió un escalofrió al escuchar aquel apodo viniendo de este imitador – pero no es suficiente para engañarme.
- Lo fue para Miguel – el rostro ensangrentado de Miguel desapareció al igual que su cuerpo y ahora estaba la misma chica con quien encontró a su esposo hace unas horas sonriéndole.
- Migue siempre ha sido algo débil conmigo, si quiero que haga algo que odia solo debo desnudarme y verter tequila en mi pecho – presumió aquél poder sobre su esposo – y estará a mi merced... si fueras el estarías abrazando mis piernas suplicando perdón no tratando de seducirme luego de una pelea – ella solo rio más fuerte.
- Acabas de arruinar la gran impresión que tenia de miguel – se quejó haciendo un puchero- pero abriste la puerta a un sin número de fantasías nuevas.
- ¿entonces? – la luz de su guantelete se encendió cada vez más en una clara amenaza - ¿Dónde está?
- ¿o que, vas a matarme? – se burló- cariño llegas cien años tarde para eso – se burló, Hiro solo sonrió aún más sin decir palabra alguno apuntando al techo y disparo.
Hubo un momento de confusión en la chica momentos antes era amenazada y ahora disparaba al techo estaba a apunto de preguntar que rayos paso cuando el joven salto de la cama, trato de seguirle pero se vio apresada por algo, de inmediato levanto la mirada y ahí en el techo estaba una trampa para parcas, se dio cuenta entonces que fue el disparo del chico que ahora buscaba una silla para sentase frete a la cama cómodamente.
- Entonces, empecemos de nuevo – Hiro lucia totalmente tranquilo como esos directivos de empresas millonarias justo antes de despedir a un sin número de empleados - ¿Quién eres tú? Y ¿Qué quieres de Miguel?
Tal vez Yang se dio cuenta demasiado tarde que subestimo a este chico, puede que Miguel siempre fuera fácil para ella pero en definitiva este joven frente a ella no lo era.
Pero bueno no es como si pudiera matarla ¿cierto?
La sonrisa arrogante de Hiro le dejo en claro que si bien no podía matarla definitivamente sabia como lastimarle, maldición por que Miguel tuvo que revelar seguramente los secretos de una parca, ya podía oler el aceite sagrado.
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"Si ellos están mintiendo, por favor, defiéndete
Yo sé que no lo harás, pues dicen la verdad
Es una pena, siempre seguirás doliéndome
Y, culpable o no, ¿qué le puedo hacer ya?"
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No podía creerlo que pinche suerte la suya, ayer pasaron toda la tarde buscando el dichoso templo, Miguel tuvo que cargar todas las maletas para que Hiro aceptara ir, casi casi tiene que cargarlo también a él y ahora que busca a su chino lo encuentra, estaba a nada de azotar su cabeza contra un dichoso árbol cuando el tintineo de la campanilla volvió a hacerse presente, desde hace años que no escuchaba ese tintineo, era el clásico sonido que hacen las campanillas de viento japonesas y al mismo tiempo muy diferente, resonaba mucho más fantasmal, sabiendo lo que esto significaba empezó a seguirlo, adentrarse mas a la montaña y separarse del templo no era una buena idea para los turistas pero de nuevo él no era un turista y definitivamente algo había ahí.
No tardó en encontrarse con un niño estaba agachado junto a un árbol sollozando bajito con el sonido de las campanillas sonando a su alrededor, debía ser un espíritu pensó, con la misma calidez con la que solía tratar a su hermana se acercó muy lentamente para no desatar su furia más al tocarlo se dio cuenta que de hecho era muy real, el niño que obviamente no era un espíritu lo miro entonces su carita estaba empapada de lágrimas y debajo de un largo mechón de pelo uno de sus ojos era de un azul brillante definitivamente sobre natural.
- Hola – saludo Miguel tratando de parecer lo más amigable posible - ¿estás bien? ¿te has perdido? ¿cómo te llamas? - preguntaba con suavidad ante el silencio del niño quien lo miro con desconfianza y tras un largo silencio finamente respondió.
- Kubo.
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Cuando Miguel regreso a la cabaña después de llevar al niño a la estación de policía nadie lo preparo para lo que se encontró, Yang y Hiro estaban ahí, pero no a punto de asesinarse, si no charlando entre risas tomando té, Hiro odia el té, solo le gusta el té que Miguel le hace, ¿de qué carajos podrían hablar y reír tanto?
- Y entonces Miguel fue arrestado por la policía ya que pensaron que era un acosador de menores – termino la rubia obteniendo una risa de Hiro, ay dios era peor de lo que pensaba le estaba contando anécdotas de su vida en Japón – hola Miguel – la chica finalmente pareció notarlo todo angustiado ahí en la puerta – le contaba a Hiro de la vez en que tenías que exorcizar a esa niña del parque y te confundiste.
Hiro solo empezó a reír más fuerte y al final todo el asunto se aclaró o eso parecía.
- Conocí a un niño hoy – murmuro Miguel en lo que Hiro se levantaba a contestar una llamada importante de Krei.
- Cuidado Miguel o la policía podría atraparte otra vez – se burló la rubia.
- Estaba llorando en el bosque, la policía dice que es huérfano y era la sexta vez que lo devuelven al orfanato – continuo con seriedad, la chica solo bebió más de su té era obvio que esto era importante ya que el mexicano no reacciono a su broma – su ojos era diferente, creo, creo que puede ser capaz de ver e interactuar con el mundo espiritual.
- Eso es muy lamentable - dijo la chica – sin el cuidado correcto terminara como alimento de cualquier yokai –se encogió de hombros – debe ser por eso que lo devolvieron, un chico con sus habilidades termina devorado – mordió uno de los pokis que Hiro había ofrecido momentos antes - o condenado a ser un shinagami – murmuro.
Miguel la miro en silencio recordando que ese había sido el destino de Yang, ella y Rubí no eran hermanas de sangre, cuando Yang había nacido su habilidad le causo el rechazo de su propia familia e incluso la gente del pueblo sufrió demasiado y estuvo a punto de morir muchas veces a causa de los golpes o simplemente la dura vida en las calles, hasta que conoció a Rubí quien ya era una shinagami ella evito que fuera devorada por un Yokai malvado lo que la llevo a convertirse en su sombra, cuando finalmente murió se convirtió en lo que era ahora, pues su habilidad en vida la volvió una gran candidata a eso. Kubo tendría algo igual una vida llena de dolor y sufrimiento, pues era la naturaleza humana rechazar lo que es diferente, aquello que les da temor.
Miguel no iba a permitirlo.
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"Miénteme, como siempre
Por favor, miénteme
Necesito creerte
Convénceme"
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Hiro había construido un pent-house en una torre, torre que era una ampliación a su compañía ¿por que? Pues por que podía y definitivamente Miguel no debió enseñarle las películas de iroman, pero bueno el mexicano estaba cansado de que sus referencias no fueran captadas por su ahora esposo y lo obligo-soborno para ver un maratón de Marvel también hubo unas cuantas de DC porque uno no puede simplemente ignorar la calidad de Batman y el Joker, el resultado fue crear un nuevo fan y mucho peor Hiro sintió como un desafío cuando Miguel murmuro algo sobre casi ser como Tony Star con la diferencia de que no tenía una torre, seis meses después, porque si los chingados microbots construyeron la torre haciendo más presumido a Hiro, las ventajas de estar casado con un genio egocentrista era que ciertas cosas se podían hacer realidad, Miguel seguía bromeando sobre ser un esposo trofeo ahora y tenía que mantenerse en forma antes de que Hiro creara un amante o algo así.
Miguel dejo de bromear cuando el llegó a sus vidas.
Con Kubo en la escuela decidido a darle una sorpresa a su esposo el cual parecía cada vez más ocupado en ese proyecto suyo ultra secreto con Karmi en el sótano de la torre, no él no estaba celoso, para nada, bueno tal vez un poquito, así que como su querida mamá Elena decía "el camino al corazón de un hombre es por su estómago" miguel decidió usar toda esa sabiduría, regreso temprano luego de sus ocupaciones en el centro comunitario con un montón de bolsas en sus manos, las personas que ya lo conocían en la torre, trabajadores entre ellos científicos y hombres de negocios ya estaban acostumbrados a ver al moreno como una esposa promedio siempre cargando bolsa de víveres sin ayuda de nadie, vistiendo ropas comunes y nada ostentoso a diferencia de Hiro que trataba de usar camisas de botes y pantalones limpios, una vez incluso lo vieron bajar corriendo con un mandil y la cara llena de betún buscando a su escurridizo hijo, eso llevo a que Hiro instalara cámaras de seguridad con lectores faciales para al rápida búsqueda de ciertos niños que gustaban de ocultarse de sus padres y asustarlos de muerte.
- Buenas tardes señor Hamada – saludo con una sonrisa divertida la secretaria de recepción de la torre – ¿otra vez olvido su tarjeta del elevador privado? – pregunto ya que esto era un cosa común.
- Es Miguel, Susana te lo he dicho muchas veces y como no quieren que olvide esa cosa, es un rectángulo fácilmente olvidable – respondió con el ceño fruncido – podrías – señalo el elevador con los ojos ya que estaba cargando víveres.
- Por supuesto – asintió la mujer usando su tarjeta para abrir el elevador, este solo lo llevaría a los piso básicos, pero Miguel podía subir hasta el pent-house ya que el reconocimiento facial del elevador lo dejaría entrar – que tenga buena tarde señor Hamada – se despidió la mujer cuando las puertas se cerraban.
Miguel empezó a silbar en dicho elevador pensando en que Hiro debía instalar música aun cuando este negó diciendo que nunca le gustaron los elevadores con música, la puerta se abrió y ahora un par de sujetos con traje miraron curiosos a Miguel, zapatos comunes, sudadera blanca y pantalones de mezclilla, bolsas de comida en sus manos, solo le faltaba una gorra y listo repartidor de comida en su frente, los tipos obviamente eran nuevos ahí ya que lanzaron una mirada de desdén al moreno quien solo dejo espacio a los sujetos y siguió silbando, mientras se mecía por el sonido de la música en su cabeza de la bolsa cayó una naranja, los tres hombres se miraron y finalmente Miguel se agacho para cogerla tirando más productos en el proceso, los hombres lo miraron desagradablemente murmurando palabras nada agradables sobre que hacia ese tipo ahí.
La puerta se abrió y ahora Krei apareció seguido de su confiable secretaria.
- Miguel – saludo el hombre al joven que recogía sus productos con trabajo – Olvidaste tu tarjeta personal nuevamente – bromeo ya conociéndolo, incluso en la otra torre tenía ese pase para que nadie lo detuviera pero siempre parecía hacerlo y al final los guardias se grabaron su rostro dejándolo entrar sin pedir identificación ni nada.
- Hola Krei – saludo Miguel con un suspiro ellos ya se llevaban civilizadamente - esas madres se doblan si las guardo en mi bolsillo trasero – los tipos rodaron los ojos al escuchar su vocabulario.
- Permítame Señor Hamada – dijo la secretaria de Krei agachándose para ayudarlo a levantar las cosas, incluso krei lo hizo y eso congelo a los tipos del elevador, todos sabían a quien pertenecía ese edificio por lo que aquel apellido tenia cierto peso en la sociedad, más si estabas en su edificio para trabajar como nuevos empleados de relaciones públicas.
- Está bien no es necesario – pero pronto ya tenía todas las compras, Krei se había quedado con una bolsa mientras su secretaria volvía la atención a su tableta agentando citas y demás – bueno gracias.
- ¿Cocinaras hoy? – preguntó el rubio.
- Es una sorpresa, te invitaría pero sé que no te gusta mi cocina – dijo con un puchero.
- Lamentablemente no tengo un estomago tan resistente como el tuyo, no podría con tanto condimento y picante – se defendió.
- Pues usted se lo pierde señor delicado – el elevador se abrió otra vez y krei salió de ahí con su secretaria empujando la bolsa en sus manos – hasta luego Krei.
- Ve con cuidado Miguel y trata de no olvidar tu tarjeta otra vez – se despidió, las puertas del elevador se cerraron y Miguel estaba otra vez con los dos hombres que ahora lo miraban con algo de miedo, finalmente lo reconocieron y temían ser despedidos o algo así, pero bueno no era su culpa Miguel lucia muy diferente en este estado a como se acostumbraba junto a Hiro en portadas de revistas y páginas de internet.
- Entonces – miguel se aburrió del silencio y estaba a punto de empezar una conversación cuando el elevador se abrió otra vez.
- Señor Hamada – llamo feliz una mujer bajita, la nueva Jefa de relaciones públicas – me alegra tanto verlo aquí, necesito que apruebe los últimos detalles de la gala de beneficencia.
- Hola Helen, te eh dicho que me llames Miguel – dijo con una sonrisa – y te recuerdo que quien aprueba eso es Hiro no yo.
- Bueno le recuerdo que el Señor Hamada lo puso a cargo de este evento – Miguel frunció la nariz, era cierto Hiro le dio una responsabilidad por que se quejaba de que nunca lo veía por el trabajo y según eso para el genio significaba que Miguel quería ser parte de la compañía, el solo quería más amor.
- Confió en ti lo apruebo – dijo satisfecho.
- Genial – sonrió la mujer – firme aquí y todo estará listo – Miguel señalo las bolsas - o cierto a ver deme – le quito una bolsa – puede sostener esto – se la dio a uno de los hombres y le quito la otra y se la dio al otro – listo firme aquí, y por favor no se equivoque de firma recuerde el alboroto del papeleo de la última vez – suplico la mujer.
- Si ya voy – miguel leyó algo rápidamente y finalmente firmo con el apellido Hamada para autorizar las puertas se abrieron y la mujer salió.
- Tenga buena tarde señor Hamada.
- Nosotros nos bajamos aquí – murmuro con pena uno de los hombres.
- O si gracias – miguel tomo las bolsas de vuelta.
- Con su permiso señor hamada – dijo el otro hombre y siguieron a la que era su nueva jefa.
- Que agradables sujetos – dijo miguel y continuo con su día.
Los parlantes de la habitación sonaban con una música manteniendo el ambiente para el cocinero, Miguel estaba en la cocina con un mandil que decía "Esposo trofeo" cantando a todo pulmón, igual que en la película, el pent-house tenia inteligencia artificial activada por voz, incluso tenía una pista de aterrizaje como la de la torre Stark solo que esta no le quitaba el traje de superhéroe en automático ya que su traje era otro tipo de tecnología pero la pista le da status.
Miguel meneaba las caderas con sentimiento cocinando al ritmo de la letra, de esas canciones que Hiro llamaba de la época de las cavernas para hacer enojar a Miguel ya que eran clásicos.
- Miénteme, como siempre por favor, miénteme necesito creerte convénceme – usando un cucharon como micrófono el mexicano se dejó envolver por la música cuando se giró y abrió los ojos mirando la figura que lo miraba dejo caer el cucharon, el color en su piel se esfumo y un frio horrible le calo los huesos – Ta....Tadashi.
Se quedó paralizado mirando al fantasma ahí, estaba desnudo casi completamente, solo un pequeño bóxer negro cubría sus partes íntimas, el hombre lo miro confundido, buscando el origen de aquella música mirando ahora el techo, parecía que el sonido es lo que lo llamaba, noto unas extrañas marcas en sus ante brazos círculos perfectos rojos, cuando el chico giro la cabeza, la misma marca roja estaba en su cuello, bien aquellas marcas raras y el hecho de que estuviera desnudo, desorientado y definitivamente no le hablara decían claramente que no era Tadashi el fantasma, con movimientos muy lentos, Miguel trato de alcanzar un cuchillo de la barra, cuando el clon lo noto le miro salvaje, Miguel jalo el arma tan rápido que tiro la comida en la estufa quemándose.
- Maldita sea – gruño sosteniendo su brazo ahora quemado, el sujeto se movió entonces se acercó hasta él y tomo su brazo, Miguel jaloneo apuntándole con el arma, pero el sujeto se la arrebato y tiro el cuchillo lejos para mirar de cerca el brazo de Miguel.
- Quemadura leve, necesitas agua – su voz sonaba mucho más gruesa que la de Tadashi, más oscura y tranquila, la llave de agua se abrió y Miguel confundido miro la escena, las llaves se activaban por voz tanto manuales pero solo reaccionaban a sus voces y este sujeto solo pidió agua, algo definitivamente está mal, fue jalado contra su voluntad al fregadero y su brazo puesto bajo el chorro, cuando humo empezó a salir de la estufa, un trapo empezó a quemarse y el sujeto miro la fuente de humo, los rociadores se encendieron en la cocina mojándolo todo, esto era jodidamente extraño la I.A. no había hablado detectando el humo ni siquiera y los aspersores ya estaban mojando la cena.
- Aquí estas – Hiro apareció en el umbral mirando la escena – desactiva los aspersores – el agua paro y de inmediato miro a su esposo – ¿qué fue lo que... ¿Miguel estas bien? – se acercó preocupado.
- Tiene una quemadura leve solo aplique agua, necesitara un gel frio para evitar escozor y estará bien – respondió el sujeto extraño, medio desnudo en la habitación y ahora mojado.
- Gracias Kyle – respondió Hiro examinado la herida de Miguel.
- ¿Kyle? – chillo Miguel confundido – ¿lo conoces? – antes de que Hiro pudiera hablar otra persona interrumpió en la cocina.
- ¡No puedo creer que lo perdiera Hiro! – Chillo Karmi mirando al escena – ¡lo encontraste!- aplaudió feliz.
- ¿También lo conoces? – ahora Miguel fruncía el ceño – ¿Que carajos está pasando aquí Hiro Hamada? – Miguel arrebato su brazo y se cruzó de brazos mirando furioso a los presentes – porque hay una copia de tu hermano semi desnudo con voz súper varonil en mi cocina.
- Ok – Karmi se acercó para jalar al sujeto extraño y sacarlo de ahí – vamos a secarte y ponerte algo de ropa Kyle, los dejaremos solos.
- Karmi espera – Hiro no quería quedarse a solas de Miguel pero ya era muy tarde la furia del mexicano fue aún más cuando miro su delicioso ceviche echado a perder.
Explicar quién era Kyle a su flamante marido no había sido fácil, sobre todo por el parecido a su hermano fallecido pero bueno, Kyle era un proyecto secreto uno que comenzó cuando el alma de Tadashi tomo posesión de baymax y tras años de investigación logro terminar, no es como si quisiera traer de vuelta a su hermano, aprendió su lección muchas gracias pero tras empezar aquella locura cuando se dio cuenta estaba tan encaminado que se vio imposible en desechar el proyecto, en su lugar decidió construir la primera inteligencia artificial totalmente autónoma y capaz de racionalizar por su propia cuanta, a diferencia de los robots como baymax y demás Kyle contaba con una personalidad única que se iría desvalorando en base a experiencias y aprendizajes justo como un ser humano, Hiro había creado vida completamente artificial, su piel era muy parecido a la piel humana, incluso el calor corporal y sus funciones vitales era parecidas, Kyle respiraba aun si no lo necesitaba, Kyle comía, defecaba e incluso sus genitales eran funcionales, exceptuando en la parte reproductora Kyle era lo más parecido a un ser humano, Miguel no estuvo feliz pero de nuevo Hiro sabia como convencerle.
El estúpido robot-clon-terminator de tadasashi se quedó, y su nombre era Kyle.
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"Miénteme con un beso
Que parezca de amor
Necesito quererte
Culpable o no"
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- Miguel - dijo Hiro con nerviosismo mirando a su marido cepillarse los dientes desde la cama donde estaba sentado.
- Mmm - murmuró para que supiera que le estaba poniendo atención - ¿qué pasa corazón? - dijo cantarín tras escupir y salir del baño.
- Eh estado pensando, sé que tenemos a kubo y sabes que lo amo con toda el alma pero, creo que es tiempo de que tengamos un bebe tengo opciones que me gusta ¿Que rayos estás haciendo?- pregunto al ver a Miguel sacarse la playera que usaba de pijama.
- Pues dijiste que haríamos un bebé – dijo a medio desvestir mirándole confuso.
- Estoy tratando de ser serio aquí Rivera - gruño por la idiotez del sujeto.
- Yo también pues ¿cómo más lo vamos a hacer? - Hiro lo miro confundido hasta que le entendió a lo que se refería.
- Idiota somos hombres y no podemos hacerlo así – realmente no creía que su marido fuera tan estúpido.
- Hachís ¿que no es el futuro? ¿No hay embarazos masculinos gracias a la ciencia? – confundido lo miro.
- Eso es en personas trans.
- Pues en Japón yo vi a uno embarazado – miguel no iba a rendirse Hiro no iba a engañarlo, ahora que había empezado a fantasear sobre ver a su chinito con barriguita esperando a su bebe nada iba a detenerlo.
- En Japón, esto no es Japón- nuevamente Hiro estaba reconsiderándolo.
- Pues, ¿no siempre dices que eres japonés?
- ¡No puedo quedar embarazado! – estaba empezando a enfadarse.
- Las películas y anime me han engañado – jadeo indignado - Ya no se puede confiar en nadie.
- Estoy empezando a reconsiderar esto de que mi hijo tenga la mitad de tu material genético – realmente lo reconsidero.
- Hey ¿acabas de insultarme? – más indignación.
- ¿Tú qué crees? – dijo con sarcasmo.
- Tal vez sea un idiota pero tú te casaste con este idiota – le enseño su sortija de matrimonio.
- Y no sabes cómo me arrepiento – golpeo su cabeza con una palma - Hablo enserio miguel quiero un bebé – volvió a decir con seriedad.
- Bien veré toda la tesis de información que seguro juntaste y la prestación de la película si quieres pero mañana... Ahora que tal un intento a la forma antigua - meneo las cejas acercándose a él y besado su cuello - anda mejillas dulces.
- Eres realmente un idiota
- Tu idiota – y si Miguel tenía razón esa su idiota y solo por si acaso lo intentaron de la forma antigua, y no, no funciono.
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"No tengo ya derecho a reprocharte nada
Pues nada queda ya de ti, de mí, de ayer
¡Qué pena!, nuestra historia pudo ser fantástica
Y ahora dime, mi amor, ¿quién te va a defender?"
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Estas eran las primeras vacaciones familiares oficial de la familia Rivera-Hamada aunque legalmente seguían siendo familia Hamada, eso de estar muerto no ayudaba a la hora de retomar tu vida mortal y bueno para evitar complicaciones, hakeos cibernéticos y falsificaciones Miguel tomo el apellido de Hiro, aunque obviamente le gusta siempre decir "Rivera-Hamada" cada que tenía oportunidad así fue como convenció a su amado esposo adicto al trabajo el tomar unas vacaciones para ir en familia a Hawái, solo que no eran mucho en familia, la tía Cass estaba en áfrica con Ryan a esos dos les encantaba estar en la jungla y su tía sorprendentemente saco su espíritu de aventura, lo que ninguno de ellos sabia era que ambos se habían casado bajo distintas tradiciones de las tribus locales y de ahí el que actuaran como marido y mujer.
Así que la tía Cass no iría de vacaciones, bien aún tenían más integrantes en la familia, solo que Kyle se negó rotundamente, su excusa fue que alguien debía quedarse en san fransokyo a protegerla en su ausencia, Miguel ni siquiera discutió esto aún no se acostumbraba a la idea del que este fuera "hijo" de Hiro y pues estuvo muy feliz de ahorrarse su boleto de avión.
Entonces un Miguel muy animado, un Hiro quejica del ardiente sol y un pequeño Kubo aún no del todo acostumbrado a tener familia que lo quisiera realmente se encontraron en Hawái donde pasarían unas fantásticas y paradisiacas vacaciones o eso decía el cartel de bienvenida en el aeropuerto la verdad es que si iban a vivir una experiencia que cambiara sus vidas.
El hotel era uno de esos compuesto de varias pequeñas cabañas que daban la ilusión de intimidad en medio de un paradisiaco lugar, Hawái estaba lleno de estos nuevos hoteles ecológicos y eran un atractivo turístico a diferencia de hace muchos años, la verdad cuando el terremoto de san fransokyo ocurrió trajo consigo un enorme tsunami que hundió la mitad de la isla de Hawái, las otras islas ni que decir las dejo por completo bajo el agua, miles de vidas se perdieron y cuando el mar satisfacío su hambre solo quedaban escombros de los que fue un hermoso paraíso generador de dinero.
Tardaron muchos años en reconstruir sus vidas y varios empezaron nuevamente desde cero, los pequeños hoteles de rascacielos y piscinas internas se transformaron en bungalós pintorescos que llamaron a más turistas ansiosos por una experiencia más salvaje.
Nada más llegaron al hotel Hiro ya se había quejado de los cuatro mosquitos que le habían picado mientras Kubo miraba todo maravillado, las grandes palmeras y sacaba sus zapatos para tocar la arena, Miguel se sintió más animado por esto e ignorado las quejas de su esposo busco al encargado para reclamar su reservación, Hiro fue tras el para quejarse sobre razones seguramente exageradas y cuándo se dieron cuenta Kubo no estaba por ningún lado, de inmediato el pánico los inundó y salieron como locos a buscarlo por los al rededores.
- ¡Kubo! – grito Hiro al verlo en la playa junto a una chica de un vestido blanco totalmente paradisiaco, el sol ya poniéndose en la lejanía llenando de pequeños rayos naranjas el firmamentito – ¡Miguel lo encontré! - grito un poco aliviado abrazando a su niño – no vuelvas a asustarnos así – dijo aun asustado por el suceso.
- Quería ver las olas – dijo la chica junto a ellos- solo quería ver las olas y escuchar el ruido del sol al tocar el mar – Hiro levanto la mirada para ver a la joven de piel canela y hermosos ojos chocolate sonreír con calidez.
- ¿Entiendo? – asintió no muy bien comprendiendo lo que decía – pero eso fue muy estúpido – regreso la vista a Kubo quien miraba a su padre y a la chica que estaba a su lado – no puedes ir por ahí con extraños, sin ofender – le dijo - ¿tenemos que tener la plática sobre vagar sin permiso? – Kubo negó de inmediato odiaba esa platica por que su padre Hiro tenía la manía de exagerar cada situación todas terminando con una muerte o posible daño en su persona.
- ¡Kubo! – Miguel llego corriendo entonces abrazo al pequeño niño con fuerza y mirando a la joven ahí le agradeció por cuidar de su hijo – gracias, muchas gracias enserio- sin embargo la chica palideció, al verlo solo guardo silencio mirando su rostro como si hubiera visto un fantasma, ninguno noto su reacción debido al shock del momento, ninguno más que Kubo quien intento tocar a la joven – enserio muchas gracias – le dijo levantado a Kubo para darse la vuelta y regresar a la recepción del hotel.
Mientras se marchaban Kubo levanto su manita despidiéndose y la joven la levanto también aun impactada por lo sucedido, esa noche estaban totalmente acomodados en una pequeña cabaña con dos habitaciones, una sala, baño y una pequeña cocina todo un paraíso para ellos esa noche mientras Miguel robaba el teléfono de Hiro ya que este no dejaba de tratar de controlar todo desde este quitándole todo el significado a vacaciones afuera de su cabaña escucharon una melodía, una guitarra tocando una extraña melodía, una que Miguel reconoció al instante, cada uno pensó que fue una sorpresa preparada por el otro y ambos se fueron a acostar con una sonrisa en la cara entre besos y caricias demostrando su amor.
No fue hasta el día siguiente que la vieron otra vez, Hiro había conseguido un nuevo celular, se lo compro por un montón de billetes a un empleado del hotel escondiéndose detrás de la cabaña para hacer su llamada de negocios, ahí estaba ella, la joven acechándolos, intentando asomarse por una de las ventanas, Hiro no le dio el tiempo de escapar de inmediato la enfrento cuestionando que estuviera ahí, pensó lo peor, que quería robarles hasta querer secuestrar a Kubo, no se extrañaría cualquiera lo haría para sacarle una fortuna y Hiro daría toda esta por la seguridad de su niño que no dudaría.
Sin embargo su respuesta lo dejo helado.
- El otro hombre, el... él es mi padre – dijo la joven con tanta seriedad que lo confundió, Hiro negó, esto no podía ser verdad pero miro a la chica, una joven de quizás 16 años cuando mucho y aun que Miguel ahora era humano, envejecía como cualquiera hace un par de este era una parca, un ser inmortal que bien pudo tener muchas vidas más y sin embargo se negó a aceptarlo.
- No – dijo el – estas mintiendo, vete ahora antes de que llame a la policía – amenazo y la joven solo bajo la mirada herida extendiendo su mano con un papel en ella, una simple fotografía, que Hiro tomo sin muchos ánimos, donde una mujer de rasgos hawaianos sonreír abrazada de un hombre muy familiar, Miguel estaba ahí sonriente en dicha fotografía.
- Ella es mi madre – dijo la joven – y el mi padre.
- ¡Vete! – le grito Hiro no creyéndolo del todo – ¡vete ahora! – le grito y la chica salió corriendo dejando su preciada prueba – Hiro solo la tomo y miro, no había duda alguna ese era Miguel su estúpida sonrisa, sus dientes perfectos, su estúpido lunar, cuando dio la vuelta a la fotografía una frase una dedicatoria.
"Donde el sol toca al mar" Miguel Rivera.
Cuando Miguel regreso con Kubo riendo por el gran día de diversión el cual Hiro se había escusado diciendo que se sentía mal del estómago, encontraron Hiro sentado en el sofá con ya media botella de vino vacía, trataron de no discutir frente a Kubo, Miguel supo que algo estaba mal pero como habían acordado no se gritarían frente a su hijo, Miguel se acercó como si nada beso la mejilla de Hiro quien lo dejo pero no correspondió y dejo que su hijo animado contara todo sobre su día fantástico, cuando Kubo estuvo dormido ellos tuvieron su discusión, gritos apagados se escuchaban desde la habitación y Miguel solo miro la fotografía suspirando negando con la cabeza "Alana" murmuro su nombre reconociéndola, Hiro no quiso escuchar más empujo a Miguel alejándose de él, sabía que no debía sentirse traicionado, que lo que viviera con esa mujer fue mucho antes de ellos y sin embargo, su corazón se sintió roto, traicionado.
- Su nombre era Alana – dijo con suavidad pero Hiro negaba empujándole – escúchame Hiro, Hiro escucha la chica ella no es...
- ¿Dormiste con ella? – pregunto en suavidad - ¿Te acostaste con ella?
- Si – respondió Miguel con sinceridad – pero...
- Es verdad – apretó los dientes y bueno el parecido era muy evidente la chica tenía el mismo tono canela y los mismos ojos de Miguel – ella podría ser tu hija – le insistió.
- No lo es – le miro con sinceridad – Hiro, puede que durmiera con su madre pero ella no es mi hija.
- ¿Cómo puedes ser tan seguro? – insistió dolido - ¿Cuántos hijos más tienes en el mundo? ¿Cuántas familias has tenido antes que la nuestra? – pregunto finalmente, aquel pensamiento que había estado torturando su mente desde esa fotografía, ¿cuántas vidas tuvo su esposo?, ¿cuantos apellidos tomo y familias formo?, ¿Cuántos amores más? Aun que se había hecho a la idea de eso hace mucho tiempo, antes solo era un chico, uno muy enamorado que no había visto realmente el significado de la inmortalidad de Miguel, ahora que la veía más claro se sentía celoso, humillado y tal vez traicionado por la falta de honestidad.
- Ninguna – respondió Miguel – no eh tendió más familia que aquella que está del otro lado – tomo sus manos con amor viendo que Hiro sorprendente se dejó – nunca sentí tanto amor por una persona como tu Hiro, tú y Kubo son todo mi mundo ahora – lo abrazo con suavidad – y esa chica no puede ser mi hija porque yo no puedo tener hijos – Hiro se quedó congelado ante esto.
- ¿Qué? – debía ser una broma algo tonto, pues Miguel siempre hablaba sobre tener mucha familia y ahora no comprendía nada.
- La muerte no puede engendrar vida Hiro – explico sentándose en el sillón Hiro lo siguió muy lentamente - fui una parca por muchos años y nunca pude tener hijos, hubo un tiempo en el que lo desee, quería un hijo, alguien que me diera un propósito pero me hicieron pruebas y soy totalmente estéril, los médicos no entendían parecía sano pero mis pequeñines no tenían vida alguna – suspiro – lo siento Hiro, lamento tanto nunca decírtelo – negó con la cabeza- pensé que al ser ambos hombres nunca tendría que decirlo y bueno siempre hablas de lo talentoso que eres y pensé que si teníamos hijos tu serias el donante – Hiro miro a su esposo sumirse en su dolor, había sido tan egoísta que no comprendía por lo que este pasaba, cada conversación sobre una familia, la forma tan animada pero a la vez triste que Miguel siempre insinuaba esta, como miraba a Kubo con tanto amor siempre dándole cariño y el rencor que parecía tenerle a Kyle.
Por qué el pobre androide no era más que el recordatorio andante de que Hiro podía tener hijos y Miguel no, al menos no biológicamente, era tonto pero para alguien como Miguel, alguien educado a la antigua aún tenía algo de peso.
En la habitación de Kubo donde el pequeño niño debía dormir una propia conversación se llevaba a cabo, Kubo sentado en la puerta de la habitación abrazando sus piernas junto a la extraña chica que al parecer había entrado por la ventana escuchaban esa conversación.
- Él no es tu padre – repitió Kubo – ya lo escuchaste.
- Él tiene que serlo – susurro la chica totalmente triste – tiene que ser - insistió y el pequeño niño japonés solo se quedó ahí acompañando el dolor de esa jovencita.
Aquel incidente ya no se volvió a tocar y Miguel prometió hablar con la chica la próxima vez que la viera y explicar todo, pasaron ese día entre risas, Hiro incluso olvido su teléfono y esta vez sí puso atención a su familia, probaron estúpidos deportes acuáticos y hasta hicieron la caminata más inútil en palabras de Hiro de su vida, con el quejándose de todo y pues Kubo recogiendo cada piedra bonita que veía, al final regresaron con los bolsillos llenos de piedras y cansados directos a dormir, para el último día de vacaciones, Hiro alego que no podía ausentarse tanto, además prometió otro viaje en un par de meses así que Miguel lo tomaría.
El ultimo día fue más tranquilo Kubo nado con delfines mientras disfrutaban del sol, caminaron por la arena viendo a su niño recoger conchas y más de las dichosas piedras y cenaron con un espectáculo de malabares de fuego, aquella última noche fue cuando la vieron por última vez, la chica estaba ahí tocando su pequeña guitarra que bien podía ser un ukelele con la conocida tonada de la primera noche, estaban sentados mirado las estrellas afuera en su cabaña cuando la chica paso a lo lejos, Miguel se levantó no muy seguro y Hiro asintió, así que Miguel la siguió hasta una parte alejada de la playa donde ella tocaba tarareando la canción.
No dijo nada, la chica solo lo miro y siguió tocando con suavidad moviendo sus pies descansos como si danzara junto a la orilla del agua.
- Siempre quise bailar con mi padre el día de mi boda- dijo ella de la nada – sé que es algo cliché pero mi sueño era bailar con mi padre vestida de blanco – soltó una suave risa como si eso fuera una tontería, Miguel se acercó a ella entonces y habiendo una pequeña reverencia estiro una mano en su dirección.
- ¿Me concede esta pieza?- dijo con una sonrisa y la chica lo miro confundida, su mano dejo de tocar su ukelele y finalmente acepto dejando este en la tierra para ser la pareja de baile de este sujeto.
Y bailaron al compás de la música imaginaria, ella en su vestido blanco danzando a la orilla del mar con la luna iluminándolo todo haciendo que las pequeñas gotas que despedía al girar lucieran como diamantes, y danzaron durante horas ella aferrándose al cuello de Miguel hipnotizada por sus ojos derramando lágrimas de felicidad, y bailaron juntos mientras Miguel susurraba aquella canción que su madre siempre recito para ella.
Y bailaron hasta que todo el dolor y soledad se desvanecieron junto a la espuma de mar.
A la mañana siguiente mientras Miguel intentaba descubrir por qué las maletas pesaban el doble, pista Kubo quería llevarse sus piedras especiales Hiro se adelantó a cancelar su estadía en el hotel, mientras esperaba, las fotografías del lugar le llamaron la atención aquellas que adornaban la recepción una llamo su atención, una muy artística foto de una chica de cabellos negros y piel canela mirando al horizonte mientras el mar y las olas se mecían junto al viento alegre, lo que más le llamo la atención fue la fecha en esta 2172 hace casi 50 años.
- Disculpe – llamo Hiro al gerente quien estaba terminando los últimos arreglos de su estadía ahí – esa foto – señalo – la chica, la fecha ¿está mal? Estoy casi seguro que la eh visto – murmuro ya no muy convencido.
- A si – asintió el hombre – la llaman la novia de Honolulu – explico el buen hombre – la leyenda dice que murió el día antes de su boda ahora vaga en la isla cantando una hermosa música y pidiendo un último baile – suspiro el hombre - muchos la han visto vagar por aquí una pobre muchacha que no ha encontrado su descanso eterno.
Hiro solo se quedó callado totalmente incrédulo por lo sucedido, él había visto a la chica, Miguel incluso Kubo no podía ser un fantasma él no podía ver fantasmas, entonces recordó lo que alguna vez le dijo Miguel, el cómo algunos espíritus necesitan tanto el descanso, tanto es su lamento que terminan por mostrarlo a los mortales, esa chica debía estar muy dolida si incluso alguien incrédulo como él pudo verla.
No dijo nada más y días más tarde cuando Hiro conto lo de la fotografía a Miguel este decidió contarle más, la chica no era su hija, pero Miguel si conoció a su madre, fue en un viaje rápido que hizo a Hawái justo después del gran tsunami, como se quedó junto a ella y le animo a seguir y no dejarse rendir, le conto como esa chica fue su inspiración para una nueva canción, a cual se la dedico y cuando se tuvieron que despedir al final, años después Miguel regreso para colectar su alma justo después que dio a luz dejando a una niña a cargo de sus abuelos quienes le mintieron al parecer sobre su procedencia y la chica al parecer encontrando la foto se ilusiono con ese hombre que debía ser su padre, años más tarde murió en la playa ahogándose en las aguas cristalinas del mar que tanto amo y penando desde entonces buscando aliviar su dolor y soledad, ese último baile la libero.
Meses más tarde y luego de una sospechosa sesión de sexo ardiente en el laboratorio de Hiro este lo recibió con una gran noticia, Miguel no era infértil, tal vez lo fue cuando estuvo al servicio de la muerte pero ahora que era mortal sus amigos estaban tan llenos de vida como el, Miguel casi llora de alegría cuando Hiro le menciono cierto embrión experimental compuesto de una mezcla de ambos en etapa de desarrollo.
Ellos lo llamaron Héctor Tadashi.
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"Miénteme, como siempre
Por favor, miénteme
Necesito creerte
Convénceme"
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- Y aquí niños es donde mi familia descansa en paz – Miguel señalo las tumbas viejas de aquel cementerio, otro viaje a santa Cecilia en día de muertos toda una tradición en su familia, Kubo miro asintiendo totalmente serio como su padre Miguel le contaba sobre sus raíces, Kyle aburrido miraba a los al rededores revisando todo en sus brazos estaba el pequeño bebé de un año Héctor Tadashi – cuando muera quiero ser enterrado aquí.
- Será difícil dado que Padre tiene preparado un lote en san fransokyo – dijo Kyle fríamente.
- Nadie te pregunto Kyle – hizo un puchero Miguel como siempre este llevándole la contra – y llámalo Hiro detesto que lo llames Padre.
- Entonces padre y tu estarán separados al morir en la otra vida– Kubo murmuro un poco preocupado.
- La localización de sus restos al morir no tiene relación alguna, ya que no existe otra vida – insistió Kyle, Miguel iba a replicar cuando Hiro lo empujo.
- Deja de hablar tonterías tu estarás a mi lado siempre, escuchaste Miguel Rivera juntos, incluso después estaremos juntos - Miguel solo sonrió con melancolía y asintió.
- Lo tengo pueden enterrar la mitad mía aquí y la otra junto a mi chinito.
- Pero eso perturbara tu espirito padre – jadeo Kubo con verdadera preocupación – podrías convertirte en un espíritu errante.
- Los espiritas no existen – insisto Kyle a Kubo – las historias que te cuenta Miguel son simplemente cuantos ficticio que estimulan en demasiado tu imaginación de forma muy negativa – miro desaprobadoramente al mexicano.
Miguel iba a discutir cuando el niño en brazos empezó a llorar y ahora ambos Kyle y Miguel eran regañados por un Hiro que trataba de volver a dormir a su hijo quien por cierto era una pesadilla si no descansaba lo suficiente, Kubo ignoro a su ruidosa familia, incluso con Kyle ahí él siempre fue el más tranquilo de todos, se agacho para tocar la lápida de los padres de Miguel, miro más allá donde el mausoleo del hijo prodigio de santa Cecilia era venerado, el lugar donde Miguel descansaba supuestamente, miro más allá donde el cementerio terminaba y una figura negra se levantaba entre las sombras, había mal da, ira, rencor pero sobre todo mucho dolor.
Leo miro a su viejo amigo con total envidia, a sus ojos aquel había escapado de la maldición para vivir una vida plena con una familia amorosa, quiso más que nada destruir esa felicidad, el agarre de su látigo se hizo mucho más fuerte cuando lo sintió, una calidez envidiable, miro en su dirección y lo vio, un niño parecía mirarlo con pena, eso lo solo le hizo querer vomitar, el niño fue jalado por Miguel cargado don amor y eso le hizo rabiar más, entonces una idea, sonrió nuevamente con malicia, Miguel Rivera iba a estar destrozado.
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"Miénteme con un beso
Que parezca de amor
Necesito quererte
Culpable o no
Uoh-oh-oh, uoh-oh"
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- Hiro ven a dormir ahora – murmuro Miguel jalando a su esposo para sacarlo del laboratorio, odiaba que se encerrara en esto, de hecho odiaba esa estúpida torre.
- Miguel – suspiro Hiro – estoy retrasado con este nuevo prototipo – gruño – ya me quitaste todo el día, ahora si me disculpas.
- Por favor – susurro Miguel abrazándolo por la espalda y dejando pequeños besitos en su cuello, algo que sabía funcionaba el 90% de las veces – ven a la cama -pidió suplico – por favor.
- Bien – dijo Hiro de mal humor – pero mañana no saldré del laboratorio en todo el día.
- Mañana no voy a decir ni una sola palabra – asintió Miguel y le guio entonces hasta su habitación, en su cama donde deposito besitos en su cuerpo, donde se dedicó adorar el cuerpo de su amado esposo, sacando suspiros y repitiéndole cuanto lo amaba.
Se despertó en una cama vacía, Hiro miro el reloj en su pared notando que eran las 3:32 de la madrugada, algo extraño ya que estaba cansado, como siempre Miguel no se había moderado y aunque al principio fue muy tierno termino dejándole dolido, pero se sentía bien, le gustaba esa sensación, lo malo su culpable esposo no estaba ahí con él, rodando los ojos porque seguramente estaba en la cocina buscando algo de comer Hiro se recostó para volver a dormir, entonces el ruido de algo cayendo le sobresalto, el cristal chocando contra el piso.
Miguel no había dormido nada, después de sus actividades nocturnas se recostó al lado de Hiro viéndole dormir, trato de recordar ese momento, grabar sus facciones en su memoria, como amaba a Hiro, entonces se levantó, no quería que pasara junto a él, no quería que Hiro despertara y lo viese en ese estado, así que se levantó a buscar algo de beber y tal vez sentarse en el sofá, salió de la habitación para ir a la de sus niños, ahí estaba Kubo en su cama durmiendo como el ángel que era, Héctor Tadashi como de costumbre estaba con Kyle, no le gustaba, siempre odio que su niño estuviera tan cercano a ese androide lo que sea pero parecía que no podía despegarse ni un segundo, bueno al menos dormía, dio una última mirada a su familia y entonces fue a su cocina.
El reloj sobre el refrigerador marcaban las 3:32, Miguel suspiro tras sacar un vaso de jugo, no tenía mucho tiempo, bebió el contenido con sumo cuidado y se sirvió un poco más, se quedó ahí mirando a la nada, al vacío en la blanca pared, de aquel lugar, de su hogar, el hogar que fundo con su amado Hiro, y sonrió, recordó cada momento, cada lagrima derramada y no se arrepintió, porque incluso con los momentos amargos, con todo el dolor causado eso les llevo ahí, a terminar así.
Sintió un fuerte dolor en su pecho, apenas si pudo dejar el vaso en su mano sobre la barra recargándose en ella, joder dolía, el dolor se incrementó y cuando levanto la vista la vio, la muerte estaba ahí, vestida de negro, con su enorme sombrero vestida de fiesta, su largo cabello ondulado negro cubría sus hombros y en sus labios una pequeña sonrisa, Miguel jadeo más de dolor, se agarró el pecho inútilmente ante el infarto inminente, se movió entonces tirando sin querer el vaso de vidrio que resonó en el piso al chocar y romperse, Miguel cayo a los pies de la mujer finalmente muerto.
Hiro se levantó de la cama, había llamado a Miguel cuando escucho el ruido pero al no recibir respuesta alguna corrió a buscarle, le encontró tirado en medio de la cocina por lo que importándole poco los cristales rotos corrió a socorrerlo, levanto su rostro y paso sus cabellos, vio el sudor en su rostro y la nula respiración, el gritó, llamo a baymax a Kyle a quien fuera que pudiera ayudarle, ambos aparecieron en el umbral, Kyle le jalo sacando a Miguel y revisando sus signos vitales, detuvo a Hiro cuando Baymax trato de resucitarlo y finalmente lo declaro muerto.
Un grito ensordecedor inundo la cocina, Hiro empujo a Kyle para correr a Miguel, lo abrazo entre sus brazos y susurro por no dejarlo "por favor" suplico "por favor despierta" beso su frente intentando reanimarlo "por favor no me lo quites" dijo a la nada, sabiendo que ahí estaba ella, que la muerte iría personalmente para llevárselo "por favor no me dejes" lloro, Miguel miro a su esposo abrazar su inerte cuerpo, vio como Kyle le abrazaba desde atrás y como Baymax llamaba a la ambulancia para llevarse su cuerpo, vio el dolor de Hiro y levanto una mano para consolarlo, la muerte negó entonces ella extendió su mano para abrir un portal e indicarle continuar y Miguel supo que no podía negarse, porque debía saldar su deuda, porque ya era hora de cumplir su parte del trato, con gran dolor en su corazón Miguel la siguió.
Eran las 3:33 cuando Miguel Rivera murió justo diez años después de volverse un mortal.
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"Miénteme, como siempre
Por favor, miénteme
Necesito creerte
Convénceme"
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La próxima vez que lo vio lucia completamente igual, Kubo escapo de la habitación esa noche con la esperanza de ver a los espíritus en aquel cementerio, ver a su padre como un fantasma era una tortura para él, sobre todo cuando Hiro lloraba, Miguel había dejado de visitarles por esto, cada que Miguel entraba a la habitación Hiro parecía sentirlo, su amor parecía tan grande que empezaba a llorar llamándole, Kubo había visto tanto este comportamiento, le veía soltar en llanto y a Kyle correr para consolarle, podía ver a su padre mirarlo con dolor y al final el terminaba sintiendo ese dolor, Kubo soltaba las lágrimas que Miguel no podía en el mundo espiritual, en las noches, Miguel susurra palabras a su hijo para darle ánimos, palabras que Kyle comenzaba a mirar con malo ojos, para el androide aquello no era más que una sintomatología de algún desorden mental, entonces Kubo dejo de hablar con Miguel, le dolió en el alma y sabía que rompió el corazón de su padre pero cuando Kyle le hablo a Hiro sobre estas pláticas este se abalanzo contra el preguntándole por Miguel, porque Hiro siempre sospecho que Kubo podía verlo, sabia que miraba cosas intangibles, cosas que el jamás podría y aquella esperanza de poder hablar de alguna forma con Miguel le llevo a suplicarle a su hijo.
Aquella esperanza terminaría lastimándole demasiado, Kubo sabia esto, si decía que sí, si hablaba con la verdad sabía que Miguel nunca hablaría con Hiro, no podía, Kubo era un vacío legal dado a su habilidad innata por lo que hablar con él no era problema, pero hablar por Hiro convertirse en el puente entre ellos eso sería peligroso, así que Kubo negó con la cabeza y mintió, acepto que Kyle tenía razón, que solo era una fantasía suya, el deseo de hablar con su padre fallecido, con el tiempo sabía que Hiro lo superaría, Miguel dejo de hablar con el entonces a los meses siguientes Miguel dejo de visitarles por completo.
Kubo fue a terapia, de vez en cuando miraba a una o dos parcas siguiéndole, se aferró a la idea que su padre las enviaba para mantenerlos vigilados, vio a mandy seguir muy de cerca a Hiro en varias ocasiones, a Janet hacerle gestos a su hermanito quien reía con su "amiga imaginaria" a la que poco a poco dejo de ver mientras crecía, miro a un joven rubio seguirlo en sus viajes al cementerio como esa noche, solo que ahora no había parcas siguiéndoles, Kubo llego ahí esperando hablar con los espíritus, queriendo curar la soledad y dolor de otros ya que no podía con la propia, extrañamente podía hacerlo, dar paz y aliviar el dolor de los muertos de una forma menos agresiva que un exorcismo parecía ser su don.
Dolor, un dolor agonizante fue lo que le llamo a la parte más profunda y olvidada del cementerio, donde un joven completamente de negro miraba una tumba solitaria, el chico parecía triste, sus cabellos castaños cubrían su rostro melancólico.
- Hola – llamo Kubo con calidez - ¿estás bien?
- Ahora lo estoy – sonrió el chico tomándole del brazo con fuerzas, sus ojos eran tan rojos como el infierno mismo pero Kubo no pareció asustado.
- ¿Porque estas llorando entonces? – pregunto Kubo tranquilo en su lugar.
- Yo no estoy – las palabras del joven murieron en sus labios cuando sintió algo goteando de su mejilla, soltó al niño de inmediato ya que aquel sentimiento pronto se convirtió en una descarga de dolor recorriéndole, causando que el llanto parase – Tu... ¿Qué rayos hiciste? – ahora el joven parecía cauteloso.
- Yo no hice nada – respondió con suavidad – es el reflejo de tu propio dolor – el joven se burló entonces y empezando a reír se encendió en llamas revelando su verdadera identidad – no eres un espirito – Kubo lo miro sorprendido.
- Leo San Juan – se presentó con una reverencia – el charro negro a tus ordenes – el joven levanto una mano entonces para tomar a Kubo cuando una esfera de energía salió disparada dándole directo al charro.
- ¡Kubo! – Kyle apareció entonces cayendo del cielo parándose frente a su hermano y la posible amenaza, pero el lugar del impacto estaba vacío, solo piedras y ruinas de algunas lapidas sin rastro de lo que fuera el atacante - ¿Kubo estas bien? ¿Qué dominós era eso? ¿por qué saliste de casa tan noche sabes que...- las palabras de Kyle murieron en el viento pues Kubo no les prestó atención el solo miro su brazo, ahí donde había sido tomado había una marca de quemadura, esta se fue desvaneciendo lentamente pero la sensación perduro en su mente por mucho más tiempo, miro a la oscuridad de la noche y supo que esa no sería la última vez que lo vería.
En el mundo espiritual la muerte fue informada sobre cierto demonio invadiendo otro territorio, Miguel no estaba feliz con eso.
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"Miénteme con un beso
Que parezca de amor
Necesito quererte
Culpable o no
Uoh-oh, oh"
Notas:
En término de notas, no tenemos notas...
Mentira, como saben este es el penúltimo capítulo del fic, en primer lugar si algo no lo entienden pregunten, responderé o tratare de hacerlo si se relaciona con el fic, otra pregunta será ignorada.
Cuando salió leo en este fic la primera vez, ya había planeado varias escenas con Kubo, quien iba a ser mitad dios, por eso del ojo brillante y que puede ver espíritus y al final iba a salvar a leo con su poderes divinos y esa madre pero no lo hare porque ya quiero terminar esto.
No sé si ya lo dije pero Ruby y Yang son personajes de una serie que veía en Youtube hace mucho tiempo, me encantaba, estaba genial, siempre pensé que una guadaña es la mejor arma, iba armar más con ellas pero ya no será el caso, por cierto deje de ver la serie cuando descubrí que un personaje querido iba a morir y nel, abandono antes de que algo malo pase, la serie se llama RWBY y apenas me entere que tiene manga.
Algunas partes fueron escritas antes y otras para tratar de darle sentido por eso parece que no cuadran mucho, repito ya quiero terminar esto.
El próximo capítulo será el final pero verdadero final, aunque ya debió terminar por que Miguel murió pero en fin.
Este será mi despedida del fandom Higuel, hubo muchos buenos recuerdos pero lamentablemente es el fandom que más me lastimo y estuve en el fandom de Steven univers, este fue más toxico para mí que nada, hice buenos amigos pero lamentablemente lo diré maldigo el día en que entre, es la peor experiencia de mi vida, hubo personas que me destrozaron y bueno ganaron me voy, voy a regresar a fandoms menos conocidos donde no te destruyen con hipocresía.
Quería decir tantas cosas pero la verdad ya no siento ganas de decir nada.
Gracias a aquellas personitas que lo intentaron y lo siento.
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