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Capítulo 24: Contigo aprendí.

Notas: Volvi!!!! A nadie le importa... como sea aún no eh terminado el cap que sigue pero me estoy arriesgando para publicar este y ver si eso me anima a terminarlo, h estado con pocos ánimos para terminar algo, ninguno de mis fics de cualquier fandom simplemente no puedo continuar, es muy probable que este sea el último fic que escriba para este Fandom que si bien me encanta el Higuel detesto a Ally por arrastrarme a esto, en serio la detesto y mucho, yo era muy feliz antes de entrar aquí muchas gracias.

Capítulo 24: Contigo aprendí.

"Contigo aprendí

que existen nuevas y mejores emociones

Contigo aprendí

a conocer un mundo nuevo de ilusiones"

- Hiro - dijo Miguel posando dramáticamente en el sillón- píntame como una de tus chicas francesas- Hiro rodó los ojos ante esto y siguió en su tableta diseñando su nuevo prototipo.

- Por última vez Miguel no estoy dibujando- suspiro - además no estas desnudo ni tienes un enorme diamante – menciono.

- Eso se puede arreglar corazón- dijo empezando a sacarse la camisa con rapidez cuando noto entonces que Hiro había de hecho captado su referencia- oh virgencita entendiste la referencia - el no volteo pero sus orejas enrojecieron - has visto la película - señalo burlista.

- Karmi me obligo - murmuro de mal humor - incluso vimos the notebook - siguió explicando ignorando la molestia en Miguel - fue simplemente - no pudo decir más un Miguel muy pero muy celoso le saco de la silla y empujo contra el sillón- ¿qué carajo Miguel?- pregunto confundido por su actitud más este no contesto en su lugar lo beso con fuerza, necesitado, posesivo y joder Hiro enserio debía terminar eso pero en su lugar abrazo el cuello de su novio y se dejó envolver por esos fuertes brazos y ancha espalda que tanto gustaba marcar - a la puta mierda - jadeo cuando pudo respirar un poco.

- Esa es la idea corazón- murmuro Miguel y volvió a morder su mandíbula mientras sus menos se encargaban de sondear su cuerpo bajo la ropa.

Y bueno Hiro no estaba acostumbrado a un Miguel celoso pero no iba a quejarse.

- Mierda Miguel espera... Para... Dios si... Mas

Bueno no tanto.

Miguel estaba teniendo un muy pero muy hermoso sueño, demasiado bueno y tan real.

Miguel

Casi podía escuchar a Hiro llamarle tan claramente.

Miguel

Si muy claro.

¡Oh dios mío está teniendo un ataqué cardiaco!

Yo creo que más bien está teniendo un buen sueño.

¿Esperen por qué Hiro suena como Gogo?

Tardíamente Miguel se dio cuenta que esas voces no eran un sueño y que estaba en un hospital, bueno al menos no había tenido una erección pero bueno despertar rodeado de tus amigos a los cuales casi matas, tu exnovio mientras tenías una fantasía sexual a todo color no era tan malo, a menos hasta que noto a su querida suegra con los brazos cruzados mirándole reprobadoramente.

Las cosas que le siguieron fueron predecibles, tía Cass acercándose y jalándole las orejas para luego regañarlo por casi morir y por ser una especie de parca todo este tiempo, ella no le dejo hablar solo hizo una simple pregunta "¿no eres un escort?" a lo que Miguel respondió sabiamente "No", la mujer suspiro aliviada pero volvió a jalar su oreja por mentirle.

La cosa fue que Hiro lo atrapo justo a tiempo de caer pero ante tal velocidad y prácticamente su cuerpo siendo zarandeado, así como la pérdida de sangre Miguel se desmayó, por suerte los nanobots del traje de Hiro sirvieron como tapones provisionales en sus heridas y así lograron llegar al hospital y salvarle la vida, estuvo dos días en coma mientras Hiro explico todo lo de Miguel siendo parca y como había dejado de serlo a cambio de su vida, además de recibir su propio regaño por parte de su tía por todo esto del superhéroe secreto.

La nueva vida de mortal inicio entonces, con un regaño muy parecido a los de mamá Elena pero tal vez con un poco de menos sentido, la tía Cass a veces se perdía y luego un abrazo monumental, recupero su empleo en el café, regreso a su departamento, fue novio oficial de Hiro y así las flores de su ventana fueron cambiadas por otra nuevas, todo pareció mejor desde ahora pues tendría aunque sea una pequeña brisa de felicidad.

Cualquiera diría que esto era un final feliz, que Hiro y Miguel podrían estar juntos finalmente, que la mortalidad era un regalo para ellos y sin embargo no sería tan fácil, porque en la vida real hay personas que sufren por las decisiones que tomamos cada día, porque cada acción tiene su reacción y aun que Miguel había regresado con Hiro aun había cosas que discutir, la normalidad tardo en llegar pero llego, tía Cass fue un poco más severa y puso algunas reglas sobre esta relación que tenían, el que Ryan hubiera desaparecido también tuvo algo que ver en su mal humor pero más que nada fueron las pesadillas, las secuelas de todo ese año tan turbio paso consecuencias a Hiro, quien aún despertaba en las noches sollozante gritando, a veces recordaba a Tadashi, el ver a Miguel con su rostro en la trampa de demonio y escucharle con su voz maldecirle solo despertó viejas heridas, también estaba Abigail escuchaba su voz y el cañón de su arma apuntándole a cada uno de sus seres queridos disparándoles, pero el peor de todos era Miguel, recordaba aquella mirada fría, gélida, la amenaza que le dio antes de dejarlo, recordaba a la muerte y como con una simple orden este lastimaría a todos sus amigos.

Fue difícil, Hiro se estremecía un poco ante el contacto de Miguel y este tenía mucha culpa acumulada. Fue lento, tomarse de las manos otra vez y ver una película se volvió un poco incómodo al principio, ni que hablar de besos. Fue paciente, la suavidad con la que Miguel trato a Hiro, el cómo este poco a poco volvió a dejarle entrar, la calidez con el que sus almas se volvieron a conectar y sus cuerpos se reconocieron nuevamente.

Fue realmente toda una odisea, una que ellos definitivamente lograron enfrentar, porque no había llegado hasta aquí, desafiado las estadísticas solo para rendirse, porque su amor era tan grande que el mismo cupido sentía envidia de ellos.

- Entonces - comento Fred como no queriendo la cosa acosando a Miguel en el café mientras este limpiaba las mesas – ¿ya no vez fantasmas, demonios y demás? ¿ni siquiera uno pequeñito? – junto sus dedos para hacer énfasis.

- Basta Fred – Hiro se levantó listo para ir a la universidad demasiadas distracciones amenazaban con hacerle perder el año – es hora de irnos, me voy tía Cass – grito a la mujer que seguramente estaba ocupada en otras cosas – te veo al rato – le dijo a Miguel quien se acercó y dio un suave beso en su mejilla haciéndolo sonrojar.

- Nos vemos cerecita – le dio una palmada en su trasero, Hiro fingió indignación pero jalo a Fred que no dejaba de lloriquear por que Miguel ya no tenía poderes fantásticos.

- ¿Cerecita? – confundido miro a su amigo.

- Accidentalmente me bañe con el shampoo de tía Cass una vez y Miguel insiste que olía a cerezas todo el día, según el combina conmigo – enojado empezó a caminar por la calle – no deja de regalarme cosas con aroma a cerezas – indignado, Fred a su lado solo se rio mientras se perdían más allá.

- ¿enserio no puede vernos? – Janet pego sus manitas al cristal de la cafetería viendo a Miguel terminar de limpiar mientras silbaba una canción.

- Eso parece – Mandy se encogió de hombros - ¿podemos irnos ya? – dijo de mal humor ya que al parecer había perdido la apuesta, Janet suspiro con melancolía y se alejó del cristal para seguir a la rubia quien al parecer empezó a caminar.

Miguel termino de limpiar la última mesa cuando volteo a ver los ventanales noto las dos impresiones de manos, acababa de limpiarlos y alguien ya había ensuciado, renegando salió a limpiar las huellas antes de entrar dio una última mirada Mandy y Janet estaban a lo lejos caminando una al lado de la otra, él no pudo evitar sonreír.

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"Aprendí

que la semana tiene más de siete días

a hacer mayores mis contadas alegrías

y a ser dichoso yo contigo lo aprendí"

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Hiro no sabía que esperar cuando llego ahí, sabía que en el transcurso de los años la tecnología había avanzado volviendo grandes ciudades en metrópolis futuristas, pero al mismo tiempo había otras donde como en el caso de san franstokio la tecnología y la tradición se fusionaron en perfecta armonía, lo que no sabía es que pudieran existir lugares como este.

Cuando su tía emocionada menciono la necesidad de unas vacaciones y tras arrastrarlo literalmente, él no quería dejar el laboratorio ¡su tesis lo necesitaba!, se vio en un viaje totalmente aburrido en avión y después en automóvil porque no había aeropuerto a donde irían, no aeropuerto, esto era una burla ¿qué clase de ciudad no tiene un jodido aeropuerto? Se preguntó todo el caluroso camino, otra cosa que odiaba era el maldito clima de México hace unas horas estaba helando y ahora hacia calor, realmente no quería ir pero de nuevo la mirada emocionada de Miguel al empezar a hablar de su tierra natal le hicieron desearlo.

Miguel había brincoteado de arriba abajo, bailando con Dante y usado a Baymax como navegador ya que seguía negándose a aprender a usar una computadora normal, finalmente el menciono que todos los arreglos estaban listos y pasarían unas tranquilas vacaciones en un rancho en algún lugar en México justo para coincidir con el día de muertos.

Se preguntaran como es que Miguel paso inadvertido cuando es técnicamente la imagen viviente de su yo famoso muerto nuevo ídolo e hijo predilecto de aquel lugar, pues digamos que utilizo la maniobra de Clark Kent, así es se puso gafas y cambio su peinado para lucir diferente, Hiro no creyó que funcionaria incluso cuando él lo vivió de propia mano con Karmi, estaba tan seguro que apostaron, obviamente perdió al parecer la gente solo ve lo que quiere ver y nadie lo reconoció incluso cuándo se paró frente a la estatua que había en la plaza del pueblo representándolo, si la de Ernesto fue quitada hace décadas.

Santa Cecilia era el dichoso lugar o al menos así decía el letrero a la entrada del pueblo, si por que esto era un pueblo con animales paseando y todo, resulta que santa Cecilia fue uno de esos lugares que se negó a cambiar, los jóvenes soñadores migraban a las grandes ciudades y el pueblo al igual que muchos otros empezó a volverse un recuerdo nostálgico, sus pocos pobladores decidieron entonces mantenerse en un equilibrio con la tierra y las tradiciones y aun que había muchas casa hechas de materiales resistentes, la plaza del pueblo seguía casi intacta casi como Miguel la recordaba.

Santa Cecilia era uno de esos llamados pueblos mágicos, por ley gubernamental las grandes compañías y consorcios comerciales tenían negado el acceso por lo que a Hiro le sería imposible encontrar un Starbucks o un Mcdonals en todo el pueblo, el lugar era sencillo y simple y aun que tenían una gran afluencia de turistas estos visitantes tenían que acatar las costumbres y dejarse envolver por este pintoresco lugar pausado en el tiempo.

Claro que había automóviles aunque la mayoría de la gente andaba de pie las carretas jaladas por animales y las calles empedradas lograron impresionar a Hiro, la hermosa catedral del pueblo centro de su amada Santa Cecilia maravillo a los gringos que de inmediato tomaron fotos de cada una de los santos ahí, no fue hasta que llegaron al rancho donde iban a hospedarse que Hiro quería salir corriendo, una simple frase casi lo pone a llorar.

- ¿Wifi? – dijo la mujer que los recibió, una bella señora morena de piel canela y brillantes ojos negros – lo siento pero no tenemos nada de eso – se disculpó ella – pero tenemos un teléfono en recepción.

Hiro miro con horror dicho teléfono este tenía botones y una bocina solamente sin pantallas táctiles, sin video llamada solo un aburrido teléfono casi se siente como el prehistoria, no hubo Wiffi y definitivamente su teléfono apenas si tenía dos barras de señal.

- ¿A qué clase de lugar me trajiste? – grito dramático tirándose en la cama, al menos era una cama cómoda y no paja como en un establo, todo el rancho era sencillo la casa apenas si tenía dos niveles pero sus habitaciones estaban al otro lado cruzando el patio donde un frondosa jacaranda ya había tirado sus hojas, tenían las habitaciones a nivel de piso una al lado de la otra dado que no había suites presidenciales y su tía Cass les quería dar privacidad, bueno al menos tenían una habitación para ellos y aun que era pequeña y sencilla Hiro no podía quejarse – ¡sin Wiffi! – a quien engañamos se quejaba y mucho – ¡mi teléfono apenas si tiene señal! – realmente hacia un espectáculo lloriqueando – y no hay un toma corriente para Baymax! – termino con dramatismo.

- No seas ridículo – dijo Miguel dejando la caja de Baymax a un lado de la cama en la pequeña habitación – encontraremos donde conectar su estación de carga – abrió las cortinas para que la luz entrara y Hiro solo se retorció en la cama al contacto con la luz – la señal es más débil aquí pero en la plaza es mejor la recepción – trato de tranquilizarlo pasando sus dedos por los alborotados cabellos de su amante – y te traje aquí precisamente porque quiero que tu – tomo el teléfono entre sus dedos – te olvides por unos días de la ciencia y te relajes – Hiro solo se quejó con la nariz entre las sabanas – vamos será divertido – dijo besando su cabeza y palmeando su trasero – andando chinito te enseñare a montar.

Hiro solo gimió levantándose de mala gana y obligando a Baymax a ir con ellos tras que este se inflara, más tarde cuando estuvo frente a un caballo él va a jurar que no grito al escucharlo relinchar y mucho menos al casi ser tumbado de uno, aun cuando la muy traidora de su tía lo tenga todo grabado en video.

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"Contigo aprendí

a ver la luz del otro lado de la luna

Contigo aprendí

que tu presencia no la cambio por ninguna"

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La gran noche llego finalmente desde el día anterior el ambiente se llenó de aquel aroma dulzón que incluso aún seguía acompañando a Miguel, la flor de cempasúchil se encontraba ahora como la protagonista en las calles del pueblo, en el rancho cada rincón fue adornada con esta incluso el viejo árbol aterrador del patio, papel picado llenaba sobre sus cabezas formando caminos y brillantes y llamativos calaveritas de dulce así como pan adornaban todo el mercado, Miguel los empujo por este mostrándoles y maravillándoles con la tradición que tanto formaba parte de su vida, al final de la tarde termino cargando una enorme bolsa llenada de dulces y galletas de amaranto y más que encontraron, la tía Cass cargaba un enorme ramo de aquellas flores amarillas y Miguel dos enormes sirios y veladoras.

Aun cuando era temprano el panteón del pueblo ya estaba rebosante de vida, personas iban y venían limpiando las tumbas de sus seres amados, acomodando todos y cada una de las ofrendas para recibir a los muertos, incluso durante el día los Hamadas no pudieron más que estar sorprendidos por el colorido de las tumbas ese día, las muestras de afecto a sus seres queridos.

Miguel los guio hasta un grupo especial de cruces algunas ya era muy viejas y otras no tanto, las flores muertas quizás del año pasado ya secas fueron quitadas con suavidad y sin perder tiempo los preparativos comenzaron, el conto entonces que ningún Rivera se encontraba en el pueblo actualmente, la familia había migrado a las grandes ciudades volando y dejando este lugar olvidado pero no por eso faltaron dedicación sus antepasados claro que no, solo que esta sería la primera vez en años que un Rivera fuera ofrendado en su tierra.

Galletas y dulces así como tequila fueron colocados en el lugar junto a las flores que atraerían a sus seres amados, cada uno de ellos prendió al menos una veladora pensando firmemente en el ser amado y al final en la que se podría decir la tumba de la matriarca de la familia las fotografías fueron puestas, en ese momento fue cuando Miguel le dio otra sorpresa.

De la nada Miguel saco una fotografía la de Tadashi para ponerla junto a su familia, sabía que él estaría en su propio cielo pero también que esta era una forma de honrarle en este día tan especial.

- Lo siento pero no tenía una de tus padres – dijo Miguel con suavidad esperando no haber pasado la línea Hiro aún era un poco sensible ante eso – espero no este sobrepasándome.

- No – negó el, Miguel pensó que esto estaba mal pues Hiro tenía esa mirada en su cara, sus ojos empezaron a ponerse llorosos por lo que tomo la foto para arrebatarla, mas Hiro le detuvo, atrapo su mano y sonrió con tristeza – gracias – respondió entonces – gracias por considerarlo.

Hiro estaba realmente agradecido, sabia lo importante que era este día para Miguel, el simbolismo familiar en todo el asunto y se sentía halagado de que considerara a Tadashi en esta su ofrenda familiar, no es que no quisiera a sus padres pero de nuevo el apenas si los conoció nunca pudo sentir verdadero amor a ellos ni tampoco dolor pues eran un recuerdo perdido en sus primeros años de vida, Tadashi por otra parte era su mundo, su familia aparte de tía Cass y aun que últimamente esa familia creció con Miguel y sus amigos Tadashi tenía el puesto principal por ahora, así que discúlpenlo por no sentirse emocionado al ver que Miguel lo aceptaba como parte de su familia ahora.

Miguel empezó a entrar en pánico al ver llorar a Hiro, se disculpó entre balbuceos y ofreció dulces para que este parara de llorar incluso las gomitas que llevaba de emergencia, más el joven solo sonrió y le atrajo para besar quitándole los estorbosos lentes, eso estuvo muy bien para Miguel luego se abrazaron con fuerza hasta que una vieja mujer se acercó a ellos.

- Me alegra que finalmente alguien de la familia viniera a verlos – regaño con severidad.

- ¿Disculpe? – dijo Hiro confundido mientras Miguel aguantaba una risa.

- Vergüenza deberían tener – dijo indignada – estas tumbas han estado olvidadas durante años - cada vez más escandalizada – sabré yo que año tras año las eh limpiado y decorado con gentileza – frunció la nariz – pero que falta de respeto de las nuevas generaciones.

- ¿Lo sentimos? – dijo la tía Cass que realmente no comprendía lo que pasaba.

- Ya era hora – soltó un bufido – pero no me lo digas a mí – la empujo suavemente – con ellos deberías disculparte.

- Mamá – dijo una mujer más joven acercándose al notar que su madre había desapareció – lo siento mucho por ella – dijo tomándola del brazo eh intentado alejarla – ella no quiso, aunque me alegra que finalmente alguien esté aquí – continuo mientras su madre murmuraba sobre los jóvenes y su falta de respecto a las tradiciones y mayores.

- Gracias – finalmente Miguel pudo suprimir su risita por ver a los Hamada regañados – por cuidar de ellos realmente lo apreciamos – sonrió – me fue imposible volver antes – explico cada vez más serio – pero ya no más – la vieja mujer lo miro evaluadoramente como si considerara sus palabras, miro a la mujer morena y finalmente a Hiro y sus manos entre lazadas y asintió como dando su aprobación.

- Pero qué clase de ofrenda hacen muchachos – volvió a regañar - ¿Dónde está el mole y los tamales? Ni de dulces vive un muerto – dijo ofendida – Mija – palmeo la mano de la mujer que la sostenía – dile a Mónica que se traiga un par de platos extra y unos diez tamales más.

- Oh no – de inmediato la Tía Cass dio un paso adelante negándose – no enserio estamos bien no queremos ser una molestia y privarlos de su comida.

- Que molestia ni que ocho y que cuartos – frunció su nariz la anciana – la primera ofrenda en años toda raquítica – murmuro Hiro confundido miro a Miguel pero este ya empezaba nuevamente a sonreír ante los recuerdos de su propia familia – ándale mija movidita – insistió la mujer – y tráete unos pambazos y tepache porque estos parece que no han comido.

- Ya lo hicimos enserio no se moleste – insistió la tía Cass pero la anciana le lanzo una mirada de advertencia que de inmediato la convención – bueno ya que insiste un tepachu estará bien.

- Tepache mija – sonrió la anciana – hay estas niñas de ahora que no saben hablar bien - negó con la cabeza.

- ¿tía Cass? – llamo Hiro por que esta mujer ya estaba dándole miedo.

- Tía eh – murmuro la anciana mirando nuevamente al chico y luego a Miguel que intentaba parecer ocupado en algo, era obvio que los había visto besarse por lo que de inmediato miro a la mujer - ¿y donde dejaste al marido mujer?

- Yo err no estoy casada- dijo tratando de sonar gentil para no salir más regañada, llevaba diez minutos frente a esta mujer y ya se sentía como un niña.

- ¿Cómo? Una niña tan linda como tú – dijo ella jalándole la cara para apretársela – no te preocupes tengo un sobrino re trabajador que seguramente te encantara – y la tía Cass ya estaba arrepintiéndose de aceptar cualquier cosa de esa anciana.

Finalmente Miguel no pudo contener más la risa y empezó a reír agarrándose su estómago ante tan divertido momento, la noche al fin cayo y el cementerio quedo lleno de la luz de las velas que iluminaban todo junto a los rayos lunares reflejaban los brillantes colores de las flores, Hiro no pudo evitar sentirse como un sueño finalmente comprendiendo el origen de aquel aroma tan peculiar, granos de café, incienso y cempasúchil, el aroma de los muertos.

Se quedaron toda la noche, los Hamada estaban decididos a concluir la tradición y al igual que la mayoría de los residentes pasar la noche en vela en compañía de sus seres amados, el tiempo se fue volando entre bromas y recueros de las historia que Miguel conto sobre su familia, incluso Hiro se atrevió a contar una de Tadashi.

Cuando parpadeo nuevamente Hiro se dio cuenta que en algún momento se había quedado dormido sobre la lápida de la tía Victoria de Miguel, disculpándose de inmediato se levantó frotándose los brazos en un intento de entrar en calor por el fuego de esa noche recordando que de hecho tenía un calentador personal, busco a Baymax por todos lados solo para encontrarlo junto a la anciana de hace unas horas, su tía Cass estaba ahí calentándose a un lado de robot al igual que los nietos de la buena mujer.

Sonrió negando con la cabeza, al menos alguien le daba un buen uso, busco a Miguel entonces encontrándolo más lejos platicando animadamente con unas personas, se sintió extraño no quiso interrumpir ninguna conversación ni inmiscuirse, era como un intruso en ese mundo, bajando la mirada se topó nuevamente con la foto de Tadashi llenándose de una gran nostalgia entristeciéndolo, el viento soplo entonces levantando pétalos de flores en un dirección contraria extrañamente las velas no se apagaron por esto.

Empezó a dar pasos sin notarlo, caminando entre las tumbas, esquivando personas que dormitaban o perros que corrían en libertad, cuando estaba al límite del cementerio la reja que separaba el lugar con la espesura del monte estaba doblada como dándole un camino que atravesar, Hiro se detuvo un momento miro detrás de el donde las luces seguían encendidas y ajustándose la chaqueta cruzo la reja rota.

Apenas si se acercó al enorme tronco torcido cuya ramas parecían alcanzadas por un rayo la piel se le erizo por completo, un frio aire soplo entonces y el aroma a huevos podridos lleno el ambiente, Hiro supo que no debió dejar el cementerio entonces, pues un hombre salió de entre la sombras vestido de negro, su traje era extraño estaba seguro que lo había visto antes solo que no recordaba, camisa negra de manga larga lo vestían, mancuernillas de plata que parecían brillar aún más a la luz de la luna, su chaleco tenia diseños muy parecidos a huesos humanos también en plata junto a un bordado en hilo dorado, pantalones negros cubrían sus botas, todo en detalles plateados y su hebilla muy para la época le pareció de mal gusto, sus espuelas doradas sonaban a cada paso que el hombre dio para acercársele.

Saco entonces su enorme sombrero igualmente negro y en una reverencia lo saludo cuando este levanto la mirada dos ojos rojos como llamas ardientes le observaron, el tipo era alto, mucho más alto que Hiro y tal vez mas que Miguel su cabello castaño apenas si se movía con el viento y la voz grave definitivamente le helo los huesos, había algo completamente antinatural que emanaba de este hombre.

- Es difícil perder a alguien – dijo el paseándose a su alrededor – sufriendo y llorando por quien no podrá volver – Hiro trato de no darle la espalda de mantenerse fuerte y sin miedo pero sabía que era imposible, el un héroe de san fransokyo que se enfrentaba villanos de diez veces su tamaño a peligros inimaginables estaba congelado por la presencia de un solo hombre – incluso ahora tu dolor no ha disminuido ni un poco – Hiro se sorprendió por que el hombre tenía razón se preguntaba si era tan fácil de leer que era por eso que Miguel nunca tocaba el tema, si realmente todos podían verlo – yo podría arreglar eso por ti.

- ¿puedes? – Hiro no tenía intención de hablar y sin embargo lo hizo, la esperanza floreció estúpidamente en su interior confundiéndole, había llegado ya a un acuerdo con eso, con sus emociones y sin embargo aquí con este hombre mirándole en un extraño hechizo todo ese dolor y anhelo salió a flote.

- Claro que puedo – dijo con una sonrisa acercándose y levantando una mano para tocar su mejilla, Hiro raciono justo a tiempo pues retrocedió evitando su toque.

- ¿Cuál es la trampa? – preguntó con desconfianza.

- ¿Trampa? – dijo con una sonrisa – no hay trampa amigo mío un precio si – empezó a pasearse nuevamente tomando el mango rojo de su látigo negro que definitivamente no había notado antes – nada de valor sin embargo - Hiro entrecerró los ojos con desconfianza pero este solo se paró frente a él y levanto su sombreo con dicho mango declaro – ni te vas a dar cuenta que tome – termino con una sonrisa brillante, el hombre extendió la mano entonces para sellar un pacto, Hiro dudo no va a mentir realmente lo hizo, las emociones y recuerdos fueron muy fuerte esa tarde pero definitivamente algo extraño parecía influenciarle pues aquella oferta le pareció muy justa.

- ¡Hiro! – alguien le llamo sacándole de su estupor girándose de inmediato para ver a Miguel correr hasta el – ¿Hiro donde rayos estabas? - pregunto preocupado - ¿no puedes desaparecer así no más y – la pregunta murió en sus labio cuando vio al hombre frente a su novio.

- Miguel – hablo el con sorpresa – mi querido Miguel Rivera – dijo con sarcasmo sorprendiendo a Hiro pues Miguel había puesto un brazo protector sobre su hombro acercándole más a el – el perro favorito de nuestra huesuda ¿aun corres como un cachorro leal? – se burló.

- Leo San Juan – escupió el nombre con veneno como si la simple mención de su nombre le diera un mal sabor de boca – ¿aun embaucas gente inocente? – sus dedos se cerraron con posesividad contra el hombro de Hiro este hizo una mueca al sentir el dolor más al mirar Miguel para reclamarle vio el ceño fruncido y la mandíbula apretada de su novio, él estaba nervioso, asustado por el hombre frente a ellos, Miguel jamás había tenido miedo a nadie, nunca lo hizo cuándo fue la muerte y no lo hizo cuándo algún villano en turno destrozaba la ciudad, Miguel siempre se mantenía en calma fue realmente desconcertante verlo tan nervioso por un simple hombre, aunque claro eso solo confirmaba que este no era un hombre cualquiera.

- Hay contigo cabrón – soltó una risa realmente maquiavélica – no cambias carajo – dijo más su rostro se volvió serio para dar un par de pasos a ellos, las espuelas sonaron en su andar, Miguel de inmediato dio un paso al frente parándose protectoramente frente a el algo que ya discutiría más tarde porque Hiro no era una damisela en apuros – hay algo diferente en ti – murmuro examinándole con esa mirada llameante de arriba abajo, algo debió ver, descubrir la nueva mortalidad de Miguel pues en un instante una sonrisa cubrió su rostro, Hiro no estaba lejos de esa suposición no tanto al menos – al fin te deshiciste de esa horrenda Guitarra – se burló con una mueca – me alegro por ello y tu nuevo estilo es tan aburrido, igual a ti– Miguel solo entre cerro los ojos en su dirección comunicándose con la mirada algo que Leo regreso de buena gana – sobre nuestro acuerdo – dijo entonces rompiendo contacto visual con Miguel y posando toda su atención en Hiro.

- No – dijo el parándose si se podía más recto por qué Hiro podría ser un valiente Héroe en una ciudad pero en este momento Miguel era quien realmente podría protegerle de esto al menos hasta que recordó que Miguel ahora era mortal y definitivamente podía morir.

- No habrá ningún trato Leo – gruño realmente lo hizo quizás hubiera sido mucho más amenazante si Miguel aun fuera una parca y su rostro se convirtiera en una calaca, pero ahora siendo un mortal solo divirtió a Leo,

- Tranquilo viejo amigo – sonrió burlón – ¿qué es un alma menos en mi bodega? – miro a Hiro con hambre como si este fuera algo que devorar y realmente Hiro pensaba que así era – es tuyo por los viejos tiempos – continuo retrocediendo acomodo nuevamente su sombrero y silbo entonces, un enorme semental negro de llamantes ojos rojos y crin más negra que la misma escurrid apareció de la nada, Leo subió al lomo de este en un santiamén y mirando a la pareja ofreció - ¿quieren que los lleve? – Miguel solo apretó más la mandíbula no moviendo un musculo – ¿no? – dijo con falsa tristeza – su perdida – y diciendo eso clavo sus espuelas en el animal quien se levantó en dos patas y relincho.

Aquel sonido fue espectral algo realmente difícil de tolerar, Hiro cerró los ojos cubriéndolos ante la molestia, el viene soplo violentamente nuevamente y cuando los abrió no había rastro alguno de este solo el aroma a azufre flotaba en el aire.

- ¿Estás bien? – pregunto de inmediato revisándolo con preocupación - ¿te lastimo? ¿te hizo algo? – palmeo su cuerpo como una madre asustada – dios Hiro juro que si incluso te puso un dedo encima le voy a dar una pinche putiza –empezó a amenazar.

- Estoy bien Miguel – dijo Hiro callándole – el no hizo nada – suspiro mirando a donde el hombre había desaparecido - ¿Quién era él? – pregunto curioso - parecía conocerte.

- Leo San Juan – suspiro Miguel tras notar que su novio estaba salvo – el charro negro.

- ¿Charro negro? – dijo con confusión - ¿es una parca como tú lo fuiste? – preguntó indeciso pues el hombre hablo de almas y tenía ese ambiente extraño además del aroma intenso que dejo a su paso.

- ¿Una parca? – dijo con burla – no, no Hiro – negó con la cabeza – es algo mucho peor, una parca es justa y digna él es un embaucador sirve a otro señor que al igual que él trabaja con engaños, tomar tu alma y la beberá como tequila si puede, jamás podrás estar en el cielo o infierno será simplemente peor – y Hiro se estremeció ante eso, por saber que existían seres tan oscuros, si pensó que Miguel había sido algo tremendamente aterrador este tan charro negro era peor.

- ¿Puede robar mi alma? – pregunto asustado

- Necesita hacer un trato – negó con la cabeza – solo la gente estúpida lo hace y... ¿Hiro? ¿Él te ofreció un trato? – pregunto confuso, no entendiendo que podía querer su amado Hiro pensó que estaba bien, que era feliz, pero si Hiro tenía un deseo lo suficientemente grande como para que el Charro negro pudiera explotarlo algo debía andar muy mal - ¿Hiro?

- Estoy bien Miguel – suspiro el chico soltándose de su agarre – ni siquiera sé por qué pensé en eso – Miguel realmente lucia cada vez más preocupado por lo que se apresuró a aclarar – realmente me haces muy feliz, tu, tía cas, el equipo – sonrió tomando su mano nuevamente - incluso Baymax tengo todo lo que podría desear.

- ¿Pero? – empujo Miguel queriendo saber que le faltaba para solucionarlo de inmediato.

- Pero hace un momento – suspiro el mirando de nuevo a las luces del panteón que ya casi se apagaban – con todo este ambiente, la familia y ofrendas y bueno los recuerdos – bajo la mirada indeciso – extrañe tanto a Tadashi que solo desee que todavía estuviera aquí.

- Lo siento – dijo Miguel comprendiendo acercándose a Hiro y abrazándolo – si pudiera hacer algo lo haría – beso su cabeza – pero hacer tratos con Leo nunca termina bien lo siento realmente.

- No es tu culpa – negó Hiro – creí que ya había llegado a un acuerdo con esto – sonrió mirándole – supongo que debo trabajar más en ello y pasar más tiempo en el presente en lugar de pasado.

- O podrías pasarla conmigo – dijo sonriente – y menos en el laboratorio.

- Me gusta el laboratorio

- Yo puedo darte un mejor rato.

- ¿Tu? – pregunto incrédulo – mejor con Baymax – termino burlón.

- Eso me lastima chinito enserio lo hace – dijo dolido - Nerd – llamo tras atraparlo en un abrazo.

- Idiota – murmuro Hiro sonriente abrazándolo igualmente y besándolo lentamente, con tranquilidad, aferrándose a este chico que tanto lo amaba.

Caminaron de vuelta al cementerio donde tía Cass animada hablaba de como la anciana los invitaba a desayunar champurrado y ella necesitaba ese champurrado, ellos solo negaron con la cabeza y siguieron a la familia que tan feliz les acogió esa noche, al día siguiente pasaron tranquilos recorriendo el pueblo y tres días después volvieron a casa.

Ese viaje se convirtió en una tradición desde entonces y años tras año la nueva familia Rivera-Hamada celebro el día de muertos en el poblado de Santa Cecilia.

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"Aprendí

que puede un beso ser más dulce y más profundo

que puedo irme mañana mismo de este mundo

las cosas buenas ya contigo las viví"

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Fue casi un año después que Hiro se convirtió en un importante miembro de la comunidad científica que se volvió millonario, aun cuando no estaba orgulloso de como lo hizo las injusticias no eran algo que dejaría pasar.

El punto de que Hiro hiciera su pasantía en industrias Krei solo era una tapadera para tener a su disposición recursos así como un área de trabajo adecuada, Krei le había echo firmar un papel para convencerlo de estar ahí donde dejaba en claro que la tecnología seria propiedad de Hiro, sin embargo como buen empresario que era dejo ciertos vacíos legales para usar en el futuro que Hiro nunca entendió, la idea era que Hiro creara algo valioso y luego Krei lo convenciera o tomara esa idea para venderla al mundo, sin embargo tras cierto incidente con una parca llamada Miguel, krei dejo esa estúpida idea y dejó que Hiro trabajara como le diera la gana, hasta que como en todo lugar de trabajo la envidia se extendió.

Hiro solamente era un pasante en ese lugar y prácticamente tenía un propio laboratorio privado para el solo donde solo podía entrar él y CEO de la compañía, no es de extrañar que los rumores se expandieran y pronto llegara a la mesa directiva que le exigió a Krei cuentas sobre ese laboratorio, Krei trato de dejar en claro que no interfirieran lamentablemente, aun cuando era su compañía como en todos lados la mesa directica podía sacarlo sin pensarlo dos veces, y eso sucedió.

Alistair Krei fue echado de la compañía que el mismo fundo hace años con sus propias manos, extrañamente lo tomo mucho mejor que cualquiera creería dejándoles el consejo de no meterse con el pequeño genio, obviamente nadie le hizo caso y durante ciertas vacaciones del chico invadieron, robaron y trataron de comercializar la tecnología del más joven.

Hiro no podía creerlo cuando intento entrar por sus diseños fue sacado prácticamente a patadas, Krei apareció entonces entro al café una tarde para decir algunas palabras bonitas sobre su tía y luego entregarle a Hiro todo lo necesario para recuperar no solo su tecnología si no al menos 70% de la empresa, el hombre obviamente era un desconfiado y siempre tenía un plan de contingencia por si acaso, los abogados no se hicieron esperar y en un proceso que duro afortunadamente medio año industria Krei paso a ser propiedad del joven genio de la robótica Hiro Hamada.

Industrias Hamada nació entonces y pronto se vio envuelto en un mundo muy diferente al que estaba acostumbrado, lleno de más ocupaciones que descansos, cuando era obvio que no podría hacerse cargo y luego de alabar las aptitudes de cierto empresario para los negocios Krei se volvió su socio ahora si comercial convirtiéndose en el CEO de la nueva empresa y tal vez el 40% de todo, a Hiro no le importaba siempre y cuando pudiera seguir con su investigación en paz. Miguel bromeo por un largo tiempo sobre tener un sugar daddy ahora.

Paso en su cumpleaños, o al menos eso tenía planeado, después de su nueva mortalidad Miguel decidió que ya no podía esperar más, eso y que tal vez Ryan quien volvió aparecer llego para proponérsele a Cassidy fue que lo animo, la mujer estuvo furiosa por días, alegando que el hombre tenía la desfeches de aparecer de la nada luego de irse como si nada y pedirle casarse, no acepto obviamente, ella lo golpeo y saco de su café.

Ryan paso un largo calvario tratando de explicar cómo había estado asustado, aterrorizado al notar que lo que siempre le había apasionado le pareció insulso al lado de Cass, explico cómo tuvo miedo de aceptarla como algo más que una musa y por eso huyo, Hiro había estado bien enojado con el tipo y le rogo a su tía que no lo aceptara y aun que no acepto casarse con el si lo perdono y decidieron salir ahora si como una pareja, por su parte Miguel solo pudo darse cuenta de una cosa, amaba a Hiro, lo amaba tanto que quería dejarle en claro que no lo dejaría en un futuro cercano, así fue como se preparó o al menos lo intento.

La primera vez sería una declaración súper romántica en un prestigioso restaurante con terraza súper romántico en la noche de su cumpleaños, entonces antes de que llegara el postre Hiro tuvo que salir porque había una explosión en una refinería o quien sabe la verdad no escucho por el ruido de su corazón romperse, cuando el mesero llego con el pastel donde estaba el anillo y los violines para la propuesta más romántica él estaba solo, dio tanta pena que le regalaron un postre.

La próxima vez Miguel decidió llevarle serenata, se habían mudado juntos con lo de la demanda millonaria y así llego Miguel con un chingo de mariachis, acá sus tíos, en el traje de charro más ajustado de la historia cantando a todo pulmón por su amor, cuando la canción termino y la luz de la habitación seguía apagada miguel entro al departamento para descubrir que Hiro no estaba, una llamada después descubrió que Hiro estaba en su laboratorio trabajando hasta tarde.

La tercera vez Miguel se aseguró de llamar antes para saber dónde estaría y armado con un ramo de rosas estúpidamente gigante, el anillo y vestido de charro él solito invadió industrias Hamada, justo ese preciso día una fuga de un germen dejándolo atrapado, gracias a Karmi quien ahora trabajaba ahí tras la graduación con Hiro, dejo medio edificio en cuarentena, por cierto Hiro había sido evacuado minutos después de la llamada, este lo miro, el ramo ya marchito en su mano y la ropa mojada de Miguel luciendo como un perdedor por el cristal de las puertas selladas hasta que la descontaminación terminara.

Cuando el universo parecía empeñado en evitar que Miguel propusiera matrimonio a Hiro fue que se rindió, o al menos hasta tener un nuevo plan, aquella tarde Miguel caminaba a casa desde el metro con su guitarra encima, había ido a la casa comunitaria a dar clases nuevamente de guitarra, cuando de la nada algo lo levanto en los aires, grito y pataleo como todo un campeón gritando "¡me secuestran!" solo para ser callado por Hiro, sip su superhéroe novio lo secuestro de la calle para llevarlo al estúpidamente alto puente Golden Gate de san Fransokyo donde lo dejo sobre la pequeñísima plataforma de uno de sus pilares.

- ¿Qué carajos cerecita? – gruño al ver la altura, Hiro se paró juntó a el entonces desactivo el casco de su cabeza sacudiendo su cabello y le sonrió - ¿Hiro?

- Shhh – dijo el joven señalando el mar Miguel siguió el dedo hasta donde el ocaso, donde el sol terminaba de hundirse para dar paso a la noche, su rostro se ilumino entonces las tranquilas aguas del mar dieron paso a hermosas luces cálidas que salieron desde el mar hasta elevarse en el cielo nocturno formando una simple pero impactante pregunta.

- ¿Hiro que... - la pregunta murió en sus labios pues al regresar la mirada a su novio, Hiro estaba ahí en una rodilla sosteniendo una cajita con un anillo.

- Me di cuenta de lo que intentabas cuando quedaste atrapado en la empresa – le sonrió Hiro con una disculpa – la verdad no tenía idea de que quisieras hacer esto, así que – trago salía sintiéndose un poco nervioso justo ahora, como si Miguel fuera a decir que no - ¿quieres casarte conmigo Miguel? – pregunto y el moreno solo le miro, miro el cielo, el ambiente y dio un pisotón en el suelo.

- Chingada madre no es justo me ganaste y acabas de hacer esto súper romántico jamás voy a poder superar esto – respondió haciendo un berrinche y cruzando de brazos, Hiro se levantó entonces confundido.

- ¿eso es un no? – pregunto como un niño inseguro.

- Claro que no – lo tomo por los hombros – vamos a casarnos eh intentado pedírtelo desde hace semanas, solo estoy molesto de que te saliera bien y a mí no – le dio un beso nada romántico – pero si me quiero casar contigo – esta vez el beso fue un poco más apasionado que antes - espera a ver mi propuesta.

A la mañana siguiente Miguel se propuso a Hiro, un dulce desayuno en la cama con una cajita y el anillo, los panqueques tenían escrito la pregunta en sirope de chocolate, Hiro juro que fue la propuesta más dulce de todas.

Se casaron solo un mes más tarde justo cuando las flores de cerezo florecieron adornando su boda, fue una ceremonia privada, solo amigos y familiares, con Hiro siendo ahora un importante figura pública fue difícil evitar a la prensa pero lo lograron, fue algo dulce y hermoso, Miguel usando un traje negro de charro y Hiro algo más formal y no tan japonés como un traje, porque "no Miguel no voy a usar un vestido japonés, es un Montsuki, vístete como se te dé la gana que yo voy a hacer lo mismo" fue la defensa de Hiro, aun así la boda fue muy hermosas y las lágrimas no se hicieron esperar, incluso hubo un ramo.

La luna de miel fue en Japón y bueno aunque Hiro odio esa luna de miel en general fue bastante buena, algo realmente bueno salió de esta.

En el mundo de los muertos, aquel día de muertos Tadashi sintió un extraño ardor en el cuerpo, su fría piel pálida fue hundiéndose hasta volverse hueso, relieves de flores y demás patrones coloridos llenaron sus huesos asustando a su familia, fue entonces que un puente de flor de cempasúchil se abrió camino hasta sus pies, las palabras de Miguel resonaron en su mente una vez más.

"Tu tía Cass debe casarse o tú con alguien latino así automáticamente su familia obtiene un pase a ese mundo"

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"Y contigo aprendí

que yo nací el día en que te conocí"

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- Sabes que Miguel no va a estar feliz por esto – Karmi dijo mirando a Hiro seriamente, este solo sonrió aún más emocionado en su laboratorio.

- Obviamente no conoces a Miguel – dijo el mirando el cristal donde una figura humanoide descansaba – va a estar cabreadísimo, no me podre sentar en semanas.

- ¡Iuhg Hiro! – gruño habiendo una cara de asco – demasiada información, ¿Dónde quedo el otro Hiro? Ese me caía mejor.

- Creció y se casó con un tipo ardiente – respondido orgulloso.

- Si claro – rodo lo ojos – todos los sistemas están óptimos – murmurio mirando su Tablet.

- Iniciando prueba #59 – Hiro acomodo sus gafas – en tres, dos, uno.

Inicio modo seguro.

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Cargando/sistema/K1L3.sys

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Descargando/memorias de datos.sys

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Descargando/modo artes marciales.sys

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Ejecutando/modo aprendizaje...

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Sistemas básicos.... en línea.

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Sistema operativo...en línea.

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Verificando....

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T-R1 iniciando...

¿Cuál es tu nombre?

Acceso/Nombre/sistema/K1l3

¿Cuáles es tu objetivo?

Acceso/Parámetros/objetivos.

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Iniciando análisis...

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Objetivo principal/Proteger la designación de usuario "padre"

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Objetivo secundario/Servir y proteger.

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Objetivo terciario/aprender.

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En línea.

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"Aprendí

que puede un beso ser más dulce y más profundo

que puedo irme mañana mismo de este mundo

las cosas buenas ya contigo las viví"

Y contigo aprendí

que yo nací el día en que te conocí"

Notas:

Sip Miguel es mortal ahora pero aún puede ver a los muertos.

Y se acerca el final mis amigos, lo sé yo también estoy llorando pero como todo esta historia debe llegar a su fin, que por que no la termine antes?? Pues se me olvido wey que esperas???? No tengo vida social pero igual nunca tengo tiempo TT-TT

Por ultimo no soy programador ni nada a luchas se prender mi cel pero me puse a buscar y trate de que sonara algo genial, recordé un fic medio futurista y me base un poco en él, si quieren saber el fic se los mando es Sterek de teen Wolf.

Preguntas?

Teorías??

Gomitas???

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