Capítulo 20: Llorona.
Capítulo 20: Llorona.
"A veces siento que tengo un hechizo, que algo me paso mucho antes de nacer"
"Todos me dicen el negro, Llorona
Negro, pero cariñoso
Todos me dicen el negro, Llorona
Negro, pero cariñoso
Yo soy como el chile verde Llorona
Picante, pero sabroso
Yo soy como el chile verde Llorona
Picante, pero sabroso"
- Mi hijo aquí me dice que eres una parca – dijo el de enormes gafas y cabello canoso, Miguel regreso a ver a Fred entrecerrando los ojos.
- ¿enserio Fred? – dijo acusador - ¿sabes lo que es un secreto? – le gruño y el chico solo se encogió de hombros.
- Fred es pésimo guardando secretos – dijo el viejo hombre.
- Debí sospechar cuando me dijo que viniera a su cabaña veraniega – murmuro cruzándose de brazos.
- ¿no le dijiste? – dijo Gogo a su lado.
- Tenía que convencerlo – se defendió el chico – además mira Hiro está aquí no te enojes.
- Basta – les callo Hiro – solo díganos ¿qué está pasando? y ¿por qué necesita Miguel?
Y así fue como el padre de Fred les hablo de los incidentes, en su humilde casa veraniega, que era una jodida mansión de veinte habitaciones y con cinco empleados, al parecer desde hace unas noches ruidos extraños inundaron el lugar, muchas tres de las criadas habían visto sombras escurrirse por los pasillos y jarrones caer sin ser tocados, además los perros, aquellos tres canes no paraban de ladran a una hora especifica en la noche, Miguel suspiro sabiendo que esto sonaba a un simple poltergeist aburrido y que sería muy fácil desterrarlo, pero entonces mencionaron aquello, el aroma azufre, el polvo amarillo y Miguel supo que algo no estaba bien.
- Creo que puedo con esto – dijo serio – de hecho creo que deberías regresar a casa Hiro – dijo a su novio quien le miro extrañado – todos deberían regresar.
- Estás loco – dijo Fred animado – la última vez me lo perdí, pero ahora – silbo – compadre voy a verte en acción.
- No habrá acción Fred – rodo los ojos – solo vuelvan a casa – indicó.
- No voy a moverme a ningún lado – Hiro respondió cruzadnos de brazos – así que dime que pasa porque sé que escondes algo – Miguel jadeo mortificado olvidaba lo terco que era su novio adorable.
- Esto no es un poltergeist, ni siquiera un fantasma – negó con la cabeza – esto es malo, muy pero muy malo – miro preocupado a Hiro entonces – necesito que estés a salvo.
- Gracias – sonrió Hiro – pero se cuidarme solo – y Miguel quiso golpearse por esa respuesta, al final nadie se fue.
- Bien – respondió mirando al viejo hombre – necesito reunir a todo el mundo, pero todo el mundo en la sala ahora – Fred asintió con un saludo de general y corrió a buscar a los sirvientes mientras Gogo le daba una mirada confundida, una vez que todos estuvieron ahí, Miguel los miro a cada uno acercándose a ellos y susurrando una simple palabra en su oído, incuso el padre de Fred no se salvó pero nada, todo siguieron igual, uno de ellos se persigno.
- ¿Qué haces? – pregunto Hiro entonces y con un largo suspiro Miguel supo que debía ser honesto.
- Pensé que había una posesión demoniaca – murmuro cruzándose de brazos – el azufre, las luces todos los indicios parecía que había un demonio – negó con la cabeza – pero nadie aquí esta poseído.
- Genial – dijo Fred – ¿cómo lo ibas a matar? – pregunto ansioso – ¿poderes místicos? ¿agua bendita? ¿un rayo mágico de tus ojos?
- Negociación – respondió Miguel desinflándole – hay ciertos acuerdos por lo que iba a pedirle que se marchara – dijo mirando a Fred.
- ¿Y se iba a ir solo así? – pregunto incrédulo Hiro.
- Si era un demonio de bajo rango si – asintió – no puede matarme y soy una parca mandaría su alma de vuelta al infierno en un santiamén – se encogió de hombros.
- ¿Y si es de alto rango? – pregunto Gogo a lo que Miguel se tensó recordando a cierto demonio.
- No sería bonito – negó serio – pero no pasó nada y tal vez sea solo – sus palabras murieron cuando a lo lejos se escuchó un par de ladridos, pero no eran los ladridos de los perros no, eran diferentes más profundos, de ultra tumba y todo el color de Miguel le abandono – puta madre - murmuro volteado a ver a los sirvientes que escuchaban los ladridos asustados - ¿bien quién lo hizo? – pegunto insistente - ¿Quién carajos fue tan estúpido para hacer un trato? – pero nadie parecía contestar.
- ¿De que estas hablando jovencito? – dijo el padre de Fred.
- Esto es malo muy malo – murmuro Miguel dado que nadie quería hablar – necesitamos tierra de cementerio y...
- Hola Miguel – dijo una nueva voz en la habitación y todos se giraron para ver a la nueva invitada, aquella que Hiro reconoció.
- Mandy – dijo apretando los dientes Miguel- ¿Qué haces aquí? – pregunto entre confuso y esperanzado – dime que has venido ayudarme – dijo ilusamente.
- ¿cuándo eh hecho yo eso? – dijo la chica con una pequeña sonrisa alisando su pequeño vestido negro - vine a cobrar lo que es mío – declaro mirando a los sirvientes uno de ellos grito horrorizado y salió corriendo dentro de la casa intentando buscar una salida a lo que Miguel suspiro.
- ¡Walter espera! – llamo Fred listo para ir tras el pero Miguel lo detuvo de la camisa.
- Sé que conoces las reglas – dijo Miguel totalmente serio – por lo que sabes que no debes robar a nuestros amigos – dijo con sarcasmo.
- Quien hablo de robar – sonrió mostrando sus dientes de una forma malvada, las enromes puertas se abrieron entonces y pisadas de animales feroces se escucharon, todos podían oírlas, así como jadeos y gruñidos pero nadie podía verlo, nadie aparte de las dos parcas en la habitación – te presento a Grim – bajo una mano para acariciar el aire, donde realmente había un enorme Hellhound babeando, su piel destilaba azufre y Miguel supo que era a este a quién los sirvientes vieron, al sabueso que merodeaba por su presa esperando el fin de plazo, si estaba con Mandy eso solo significaba una cosa -¿es lindo no crees?
- Al menos – murmuro Miguel porque sabía que no había forma de detener esa muerte – al menos deja que yo lo haga – pidió, porque sería mucho más humano que Mandy, por que no habría tanto dolor, la chica sonrió entonces y supo que no aceptaría.
- Claro – dijo burlista – si llegas a el primero – entonces silbo y Miguel vio como el enorme perro salió corriendo en busca de su presa, no corrió tras él, no habría caso, cerró los ojos tragando duro, los presentes en la habitación solo escucharon patas rasgando los pisos de caoba, jarrones cayendo de las mesas en los pasillos entonces los gritos, desgarradores ritos y pedidos de auxilio, Hiro estuvo a punto de correr pero Miguel lo detuvo, le abrazo para negarle llegar a aquella masacre.
- Que mierda miguel tenemos que ayudarle – dijo su novio intentan zafarse.
- No puede – dijo la chica – ni tu ni él pueden salvarlo – sonrió sádicamente – Hiro Hamada – dijo su nombre causándole escalofríos – se habla mucho de ti del otro lado – apretó los labios pensativa de sus palabras – incluso tenemos una apuesta – dijo tranquila.
- ¿apuesta? – pregunto Hiro confuso.
- Sobre cuánto tiempo duraras – termino y el agarre en sus brazos se apretó, Miguel lo sostenía con tanta fuerza que ya podía ver moretones en esos brazos, pero Miguel no le miraba, no, su vista estaba sobre ella, sobre Mandy, la chica que simplemente volvió a silbar, ni siquiera notaron que los gritos se habían detenido, las mismas garras se escucharon entonces solo que ahora las pisadas eran visibles pues sangre empezó manchar los pisos asustado a los presentes, la chica lanzo una última mirada a Miguel y entonces desapareció por la puerta dejando la estela a azufre detrás de ella y las huellas caninas de sangre.
- ¿Qué rayos fue eso? – pregunto el hombre finalmente - ¡estoy seguro que esa cosa mato a Walter!
- Walter eligió su destino – murmuro Miguel – hace diez años.
- Explícate ahora – Gogo empujo a Miguel que parecía aun perturbado por eso - ¿Qué significa eso y quien era esa? – señalo la puerta.
- Esa era Mandy – suspiro sentándose en una silla cercana – la peor parca que te puedas encontrar, su talento es domar bestias o cualquier criatura – suspiro – últimamente se encariño con los Hellhounds, no eh conocido a nadie que haya podido tener uno sin ser un demonio aparte de Mandy – suspiro – pero para obtenerlo debe reclamarlo de su dueño – apretó los dientes – y cuando eso pasa todos los tratos que ha hecho pasan a ella, Walter debió pactar con un demonio hace diez años, vender su alma por algo y era hora de pagar – miro a Hiro – lo siento pero no podía hacer nada – tomo la mano del chico para jalarle y abrazarle – por eso no quería que te quedaras, los demonios son peligrosos, Mandy es peligrosa.
- ¿De que hablaba? – pregunto Hiro en su lugar – ¿con lo de la apuesta?
- Nada – negó – ella solo no le agrado, a casi ninguna parca le agrado – suspiro – escúchame Hiro – se levantó para tomar el rostro de su novio que no lucia muy convencido – nunca voy a dejar que nada malo te pase – sonrió con sinceridad – siempre voy a protegerte y hare lo que sea para mantenerte seguro, ¿me crees verdad? – murmuro desesperado, temeroso de que su novio no le creyera.
- Te creo – asintió Hiro entonces Miguel le beso.
Fue horrible el lugar donde la criatura infernal atrapo a Walter fue un escenario grotesco, todos regresaron esa misma noche, nadie quiso quedarse en esa casa y ninguno de ellos lo menciono, incluso cuando tuvieron que compartir información con el equipo fueron breves y sin contar toda la verdad, Hiro estaba cada vez más sorprendido sobre el otro mundo del que no tenía conocimiento, se preguntó que más cosas existían en la oscuridad.
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"Ay de mí, Llorona, Llorona
Llorona, llévame al río
Ay de mí, Llorona, Llorona
Llorona, llévame al río
Tápame con tu rebozo, Llorona
Porque me muero de frío
Tápame con tu rebozo, Llorona
Porque me muero de frío"
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El señor chispas estaba atacando, robando algo súper estúpido, lo cual no era novedad, los reflectores que usaba la policía por qué nadie brillaba más que él.
O sea súper ridículo, Fred y Gogo quienes estaban de patrulla solo recalcaban su poca originalidad como villano, Hiro llegó entonces había estado cerca del lugar y reaccionó activando el traje, baymax no estaba con él, pero tenía sus súper guanteletes equipados con más potencia.
El señor chispas golpeó a Gogo, quién empujó a Fred y desvío su ataque de fuego a un poste que cayó sobre ellos, no había daño estarían bien pero entonces toda responsabilidad de detener al villano estaba en Hiro, quien levanto sus guanteletes contra él.
Solo que en ese momento chispas saltaron de aquella lámpara, un civil grito asustado y Hiro se congelo con el brazo en el aire y el enano de pelo rosado paso a su lado empujándole y escapando en su patito gigante amarillo en saltos.
- Hiro - llamo Gogo tras salir debajo del poster- ¿estás bien?- pregunto confundida.
- Amigo - Fred llegó de inmediato, con la nueva tecnología el traje de este también podía desprenderse hasta la barbilla ya que Gogo lo obligaba a cuidar más su identidad secreta-lo dejaste escapar ¿qué pasó?- dijo con fundido.
- La luz me deslumbró - mintió señalando el poste que hecha a chispas ninguno le creyó pero ya no quedaba nada que hacer más que levantar los escombros pesados para alejarlos de peligros futuros y salir de ahí.
La próxima vez Hiro se negó a disparar sus descargas electromagnéticas a los Mad Jacks, por suerte o tal vez no tanto Miguel no apareció al día siguiente para trabajar, no respondió el teléfono y tras revisar el rastreador que puso en su brazalete y no importa lo que diga Wasabi eso no era acosador, salvo a su novio de Obake y aun que se les escapo un poco de confianza regreso a él, hasta que nuevamente se la arrebataron.
Obake fue un genio y un súper villano malvado, un gran oponente que les costó mucho detenerle, casi sacrifican sus vidas y aun que creyeron haberlo hecho regreso, y así como misteriosamente apareció se volvió a marchar, Hiro había tenido sus sospechas, nunca encontraron un cuerpo, solo sangre una enorme mancha de sangre seca en aquella guarida secreta, junto a las grandes computadoras, así que simplemente dieron por cerrado ese capítulo.
Pero Obake era un súper villano genio malvado y lo malo con ellos es que siempre tienen un plan de respaldo, como un reloj bien calibrado, la computadora donde el súper villano trabajo aquella ultima vez se encendió un para ejecutar un último plan, códigos aparecieron en las pantallas archivos de villanos capturados y las prisiones donde estaban, el archivo de los grandes héroes, identidades, direcciones todo lo que el gran villano recapitulo, puntos débiles y puntos fuertes, el reloj empezó una cuenta regresiva, cuando llego cero, el caos exploto.
En la prisión de san fransokyo, donde muchos de los villanos que los grandes héroes habían atrapado quedaron en libertad, justo a las 10 de la noche las puertas de sus celdas se abrieron, las contenciones de seguridad se apagaron y varios de estos villanos peligrosos escaparon de la cárcel, todos con una meta en la vida la venganza.
- Necesito revisar su sistema de seguridad – dijo Hiro cuando a la mañana siguiente fueron avisados de esa falla, los guardias asintieron llevando a Hiro hasta su central, los demás revisaban que efectivamente no hubo fuerza bruta involucrado, un escape perfecto y muy tarde comprendieron que Obake dejo un regalo para ellos.
Todos creyeron que el villano seguía vivo, que este escape fue la prueba pero Hiro no estaba muy convencido había algo muy raro en todo esto, la próxima vez mientras regresaba Moma Case estaba ahí con sus jodidos cuchillos de grafeno súper delgados, aterrorizando a su tía en busca de una venganza, la mujer rompió otra mesa con su chuchillo intentando darle a su tía, el grito llamando la atención a él, ella lo miro lanzo una sonrisa en su dirección reconociéndolo, ella sabía supo entonces, ella sabía quién era y solo a tiempo salió de su estupor para esquivar un cuchillo afilado, Miguel apareció entonces lanzo una charola en dirección a la villana golpeándola en la espalda y distrayéndola.
Hiro pensó en sacar su traje pero su tía Cass estaba ahí, le estaba mirando y no podía, no revelarse ahora, además había civiles escondidos cubriéndose, la mujer lanzo su cuchilla a Miguel quien levanto una mesa para pararla, la mesa se rompió por la mitad y una pequeña abertura apareció en su mejilla sangrando, ella sonrió victoriosa levantando otro cuchillo en el aire como amenaza, Miguel miro la sangre de su mejilla y frunció su nariz, él se trono el cuello y levanto los brazos, al instante ella salto para matarle cuando con un aplauso una nube rojiza golpeó justo frente a su nariz, el aire se llenó de picante, una nube densa haciéndole toser por lo que escapo rápidamente.
- ¿Que fue eso? - pregunto Hiro tosiendo igualmente - ¡Miguel! – se quejó pues toda la tienda estaba llena de esa nube y ya le ardían los ojos.
- Solo es chile en polvo – rodo los ojos sacando un ventilador y corriendo abrir las puertas de par en par para sacarlo.
- Bien pensando Miguel – dijo la tía Cass animándole.
- ¿Quién era esa? – dijo Miguel dudoso mirando a Hiro pero fue la tía Cass quien respondió.
- La mujer a la que le arrebate el título de la mejor Chef callejera – Miguel levanto las cejas sorprendió por esto – debe estar muy molesta para venir atacarme aquí – dijo ella frunciendo la nariz – creí que estaba en la cárcel – y diciendo esto corrió a revisar a su clientela y darles una cortesía por el alboroto dejando a los dos jóvenes parados juntos.
- ¿Quién es ella Hiro? – pregunto nuevamente Miguel, porque noto las miradas de antes.
- Moma case – suspiro – anoche escapo de prisión – eso si podía creerlo Miguel – Obake – empezó – de alguna forma libero a varios villanos, ella estaba entre ellos.
- ¿así que sale de prisión y trata de vengarse de tu tía porque le robo un título de chef? – pregunto incrédulo.
- No – negó Hiro cerrando los ojos – ella sabe – trago saliva al realmente entender la gravedad de esto – Obake debió decirle, a todos ellos, nuestras identidades – y ahora empezaba a entrar en pánico – ellos vendrán por mi o tía Cass, por ti – jadeo asustado.
- Hiro – llamo Miguel tomándolo de los hombros – mírame – pidió – mírame, no voy a dejar que nada malo le pase a tu tía, ni a ti – prometió mirándole fijamente a los ojos – todo va a estar bien – insistió con una sonrisa pegando su frente con la de él.
La tía Cass lo llamo entonces y rompió aquel bello momento, Hiro solo se quedó mirando el cuchillo incrustado en la pared, aquella que tenía aun sangre de Miguel y apretó los puños, esto no podía estar pasando, no otra vez.
Moma case se paseaba por lo que antes era su vieja guarida, aún seguía ahí, sus esbirros lo habían mantenido todo igual, al menos tenia donde relajarse, estaba furiosa, derrotada por chile en polvo por un simple barista, como si ser derrotada por la dueña de una café de quinta no fuera suficiente, además del estúpido niño con el robot, pero realmente fue satisfactorio vencerlo era como matar dos pájaros de un tiro, se había precipitado con su ansia de venganza esta vez iba a hacerlo bien por lo que planearía una buena venganza, escucho alguno gritos detrás de su puerta, golpes de alguien azotando contra la pared y luego nada, demonios no podían ser esos estúpidos héroes otra vez, tomo sus cuchillos y salió lista para terminar su trabajo.
Nada, no había nada, no molestos y sarcásticos héroes coloridos tratando de lucir impresionante, solo sus hombres tirados en el suelo, se acercó a uno pateándolo, cuando este se giró noto algo que la confundió, estaba muerto, los grandes héroes nunca mataban, y ahí estaba su esbirro un ex luchador de zumo muerto, retrocedió un par de pasos sorprendida cuando golpeó contra pared, una caja de madera enorme del lugar.
- Fue muy descortés marcharse así de la cafetería – dijo una voz asustándola, ella se alejó de la caja entonces y ahí de cuclillas estaba el barista, el jodido barista mirándola como si esto fuera un juego, no tenía armas pero sabía que debió ser el causante del desastre – no sin probar las especialidades – sonrió levantándose.
- Gracias pero no como basura – respondió ella lanzado su cuchillo el barista salto esquivándolo pero no noto otro que se encajó en su hombro para dejarlo clavado en la pared de madera detrás de él, ella sonrió victoriosa y Miguel frunció la nariz, entonces algo sorprendente paso el cuchillo no le lastimaba, de hecho su hombro empezó a resbalarse para zafarse del agarre sin una gota de sangre, ella miro todo confundida.
- Lo se wow – dijo Miguel con una sonrisa mirando que no tenía ni una sola herida – no sabía que podía hacer eso – murmuro – estoy tan sorprendido como tú – dijo burlista empezando a caminar en su dirección, ella apretó otro cuchillo entre sus manos apuñalándole en su estómago cuando ya estaba lo suficientemente cerca y sonrió al verlo detenerse.
Miguel retrocedió, se aferró a su estómago y miro donde el cuchillo azul estaba bien enterrado, pero la victoria no le duro mucho a ella, pues el barista saco el cuchillo como si nada, sin ningún daño y sonrió.
- Realmente es un buen cuchillo – dijo con una sonrisa lanzándose contra ella y atrapándola de la cintura amenazándole con su propio cuchillo – ahora, sé que sabes sobre Hiro – los ojos de la mujer brillaron con odio al escuchar ese nombre – y por lo regular esta sería una advertencia pero – se lamio sus labios haciendo una pausa dramática innecesaria – apestas a venganza que no pienso arriesgarme – sonrió empujando el cuchillo contra la garganta de la mujer quien jadeo al sentirlo cortar su carne – debiste aprovechar mejor tu libertad – susurró sobre su rostro ante de besarla.
La mujer lucho, trato de empujar al joven ahora que ya no había cuchilla sobre su garganta, pero fue inútil su alma fue succionada en ese momento y al igual que sus hombres cayo muerta al instante, Miguel la soltó viéndola caer como un trapo viejo, soltó igualmente el cuchillo en su mano y sonrió un portal apareció entonces detrás de él, lleno de pétalos naranjas Dante apareció entonces ladro un poco a él pero simplemente negó "ahora no amigo" dijo pasándole de largo y sin más desapareció.
Hiro y los demás llegaron horas más tarde, buscaban como locos a la mujer y finalmente fueron a su antigua guarida, no creyeron que estaría ahí porque era muy obvio, fue horrenda la escena, todos estaban muertos, mininas señas de lucha y sin heridas aparentes los cuerpos solo estaban sin vida, antes de irse Hiro noto un aroma, quito su casco para estar seguro, estaba ahí, débil y casi desapareció pero podía sentirlo, el aromaba casi inexistente al cempasúchil.
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"No sé qué tienen las flores, Llorona
Las flores del campo santo
No sé qué tienen las flores, Llorona
Las flores del campo santo
Que cuando las mueve el viento, Llorona
Parecen que están llorando
Que cuando las mueve el viento, Llorona
Parecen que están llorando"
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Todo estaba pasando muy raro, parecía como si Hiro no podía concentrarse en sí mismo, Miguel había mencionado algo un par de veces, y Karmi noto como a veces Hiro se perdía en sus pensamientos, ella lo comprendía aun solía tensarse cuando escuchaba tacones acercándose detrás de ella, nadie esperaba que Hiro saliera bien de esto pero últimamente parecía que lo estaba consumiendo más, además de que evitaba con todas sus fuerzas el auditorio en particular, los demás pensaron que solo era estrés, simple presión de la universidad normal para un adolecente, entonces paso lo de obake y Hiro enloqueció, Miguel había desaparecido y lo primero que hizo fue entrar en pánico, luego Wasabi sugirió rastrarlo con la pulsera y lo salvaron.
Entonces Hiro cometió otro error y pegajoso lo lastimo, luego de eso el escape de todos los villanos y el ataque a su tía solo lo pusieron más tenso, lo peor de todo Hiro empezó a dudar cada vez más cuando atrapaban a alguien, primero fue con esos ladrones de banco el no uso los guanteletes y uno de los ladrones paso junto a él golpeándole, cuando al día siguiente fueron encontrados muertos Hiro pareció más contrariado y asustado que aliviado.
Así que miguel lo llevo de paseo, un paseo donde se suponía era una cita tranquila y lo fue hasta que se toparon con Gogo, la chica estaba ahí de pura casualidad, tenía una vida y ya que todos sabían sobre su momento a solas de apreciar aves y que Fred no parecía querer despegársele se lo toparon en el pequeño lago artificial del lugar, sus barcos chocaron, ellos iban en un cisne blanco mientras que la parca y el superhéroe parecía luchar por dirigir su bote de pedales normal, Fred solo sonrió los acusó de intentar ahogarlos y Miguel no se quedó atrás asegurando que el golpe le había lastimado el cuello e iba a demandar.
Solo eran palabras, un juego entre los dos idiotas que termino con ellos dos levantándose y jalándose hasta caer al lago, Gogo miro a su novio en el agua y se alejó de ahí, Miguel también estaba empapado por lo que se acercó al bote y trato de subir, mas Hiro lo empujo alegando que mojaría todo ya que tenía costumbre que sacudirse como perro así que también huyo de ahí dejándoles en medio de un lago artificial y obligándoles a nadar de regreso a la orilla.
Media hora más tarde Fred estaba en vuelto en toallas, él siempre iba preparado, mentira Heathcliff era el precavido pues las llevaba en la limosina, así que mientras Hiro platicaba riéndose de las ocurrencias de Fred, Gogo volvió a cuestionarlo.
- ¿entonces ya lo sabes? – dijo ella, Miguel también se secaba con una toalla prestada.
- ¿Saber qué? – dijo confundido.
- ¿Que pasara después?
- Siempre me cuesta entender lo que usted dicen genios, pero últimamente tu eres la más confusa – dijo con una sonrisa algo que la joven ignoro.
- En diez años, en veinte años, Hiro crecerá, el cambiara y ¿tu? ¿Que pasara contigo? - dijo mientras su mirada se posaba en el joven quien parecía negarle algo a Fred - ¿Con esto?
- Estaré aquí – dijo seguro mirando igualmente a su novio - para Hiro, si todavía me quiere estaré aquí.
- Mmm
- ¿Qué significa ese "mmm"? – giro a verle molesto.
- Es solo que estarás aquí, igual que ahora.
- No le veo el problema en eso – rodo los ojos.
- No, no lo haces, en veinte años, en cincuenta este parque podría no estar aquí, pero tú – soplo una burbuja de chicle – seguirás aquí luciendo exactamente igual – termino la chica levantándose y dejando más confuso que antes.
Maldición, gruño para sus adentros pero sabía que tenía razón, todo a su alrededor cambiaria, todo continuaría, menos el, estaría ahí, estático, inmóvil, siempre el mismo, en esta eternidad hasta que terminara de expiar su falta, hasta que el mundo llegara a su fin.
Lo peor de todo es que arrastraba a Hiro a esto, a convertirse en el amante de un ser inmortal.
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"Ay de mí, Llorona, Llorona
Llorona de un campo lirio
Ay de mí, Llorona, Llorona
Llorona de un campo lirio
Él que no sabe amores, Llorona
No sabe lo que es martirio
Él que no sabe de amores, Llorona
No sabe lo que es martirio"
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- Aquí Jack tengo a la vista el objetivo – dijo el líder.
- Entendido Jack – asintió la mujer – te tengo cubierto.
- En tres.
- Dos
- Uno – dijo el último hombre y entonces la conexión se cortó – Jack, ¿Jack? – se preocupó sus compañeros jamás dejarían de comunicarse tan repentinamente, voló de inmediato sobre aquel edificio donde minutos antes la chica y su líder había pasado cuando lo vio, a un joven de chamarra roja en sus brazos estaba su compañera y a unos pocos metros más alejado su líder tirado sin moverse - ¿Quién demonios eres tú? – dijo sobre volando el lugar, el joven que llevaba su rostro cubierto por su gorro soltó entonces a la mujer que cayo laxa al suelo con los ojos abiertos - ¿Qué rayos le hiciste? – gruño apuntando su arma esperando respuestas, pero el joven solo levanto el rostro muy lentamente llenándolo de horror.
Un cráneo blanquecino estaba sobre sus hombros, sus ojos eran dos negros pozos de alquitrán y su boca aquellos dientes se deformaban en una extraña sonrisa que podía ver, la criatura, por que dudaba que fuera humano levanto su mano entonces para quitar la capucha y sus dedos eran solo huesos, intento huir pero el miedo le paralizo por completo, parpadeo una vez, solo un segundo y el hombre no estaba, como desesperado busco en todo el edifico con la mirada, hasta que un inusual aroma le llego, era dulce y cenizo, con ligero tinte a café, un par de pétalos naranjas volaron detrás de él y cuando se giró ahí estaba, rodeado de un portal de flores naranjas, la criatura quien tomándole con sus engañosos y huesudos dedos le mantuvo en su lugar con fuerza.
Quiso gritar pero antes de poder decir algo ya estaba muerto, el infierno se convirtió en su nuevo hogar.
Y en otras noticias, los cuerpos sin vida de los tres cazarecompenzas más conocidos como los Mad Jacks fueron encontrados la madrugada de este día en el centro de la ciudad de San Fransokyo, con este repentino hallazgo se suman más los criminales que escaparon de la prisión de alta seguridad de la ciudad han sido encontrados muertos sin razón aparente, este reportero se pregunta ¿si esto es obra de algún justiciero anónimo? ¿Y cómo es que lo hace? ¿Y de ser así porque los grandes Héroes no lo han detenido? ¿Acaso ellos se cansaron de mantener criminales en una prisión y decidieron terminar con el mal de raíz?
- Nosotros no lo hicimos – murmuro Fred bebiendo de su bebida molesto por el noticiero.
- Mejor apaga eso Miguel – suspiro Gogo desde la mesa al chico que limpiaba la barra quien obedeció de inmediato.
- No lo entiendo – frunció la nariz Miguel – las amenazas se reducen – se encogió de hombros - yo estaría feliz – dijo acercándose para dejar un poco de té calmante a Hiro.
- No trabajamos así – dijo Hiro tomando la taza entre sus manos.
- Es verdad – Fred dijo totalmente indignado - Si matas a un asesino, el número de asesinos en el mundo, permanece, no va a cambiar – todos asintieron a eso.
- No si matas a cien – sonrió Miguel agitando el cabello de Hiro – uno es mejor que cien – y diciendo esto se alejó para atender las demás mesas, todos miraron sorprendidos sus palabras y Fred solo sonrió.
- Amigo entendiste mi referencia – dijo agitando los brazos emocionado, ante esas palabras todos miraron a Fred confundidos – si es de Batman – pero Hiro ya no escucho aquello, su mirada siguió a Miguel, a su novio quien había estado muy raro últimamente, sonriendo con calidez a las mismas amables abuelitas de siempre, quien actuaba como siempre pero a la vez no, Miguel levanto la vista entonces, un cliente con un pedido molesto le hizo fruncir su nariz y algo en sus ojos cambio, solo un instante, un segundo estos se volvieron completamente negros, Fred lo empujo entonces y cuando Hiro volteo otra vez todo seguía normal, todo igual en el rostro de Miguel y nadie parecía a verlo notado, todo fue su imaginación supuso, pero el escalofrió no abandono su cuerpo pues aquella visión le recordó mucho a el sueño que tuvo hace meses.
- ¡Chicos tienen que ver esto! – Karmi entro corriendo con el celular en la mano, avisando que alto voltaje estaba intentando robar un banco a plena luz del día con todo el descaro.
Todos salieron corriendo Karmi solo suspirando ya que no podía ir y solo puso al tanto a Miguel cuando se desocupo, en el banco, Hiro y sus amigos llegaron de inmediato, en el momento en el que el gran robot rojo piso el suelo y Hiro se paró en frente madre e hija soltaron el dinero levantaron las manos y su esfera cayó al piso.
- Nos rendimos - dijeron ellas sin oponer resistencia, Hiro se acercó muy lentamente, pero muy lentamente pensando que era una trampa pero no fue así, casi de inmediato cuando ya tenían las esposas puestas por los oficiales que llegaron al poco rato la radio de estos sonó anunciando otro robo, Wasabi, Fred y Gogo respondieron, tres ladrones más se entregaron al verlos llegar.
En la semana cada nuevo crimen importante que se cometió se detuvo pacíficamente en cuanto los grandes héroes aparecieron todos los criminales fueron aquéllos que escaparon de la prisión en la anterior fuga masiva, cuando Hiro pregunto a uno de esto ya que era mucha casualidad ellos respondieron "mejor atrapados a estar muertos"
Cuando hubo la fuga aquella noche, todos los criminales no dudaron en huir, todos menos uno, Robert Callaghan el cual aun cuando su celda de confinamiento solitario se abrió no movió un musculo para salir de ahí se mantuvo quieto en su lugar y cuando los guardias llegaron al revisar la prisión el solo murmuro "Ya se habían tardado" mientras cerraban su celda, al ser el único que no había escapado Hiro pensó que podría tener respuestas por lo que aun sin quererlo fue a verlo, otra vez solo.
- ¿Por qué no escapo? – pregunto Hiro tras el cristal - ¿Cuándo tuvo su oportunidad porque no escapo? – no tenía tiempo para andarse con rodeos necesitaba saber que sucedía, el hombre solo suspiro permaneció unos minutos más acostado en su catre para finalmente levantarse, se veía muy cansado, demacrado como si de un momento al otro el mundo se hubiera derrumbado encima y tal vez fue así.
- Por qué no hay nada para mi allá afuera – dijo el hombre negando con la cabeza mirando sus pies – tú te encargaste de eso Hiro – y el hombre levanto la mirada entonces acusador, Hiro trago saliva, era verdad, él había asesinado a su hija, no el protegía la vida de Karmi.
- Ella estaba lastimando personas, gente inocente – Hiro se mantuvo firme apretando las manos a sus costados tratando de no ceder a la acusación.
- También lo hice yo – se levantó el hombre levantado las manos y mirando su celda – y mira donde me encuentro, ¿ya te sientes mejor? – pregunto burlista en su lugar - ¿dime crees que estamos a mano? – Hiro lo miro confundido no entendía a qué se refería – mataste a Abigail por que mate a Tadashi ¿no es así? – y aquello fue un duro golpe, toda la culpa de Hiro, aquella que Miguel y sus amigos intentaron borrar volvió a caer contra su pecho como un amargo peso - supongo que ahora se cómo se siente – bufo.
- Mato a dos personas e iba a asesinar a una amiga – respondió agitado, era obvio que le había afectado mucho.
- Era mi única hija.
- ¡Y él era mi hermano! – grito sin poder evitarlo, sus ojos se cristalizaron entonces y al levantar la vista Callaghan estaba sonriendo, por eso no había escapado, no había necesidad sabía que Hiro volvería tarde o temprano sabía que en algún momento volvería hablar con él y entonces podría hacer eso, la culpa era mucho mejor que cualquier tortura y para alguien como Hiro sabía que esta le duraría mucho más tiempo y sería más satisfactorio que simplemente matarlo – tu... tú no sabes que está pasando ¿cierto? - dijo al notar el juego de este.
- Alguien lo sabe realmente – se encogió de hombros – no, no lo sé pero tu estas más perdido que yo Hiro – el chico frunció la nariz molesto al ver que este tipo solo jugaba y se deleitaba con esto, que todo el arrepentimiento en su última visita se había esfumado por lo que se dio media vuelta listo para irse – pero sea quien sea – volvió a hablar el hombre – tu nuevo ángel guardián debes pararle, ya sabes antes de que algún inocente más sea lastimado – termino volviéndose a recostar en su catre.
Hiro no volteo a verle pero la duda había sido sembrada, no quería créelo pero tal vez si conocía a ese ángel guardián, el mismo ordeno mantener vigilados a aquellos criminales con las cámaras a los guardias y esa noche lloro como un niño ante el recuerdo de aquella vida tomada, todo el dolor, la ansiedad que poco a poco se fue calmando regreso y cuando Miguel lo vio así no le gustó nada, al día siguiente Callaghan amaneció muerto en su celda con un horrible rostro de miedo, justo como una película de terror.
Cuando los grandes héroes revisaron las cámaras de seguridad vieron al pobre profesor alejarse asustado y hablar con una sombra, la cámara parpadeo un poco y al siguiente minuto había un horrible ser sobre el hombre, era enorme, negro como una bestia de afiladas garras tomaron al hombre levantándole de su cuello, dos pozos rojos eran sus ojos, sin expresión alguna hasta que su boca se abrió e hileras de dientes puntiagudos y enormes sonrieron para luego cerrarse sobre él, el profesor lucho unos segundos antes de caer laxo, la criatura lo soltó y giro a la cámara inclinando la cabeza, un minuto y luego desapareció, lo peor de todo es que había un hueco, ahí en su corazón cada vez más grande.
Hiro reconoció aquellos pétalos que flotaron en el portal que trago al monstruo.
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"La luna es una mujer, Llorona
Y por eso el sol de España"
La música sonaba, escuchándose desde el pasillo, Hiro regresaba de una clase a su laboratorio cuando esa música llego a sus oídos, sonrió reconociendo al cantante, las visitas de Miguel a la universidad se hacían cada vez más frecuentes y la verdad él no se quejaba, el caballeroso y respetuoso mexicano había desaparecido para convertirse en un insaciable adolecente que Hiro amaba, aun cuando luego no pudiera sentarse, aunque a veces extrañaba sus charlas llenas de bromas, sus sesiones de juegos de video o las largas noches de besos en el sofá mientras veían una película no iba a rechazar la nueva actitud de su novio, no era tonto.
La puerta se abrió de inmediato y la bella sonrisa de Hiro murió en un instante al ver quien estaba ahí, si era Miguel, con su ancha espalda y su sonrisa estúpida cantando, pero no cantaba a la nada, le cantaba a Karmi, su amiga quien estaba ahí parada frente al ventanal estática, como hipnotizada por los ojos de Miguel algo que Hiro ya había experimentado muchas veces, y Miguel, su novio, aquél que susurraba amor eterno cada minuto juntos estaba sobre ella una de sus manos la mantenía en su lugar en la espalda baja y la otra levantaba su rostro para que lo viera a los ojos.
"La luna es una mujer, Llorona
Y por eso el sol de España
Anda que bebe los montes, Llorona
Porque la luna lo engaña"
Canto Miguel sonriendo de lado inclinándose un poco más para estar casi a centímetros de besarla y Karmi solo se quedaba ahí como congelada en su lugar.
"Anda que bebe los montes, Llorona
Porque la luna lo engaña"
Volvió a cantar y antes de que pudieran besarse, algo que Hiro no quería comprobar si sucedía tosió.
- ¿Miguel? – llamo dejando caer su mochila al suelo para hacer algo de ruido, pero nadie se movió, nadie salto como si fuera atrapado en un mal momento, la parca solo sonrió más aun y muy lentamente se alejó de Karmi.
- Hola chiquito – saludo soltando a la chica y caminando hasta Hiro abrazándole cuando su celular sonó y Miguel se alejó contestando.
- ¿Karmi? – llamo entonces a la chica que parecía en su propio mundo de ensueño - ¡Karmi! – llamo tronando los dedos frente a ella sacándole de su aturdimiento y mirándole molesto.
- ¿Hiro? – dijo ella parpadeando un par de veces y realmente parecía confundida por donde estaba hasta que poco a poco sus ojos lo enfocaron y reacción - ¿Qué estaba haciendo? – pregunto en un susurro para luego abrir los ojos en claridad – es verdad traía tu examen pero Miguel – levanto las manos entonces y de dio cuenta que no había nada en ellas – él estaba cantando – dijo frunciendo la nariz.
- Aquí – Hiro recogió las hojas tiradas en el suelo frente a ella – mi examen, gracias Karmi – la despidió apretando los dientes, no sabía si estaba fingiendo o si realmente estaba confundida, no es que lo creyera posible aunque ahora que lo pensaba podía jurar que había ocasiones cuando Miguel le miraba con una intensidad que incluso olvidaba su nombre pero eso sonaba ridículo.
- Si claro – asintió ella – te veo luego – dijo para salir por la puerta afuera Miguel recargado en la pared solo sonrió – adiós Miguel – dijo ella y se marchó.
- Hasta luego Canelita – murmuro Miguel sin despegar su mirada de la joven yéndose y Hiro lo noto, sus manos se apretaron como puños sintiéndose muy molesto.
No podía creerlo estaba aquí, en su laboratorio personal y Miguel actuaba como un completo idiota, pero lo dejo pasar por que seguramente Miguel no lo hacía enserio, entonces lo vio hacerlo con su tía y ya no pudo ignorar más las señales.
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"Yo te soñaba dormida, Llorona
Dormida te estabas quieta
Yo te soñaba dormida, Llorona
Dormida te estabas quieta
Pero en llegando el olvido, Llorona
Soñé que estabas despierta
Pero en llegando el olvido, Llorona
Soñé que estabas despierta"
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La vida y la muerte se han enamorado, ella le manda regalos que la muerte guarda para siempre y cada vida es un obsequio preciado de su amante, pero la vida quería más, sentir, sufrir, amar con la intensidad que sus bellas creaciones lo hacían, la vida deseo tanto la experiencia completa que esos pequeños mortales tenían que en un intento desconsolado entrego todo su ser y se volvió mortal.
La muerte la vio dividirse formar deidades que la suplantaría cada uno con el poder de dar nueva vida tan hermosa como su creadora, cada uno formo su propio destino, y la muerte quiso seguirla pero la vida es transitoria, no es más que un ciclo sin fin que puede detenerse y la muerte siempre tranquila, apacible, interminable no podía dejarlo todo, por años busco un sustituto creando señores que ayudaron a gobernar sus reinos, sirvientes que tomaban las almas, los bellos regalos dejados y sin embargo no podía irse, porque ninguno era lo suficientemente fuerte, porque nadie podía sustituirla.
Y cada niño nacido en la muerte era un hijo, uno entre esas dos amantes, pues la vida le dio un alma y la muerte lo cobijo antes de traerlo al mundo, un bebé que la muerte cuido con ahínco, con amor hasta que llegaba el día de volver a renacer y así su efímera maternidad se esfumaba en el olvido.
Entonces Miguel nació, como tantos de sus hijos, con un alma brillante y cálida pero muerto para los vivos, la muerte nunca lamento esto, un hijo era un bendición para ella, el recuerdo del amor de su dulce amada, sin embargo dejo a la madre despedirse, tomar al niño entre sus brazos y nombrarlo mientras lloraba por un milagro, suplicante a un dios que nunca la escucharía y cuando ya estaba a punto de tomarlo para llevarle, Miguel le sorprendió, sus pequeños pulmones se llenaron de aire y lloraron negándose a ir con ella, rompiendo con el destino asignado.
No fue la primera vez que pasaba eso, pero se sintió diferente y con una sonrisa en el rostro marco la frente de su pequeño infante reclamándole suyo para que ningún otro ser pudiera tocarle, para bendecirlo hasta su momento y desapareció dejándole vivir ese efímero momento, lo que Miguel no sabía es que ese día se negó a morir, que la primera persona que trajo de entre los muertos no fue a su familia si no a el mismo y la muerte al ver esto encontró a su sucesor.
Años después le vio entrar corriendo a su mundo, buscando a su tatarabuelo y la muerte recordó entonces aquel movimiento, cuando años atrás en lugar de enviar a un horrible asesino al infierno lo dejo cruzar a su mundo y le permitió rodearse de gloria, las parcas nunca lo entendieron pero tampoco dijeron nada no era su deber para hablar pues conocían a su señora y has de saber que la muerte no mueve simplemente por jugar, pues cada movimiento tiene una razón de ser un efecto para sus deseos, al final de la noche Miguel regreso sano y salvo al mundo de los vivos y la venda en sus ojos cayo finalmente, ese mismo día hubo un accidente una familia con una pequeña niña en un automóvil todos murieron o eso debió pasar más la muerte trajo de vuelta a una pequeña niña y encamino sus pasos.
Casi tres años después Miguel conoció a María la niña por quien regresaría al mundo de los muertos, la primera pieza que rompería su corazón, justo antes del alba mientras Miguel suplicaba un cambio por la niña la muerte trono los dedos y Miguel desapareció en una lluvia de pétalos naranja para regresar a la vida, un año después ella soplo a un veladora para que su flama ardiera más de la cuenta e incendiara las cortinas de una casa y el resto es historia.
Durante años cuido de su niño amado, se aseguró de aislarlo mantuvo su espíritu por los suelos y cuando apareció el charro negro le permitió aquella amistad, pues el alma negra llena de dolor del demonio ayudarían en su plan, pero Miguel era fuerte y sin importar cuanto tratara de fracturarlo, cuanto empujara para lastimarlo su esencia, el alma que mantenía celosamente guardada lejos de él se mantenía brillante, pura e inocente.
Entonces Tadashi apareció tan brillante cuya vida fue tan corta, el chico que no quería dejar a su pequeño hermano negándose a ir con ella, lo hubiera obligado aquel día no estaba de humor para tonterías hasta que lo vio, un pequeño chiquillo llorando, un alma llena de tanto dolor con una chispa tan similar a la de su hermoso niño, dos almas que resonaban al estar juntas seguramente en un armonía mágica, ella tuvo una idea.
Y funciono Hiro fue aquel que termino de fracturarlo, como una espada incrustándose en el pecho de Miguel, adentrándose más y más dejando espacio solo para un sentimiento, amor, pero el amor te lleva al miedo y el miedo a la desesperación de ahí solo hay oscuridad, la brillante alma de su amado chico se oscureció, solo había un paso más, una insignificancia y Miguel podría ser su sucesor.
Pero la muerte cometió un error, porque Miguel nunca murió y solo los muertos pueden convertirse por completo en parcas, solo ellos pueden tener aquel control por completo, así que la muerte le vio morir y regresar una y otra vez dándose cuenta que de su equivocación, pero no podía hacer nada, dado que él debía renunciar a su inmortalidad, y al mismo tiempo aceptar convertirse en su parca y Miguel no haría nada de esto, no sin un empujón, ahí era donde entraba Hiro.
Hiro Hamada debía morir.
"Si porque te quiero, quieres, Llorona
Quieres que te quieras más
Si porque te quiero, quieres, Llorona
Quieres que te quiera más
Si ya te he dado la vida, Llorona
¿Qué más quieres?
¡Quieres más!"
Notas:
Referencias a Supernatural, ya saben que me gusta esa serie, aquí alguien vendió su alma a un demonio del cruce y pues era tiempo de recogerlo, en la serie no hay forma de pararlo aunque Dean y Sam mataron al sabueso que iba por la chica en turno le advirtieron que desde ahora tendría que esconderse por que la seguirían persiguiendo, aquí Mandy al hacerse del sabueso necesito destruir al demonio por lo que todos los contratos que tenía este pasan a ella y como es una parca no tiene problema en recolectar el alma incluso si es brutal.
Hiro siente mucha culpa desde que mato a Abigail si lo ha notado su actitud ha cambiado mucho con Miguel, y no es porque se convirtiera en un clásico uke adorable-necesitado.
Ahora si Miguel está matando indiscriminadamente, él sabe que es inmortal y que le causara dolor a Hiro.
Miguel seduciendo a Karmi y a la tía Cass.
Odio que Hiro pensara en perdonar a Callaghan no se lo merece pinche viejo, no me mal entiendan me vale Tadashi, lo que me molesta es que no se vio ni un poco arrepentido en la película, ni un poquito incluso trato de matar a Hiro y ahora como su hija está viva y sana ahora si verdad tiene conciencia, pues ALV con él y sus disculpas ¬¬.
Y ahí esta las razones de la muerte y por qué Miguel es el elegido compas.
Ideas?
Teorías??
Gomitas???
Canciones????
Que les caiga mejor un meteorito??????
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