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Capítulo 18: Deja que salga la luna.

Notas: Sorry  @allydenvers  sé que te dije que no haría lo de la escuela pero no pude evitarlo. Quédense para las notas es importante.

Capítulo 18: Deja que salga la luna.


Karmi lo había engañado, Hiro no había entendido que significaba eso de la amistad hasta que Karmi lo engaño y pidió un pago por sus servicios de apoyo emocional durante su bajón por Miguel, aún que realmente Hiro solo recordaba que Karmi lloró y peleó con el ante cada película estúpida que vieron para después escucharla desvariar sobre cuán enamorada estaba de su versión superhéroe.

Súper incómodo.

En fin ahora estaba obligado a retribuirle ¿y cómo lo hizo? la acompañó a esa estúpida nueva tienda que vendía lo último en mercancía de los grandes héroes en el barrio friki de San fransokyo y por supuesto Karmi se negaba a ir sola por qué era demasiado vergonzoso, afortunadamente o no tanto se encontraron a Fred quién les llevo por un recorrido mostrándole las mejores tiendas y mucho más material que Karmi obtuvo fascinada, Hiro solo esperaba que algo se incendiara lo que sea para escapar, el viaje termino justo como lo esperaba demasiadas cosas que cargar, un montón de fotos vergonzosas de amistad y con menos dinero en sus bolsillos, él no había comprado nada bueno tal vez una que otra figurilla para su colección pero no tanto como Karmi hasta que Fred tuvo una grandiosa idea

- Deberíamos tener pulseras de la amistad - dijo emocionado señalando una tienda donde de hecho las hacían a tu gusto en ese momento.

- Paso - dijo Karmi

- Estoy con ella - dijo Hiro por qué hola ellos ya tenían brazaletes aquellos que guardaban la nanotecnología que les daban sus trajes pero Fred parecía no captar.

- Pero chicos- hizo un puchero -los hacen a la medida podríamos poner nuestros nombres o nuestros rostros en cada uno.

- O tal vez el rostro de Captain cutie- grito emocionada Karmi jalando a Hiro al lugar.

Así que mientras ella detallaba exageradamente al encargado ahí por su brazalete con la cara de Hiro en traje este camino por mirando todo el material que tenían disponible, por qué no solo eran pulseras, ponían tu cara a lo que fuera, fue entonces cuando lo vio, una simple banda roja con un broche dorado, no tenía nada grabado aún y Hiro no pudo evitar pensar en Miguel pues una línea negra cruzaba justo en medio.

- Hiro - llamo Karmi mostrándole su nueva adquisición - ¿vas a comprarla ?- pregunto al ver lo que le mande tuvo su atención

- No yo- negó con la cabeza

- Luciría bien en el - dijo ella adivinando a donde volaron sus pensamientos, Karmi se felicitó mentalmente por qué estaba agarrándole el truco a esto de las emociones cuando Hiro pareció avergonzado

- Rojo el color favorito de Miguelón - dijo Fred apareciendo de la nada

- El no... ¿Cómo sabes que su color favorito es el rojo? – dijo un poco celoso, algo ridículo por que este era Fred.

- Es lo que más usa - rodó los ojos - es obvio ahora vamos a comer quiero sushi.

- Eso suena bien - apoyo karmi y Hiro solo suspiro, para marcharse.

Hiro regreso al siguiente día y cuando le preguntaron que quería grabar en ella dudo un momento entonces supo que debía ser, un pequeño cráneo gris, claro que no entrego el regalo pronto, no aún necesitaba cierto último toque de su genialidad.

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- Así que de ti proviene ese sonido eh – dijo Tadashi recargado en el marco de la habitación de Rosa quien la había dejado abierta por lo que la atrapo con las manos en la masa o violín, había escuchado esa melodía, una triste y melancólica pero hasta ahora no había visto quien la tocaba y pensó que sería grosero preguntar quién era.

- Papá Héctor tiene razón eres un genio – dijo con sarcasmo – otro misterio revelado gracias a ti – sonrió bajando el instrumento y mirándolo con cierta melancolía.

- Tocaba el clarinete cuando iba en secundaria – respondió Tadashi tratando de llenar el ambiente tenso que se instaló.

- ¿Enserio? – Rosa le miro incrédula.

- Si y no – suspiro el recargándose más en el marco – empecé a tocarlo porque mi tía ama la música pero era malísimo en ello, un día regrese de la escuela y Tía Cass estaba filmando a Hiro, de algún modo mi hermano de seis años estaba tocando mucho que yo mi clarinete, al parecer de tanto verme practicar aprendió los patrones y predijo los movimientos, ni siquiera le gustaba tocarlo solo bum opacado por tu infante hermano menor, deje de tocarlo y me dedique a algo diferente- se encogió de hombros.

- Wow, opacado por la pequeña sombra de tu hermano menor, que vergüenza – se burló ella.

- Era una sombra muy grande para un niño tan pequeño – bromeo el con una pequeña sonrisa, Rosa lo miro entonces apretó el arco en su mano y suspiro.

- Miguel siempre fue el músico de la familia, o eso decían todos incluso mi beca en el conservatorio fue eclipsada por su carrera musical – negó con la cabeza- supongo que tienes razón, es difícil salir de una sombra tan grande – le sonrió, Tadashi devolvió la sonrisa parándose derecho en el marco de la puerta a punto de decir algo cuando rosa lo interrumpió – podríamos conseguirte uno, un clarinete sabes y retomarías tu gran carrera de música.

- Créeme – negó con la cabeza el chico – no quieres oírme hacer eso – y Rosa empezó a reír y Tadashi dio un paso dentro de la habitación, entonces un grito se escuchó y todos corrieron a la sala.

Resulta que nadie estaba muriendo, o algo, María simplemente llego de visita agitando su teléfono asegurando que tenía algo que mostrarles, entonces empezó una nueva pelea por que después de conectarlo al televisor para que toda la familia pudiera verlo la niña vio un video que le gustaba mucho y exigió que lo reprodujeran, todos rodaron los ojos porque al parecer este video lo habían visto miles de veces, Tadashi solo jadeo cuando María le cayó encima y para ser puro hueso pesaba mucho.

El video empezó, una puerta se abrió y una habitación limpia y ordenada se veía, se escucharon risas y el teléfono se agito, un rasgar de guitara se escuchó a lo lejos y afuera en un balcón Tadashi noto quien era, Miguel idéntico a como lo había visto antes estaba sosteniendo una guitarra, la misma guitarra de siempre mientras cantaba.

"Deja que salga la luna

Deja que se meta el sol

Deja que caiga la noche

pa'que empiece nuestro amor"

Todos parecían embelesados con lo sucedido incluso Rosa tenía una sonrisa en la cara al verlo entonces Miguel abrió los ojos y noto a la intrusa del lugar.

- María – llamo con firmeza - ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en tu habitación, ya sabes durmiendo? – regaño.

- No quiero – dijo una pequeña voz y al parecer quien llevaba el teléfono era María por que la toma se agito como si negara – es demasiado temprano y necesito grabarte infraganti para venderlo por E-bay – dijo con orgullo.

- Te voy a dar tu E-bay si no te vas de aquí – la amenazo agitando el brazo, maría en el regazo de Tadashi solo rio ante esto – tu tía va a matarme si me encuentra aquí.

- Perooo Miguel – dijo a punto de hacer berrinche – quiero oírte cantar, por fisssssss – Miguel suspiro entonces y asintió.

- Una solamente y a dormir – dijo y empezó a tocar otra vez.

"Deja que las estrellitas

Me llenen de inspiración

Para decirte cositas

Muy bonitas corazón

Yo sé que no hay en el mundo

Amor como que el me das

Y sé que noche con noche

Va creciendo más y más"

Y Tadashi volvió a ser testigo de aquel carisma que caracterizaba tanto a la parca, le vio sonreír, cantar con sentimiento, llenándolo de emociones que detesto, el video acabo pronto y la próxima vez tanto Miguel como maría estaban sobre un caballo, la niña chillo emocionada y Miguel prometió comprarle uno para el siguiente mes.

El próximo video maría estaba cantando la cámara la enfocaba pero sus ojos estaban mirando a otro lado Miguel apareció en la toma entonces beso su mejilla y la niña empezó a reír diciendo basta, la risa contagio a los demás en la sala y Tadashi no pudo más.

- ¿A dónde vas Tashi? – pregunto maría al ser levantada del cómodo regazo.

- Necesito un vaso de agua – mintió porque obviamente estaban muertos y no necesitaban nada entonces la toma en la televisión cambio y sorprendentemente Hiro hablo.

- Hola Tadashi – murmuro Hiro nervioso a la cámara – soy yo Hiro y bueno – el chico pareció dudoso, Tadashi de inmediato presto atención mientras todos se mantenían en silencio – Miguel esto es estúpido – dijo Hiro suspirando - ¿Qué se supone que debo decir?¿lamento que estés muerto? – dijo con sarcasmo mirando a un lado de la toma.

- Solo di lo que te nazca – murmuro una voz sospechosamente la de Miguel.

- Esto es...- hizo una pausa – no es buena idea.

- Mi turno – Fred apareció entonces empujando Hiro y saludando enérgicamente a la cámara – Hey Tadashi compadre – dijo con su acostumbrada felicidad - ¿Cómo es el más allá? ¿ya conociste a algún famoso? ¿la comida sabe bien por allá? ¿podrías decirle a mi abuelo que lamento haber perdido su diente de oro que por favor no se enoje? – soltó de golpe alguien lo empujo entonces y Gogo apareció en pantalla.

- Basta Fred esto es serio – dijo con un gruñido Tadashi sonrió ante eso, al darse cuenta que todos eran los mismo que antes – hey Tadashi – saludo la joven, Miguel dijo que hiciéramos este video y de alguna forma te lo haría llegar, solo para decirte todo bien por aquí espero que por allá también o lo que sea - luego la chica giro la mirada y la cámara también enfocando a Honey, Tadashi se animó ante esto, ante su novia secreta - ¿Honey?

- No puedo – dijo la joven negando levantándose de la silla donde estaba y salió corriendo – simplemente no puedo – algo se rompió en su interior, no podía culparla, él estaba muerto y era estúpido pensar que tras todo este tiempo Honey quería hablar con él, tal vez siguiera molesta por que corrió estúpidamente al fuego sin razonar.

- Hay Tadashi – Wasabi estaba ahí en la cámara ahora parecía nervioso y no dejaba de mirar en dirección a donde Honey había huido – lo siento por ella, esta un poco, ¿tal vez deberíamos editar eso?

- Seguro – dijo Miguel en algún lugar del laboratorio donde filmaban - tu solo síguele.

- Ok – asintió el moreno – que debo decir, no lo sé, solo que seguimos extrañándote amigo, Hiro lo está haciendo bien, tan bien como podría – un pequeño "oye" se escuchó a lo lejos tal vez Hiro quejándose y Wasabi solo sonrió aún más – tu tía esta perfecta creo que había un tipo con el que – Wasabi fue interrumpido por Hiro quien lo empujo de inmediato.

- Ok ya fue suficiente sobre eso – lo saco de la toma y se quedó mirando unos minutos – lo siento – dijo finamente con verdadera tristeza- lamento todo esto Tadashi – susurro viéndose tan inocente tan vulnerable a como cuando eran niños, como cuando lo superaba en todo y Tadashi le culpaba por ser un genio y robarle la atención de todos, por ser tan malditamente perfecto – lo siento tanto Tadashi, fue mi culpa si y jamás hubiera creado a los microbots el profesor Callaghan jamás hubiera empezado el incendio y tú no estarías – su vos se quebró entonces lagrimas cristalinas se formaron en sus ojos y Tadashi sintió el impulso de querer abrazar a su hermanito, pero no fueron los brazos de el quien lo rodearon, no, Miguel entro en la toma abrazo a su pequeño hermano y lo consoló.

Eso fue todo, lo único que podía ver Tadashi era a su infantil hermano, a ese niño que lloraba la muerte de sus padres hace tantos años siento atrapado entre las garras de una feroz bestia carente de alma, Miguel abrazo a Hiro lo tranquilizo y aseguro que no era su culpa, limpio sus lágrimas como un amante preocupado y todos en la familia lo notaron, entonces él se giró a la cámara y negó con la cabeza.

- Creo que es suficiente Baymax – murmuro el mirando finamente la cámara – espera, lo olvide, hey familia parece que soy un poquito gay – dijo con una sonrisa.

- Espera estas saliendo del armario con tu familia con un video – Hiro le miro confundido entonces por qué Miguel había dicho muchas veces que él no era ni gay ni hetereo solo le gustaba la gente, algo muy vago por cierto.

- Pues si – asintió Miguel – aquí no pueden golpearme – respondió rodando los ojos.

- Eres un imbécil – Hiro lo golpeo en la cabeza ante tal estupidez, solo Miguel hacia esto en video, a su familia muerta, perfecto.

- Te tengo noticas amas a este imbécil – dijo Miguel cantarín y lo beso justo en la boca, todo en la habitación jadearon y Hiro solo murmuró un "corten" empujando a Miguel molesto, el video se acabó, la toma se congelo con Miguel abrazando a Hiro muy feliz y el silencio reino el lugar.

- Pinche Miguel – dijo Abel rompiendo el tenso silencio del momento– salió rejoto, lo sabía – festejo aquello como si fuera un gran triunfo.

- Basta el no – empezó su padre.

- Los tiempos cambian – dijo su madre no muy segura.

- Es solo una face – murmurón Papá Franco.

- Estoy segura que ya entrara en razón - dijo Mamá Elena.

- ¿Tadashi? – Rosa miro al joven que seguía mirando la pantalla cuyos ojos no dejaban de ver a Hiro, a su hermano bebé y a ese maldito devorador de almas.

- No- negó este con la cabeza – esto no es – apretó las manos en puño y la guerra hubiera desatado si no fuera porque alguien toco la puerta y María corrió a abrir la puerta.

- Mamá Imelda hay una parca en la entrada - dijo María asomándose mientras adentro los demás seguían peleando.

- Tranquilos veremos que quiere – dijo ella puesta que una parca cercana nunca era bueno.

- Solo por si acaso – murmuro Héctor empujando a Tadashi detrás de ellos - no hagas ni un ruido mijo - la matriarca asintió y de inmediato abrió la puerta, una chica entro entonces, pequeña jovencita de cuerpo delgado casi frágil, sus piel era pálida como todas las parcas pero aún más, sus facciones obviamente eran orientales, sus ojos eran grises azulados, fríos y apagados, su cabello de un lila muy pálido cortado de forma irregular apenas si sobresaliendo de su cabeza, con picos grandes y pequeños, ella miro aburrida la casa, detenidos en donde estaba las calacas en un rincón para finalmente hablar.

- Estamos buscando a Tadashi Hamada – dijo con una voz suave, casi tímida, estaba un poco encorvada sobre sí misma, su vestido negro y largo le cubría hasta los tobillos, mangas blancas junto con un cuello alto eran su único adorno, la chica incluso parecía temerosa de estar ahí, eso sí era chistoso una parca temiendo de simples almas.

- No tenemos idea de quien sea ese – Héctor de mediado respondió cantarín, Tadashi detrás de él iba a decir algo pero Coco le había pisado un pie para callarlo.

- Oh bueno – la parca se dio la vuelta entonces lista para marcharse cuando levanto la cabeza a un lado como si escuchara algo - no ellos dijeron que no lo conocen - murmuro para sí misma- mintiendo no están mintiendo- siguió hablando sola asustando un poco a los Riveras, el primo solo hizo una seña llamándola loca y al instante la chica saco una espada de su estómago, negra con una franja blanca y la apunto a ellos- no hay ningún Tadashi aquí, ellos saben que los mandaríamos al infierno- la espada se alzó entonces dando un giro y amenazo al papá Julio - Ragnarok dice que están mintiendo, ¿verdad que no están mintiendo? - ella ladeó la cabeza mirando fijamente a la calaca que solo negó insistentemente, levantó la cabeza entonces como si escuchara algo y tras asentir agito su espada y rompió en partes a la calaca, todos jadearon entonces, la parca volvió a agitar su espada nuevamente esta vez convirtiese en una guadaña lista para enviarlo al infierno.

- Basta - dijo la matriarca, el filo de la guadaña se detuvo frente al cráneo del hombre que solo cerro los ojos asustado - no conocemos de quien hablas - se mantuvo firme.

- Mienten - dijo ella pero su voz ya no era suave y asustadiza era profunda y maliciosa -¿dónde está Hamada? o enviaremos a cada uno de ustedes al infierno- ellos se estremecieron de miedo por lo que Tadashi se levantó saliendo de entre ellos.

- Soy yo – empujo a María que de inmediato trato de retenerlo - Yo soy Tadashi Hamada – señalo, la chica lo miro entonces agito su guadaña y lo jalo de su cuello con el filo de esta hasta su rostro dado que era más bajita y miro su rostro fruncido el ceño al ver una calaca colorida.

- No luce como los otros - murmuro levantando la cabeza como si alguien le hablara y asintió para llevar su mano y limpiar la pintura en el rostro del joven revelando la piel pálida característica de los muertos en su mundo - tenías razón es pintura - luego sus ojos se volvieron mucho más fríos y serios - tu vienes con nosotros - y su guadaña le empujo tirándole al suelo todos jadearon al verlo caer de dolor pues nadie sufría dolor en el mundo de los muertos solo las parcas podían causarlo y eso no era nada bueno, Dante salió entonces ladrándole a la chica asustándola - ese perro nos está viendo - dijo ella ansiosa – no sé cómo lidiar con eso – dijo asustada se cubrió las orejas entonces como si alguien le estuviera gritando estremeciéndose de medio - sí, si lo haré solo basta - pidió asintiendo nuevamente a la nada levantando una mano en dirección a Dante enfrente de la mirada de todos le hizo lloriquear de dolor para luego lentamente ir desvaneciéndose, entonces la chica tomo la camisa del joven y lo jalo arrastrándole con una fuerza obviamente superior - estamos llegando tarde - empezó a murmurar mientras los Rivera se quedaban viéndole sin poder hacer nada - ella quiere hablar contigo - y todos entendieron a quien se refería.

Salió de la casa entonces donde un portal se abrió tragándoles por completo, pequeños crisantemos cayeron detrás de ellos.

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"Y sé que noche con noche

Va creciendo más y más"

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Para curar a un hombre de la maldad se requiere de esfuerzo, de trabajo constantemente para evitarlo hacer caer en la tentación, por el contrario para hacer caer a un hombre bueno no se necesita mucho, apenas una pisca un simple empujón, está en nuestra naturaleza.

Miguel siempre había pensado que eso era una tontería, recuerda al hombre que se lo dijo, la locura en sus ojos justo antes de hacer volar un hospital completo, sólo porque estaba dolido, solo porque se sentía en problemas y no podía salir y aun que Miguel se encargó de llevar su alma al infierno personalmente aun así se sintió culpable, porque de haber podido hacer algo los cientos de inocentes ahí, todas esas almas sin culpa hubieran podido salvarse, pero era solo una parca y su deber no era interferir, solo los humanos podían hacer eso, solo ellos podían decidir, humanos como Hiro.

De esas decisiones que te acompañan por siempre.

Ese día Hiro recordó que había una conferencia en la escuela, no presto mucha atención a eso solo recuerda ser arrastrado por Karmi junto a Fred, ella se tomó muy enserio eso de ser amigos con todos que incluso tenía un horario y un mínimo de horas que debía pasar a la semana con sus amigos, el vio el cronograma y si fue raro pero era Karmi, así que ella arrastró a Fred porque si este era un entusiasma de la ciencia y siempre estaba ahí rondando lo mínimo que podía hacer era asistir a los eventos abiertos.

Realmente no estaba de humor para esas presentaciones había terminado su ultimo prototipo que pensaba usar en la feria de ese su último año ahí y ganarla cuando las luces en el auditorio se apagaron, la presentación empezó con la profesora agradeciendo más bla, bla, bla y de la nada apareció Abigail Callaghan, el jadeo al reconocerla la mujer pareció mirarle solo un segundo entonces le guiño el ojo estremeciéndole, porque así lucia con su tacones alto y un traje negro muy elegante empezó a hablar sobre lo importante que era seguir sus sueños y bueno una charla emocional, entonces escucharon disparos, afuera del auditorio empezó el caos, la profesora corrió a ver qué pasaba solo para regresar y ordenar a los alumnos salir por la puerta trasera o eso hubiera hecho si Abigail no hubiera sacado un arma y apuntado a la mujer, un disparo uno en el hombro la dejo en el suelo sangrado, todos gritaron entonces más disparos se escucharon afuera, por lo que Hiro se logró escabullir entre los alumnos gracias Fred, él no quería dejarlo solo pero necesito su distracción.

Hiro corrió por toda la escuela notando el desastre ahí, había visto a tres chicos tres jodidos chicos que iban en esa escuela tenía clases con dos de ellos y estaban riendo mientras apuntaban a la cabeza de sus compañeros uno de ellos suspiro jalándose el cabello y disparo, ahí a sangre fría justo en la cabeza del universitario, todos gritaron más fuerte e incluso uno de ellos parecía molesto por esto, en cuanto el cuerpo sin vida del joven cayo la muerte apareció entonces, ella vio como el alma del chico asesinado miraba confundido a su alrededor como empezaba a entrar en pánico, así que lo toco, tomo el alma y la desapareció enviándola al otro mundo, la Muerte suspiro levantando la mirada aquélla que discutían entre ellos notando a Hiro escondido en una esquina y sonrió.

Miguel estaba en casa termino de empujar las sabanas de su cama, porque Hiro odiaba la suciedad, eso seguramente lo aprendió de Karmi, cuando un escalofrió recorrió su columna vertebral, fue como un pequeño tirón, dejo caer las sabanas al suelo y levanto la vista, era el inconfundible zumbido de la muerte futura, del desastre llamándole, estaba a punto de salir corriendo cuando todo desapareció, el frio se apagó, el silencio se llenó nuevamente del sonido de la televisión y las voces de afuera nuevamente se hicieron audibles, fue un llamado no había duda alguna pero si el tirón se detuvo quiere decir que alguien más se haría cargo, encogiéndose de hombros Miguel levanto las sabanas y las lanzo a la lavadora, tal vez debería hornear algo pensó mientras salía de la habitación

La muerte desapareció invisible incluso para Miguel evito que su pequeño aprendiz siguiera el llamado, estuvo cerca sus habilidades eran cada vez más fuertes y estaba segura que Miguel lo sintió pero no necesitaba que se entrometiera, no aun al menos, ella se esfumo para nuevamente aparecer en la escuela donde los comunicadores de los agresores porque llevaba jodidos comunicadores zumbaron diciéndoles algo y los tres chicos llevaron a los rehenes al auditorio, Hiro saco su teléfono hasta que un arma le apunto a la cabeza y tuvo que levantarse, era Abigail, ella sonrió encantadoramente y le llamó por su nombre.

- No creo que eso se buena idea Hiro Hamada - la forma en la que lo dijo le heló la sangre - y más te vale que no llames a tus amigos o Fred sufrirá las consecuencias - estaba helado esa chica conocía su identidad sabía quién era y joder su profesor debió decirle.

- ¿Por qué haces esto? - Pregunto mientras era llevado a donde ella quería, donde esperaban su muerte sin saberlo.

- Por qué robaron mi futuro, tú y Alesteir kreig lo hicieron - gruño molesta - tu destruiste a mi padre - y ahí estaba la razón, ella luego de ser rescatada de descubrir que su padre fue a la cárcel por vengarla en su dolor trató de seguir adelante pero Alistair Krei se negó a trabajar con ella no luego del desastre que causo su padre, y al saberse eso las demás empresas le dieron la espalda todo el futuro prometedor de una joven piloto se vio opacado por una mancha, y en su desesperación culpo a los chicos que le salvaron la vida así que ella había ido ahí especialmente para atrapar a Hiro, fue una casualidad que se topara con los idiotas chicos que odiaban la escuela y los armo con la promesa de dejarles vengarse de lo que sea que quisieran ellos la apoyaron, ahora tenía a Hiro justo donde quería, pero matarlo no era suficiente no ella quería que otros lo vieran morir por lo que le llevo hasta el gran salón y obligo a ver como matarían a cada uno de sus compañeros.

Un profesor fue el primero, el tipo se levantó para intentar quitar el arma de uno de los estudiantes y ella solo le disparó sin remordiente sin pensarlo dos veces mato al hombre que cayó junto a gritos de los demás, luego tomo a Fred y le ordenó cerrar los ojos, la muerte camino entonces tomo el alma del hombre confundido y la hizo desaparecer con un simple toque entonces acerco su mano a Fred lista para llevárselo.

- Abre los ojos Hiro- dijo la mujer sonriente - quiero que veas lo que está pasando - ordeno con satisfacción en la voz - quiero que lo veas morir - Karmi sollozaba aun lado en la fila de la ejecución, sobre el escenario junto a otros estudiantes, ella miro de reojo a Fred que solo sonrió tranquilizadoramente y también cerró los ojos, el arma se cargó lista para disparar cuando un disco amarillo llegó volado dándole directamente en la mano y evitando la ejecución, la muerte frunció la nariz molesta al ver a los tres estudiantes incapacitados, con un ademan en la mano desvió el rebote del disco para que la única en pie fuera Abigail, por lo que tomando a Karmi para usarla escudo la llevo detrás del escenario, ella saco otra arma amenazado a la joven que aterrada hacia lo que le indicaban, Hiro lo noto siguiéndola de inmediato, la amenaza mayor fue neutralizada por Gogo quien estaba mirando a Fred, Honey estaba ahí asistiendo a la profesora con el hombro herido.

- Suéltala Abigail - le dijo cuando finalmente la alcanzo - estas atrapada.

- No - dijo ella - no me iré sola y apunto otra vez el arma a la sien de Karmi para disparar, la bioquímica cerró los ojos con lágrimas cayendo de su cara, Hiro jadeo Karmi iba a morir, su amiga a manos de esa mujer a la que años atrás salvo la vida, fue automático su traje se activó en un milisegundo, su mano se levantó lista para incapacitarla, la muerte apareció detrás de él, tranquila pacifica, el tiempo se detuvo muy lentamente la mujer maniática lista apretando el gatillo muy lentamente contra la sien de la chica, Hiro abriendo su palma para disparar, se acercó al chico entonces el amante de su aprendiz y soplo contra su oído aclarando sus pensamientos, podría fallar podría darle a Karmi o darle el tiempo suficiente para herirla, no, él tenía que estar seguro, tenía que neutralizar la amenaza, guio entonces la mano de Hiro solo un poco más arriba apenas si tocándole, sonriendo al ver que no oponía resistencia que la resolución era bien aceptada por el superhéroe, porque era lo lógico, el tiempo volvió a correr y la mujer maniática jalo el gatillo pero antes de poder disparar un láser atravesó su cabeza.

Karmi abrió los ojos al escuchar el zumbido y sentir como el agarre de su cuerpo se aflojaba noto entonces al superhéroe frente a ella, fue revelador el brazo de Hiro estaba cubierto con su traje todo su cuerpo también menos su rostro y su brazo izquierdo estaba levantado, aquel nuevo láser función de maravilla pues con gran precisión atravesó el cráneo de la mujer.

- ¿Hiro?- preguntó ella confundida todo el trauma de ser casia asesinada, de ver a un profesor morir fue sustituido por la confusión, por un extraño sentimiento al darse cuenta que Hiro, su mejor amigo, su único amigo era nada más y nada menos que ese superhéroe, aquel del que ella estaba enamorada.

- ¿Estás bien? – pregunto preocupado pues no sabía si estaba herida en otro lado acercándose para tocarle pero ella retrocedió por el shock, mas Hiro lo mal interpreto bajo la mano que intento tocarle, aquella con el láser que mató a la amenaza y supuso que ella le temía, un ruido se escuchó entonces, ruedas acercándose en un momento Gogo estaba ahí mirando todo, noto a Hiro transformado y la mujer muerta un golpe limpio sin sangre directo en su cabeza, la herida había sido cauterizada al instante y a Karmi sana y salva.

- ¿Gogo?- pregunto Karmi entonces porque ya sabiendo la identidad de Hiro fue fácil armar el rompecabezas,

- ¿Están bien? - pregunto llevando una mano en su cabeza para descubrir su rostro por completo, Karmi asintió suavemente abriendo la boca para decir algo cuando Hiro le gano la palabra.

- Ella está muerta - murmuro pasando saliva, mirando insistentemente a la mujer tirada en el suelo.

- Hey - dijo gogo acercándose adivinando su pánico, tronando los dedos frente a él para sacarlo de cualquier trance que pudiera entrar - pusiste a Karmi a salvo, a mucha gente más - volvió a colocar su casco entonces y Hiro finalmente retiro la mirada de la mujer e hizo lo mismo - la policía esta fuera y debemos poner a los civiles a salvo.

La muerte miro al chico su mirada no dejaba de desviarse al cuerpo en el suelo, ella camino entonces el alma de la mujer estaba furiosa, podía sentir la ira, el dolor, la ansias de venganza pero sobre todo sabía que tendría un pase al infierno, pero negó extendió la mano a la mujer quien la tomo dudosa convirtiéndose en una esfera de luz, la pequeña esfera de luz en su mano esperaba el veredicto, la muerte lanzo una última mirada a Hiro quien asintió mecánicamente a Gogo y camino a la salida con Karmi detrás de él y guio a los demás estudiantes mientras Gogo miraba en cuerpo inerte.

Tomo una decisión Abigail Callaghan aún tenía algo que hacer.

Nadie lo culpo, nuevamente lo llamaron héroe pero Hiro nunca se había sentido menos como uno, él no fue a casa esa noche en su lugar buscó la única persona que lo entendería, al único refugio que tenía, donde se sentía seguro, simplemente busco a Miguel.

- Hey chinito - dijo Miguel al verlo entrar a la cocina - estoy haciendo un poco de empanadas, ya verás te vas a chupar los dedos - pero Hiro no respondió ni siquiera saludo, este solo se aferró a su espalda con fuerza escondiendo su rostro en su cuello luchando con el mar de emociones que burbujeaban en su interior - ¿Hiro? – llamo preocupado al verlo tan raro - ¿Estas bien? – el chico solo negó con su cabeza sin emitir ningún sonido, por lo que Miguel dejo lo que estaba haciendo apago la estufa y se quedó dejándose abrazar, ser el pilar que Hiro necesitaba en ese momento, se quedaron ahí un par de minutos los suficientes para preocupar a Miguel y darle valor a Hiro.

- Hoy mate a alguien - murmuró con voz apagada - yo mate a alguien - repito por lo que Miguel se giró para abrazarlo con fuerza y llevarlo al sillón donde Hiro comenzó a llorar mientras era consolado por su novio.

La locura es como la gravedad solo se necesita un pequeño empujón Miguel no recuerda donde escucho eso pero en ese momento con Hiro llorando en sus brazos deseo, rogó por que fuera una mentira pues no quería ver a su amado Hiro caer por algo así.

- No voy a mentirte - dijo luego de unos minuto con Hiro aferrado a su cuerpo - y decirte que se volverá más fácil porque no lo es – bajo su toque Hiro se estremeció, un jadeo conteniendo el aliento escucho pero igualmente continuo - siempre vas a recordarlo, todo el tiempo te va a perseguir Hiro, pero aprendes a vivir con ello – dijo entonces tomándole del rostro y obligándole a mirarle a los ojos, intentando transmitirle todo el apoyo que necesitaba ahora - con el tiempo te das cuenta que si incluso salvaste una sola vida por esto vale la pena – asintió acariciando su mejilla, tratando de borrar los surcos de las lágrimas que seguían cayendo - Lo vale.

- ¿Cómo estas tan seguro? – pregunto con voz quebrada, agrietada de tanto sollozar.

- Por qué lo he visto - respondió igualmente suave - por que eh deseado muchas veces poder hacerlo, con gusto hubiera matado a muchos si con eso salvaría muchas vidas – dijo con firmeza.

- Yo no quería matarla – alejo su rostro de la mirada tan penetrante de su novio, el suplente desvió la mirada para ver nuevamente sus manos.

- Lo sé – asintió Miguel.

- Solo quería detenerla – abrió sus manos como si pudiera ver la sangre ahí, reviviendo el momento, como si aún pudiera retomar su decisión y traerla a la vida.

- Lo sé.

- Pero la mate – jadeo empezando a llorar nuevamente - dispare sin dudar un poco, sin siquiera vacilar – llevo sus manos a su rostro cubriendo su boca, tratando de apagar los jadeos que salían de esta, el dolor, Miguel lo abrazo otra vez trayéndolo a su pecho y meciéndole para tranquilizarlo, pero las lágrimas caían más fuerte que nunca – ella estaba mal, equivocada todos la miraban con terror – siguió hablando entrecortadamente – y yo la mate, era la hija de alguien – soltó otro jadeo doloroso - soy un monstruo.

- No – negó levantado su mirada para que le viera firmemente - eres alguien dispuesto a proteger a los demás a costa de su propia integridad – trato de consolarle nuevamente - de su propia cordura Hiro, no eres un monstruo, eres un héroe y a veces los héroes tiene que cargar con esta clases de cosas para proteger al mundo – pero Hiro le empujo se alejó de el por qué simplemente no quería entenderé como se sentía, lo mucho que le dolía esa situación, había protegido a esta ciudad por tanto tiempo y hasta ahora nunca ningún villano murió, no apropósito al menos.

- Yo mate a alguien – dijo con firmeza sus lágrimas ya habían cesado - no era buena pero tampoco mala – insistió – solo estaba equivocada.

- Oh Hiro se necesita tan poco para volver a alguien malvado – le respondió con un suspiro - está en su naturaleza, tu salvaste a esa gente – tomo su mano con suavidad – tu mataste para proteger, no por un deseo egoísta.

- Excusándome por el bien mayor - murmuro – infringí la ley y todos me alaban por eso – cerro los ojos con culpa - ¿eso en que me convierte? – pregunto serio, con voz plana pero temblorosa.

- En un héroe – respondió sin ninguna pisca de duda.

- O en algo peor – dijo el con amargura.

Miguel intento jalarle para consolarle pero Hiro negó se levantó del sofá y fue directo a su habitación encerrándose, el no salió el resto del día y cuando Tía Cass llamo preocupada enterándose del ataque, Miguel tuvo que decirle que estaba bien, que Hiro solo quería tiempo a soplas pero estaba perfectamente, esa noche cuando fue hora de dormir, Miguel estaba ahí intento abrazarlo como siempre pero Hiro se alejó, su amado niño empezó a sumirse en una burbuja de autocompasión y dolor.

Estaba perdiéndolo.

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- No es justo, Hiro está culpándose por esto, no fue su culpa – dijo se había levantado de la cama para ir a la cocina, la noche ya casi moría y Hiro finalmente se había quedado dormido tras tanto llorar, ahí encontró a la Muerte mirando tranquila por la ventana como esperándole - al menos esa perra está ardiendo en el infierno – suspiro Miguel pero la Muerte negó sus palabras – ¿ella no está en el infierno? – pregunto incrédulo - ¿Dónde carajos esta? – gruño acerándose a ella, la lata de cerveza en su mano trono al apretarse con fuerza, la Muerte extendió su mano una invitación para llevarle, ni siquiera dudo en tomarla.

En un parpadeo desaparecieron, copal junto al cempasúchil quedo el rastro detrás, una fragancia que se complementaban muy bien, aparecieron en un oscuros lugar, uno que Miguel ya había visitado antes, no podía creerlo, incluso viéndolo no podía creerlo, ahí entre las almas que penaban en aquel circulo infinito estaba ella, la mujer, solo la vio en las noticias, su simple fotografía y ya la odiaba, detestaba que estuviera aquí penando por asuntos sin resolver evitando el castigo eterno, camino entonces hasta ella ignorando a la muerte que solo le siguió alejado, esta vez las demás almas abrieron espacio como si pudieran sentir su odio, como si tuvieran inconscientemente miedo, ellos detuvieron su andar y permitieron a ambos llegar hasta la mujer, Miguel la tomo entonces de los hombros y la sacudió con fuerza sacándola de su infinito peregrinaje.

- ¿Quién eres tu pregunto ella? – molesta de ser despertada de su ensueño por la fuerza.

- ¿Por qué? – pregunto en su lugar – ¿por qué tenías que matar a esas personas?, ¿por qué tenías que entrar a la escuela? – la sacudió a un mas – ¿por qué tenías que hacerle eso a Hiro?- la mujer había estado mirándole confundida hasta que la mención de Hiro se hizo presente, ella frunció la nariz molesta y zafándose de su agarre retrocedió un par de pasos.

- Por qué el arruino mi vida, la mía y la de mi padre – dijo furiosa – el me mato y ahora estoy aquí en este lugar caminando en círculos, ¡no es justo! – se quejó.

- No – dijo Miguel molesto de que ella no aceptara su error, que no hubiera una pisca de remordimiento en su alma – no lo es, mereces el castigo eterno – dijo apretando los puños, levantado una mano entonces, y por primera vez en años, por primera vez desde que era una parca, desde que esa maldición cayó sobre el Miguel haría aquello, enviaría un alma al infierno por propio egoísmo, el trono los dedos y la mujer grito de dolor, un alarido tan doloroso, tan terrible que casi siente lastima de ella, mientras se convertía en polvo.

Los hombros de Miguel cayeron sin animo, lo había hecho, de alguna forma se encargó de que ella recibiera su merecido, y sin embargo nada de eso ayudaría a Hiro, nada podía darle paz ahora, no cuando ella robo esa pequeña parte de su ser, no cuando su bella alma se manchó al tomar una vida, incluso si era necesario, las almas volvieron en su andar cuando la ira de Miguel se había apagado, todos caminaron esquivándoles entonces, todo continuo su camino.

Se tuvo que recordar que esto lo hizo por Hiro, porque lo amaba, jamás se había mentido tanto en su vida.

La muerte no intervino un solo momento, se quedó detrás siendo espectadora de aquello, ella no pudo evitar sonreír, finalmente Miguel empezaba a cambiar, dio gracias Hiro por lograrlo, por ser el catalizador que necesito, algo que él jamás pudo.

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"Cuando estoy entre tus brazos

Siempre me pregunto yo

Cuanto me debía el destino

Que contigo me pagó

Es por eso que mi vida

Toda te la entrego a ti

Tú que me diste en tus besos

Lo que nunca te pedí

Yo sé que no hay en el mundo

Amor como que el me das

Y sé que noche con noche

Va creciendo más y más"

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- Y bien – dijo la mujer mirando a los chicos sentados en la mesa, los amigos de Hiro siempre resultaron buenos catadores para sus nuevos invenciones para el menú por lo regular la mujer era muy buena cocinara, excelente cocinera no por nada gano el campeonato de cocineros clandestinos de los barrios bajos pero en fin el punto era que ella estaba ahí con este nuevo platillo que era prácticamente chilli su versión mejorada con harto picante, algo no bien recibido por los chicos.

- Este bueno – dijo Honey con una sonrisa.

- Un poco picante – murmuro Wasabi quien tuvo la precaución de comer solo un poco.

- Tal vez si reducimos el picante – dijo Hiro son una sonrisa – solo un poco tía Cass – la mujer iba a responder algo sobre especias o su inspiración cuando Fred entro por la puerta.

- Hey chicos ¿que cuentan? – dijo animado más luego de ver el tazón frente a la mesa corrió - genial comida – dijo emocionado tomando una cuchara y metiéndose dos cucharadas sin saborearlo solo hasta que lo paso por su garganta noto que estaba picante – aaaaaahh – grito sacando la lengua – ¡me derrito! – empezó a correr en círculos, mientras todos negaban con la cabeza.

- Solo tomo un poco de agua – dijo Gogo lanzándole su vaso para detenerlo de correr y apagar el fuego en su lengua.

- Gracias – murmuro con la lengua de fuera.

- Tal vez si fue demasiado chile – murmuro la mujer tomando el tazón – ¡Miguel! – llamo a su trabajador que estaba sirviendo café con corazones en la barra.

- ¿Si mi lady? – dijo coqueto haciendo reír a todos menos a Hiro que solo lo ignoro, desde el incidente algo se había apagado en ese chico, el solo se quedó ahí chupando más de su pajita de jugo, pero bueno se suponía que ellos solo eran amigos, su tía Cass no lo sabía así que debían fingir y Miguel fingía coqueteando con todo el mundo, o sea siendo el mismo y Hiro aguantándose las ganas de darle un golpe por coqueto.

- ¿quieres llevar esto a la cocina? – dijo entregándole el tazón – necesito perfeccionar mi técnica – murmuro pensativa – ahora que lo pienso debo ir a conseguir más ingredientes, quedas a cargo – dijo yendo a tomar su bolso y quitándose el mandil – no destruyan la tienda – dijo en broma y diciendo eso salió por la puerta.

Miguel se despidió con una sonrisa, luego miro a Hiro le guiño un ojo y entro a la cocina, este apretó más su bebida contando los minutos, no quería ser muy obvio y correr de inmediato para bueno besarlo como un adolecente enamorado en la cocina mientras nadie los veía, mientras tanto el mexicano llevo el tazón hasta el lavabo más justo antes de irse miro el plato y encogiéndose de hombros hundió su dedo dentro para después llevarlo a su boca, estaba picoso, si de un picoso que te derrite la lengua y sin embargo solo le dio ganas de comer más, así que busco una cuchara y empezó a comer el chili.

Cuando termino fue extraño, la boca le ardía y sabía que su estómago iba a lamentarlo más tare, sin embargo un hambre feroz nació en su interior, más quería más, se giró entonces miro la olla casi rebosante del chili y como un poseso llevo su cuchara para empezar a comer, estaba caliente, incluso tras una hora seguía caliente, lo curioso fue que no le importo, siguió comiendo hasta hartarse, en algún momento perdió su cuchara dentro de la olla por lo que importándole poco metió su mano dentro y como cucharita sorbió guiso picante.

- ¿Miguel? – la voz de Hiro le hizo detenerse se giró para ver al joven parado en la puerta quien levantó una ceja por su aspecto, el guiso escurría por su boca y su camisa así como el mandil – ¿estás bien? – pregunto curioso Miguel lucia asustado como un niño pequeño atrapado en una travesura con cuidado saco la mano de la olla escurriendo el chilli y sin poder evitarlo limpio su mano con la lengua.

- Estoy entrando por favor no me marquen de por vida – Fred entro entonces cubriéndose los ojos tras anunciar su presencia.

- No seas ridículo Fred – Gogo lo empujo para entrar ella – no están haciendo nada – dijo ella pero también extrañada por la actitud de Miguel - ¿Qué está pasando aquí?

- Tenía hambre – murmuro Miguel finalmente con los hombros caídos.

- Vaya hombre – dijo Fred tras destaparse los ojos – te va a doler a la salida – bromeo pero nadie pareció ponerle atención.

- Si esto es raro – murmuro Gogo mirándolo fijamente – en fin solo avisando hay como tres tipos que quieren un café y dos chicas que se niegan a moverse si el "tipo lindo" – hizo comillas en el aire – no les da su café – anuncio.

- Lo siento iré enseguida – Miguel dejo la olla entonces y camino hacían adelante.

- Deberías hacer algo con eso – dijo Fred señalando su ropa antes de ser jalado por Gogo y dejar la cocina.

- ¿Estás seguro que estas bien? – pregunto Hiro acercándose preocupado pues sí, Miguel comía mucho pero jamás lo había visto de esa forma, sus ojos se notaron extraños y al verlo comer le pareció más un animal que una persona.

- Si – murmuro no muy convencido, aún tenía hambre mucha de hecho pero la necesidad ardiente de saciarla había menguado – yo voy a limpiar esto- murmuro sacándose la playera quedando en camiseta, luego desamarro su mandil y busco el de repuesto, Hiro ni siquiera pudo deleitarse con los músculos de su novio en ese momento pues aun tenia preocupación en su rostro – listo – sonrió tras ponerse un mandil sobre él, tendría que estar en camiseta pero bueno por ahora usar el mandil completo funcionaria.

Miguel salió entonces de la cocina Hiro se quedó un poco más, se acercó a la olla que ya estaba vacía y sorprendido noto que Miguel acababa de comer solo toda una olla de chilli, él lo volvió a probar, las sobras del borde solo por si acaso este sabia diferente o alguna diferencia, empezó a toser casi de inmediato pues estaba igual, el mismo picante arrebatador que odio estaba ahí y sin embargo Miguel había devorado como desesperado, cuando salió de la cocina, vio a Miguel hacer corazones en los cafés de las chicas y solo rodo los ojos, volvió a sentarse en la mesa con sus amigos y beber de su bebida.

Más tarde cuando el turno de Miguel acabo y la tía Cass supiera que su chilli fue devorado por este ella solo aplaudió diciendo que al menos alguien tenía buen gusto, luego se alejó para dejar a los dos jóvenes en la puerta del café, Hiro murmuro algo sobre un prototipo que quería mostrarle a Miguel y entonces cuando ellos llegaron a la cochera este se lanzó a sus brazos para besarle.

Una nueva hambre emano entonces para Miguel, se aferró a Hiro y devoró su boca con fuerza, con intensidad, con una pasión que jamás había sentido antes.

- Miguel – jadeo Hiro cuando este finalmente libero sus labios y ahora chupaba su cuello con insistencia – Miguel basta – empujo un poco algo extraño, Hiro nunca pedía parar de hecho Hiro siempre exigía más – ¡para! – grito empujándole con fuerza, Miguel lo miro entonces sus ojos parecían nublosos, parpadeo un par de veces como si no pudiera verlo, totalmente desorientado - ¿Miguel? – murmuro indeciso.

- Lo siento – negó con la cabeza alejándose de Hiro solo entonces noto que ya lo había empujado sobre una mesa – yo creo que me deje llevar- se disculpó alejándose un paso de el – creo que debo irme.

- Espera – Hiro le tomo del brazo - ¿seguro que estas bien? – pregunto realmente preocupado por su novio.

- Si – sonrió el un poco tranquilo pero aun con un hambre inmensa – solo debo recostarme un rato – negó con la cabeza – te veo luego.

- Ok – respondió Hiro aun extrañado por su actitud – yo te veo esta noche.

- Si la noche – asintió distraído – en la noche.

Solo se puso peor desde ahí.

Después de eso Miguel empujo a Hiro contra paredes, mesas o cualquier superficie era algo común, lo que realmente no lo era dado que Miguel siempre fue el prudente y Hiro era más bien quien lo empujaba para obligarle a algo y ahora esos papeles se invirtieron, Miguel solo empujo y empujo, mordió, besado, follando a Hiro en donde pudiera siempre necesitado de más y más, y bueno no es que Hiro estuviera molesto con esto, era un adolescente, un adolescente que acababa de descubrir su libido así que no lo culpen por disfrutarlo, esa noche no fue a excepción solo que Hiro no estaría libre hasta dentro de tres horas, tres benditas horas en lo que estaba patrullando, él lo necesitaba ahora.

Agito la cabeza para serenarse un poco solo para notar donde estaba, genial estaba cerca de su antiguo lugar, las calles peligrosas de san fransokyo, estaba hambriento, no sabía si era de comida o solo sexo solo que tenía que saciarse pronto, con un largo suspiro decidió entrar a un bar, uno de esos clandestinos donde el licor era realmente toxico y las personas apenas si te miraban, suerte para el solo necesitaba distraerse unas horas, y al principio estaba bien, pues la botella que compro estaba logrando su objetivo, el alcohol hacia el efecto necesario y aun que sabía horrendo pronto había bebido dos jodidas botellas de licor barato, seguramente moriría por intoxicación en cualquier momento y no le importo solo siguió bebiendo.

En algún momento una bella chica estaba junto a él hablando, no recuerda de que solo que ella reía y sonriera tocándole del brazo insistentemente, le invito una copa tal vez, una botella no recuerda, lo siguiente que supo es que se estaban besando y al minuto siguiente estaban en una habitación quizás un motel barato dada la apariencia de esta, y bueno lo síguete obviamente no fue un baile inocente.

- Basta – dijo la joven – no puedo más bebé – sonrió la joven debajo de él llena en sudor tras los múltiples orgasmos ocasionados por el joven sobre ella.

- Aun no estoy satisfecho – murmuro Miguel empujando su pene erecto contra la joven.

- Eso puedo verlo – jadeo ella apretando las uñas en los brazos del Mexicano – maldición ¿de qué carajo estas hecho que no te cansas? – jadeo al sentir nuevamente como era embestida con fuerza – pero realmente – cerro los ojos mordiéndose el labio – no puedo seguir – murmuro abriéndolos y empujándolo un poco - voy a desmayarme.

- Bien – gruño Miguel – no tienes que hacer nada solo quédate ahí – ordeno con voz profunda y la chica se asustó entonces, con su mano busco la lámpara cercana y la lanzo en la cabeza de Miguel, el gruño por el impacto sacudiéndolo lo suficiente para que ella lo empujara y saliera debajo listo para correr – no – gruño Miguel recuperándose del impacto, la sangre en su cabeza escarrio pero la herida ya no estaba, ella jadeo con sorpresa cuando fue empujada contra una pared sus manos apretadas sobre su cabeza y el tipo empujando entre sus muslos – dije que aún no estoy satisfecho – gruño, Miguel realmente gruño, tenía hambre, demasiada y nada parecía poder saciarlo, necesitaba más, quería pararla tanto que dolía, empujo las piernas de la joven y nuevamente le embisto, la chica grito sacudiéndose, las lágrimas cayendo por su rostro aterrorizada por el joven que la violaba – ¡cállate! – le ordeno soltó sus manos entonces para tomarla del cuello y apretarlo con fuerza, la chica ahora jadeaba intentado alejarlo, luchando por un poco de aire – no es suficiente – gruño Miguel mirándola a los ojos – necesito más – y diciendo eso llevo su otra mano hasta el pecho de la joven empujando con fuerza, forzando su entrada en la delicada piel, la sangre pronto broto y aun que la chica intento manotear, rasguño y araño la piel de su atacante no pudo hacer nada, ella dejo de luchar la asfixia finalmente lograba su cometido, Miguel la soltó entonces y la vio jadear con fuerza tosiendo sangre, su otra mano aun firme en su interior acunando el corazón aun latiente de ella, Miguel inclino la cabeza como un cachorro confundido miro a la joven que jadeaba mientras su vida se extinguía, las lágrimas en sus ojos y sus labios, sus carnosos labios, él se inclinó entonces y la beso.

Los ojos de la chica pasaron de cristalinos a fríos, sin vida en un instante, Miguel succiono el alma del cuerpo de la joven, devoro su alma recolectándola como lo hacían en su mayoría la misma muerte, cuando el alma alimento a Miguel el hambre menguo lo suficiente para darle claridad, se alejó entonces del cuerpo sin vida, la chica cayó al suelo muerta, el horrorizado noto finalmente lo que había hecho, sin la neblina del deseo, del hambre mismo miro sus manos ensangrentadas y grito horrorizado dando pasos hasta caer sentado en la cama.

- ¿Qué mierda acabo de hacer? – murmuró mirando sus manos, el cuerpo de la chica en la esquina de habitación, alguien apareció a su lado, la muerte sentada con su cabello negro le miro tranquila poso una mano en su hombro para consolarlo - ¿qué me está pasando? – pregunto angustiado alzando sus manos con sangre, la marca de su delito - ¿Qué está sucediendo? – y el miedo se apodero de él nuevamente, así como el hambre que parecía volver a nacer en su interior, la muerte no hablo, como siempre solo abrió los brazos y como una madre cariñosa abrazo a Miguel quien se aferró a ella como un niño entre lágrimas, ella acaricio sus cabellos con suavidad, en cuanto la sintió, en cuanto la fría piel de la muerte toco su ser Miguel se sintió bien, el hambre, el miedo, el dolor todo había desaparecido, no había nada, ni una sola emoción, negativa o positiva, solo la infinita paz.

Como la droga más placentera de todas.

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El reloj marcaba las 3 am, Hiro había llegado al departamento alrededor de las 12 la patrulla se alargó con un estúpido villano, Hiro había dudado muchas veces pero finalmente lograron detenerlo, así que cuando llego esperaba tener a Miguel y ver una película o pasarse abrazados toda la noche, mañana no habría escuela y le dijo a su tía que pasar la noche con Fred, este lo cubría siempre así que llegó feliz solo para notar que el departamento estaba vacío, se quitó el traje y ayudo a Baymax además de ponerlo a cargar en la unida que tenía para el en una de las habitación luego se bañó y espero a Miguel hasta que finalmente decidió irse a dormir.

Eran las 3 am, justo cuando una sombra apareció frente a la cama que compartía con su novio, la figura negra jalo la sabana que cubría a Hiro destapándolo, subió entonces sobre la cama metiéndose entre las piernas del más joven y tomándolo del rostro lo beso con fuerza, Hiro despertó asustado pataleo dando sus mejores golpes de karate contra su agresor, hasta que su puño logro darle en el rostro por lo que su atacante retrocedió en un gemido.

- Aun ni me caso y ya estas golpeándome – murmuro Miguel con un jadeo.

- ¿Miguel? – dijo Hiro estirando su mano para encender la luz en la mesita notando a su novio que sostenía su mandíbula.

- Carajo Hiro se me olvida que tienes pesada la mano – gruño haciendo una mueca.

- ¿Qué mierda pasa contigo? – lo empujo Hiro pero ahora con suavidad – creí que eras otra persona.

- ¿Cómo que otra persona? – dijo enojado.

- Un atacante – rodo los ojos – solo tu entras y me besas mientras duermo.

- Bueno estas en mi cama – se encogió de hombros – no iba a desperdiciar este bello regalo – le guiño un ojo – ahora podemos continuar – y sin darle tiempo a responder volvió a empujarle contra la cama besando sus labios.

- Espera – jadeo empujándole – ¿eso es sangre en tu sudadera? – pregunto notando la mancha oscura en esta.

- No – negó el – solo es salsa – y sin decir más volvió a besarle.

- Espera – volvió a empujarle – hueles a alcohol y perfume barato – frunció la nariz - ¿Dónde estabas? – se cuzo de brazos.

- En un bar de mala muerte – respondió molesto – podemos dejar de hablar, solo estaba perdiendo el tiempo en lo que tu regresabas y tú sabes cómo son esos lugares – pero Hiro solo levanto una ceja porque no él no sabía cómo eran esos lugares – bien – dijo irritado al darse cuenta que Hiro no quería ceder – me regreso al bar – empezó a barajarse de la cama.

- No – dijo Hiro aferrándose a su espalda, el miedo, la angustia de quedarse solo, aquella oscuridad que nació en su corazón volvía a despertar – solo estaba preocupado no te vayas – murmuro besando su mejilla – necesitas dormir un poco – empezó a ayudarle a quitarse la sudadera – y mañana hablaremos de esto.

- Créeme Hiro – sonrió Miguel levantándose y quitándose la ropa incluso sus pantalones – dormir es lo último que quiero hacer – sonrió para lanzarse contra Hiro quien esta vez respondió a cada avance.

Y rasgo la piel de porcelana, la lleno de mordidas, rasguños, dejo su marca por todos lados hasta saciarse, hasta que el pequeño chico cayo rendido, exhausto por todo, Miguel suspiro, sentándose en la cama, no tenía sueño, últimamente había dejado de dormir menos, abrió la mesita de noche para sacar su cajetilla de cigarros y fumar, soltó el humo en la habitación cerrando los ojos, cuando los abrió estos eran completamente negros, como dos pozos sin fondo, el miro al bello ángel en su cama, aquel que dormitaba lleno de marcas rojas en su espalda y apretó los dientes con fuerza.

El aún tenía hambre.

"Y sé que noche con noche

Va creciendo más y más"

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Miguel suspiro sentado en aquel banco afuera de la finca que solía cuidar el cigarro en su mano cayo un mal habito que acababa de desarrollar solo cuando estaba demasiado ansioso o estresado, adentro todos dormían o al menos la mayoría lo hacía, escucho las pesadas botas retumbar en la tierra reconociéndole de inmediato, incluso sin el característico aroma a azufre él sabía a quién pertenecía, a su único amigo del mundo sobrenatural.

- Sabes puedo oler tu desgracia desde mi hacienda – dijo burlista el hombre parado frente a él, Miguel solo miro sus brillantes botas negras pues no estaba de humor para mirarle al rostro -¿Por qué la cara larga mi amigo?

- Están secuestradas – dijo el sintiéndose estúpido – secuestraron a esas chicas – suspiro – eh estado cuidando chicas secuestradas – remarco por si no había sido lo suficientemente claro.

- Pues claro que lo son – respondió el hombre burlista – acaso crees que les gusta ser putas – negó con la cabeza – trabajas para traficantes ¿Qué esperabas?

- Me dijeron que ellas lo eligieron – se defendió – creí que lo hacían para ayudar a sus familias no se – apretó las manos contra su rostro – son tan estúpido.

- Pa'que te digo que no, si, si – respondió el hombre y Miguel le lanzo una mirada acusadora – mira mi amigo si somos justos no has estado en tu mejor momento.

- Pero debí notarlo – suspiro derrotado – siempre estaban asustadas y dios cada media hora alguien intentaba violarlas – apretó los puños – ahora tiene sentido que Marcos me preguntara si era puto porque no me había tirado a una de las chicas – dejo caer su espalda contra la pared pensativo – estoy traficando con chicas inocentes – se mordió el labio con impotencia.

- Si tanto te molesta – el hombre se recargo junto a él en la pared – ve y has tu trabajo, el verdadero toma sus almas.

- Sabes que no puedo hacer eso – cerro los ojos sintiendo mucha ira – incluso si son personas tan nefastas no puedo hacer nada.

- Yo si – dijo sonriente, Miguel lo miro entonces, los brillantes e intensos ojos de su amigo lucían – tomare sus almas solo por ti, les daré lo que se merecen – ofreció con una brillante sonrisa, Miguel ni siquiera dudo.

- Hazlo por favor – suplico y en un instante el hombre se alejó para entrar a la casona, Miguel solo se quedó ahí sentado, escucho los gritos de alarma, disparos resonar a los hombres llamarle, aquellos que eran sus compañeros de trabajo buscar la ayuda de su jugador estrella, los disparos se intensificaron hasta que finalmente no hubo nada, solo silencio.

Más gritos se escucharon ahora de las chicas inocentes por lo que corrió adentro para detener a su amigo de tomar algo que no debía.

- Espera – dijo al verlo parada frente a la puerta de su habitación, todas las chicas en una esquina llorando esperando los peor, pues había uno de los guardias muerto tirado frente a ellas – ellas son inocentes – dijo tomándole del hombro – déjalas ir.

- ¿Seguro? – pregunto indeciso – tan inocentes no están – bromeo pero Miguel solo negó – o podríamos llevarnos unas dos o tres, tan chulas las niñas y divertirnos ya que Teo esta con unos humores últimamente – murmuro mirando depredadoramente a las jóvenes que solo se encogieron aún más.

- No – se mantuvo firme adentrando a la habitación con una bolsa de dinero y entregándole a cada chica un fajo enorme, el sucio dinero de la cocaína vendida – tomen esto y vuelvan a casa – dijo con suavidad, las chicas lo tomaron con miedo pero sabían que de todos ahí Miguel siempre fue bueno y educado con ellas, siempre el oasis en ese desierto de tortura – sé que no es fácil pero traten de olvidar esto.

Y una a una fueron saliendo huyendo del charro negro que solo las miraba pasar en la entrada, una que otra se despidió de Miguel con un fuerte abrazo y menos aún le dieron un gracias al sujeto que obviamente las había salvado, pero ninguna de ellas miro atrás, ninguna quería perder la oportunidad de irse de ahí.

No es que Miguel fuera malo, pero su amigo tenía razón cuando le dieron aquel trabajo estúpido, cuando acepto ser parte de aquel cuartel de la traficantes no pensó realmente, un día quedo en medio de una balacera mientras caminaba por la carretera y al segundo siguiente la banda rival descubrió que mágicamente no moría así que lo usaron, le contrataron para cuidar de la mercancía, la gran hacienda era el lugar, luego le pusieron a cargo de las chicas y aun que ellos le informaron que ellas estaban ahí por voluntad propia ilusamente lo creyó.

Había sido realmente estúpido.

- ¿Quieres venir a mi casa? – pregunto el hombre cuando las chicas desaparecieron en la lejanía con una de las camionetas de los traficantes, Miguel miro a su amigo, aquel que se había convertirlo sin saber en un pilar, su único amigo en este mundo sobrenatural, el único que parecía entender lo que estaba pasando – Miguel – ofreció su mano entonces y el la tomo.

La tomo porque estaba cansado, porque aún tenía en la mente el recuerdo fresco del tener que abandonar a su familia, porque la muerte justa había elegido tomar la vida de su prima en lugar de esos bastados, porque el dios amoroso no hizo justicia para él, no, todo lo que le han enseñado todo cuanto creyó quedo destruido aquel momento, su propia fe se desmoronaba más y más viviendo entre los hombres, notando lo horrendo que eran, él tenía razón, así que acepto.

- Está bien mi querido amigo – dijo el acercándolo a él, notando el dolor en su rostro – ya está bien – le sonrió abrazándolo por los hombros y pegando su cabeza con suavidad en un choque amistoso – hay que embriagarse con el mejor tequila – dijo juguetón sonriendo haciendo que Miguel sonriera igualmente, cómodo con aquel demonio irónicamente, un portal se abrió entonces, fuego y azufre rodeándolo todo, entro sin dudar, sin pestañar un poco desapareciendo.

Miguel despertó confundido, apenas si podía dormir ahora, la primera vez en tres días que dormía algo y soñó con él, hace años que no venía a su mente, no entendía por qué justo ahora parecía recordarlo, sacudió la cabeza por aquel amargo recuerdo y miro a Hiro su amado y dulce Hiro, el sabor de la traición le amargo la boca como advirtiéndole, pero era estúpido porque Hiro nunca le traicionaría, porque este chico era realmente lo mejor que le había pasado, no Hiro Hamada nunca sería como el Charro negro.

Notas:

La parca encargada de ir por Tadashi es nada menos que Chrona de Soul Eater, en el manga ellos son como aprendices de parcas, estudian y todo, y sus armas también son personas que se transforman en armas, no necesariamente guadañas, no lo sabían me gusta el anime, antes lo veía al menos y esta serie me encanto, la tengo toda y me leí varios de sus mangas, entonces quedo en continuación y bueno no soy muy paciente así que deje de seguirla y nunca sabré que pasa con esta tipa, es mi personaje favorito junto con Kid, dios los amo y shipeo tanto.

Así que Chrona es un personaje presentado sin género ni sexo definido, usuaria de Ragnarok es una espada con la que captura las almas, si en el anime ellos son como parcas y tienen armas que tiene la función de las guadañas, es muy ingenua y sumisa mientras que Ragnarok la mangonea. Por eso aquí ella parece hablar sola.

Así que sorry pero no sorry, así que Miguel tiene hambre y trata de apagarla con lo que conoce, que es comida, alcohol y sexo a más no poder pero es obvio que su hambre solo se apaga de una forma.

Ya no le da sueño, su conciencia empieza abandonarle, y no le importa mentirle en la cara a Hiro, como diría Baymax "oh no"

El hambre en las parcas puede venir de muchas formas, casi todas relacionadas con sus gustos en vida, por eso Miguel siempre quiere comer, o beber y tener sexo por que fue convertido en plena adolescencia y ya saben, con Félix su hambre estaba en comprar cosas ridículamente caras, por eso cuando discuten en otros capítulos el destroza una botella carísima de vino, no le importa puede comprar cosas, su hambre esta en las posesiones.

Miguel ha vivido muchos años, cuando recién se convirtió en parca "sobrevivió" a un tiroteo y los narcos le dieron trabajo a fuerza, acepto porque estaba aburrido y la muerte le ánimo, él no estaba muy consciente de lo que sucedía, acababa de sufrir la muerte de su prima en circunstancias horribles así que realmente no presto atención en lo que se metía, cuando se dio cuenta su único amigo tuvo que venir a salvarle.

Así que aquí los dibujos que hacen con tanto amor gracias, enserio gracias me matan con su cariño:

Este es de Mari magdalena Urbina, ame que pusieras a la muerte en su versión rubia.

Y no recuerdo si ya había compartido este de Tatsu, deja de hacer tantas cosas hermosas wey.

Bueno este es un anuncio con cap, porque detesto que actualicen para decir que entran en hiatus emocionándonos por una actualización, en fin este capítulo iba a ser el último, aquí lo iba a dejar y nunca más continuaría el fic, también pensé en eliminarlo y esas cosas, pero ally me jalo las orejas y pues mejor entraremos en pausa un tiempo, esto no quiere decir que dejo el Fandom, nel lo amo, es hermoso, adoro esta pareja, aun con sus fans tóxicos, pero eh estado en Steven univers Fandom así que Meh, sin embargo necesito tiempo para arreglar unas cosas CoofMesHiguelCoof asi que nos estaremos viendo por ahí yey!!!

Quien es el Charro negro? Yo sé que saben quién es.

Preguntas??

Dudas??

Gomitas???

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