Capítulo 10: Te sigo amando.
Notas: antes que nada les recuerdo, siempre leo sus comentarios y los capítulos de este fic ya están escritos desde hace muchoooo tiempo por lo que si me piden una situación o algo que quieran ver tendrán que tener paciencia porque si no logro meterlo en el siguiente capítulo lo pondré después, para que se den una idea hasta ahora van 18 capítulos desde hace un mes y nada más me hago pendeja y no eh avanzado nada en fin disfruten.
Capítulo 10: Te sigo amando.
- No puede ser – jadeo Miguel palpándose el cuerpo - Estamos vivos ¡seeee!- celebro levantando los brazos en señal de victoria dramáticamente, a su lado Tadashi tosió recordando su presencia y Hiro se cruzó de brazos molesto por el comentario estúpido - bueno ustedes entienden de lo que hablo- lucio avergonzado.
- Bueno estamos afuera pero Tadashi no luce como ellos- señalo Hiro a las personas que pasaban por ahí fuera del callejón donde habían aparecido, o mejor dicho caído, uno sobre otro al menos Hiro sobre Miguel quien a su vez cayó sobre Tadashi, Miguel miro a Hiro y luego a su hermano tenía razón, Tadashi no lucia como una calaverita colorida y dulce lo peor de todo es que no sabía el por qué, estaba en el mundo de los muertos si él Latino pero incluso Hiro empezaba a convertirse en uno lo que le recordaba que debían apurarse.
- Si no tengo idea el por qué- respondió sinceró - pero el maquillaje ayudara ahora solo debemos buscarle donde quedarse tal vez María pueda ayudarme - empezó a murmurar pensativo - lo importante ahora es que nadie más descubra que llamitas aquí es ilegal, Mamá Imelda me mataría si supiera que rompí un montón de reglas – murmuro - Otra vez - un rugido se escuchó y entonces junto a una sombra que cayo tapando la salida del callejón, Miguel sintió su piel erizarse justo entonces la figura de una mujer cayó desde el feroz alebrije.
- Miguel Rivera ¿dónde carajo estabas?- pregunto la mujer, Miguel se giró lentamente y saludo tentativo.
- Hey mamá Imelda - dijo con una sonrisa -yo estaba en camino a visitarles solo estaba aquí con unos amigos.
- ¿Amigos? – dijo incrédula - ¿Con unos amigos? chamaco este, si pepita no me dice sobre tu llegada aquí seguiríamos buscándote como locos, además como esta eso que te dejo en la puerta negra del norte – empezó a regañar tan fuerte que incluso Tadashi se sintió regañado por lo que retrocedió lentamente a las sombras, Hiro por su parte trato de lucir muy pequeñito pero congelado en su lugar - Habla chamaco ¿que se te perdió que fuiste a buscarlo ahí? - la mujer siguió gritando zarandeando a Miguel, mientras Dante cayo junto al alebrije gigante y ladro para correr a Hiro lamiéndole la cara donde parte de la pintura ya no estaba, ella noto entonces al vivo entre ellos y dejo de zarandear a su tataranieto - ¿qué hiciste ahora chamaco del demonio? -pregunto acercándose al niño.
- Mamá Imelda es solo mi amigo Hiro – se acercó de inmediato levantando las manos para distraerla pero esta solo le jalo de la oreja y quito del camino – auch – murmuro sobándosela.
- Está vivo – dijo sorprendida al verlo más de cerca.
- No, no – empezó a negar – Claro que no- siguió negando como si fuera ilógicamente posible, la mujer jalo al chico y con su manga limpio la pintura de la cara descubriendo la piel lechosa de Hiro mirando acusadoramente a Miguel - tal vez un poquito.
- ¡Miguel! - gruño la mujer - ¿qué está pasando aquí?
- Estaba ayudándome - finalmente Hiro hablo - a buscar a mi hermano- eso pareció apaciguar su enojo pues la mujer suspiro con cansancio.
- Miguel conoces las reglas - le señalo y apenas iba a replicar cuando un nuevo sujeto salió de entre las sombras.
- Lo siento mucho no se moleste con el- la mujer miró al nuevo hombre el gran parecido con el tal Hiro y comprendió que este era su hermano pero era diferente, el hombre no estaba vivo no, pero tampoco lucia como ellos, solo podía significar una cosa.
- Miguel Rivera ¿qué carajo hiciste ahora? – regaño nuevamente y Miguel suspiro sabiendo que no podía esconderlo más.
Bajo los hombros desenfaldase y supo que se encontraba a punto de la regañiza de su vida, o no vida ya ni sabía su estado actual, su tatarabuela solo señalo el alebrije y subió esperando a que todos la siguieran, Miguel tomo la mano de Hiro y jalo al animal con Tadashi muy de cerca entonces ayudó a subir a Hiro, subió solito muchas gracias y Mamá Imelda le tendió una mano puesto que aún no se acostumbraba a esto y cuando iba a hacer lo mismo con Tadashi este solo rodo los ojos subiéndose solo y entre él y Hiro lo cual fue un fraude por que Miguel había disfrutado mucho de sentir los brazos de su chinito a su alrededor en el último viaje.
Así que procedió a relatar todo rápidamente durante el viaje de regreso a la casa familiar sobre el enorme alebrije, más tarde pepita aterrizo en el patio de lo que era una copia casi exacta de lo que alguna vez fue su casa en vida, el mismo patio las mismas habitaciones solo que esta era más grande incluso había un taller de zapatos por que hacer zapatos relajaba a mamá Imelda y nadie quería a una mamá Imelda tensa, finalmente pepita se inclinó para dejarlos bajar, la mujer bajo in ceremonia alguna seguida por Miguel y cuando este se volteo para ayudar a Hiro como la última vez Tadashi lo empujo muy delicadamente y con una falsa sonrisa en su dirección ayudo a su hermanito a bajar, Miguel lanzo una mirada indignada al hermano porque este seguía odiándole al parecer, lo había sacado del purgatorio y aun así Tadashi no parecía quererlo, más antes de que pudiera replicar alguien le abrazo tronándole todos los huesos.
- ¿Mijo dónde estabas? – dijo su padre tan aliviado de verlo pues en doscientos años Miguel nunca se perdió una reunión - Pasamos toda la noche Buscándote – le jalo entonces hasta el grupo de personas que procedió a rodearle y llenarle de preguntas.
- Estaba tan preocupada por ti – su madre apretó sus mejillas con amor.
- Creímos que te habías perdido – dijo la tía rosita con preocupación.
- Como se va a perder si sabe este mundo como la palma de su mano – murmuro su abuelo Franco.
- Hey familia, si sobre eso lo siento - se disculpó devolviendo abrazos y demás - estaba ayudando a un amigo se excusó.
- Hay hijo pero hoy precisamente - dijo su madre angustiada, todos los familiares asintieron murmurando lo importante que era ese día, la comida preparada perdida y los arreglos ahora destruidos por pepita durante su vuelo.
Atrás de ellos Hiro miro la escena incomodo, el ambiente cálido y familiar del que ya había sido espectador, era muy pareció a ese día en el centro comunitario, solo que esta vez la sonrisa de Miguel era mucho más grande, brillante, llena de una amor indescriptible, todos ahí estaba tan absortos en el chico que apenas si los notaron al bajar, Tadashi debió sentir su angustia pues en un instante tomo su mano consolándole también era extraño para él, tanta calidad, alboroto tía Cass siempre fue la más alegre de la familia e incluso después de la muerte de Tadashi ella se volvió menos emotiva, ahora esos dos jóvenes viendo como una verdadera familia se comportaba se sintieron excluidos, como intrusos en esa intimidad que no debían presenciar, Tadashi acaricio el dorso de su mano con un pulgar y Hiro levanto la mirada para verlo este sonrió un poco, solo un poco algo que definitivamente agradeció.
- Chamaco si ya sabes que la familia es primero - regaño Héctor palmeando su espalda con algo de fuerza - y más en un día como hoy.
- Precisamente papá Héctor - suspiro Miguel - solo hoy podía traer a Hiro aquí – dijo entonces recordando a sus acompañantes.
- ¿Giro?- preguntó Héctor confundido- ¿Imelda? - pregunto mirando a su esposa quien se hizo a un lado y revelo a dos jóvenes tomados de la mano, uno de ellos lucía tan vivo como Miguel la primera vez que cruzó y el otro palio hasta la muerte.
- Hola - saludo Hiro tímido ante la atención deseada intentando apretar el agarre de su hermano pero Miguel sin ninguna delicadeza lo jalo de los hombros para acercarlo más a sus familiares.
- Familia él es Hiro Hamada- se acercó al muchacho palmeando su hombro - está vivo - todos abrieron los ojos en sorpresa realmente confundidos - y a su hermano Tadashi – señalo sin realmente mucho ánimo al otro joven este solo levanto la mano en un saludo por cordialidad pero realmente quería alejar a Hiro de Miguel - el no esta tan vivo, de hecho acabamos de traerlo del purgatorio- todos los miraron con los ojos aún más abiertos si es que se podía incluso la mandíbula de papá Julio se despendio de la impresión.
- Estas bien pinche jodido- murmuro el viejo luego de que le pasaran su mandíbula.
- Papá Julio - lo regaño su madre- por favor Miguel explícate porque en este momento todo es confuso.
- Bueno como ya dije a mamá Imelda – suspiro agarrando aire para soltar todo de un jalón y no perder más tiempo - puede que haya entrado a la base de datos del ayuntamiento, revisado ilegalmente y luego atravesado la puerta para finalmente ayudar a Tadashi a entrar a aquí – dijo muy rápidamente.
- Hay dios mío sobornaste a un gestor – dijo su padre horrorizado.
- Yo no diría sobornar – hizo una mueca - solo tenía algo que él quería por lo que nos prestó un rato su computadora – atrás de el Hiro palmeo su frente por lo estúpido que a veces era Miguel, Tadashi solo rodo los ojos cruzándose de brazos mientras pensaba "¿enserio este tipo me está ayudando?"
- ¡¡¡Eso es sobornar!!! - grito su padre - ¿bien por qué lo hiciste?
- Por qué Tadashi se niega a cruzar al otro lado - dijo con desdén - y Hiro no quería dejarlo en el purgatorio – rodo los ojos.
- Hay dios mío que me da el soponcio – murmuro su abuelita desmayándose dramáticamente por lo que su esposo corrió a detenerla mientras su hermana la abanicaba.
- Ese lugar es muy deprimente abuela – le respondió Miguel intentado hacerle entender, pero la mujer le mando una mirada de advertencia para que no siguiera replicando por lo que se calló en el acto.
- Cuando la muerte descubra esto va estar realmente enfadada - dijo el tío Oscar escondiéndose detrás de su hermano.
- Va a matarnos – siguió el tío Felipe - O algo así.
- Terminaremos en el purgatorio – su primo grito lleno de miedo abrazándose a su madre, Miguel solo levanto una ceja ante lo cobarde que era.
- Oh vamos no puedo dejarlo ahí - empezó a replicar nuevamente Miguel – y obviamente no puedo llevarlo al mundo de los vivos - todos asintieron a esto - así que estaba pensando en que podría quedarse aquí - dijo con su enorme sonrisa inocente de hoyuelo - ¿sí?
- Lo sentimos no queremos molestar - finalmente hablo Tadashi por que no podía soportar que este tarado hablara por él y además este era su problema - debería regresar al purgatorio.
- ¡No! - grito Hiro abrazándolo- no puedes regresar ahí y dar vueltas infinitamente es horrible – dijo con horror aferrándose a su hermano temiendo que fuera a desaparecer en cualquier momento - No dejare que regreses.
- Hiro ya eh causado muchos problemas – respondió el rompiendo el abrazo para que Hiro pudiera verle a la cara - en casa y ahora esto no quiero poner en peligro a la familia de Miguel – suspiro porque idiota o no su familia parecían muy buenas personas y en definitiva no quería causarles sufrimiento.
- Pero no quiero que estés solo- dijo este aferrándose a su hermano - no poder vivir sabiendo lo que pasas, si regresas ahí me quedare contigo – sentencio con total seriedad.
- ¿Espera que? - Miguel interrumpió ese momento de hermanos tan hermoso - nadie va a regrese al purgatorio – jalo entonces a Hiro como si el simple hecho de estar con Tadashi lo fuera a teletransportar lejos - no lo hará Tadashi, no lo harán ustedes - mirando a su familia - y definitivamente no lo harás tu - miro a Hiro con decisión, su familia vi aquello las lágrimas en los ojos del joven con su hermano y resignados aceptaron entre ellos.
- Bien puede quedarse- suspiro la matriarca de la familia.
- Pero primero tenemos que hacer algo con tu cara muchacho- dijo Héctor jalando a Tadashi para empezar maquillarlo como una catrina - aún tenemos que resolver lo de tus manos – murmuro.
- Que tal unos guantes - dijo su bisabuela coco- tejeré unos en este instante.
Y pronto la familia empezó a rodear a Tadashi, Miguel sonrió gustoso y corrió a entregar la pintura que traía con él, usada en Hiro, mientras el chico sonrió confundido por la calidez de esa escena.
- Gracias - le dijo a la mujer que parecía dar las órdenes ahí - realmente agradezco todo esto.
- Debes dárselas a el- dijo la mujer señalando a Miguel - ese niño está arriesgando mucho por esto - Hiro miro sorprendido sabía que esto era peligroso pero ver así a la mujer más temible de ahí lo hizo sentirse algo culpable.
- Y pensar que casi se pierde la reunión familiar - dijo papá Julio acercándose a ellos.
- Lo siento - volvió a disculparse Hiro - pero dijo que si no era hoy tendríamos que esperar un año- el hombre asintió entonces - al menos puede venir en otro momento, es una parca – dijo como si aquello fuera un consuelo para ellos.
- Que va muchacho- negó el hombre con la cabeza - él puede cruzar cuando quiera pero vernos no- suspiro con tristeza mirando a donde Miguel sonreirá como burlándose de las flores que su hermana quería pintarle a Tadashi en la frente y como este intentaba alejarse con cortesía - es parte de sus deberes solo puede vernos cada cincuenta años - Hiro abrió los ojos con sorpresa comprendiendo la situación, el alboroto de todos ellos al no verlo llegar en ese día especial para la familia, Hiro pensó que solo estaban siendo dramáticos, pero al parecer no, Miguel sonrió entonces en su dirección más Hiro estaba aún en shock, lo vio reír con su familia, bromear y darse cuenta de su mirada tan cálida, dios este chico iba a perderse esto, sacrifico su visita familiar en años por ayudarle, Miguel realmente era un idiota.
- Debes ser realmente especial - murmuro mamá Imelda sin dejar de mirar la escena frente a ellos - no solo se atrevió a traerte aquí si no sacrifico su día familiar para ayudar a tu hermano – y diciendo esto lo miro evaluadoramente, de arriba abajo como tratando de decidir si era realmente especial o digno de aquel sacrificio.
- Oye Hiro ven aquí - Miguel se acercó entonces jalándole evitándole así ver el resultado en el rostro de la mujer, el intento voltear pero esta ya estaba hablando con el otro hombre en murmullos, Hiro estaba tan confundido entonces - mi madre quiere verte bien y - no pudo continuar por que Hiro lo golpeo con su puño en el hombro - auch ¿qué carajo Hiro? – dijo soltándole todo el mundo dejo de reír, la matriarca volvió a mirar en su dirección e incluso Tadashi estaba confundido por eso.
- Porque no me dijiste que sacrificarse tu día familiar por ayudarme – le recrimino, si realmente lo hizo pues estaba furioso por este joven tan estúpido.
- No creí que fuera importante mencionarlo – respondió confundido por el repentino cambio de humor del chico - además solo puedes venir este día – le recordó esperando que esto apaciguara a Hiro.
- Y ahora tendrás que esperar cincuenta años para volverlos a ver – señalo a la familia que ya no estaba pintando el rostro de Tadashi de hecho parecían ver aquel intercambio con mucha más atención.
- Pero ahora estoy aquí – dijo cansado de la actitud del joven, este entonces volvió a soltar otro golpe en el mismo hombro con fuerza - ¿Por qué estás enojado pensé que querías salvar a Tadashi? – replico dolido por el golpe realmente tenía una mano pesada.
- Es tú familia – rechino los dientes realmente molesto.
- Al carajó contigo - gruño sobándose, eso no aprecio lo más brillante que decir puesto que solo alimento la ira en Hiro y sacando su bot empezó a golpearlo con él, esto ya se estaba volviendo una costumbre al parecer - con nada se te tiene contento – gruño.
- ¡¡Es tu familia!!! – repitió con más golpecitos.
- ¡¡Y él es tu hermano!!! – respondió tomándole de la mano por que ya estaba cansado de los golpes - No puedes simplemente agradecerme por sacarlo de ahí – le dijo intentando arrebatarle el robot pero el chico luchaba por soltarse y como no podía empezó a empujarle con la otra mano.
- Tú lo enviaste ahí en primer lugar - reclamo – suéltame para que pueda seguir pegándote por tu estupidez – murmuro molesto por que Miguel realmente lo estaba frustrando.
- Sí, no estoy pendejo – rodo los ojos apretando su agarre pero sin realmente hacerle daño - Intentaba protegerte.
- Eso lo dudo – respondió burlista dándole un puntapié por lo que Miguel finalmente lo soltó - ¡¡es mi hermano!!!- Hiro volvió a gritar agitando su bot listo para atacarlo nuevamente, el bot por cierto había cambiado su carita amigable a matar listo para atacar en cualquier momento, Miguel empezó a gruñir desesperado por la actitud de Hiro, Tadashi suspiro entonces levantándose de donde lo habían sentado se acercó a una ventana y tomando la maceta de ahí miro a la mujer más cerca.
- Lo amento por esto - y antes de que alguien pudiera preguntar la rompió para hacer estruendo algo efectivo pues los chicos dejaron de pelear y miraron la arcilla rota en el suelo y al causante.
- ¿Qué rayos Tadashi? - gruño Miguel - no destruyas la casa de mi familia – recrimino.
- No le grites a mi hermano – lo golpeo nuevamente Hiro pero esta vez más suave - ¿Tadashi no destruyas la casa? – y ahora Hiro lo regañaba.
- Es la única forma de sacarlos de su burbuja - señalo él, ambos chicos lo miraron incrédulos hasta que la realización se hizo presente en Miguel.
- ¡Aja! fuiste tú quien dejó caer la repisa en mi cabeza - dijo victorioso acusándolo con el dedo.
- Estabas tocando a mi hermanito tenía que pararte – acepto el cruzándose de brazos sin una pisca de remordimiento.
- Era una guerra de cosquillas obvio lo estaba tocando - rodo los ojos - además el me dio una patada – le recordó – rompió mi nariz.
- Deja de pelear con mi hermano – Hiro volvió a empujarlo.
- Dejo caer una repisa en mi cabeza pude tener una conmoción cerebral – dijo incrédulo de que no estuviera prestando atención a la conversación.
- Eres la muerte estarás bien – dijo con indiferencia Hiro.
- Soy una parca es mucha la diferencia - frunció la nariz molesto cruzándose de brazos con un puchero.
- Estoy confundido - murmuro papá julio a la matriarca - ¿porque están peleando? - la mujer solo sonrió al reconocer aquella escena, pues Hiro ya estaba otra vez golpeándolo con el robot y Miguel intentan detenerlo mientras le decía de cosas a Tadashi, pero en ningún momento regreso un golpe a Hiro.
- Ya es suficiente niños - llamo ella - Tu hermano puede quedarse niño - miro a Hiro - pero tú debes regresar o terminaras muerto también - Hiro se horrorizó ante eso y corrió a despedirse de su hermano en un fuerte abrazó bajo la cálida mirada de Miguel.
Al principio mamá Imelda vio con asombro el inicio de esa pelea, tan familiar justo como las que tenía con Héctor confundiéndole, entonces la pelea cambio y de alguna extraña forma aun después de los gritos de Miguel la pelea era la misma, la mirada de amor en los ojos de Miguel era tan pura y dulce justo como Héctor la miraba y la forma en la que Hiro hablaba tan suave y sus golpes no realmente hirientes le hizo recordar su situación, si era extraño, muy raro para sus ojos que su tataranieto tuviera esa actitud con otro chico y sin embargo cuando Hiro abrazaba a Tadashi para despedirse, Miguel puso esa misma mirada, ese anhelo en su ser, aquello que solo podía ser una cosa, amor.
Pudo haber sido algo mal visto en su época, definitivamente no era algo que podrían asimilar tan rápidamente y mirando a su familia supo que tardarían un poco en aceptarlo, pero esto era Miguel, su familia, ya hace mucho tiempo perdió a alguien importante por un simple rencor, casi para siempre, lloro por muchos años el amor perdido y sabía lo que era sufrir por ello, si este chico, un hombre lograba hacer feliz a su Miguel entonces ella no diría nada, después de todo los tiempos cambian y después de todo, la familia es primero.
- Es hora - dijo Miguel extendiendo una mano- Hiro - llamo y el joven no quería soltarse de su hermano de aquel frio y gélido abrazó.
- Está bien Hiro - murmuro este - ve, te estaré esperando aquí- dijo con tranquilidad, Hiro asintió entonces se despegó de el pero antes le entregó su viejo bot de luchas.
- Para que te entretengas un rato – dijo con una sonrisa - dudo que tengan computadoras ahí- dijo como su fuera un gran secreto, Tadashi solo sonrió y aceptó el regalo gustoso no sin antes mandar una mirada a Miguel que decía claramente "te estoy vigilando".
Hiro se alejó entonces tomando la mano de Miguel quien dando un último saludo a su familia trono los dedos y desapareció en un remolino de pétalos amarillos junto a su compañero.
Tadashi se quedó mirando el lugar un buen rato, feliz y triste de saber que no vería a Hiro en un largo tiempo, había albergado la esperanzo de que tal vez Miguel pudiera traerlo con él, el próximo año pero ahora sabiendo que este no regresaría hasta dentro de cincuenta años más estaba seguro y esperaba que Hiro tuviera una larga vida por lo que no lo podría ver, apretó el bot en su mano haciendo que la carita de matar cambia a aun sonrisa y suspiro luego se giró a las personas y armándose de valor dijo.
- Gracias por eso - sonrió cálidamente - no necesitan recibirme sé que sería molesto y no quiero ponerlos en riesgo por romper reglas o algo - negó con la cabeza realmente no quería meterlos en problemas - así que...
- Epa, perate ahí muchacho- dijo Héctor – dijimos que te aceptábamos y te quedarías, si no es vacilón - sonrió acercándose a él y planeando su espalda para empezar a guiarlo - ahora te mostrare tu habitación tendrás que compartir con el primo Fernando porque hasta que no muera un familiar la casa no se hace más grande- empezó a explicar guiándolo a una de las pequeñas casitas en ese lugar.
Tadashi se quedó serio dejándose guiar por estas personas que acababa de conocer, se sintió extraño ,si todo eran muy ruidoso pero también tan cálido, descubrió pronto que lo de gritar eran algo usual y las discusiones, la música era lo más llamativo de todo, así como su necesidad por comer, en el purgatorio no hubo eso, sabía que no tenían hambre y que realmente no comían pero incluso ahí la comida era un gran momento familiar con una enorme mesa donde le hicieron un lugar y pronto fue dueño de un lugar ahí, jamás pensó que podía quedar lleno estando muerto pero aprendió pronto que decir no a las mujeres ahí ya que era algo muy peligroso.
Aun se tenía que esconder, usaba guantes y maquillaje, salía muy poco de la casa solo lo necesario y nunca solo, con el tiempo sin darse cuenta se fue haciendo de un lugar ahí en esa familia se encariñó con ellos y sus extrañas costumbres, Jamad pensó que podía anhelar tanto una familia como ahora rodeado de una tan grande y ruidosa y eso que ni siquiera era suya.
Para los Rivera Tadashi poco a poco se volvió alguien importante, el chico era muy inteligente y siempre los maravillo con esto, si ellos no tenían tanta tecnología dado que su familia era tradicional muy tradicional pero en definitivamente Tadashi era todo un regalo, incluso les ayudo a configurar muchos delos aparatos que el último miembro familiar había traído con él.
Y esto solo fue el principio.
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Había pasado cuatro días, cuatro días, seis horas, veinte minutos y algunos segundos y no Miguel no estaba contando el tiempo, simplemente estúpidamente pensó que después de todo esto que finalmente Hiro hablaría con él, algo más de simplemente pedirle ir a buscar a su hermano, aquella mañana como ya se le había hecho costumbre Miguel salió del mundo de los muertos justo un segundo antes del amanecer, apareciendo en el mausoleo, de alguna forma se las habían arreglado para quedar en el borde de un escalón por lo que Hiro cayó al suelo con Miguel sobre él.
Miguel se levantó de inmediato disculpándose y ayudando a Hiro a hacerlo igualmente, este solo negó con la cabeza y agradeció su ayuda agarrados de su mano extrañamente Hiro volvió a resbalarse un poco por lo que Miguel tuvo que atraparlo para no caer, fue un accidente realmente no quiso hacerlo pero pronto el pecho de Hiro quedo junto al suyo y sus rostros a solo centímetros uno del otro, el latino era alto sí, pero eso no impidió que Hiro quedara a la altura perfecta para un beso, solo tenía que inclinare un poco, solo unos centímetros y finalmente probar aquellos labios que tanto ansiaba.
Hiro estaba en un trance, hace unas horas la mañana anterior para ser más específico odiaba a Miguel, lo maldijo hasta hartarse para que este llegara a disculparse y aun que no quería hacerlo, no quiso perdonarlo por alejar a su hermano de él, entonces verle estar dispuesto a sacrificar tanto por el, por el espíritu que trato de matarlo simplemente había removido algo en su interior, aún estaba herido, aun dolía su traición y sin embargo estar en sus brazos sentir aquel toque, su piel cálida contra su cuerpo fue agradable, muy agradable, pero Hiro estaba congelado, aun en un mar de confusión emocional, quería, necesitaba, bueno no sabía que era lo que necesitaba solo esperaba que Miguel hiciera algo ya lo que fuera, tal vez besarle.
Aquel pensamiento lo asusto justo en el momento en que pareció que esto haría Miguel, entonces Dante apareció a su lado ladrando sobresaltándoles, Miguel le soltó entonces y Hiro jura que no lloriqueo por la falta de ese calor, tomo su mano con suavidad, muy lentamente, como esperando que Hiro se alejara y cuando este no lo hizo lo guio a la salida, afuera la mañana apenas empezaba en el cementerio, algunas lapidas tenían flores y guirnaldas de aquellas flores coloridas, de aquellas que en sus pétalos atrapaban el calor del sol.
Caminaron hasta el café en silencio, con Dante igualmente tranquilo para ser bueno Dante, sus manos se mantuvieron unidas todo el camino, incluso durante el breve recorrido en un tren vacío, Miguel le acompaño a casa, esta vez lo dejo en la cochera el mismo lugar donde habían hablado finalmente, Hiro abrió la puerta listo para irse dudando un poco, finalmente decidido se giró abrazando a Miguel con fuerza, sorprendió tardo un rato en reaccionar, finalmente lo hizo abrazo a Hiro de vuelta enterrando su nariz en sus cabellos, delatándose por ese breve momento de esa pisca de felicidad, olía delicioso a cempasúchil e incienso, a su familia, olía a hogar, como si le perteneciera un efecto tal vez de ir a la tierra de los muertos, pero también había otro aroma, uno diferente y extraño, uno que solo pertenecía a Hiro.
Deseo tanto quedarse así para siempre, finalmente Hiro murmuro un suave "gracias" y rompió el abrazo para entrar a casa dejando sin saber a un chico con el corazón en su mano, en una ofrenda que no podía aceptar.
De eso ya había pasado cuatro largos días, Miguel suspiro recargado en la barra del café mirando a Hiro con sus amigos charlar mucho más animado, mucho más libre, espero que algo cambiara, que finalmente Hiro entendiera el alcance de su amor, tal vez no esperaba una declaración, pero definitivamente no esperaba ser ignorado otra vez, si Hiro ya no lo ignoraba mucho, solo que ahora apenas si había palabras intercambiadas, saludos incomodos donde Miguel sonreirá y Hiro agradecía tímidamente para quedarse callado no sabiendo cómo tratarlo, fue tan idiota al pensar que podía declararse y no tener un efecto negativo.
Miguel volvió a suspirar como una colegiala enamorada, en la mesa cercana a la salida Hiro empezó a reír por algo que seguramente había dicho Fred, su suave y melodiosa voz inundo el lugar, tan cálida, tan hermosa que lo enamoraba cada día más, dios estaba tan jodido, tan idiotizado por un chico que jamás le haría caso, se golpeó mentalmente Hiro no estaba interesado, nunca lo estuvo y nunca lo estaría, se dijo internamente, entonces como si fuera una señal Hiro levanto la vista y lo miro, fue algo tímido, sus ojos parecían indecisos y antes de que pudiera arrepentirse levanto con suavidad una mano en su dirección dando una saludo con una bella sonrisa, sus mejillas se tiñeron de carmín haciéndole la cosita más adorable de todo el mundo, dándole esperanza.
Aun había una posibilidad se animó a sí mismo, el bello sonrojo de Hiro era la prueba que necesitaba, se repitió.
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- ¿Espera que? – Hiro grito golpeando ambas palmas de la mano en la mesa – repítelo otra vez - murmuro apretando los dientes.
- Dije que alguien me invito a salir – dijo tranquilamente comiendo de su plato, la cena estaba muy deliciosa es una lástima que Miguel no pudiera quedarse – y yo dije que sí.
- Dime que es una broma – murmuro enojado.
- No lo es – rodo los ojos ella – quieres sentarte y comer tu cena – ordeno molesta.
- No puedes salir con ese tipo – dijo dramáticamente sentándose de mal gana – ni siquiera sabes quién es – siguió exagerado – podría ser una asesino, un estafador, ser como ¡Kreig! – la miro horrorizado – no vas a salir con el – sentencio.
- Discúlpame pero no estaba pidiéndote permiso – le respondió ella tras limpiar su boca con una servilleta – no confundas informar con pedir permiso Hiro, eres listo no tengo que recordarte que soy la adulta aquí – le miro molesta – creo que puedo salir con quien yo quiera.
- ¿pero Tía Cass? – hizo un puchero infantilmente.
- Pero nada – le apunto con el tenedor lleno de un pedazo de carne, la cena de esa noche – voy a salir con Dave, ahora come tu cena – Hiro hizo otro puchero cruzándose de brazos molesto como por dos segundos finalmente se rindió y empezó a comer lanzando miradas suplicantes a su tía para cambiar de idea.
Esto era inaudito, increíble, algún idiota pensaba que podía robarse a su tía, embaucarla o peor aún alejarla de él, no, eso sí que no Hiro Hamada iba a meter sus narices en eso, o si lo haría después de todo era su tía, su única familia e iba a protegerla.
Cuando Miguel se enteró de eso en lugar de apoyarlo el muy idiota celebro con ella, el traidor empezó a alabar a la mujer, señalando su belleza y como ya era hora de que pensara en sí misma y demás, y cuándo quiso replicar algo Miguel lo llamo mal agradecido, hijo controlador y demás cosas que no comprendió porque estaban en español.
Dave Evans era su nombre, un hombre común y corriente tan aburrido que hakear las computadoras de la ciudad, bancos y de su oficina e incluso la privada no valieron el esfuerzo, el tipo era literalmente el hombre más aburrido que jamás había conocido, trabajador de oficina nunca sobresaliente, sin familiares en la ciudad, una madre viva en Kansas y un hermano en Massachusetts, al corriente con sus impuestos y un crédito impecable, dios hasta sus alergias eran aburridas, a los ácaros, al menos su departamento está siempre impecable, no el no entró ahí, bueno tal vez un poco pero solo para revisar si no había un cadáver en el armario.
No lo hubo.
Así que Dave era el tipo más aburrido del universo, su pasatiempo era armar rompecabezas de cien piezas o más, súper aburrido, su tía iba a odiarlo pero incluso así Hiro no deseaba tenerlo cerca de su tía Cass.
Sobre su cadáver o el de Dave, lo que suceda primero, preferentemente sobre el de Dave.
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La tarde parecía aburrida, Gogo lo había citado cerca del parque para prepararse para el maratón que habría en la ciudad y como buenos ciudadanos que eran todos entraron, Gogo los inscribió a fuerzas porque Wasabi y ella pelearon sobre cosas ridículas y pronto eso se convirtió en una carrera que de alguna forma involucro al equipo, por lo que Gogo pensó que sería una buena forma de practicar el dar una vueltas al parque central.
Incluso Karmi estaba ahí, si ella también estaba en el maratón, Miguel, el solo iba como apoyo dejo en claro que correr por deporte no era lo suyo y Hiro tuvo que codearlo para que no se delatara solito, el punto es que Miguel estaba pasando su día libre de la cafetería viéndoles correr, tan aburrido.
Quince minutos después todos pero todos menos Gogo y Karmi estaban llorando de lo cansados que estaban, si ellos realmente habían estado dependiendo últimamente de su traje como Gogo aseguraba y ninguno realmente estaba en forma para ser un superhéroe, una nueva discusión iba a comenzar esta vez con Fred y Gogo cuando de la nada se escucharon gritos, el tranvía estaba de nuevo fuera de control, algo realmente frustrante al notar por la cantidad de accidentes que tenía esa cosa, casi por instinto Miguel se levantó corriendo para buscar una vista mejor del tren descarriado yendo a los muelles, mucha gente más lo siguió, incluso karmi estaba detrás de el muy emocionada, lo cual no entendía.
Entonces de la nada salió un joven superhéroe que ya había visto antes vestido en purpura y negro que saltando frente al tranvía levando las manos para detenerlo, el tren lo golpeo de frente y aún que disminuyo su velocidad aun caía por la calle, chispas salían de los pies del sujeto que intentaba pararlo, Miguel noto que realmente estaba siendo difícil, a su lado Karmi chillo emocionada de ver aquel espectáculo, entonces un sujeto mucho más grande en una armadura roja cayo igualmente deteniendo al fin el tren por completo.
La gente salió agradeciendo, una de las chicas en el tren incluso salto a los brazos del misterioso superhéroe para abrazarlo y llenar su casco/mascara a saber que era, de besos, Miguel silbo mirando por primera vez en acción al sujeto que veía en televisión.
- ¿Oh por dios lo viste Miguel? – dijo Karmin jalando su brazo, realmente amaba a esta nueva karmi – él es tan genial – continuo casi desmayándose, Miguel reprimió una risa, cuando vio exactamente a uno de los pasajeros bajar del tranvía reconociéndolo.
- Rayos – murmuro – ¿Hiro no es el tipo que sale con tu tía?- pregunto confuso, entonces que noto que Hiro ya no estaba con el - ¿Dónde está Hiro? – preguntó a Honey que estaba a su lado y solo negó con la cabeza.
- Tal vez se quedó atrás – Gogo respondió aburrida soplando una burbuja de chicle – realmente parecía cansado.
- Voy a buscarle – murmuro Miguel listo para regresar a donde seguramente Hiro estaría luchando por respirar.
- Espera – Honey lo detuvo de un brazo – el estará bien y tal vez solo esta – Miguel ya no puso más atención a la rubia en su lugar estaba mirando el accidente interrumpido, más precisamente al superhéroe donde el futuro novio de la tía Cass le daba las gracias dándole un apretón de manos, pues detrás de ellos una extraña figura negra se encontraba -¿Miguel? – pregunto Honey volviendo a llamar la atención pasando una mano sobre su rostro haciéndole que la mirara.
- Lo siento Honey yo no te escuche – se disculpó lanzado miraditas confundido por no saber a quién seguía ella, entonces la hermosa mujer rubia en su traje negro levanto la vista y le sonrió para después andar detrás del hombre – maldición – gruño bajito sabiendo bien lo que eso significaba.
Pues la muerte de ese sujeto era simple cuestión de tiempo y ese superhéroe lo había impedido.
Miguel ni siquiera noto cuando el tipo subió a la espalda del robot rojo y salió volando, ni siquiera pregunto más por la ausencia de Hiro, simplemente regreso con el grupo hasta el parque donde Hiro parecía súper cansado sobre baymax que agitaba una hoja de papel para refrescarlo, tampoco noto las miradas extrañas y cuchicheos que Honey le mando a Hiro sobre él y su posible sospecha.
Cuando regresaron con tía Cass esta suplico a Hiro que cuidara el café esa noche para no cancelar la poesía, Miguel quedo a salvo porque era su día libre y aun que se ofreció la mujer negó diciéndole que saliera a divertirse, "eres joven, se libre y sal" había dicho con una sonrisa entonces cuando cuestionaron su felicidad ella soñadora respondió que tenía una cita con Dave esa noche, toda la felicidad contagiada por la mujer se esfumo de la cara de Miguel.
Esto no iba a terminar bien.
*********************
Miguel se encontró recargado sobre la pared de aquel edificio, su capucha roja cubría su rostro y la farola de la calle apenas si iluminaba ocultándole, con guitarra en mano empezó a rasgar con suavidad las cuerdas, lo había intentado, busco a la muerte y pregunto si había algo que pudiera hacer, si la vida de Dave podía ser salvada de alguna forma, en su lugar la mujer negó con la cabeza pero le permitió tomarla, asegurarse que nada lo salvara nuevamente o consecuencias graves habrían, Miguel solo asintió y ahí estaba el rasgando las cuerdas de su guitarra al otro lado del edifico donde Dave vivía, esperando a que el sujeto saliera, esperando que el incidente no pasara frente a Cass.
En la acera de al frente Dave salió feliz y animado, acababa de sobrevivir a un accidente, junto con otras ocho personas pero vivo, conoció a uno de esos superhéroes de la ciudad ahora tendría una cita, finalmente con la mujer más hermosa de todas, este gran día iba a terminar bien, siento tan positivo como era no presto atención al sujeto con guitarra al otro lado de la calle, siendo tan confiando y alegre tampoco noto a los otros dos tipos que asechaban justo en el callejón junto a su edificio, así que cuando fue empujando contra la puerta de su propio auto fue realmente una sorpresa.
Miguel siguió tocado su guitara, suaves acordes para mantenerse distraído del homicidio que sucedería a metros de él, el agarre en su instrumento se apretó cuando escucho un jadeo, toco con un poco más de fuerza cuando los forcejeos se hicieron presentes, un gemido ahogado se escuchó entonces seguido de maldiciones y pasos apresurados, Miguel dejo de tocar entonces, soltó un suspiro posando su guitarra en su espalda y cruzo la calle entonces, detrás del automóvil plateado estaba Dave, tirado con una herida de arma blanca en su abdomen, el hombre se aferraba con fuerza, sus manos ya manchadas de sangre.
- Es peor si peleas – dijo Miguel hincándose junto a el – solo respira amigo – hablo con tranquilidad – cierra los ojos y pasara – insisto, el hombre jadeo en su dirección abrió la boca en busca de aire, pero solo la sangre broto de está ahogándolo más, finalmente la vida en el hombre se extinguió y Miguel cerro los ojos con impotencia, por saber que no podía ayudarle, que no pudo hacer nada, levanto una mano entonces dedos humanos aun y cerro sus ojos para su propio consuelo, se levantó así y con una voz profunda hablo – es hora de irnos – llamo, el alma del hombre se levantó como si hubiese despertado de un sueño, todo el dolor de hace unos momento desapareció al igual que la herida, miro la mano extendía frente a el por lo que la tomo.
- ¿Qué está pasando? – pregunto confundido notando entonces su cuerpo tirado en la acera, jadeo de sorpresa - ¿estoy muerto? – pregunto no muy seguro girándose a la persona que lo había ayudado, pero esta ya era solo una calaca dentro de la sudadera, cualquier señal de un hombre de carne hueso desapareció mucho antes de que lo reconociera - ¿Quién eres tú?
- Lo siento – dijo Miguel negando con la cabeza – pero debes continuar – diciendo esto Miguel trono los dedos y un remolino de pétalos amarillos se abrió detrás de él, el portal que lo llevaría al otro mundo.
- No puedo ir – respondió negativamente retrocediendo – no pudo dejarla – insistió, un grito se escuchó entonces una pareja de jóvenes lo encontró finalmente muerto, más gritos le siguieron y pronto había personas mirando el horrible accidente.
- Tenemos que ir – insistió Miguel extendiendo su mano, pero el hombre este negó con la cabeza dándole un manotazo y retrocediendo más, entonces un sujeto paso corriendo a través de él convenciéndole finalmente de su propia muerte.
- Estoy muerto – murmuro asustado – yo no puedo estarlo.
- Por favor – suplico Miguel – tiene que cruzar.
- Pero ella – miro a todos lados como si la persona estuviera ahí – no puedo – negó asustado – no puedo dejarla, finalmente pude invitarla a salir – realmente pareció tiste por esto, enojado y confundió por lo que le sucedía - ¿por qué yo?, ¿Por qué ahora? – pregunto cada vez más irritado, frustrado de que esto le hubiera pasado a él, era joven aun, tenía una vida, tenía pensado hacer muchas cosas, finalmente había armándose de valor para invitar a esa bella mujer y ahora estaba muerto.
- Ven conmigo y lo sabrás – respondió con firmeza pero tranquilo, empezaba a sentir el dolor y frustración del hombre y lo último que quería era otro espíritu vengativo cerca de la tía Cass – cuando cruces dejara de importar – sonrió tratando de parecer confiable – créeme no quieres quedarte aquí – el hombre parecía indeciso, miro a las personas que ya se arremolinaban llamando sus teléfonos por ayuda, a la policía aparecer y espantar a los curiosos y nuevamente a Miguel y el extraño portal que señalaba.
- ¿Puedo despedirme? – pregunto esperanzado tras tomar una decisión, mas Miguel negó con la cabeza, sabiendo que no será posible - ¿puedes hacerlo por mí?– pidió entonces y eso sorprendió a Miguel haciéndole sentir solamente mas culpable, porque aquí estaba un buen hombre, uno justo y honesto que hasta en la muerte se preocupaba para la chica que amaba, no pudo negarse, no si eso le daba consuelo a su alma incluso si era una mentira el asintió – dile que lo siento mucho – suspiró el hombre – que realmente lo siento por faltar a nuestra cita y que tenía ganas de cenar con ella – termino en una sonrisa triste y vacía que solo estremeció más a Miguel, el hombre tomo un largo suspiro y finalmente cruzo el portal, la parca, porque eso era lo que era Miguel miro la escena detrás de ellos, el cuerpo del hombre siendo levantado por la ambulancia para llevarlo lejos, a los policías que trataban de mantener la calma y las personas que murmuraban reconociéndole lo trágico del incidente, dios a veces como odiaba su trabajo.
Tras cumplir su palabra de acompañarlo al otro lado, Miguel camino por las calles molesto por lo injusto que a veces era su trabajo, lo mucho que lo odiaba, cuando Dante apareció entonces a su lado, lo había seguido desde que regreso del otro lado para hacerle compañía tal vez notando su tristeza, dicho can ladro en un ventana tras salir corriendo y cuando Miguel levanto la vista su corazón se estrujo nuevamente ahí sentada en una solitaria mesa con una vela, vestida con su mejor traje, la mujer que se había ganado su cariño esperaba paciente a su cita.
Una cita que jamás vendría.
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Sabía que no era responsable, pero de todas formas Miguel se sentía tan culpable por lo que paso además ver sentada a la tía Cass tan solitaria no hizo nada para apagar la culpa, estaba a punto de entrar y hacerle compañía cuando noto que el lugar no era uno de esos cualquiera, además no estaba vestido apropiadamente, suspirando de frustración miro a Dante quien ladro en acuerdo y sin más paro un taxi.
Cuando regreso casi una hora más tarde, Miguel se sintió mal pero quería darle una buena impresión y no hacerla quedar mucho peor de lo que estaba ahí sentada y plantada por lo que el desvió de en el camino de regreso estuvo justificado, la mujer por su parte había perdido ya toda esperanza, la pequeña vela frente ella ya se había consumido demasiado para hacerla sentir patética, empezó a sentirse un poco avergonzada cuando los meseros empezaron a ver con lastima.
- ¿está lista para ordenar? – pregunto amablemente la chica junto a ella mirándola con disculpa pues ya llevaba una hora ahí con un simple vaso de agua, rechazando las horas veces en espera de su cita.
- No, yo voy a – empezó a decir totalmente avergonzada, ella paso un pecho de su cabello detrás de su oreja totalmente nerviosa, lista para levantarse e irse de ahí no podía ser más patética y sentarse a cenar sola – lo siento yo.
- Lamento llegar tarde – un ramo de tulipanes rosas acompañaron a esa voz sorprendiéndole, levanto la vista entonces y con sorpresa vio a Miguel ahí parado con una camisa roja y pantalones de vestir negro, lo más insólito de todo es que lucía realmente planchado sin ninguna arruga y muy bien – la florería confundió mi orden y tuve que viajar hasta el otro lado de la ciudad para conseguirte estas – dijo como si aquello fuera la razón de su retraso, la mujer lo miro sorprendida debatiéndose si aceptar o no entonces Miguel sonrió cálidamente – espero no hayas esperado mucho.
- No tanto - respondió ella tomando el ramo y oliendo las flores, no eran sus favoritas pero realmente aprecio el gesto de este chico, era obvio que su cita no llegaría por lo que bien podía aprovechar la mesa.
- ¿les daré un minuto? – la joven mesera esta vez emocionada por la repentina aparición del joven se excusó para darles cierta privacidad, algo que ambos agradecieron mucho.
- ¿Qué estás haciendo aquí Miguel? – pregunto ella en voz baja.
- Ser su cita esta noche tía Cass – respondió igualmente bajito, la mujer solo le miro acusadoramente y el suspiro para confesarlo todo – Dave no va a venir – ella pareció triste ante eso pero finalmente asintió comprendiendo – el realmente lo lamenta mucho – siguió explicando – pero no podía hacerlo – extendió su mano para tomar la de ella – no quería que usted estuviera aquí sola – continuo mirándole a los ojos, esperando que ella no preguntara más, por suerte esto no sucedió.
- Gracias – suspiro ella – no tienes que hacerlo Miguel pero gracias – apretó su mano en agradecimiento, porque dios había estado a punto de llorar por ser plantada y ahora lo haría pero por otro motivo diferente por ser tan patética que su trabajador tenía que venir y rescatarla de la humillación pública, lo cual era ya bastante humillación para ella – deberíamos irnos – murmuro pensando en terminar esa tontería levantándose de su lugar.
- Por favor no – le pidió el volviendo a tomar su mano – ordenemos algo – sonrió – vamos yo no sé usted pero yo no eh cenado todavía – bromeo – yo invito – giño un ojo en su dirección, la mujer solo sonrió entonces reprimiendo una risa y volvió a sentarse.
- Por favor Miguel no podrías pagar esto – negó ella – no te pago lo suficiente - bromeo empujándolo con suavidad con una mano y desde lejos todo parecía una escena de pareja tan convincente que cuando empezaron a ordenar la mesera levanto ambos pulgares en su dirección por tener a un apuesto joven sentado junto a ella.
No es que a Miguel le molestara, su jefa era una mujer hermosa y en ese vestido negro simplemente lo era aún más, luciendo toda sofisticada, era el quien tendía suerte de que todos pensarán que realmente una mujer de su categoría era su cita, pasaron la noche cenando con tranquilidad, bromearon al respecto y fue graciosamente la mujer cita en años para Cass algo triste si se pone a pensarlo mucho, pero no hizo caso e incuso dejo que Miguel la acompañara de regreso a casa, el café ya había cerrado para entonces, sin Hiro por ningún lado, ambos pensaron que estaba durmiendo solo que este había salido a patrullar con Baymax, Miguel fue un completo caballero incluso beso la mano de ella en la puerta despidiéndose.
Cass entro a casa de mucho mejor humor de lo que esperaba tras una cita repuesto, ella miro las fotografías de la escalera y suspiro, tenía una familia sí, pero siempre falto algo, amor nunca le falto y aun que estuvo bien con criar a los hijos de su amado hermano ahora simplemente no era suficiente, Hiro era casi un adulto que pronto volaría en busca de su sueños y con Tadashi ido ella se quedaría sola, Dave le había dado una esperanza, la muestra de lo que se había perdido todos esos años, ella solo deseaba tener su propia felicidad.
A la maña siguiente mientras esperaba paciente el arribo de los clientes un repartido llego a su puerta un repartido con bellas rosas rojas, en ellas una simple tarjeta, una frase que se volvería recurrente.
"Lo lamento con amor Dave"
Y así cada semana como un reloj el ramo de flores fue entregado haciéndola sonreír quien ignoro a su sobrino sospechoso por no saber del hombre, ellos nunca imaginaron que era Miguel quien enviaba esas flores que miraba satisfecho la felicidad de la mujer y sonreía porque de alguna forma esas flores aliviaron poco a poco una culpa que no era suya.
*******************
La mujer suspiro enamorada con el nuevo ramo de flores, rosas rojas con una elegante tarjeta eran las de esa semana, debieron costar una fortuna dado que el invierno ya estaba sintiéndose en el aire, noviembre está terminando y ella no había tenido noticias de Dave si no fuera por sus flores semanales creería que ya no le interesaba, incluso extrañaba que fuera al café a escucharle quejarse.
Tomando una rosa entre sus dedos se le ocurrió una idea, era por la tarde el café está casi vacío, bueno Hiro y sus amigos estaban ahí bebiendo algo, las noticias de la tarde volvían a hablar de los misteriosos héroes y había un grupo de chicas en otra mesa tomando fotografías fortuitas de su apuesto empleado que soñador miraba directamente a Hiro, ella debió saber que Miguel no iba a renunciar fácilmente a esto, pero agradecía realmente lo hacía que este no intentara nada con su pequeño e ilegal sobrinito, pero bueno a que iba con esto, así que ver a Miguel tan soñador le dio una idea.
- Miguel – llamo ella recargándose en la barra de espaldas a un lado - ¿linda vista? – pregunto con una sonrisa.
- Mucho – respondió el soñador congelándose de inmediato al darse cuenta con quien hablaba – quiero decir ejem – tosió levantándose derecho - ¿necesita algo?
- Una canción – dijo ella reprimiendo una risita por su reacción – vamos Miguel siempre cantas cosas hermosas canta algo por favor.
- No traje mi guitarra – se disculpó avergonzado.
- Tu siempre cargas tu guitarra – dijo ella confusa porque si el chico traía casi siempre es cosa en su espalda.
- Sufrió un accidente – hizo un mueca recordando como Dante la había tomado y mordido por que lo ignoro la última vez – la arreglare pronto.
- Bueno canta sin música – ella se encogió de hombros restándole importancia.
- No sé si sea tan bueno entonces – dijo inseguro.
- Oh por favor tienes una buena voz – lo animo empujando su hombro – canta algo.
- ¡Si canta! – dijeron las cuatro chicas al mismo tiempo avergonzadas, al parecer estaban entusiasmadas con la idea de escucharlo cantar.
Miguel suspiro, miro a su jefa, a las chicas que chillaron emocionadas y que ahora que lo pensaba empezaban a ser clientes regulares y luego a Hiro quien apenas si lanzaba miradas en su dirección, sobre todo al escuchar chillar a las chicas, por lo que asintió finalmente, cruzo un brazo entonces sobre su pecho y con una mano en la barbilla pensó en la canción perfecta para el momento, sonrió al encontrarla, por lo que se preparó, abrió la boca para decir algo cuando lo vio.
En la mesa que estaba vigilando todo ese tiempo Karmi estaba riendo una de sus manos se puso en el brazo de Hiro con mucha familiaridad y no hubiera sido tan malo si Hiro no hubiera sonreído a ella, su mano se levantó entonces y con cuidado guardo un mechón de pelo detrás de su oreja, como un amante con cariño, Miguel se congelo entonces, dios había sido tan estúpido, pensar que él tenía una oportunidad, que Hiro podría elegirlo.
Realmente lo pensó, realmente lo creyó posible, lo peor de todo es que incluso cuando Hiro le sonrió como hace unos minutos se dio cuenta que no podía hacerlo, si Hiro Hamada había robado su corazón, estaba muy enamorado de él, pero no era correcto, Hiro no merecía a alguien como Miguel, alguien tan tierno y puro, tan leal y amable, no, el merecía algo mejor, alguien que no fuera una parca, que no tuviera una maldición sobre sus hombros, alguien como Karmi, estaban hechos el uno para el otro, ambos genios y Miguel apenas si podía entender una palabra de lo que decía, ni siquiera podía ganarle en los videojuegos, no, amaba a Hiro pero no podía arrastrarlo con él.
- ¿Miguel? – pregunto su jefa al verlo callado por un buen rato, perdido en sus pensamientos - ¿Miguel estas bien?
- Si – respondió titubeante – estoy bien – sonrió a la mujer mirando a la mesa donde Hiro y todos sus amigos lo miraban impacientes por oírlo cantar, cerrando los ojos entonces respiro hondamente y canto la que sería una última canción para su amor imposible.
"Que seas muy feliz
Estés donde estés, cariño
No importa que ya
No vuelvas jamás, conmigo."
Empezó a cantar suavemente, las chicas sus fans empezaron a gritar como locas, Fred les grito entonces para callarles y Hiro se inclinó un poco más para escucharle mejor confundido por la letra de la canción, la tía Cass también frunció el ceño esto no era lo que esperaba y sin embargo pareció perfecta, pues las rosas en su vitrina le recordaron lo perdida que estaba por esa decepción.
"Deseo mi amor
Que sepas también, que te amo
Que no te olvidé
Que nunca podré, te extraño
Que seas muy feliz
Que encuentres amor, mi vida
Que nunca mi amor
Te digan adiós, un día."
Hiro se enderezo entonces cada vez más confundido, porque Miguel estaba cantando con un sentimiento de dolor que inundaron su canción, Honey estaba tan emocionada e incluso su tía Cass estaba confundida, si Miguel siempre canto canciones alegres y bonitas esta era la primera vez que lo escuchaba cantar algo así por lo que le confundió.
"Perdóname mi amor
Por todo el tiempo que te amé
Te hice daño.
Te amé de más y fue mi error
Que soledad estoy sin ti
Lo estoy pagando."
Miguel se escuchaba dolido, esto era como una despedida, o así lo sintió él y Hiro no estaba seguro porque lo odiaba tanto, si ellos no habían hablado sobre el enamoramiento pero pensó que todo estaba bien ellos volvían como antes del incidente de Tadashi, a bromear y juguetear, a compartir sonrisas cómplices y miradas fugaces, solo que no podía ser lo mismo, Miguel le había confesado sus sentimientos, le entrego su corazón en la mano y él no podía regresar ese afecto.
"Que seas muy feliz
Que seas muy feliz
Mientras que yo
Te sigo amando"
Lanzo una última mirada a Hiro, sonriendo con suavidad, la última confesión de su amor por aquel chico y Hiro comprendido entonces, Miguel Rivera se rendía esta era su despedida, el definitivamente no debió sentirse tan vacío por esto, pero Hiro Hamada no estaba enamorado de Miguel ¿cierto?
¿Cierto?
Deseo mi amor
Que sepas también, que te amo
Que no te olvidé
Que nunca podré, te extraño.
Perdóname mi amor
Por todo el tiempo que te amé
Te hice daño.
***************************
Diciembre llego con un frio invernal que no solo helaba los huesos, al parecer también la calidez de aquel café, Miguel seguía ahí hablando con Hiro, aun bromeaba y servía su café con el estúpido corazón, aun compraba gomitas que dejaba a su alcance y fingía molestarse si este se las quitaba, aun parecía importarle escuchar reír a Hiro.
Solo que no era así, Miguel siguió siendo el mismo de siempre pero algo faltaba, la Tía Cass fue la primera en notarlo, sentir la tristeza detrás de sus palabras, la nostalgia en su mirada cada que Hiro se daba media vuelta luego de una broma, su empleado había perdido una parte de él y lo peor de todo ella no sabía qué hacer.
Fue el tercer día de Diciembre que Miguel le hablo mientras ella terminaba de limpiar una mesa, la primera vez que el chico evito su mirada sin importar como le buscaba.
- Voy a renunciar – había dicho el con voz firme pero callada, el café desierto a esa hora les daba una privacidad – yo esperaba que este fuera mi último día aquí – continuo al obtener un silencio de la mujer.
- ¿Espera? – ella soltó el limpión acercándose al joven - ¿esto es por Hiro? – pregunto con las manos en la cintura, lo único que le faltaba que Miguel fuera tan cobarde para seguir trabajando ahí solo porque fuera rechazado, dios si esto era así entonces ella estaba agradecido de la negativa de su sobrino por que un hombre así no valía la pena.
- No – respondió de inmediato – él no tiene nada que ver – agito la cabeza con fuerza – Hiro no es - se tropezó con sus propias palabras – es mi otro trabajo.
- ¿Cuál otro trabajo? – dijo ella sorprendida – llevas aquí cinco meses Miguel y no sabía de este otro trabajo tuyo - dijo molesta - ¿es por eso que a veces llegas tarde y cansado? – su enojo empezaba a convertirse en asombro – dime que no eres uno de esos superhéroes de la televisión – murmuro entre horrorizada y sorprendida.
- No – finalmente la miro – yo – sonrió con sarcasmo – yo jamás sería un superhéroe – se burló de su propia broma – créame yo no sería de los que salvan vidas – murmuro con una frialdad y amargura que asustó un poco a la mujer – lo siento – se disculpó – mi otro trabajo a veces exige que viaje – se encogió de hombros tratando de restarle importancia – yo voy a salir de la ciudad, probablemente del país.
- Hay dios eres un terrorista por eso la identificación falsa – dijo asustada ahora si ella, Miguel bufo ante eso porque un terrorista sería mucho mejor que su verdadero ser, porque un terrorista podría renunciar, dejarlo todo y quedarse ahí con Hiro incluso si este no lo amaba, pero no, no era un terrorista porque incluso ellos eran dueños de su propia persona y Miguel ni siquiera tenía su alma.
- No soy un terrorista Cassidy – llamo el con tranquilidad – yo no puedo explicarme pero debo irme, creí conveniente avisarle porque ha sido muy buena conmigo – dijo amablemente –sería muy grosero si simplemente desaparezco.
- No eres un terrorista y esto no es por Hiro – dijo ella suavemente - ¿Qué está pasando Miguel? – pregunto entre preocupada y curiosa.
- Nada – negó con la cabeza – eso es lo que pasa nada – dijo con tanta tristeza que todas las dudas de la mujer solo aumentaron, algo pasaba de eso estaba segura pero preguntarle parecía muy doloroso en su lugar palmeo el brazo del joven y asintió.
- Supongo que no hay nada que pueda hacer – dijo ella – más que aceptar tu renuncia pero necesito que vengas temprano mañana- lo cito, Miguel hizo una mueca pensándolo para finalmente asentir su vuelo salía en la mañana pero supuso tenía tiempo para una última visita.
Y el resto del día paso igual, Miguel fue tan amble como siempre tan sonriente y trabajador, trabajó hasta tarde y soporto a Hiro mientras este parloteaba sobre sus cosas científicas algo que realmente la mareaba, incluso se quedó a cenar, ella no dijo nada pero obviamente Hiro no sabía de su partida y al día siguiente cuando Miguel llego temprano al café ella entrego el último pago a su trabajador, el chico trato de negarse diciendo que no era necesario, peo ella lo empujo en su mano y lo amenazó con no servirle una copa de café si regresaba a la ciudad.
Si regresaba, fue una súplica silenciosa para hacerle saber que lo estaban esperando, Miguel asintió cerrando la sudadera roja y aferrándose a su guitarra en la espalda, saco entonces de su bolsillo un celular negro y le pidió de favor entregarlo a Hiro, ella lo tomo y guardo reconociéndolo como el regalo de su sobrino y le dijo adiós.
Cuando Hiro bajo justo media hora después y no vio su café con el corazón grito molesto entrando a la cocina pero al no encontrar a Miguel pregunto a su tía, "se fue" respondió ella, "renuncio esta mañana" Hiro la miro confundida y sacando su teléfono marco el número de Miguel pero el celular sonó en el bolsillo de su tía, quien se lo entrego de inmediato, marco entonces el viejo número, sonó una vez, sonó dos veces, a la tercera la llamada se cortó.
Volvió hacerlo tres veces más, la última vez la mecánica voz de la operadora le indicaba el fuera de servicio de aquel número.
Miguel miro el teléfono en su mano el suyo antiguo y vio la única fotografía que tenia de Hiro, se decían amigos pero realmente no tenían una foto juntos, solo esa una que tomo en un descuido saliendo de su escuela para molestarlo, en aquella época donde apenas empezaban a conocerse, su ceño fruncido lucia tan adorable que no pudo evitar tomar la fotografía, sin embargo este lo noto girando la cabeza el minuto exacto de tomar dicha fotografía, el resultado fue aun mil veces mejor, Hiro miraba a la cámara con una ceja levantada curioso por estar siendo fotografiado y aun que después estuvo avergonzado por ella Miguel la atesoraba, la única foto que paso del nuevo a su viejo celular, esperando en el aeropuerto lo escuchó sonar, Dante a su lado ladro como incitándole a contestar, pero Miguel solo suspiro y deslizo su dedo para colgar, el can bajo las orejas con tristeza, mientras su amigo humano abría su teléfono y sacaba el chip en este, lo apretó entonces entre sus manos y tiro a una papelera, al mismo tiempo llamaron para abordar, Dante se quedó ahí junto a la papelera donde se tiró el viejo número, donde todo contacto con Hiro se destruía.
Miguel abordo el avión con destino a Europa.
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Te amé de más y fue mi error
Que soledad estoy sin ti
Lo estoy pagando.
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- ¿puedo pedirte un favor? – había pedido su jefa.
- Lo que sea para una bella mujer – respondió galante.
- es solo que a veces pienso que maduro muy rápido, que no tuvo tiempo para tu sabes ser un adolecente impulsivo e idiota, dios esto va sonar más patético pero puedes ser su amigo – le pidió mirándolo a los ojos realmente esperanzada.
- ¿amigo? – pregunto tentativo por qué no entendía a lo que se refería, literalmente el chico lo había llamado imbécil y tarado hace no más de cinco minutos.
- Si – suspiro ella – sus amigos mantienen un ojo en él, sé que no debo pedirte esto pero por favor, te eh observado Miguel y eres una persona muy brillante, las personas te aman incluso el viejo Henkis – sonrió con cariño - ese tipo no quiere a nadie, yo solo espero que algo de esa calidez lo cubra un poco.
- ¿Quiere que sea su niñera? – volvió a preguntar solo para estar seguro.
- No, jamás te pediría eso, es demasiado liso como para darse cuenta – dijo con los brazos cruzados porque si Hiro lo descubriría y se molestaría con ella, no esto era mucho más discreto y difícil - solo por favor inténtalo, Hiro necesita amigos, todos los que pueda sobre todo aquellos tan cálidos como tú – y la desesperación en su voz fue tanta que Miguel tuvo que aceptar.
Miguel solo suspiro asintiendo, aceptando hacer ese favor a su jefa sin importar lo sangrón que pareciera su sobrino, en ese momento no pensó que hubiera alguien capaz de poner su mundo de cabeza, en ese momento Miguel no entendió lo importante que Hiro se convertiría.
******
"Que seas muy feliz
Que seas muy feliz
Mientras que yo
Te sigo amando."
Notas:
Y finalmente Tadashi ya no está solito ahora vive con la familia Rivera wiiiii aun así sigue sin querer a Miguel, nadie es lo suficientemente bueno para su hermanito.
No se pierdan las futuras aventuras de Tadashi en el mundo de los muertos latino donde aprenderá que ellos no gritan así se habla o no te escuchan, que la tecnología es una mierda difícil que se arreglar con golpes y lo más importante de todo si vez a tu madre sacarse la chancla no importa cuánto corras te dará con ella, no es maltrato es disciplina.
Lo siento pero no lo siento, el novio de la tía Cass debía morir.
Parece que me contradigo mucho pero recordemos que Hiro es un adolecente y más aún uno que no sabe cómo interactuar con problemas emocionales de su edad, él ha estado viviendo siempre en un mundo de adultos, siendo un genio fue empujado a convertirse en uno y desde entonces todos a su alrededor son mayores que él, esta Karmi sí, pero ella es igual que el con cero habilidades sociales así que realmente no entiende mucho lo que pasa además seamos sinceros quien a sus 16 años entendía algo de lo que pasaba con su vida.
Miguel por otra parte es la primera vez que se enamora como es técnicamente inmortal ha tenido 17 por mucho tiempo, también fue empujado a un mundo de adultos por su
representante y cuándo dejo la música bueno se convirtió en parca un montón de responsabilidades, así que no hubo esta transición vivió sin lazos sociales por sus viajes o esporádicos desapareciendo, los que conocieron su secreto o le temieron o usaron, entonces llega Hiro y lo mira maravillado por lo que puede hacer simplemente se enamora.
Preguntas?
Ideas??
Gomitas??
Canciones?
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