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Capítulo 9

Luego del "incidente Kang", nada sucedió. Bueno nada malo. Porque estaban llenos de trabajo, investigando el perfil del inversionista misterioso y creando diferentes escenarios para ofrecerle. Jungkook, Tae y Yoongi casi no sacaban la vista de sus laptop y cada tarde, se reunían con Seokjin para ver los resultados. A veces se unían Namjoon y Chi Yeol para debatir también otras alternativas. Pero no todo era trabajo.

Cada mañana entraba a la cafetería de la empresa un alegre Seokjin llevando una silla de ruedas con un Jungkook particularmente feliz. Café, chocolate y muffin eran el complemento perfecto para comenzar el día y charlar del trabajo, pero también de otros temas.

—¿Por qué regresaste a Corea? Imagino que en Estados Unidos hubieses tenido muchas ofertas de trabajo.

Jungkook suspiró. Eso era cierto. Antes de graduarse varias compañías le habían ofrecido trabajo. Era un país más abierto y con menos prejuicios hacia los omega. Pero él sentía la necesidad de regresar.

—Extrañaba a mis padres, mi hogar, el idioma. Necesitaba estar aquí. Además...—detuvo su relato, porque no estaba seguro si quería contarle algo así a Seokjin. Seguro que el alfa se iba a burlar de él.

—¿Además...?—lo animó el alfa.

—Se va a reír de mí—el omega bajó su rostro que estaba rojo.

—Kookie, ¿qué te dije del usted?, somos amigos, sólo soy cinco años mayor que tú, no soy un anciano—esto último hizo que se sonrojara todavía más y que le dedicara una sonrisita tímida—¿entonces?

—Mi omega y yo estábamos convencidos que encontraría a mi pareja destinada aquí en Seúl. Sé que es absurdo y que eso casi no se da, pero tenía una convicción tan grande...—. Jungkook no quiso decirle a Seokjin, que esa convicción la sentía especialmente cuando veía una foto suya en algún reportaje.

Seokjin no pudo evitar ponerse rojo. Después de todo, Jungkook había tenido razón y lo había encontrado...y le dolía no poder darle esa alegría. Tenía tanto temor de ser el causante de alguna desgracia para su lindo omega.

—Bueno no me parece absurdo. Todos, de alguna manera, esperamos encontrar a esa persona que se supone está hecha para nosotros. Es una linda ilusión Jungkook.

—Para mi ya no existe. Jamás nos encontraremos. Aún cuando si se cruzara conmigo, no me reconocería. Sin olor, sin omega..., además no lo culparía si me encontrara y me rechazara...

—No digas eso—. Seokjin tomó sus manos, no podía verlo sufrir ni sentirse tan poco valorado—. Estoy seguro que tu pareja te reconocería e intentaría que fueras el omega más feliz de este mundo.

Nuevamente sus miradas se encontraron. Nuevamente hubo fuego en esa mirada. Ambos la veían y ambos callaban. Seokjin sintió el deseo irresistible de besarlo y arriesgar todo. Pero se contuvo. Él quería esperar la visita que le harían a Jimin. Tal vez ahí podría encontrar alguna respuesta, para poder decirle la verdad o tal vez incluso para callarla para siempre.

Y ese día al fin llegó. Era viernes por la tarde y había sido un día muy intenso. Lleno de reuniones, preparación de informes y lidiar con un par de clientes.

Cuando al fin salieron de la oficina, Jungkook no podía ocultar su nerviosismo. Todos los días anteriores había sido el chofer quien lo había llevado y traido, pues Seokjin siempre se quedaba hasta muy tarde trabajando. Por eso cuando sintió los fuertes brazos del alfa rodeando su cuerpo para sentarlo en el asiento del copiloto, no pudo evitar temblar un poco.

—No tengas miedo omega. Este alfa es muy fuerte y no te dejaré caer—Seokjin por primera vez tenía tan cerca el cuerpo de su destinado. Su lobo se había vuelto loco. El aroma tenue del omega se podía sentir con mayor intensidad. Necesitaba correr a su encuentro, buscarlo, despertarlo. El hombre tuvo que hacer uso de todo su autocontrol para mentalmente regañar a su lobo y pedirle que se calmara. Acomodó a Jungkook y le abrochó el cinturón, mientras Jungkook reía por lo que le había dicho. Subió al auto y partieron a la casa de Jimin en busca de respuestas, que esperaba poder encontrar.

Jimin y Tae vivían en un acomodado conjunto habitacional de Hongdae. Se habían mudado, luego del nacimiento de los cachorros. Seokjin estacionó, sacó la silla de ruedas la acomodó al lado del auto y con suma delicadeza tomó al omega una vez más para sentarlo. Empujó la silla hasta la entrada y tocó el timbre. Alfa y omega se miraron al sentir el llanto de los cachorritos.

—¡Al fin llegas hyung! —Jungkook miró hacia arriba y vio a un hermoso omega de cabello rubio que sostenía a uno de los cachorros—¡y tú debes ser Jungkookie!, eres igual a como te describió mi ab...

Seokjin le lanzó una mirada de muerte, que Jimin supo entender de inmediato—como te describió mi Taehyunie. Pasen por favor, los cachorros están llorando porque tienen hambre. Por cierto, soy Park Jimin, mucho gusto.

Jungkook entró y fue de inmediato a una de las sillitas donde estaba uno de los cachorros. De acuerdo a las fotos que Tae le había mostrado, era Hyuna, la única niña de la camada. La tomó en sus brazos envuelta en su pañal y la acunó —hyung toma a Yeon-Jun y acunalo.

—¿Cómo sabes cual es cual?—preguntó incredulo el alfa, al ver como Jungkook los reconocía facilmente.

—He visto tantas fotografías, que puedo identificarlos.

Los cachorros al parecer necesitaban brazos, pues se calmaron inmediatamente, lo que le permitió a Jimin terminar de preparar los biberones. El tercer cachorro, Soobin, se había quedado quieto en su sillita.

Cuando al fin llegó con los biberones, le entregó uno a Seokjin y otro a Jungkook —esto les servirá de entrenamiento para cuando sean padres—.Una vez más logró que el alfa y el omega se pusieran rojos de vergüenza y miraran hacia cualquier lugar.

Después de alimentar a los bebés y ponerlos a dormir, llegó Taehyung con la cena y entre todos ayudaron al dueño de casa a acomodar todo. A Jungkook le agradaba la familiaridad con que se trataban y también como lo hacían con él.

Durante la comida, Jimin se encargó de interrogar al omega sobre su infancia en Busan, reflexionando porqué nunca se habían conocido. Luego lo interrogó acerca de su vida universitaria, sus novios en Estados Unidos, que pusieron muy incómodo a Seokjin, hasta llegar al accidente y las consecuencias de éste.

Jimin se había emocionado bastante con la valentía de Jungkook y con cada palabra que escuchaba se daba cuenta lo perfecto que era para su amigo Seokjin. Sin duda era su alma gemela y él tenía que ayudarlos a estar juntos.

—Kookie, no sé si Tae te lo dijo, pero mi abuela me heredó algunos dones especiales. No puedo prometer que voy a despertar a tu omega, pero tal vez pueda descubrir en que estado está y cómo podemos ayudarlo. Pero necesito que tú estés de acuerdo.

La verdad era que Taehyung no le había dicho nada. Él sólo había ido a conocer a los cachorros y al omega de su compañero. Era una oportunidad para averiguar el real estado de su lobo. Así es que no tuvo que pensarlo demasiado para aceptar.

—¿Alguna vez cambiaste? —preguntó Jimin.

—Sólo de niño. Mi lobo es blanco. Luego no lo hice más. Menos aún en Estados Unidos, donde "cambiar" era visto como algo muy primitivo. Luego del accidente fue imposible. Sé que mi omega me salvó la vida, pero se esforzó tanto que ya no despertó.

Jimin sonrió. Ya se imaginaba que el omega sería blanco, si Jin era negro.

—Yo soy de color caramelo y mi Tae marrón. En cambio Jinnie es un gran lobo negro. Sé que lo sientes dormido, entonces vamos a intentar ver a tu lobo de otra manera. Mi abuela me enseñó algunas cosas. Eso me permite sanar las migrañas de Tae y calmar a mis cachorritos. Ahora voy a intentar ayudarte y deberás confiar en mi—. Jungkook asintió.

—Jinnie quiero que recuestes a Kookie en el sofá—Seokjin lo tomó cuidadosamente y lo acomodó.

—Cierra tus ojos. Es probable que te duermas. No te asustes. Estaremos aquí—.Jungkook estaba nervioso. No sabía que iba a suceder.

Jimin se acercó al omega y tomó sus manos. Al igual que con Jin sólo veía una nebulosa. Seguramente era porque el omega no estaba despierto. Comenzó a concentrarse y le pidió a Jungkook que recordara y se concentrara en su lobo blanco.

Jungkook cerró sus ojos y su mente viajó a su infancia y se vio corriendo en un bosque. Solía ir a ese lugar para jugar en los árboles y dejar libre a su omega. Jimin se concentró todavía más. Seokjin sentía que su corazón saldría ante la incertidumbre de lo que ocurriría.

Jungkook sintió un estremecimiento y sintió que su cuerpo caía hacia un precipicio y se durmió. En ese instante apareció. En medio de la sala un haz de luz iluminó todo. Y un lobo blanco apareció. Jimin entonces les explicó a unos asombrados alfas que era una proyección del subconsciente de Jungkook. Pero era real.

La emoción embargó a Seokjin. El pequeño lobo blanco estaba dormido sobre el suelo y tenía sus patas heridas. Eso lo alarmó y lo devastó.

—Seokjin, ven a mi lado—lo llamó Jimin—toma mi mano y cierra tus ojos. Concéntrate en tu alfa. No necesito que cambies sólo que intentes proyectar a tu lobo.

Jin siguió las instrucciones de Jimin y pronto su lobo negro apareció al lado del pequeño omega blanco.

—Suéltalo Jinnie. Deja a tu alfa libre—Seokjin abrió sus ojos y miraba como su lobo comenzaba a olfatear al omega. El alfa negro comenzó a lloriquear alrededor de él, al no poder despertarlo. Lamió su hocico, su nariz y sus ojos, pero el lobito no respondía. Lleno de dolor, se acercó a las patas traseras heridas y comenzó a lamerlas. Él quería curarlo, quería que su pequeño omega no sufriera. Sus heridas eran pequeñas llagas, que necesitaban ser curadas. Con desesperación siguió lamiendo. Con asombro, Seokjin se dio cuenta que una de las heridas comenzaba a cerrarse y cicatrizar. Al parecer su lobo estaba haciendo un buen trabajo. Aunque jadeaba por la sed y el cansancio que comenzaba a sentir.

—Jinnie, has que tu lobo regrese. Es suficiente por hoy. Ya tenemos parte de las respuestas que buscábamos.

—¡No! —dijo Jin—todavia podemos curarlo.

—Será un largo trabajo Seokjin. Jungkookie comienza a inquietarse. Trae a tu lobo devuelta.

Efectivamente Jungkook estaba agitado y una pequeña gotita de sudor asomaba en su frente. Seokjin obedeció y trajo a su lobo de vuelta. Antes de marcharse, el gran lobo negro lamió la oreja del omega, para despedirse. El lobo negro despareció y Seokjin comenzó a llorar desconsoladamente. Taehyung intentó contenerlo, pero la experiencia había sido demasiado fuerte y era difícil calmarlo.

En ese instante, Jungkook despertó. Abrió sus ojos asustado, intentando recordar donde estaba. Seokjin rápidamente secó sus lágrimas pues no quería que lo viera así.

Jimin acarició la frente del omega con suavidad.

—Tranquilo Kookie, todo está bien—Tae lo ayudó a sentarse en el sofá.

—¡Un lobo negro, yo lo vi! Había un lobo negro junto a mi. ¡Él quería sanarme! Sentía su amor, sus caricias. Ese lobo era mi pareja destinada. ¡Lo pude sentir!

—Jungkook... —Jimin iba a decirle que sólo lo había imaginado así...

—Jimin... Yo lo vi... —de pronto vio a Jin que permanecía en silencio en la habitación.

—Jimin dijo que tu lobo era negro. ¿Eras tu verdad? —dos lágrimas comenzaron a caer por las mejillas de Jungkook.

—Dime que eras tú por favor... Dime que tu eres mi pareja destinada.

Seokjin comenzó a llorar, fue hasta el sofá donde Jungkook permanecía sentado, lo rodeo con sus brazos y murmuró.

—Si mi amor... Yo soy tu pareja destinada...

Jungkook se echó en sus brazos y comenzó a llorar hundiendo su rostro en el cuello del alfa...Su alfa.

Seokjin también lloraba, porque luego de todos esos años de dolor, de tortura, al fin podía sentir en sus brazos al dulce omega que siempre había añorado.

Jimin y Tae no pudieron evitar soltar unas lágrimas también. No sabían todavía que traería esta revelación, pero nada podía en ese momento borrar aquel encuentro mágico de dos almas destinadas. 

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