Capítulo 6
Seokjin llegó a su enorme y frío departamento. Tiró las llaves del auto y se desplomó en el sofá. Un solo pensamiento ocupaba su mente. Jeon Jungkook, su pareja destinada. Cerró sus ojos y pensó en el omega.
Recordó cada detalle de su rostro, sus ojos grandes y oscuros, su rostro afilado y bien definido. Sus labios y sus lunares. La pequeña cicatriz en su rostro, tal vez producto del accidente. Pero lo que más recordaba era su sonrisa. Porque Jungkook sonreía con todo su rostro. Sus ojos se hacían más pequeños y formaban pequeñas arrugas a su alrededor.
Tenía una risa peculiar, mostrando sus dientes que lo hacían parecer un conejo. Abrió los ojos asustado. ¡Había guardado cada detalle del omega! Eso debía ser culpa de su alfa, que al sentir el aroma del omega había enloquecido y había querido ir tras el lobo. Esto tenía a su parte animal un poco desanimada. Tal vez porque el omega no había respondido con la misma euforia. Era obvio, estaba enfermo. Eso recordaba que le había dicho su hermano Namjoon. Sin embargo la parte humana de Jungkook estaba viva. El omega a pesar de su condición derrochaba entusiasmo y energía y eso lo había contagiado. Se sentía motivado para ir tras nuevos negocios y ampliar su horizonte. ¿Cómo era posible que en sólo unas horas de compartir con él, todo parecía tener un brillo diferente? ¿De verdad tan importante era tener a tu pareja destinada?
Sabía la respuesta. Taehyung, Namjoon, sus padres, todos tenían a su pareja destinada y su vínculo era muy fuerte. Él quería lo mismo. Su lobo ya estaba inquieto por no tener el aroma de Jungkook. Seokjin necesitaba calmarlo. Luego de darse un baño, salió hacia la casa de Jimin y Tae. Necesitaba un poco de ayuda.
Cuando llegó al departamento de la pareja, Jimin ya lo esperaba. Al menos los tres pequeños cachorros ya estaban dormidos y ellos podrían hablar tranquilos. Cuando el omega vio al alfa frente a él con sus ojos rojos, lo abrazó. Ahí en la intimidad de su hogar, nadie cuestionaría esa muestra de afecto. Además a Jimin siempre le había parecido absurda la actitud que había tomado su amigo, respecto a alejarse de cualquier omega y mostrarse como un engreído alfa.
—Te dije hyung, el destino es inevitable. Algún día tu omega aparecería en tu vida y nada de lo que hicieras podría cambiar eso.
Taehyung ya había puesto al tanto a su esposo de lo acontecido y Jimin se había angustiado mucho al imaginar a su amigo de la infancia sufriendo toda clase de malos pensamientos acerca de su omega.
—Cuéntame cómo es...Taehyung me dijo que está invalido, pero que a pesar de eso tiene un excelente ánimo.
—Es un omega precioso. Tal como tu abuela lo describió. Sus ojos grandes, oscuros me miran y me dicen tantas cosas...su rostro afilado, pero infantil. Su pelo, sus manos, sus labios. En cuanto llegó a la oficina, sentí su aroma, flores de cerezo...es suave y embriagante. Inteligente...lo amé con sólo sentirlo...está inválido Minnie, ¡inválido!, mi pobre omega...no podía alejarlo...quiero cuidarlo, llenarlo de amor...y no puedo, no puedo—no aguantó y rompió en llanto, toda esa imagen fría dura, era traspasada por el dolor, por la angustia. Jimin y Tae sentían sus corazones apretados, no querían verlo así.
—Escucha Jin, tal vez lo que la abuela vio fue su accidente y ahora sea el momento en que tú lo ayudes y lo cuides.
—No Jimin, sabes que tu abuela fue clara: si yo lo hacía mi pareja él estaría en peligro. No lo voy a permitir. Mi omega ya ha sufrido suficiente y no lo voy a exponer a más dolor. ¿Podríamos una vez más...?
Jimin tomó las manos de Seokjin. Al morir su abuela, ésta le había traspasado su habilidad, sin embargo, él se negaba a usarlo. Hacía años, había tomado las manos de Seokjin con la esperanza de ver algo distinto, pero seguía viendo peligro en la unión de los lobos. Ahora se concentró e intentó sentir la esencia del lobo de Seokjin. El alfa estaba inquieto. Lloriqueaba un poco e intentaba olfatear, buscando el dulce aroma de su omega.
La visión esta vez de Jimin, fue diferente. Ahora veía sombras en las que no podía distinguir la figura del omega destinado de Seokjin. No sabía que podía significar.
—Necesito ver a Jungkook. Deben traerlo, tal vez si tomo sus manos, podamos saber algo más. No le diremos que puedo ver a su pareja destinada. Sólo que intentaré ver su lobo. Quizá así descubramos algo más. En ti solo veo sombras, tal vez porque ya encontraste tu pareja. No lo sé. Cuando tomo las manos de Taehyung puedo ver su lobo, junto al mío. Es esencial ver a Jungkook.
Tae y Seokjin se miraron. Tendrían que pensar en una idea para llevar al recién llegado omega. Taehyung prometió estrechar su amistad. No sería difícil. Jungkook era muy agradable y enseguida sintió simpatía por él.
Así podría tener la excusa para invitarlo a su casa.
—Seokjin...sé lo que has hecho todos estos años. Huir de tu destino, pero ya vez que no es posible. Tu pareja llegó de la mano de tu hermano, sin que tú pudieras hacer nada. Deja de atormentarte ya. Y deja de comportarte como un alfa tonto. Ya no es necesario.
—No...yo seguiré actuando este papel. Es la única forma que podré mantener lejos de mí a Jungkook. Prefiero que me deteste, así no sufrirá por no estar conmigo. Al menos su lobo no me reconoció.
—Estoy seguro que al verte no le fuiste indiferente. Es verdad que son los lobos los que se reconocen, pero nuestra parte humana también de alguna manera se conecta.
Seokjin esperaba que Jimin estuviera equivocado y de no ser así, él se encargaría de mantener a Jungkook lejos. Él no lo iba a arriesgar.
Salió de la casa de sus amigos, con un hondo pesar. Desde que era un niño había soñado con encontrar a su pareja. Siempre se imaginó a un omega dulce y cariñoso, a quien él amaría profundamente. Lo cuidaría como su más precioso tesoro. Bueno ahora lo tenía, pero no podía darle su amor. Pero si lo cuidaría y lo ayudaría todo lo que pudiera.
Mientras en otro sector de la ciudad, Jungkook estaba confundido. Había sido un día tan extraño. Por una parte estaba feliz con su trabajo.
Taehyung era un alfa amable y considerado y lo había puesto al tanto de todo lo que debía saber. La mayoría de las personas ahí lo habían tratado bien. A excepción de algunos alfas que trabajaban con Seokjin, especialmente el tal Yoongi, que realmente era desagradable. Pero en lo demás había sido un día perfecto. O casi. Y ahí estaba su confusión.
Porque su jefe Kim Seokjin lo intrigaba de gran manera. Si bien su trato hacia él era frío, distante, había algo en su mirada que de alguna manera lo llenaba de calidez. Era en estos momentos cuando Jungkook deseaba que su omega estuviera despierto, pues sabía que le podría ayudar a descifrar lo que le pasaba con ese alfa. No podía negar que le atraía de enorme manera. Era un hombre inmensamente atractivo, inteligente y fuerte. Pero obviamente se negaba a tener esos pensamientos. No tenía ninguna posibilidad con él. Un alfa heterosexual y que pensaba que los omegas eran seres inferiores. Y él era homosexual, omega e invalido.
Negó con su cabeza y no pudo evitar sentir amargura. Tanta que sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas. Era absurdo, él debía estar feliz y no sentir ese vacío que hacía que su corazón doliera.
A la mañana siguiente ya estaba instalado en su nuevo escritorio, al lado del de Taehyung. Era bastante cómodo. Tenía todo lo necesario para trabajar. Se sentía feliz. Su compañero llegaba en ese instante.
—¡llegaste temprano Jungkook!, me alegro tanto saber que ahora tendré tu ayuda.
—Gracias hyung. Estaba tan emocionado por empezar que preferí venirme un poco antes.
La oficina poco a poco se iba llenando de gente. Llegó la secretaria de Seokjin quien saludó a ambos muchachos de manera amable. Luego Namjoon también se acercó para saludarlo y presentarle a Jung Chi Yeol.
—Mi asistente, novio y alma gemela—Chi Yeol se ruborizó frente a las palabras de Namjoon.
—No hagas caso a las tonterías que dice mi jefe. Porque aquí es mi jefe y punto. Me alegra saber que ahora habrá un omega de este lado...no somos muchos aquí, ya sabes...por tu jefe...por Seokjin.
—¿Algo que decirme señor Jung?—Seokjin hablaba con una poderosa voz. Todos se dieron vuelta a mirarlo y Jungkook sintió como su corazón dio un tremendo brinco al sentirlo.
—Al menos deberías decir buenos días ¿no crees?, Chi Yeol es tu cuñado—Namjoon se ponía delante del alfa, antes que intentara decirle algo desagradable a su novio.
—En esta oficina es el señor Jung, tu asistente. Y te recuerdo hermano que hace cinco minutos comenzó el horario laboral, así es que será mejor que dejes trabajar a mis asistentes.
Namjoon rodó los ojos y sonrió, ahí estaba el antipático de su hermano, con su carácter de mierda.
Para no causar más problemas se despidió y partió rumbo a su oficina.
—Los quiero a ambos en mi oficina —dijo Seokjin apenas mirándolos. Tae estuvo a punto de decirle algo, pero luego se arrepintió.
Taehyung sabía que para Seokjin era difícil estar al lado de su omega. Incluso podía sentir la hostilidad que el lobo desprendía frente a su cercanía con Jungkook. También sabía que su amigo estaba haciendo todo lo posible por controlarlo. Además él tenía el olor de Jimin y de sus cachorros, por lo que el lobo negro debía calmarse. La posesividad hacia el omega era evidente aunque no estaba seguro si éste la podía percibir.
—No quiero que uses tu horario laboral para tu vida social—miró directamente al omega.
—Fue Namjoon el que se acercó hyung. No debes llamarle la atención. Jungkook llegó antes del horario de entrada y ya estábamos trabajando
cuando tu hermano y luego tu llegaron —Taehyung había abierto más de lo habitual sus ojos, molesto por la actitud del alfa.
—Sólo quiero que a ambos les quede claro, que la vida social se hace fuera del horario de oficina.
—Lo tengo claro señor y le pido disculpas si de algún modo lo molesté — Seokjin sentía como su corazón se rompía. Su omega era dulce y respetuoso, a pesar que no había hecho nada malo. Odiaba tener que tratarlo así, odiaba tener que ser frío con Jungkook, más aún cuando sus ojos preciosos lo miraban un poco asustados.
—No te preocupes. Lo entiendo, es tu primer día. Vamos a trabajar, hay mucho que hacer hoy—Jungkook lo miró y sonrió y eso terminó por romper un poquito más su corazón.
Luego de dos horas de intenso trabajo, Seokjin se dio cuenta que trabajar junto a su omega era lo mejor que le podría haber pasado en la vida. Era extremadamente inteligente, astuto y parecía que leyera su mente. Su olor además, le transmitía mucha paz y tranquilidad. Lo único que lo molestaba era su lobo que insistía en oler buscando al lobo de Jungkook.
—¿Qué le pasó a tu omega? —preguntó de pronto Seokjin, cuando los tres trabajaban en silencio.
Jungkook se sorprendió un poco por la pregunta, pero se sintió emocionado al saber que el alfa se interesaba en él.
—Luego del accidente, mi omega se durmió. Respira y está vivo, pero es como si estuviera en estado de coma... Nadie sabe por qué. Yo debí morir en ese accidente, pero una fuerza poderosa me salvó. Al parecer mi lobo usó toda su energía para salvarme y ahora está así. Junto con eso mi olor se fue...A muchos les sorprende que yo siga vivo, si mi lobo no está bien... Pero yo vivo por los dos... No me rindo por nada, ni siquiera por estar inválido.
Seokjin lo miraba maravillado. Su destinado tenía una gran fuerza interior. Y eso lo hacía sentirse aún más enamorado de él.
—Eres valiente Jungkook. Te felicito—. Y no pudo evitar sonreírle y poner su mano sobre la suya.
Jungkook sintió su corazón que iba a salir y percibió a su lobo moverse sutilmente. Le sonrió al alfa y sacó su mano.
Taehyung pensó que sería muy difícil para Seokjin poder ocultar por mucho tiempo sus sentimientos. Tosió para sacar a la pareja de su mundo y Seokjin se percató de lo que había hecho. Retiró la vista de Jungkook y comenzó a hablar de la agenda del día.
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