Busán, 10 años atrás

Jimin corría a través del bosque convertido en un hermoso lobo color caramelo. Amaba esa libertad. Sabía que para las nuevas generaciones, dejar salir su lado animal no estaba de moda. "Era salvaje y antiguo", pero él y su mejor amigo lo disfrutaban totalmente. Seguía corriendo, cuando lo sintió. El lobo negro se lanzó encima de él y comenzó a lamerlo. Se retorcía en el suelo. Ya no aguantó y le pidió a Seokjin volver a su forma humana. Ambos lo hicieron. Estaban desnudos, pero no les importaba. Ambos iban contra todos los prejuicios sociales. Un alfa y un omega amigos, que se conocían perfectamente, que no sentían vergüenza de ver sus cuerpos desnudos. Corrieron al lago y se metieron al agua. Estaba fría, pero aun así, la disfrutaron.

—¡Vamos Hyung, dime que sí!, no voy a hacer esto solo.

—Jiminie, ya te dije que tu abuela me da miedo. No quiero saber cosas de mi futuro.

—¿No quieres saber si conocerás al hermoso omega con el que sueñas todos los días?

—¿y si me dice que mi destino es una omega o una beta? No, prefiero no saber...

—Por favor...yo si quiero saber, pero no lo haré solo...

La discusión continuó aun después que salieron del agua y se vistieron. La abuela de Jimin era una anciana especial. Tenía una especie de don.

Podía ver o visualizar las parejas destinadas tanto de alfas como de omegas. El único requisito era que su lobo ya estuviera definido. Jimin con 15 años era un lindo omega y ahora al estar de visita su abuela, sentía mucha curiosidad por saber cómo sería su pareja destinada. Pero no quería sin su hermano Seokjin. Éste en cambio estaba reacio. Soñaba con encontrar un hermoso omega que lo hiciera feliz. Alguien con quien compartir su vida, sus logros. Pero temía que le dijeran otra cosa. A pesar de eso, Jimin fue lo suficientemente convincente y ahora se encaminaban hacia la casa del omega, para ver a la dichosa anciana.

Entraron en la casa y la abuela alfa de Jimin estaba sentada en una mecedora. Cuando vio a su nieto y a su mejor amigo, no tuvo dudas de saber a lo que venían.

—¿Quién quiere ser primero?

—Yo seré abuela—Jimin se sentó frente a la anciana y ella tomó su mano.

—Hijos escuchen, yo no les puedo decir cómo se llama o en qué momento encontrarán a su mate. Sólo los puedo ver y les daré una descripción de él o ella. También pueda que vea algún hecho relacionado con su pareja destinada. Pero deben tener claro, que la vida tiene múltiples giros y no todo podría salir tal y como yo lo vea. ¿Están claros?—ambos asintieron.

La abuela tomó entonces ambas manos de su nieto y le pidió que cerrara sus ojos. Ella también lo hizo y de pronto su rostro quedó sin expresión.

Seokjin la miraba un poco asustado.

—Park Jimin, tu pareja destinada es un bello alfa—Jimin no pudo dejar de sonreír—es alto, tiene el cabello rubio, piel mate, sus ojos son grandes y profundos. Es un alfa callado, pero inteligente y sensible. ¡Un artista! Y Tiene una hermosa sonrisa cuadrada.

Jimin iba a abrir los ojos y soltar las manos de su abuela. Ya estaba satisfecho y feliz, cuando ella lo apretó un poco más y pudo notar como su rostro se contrajo.

—¡oh hijito!, tendrás que tener mucho cuidado cuando tengas a tus bebés. ¡Tendrás complicaciones durante tu embarazo!

De pronto la anciana lo soltó y Jimin quedó un poco preocupado. ¿Cómo que tendría complicaciones?

—Eso que dijiste abuela...

—Lo siento Minnie...sólo lo visualicé. Ya les dije a veces sucede. Pero no debes temer. Estoy segura que cuando llegue el momento todo saldrá bien—Jimin sonrió y miró a Seokjin, que cada vez se convencía más de no querer que esa anciana tomara sus manos. Pero su amigo lo miraba expectante.

Seokjin se acercó a la anciana, quien le sonrió y tomó sus manos.

—Mi querido niño, tu pareja destinada será un hermoso joven omega. Será un chico fuerte, inteligente, muy atlético. Con unos bellos ojos oscuros, un lunar debajo de su labio, un rostro varonil y a la vez de niño. Su mirada te va a cautivar—Seokjin estaba feliz. Eso era todo lo que quería escuchar. Un omega...un lindo omega era su pareja destinada...ahora sólo debía esperar.

Pero la anciana una vez más sujetó sus manos y su rostro también se contrajo.

—Tu omega..., veo que una sombra oscura lo acecha...estará en peligro de muerte...si su unión se concreta...él...podría morir...

Seokjin no entendía bien a lo que se refería la anciana. Ésta soltó sus manos y abrió sus ojos.

—Jinnie, hijito lo que vi...nunca lo había visto antes. No entiendo. Se supone que las almas gemelas están destinadas a estar juntas. Pero en tu caso...lo que pude ver fue peligro alrededor de ustedes. Si se enamoran...tu omega podría morir...no puedo ver las razones...lo siento tanto...jamás me había sucedido esto...no debí hacerlo...

La mujer salió de la habitación dejando a los dos amigos profundamente acongojados y tristes. Esa noche los padres de Jimin y los padres de Seokjin se reunieron y hablaron con la anciana, para que les explicara de mejor manera lo que había visto, pero ella no pudo ver más...sólo eran sombras...sombras sobre el futuro de Seokjin y su pareja.

Sus padres trataron de tranquilizarlo...tal vez sólo eran tonterías...aunque esa mujer había acertado en cada descripción que en el pasado había hecho.

Esa noche Seokjin lloró en brazos de sus padres y también en los de Jimin. Les pidió que no le dijeran nada a su hermano Namjoon, pues no quería preocuparlo. Él tomaría una decisión. No dejaría que ningún omega se le acercara. No quería poner en peligro a su pareja destinada. No lo permitiría. No dejaría que por su culpa muriera.

El tiempo pasó y con los años los padres de Jin fueron viendo como su hijo se volvía un alfa frío y desagradable con los omegas. Por más que trataron de que cambiara no lo lograron y dejaron de entrometerse. Se enfocaron en presentarle lindas omegas y betas, que él rechazaba una y otra vez.

Cuando entró a la universidad un año después y conoció a Kim Taehyung, supo que la abuela de Jimin no se equivocaba. Más todavía cuando le presentó a su dulce amigo omega Park Jimin. Ambos lobos conectaron en seguida y Jimin supo, al mirar esos inmensos ojos y esa hermosa sonrisa cuadrada que ese alfa rubio era su pareja destinada.

Seokjin seguía huyendo de cualquier omega que quisiera acercársele. Tuviera o no las características físicas que la señora Park había descrito. Se podía decir que cayó en una especie de paranoia, que lo llevó a una autodestrucción. El antiguo Seokjin que no le importaba tener como mejor amigo a un omega, era ahora un sombrío alfa, rodeado de otros alfas que pensaban que eran una casta superior. Poco a poco se fue alejando de Tae y Jimin. Conoció a Yoongi y se aferró a él, como un salvavidas para borrar completamente el Kim Seokjin que alguna vez hubiera existido.

A sus diecinueve años se olvidó de amar, de sentir y de ser feliz. Sus estudios se convirtieron en su prioridad. Sólo a veces, en la intimidad de su dormitorio se permitía soñar con aquel omega que le había descrito la abuela de Jimin.

Tiempo Actual

Ya no podía seguir dilatando su encuentro con Jungkook. Ese chico estaba ahí afuera esperando por él...ese hermoso chico que olía maravillosamente bien...de pronto se dio cuenta que era el único que podía sentir su olor. ¡Eso reafirmaba todavía más su conexión! Ese omega inteligente, de alegre sonrisa, que logró sacudir intensamente a su lobo. Y que lo llamaba a protegerlo y cuidarlo.

Seokjin no era un mal hombre, sólo era un buen hombre que había sufrido con una predicción que a todas luces parecía ser cierta, más aún cuando Jimin casi muere en su reciente parto. Por eso no sabía qué hacer. Debía dejar ir al omega, pero sabía que si él no le daba el trabajo, nadie lo haría. Podría dejar que Namjoon se lo llevara, pero su alfa gruñía cada vez que lo pensaba y lo hacía sentir realmente incómodo.

No, él debería tenerlo cerca. No lo podría nunca hacer su pareja, pero si lo cuidaría. No lo podía dejar a la deriva. Debía ayudarlo, de alguna manera...

Decidido, salió del baño encontrándose con la mirada asustada y a la vez más dulce que había visto en su vida. Jungkook lo miraba expectante, a la espera de lo que el alfa tendría que decirle.