Capítulo 28
Chi Yeol no sabía cuántas horas habían transcurrido, pero comenzaba a sentir nauseas, porque no había comido nada. No dejaba de llorar y llamar a su alfa, aunque sabía que era inutil, pues el lazo estaba cortado por esa droga que le habían puesto. Estaba solo en esa habitación, cuando la puerta se abrió y vio a Hoseok.
—Te traje algo de comida. Debes alimentarte, necesito que estés fuerte y debes pensar en tu bebé. No te preocupes, mi madre preparó la comida, no tiene nada extraño.
Chi Yeol se sentó en la cama y recibió la bandeja que el omega le había traido. La comida se veía bien y tenía hambre, pero era como si su cuerpo se resistiera a comer. Sin embargo Hoseok tenía razón. Él debía estar fuerte y alimentarse para su bebé. Comió arroz y un poco de carne. Suficiente para que su cuerpo no reclamara.
—Ellos están ocupados ahora, por eso aproveché de traerte esta comida. Los escuché hablando. No pudieron secuestrar a Jungkook y al parecer perdieron algunos hombres. Gabrielle y Heung-Min discutían muy acaloradamente.
Chi Yeol respiró un poco más aliviado. Al menos Jungkook estaba bien. Y eso lo reconfortaba. Sabía que hubiera sido muy difícil para el joven omega si hubiese llegado ahí, dada su condición.
Mientras, en la casa principal del centro de seguridad donde estaban concentrados los Kang y los hombres de Luang, se escuchaban los gritos que iban y venían. Gabrielle no se convencía de la inoperancia de los hombres que había contratado para atrapar a un omega inválido y embarazado. Encima habían perdido dos hombres y los otros dos ni siquiera sabían donde estaban. Si caían en manos de la policía todo su plan estaría arruinado. La mujer rugía de furia y el mismismo Luang estaba asustado frente a ella. Él, un mercenario que no temía a nada ni nadie, no podía negar, que el aura de maldad de la mujer ponía absolutamente a su lobo con la cola entre las piernas.
Gabrielle, entendió entonces, que debía apresurarse. Sabía ya, que Jungkook estaba en la clínica custodiado por policias y guardias, por lo que sería imposible y arriesgado intentar un nuevo secuestro. Tenía que confiar por lo tanto en que Seokjin, sería fiel a su hermano y a su manada y que cedería frente a sus peticiones a cambio de la vida de su cuñado. Decidió que al día siguiente se contactaría con los Kim para iniciar la segunda parte de su plan.
Fue una larga noche para todos. Jimin ya había acostado a sus hijos en una improvisada cama en la casa de Namjoon. Decidieron quedarse todos ahí. Era más seguro. Ahora tenía tomadas las manos del alfa, intentando ver algo, ya que el lazo no funcionaba. Por un momento logró visualizar al omega en una cama, llorando. Intentó hablarle, pero no logró comunicarse con él.
—Él está vivo. Lo pude ver brevemente. Pero no lo suficiente para saber que lugar es—Namjoon se levantó, su lobo estaba alterado, quería salir y tal vez él no lo detendría—.Si debo recorrer todo Corea para encontrarlo lo haré.
—Namjoon, debemos esperar. Estoy seguro que los Kang se comunicarán con nosotros. Ellos quieren algo, eso es evidente. Una vez que lo sepamos, podremos actuar.
Su padre tenía razón, pero para él era dificil pensar y mantener la calma. Además estaba muy angustiado por su hermano, al que ni siquiera había podido ver. El feliz acontecimiento que tanto habían esperado, el nacimiento de su sobrina, había sido en medio de dolor y sufrimiento.
Mientras, Seokjin miraba por el vidrio de la Unidad de cuidados intensivos a su pequeña cachorra. Ella estaba con una sonda en su nariz que la ayuda a respirar, pues sus pulmones no estaban formados. Además de sondas, aparatos conectados. No pudo evitar llorar pegado a ese vidrio. Todo era tan injusto, tan devastador. Justo cuando pensaba que podría ser feliz con su amado omega, sucedía esto. Su pequeña Hope, intentando vivir, dando una batalla que él no podía evitarle. El lobo negro lloraba también y quería ir en busca de la pequeñita. Además estaba inquieto por su omega. Su lobo blanco lo llamaba, pues se sentía desamparado.
Luego que el médico le asegurara que la pequeña estaba recibiendo el tratamiento más moderno y que estaban todos los medios disponibles para ella, la dejó para ir con Jungkook.
Entró a la habitación, donde ya estaba recuperándose de la operación. Los padres de Jungkook estaban con él. Al ver al alfa dejaron la habitación. El omega estaba con los ojos cerrados, intentando contener las lágrimas, pero al sentir el aroma de su alfa los abrió. No quería que su alfa se preocupara por él. Debían concentrarse en su pequeña y en recuperar a Chi Yeol.
—¿Cómo te sientes? ¿necesitas algo?—Jin depositaba un beso en los labios agrietados y rotos de su omega.
—Estoy cansado y triste. Dime, ¿pudiste ver a nuestra hija? ¿Qué te dijo el médico? ¿Ella estará bien?
—Jungkook...debes calmarte. Si la vi...es hermosa a pesar de lo pequeñita que es. Sólo debemos esperar. Ella está recibiendo ayuda para respirar y está aislada. Todo en ella es delicado...su cuerpecito no alcanzó a formarse bien. Su piel es casi transparente...sus pulmones inmaduros...—el alfa no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas—pero el médico dice que debemos esperar. Que muchos bebés lo logran...y estoy seguro que Hope lo hará. Tiene dos papás fuertes que la aman y la esperarán todo el tiempo necesario...
—Jinnie...no llores...lo siento tanto...tenía miedo de no ser un buen padre y ni siquiera fui capaz de retener a mi pequeña...jamás podré ser el hombre y lobo que necesitas.
—¡No digas eso! ¡Yo te amo! Eres mi omega, mi destino. Esto no es tu culpa. Fue obra de los Kang. Estoy seguro. Ellos se llevaron a Chi y querían llevarte a ti. No sé que habría hecho si en en verdad lo hubieran logrado. Tú eres mi vida Jungkook, lo sabes y ahora está ella...nuestra Hope.
—Gracias por escoger ese nombre...yo también te amo, ¡no sabes cuánto! —Jungkook abrazó a Jin que puso su cabeza sobre el pecho de su omega. Los lobos, blanco y negro también estaban juntos consolandose.
Esa noche, Jin se quedó en la clínica. Los padres de Jungkook volvieron a la casa de Nam, para volver temprano al día siguiente.
Nadie durmió demasiado.
Al día siguiente, Gabrielle fue personalmente a comprobar el estado de Chi Yeol. Como su plan había fracasado en parte, necesitaba asegurarse que estuviera bien o no tendría nada para negociar.
Hoseok sabía perfectamente eso, por eso le había pedido a Chi Yeol la noche anterior, que finjiera que no se sentía bien. Él tenía un plan.
Por eso, cuando la alfa entró y vio al omega quejandose en la cama, interrogó con la mirada a Hoseok.
—Iba a ir a avisarle en este momento. Chi Yeol está enfermo. Tiene algo extraño en la sangre...según me dijo y debe tomar una medicina. Tendremos que ir a comprarla.
Gabrielle no lo podía creer. Con todos los problemas que tenía y ahora el omega era defectuoso. Encima ella no sabía nada de omegas varones y sus cosas raras.
Hoseok le explicó que la medicina sólo la podían comprar omegas y que el amablemente podía ir.
—Jennie puede cuidar al omega en mi ausencia...
Gabrielle llamó a Luang y le explicó la situación. El alfa tampoco sabía nada de las cosas de omega, así que no tuvo más alternativa que aceptar.
—Pero iras solo. No tengo personal para acompañarte. No confío en ti, pero más te vale no hacer ningún truco sucio o tu madre pagará.
El omega tragó saliva. Era un tremendo riesgo. Acababa de inventar una gran mentira y Chi Yeol lo estaba haciendo muy bien, al fingir un dolor que no existía.
Sin decir más, se preparó para salir. Le permitieron ir en una camioneta para que fuera rápido. Se preparó y sólo le advirtió a su madre y a Jennie de sus planes. Él intentaría buscar a Yoongi.
En la clínica, Seokjin ya estaba pegado al vidrio de la UCI donde su pequeña luchaba por su vida. Jungkook seguía dormido producto de los sedantes que le habían dado y sus padres lo cuidaban. Su lobo aullaba de dolor al ver a la pequeñita conectada a cables y mangueras. El médico lo había tranquilizado, indicándole que la pequeña estaba estable y que recibía alimentación por medio de una sonda y que hasta el momento la había tolerado muy bien.
Con esas noticias, fue a ver a su omega, quien ya había despertado y lo estaba llamando por medio del lazo. Lo llenó de besos, quería impregnarlo con su aroma y también él impregnarse del dulce aroma a flores. Le contó que había visto a la pequeña Hope y que estaba bien. Jungkook también estaba contento, pues la doctora Lee, le había prometido que en la tarde podría levantarse y lo llevaría a ver a su hija.
—Hijo, creo que debes ir a casa a descansar un rato. Nosotros nos quedaremos con Kookie y cualquier novedad te informaremos—la madre de Jungkook estaba preocupada por su yerno que lucía muy cansado.
—Si cariño. Yo estaré bien y en la tarde podré ir a ver a nuestra hija. Debes ir con Namjoon. Él te necesita, debe estar desesperado. Ve a casa.
Seokjin no estaba seguro. No quería separarse ni de su omega, ni de su pequeñita, pero todos tenían razón. Necesitaba bañarse y además, ver a su hermano.
Por eso cuando llegó a casa de Nam, éste lo recibió con un abrazo. Los hermanos y los lobos se reencontraban. No sólo los unía la sangre, sino que el inmenso amor que se tenían. Seokjin podía sentir el sufrimiento de Namjoon, su angustia al no tener a su omega.
La policía también se encontraba ahí. Habían logrado algunos avances, pues lograron establecer que los dos hombres muertos trabajaban para un tal Luang, un conocido jefe de mercenarios de China. Ahora estaban tratando de localizar su rastro en Corea. Mientras mantenían intervenidos todos los telefonos.
Por eso no vieron el correo que Namjoon recibió. Vio la notificación y el sólo título lo aturdió: "NO LE DIGAS A LA POLICIA O EL MORIRA". Con la excusa de ver algunos temas de la empresa, el alfa tomó a Seokjin y lo llevó a su despacho, mostrándole el mensaje. En él le pedían que llamara a un número por un telefono no intervenido y sin avisar a la policía. Sin dudarlo Seokjin marcó el número y se lo entregó a su hermano.
—Veo que eres un alfa inteligente—la voz inconfundible de Gabrielle Kang en la linea—vas a hacer lo que te diga o tu omega morirá. Nada de policía. Si ellos vienen, mataré a Chi Yeol antes que me lleguen a atrapar.
Namjoon lo había puesto en altavoz y se encontró con el rostro lleno de ira de Seokjin.
—¿Qué quieres alfa asquerosa? —Seokjin no iba a dejar mayores espacios.
—Fácil. Quiero su empresa. La quiero a mi nombre, al igual que sus propiedades. Quiero que desaparezcan de mi camino. Los quiero fuera.
Ambos hermanos se miraron. Era el trabajo y esfuerzo no sólo de ellos sino que de su padre y abuelo. Su fuente de sustento y para ciento de personas que trabajaban ahí. Era entregar una parte de su vida a un ser maligno.
—Eso toma tiempo Gabrielle. Nuestro padre también es socio y debemos preparar documentos, papeles—la voz de Seokjin estaba calmada, aunque su lobo rugia por dentro—además necesitamos una prueba que Chi Yeol está vivo.
—Joonie... —la suave, pero masculina voz de Chi Yeol se sintió en la línea.
—Chi, mi amor—Namjoon sintió que su corazón se rompía en mil pedazos al escuchar a su amado sol.
—Suficiente, tienen 24 horas para preparar todo... Los llamaré de nuevo para establecer la forma que haremos el intercambio. Papeles firmados y les entrego al omega o lo verán morir en un accidente... pobrecito—Gabrielle cortó.
Namjoon entonces se largó a llorar. Era tanta su rabia e impotencia impotencia, que no pudo contenerse. Seokjin al verlo tan destruido, sólo atinó a abrazarlo y contenerlo. Debían informar a la policía de inmediato.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro