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Capítulo 27

Chi Yeol abrió sus ojos, pero el pinchazo que sintió en su sien, lo obligó a volver a cerrarlos. De pronto una última imagen vino a su mente. Unos hombres tomándolo a la fuerza y subiéndolo a un auto con vidrios polarizados. Volvió a abrir los ojos, para encontrarse con otros, de un profundo marrón, que lo miraban con angustia y desazón.

—Chi Yeol, por favor quédate tranquilo. No quiero que esos alfas se den cuenta todavía que despertaste. Soy Hoseok, el omega que se ha comunicado con Yoongi-hyung. 

Chi Yeol estaba tratando de ordenar sus ideas. Ahora entendía que había sido secuestrado probablemente por los Kang. Miró a su alrededor. Era un cuarto común, sin ventanas, oscuro, sólo dos camas, una donde él ahora estaba recostado y la silla donde el otro omega estaba sentado. Se incorporó y lo primero que hizo fue hablarle a Namjoon por medio del lazo. Pero no lograba encontrar a su alfa.

—Ellos te pusieron una droga, que no te permitirá hablar con tu alfa. Por favor quédate tranquilo. Estoy aquí para ayudarte, pero necesito que colabores.

—¿Dónde estoy? y cómo es que tú estás aquí...¿trabajas para ellos?

—Estás en una casa de seguridad de Luang. Es el alfa que Gabrielle Kang contrató para secuestrarte y a Jungkook. Seguramente pronto lo traerán. Y no trabajo para ellos...pero ahora me obligaron a cuidarlos. Pero te prometo que haré todo lo posible para sacarlos de aquí.

—Dices que van a traer a Kookie...pero él está inválido y embarazado.

—Créeme que a ellos no les importa. Al contrario, piensan que así será todavía más valioso.

—Entonces ellos no deben saberlo...

Hoseok miró con curiosidad a Chi Yeol.

—¿Qué es lo que no deben saber...?

—Que estoy embarazado—. El otro omega se llevó una mano a su boca, muy sorprendido. Claro que nadie sabía y tampoco nadie tendría que enterarse. De ser así, Gabrielle se sentiría todavía con más poder para doblegar a los hermanos Kim.

—No se lo digas a nadie. Tampoco que me conoces. Tengo un plan, pero debemos esperar a que traigan a Jungkook. Ahora debo avisar que despertaste. Seguro que ella vendrá. No temas, no te hará nada, hasta que hable con los Kim.

Chi Yeol asintió. Tenía angustia. Lo habían golpeado y drogado. Esperaba que nada de eso afectara a su bebé. Unas cuantas lagrimas rodaron por su cara. Estaba asustado y necesitaba desesperadamente a su alfa de hoyuelos lindos. 

Hoseok salió de la habitación y unos minutos después, apareció Gabrielle. Con una sonrisa de satisfacción. Su plan marchaba a la perfección. Pronto tendría al otro omega y la pesadilla de los Kim comenzaría. Se acercó a Chi Yeol y sin decirle ni una palabra, le dio una gran bofetada en el rostro. Después de todo era un simple omega y ella era una alfa pura, ambiciosa e inteligente. El omega volvió a derramar lágrimas por el dolor y por sentirse a merced de esa maldita mujer. Hoseok miraba desde atrás, sintiendo ira e impotencia. Sabía que él era el único que podría ayudar a los omegas. 

—Esta es tu bienvenida omega. Pronto tu estúpido alfa estará de rodillas frente a mi suplicando por tu vida. Lo mismo Seokjin, quien además tendrá que suplicar por la vida de su inmunda cría.

Iba a golpear de nuevo a Chi Yeol, cuando Laung entró a la habitación y le dijo algo al oído a la alfa. Ésta lo miró con indignación. La sangre llegó a su cabeza y su loba rugió de furia. Sin decir una palabra salió del lugar.

—Hoseok, ocúpate de mantener con vida a este omega. Si le pasa algo, será tu responsabilidad y tu madre pagará las consecuencias.

Una hora antes

Habían sido sólo segundos, minutos no lo tenía claro. Sólo vio el camión viniendo hacia ellos e hizo lo que su instinto le indicó. Giró el volante para esquivarlo y chocó contra un poste. En esos escasos centésimos de segundos, puso sus brazos sobre Jungkook y sintió el impacto del airbag. Había cerrado sus ojos por unos instantes, cuando sintió los disparos. Unos cuatro hombres habían bajado del camión y se dirigían hacia ellos. Entonces Seokjin entendió. Venían por su omega. Trató de zafarse del cinturón y miró a Jungkook que estaba desmayado. Sentía nuevos disparos. Los hombres que venían en el auto de atrás cuidándolos, ya estaban repeliendo el ataque. 

—Jungkook...Kookie...por favor bebé...abre tus ojitos...amor mío...—Seokjin intentaba despertar a su omega, quien tenía un corte en su sien. Podía ver la sangre en su cabecita.

—Jinnie...—la dulce y dolorosa voz de su omega, lo hizo suspirar aliviado—¿Qué pasó?

Los sonidos de las sirenas de las ambulancias, bomberos y policías se escuchaban llegar.

En ese instante uno de los hombres que cuidaban a los Kim se acercó al auto.

—¿Están bien?, la ambulancia ya está llegando. Eran cuatro hombres. Matamos a dos, pero los otros huyeron. La policía también está aquí.

Efectivamente todos estaban ahí. Un grupo de paramédicos se acercó al auto. Seokjin les aseguró que estaba bien, a pesar de las evidentes heridas que tenían sus brazos, producto del golpe del airbag. Pero él quería que se concentraran en su omega. Les explicó que estaba embarazado e inválido. Con mucho cuidado los hombres lograron sacar a Jungkook del auto y lo subieron a una camilla.

—Sus signos vitales están estables. Y puedo sentir los latidos del bebé. Quédese tranquilo, su omega y su cachorro están bien. Iremos ahora a la clínica.

Seokjin siguió a los paramédicos, mientras el detective que alguna vez fueron a ver se acercaba. El alfa quería matarlo. Si le hubiese hecho caso, cuando fueron advertirle de lo que pasaba, nada estaría sucediendo.

—Siento lo que pasó. Aún no sabemos quienes son los que hicieron este atentado. Sus hombres mataron a dos de ellos y los otros huyeron. Pero estamos investigando. Mis hombres ya están con su hermano...

—¡Usted sabe que son los Kang! debería estar ahora mismo allanando su mansión y oficina—miró al hombre con furia, mientras uno de los paramédicos se acercaba. Debían irse.

Seokjin no lo dudó y subió a la ambulancia junto a su omega, quien le aseguraba que estaba bien. Aunque por dentro Jungkook estaba muy asustado. Había escuchado lo que le había pasado a Chi Yeol y eso lo tenía muy angustiado. 

Al llegar a la clínica, la doctora Lee, ya los esperaba. Inmediatamente llevó a Jungkook a una sala para revisarlo.

—Seokjin debes curarte esas heridas. Le haré unas pruebas a Jungkook, para verificar que todo está bien. La policía está custodiando todo. Por favor, ve y en cuanto estés listo, podrás estar con tu omega.

—Por favor cariño, hazle caso a la doctora Lee. Yo estoy bien. Asustado, pero bien. Ve a curarte —el omega estiró sus brazos y Seokjin se acercó. Ambos comenzaron a llorar. No habían podido sacar la angustia que sintieron en ese momento. Para ambos la predicción se cruzó en sus mentes. ¿Sería acaso ese instante en que se había hecho realidad?

Seokjin intentó ser fuerte y calmar a Jungkook.

—Iré a curarme y estaré contigo. Debo llamar a Yoongi y Namjoon. Pero iré en un momento...

La doctora Lee comenzó a revisar a Jungkook. Sólo tenía un corte en su sien, y algunos golpes en sus piernas y brazos. 

El alfa por su parte, luego de recibir la curación de sus brazos y un analgésico para el dolor, intentó llamar a Namjoon y a Yoongi. Al fin éste le contestó. Ya sabía que estaban bien, pues la policía se los había informado.

Brevemente, Yoongi le explicó que Jimin, Taehyung y Namjoon estaban en la casa de este último. La policía lo había establecido como punto, para esperar la llamada de los secuestradores. De acuerdo a la experiencia, debería ser en menos de 24 horas. Él por su parte se había quedado en la oficina, para despachar al personal y explicar a sus principales clientes la situación. También había intentado vanamente comunicarse con Hoseok, lo que lo tenía realmente alarmado. 

Sobre los Kang, la policía confirmó que estaban fuera del país en un viaje de negocios. Tanto Gabrielle, como su nieto. 

Seokjin escuchó todo esto e intentó calmarse. Su lobo estaba alterado, pues sentía que su omega lo necesitaba. Le agradeció a Yoongi y le informó que por ahora tendría que quedarse con Jungkook, hasta asegurarse que se encontraba bien. Cortó la llamada.

Fue en ese momento que vio a la doctora Lee ir hacia él, con el rostro serio.

—Seokjin...tenemos un problema....Jungkook empezó un trabajo de parto. Probablemente a causa del trauma sufrido. Debemos sacar ahora a la bebé.

—Pero sólo tiene 23 semanas....—Seokjin palideció. Su cachorra todavía ni siquiera alcanzaba los seis meses. Sabía que sus posibilidades de sobrevivir eran...mínimas.

—Lo sé, pero es inevitable. Escucha hay muchos casos de bebés que lo logran...no sabemos que va a pasar, pero si no hacemos la cesárea ahora, pondría en riesgo la vida de tu omega.

El alfa se volvió loco. No podía estar pasando...Jungkook estaba bien. El accidente apenas les había dejado algunas heridas y ahora esto. Corrió a la sala donde estaba su omega. 

Jungkook estaba con dolores, producto de las contracciones. Su abdomen estaba duro y su frente estaba empapada en sudor. Al sentir el olor de su alfa, lo miró y derramó unas lágrimas.

—No puedo Jinnie..., no puedo retener a mi bebé...¿qué vamos a hacer?

—Bebé tranquilo...nuestra nena va a nacer ahora...—Jungkook lo miró con sus ojos en pánico—todo va a estar bien...yo estaré contigo. Necesito que te calmes.

—Jungkook, debo sacar a tu bebé ahora. Tenemos al mejor neonatólogo del país. Haremos todo lo posible...

El omega se aferró a la mano de su alfa y lloró desconsoladamente. Seokjin por su parte no dejaba de maldecir a los Kang, que habían traído sólo dolor y sufrimiento a su familia. Primero llevándose a Chi Yeol y luego provocando ese accidente, que podía costar la vida de su hija.

Besó a a Jungkook en la frente y lo impregnó con su aroma. Debían llevárselo, para prepararlo para la operación. Él también podría estar presente.

En esos minutos, llamó a casa de Nam, donde todos estaban reunidos. Incluyendo a sus padres, los de Tae y Jimin. Los padres de su omega, iban camino a la clínica. Les explicó que su hija tendría que nacer ahora. Todos quedaron muy preocupados. Jimin quería ir, pero se lo impidieron. Era un riesgo que él saliera, sin saber en que estaban los Kang. Porque sí, estaban seguros que detrás de todo esto estaban ellos. Ese viaje seguro que sólo era una pantalla, para no levantar sospechas.

Namjoon ya estaba elaborando un plan, sin decírselo a la policía, que no lograba nada concreto. Estaba desesperado, más aún luego que Jimin le dijera que su omega estaba embarazado. Él necesitaba rescatar a su Chi Yeol.

Jin entró a una pequeña sala, donde le pusieron bata, cubre zapatos y tapabocas esterilizados, para que pudiera acompañar a Jungkook. Al entrar a la sala de operaciones, su omega, ya estaba listo. 

En todo momento tuvo a Jungkook tomado de su mano y mirándolo a los ojos. Sabía que el omega no sentía dolor, pero percibía su aroma lleno de tristeza y miedo, por dar a luz a su bebé que todavía no terminaba de formarse.

De pronto un pequeño llanto llenó la sala. Seokjin miró a la doctora Lee que sostenía una diminuta bolita en sus manos. Era su cachorra. 

—Lamento no poder dártela Jungkook, porque deben llevársela inmediatamente. Pero ella está respirando—. La doctora la alzó un poco, para que ambos padres pudieran verla y no pudieron contener las lagrimas. Era demasiado pequeña.

—Su peso es de 650 gramos, doctora—la voz de la enfermera beta los sacó de su dolor—mide 30 centímetros—la pequeña inmediatamente fue limpiada y puesta en una incubadora, para llevarla a cuidados intensivos. Sus probabilidades eran escasas. 

Seokjin y Jungkook estaban impresionados. Su pequeña estaba dando la lucha y ellos harían todo lo posible porque sobreviviera.

—Vete con la niña, nosotros debemos terminar con Jungkook. Luego lo llevaremos a una sala de recuperación—la doctora Lee le indicó a una de sus ayudantes que sacara al alfa de la sala y lo llevara con la pequeña.

Antes de salir, el Jin se acercó a su omega, quien aún tenía su rostro lleno de lágrimas. Aún con la mascarilla dejó un beso en su frente.

—Iré con nuestra pequeña Hope, quédate tranquilo bebé—. Jungkook esbozó una pequeña sonrisa. Ese era el nombre que había querido ponerle a la cachorra, pero Jin no terminaba de aceptarlo, por no ser coreano. Pero para el alfa ya no había dudas de que ese debía ser el nombre de su primogénita: Kim Jeon Hope.

Para que tengan una idea, de lo pequeñita que es Hope, un bebé que nace al término del embarazo, pesa más de 2,5 kilos y mide entre 45 y 53 cm.

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