Capítulo 21
Si algo sabía hacer Min Yoongi, era persuadir. Era su trabajo como gerente comercial y marketing. Sabía como dar el golpe final frente a los clientes que los hermanos Kim atraían. Por eso eran tan exitosos. Chi Yeol, Tae y Jungkook aportaban la técnica y Yoongi... la persuasión. Esa misma táctica usaba en sus conquistas. Las omegas y betas e incluso algunas alfas, caían fácilmente en su juegos de seducción. Por eso, se impuso como meta "persuadir" al "número desconocido" que los alertaba de un peligro inminente. Esperaba poder obtener su identidad y algo más. Llevaba varios días que le enviaba mensajes, ofreciéndole protección, seguridad y confidencialidad. Sabía que no debía soltar esa hebra, pues nadie más estaba dispuesto a ayudarlos. La policía simplemente no les había hecho caso y los Kang se habían negado a recibir a Nam y a Jin.
Además el humor de los alfas había cambiado estos días y sus parejas omegas comenzaban a resentirlo. Prácticamente no dejaban que fueran a ninguna parte fuera del edificio e incluso, si pudieran acompañarlos al baño lo hubiesen hecho. El problema era, que ambos omegas, no eran chicos delicados y sumisos como se esperaba, si no que hombres con una personalidad definida y que también eran capaces de gruñirles a sus alfas, cuando éstos se ponían en su "modo-alfas-posesivos-sobreprotectores".
Por eso ahora ambos estaban en la oficina del alfa con el don de la persuasión, esperando ansiosos alguna respuesta. Las necesitaban, para que sus alfas dejaran de pasearse por sus respectivas oficinas vigilando cada uno de sus movimientos. Por eso después que Yoongi envió un nuevo mensaje y su celular sonó, los atribulados omegas contuvieron la respiración.
Número desconocido
He visto todos sus mensajes. Lo siento, jamás he confiado en nadie. Quise hablar con los señores Kim y terminé molestandolo a usted.
Yoongi
No me molestas. Los Kim son como hermanos y lo que a ellos o a sus omegas les pase me afecta de igual forma. Por favor dime al menos tu nombre.
Número desconocido
Me llamo Hoseok... soy un omega...
Yoongi saltó de alegría y salio de su oficina, con los omegas tras él. Llegó a la oficina de Seokjin y le mostró los mensajes.
Sabía que podría obtener información. Aún cuando era un omega y él no sabía muy bien como relacionarse con ellos. Sólo Jungkook era cercano a él y aunque jamás se lo había dicho, lo quería mucho. Con Chi Yeol la relación seguía siendo fría, pero ya no lo molestaba y tenían una relación cortés.
Seokjin también se alegró. Si podían ganarse la confianza de ese omega podrían tal vez conseguir pruebas contra los Kang.
La misión de Yoongi, por tanto fue seguir la comunicación,aunque también debía concentrarse en la reunión que tendrían con el señor Brown en el Resort de Sky, al cual los había invitado.
Seokjin por su parte miraba a Jungkook trabajar junto a Tae a través del ventanal de su oficina. Estos últimos días habían discutido mucho, por la sobreproteccion con la que trataba a su omega. Sabía que Jungkook estaba acostumbrado a ser independiente incluso después de su accidente y que sus actitudes, lo tenían molesto. Pero era inevitable. No sólo porque su Kookie estuviera en una silla de ruedas o existieran presunciones de un ataque, sino por la maldita prediccion. Eran demasiados factores en contra y él quería cubrir cualquier posibilidad de que Jungkook sufriera las consecuencias de ser su pareja destinada. Por eso estaba planeando algunas sorpresas para su omega y así lograr liberar un poco el ambiente tenso de los últimos días.
Ese día Jungkook se negó a almorzar con él en la oficina y fue hasta la cafetería de la empresa con Chi Yeol, que también estaba harto de tener a Namjoon dándole instrucciones sobre a donde ir y cuando.
—Creo que deberíamos planear un escape juntos. No lo sé, salir a comprar algo, dar un paseo. Ese alfa me va a enloquecer, si sigue vigilando cada paso que doy—. Chi Yeol al fin podía desahogar todos los pensamientos que tenía acumulados.
—Sabes que ellos igual se enterarian. Con esos gorilas que nos vigilan en todo momento, tú no podrías poner ni la punta del pie afuera y yo ni un pedacito de mi silla—Jungkook suspiró—estamos atrapados por los hermanos Kim...
—¿Nos dejan solos, pero no pueden evitar hablar de nosotros, verdad? —la profunda voz de Namjoon los hizo sobresaltarse.
—¡Alfa engreido! Kookie y yo estamos planeando una fuga.
—Es imposible. Mi dulce Kookie jamás se portaria mal con su hermoso alfa.
—¿Y usted qué comieron, que su ego está más arriba de las nubes?—Jungkook alzó su vista para encontrarse con los preciosos ojos de Jin.
Los alfas rieron. De verdad sus dulces, pero fieros omegas estaban realmente enojados.
—Sólo bromeaba bebé..., sabemos que están molestos, por eso queremos invitarlos a cenar hoy. Un lugar especial, sólo nosotros.. Sin guardias ni nadie que nos moleste.
—De verdad Seokjinnie? —Jungkook no pudo evitar la emoción. Hacía mucho tiempo que no salían. Se la pasaban en la oficina o encerrados en la casa de alguno de los Kim. Y aunque los cachorros de Tae eran encantadores y les gustaba sacar su instinto de omegas con ellos, las noches se estaban tornando aburridas.
—Además, Jin y Kook mañana viajarán al resort. Y no nos veremos en todo el fin de semana. Será una despedida también —agregó Namjoon.
Los omegas aceptaron encantados y rápidamente olvidaron sus ideas locas de fugarse, para volver a trabajar junto a sus adoradas parejas.
Esa noche, luego de terminar de empacar para su viaje, Seokjin se acercó a Jungkook que estaba terminando de maquillarse, él quería lucir perfecto para su alfa. Se agachó y miró esos preciosos ojos que maquillados resaltaban aún más esa brillante luz que lo cautivaba tanto.
—Sé que los últimos días me he portado como un hombre posesivo y dominante. No creas que mi lobo no me ha gruñido por la forma en que te he contestado... Y quería pedirte perdón...
—Cariño... se que tu instinto de protección está en alerta desde que me conociste, por todas esas cosas extrañas que rodean nuestra unión..., sólo te pido que confíes en mi. No iré a ningún lugar solo o exponiendome. Yo tampoco quiero resultar lastimado. Vamos a olvidar esta noche todo lo malo y disfrutar ¿está bien?
—¿Por qué eres tan precioso Jeon Jungkook? No te merezco ni un poquito... sólo quiero tenerte conmigo, cuidarte y hacerte feliz, de la misma forma en que tú lo haces.
—Ya hiciste que me dieran ganas de llorar... Me he convertido en un omega llorón... Desde que mi lobo despertó mi aroma se volvió más dulce y yo un sensible...
—Bueno, adoro esta nueva faceta de mi lobito llorón. Además eres un bebé, puedes llorar todas las veces que quieras.
—Jinnie yo te... —Jungkook no pudo terminar la frase cuando la boca del alfa estaba sobre la suya. Sus labios se sincronizaban de manera perfecta. Cada mordida, cada movimiento les daba un placer inmenso. Jin movía su lengua dentro de la boca de Jungkook provocando en el omega la sensación de pequeños golpecitos eléctricos que incluso lo hicieron contraer los dedos de sus pies.
Entonces Jungkook abrió sus ojos en demasia y miró a Jin que seguía concentrado en comerle la boca.
—Espera Jin...—el alfa reaccionó y lo miró alarmado. ¿Acaso había sido demasiado brusco?
—¿Te hice daño Kookie?
—No.. Son mis dedos... ayúdame a quitarme los zapatos—Seokjin seguía sin entender nada, pero le quitó rápidamente los zapatos y ahí frente a sus ojos un pequeño milagro se producía. Jungkook estaba moviendo lentamente los dedos de sus pies.
—¡Jungkook! —Seokjin miraba al omega que estaba riendo y llorando a la vez, sin entender-¿C-cómo sucedió?
—No lo sé. Ya lo sentí una vez... pero sólo fue un momento... Pero ahora, ¡Mira Jinnie, se mueven!
Seokjin lo sacó de la silla y lo llevó a la sala. Lo sentó en el sofá, mientras Jungkook seguía moviendo sus deditos.
—No puedo mover mis piernas... pero esto...es un milagro de la diosa luna.. Yo... No lo puedo creer—lo decía mientras intentaba secar sus lágrimas.
—Tranquilo bebé, tranquilo... iremos a la mejor clínica de Seúl, un especialista debe ver esto... tal vez ni siquiera debamos esperar lo de Alemania. Pediremoa una cita...
—Seokjin... cálmate. Vamos a esa cena; Chi Yeol y Nam nos esperan. Mañana viajaremos. Tranquilo... Creo que esto no se irá.. Cuando volvamos iremos a ver todos los especialistas que quieras...
El alfa estaba perplejo. Jimin siempre hablaba del poder del amor... Y él en verdad amaba a Jungkook muchísimo y su lobo negro había curado ya las llagas de las patitas del Omega blanco de Kook, pero esto...era casi irreal. Respiró hondo y le pidió a Jungkook que proyectara al pequeño lobo. Apareció en medio de la sala, despierto y atento a la llegada del gran lobo negro, pero seguía sin moverse. Aunque su pelaje había cambiado, brillando casi tanto como la nieve. El gran lobo de Jin se acercó y lamio su cuello y su hocico. Para luego acostarse a su lado. Como siempre hacia.
Cuando Jin y Kook dejaron de concentrarse, los lobos desaparecieron.
—Todavia no lo entiendo... pero me siento tan bien.. Vamos cariño, tenemos que celebrar.
En el restaurante, ya los esperabam Chi Yeol y Namjook un poco preocupados por la demora de la pareja. Sin embargo, apenas se acomodaron, contaron lo que había pasado, dejándolos asombrados.
—Bueno, somos humanos y lobos y eso nos convierte en seres excepcionales. En la historia antigua hay muchos relatos de milagros hecho por la diosa luna. Se dicen que son leyendas, pero ya sabemos que siempre hay un poco de verdad.
—Nam tiene razón. Por ejemplo, todos sabemos que Jimin es especial que va más allá de cualquier explicación racional, algo heredó de su abuela, tal vez también Kookie y Seokjin tiene algún don podemos esperar algo especial —agregó un emocionado Chi Yeol.
—Como sea, hoy vamos a celebrar a mi Jungkookie y este amor que nos une.
La cena transcurrió alegre, entre bromas y comida deliciosa. Por fin podían olvidar los malos momentos y solo concentrarse en mirarse y sonreír.
—Nam y yo queríamos contarles algo... —los dos omegas levantaron la vista, sus alfas instintivamente habían cambiado su aroma a uno mezclado con ansiedad y nerviosismo.
—Estamos pensando.. en realidad deseamos mudarnos a las casas que estamos construyendo en las afueras, y... queremos... —Seokjin mordió su labio y miró a Kookie—que ustedes vengan con nosotros...es decir, vivir juntos, permanentemente.., ya saben... formar una familia.. ¿Qué piensas Jungkookie?, ¿Chi Yeol?
Ambos alfas miraban a sus omegas que habían quedado helados frente a la inesperada propuesta.
Era verdad, ellos ya eran parejas enlazadas y debido a las amenazas, prácticamente vivían juntos. Chi Yeol en casa de Namjoon y Seokjin en la de Jungkook, pero esta propuesta implicaba comenzar una vida de pareja, de familia. Como Tae y Jimin lo hacían.
Los segundos pasaban y ninguno decía nada, hasta que Chi Yeol cortó el silencio con un cálido:—me sentiría honrado y feliz de vivir contigo y formar una familia, acepto—Namjoon entonces se inclinó sobre la mesa para darle un beso feliz.
Seokjin seguía con sus ojos puestos en Jungkook, arrepentido de habérselo propuesto en ese momento. Su hermano y Chi Yeol llevaban casi un año juntos. Se habian conocido cuando Chi Yeol llegó a reemplazar a Jimin, cuando éste iba a tener a los cachorros, en cambio, él y Jungkook llevaban poco tiempo juntos y estaban con mucho peso sobre sus hombros.
—No tienes que responder ahora Jungkook.. puedes tomarte todo el tiempo que necesites. Yo..,lo siento, no quiero presionarte.
—Acepto. Quiero esa vida contigo mi hermoso alfa.. —Jungkook le dedicaba la más preciosa sonrisa, con sus adorables dientes y sus arruguitas en sus ojos.
—¿De verdad? —Seokjin se levantó de la mesa para abrazarlo y llenarlo de besos. Se sentía inmemsante feliz. Él y Jungkook formando una familia, juntos. Ellos podrían adoptar hijos y estar juntos, cuidarse y amarse el resto de su vidas.
La cena terminó con nuevos brindis y festejos. Al fin las parejas se despidieron y volvieron a sus casas.
Ya en la cama, Seokjin volvió a preguntarle a Jungkook. Estaba temeroso que el omega hubiese aceptado, presionado por la respuesta positiva de Chi Yeol.
—Jinnie..., ¿acaso tú y yo no estamos destinados? ¿No crees realmente que somos almas gemelas? Debemos estar juntos. Somos uno ¿recuerdas? Jamás te dejaré y tú jamás me dejaras. Prometiste ser mis pies, mi alma. Y yo te prometo que viviré para hacerte feliz. Contra toda prediccion, contra toda amenaza. Te amo, eres mi destino, mi amor, mi gran amor.
El alfa sentía el dulce y embriagador nuevo aroma de su omega y pudo sentir los latidos acelerados de su corazón. Su amor era tan sincero y tan puro que seguía pensando que no lo merecía.
—Gracias mi amor, gracias por aceptar. Te haré el omega y el hombre más feliz. Lo juro. Mañana te daré una sorpresa, porque quiero que cada minuto seas feliz Kookie.
—¿Una sorpresa?, pero si mañana vamos a trabajar a ese lugar.
—Es cierto, pero también tendremos tiempo para nosotros y quiero regalarte algo especial. Lo mereces.
Jungkook no podía esperar hasta el día siguiente para saber cuál era esa sorpresa, por eso antes de dormir, movió los dedos de sus pies y deseó con todo su corazón despertar cada día de su vida, al lado de Kim Seokjin.
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