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Capítulo 20

—¿Tienes la información que te pedí?—el omega esperaba ansioso la respuesta de la omega que lo miraba con el ceño fruncido.

—¡Quieres calmarte!, llevo dos semanas espiando al señor y la señora Kang, y tengo un nombre que creo nos puede servir. Pero necesito saber si estás seguro de lo que vas a hacer. Si ellos llegan a enterarse...

—No hay forma de que lo sepan. Sabes que debo hacer algo. Sólo quiero salvar a esos omegas y tal vez esto nos ayude a desenmascarar a los Kang. Y así mamá y yo seríamos libres.

—Podríamos quedar en la calle...

—Lo sé, pero sé que podríamos salir adelante. No te dejaré sola Jennie...eres como una hermana. Mi madre te considera como una hija...

—Está bien. ¿Tienes el celular desechable?, llamaré desde ahí.

El omega le entregó el celular que había comprado, juntando y robando algunas monedas de la mansión. Jennie marcó entonces el número de Kim Inversiones.

—Buenas tardes—habló con voz segura—habla la secretaria del señor Park Kyung-Keen, de Korea Development Bank. El señor Park desea hablar con el el señor Kim Seokjin, ¿podría darme su número?

Para suerte de ambos omegas, la recepcionista estaba en su primer día y no estaba muy segura de que hacer. Garabateó el nombre del señor Park y se lo mostró a la otra recepcionista que estaba con otra llamada y asintió. Era la señal que podía dar el número. Buscó entonces en un papel arrugado que le habían dado y le dictó el teléfono.

Jennie sonrió triunfante, había sido demasiado fácil.

Jungkook no podía ocultar su rostro lleno de felicidad. Cuando llegó a la cafetería junto a Seokjin y la chica que lo atendió le alabó su reciente marca, su pecho se infló. Él ahora era un omega enlazado y nada más y nada menos que por Kim Seokjin, uno de los dueños de la empresa. Como era temprano, nadie había más en ese momento.

Seokjin lo miraba también feliz. El día comenzaba de forma maravillosa. Su Kookie tenía su marca y estaba a salvo. Había despertado de un magnífico humor, tanto que no dejó que el alfa abandonara la cama hasta que le hiciera el amor. Sin embargo, el no estaría tranquilo hasta ver a Jimin que ya estaba informado de los acontecimientos.

Luego del tradicional chocolate y muffin y luego de pedir café para Tae y Yoongi, ambos tomaron el ascensor para ir a sus puestos de trabajo.

El omega era llevado por Seokjin, quien empujaba calmadamente la silla de ruedas. Al verlo, Taehyung se acercó y felicitó a sus amigos. Jungkook seguía exhibiendo feliz su cuello.

—Ahora sí que son uno. Ya verán lo que conlleva el lazo. Deberán acostumbrarse a escuchar los pensamientos del otro. Así es que Jinnie nada de mirar a ningún omega o Jungkook te cortará las bolas.

El alfa rió muy fuerte como hace tiempo no lo hacía. Él jamás tendría ojos para ningún otro que no fuera su amado Jungkook. Su felicidad en ese momento era total. Parecía que ninguna sombra podía opacarla. Sin embargo él no estaría seguro hasta no ver a Jimin.

Yoongi también llegaba en ese momento y comenzó a burlarse de su amigo por la forma tan rápida que el omega "lo había atrapado", felicitándolo también por la bonita marca que lucía en su cuello y que lo tenía sonriendo como un bobo. Toda esa algarabía fue interrumpida por la vibración del teléfono de Yoongi, al cual no quería prestarle atención. Pero no dejaba de sonar con cada notificación que recibía. Cansado, lo sacó de su bolsillo para ver que cliente lo estaba molestando tan temprano. Sin embargo, los mensajes no eran de ningún cliente.
Procedían de un número desconocido y eran alarmantes. Mientras los demás seguían riendo, los interrumpió muy preocupado.

—Seokjin, debes ver esto—le entregó
su celular.

Número desconocido
Señor Kim, debo advertirle del peligro que corren su omega y el de su hermano Namjoon.

Número desconocido
No puedo revelar mi identidad, pero se de buena fuente que planean hacerle daño. Por favor tome las precauciones necesarias.

Seokjin miraba atónito. ¿De que se trataba todo esto? ¿Acaso era un odiosa broma? y ¿Por qué al teléfono de Yoongi, si el mensaje iba dirigido a él?

Min Yoongi
Dime quien eres. Este teléfono pertenece a Min Yoongi. ¿Quién te lo dio?

Pero ya no hubo más mensajes. Le devolvió el teléfono a Yoongi y le pidió que siguiera enviando mensajes, mientras él llamaba a Namjoon. Al llegar su hermano y verlos su rostro se desencajó. Jungkook y Taehyung también estaban atónitos. Se preguntaban si la amenaza era real. Suponían que sólo podía ser de los Kang.

—Llamaré a la policía—dijo finalmente Namjoon—y por hoy creo que debemos ir a casa. Enviaré a nuestros omegas de vuelta y les explicaré la situación Aunque creo que esto es personal. Los amenazados son Chi Yeol y Jungkook.

Seokjin asintió y se agachó para ver a su omega. Su olor había cambiado. Estaba en pánico y él no se había dado cuenta.

—Jin, lleva a casa a Jungkook. Quédate con él, Yoongi-hyung y yo esperaremos a la policía -— Tae miró al alfa que se había agachado para abrazar a su omega que comenzaba a llorar.

—Bebé no llores por favor... Te llevare a casa. Chi Yeol irá contigo—miró a su hermano y éste asintió—.Unos guardias los cuidarán y le pediré a mis padres que vayan. Los demás iremos a la policía...

—¡No!-grito el omega—te necesito conmigo—Jungkook no dejaba de llorar.

—Jungkook... soy tu alfa ahora y debes acatar lo que te estoy diciendo por tu seguridad. Por favor...

—Escucha Kookie. Le pediré a mis padres que cuiden de los trillizos y llevaré a Jimin también a tu casa para que los acompañe—. Tae estaba muy conmovido por las lágrimas del omega. Siempre había visto a Jungkook tan fuerte, casi como un alfa, pero ahora se veía casi como uno de sus cachorritos... Bueno después de todo era un omega, por lo que era más vulnerable.

Namjoon mientras tanto, había salido de la oficina, para llamar a la policía, avisar a los omegas que fueran a casa y darle los motivos a Chi Yeol, quien también rompió en llanto. Tampoco quería separarse de su alfa.

Finalmente entre todos lograron calmar a los omegas y Seokjin y Nam partieron a la casa de Jungkook. Mientras Tae hacia los arreglos para que Jimin también pudiera ir.

Yoongi seguía enviando mensajes, con la esperanza se obtener más información, pero la persona se había desconectado.

Cuando llegaron a casa, Jungkook rodó su silla hasta su habitación y Jin lo siguió. Nam y Chi Yeol quedaron en la sala, enfrascados en su propia discusión.

—Kookie... Mi deber es protegerte. Estos mensajes son una señal. No sé quien los envió. No sé si son verdaderos, pero no voy a correr ningún riesgo. Te prometo que cuando haya hablado con la policía volveré...

—Lo sé... Perdóname... Es sólo que puedo sentir tu temor, tu rabia... Sé que tu lobo está muy inquieto y quiero estar a tu lado... Tengo miedo... ¿Y si esto es parte de esa predicción?

Seokjin lo miro con ternura. Su omega era tan hermoso y verlo ahí con su naricita roja por el llanto, sus ojos hinchados, le partía su corazón. Por eso él había huido tantos años... porque sabía que le causaría daño a su destinado. Justo cómo estaba sucediendo ahora.

—Deja de pensar eso, por favor... —Jungkook había podido leer los pensamientos de su alfa—tú no me haces daño, me haces feliz. Tengo miedo de no verte más.. de separarnos... Te necesito tanto mi alfa...

Seokjin lo rodeó con sus brazos y lo recostó sobre la cama. Se puso a su lado y abrazó todo su cuerpo. Necesitaba sentir el olor dulce de su omega. El calor que su cuerpo irradiaba. Lo necesitaba para calmar su corazón agitado por el miedo y la incertidumbre. Lo besó. Quería que sintiera lo mucho que lo amaba. Su lengua era una caricia para esa boca de sabor dulce y tierna. Necesitaba que lo sintiera. Pasó su lengua por sus labios y luego fue directo a su cuello a hundirle suavemente sus colmillos en su marca. Sólo quería fortalecer su vínculo eterno. Al fin Jungkook se calmó y unos suaves golpes en la puerta del cuarto los hizo salir de esa zona de confort.

—Hyung... —la voz profunda de su hermano, hizo que se incorporara—Tae y Jimin están aquí. Debemos irnos. Un comisario nos espera en la estación de policía.

El alfa, volvió a colocar a su omega en la silla y éste secó los vestigios de lágrimas que aún quedaba. Cuando llegó a la sala el dulce aroma de Jimin reconfortaba a a Chi Yeol que lloraba en su hombro. Jungkook se acercó a ellos y ambos se agacharon, para reconfortarlo también.

Sí, la tradición decía que los alfas eran poderosos, fuertes, casi invencibles. Pero al ver a sus omegas, ninguno de ellos pudo ocultar su dolor y las lágrimas aparecieron en sus rostros.

Jimin levantó la vista y pudo ver la tristeza y preocupación de ellos y les dedicó una sonrisa.

—Somos fuertes. Somos una manada poderosa y nadie nos va a doblegar. Ni una amenaza, ni una predicción. Vamos a vencer lo que sea—Jimin habló fuerte y claro y todos asintieron.

—Debemos irnos.. Mis padres vendrán y hay cinco alfas musculosos e inteligentes cuidando la casa. Nada pasará —Namjoon se acercó a dejar un apasionado beso a Chi Yeol. Seokjin iba a ser lo propio, cuando Jimin tomó sus manos y cerró sus ojos. Ambos se quedaron quietos. Sabía lo que el omega pretendía.

—Jungkook es más fuerte ahora que están enlazados—dijo, cuando soltó sus manos—, pero la sombra de la muerte está aún sobre él. Pero también esa luz... Ahora es más fuerte. Muy clara. Está tratando de vencer a la sombra. No sé qué es... Pero es una esperanza...

—Tal vez sea esa persona, la de los mensajes... Quizás nos ayude a vencer el peligro en el que pudiera estar Jungkook o yo—enfatizó Chi Yeol.

—Si podría ser... pero hay algo más diferente en ti Kookie..., pero ustedes deben irse. Estaremos bien. No detecto peligro ahora para nosotros. Creo más bien que están planeando un ataque y tal vez consigan algo si pueden saber más de esos mensaje.

—Jimin, tiene razón. Vamos ya a la estación. Yoongi iba para allá con el teléfono. Seguramente tendrán que hacer pericias.

Finalmente los alfas se despidieron de sus omegas y partieron a la policia. Esperaban poder atrapar a los Kang que seguro estaban detrás de todo esto.

Sin embargo, al llegar allá, el detective en jefe no les dio buenas noticias. Ya habían analizado los mensajes y se habían realizado desde un celular desechable. No había forma de rastrear las llamadas. Tampoco quiso aceptar la denuncia contra los Kang, pues consideró que no habían pruebas suficientes.

—¡Pero ellos han amenazó ya dos veces a nuestros omegas! —exclamó un indignado Namjoon.

—Señor Kim...no hay mayores testigos. Además ustedes son rivales comerciales. A veces en el mundo de los negocios se dan estas situaciones ...

—Entonces... No van a investigar a los Kang... aun con estos mensajes.

—Los mensajes no mencionan a los Kang. Incluso puede ser una broma o un cliente enojado, despechado. Lo siento... Hasta ahora nada ha sucedido...

—¿Me está diciendo que uno de nuestros omegas debe aparecer muerto, para que ustedes hagan algo?

El comisario, era un beta mayor y aunque entendía el dolor de los alfas.. Nada podía hacer sin pruebas más concretas..

—Lo lamento, por ahora no podemos hacer nada...

Los cuatro alfas salieron muy desanimados. Tendrían que ellos mismos proteger a sus omegas.

—Escuchen... Insistiré con este desconocido. Tal vez si nos quiere ayudar nos pueda entregara las pruebas necesarias—Yoongi estaba dispuesto a llegar a la últimas consecuencias.

Seokjin y Namjoon aceptaron. Después de todo no habían muchas alternativas.

Al llegar a casa, el señor y la señora Kim estaba tomando té junto a los omegas que estaban muy nerviosos. Los tres al estar enlazados, podían sentir el dolor y frustración de sus alfas.

En pocas palabras le contaron lo que les había dicho el comisario y que nada se podía hacer contra los Kang.

—Creo que debemos provocarlos todavía más. Perderán la razón y quizá nos ataquen ... Tendremos las pruebas y...

—¡Jungkook! Jamás te haré correr ese riesgo. Tampoco a Chi Yeol o a Jimin. No... tenemos que investigar por nuestra cuenta y confiar en el poder de persuasión de Yoongi. Él es un experto en eso.

La noche ya había caído y todos se habían ido. Quedaban solo Jin y Jungkook.

—Lamento que no obtuviéramos nada Jungkook... Pero te juro que haré todo para protegerte. Incluso dar mi vida.

—No digas eso Jinnie. Sabes que si tu mueres yo también lo haré.. Pero eso no pasará. Vamos a vencer esta mala racha. Tu y yo. Somos uno ahora ¿recuerdas?

Seokjin asintió y una vez más se deleitó ante la belleza y dulzura de su omega. Lo adoraba. Era su todo. Su vida, su alma, su cuerpo.. Absolutamente todo.

Lo besó tranquilamente. Su mano acariciaba su nuca, mientras entre quejidos Jungkook le suplicaba hacer el amor.. Era su momento mágico, tener a Jin dentro de él, le proporcionaba la paz y serenidad que necesitaba; ser uno con su alfa. Seokjin lo desnudó lentamente, besando su cuello, sus hombros, sus pezones y su vientre. Quería disfrutar cada pedacito de piel y hacer olvidar a su amado Jungkook cualquier dolor. Era el momento del placer, del amor. Nunca habían tenido tanto sentido las palabras "hacer el amor", porque eso hacia en cada caricia, en cada beso, en cada palabra susurrada. Dibujaba la palabra amor en su cuerpo desnudo. Los trazos de un sentimiento que eran más poderosos que cualquier dolor, cualquier amenaza. "Hacer el amor" era marcar con fuego sus labios en la piel de su omega. Por eso cuando entró dentro de su cuerpo, le susurró promesas de amor... "Te amo Jungkook... Siempre.." "Cada instante, cada momento" "mi dulce omega, mi alma gemela, te amo y te deseo" "Soy tuyo mi pequeño Kookie... tuyo". Jungkook miraba a los ojos a su alfa entregado al dulce placer que le regalaba ese hombre y ese lobo que era su destino. Gemía su nombre y repetía a su vez cuanto lo amaba.

Cuando ambos sintieron el orgasmo invadir sus sentidos, se miraron y vieron luz en sus ojos... Blanco y Negro fundidos, brillando, ahí en medio de su amor puro y eterno.

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