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Capítulo 19

Seokjin manejaba de regreso a la casa de Jungkook. De vez en cuando miraba al omega, que sonreía satisfecho. La presentación al misterioso inversionista europeo, que resultó ser un elegante alfa inglés de apellido Brown había sido exitosa. Jungkook, junto a Yoongi habían logrado convencerlo que merecían obtener ese jugoso contrato. El señor Brown entonces, les indicó que tomaría su decisión en una semana más y los había invitado junto a otra empresa de inversiones al elegante Resort High1 ubicado en las montañas. Sí, el señor Brown era aficionado al sky y planeaba practicarlo mientras cerraba sus negocios. Por eso la sonrisa en el omega no desaparecía. Se sentía orgulloso de su logro. Y su alfa también lo estaba. La única cosa que opacaba el asunto, era que de alguna manera Gabrielle Kang, había convencido al señor Brown de escucharlos también a ellos. Pero los Kim sabían que podrían dar esa batalla.

—¿Estás bien Jungkook?, no has dejado de sonreír toda la noche, pero todavía estoy preocupado por esa conversación que tuviste con Kang.

—Estoy bien Jin, no tienes que preocuparte. ¿Acaso en algún momento pensaste que iba a aceptar su propuesta?

—Ellos te ofrecieron más de lo que yo mismo he podido hacer...al parecer tienen contactos con los dueños de esa clínica. Yo no pude obtener un cupo para ti.

Jungkook miró a su alfa, que ya había detenido el coche, frente al que ahora era su hogar. Sabía que a Seokjin le pesaba el no poder ayudarlo a que volviera a caminar.

—No quiero que pienses en eso. Mucho más importante que el que yo pueda caminar, es el hecho que mi lobo está prácticamente curado, gracias a tus cuidados y que todo este tiempo me has amado. Nada de esto lo cambiaría, por caminar. Jamás hubiese aceptado sus propuesta. Nada de lo que ellos me dijeran me iba a ser cambiar de opinión—se acercó y besó a su alfa—ahora ¿podemos entrar? tengo frío y siento la necesidad de que cierto alfa me proporcione calor.

Seokjin no pudo evitar sonreír ante las palabras seductoras de su omega. El tímido muchachito de hace semanas, había dado paso a un sensual hombre que ansiaba tenerlo dentro. Por eso consideró que esa noche sería la correcta, para hablar con él sobre el siguiente paso en su relación.

Cuando llegaron a casa y se pusieron cómodos, Seokjin estaba nervioso. Debía preguntarle a Jungkook, aunque ya adivinaba la respuesta, después de todo lo que hoy había sucedido. Aun así, consideró que él debía poner todas las cartas sobre la mesa y ser sincero, porque la verdad era, que también estaba aterrado. No sabía que podría pasar al momento de enterrar sus dientes en el dulce cuello de su omega. ¿Y si lo perdía? y si Jungkook ¿no lo soportaba? y si la predicción ¿se hacía realidad en ese momento? La sola imagen de perderlo alborotaba al lobo negro y a su parte humana. Sabía que si eso sucedía, él no podría seguir viviendo. Simplemente se dejaría morir, para reencontrarse con su alma gemela en una nueva vida.

—¿Por qué presiento que hace días me quieres decir algo y no te atreves? sabes que puedes decirme lo que sea. Incluso...si no quieres seguir con esto..

—No es así, omega tonto. Es todo lo contrario. Debo decirte algo importante y necesito que pienses bien lo que te voy a decir.

Jungkook abrió sus ojos y lo miró con curiosidad. Seokjin mordió su labio y comenzó a contarle al omega, de la conversación que había tenido con Jimin en el hospital. Acerca de la necesidad de enlazarse. De cómo el omega pensaba que lo que a Jungkook le había pasado, no sólo era producto de las hormonas o de su condición de parálisis, si no más bien, del hecho que sus lobos esperaban ansiosos ser uno. Le habló una vez más de la predicción y de lo que podría suceder luego de aquello. Le dio la libertad para elegir, pues él quería el lazo.

—Kookie...tu debes decidir. Es tu vida...yo quiero marcarte. Quiero sellar nuestra unión y que seamos uno. Temo que si no lo hacemos, vuelvas a tener episodios como los de hace unos días...pero si tu no quieres arriesgarte, podemos alejarnos. Al no estar el alzo no sufrirás consecuencias...

—Yo...he deseado este momento desde la primera vez que estuvimos juntos. Cada vez que hacemos el amor, te expongo mi cuello para que lo tomes, pero sé que tu temor no te ha dejado hasta ahora. Te lo dije...si puedo disfrutar de esto, aunque sea un minuto...lo quiero..estoy seguro que nuestro amor es más fuerte que cualquier predicción. Tae y Jimin son un ejemplo. Sólo confiemos en la fortaleza de nuestros lobos y en nuestro amor. Así es que tómame y llévame a la cama. Quiero que me marques ahora.

Se suponía que el alfa es quien tiene el mando en la relación y el omega obedece. Pero para Seokjin y Jungkook no existían esos roles impuestos por la sociedad. Por lo tanto el pedido del omega era imperativo y el alfa lo obedeció de inmediato. Después de todo...él había nacido para complacerlo. Lo llevó a la cama. Buscó en el cajón el lubricante y el condón.

—Espera—lo detuvo Jungkook—. No quiero usar condón. Yo...lo quiero todo hoy.

—Jungkook...es un riesgo...no puedes embarazarte así...

—Por favor...mis posibilidades de embarazo son mínimas. Tomas supresores, no estoy en celo...sabes que mi organismo no está completamente sano...por favor...nada va a suceder...

Seokjin sabía que podía estar cometiendo un error, pero no se podía negar al pedido de su bebé. Porque en el fondo él también deseaba que fuera así. Necesitaba al menos una vez, sentir cómo llenaba de su semilla a su omega. Lo vio tan seguro que ya no tuvo dudas.

Comenzó lentamente a despojarlo de su ropa. Jungkook miraba ansioso al alfa, anticipando lo que vendría. Cuando Seokjin se desprendió de su camisa y pantalón, su cuerpo tembló ante la hermosa vista. Sí, su alfa era perfecto. Sus hombros anchos y elegantes, su pequeña cintura, su cuello largo, su marcada manzana de adán. Jungkook tiró de su cuerpo, para poder besarlo y poner sus labios en todos los lugares que le era posible. Seokjin se movía para darle acceso a donde quisiera. Disfrutaba los finos labios que se posaban en sus pezones, en su vientre y finalmente en su miembro. El calor en su cuerpo subía y sentía cada vez la necesidad imperiosa de poseer de todas las formas posibles a su omega.

Luego de permitir que Jungkook lo follara con su boca, movió su cuerpo para acomodarse encima de su omega. Comenzó con besos suaves y mordidas tiernas en su cuello. Lamió los pequeños botones café y luego el ombligo bonito y sexy, que sabía produciría un estremecimiento en su pareja.

Cuando vio el miembro erecto de Jungkook esperando por él, mojó sus labios para procurarle mejor placer. Quería que esa noche fuera inolvidable para ambos. Jungkook jadeaba y susurraba el nombre de su alfa. Deseaba más, mucho más y Seokjin estaba ahí para dárselo.

Acercó sus dedos a la entrada rosada y apretada de su omega y se dio cuenta que ya estaba muy húmeda. El lubricante natural ya había hecho aparición y estaba listo para recibirlo. Seokjin estaba nervioso. Era la primera vez que entraría sin protección, sintiendo como su pene era acariciado por las paredes y músculos internos de su omega. Fue la sensación más dulce que jamás había sentido. Miró a Jungkook y la vista era también dulce. Era hermoso. Sus ojos vidriosos mirándolo ansioso, su boca entreabierta pidiendo más...Esa sola imagen lo excitó todavía más, sentía como su pene crecía, estando ya dentro. Por lo que lo sacó y volvió a entrar con fuerza, golpeando la próstata del omega, que ahogó un grito de placer. Entonces olvidó la gentileza y comenzó a embestirlo repetidamente y sin piedad, una y otra vez sintiendo como su lobo negro salía para encontrar al lobo blanco que también se disponía a recibirlo. Para ambos no existía habitación, ruidos, nada en el ambiente que quitara ese momento de placer mutuo, un éxtasis que en cada embestida se hacía más palpable. Tomo el miembro del omega y comenzó a masturbarlo al mismo ritmo. Jungkook no soportó el último golpe a su próstata.

—Alfa...me voy a correr...—fueron esas simples palabras, las que llevaron a Jin al límite. Jungkook expuso su cuello. El orgasmo venía para ambos y sin dudarlo explotó de placer dentro de su omega, hundiendo sus colmillos en el precioso cuello que esperaba por él. Jungkook gritó el nombre de su alfa, mientras sentía que chorros de semen se disparaban sobre su vientre. Seokjin lamía la marca y sentía como se formaba el nudo.

—Bebé quédate tranquilo...el nudo se ha formado, ahora tú y yo somos uno—Jungkook pudo ver que Seokjin sólo lo miraba y que había escuchado esas palabras dentro de su cabeza. La conexión estaba completa. El lazo de dos almas se había concretado. El lobo negro había mordido el cuello del lobo blanco, que ahora descansaba agotado, pero feliz.

Seokjin miraba a su omega que se había dormido con él aún dentro. Había sido demasiado emoción y esfuerzo para un cuerpo frágil como el del omega. Esperaba que estuviera bien. Cuando el nudo terminó se levantó de la cama y con todo el amor del mundo limpió a su bella pareja destinada. Su corazón todavía latía a mil y tenía temor por lo que podría pasar. Por eso cuando al fin Kookie, luego de dormir por media hora, abrió sus ojitos preciosos, respiró de nuevo.

—Despertaste dormilón...estaba preocupado ¿Cómo te sientes?

—Estoy lleno Jinnie...lleno de tí...de tu semilla, de tu nudo, de tu amor. ¿Qué mas podría querer? ¡te amo tanto!—Llevó su mano a su cuello, para sentir la marca de su alfa—Quiero verla, préstame un espejo.

Seokjin se levantó y le trajo un pequeño espejo, orgulloso de la hermosa marca que su ahora oficialmente omega, lucía encantado.

—¡Es perfecta!, soy tuyo...yo...nunca pensé que esto sucedería...menos en mi condición...no puedo creerlo...eres mi alfa...tú... a quien siempre admiré, a quien siempre amé...—dos lágrimas salieron de sus ojos, que Jin rápidamente limpió con un beso en ambos ojos.

—Tú eres perfecto Jungkook. Sólo tú. Me has hecho el hombre más feliz del universo. Mi lobo está aullando de felicidad. Al fin tenemos a nuestro omega. Al que siempre esperé a mi único amor. Te voy a proteger de todo mal, bebé, lo juro. Haré todo para romper cualquier sombra que nos quiera rodar. Lucharé por lo nuestro, por ti, por mi. Esa es mi promesa hoy y para siempre. Somos uno, soy tu alma, eres mi alma. Y estoy seguro que eso es más poderoso que cualquiera que nos quiera dañar.

Jungkook continuaba llorando..., era hermoso. Sentía como algo en él cambiaba. Tenía la marca de su alfa, ya nada sería igual. Y ellos enfrentarían todo juntos...

—Estoy contigo Seokjin...mi alfa...mi amor...mi alma gemela...

Se quedaron abrazados, desnudos, sintiendo su piel y rozando sus sexos. Dos hombres en una cama entregados al placer y el amor. Dos lobos convertidos en uno. Ellos no lo sabrían aun, pero esa noche, la predicción se había desatado. Para bien y para mal.

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