"Yoongi"...Seokjin suspiraba frente a la puerta del alfa que había sido su amigo los últimos 6 ó 7 años. Era la tercera vez esta semana que se plantaba en frente de ese lugar, sin obtener respuesta. Nadie respondía, pese a su insistencia en el timbre. Pero hoy estaba decidido a esperar el tiempo que fuera. Había dejado a Jungkook en casa de Tae y Jimin, más un par de guardias de seguridad que vigilaban la entrada, por lo que estaba tranquilo respecto a la seguridad de su omega.

De pronto sucedió, tocó por cuarta o quinta vez el timbre y al fin, la puerta se abrió. Ahí estaba el alfa, de piel blanca, ojos de gato y labios delgados.

—¿Qué quieres?, ¿no te conformas con humillarme en la oficina, sino que también quieres hacerlo aquí donde vivo? ¿Crees que mis vecinos no han sentido cómo tocas tan insistentemente? Púdrete Seokjin. Yo ya no tengo nada que ver contigo, ni con tu empresa.

— Yoongi...necesitamos hablar, somos amigos.

"Amigos", vaya que si era arrogante ese alfa, pensaba Yoongi. Como si nada hubiera pasado. Cómo si no le hubiese mentido prácticamente desde que se conocieron. Cómo si no hubiera fingido nunca ser algo que no era. Sí, Min Yoongi estaba herido hasta lo más profundo de su corazón, pero en su orgulloso papel de alfa, jamás lo reconocería. Total, él ya estaba tan acostumbrado a ser humillado, maltratado. Sólo que jamás lo esperó de su amigo Kim Seokjin.

— Vete Seokjin. Si estás preocupado por donde trabajaré ahora, no te preocupes. Estoy buscando trabajo en otras áreas. Los Kang ya me contactaron, pero obviamente no me iré con esos delincuentes, ni con ninguno que sea tu competencia. Yo sí sé ser leal.

Seokjin sentía tanto dolor. Sabía cuán herido estaba Yoongi por lo ocurrido. Pero él quería explicarle, disculparse con él.

— Por favor déjame pasar. Quiero explicarte.

No sabe por qué, pero finalmente Yoongi lo dejó entrar. Su alfa lo instaba a escuchar a su otrora amigo, aun cuando él no tenía ningún interés. Fue por un vaso de whisky y se lo ofreció a Seokjin, quien lo aceptó.

Necesitaba algo fuerte para poder enfrentar la conversación.

—¿Y bien? habla de una vez. No tengo toda la noche.

— Quiero que entiendas las razones para mi comportamiento. Pensé que diciendo al mundo y a mí mismo lo mucho que detestaba a los omegas, podría mantenerme lejos de esa predicción. Estaba aterrado de que cualquier omega se me acercara y resultara ser la persona a la que yo le haría daño. Ahora sé que me equivoqué. Porque el destino es ineludible y Jungkook llegó a mi vida y no pude rechazarlo. Pero Yoongi, la amistad que existió y que existe entre nosotros es real. No te mentí en mi afecto y admiración. No comparto tu manera de pensar sobre que los omegas son inferiores...pero hay muchas cosas de ti que me agradan y que me hacen llamarte amigo. Lamento haberte mentido y haber fingido. Creí que manteniendo esa máscara, nadie saldría herido. Pero me equivoqué...

Yoongi miraba al alfa que tenía enfrente y podía ver sinceridad en su mirada. Tal vez él tampoco había querido ver algunas señales que siempre estuvieron ahí. Cómo cuando aparecía algún omega guapo y Seokjin se quedaba mirándolo inusualmente. O cómo nunca llegó a establecer una relación duradera con una omega o con una beta.

Recordó cómo siempre lo defendía frente a Namjoon, que no lo quería ni un poco por su desprecio por los omegas. Sí, ese había sido su amigo después de todo.

— ¿Entonces...te gustan con pene?— fue todo lo que atinó a contestarle a Seokjin, que sonrió ampliamente.

— Siempre me han gustado los chicos. Siempre soñé con un lindo omega como pareja destinada. Hasta que sucedió lo de la predicción. Y contestando tu pregunta. Sólo me gusta uno...Jungkook. Lo amo y sé que tú también lo aprecias.

— Ese mocoso es demasiado inteligente para ser un omega...¿estás seguro que no nos está engañando?

— Si estuviera aquí, te darías cuenta que es un hermoso e inteligente omega. Podrías sentir su aroma....yo...mi lobo...logramos que su lobo despertara. Ya todos pueden sentir su aroma.

Yoongi abrió sus pequeños ojos con asombro. Realmente estaba sorprendido. Él no creía en ninguna de esas tonterías de las parejas destinadas, ni siquiera creía en el amor. En enamorarse. Su corazón estaba demasiado lastimado para tener esa clase de sentimientos. Pero ahora, al escuchar a Seokjin una duda se abría en su mente...tal vez si existía algo de aquello.

— Yo...me alegro por ti y te deseo lo mejor. Ojalá toda esa tontería que dices de la predicción sean sólo supersticiones y logres ser feliz con tu omega. Puedes quedarte tranquilo. Yo estaré bien y no te guardo rencor.

— Yoongi...no me basta con esto. Yo quiero que vuelvas, no sólo como mi gerente sino como mi amigo. Te necesitamos, yo te necesito...

— Todos ahí me odian. Tae, Namjoon...Jungkook... yo lo traté mal ese día. Le dije que era un asqueroso omega...tú también deberías odiarme.

— Sé que no lo piensas en serio...

Y en eso Seokjin no estaba equivocado. Porque la verdad era, que el apreciaba mucho al omega. Admiraba su inteligencia y la forma audaz que tenía para negociar e involucrarse con los clientes. Además era un muchacho amable, simpático, que en todo momento le mostraba respeto y admiración.

— Yo...aprecio a Jungkook, hasta creo que le tengo cariño. Es sólo que...yo también siempre tuve miedo Seokjin...cuando nací, era pequeño y débil. Mi padre siempre pensó que sería un omega y me trataba como tal. Lo mismo hacían mis hermanos mayores. En la escuela...era el más bajo de todos, delgado, pálido. Muchos se burlaban de mí. Alfas, betas, omegas. Por eso cuando me presenté como alfa, todos se sorprendieron. No parecía uno..., a pesar de mi nueva condición seguí siendo humillado..., todos decían que no era un alfa digno. ¿Por qué? ¿sólo porque era más bajo y delgado? Hasta me golpeaban...y yo no hacía nada para defenderme. Pasé toda la secundaria siendo humillado por todas las castas. Nadie nunca se interesó en saber de mí, en conocerme. Había un grupo de omegas, todos chicos...ellos cada día me esperaban a la salida para golpearme, romper mis cosas...jamás fui tan maltratado...Por eso cuando llegué a Seúl e ingresé a la universidad, me prometí dejar eso atrás. Y la única forma era transformándome en un bravucón como ellos. Hablando fuerte y golpeado contra los "asquerosos omegas". Sintiéndome dueño del mundo, tomando las mujeres que
quisiera, sin involucrar ningún sentimiento, porque...jamás he sido amado por nadie...Y apareciste tú. Que te transformaste en mi amigo sin importarte nada. Te interesante en mí, en mi forma de ser. Me trajiste a tu empresa. Por primera vez tenía un amigo verdadero. Alguien en quien confiar. Por eso me dolió tu mentira...porque sentí otra vez esa misma clase de humillación...yo...

A esas alturas Yoongi tenía su rostro bañado en lágrimas y Seokjin estaba igual. Jamás imaginó todo el dolor que su amigo había vivido. Jamás pensó que llevaba su propio calvario. Siempre pensando en el suyo, jamás le preguntó por su juventud, por sus padres o amigos. Ahora podía entender donde se había formado todo ese odio y rencor.

— No sabes cuánto lo lamento...yo jamás lo supe...ni lo imaginé...pero te puedo asegurar, que muchos te apreciamos. Taehyung te admira y Kookie te quiere...estoy seguro y yo...yo también te quiero Yoongi, eres mi amigo y no voy a permitir que estés solo ni vivas tu vida pensando que nadie te quiere. Eres un alfa, valiente, inteligente y muy valioso. Debes estar orgulloso de lo que eres. Te pido perdón por no haber visto el dolor de tu corazón. Y lamento no haber confiado en ti. Si lo hubiera hecho no estaríamos en esta situación.

Se acercó a Yoongi y lo abrazó. Podía sentir el dolor del lobo herido por las humillaciones vividas en todos esos años. Odiaba a la sociedad en la que vivían, donde todo era apariencias y donde las diferencias entre alfas, omegas, betas eran tan marcadas. Donde los estereotipos estaban en primera línea. Donde un alfa no podía ser débil y un omega no podía ser fuerte. Yoongi y Jungkook eran la antítesis de esos estereotipos. Un alfa pequeño y débil y un omega alto y fuerte...bueno al menos lo había sido hasta antes del accidente. Pero él quería romper con todas esas brutales reglas impuestas por la sociedad. Por eso ya no habrían más mentiras ni engaños. Nadie tenía que esconder lo que realmente pensaba o sentía. Nadie tenía que vivir de acuerdo a lo que los demás estimaban era correcto o incorrecto. Normal o anormal. Al menos eso quería dentro de su manada y Yoongi también era parte de esa manada.

— Volverás a la oficina. Y dejarás de hablar mal de los omegas, porque sabes que en el fondo no es verdad. Hay personas buenas y malas. En todos los ámbitos. Te has encontrado con más malas que buenas. Pero en esta manada, todos te vamos a querer y respetar. Hablarás con ellos y le explicarás cómo te sientes y estoy seguro que todos te van a acoger. Nuestros omegas están en peligro y los voy a defender y necesito a todos los alfa fuertes junto a mí. Namjoon, Taehyung y tú. A la mierda lo que piense el resto de la sociedad. Todos tendrán que respetarte, pero tú también respetarás a los y las omegas que trabajan en la empresa. Especialmente a nuestras parejas: Jimin, Chi Yeol y Jungkook.

— Chi Yeol me mira feo...Jimin es dulce, pero sé que me tiene miedo. Jungkook es el único omega amable...

— Tú también miras feo a Chi Yeol y a Jimin. Y ya dejarás de tratar a las omegas como si fueran unas...cosas. No me importa que seas el único que le gustan las chicas y a ti tampoco te importará que nos gusten los chicos. ¿Está bien?

— Es asqueroso...pero está bien..

— Yoongi...

— Estoy bromeando...supongo que a mí no me gustan los chicos y listo. Esos omegas me quitaron el gusto por el sexo masculino...sabes siempre pensé que en eso...yo no tenía preferencias, chicas, chicos me daba igual...pero después los odié...

— Entonces todavía podría aparecer un lindo omega y tal vez...

— No vayas tan rápido Seokjin...no estoy interesado. Déjame seguir siendo el soltero del grupo. Y sí acepto volver...extraño la oficina y quitarle clientes a esos malditos Kang. Bueno ahora cuéntame eso que despertaste el lobo de Jungkook...

Y así Seokjin comenzó a contarle detalles de todo lo vivido con su omega en estas últimas semanas. Incluso de cómo hacía unos días había podido mover sus dedos de los pies. De lo hermoso que era su lobito blanco y cómo se iba recuperando poco a poco de sus heridas.

Yoongi lo escuchaba atentamente. Podía ver en su mirada el brillo del amor por su omega. Casi podía ver en ellos el reflejo de ese pequeño lobo blanco. Por un momento deseó que algún día él también pudiera ser amado y amar de esa forma.

Cuando Seokjin pasó por Jungkook a la casa de Tae y Jimin ya eran cerca de medianoche. Les contó un poco de lo que habían conversado y los tres se sintieron bastante impresionados por la historia de Yoongi. Por eso les pidió que lo escucharan cuando estuviera listo para contar su historia.

Esa noche, abrazó con más fuerza que nunca a su omega, quien dejaba besitos por el cuello de su alfa, pues lo había extrañado mucho.

— Kookie...¿Cuándo aún no me conocías y leías todas esas cosas de mí? ¿qué pensabas? Es decir, mi reputación como alfa engreído y que odiaba a los omegas...¿Aun así tú te fijabas en mí?

— Sabía que detrás de esa máscara, debía haber un hermoso corazón. No podía ser que un chico tan guapo como Kim Seokjin tuviera una alma tan oscura. Tampoco estaba tan sorprendido. La mayoría de la sociedad piensa así...que los omegas somos débiles, hacedores de bebés y punto. Por eso yo era una excepción y todos se fijaban en este omega fuerte y atlético...pero mira al final terminé en una silla de ruedas y soy el omega más débil que pudiste conocer...

—¡ No vuelvas a decir eso Jeon Jungkook! Eres valiente y fuerte. Superaste el accidente, y estás aquí conmigo. Eres un hombre de negocios, inteligente y valorado por nuestros clientes y colegas. Además eres el omega más precioso de todo el mundo. Amo tu cuerpo, amo la forma como te entregas cuando hacemos el amor...amo el placer que me brindas cuando tomas todo de mí...te amo todo a ti...todo...

Un beso apasionado y lujurioso cerró esa noche. Seokjin comenzaba a desnudarlo para tomarlo una vez más. Era imposible resistirse a los encantos de ese omega precioso que se robaba cada día más un pedazo de su vida....