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Capítulo 13

Luego de ese emotivo momento, Seokjin se quedó a solas con Jungkook. Todavía tenían una conversación pendiente.

Antes de irse de la oficina, Namjoon le prometió que ayudaría a cuidar de Jungkook y que buscaría a Yoongi, para convencerlo de no dejarlos. Seokjin sabía que era él quien debía hablar con el alfa, pero ahora su prioridad era su omega, que todavía no estaba bien.

Ahora estaba sentado frente a él y aún permanecía un poco conmocionado con lo que recién había sucedido.

—Jungkook... —lo llamó suavemente, mientras sostenía sus manos—. Todo esto, lo que ha sucedido en estas últimas semanas, ha sido difícil, pero necesito que confíes en mi. No voy a negar que lo que Yoongi dijo hace unas horas sea verdad. Había comenzado mi celo y Yoongi se encargó de buscar una chica. No me negué y tuvimos sexo. Pero sabes que eso no era nada para mi, sólo alivió el calor. Jamás hubo nada romántico. Jamás hubo ni siquiera besos. Lo hice, tú no existías en mi vida. Desde que apareciste tomé supresores. Yo..no he estado con nadie.

—Lo sé y lo entiendo. Realmente no me importa si estuviste con alguien antes, yo también estuve con otros...

Seokjin en ese momento gruñó. La idea de Jungkook siendo tomado por otros lastimó su orgullo y a su lobo.

—¡No gruñas así alfa celoso!, fue en la universidad y nada importante. Es sólo que ahora no soy un hombre completo. Ni siquiera sé si podremos hacerlo...

—Está bien. Ya te dije que cuando llegue el momento buscaremos la forma.

—Bueno... has estado viniendo a mi casa y tú aún no has...ya sabes...¿realmente me deseas?Necesito saberlo y también sentirlo.

Seokjin se inquietó. Claro que lo deseaba. Jungkook no tenía la menor idea de todo lo que el reprimía tanto a su lobo, como a su parte humana para no tomarlo, poseerlo y marcarlo, pero estaba aterrado de hacerle daño, o que para su omega fuera una experiencia desagradable. No quería que ese momento tan especial, fuera un simple acto de placer sexual y carnal.

Al escuchar al omega, comprendió que probablemente se sentía igual y con su actitud, probablemente rechazado o no deseado. Y era lo que menos pensara o creyera.

—Entonces, tal vez el momento haya llegado. Vamos a casa Jungkook. Ya arreglaré lo demás.

Salieron de la oficina y se dirigieron a la casa de Jungkook. Antes, Seokjin hizo una parada en una farmacia, para comprar lo necesario. Estaba nervioso, como un adolescente y su primera vez. Se había estado informando sobre cómo prepararse y también lo que necesitaría para hacer sentir cómodo y seguro a Jungkook. Aún así, una cosa era ver vídeos ilustrativos y otra cosa, hacerlo con su omega.

Jungkook estaba realmente nervioso, a pesar que el mismo había precipitado las cosas, el saber que ahora iban a su casa y que tendría sexo con Seokjin lo tenían al borde de un ataque de nervios. No tenía idea cómo iba a reaccionar su cuerpo o siquiera si iba a reaccionar. Miró a Seokjin que volvía de la farmacia, donde imaginaba, había comprado condones y lubricante.

—¿Estás bien Kookie?, no haré nada que tú realmente no desees. No tenemos que precipitar las cosas.

—No, estoy bien—mintió—es sólo que...estas cosas, ya sabes...uno nunca lo planea y ahora tú y yo vamos a hacerlo y eso me pone un poco ansioso.

Seokjin antes de poner el motor en marcha se acercó y le dio un beso cálido y húmedo, su omega estaba colorado y avergonzado y no es que él se sintiera demasiado diferente. Pero esperaba que al llegar a casa, pudieran relajarse y disfrutar el momento.

No tardaron mucho en llegar y al entrar a la casa del omega, el alfa recibió una llamada de su hermano. Había hablado con Yoongi, mientras éste sacaba sus cosas de la oficina y no había podido convencerlo de quedarse y hablar. Estaba demasiado herido y decepcionado.

Gracias Nam por el intento. Mañana iré a verlo a su departamento. Yo soy quien debe hablar con él y tratar que entienda. Sé que será difícil, pero haré todo lo posible por obtener su perdón.

—¿Crees que Yoongi-hyung quiera volver a trabajar?, es decir, sé que es tu amigo, pero...él dijo que yo era asqueroso...

—Kookie, sé lo que dijo Yoongi, pero estoy seguro que en el fondo de su corazón no lo siente. Nunca me preocupé de saber por qué actuaba así. Sé que sus padres en cierta forma le inculcaron esa ideología, pero tal vez, haya algo más. Lo siento, no quiero que nadie te hiera u ofenda. Sé que Yoongi te aprecia, te dejó llamarlo hyung...supongo que lo que dijo, fue por estar muy herido.

Jungkook asintió. Él no iba a intervenir en eso. Era un tema de su alfa con el otro alfa y ambos debían resolverlo. Ahora tenía que concentrarse en cosas más importante, como alistarse para su alfa.

—Oye...—Seokjin se agachó para quedar a la altura de Jungkook—quiero que estés tranquilo. Vamos a comer cosas deliciosas y luego tomaremos un baño e iremos a la cama. Te lo repito: esto no es obligación. Quiero hacerte el amor y demostrarte que para mi, eres el omega más deseable y hermoso de este mundo, pero no forzaremos nada.

Jungkook sonrió y besó a Jin. Era el alfa más dulce del mundo. Y el más hermoso. Adoraba mirar sus ojos marrones tan intensos, su pelo que caía sobre ellos y sus preciosos labios. Ahora le sonreía y lucía todavía más bello.

Comieron y hablaron sobre lo que vendría. Seokjin iría mañana sobre Yoongi y luego hablaría con sus padres. También con los de Jungkook. Era mejor que todos estuvieran prevenidos. Ellos ya estaban juntos y no sabían en qué momento las cosas podían ponerse mal.

Luego de recoger los platos, ambos fueron a ducharse y ponerse pijama. Pero esta noche, Jungkook se preparó aún más. Sentía un leve cosquilleo en su cuerpo, al pensar que Jin podría en unos momentos estar acariciándolo. Se alegró cuando su pene se levantó y una humedad apareció en su abertura. Eso no estaba mal..., su cuerpo sentía la necesidad de ser tomado.

Fue el primero en llegar a la cama. Sólo se acostó con un pantalón de pijama, dejando como siempre su pecho al descubierto. Había acomodado los almohadones para estar semi sentado. Su corazón se aceleró, cuando vio a Seokjin entrar en la habitación. Él no traía pijama. Sólo venía con unos diminutos boxer que apenas tapaban su miembro y que dejaban al descubierto su hermoso cuerpo de alfa, con esos enormes hombros donde podría perderse, un vientre bien formado, una pequeña cintura y un camino de preciosos vellos que se perdían al interior de los boxer.

Entonces lo sintió...por primera vez desde su accidente, su cuerpo reaccionó a la visión erótica de su alfa. Comenzó a lubricar y a sentir como su erección crecía. Seokjin lo miraba con la respiración agitada, como el lobo que era, a punto de cazar a su presa. La visión del omega excitado, era una imagen demasiado preciosa para el alfa, quien sin pensarlo retiró el pantalón de pijama, dejándolo totalmente desnudo. Jungkook era precioso. Brazos fuertes, pectorales grandes con dos pequeños pezones café que ya estaban erguidos. Su vientre duro que recorrió con su mirada, hasta llegar al pene palpitante y húmedo. Pudo sentir el dulce aroma de flores de cerezo intensificarse. Subió a la cama y lo primero que hizo fue besar a Jungkook. Su lengua recorriendo primero el borde de sus labios, mientras uno de sus dedos buscaba el delicioso lubricante natural que desprendía su omega. Soltó su boca y lo probó...dulce, suave, excitante.

Ese simple acto, hizo a Jungkook excitarse todavía más y gemir. Sólo mirar a su alfa complacido en su olor, en su sabor lo volvía loco. Se arrodillo al lado de Jungkook y dejó que éste lo tocara. Que recorriera todo su cuerpo con su mano, el omega, tocó su pene, sus testículos, sus pezones y cada rincón de su cuerpo. Era un alfa perfecto.

Luego Jin, acomodó más cojines para que las piernas de su omega permanecieran abiertas y firmes ycomenzó a torturarlo lamiéndolo desde su cuello, pasando por su clavicula y su ombligo. Llegó finalmente a su miembro y lo llevó a su boca. Jungkook comenzó a sentir mucho placer y a perderse en todos los sentimientos y sensaciones que en ese momento lo abrumaban.

—Bebé...eres tan hermoso, tan precioso mi omega...mi omega...—Seokjin seguía saboreando, mientras su excitación aumentaba. Necesitaba entrar en él, hacerlo suyo.

Buscó el condón y se dio cuenta que no necesitaría de lubricante. Jungkook estaba totalmente mojado y listo para recibirlo. Buscó entonces el cojín especial que había comprado para que su omega estuviera cómodo. Logró acomodarlo y cuando Jungkook asintió que sus piernas estaban en excelente posición, se acercó y una vez más atacó su boca. Los besos eran húmedos, sucios, saliva corría por sus bocas, se derramaba en sus mentones, pero era tan necesario y tan excitante.

Apretó los pezones de Jungkook y éste hizo lo mismo a Jin. Ambos soltaron jadeos desesperados.

—Seokjin...—dijo entre jadeos y respiraciones entrecortadas—creo que estoy más que listo para recibirte. Necesito que entres ya...

Como si fuera una orden, Jin se acomodó y metió poco a poco su pene por el ano lubricado de su dulce omega. Jungkook gritó de placer y eso hizo que Seokjin saliera y arremetiera con más fuerza y ahí supo que ya no podría controlarse.

Las embestidas eran rápidas, duras. Jungkook se sostenía de sus hombros y gritaba su nombre cada vez que tocaba su próstata y lo hacía temblar de placer. Estaba perdido en el placer y cuando estuvo seguro que ya no aguantaría más, expuso su cuello para Seokjin.

—Nada sería más hermoso que marcarte bebé..., pero no todavía. Eres mío y el que no esté esa marca aún, no significa que no me perteneces. Te amo Jungkook. Chupó entonces con toda su fuerza el cuello de su omega, mientras chorros de semen saltaban al vientre de Jungkook. El grito de placer lo remeció y se vino rápidamente. Cayó sobre el cuerpo de su niño, que aún respiraba agitado y mantenía sus ojos cerrados.

Sabía que debía salir, antes que el nudo se formara y rompiera el condón. Así es que con cuidado, se levantó y dejó la calidez del cuerpo de su omega. Jungkook abrió sus ojos y sonrió. Ni siquiera con sus piernas funcionando había tenido jamás un orgasmo como el que acababa de sentir.

Seokjin se levantó para tirar el condón y buscar una toalla para limpiarse y limpiar a su precioso omega.

—Eres el omega más caliente, más hermoso y más deseable que la diosa luna me pudo dar. Eres perfecto Jeon Jungkook, perfecto y no podría pasar ni un día de mi vida sin tí.

Jungkook sin querer, sin poder evitarlo, derramó unas lágrimas. Su alfa, su precioso alfa estaba a su lado, diciéndole cosas hermosas, acariciándolo y gozando con su cuerpo.

—Te amo Seokjin, mi alfa hermoso. Quiero ser tuyo siempre.

Nuevos besos vinieron. Seokjin pensaba que su omega estaba cansado, pero muy por el contrario, éste comenzó a buscarlo nuevamente. Quería su olor impregnado, quería sentirlo una vez más dentro de su cuerpo. Ya no importaba el pasado, ni siquiera el futuro incierto o si había o no una marca.

Lo que importaba era ese momento. Ese perfecto momento donde no sólo dos hombres se entregaban en amor y placer si no donde el lobo negro al fin, lograba que el lobo blanco abriera sus ojos.

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